Ginny entró al bar y lo recorrió con la mirada, hasta encontrar lo que buscaba.

Blasie Zabini bebía de su cerveza sin prestar mucha atención a nada a su alrededor.

-¡Blasie!

La pelirroja se sentó frente al chico y este la miró con una sonrisa.

-¡Comadreja! ¿Cómo has estado? Hacía tiempo que no te veía.

Ginny se rió al ver como Blasie la guiñaba un ojo y suspiró aliviada.

Sus temores de que aquello fuera a ser incómodo se disiparon, por lo que adoptó una posición más relajada.

-Bien, de un lado a otro, ya sabes como es esto del quidditch. ¿Y tú?

La camarera llegó interrumpiendo su conversación.

-¿Desean algo?

Ginny pidió una cerveza y la mujer se retiró.

-Pues bien, ya me conoces, sin muchas novedades.

La pelirroja alzó una ceja, no creyéndose una palabra de lo que decía el chico, puesto que sus ojeras y su aspecto cansado lo delataba.

Blasie se removió incómodo ante la mirada de la chica frente a él y la maldijo por conocerle tan bien.

Al comprobar que Ginny no iba a seguir con la conversación hasta que él dijera la verdad rodó los ojos y se dio por derrotado.

-Está bien... Me he ido de casa de mi madre y ella me ha desheredado, no tengo dinero, llevo un mes en casa de Draco y no puedo ganar dinero porque ahora nadie parece querer contratar Slytherins.

Ginny sintió pena y cogió su mano sobre la mesa.

-Me voy a quedar unos meses en Londres, puedes quedarte en mi casa si quieres mientras encuentras algo, además hace unos años prácticamente vivíamos juntos.

Blaise alzó una ceja.

-¿No sería un poco raro vivir con tu ex novio?

Ginny se encogió de hombros.

-¿Aún sientes algo de amor por mi?

Blasie la miró unos segundos, para finalmente sonreír y apretar su mano.

-Ni un poco.

                              ***

Ginny se encontraba en su piso, tomando el desayuno y viendo la televisión.

Pero la chica se sobresaltó al oír la puerta de uno de los dormitorios abrirse rápidamente.

-¡Ya está bien! ¡Lárgate de aquí!

Ginny suspiró al oír la voz enfadada de su amigo y al ver como un chico salía en calzoncillos de su casa.

Había pasado un mes desde que Blasie se había mudado con ella y ya se había acostumbrado. Al parecer a su amigo le era imposible mantener un amante.

Blasie se sentó frente a ella bufando frustrado.

-¿Zumo de naranja?

El chico aceptó el vaso que le entregó su amiga con una sonrisa avergonzada.

-Lo siento por eso.

Ginny negó con la cabeza restándole importancia.

-¿Qué ha hecho ese idiota?

Blasie bebió un trago del zumo y rodó los ojos.

-Saber si todavía tengo dinero de mi madre.

Pegó su cabeza a la mesa mientras que su amiga lo observaba con pena.

-¿No tienes suerte en el amor, eh?

Blasie negó.

-¡Voy a morir solo!

Ginny suspiró y pareció pensarse algo unos segundos.

-Yo podría presentarte a alguien.

Su amigo la miró emocionado.

-¿En serio? ¿Alguno de tus amigos Gryffindors?

La pelirroja soltó una pequeña risa.

-Sí, te emparejaré con el mejor chico que conozca.

                                 ***

Cuando Ginny se propuso encontrarle una cita a Blasie no pensó que sería tan difícil.

Seamus estaba con Dean, Neville con Theo, Harry con Draco, Hermione con Pansy, Oliver con su escoba y Luna.... No, Luna no.

Frustrada por no poder encontrar a nadie decidió ir a la madriguera, la comida de su madre le ayudaba a pensar.

Una vez allí Molly la recibió con una sonrisa.

-Ginny cariño, cuanto me alegro de verte, ¿te quedas a comer?

La chica asintió y acompañó a su madre a la cocina.

-¿Qué tal todo por aquí?

Molly se movía de un lado al otro de la cocina mientras ponía la mesa.

-Bien, bien. Como siempre, tu padre con trabajo y tu hermano Ron refunfuñando.

Ginny miró desconcertada a su madre. La última vez que ella habia
había hablado con Ron él parecía estar bien.

-¿Qué le ocurre?

Molly bajó el tono de voz, asegurándose de que su hijo en el piso de arriba no las escuchara.

-Desde que él y Hermione lo dejaron las cosas no le han ido muy bien en el amor, ya le hemos visto volver a casa un par de noches totalmente furioso.

En ese momento una bombilla se encendió en la cabeza de Ginny, sonrió contenta y abrazó a su madre.

-¡Lo tengo, lo tengo, lo tengo! ¡Muchas gracias mamá!

Y dicho esto besó la mejilla de su madre y subió rápidamente hasta la habitación en la que se encontraba su hermano.

-¡Hey! Idiota, ¿tienes planes para este sábado?

Ron Weasley miró confuso a su hermana.

-No, ¿por qué lo preguntas?

                               ***

Ginny estaba en el sillón cuando Blaise apareció, bastante arreglado en el salón.

-¿Cómo estoy?

La pelirroja sonrió y se levantó mientras aplaudía.

-Genial, Ron se va a mear encima en cuanto te vea.

Blasie sonrió pero luego la miró nervioso.

-¿Estás segura de que esto es una buena idea?

Ginny asintió decidida.

-Te dije que te juntaría con la mejor persona que pudiera encontrar, y no hay nadie mejor que mi hermano. Ahora ve allí y hazme tu cuñada.

Y tras esa breve conversación empujó a su amigo hasta la chimenea, donde lo vio desaparecer.

                               ***

Había pasado un día entero desde la última vez que vio a Blasie.

Ahora Ginny se preparaba la cena cuando su amigo entró sonriente por la puerta.

-¿Y? ¿Cómo ha ido?

Blasie no dijo nada, simplemente se lanzó hacia ella envolviendola en un abrazo.

-Gracias Ginny.