Final
Después de un buen fin de semana con su madre y David, era hora de regresar y afrontar las cosas como un adulto. Y aunque no se sentía del todo bien todavía, sabía que tenía que aceptar que a veces había momentos en la vida en que no todo tenía un final feliz. Su madre intentó convencerlo de hablar con Jonah y aclarar lo sucedido, pero, ¿para qué? Supo desde mucho antes, que no era nada comparado a Jonah y que el hombre podía conseguir a alguien mil veces mejor que él. Su insignificante presencia no le hacía justicia a la del otro hombre. Jonah resaltaba, era atractivo y sexy como el infierno, todo un sueño húmedo en vida real.
¿Qué tenía él para ofrecer?
Estacionó frente a su casa, tomó sus cosas y bajó del auto.
"¡Espera!"
Su mano se tensó encima del pomo de la puerta cuando escuchó la voz de Jonah. Suspiró, deseando no estar pasando por esto ahora mismo. Después se rió para sí. Habría sido mucho mejor si Jonah solo lo ignoraba de ahora en adelante. Giró el rostro para mirarlo.
Jonah tenía una mirada abierta, una mezcla de emociones cuando sus ojos se encontraron.
"Sam, no es lo que crees." Subió el primer escalón de su porche y bajó la mirada, mirándolo por encima de sus pestañas. "Puedo explicarlo todo."
Sam suspiró, mirando hacia la casa de Jonah. La misma mujer estaba ahí, mirándolos con confusión desde la puerta. "Te están esperando," dijo y empujó la puerta para entrar.
Jonah lo siguió, cerrando la puerta después de entrar. Sam lo miró, frunciendo el ceño cuando vio que los ojos de Jonah estaban húmedos y enrojecidos mientras lo miraba.
"Por favor, Sam," murmuró, su voz rompiéndose un poco mientras presionaba la espalda contra la puerta, dándole espacio obviamente. "Sé que lo que dije estuvo mal, pero no lo hice porque no te quisiera. Te quiero. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida." Apartó la mirada por un momento, frotándose un brazo con nerviosismo. No parecía cómodo con decir lo que estaba diciendo. "Me di cuenta de cómo sonó lo que dije en el mismo instante. Pero pensé que sería mejor darte algo de tiempo antes de intentar hablar contigo."
Sam tomó asiento en el sofá para mirarlo.
Jonah no se movió.
"No eres solo mi vecino, o un amigo, eres más que eso. Eres especial para mi y no quiero perderte." Tragó con fuerza. "Jamás me sentí así de protector hacia alguien, con esta necesidad de mantenerte a salvo. Pero hice todo lo contrario. Fui yo quien te lastimó."
Sam bajó la mirada a sus manos, jugando con los dedos. "¿Por qué dijiste eso entonces?"
"No estoy seguro. Supongo que no quería ponerte en una situación incómoda." Hizo una pausa antes de suspirar con fuerza. "Sé que no te gustan las confrontaciones, así que pensé que sería mejor hablar de eso con cuidado y tranquilamente."
Asintió antes de levantar la cabeza. "¿Quién es ella?"
"Es mi madre." Jonah hizo una mueca, pasándose una mano por el cuello. "Ella puede ser algo... directa. Y sé que no se iba a tomar la noticia bien. Por eso quise hablar con ella en privado, pero me sorprendió cuando llegó de pronto. No sabía qué decir, así que solo solté lo primero que llegó a mi cabeza. Obviamente, no fue lo mejor que pude hacer."
¿Era su madre? Se veía ridículamente joven y su cuerpo era muy bonito. Sam sintió que su rostro se calentó cuando se dio cuenta de que todo esto pudo evitarse si ellos hubieran hablado.
Frotó su muñeca con fuerza, mirando a otra parte. "¿Hablaste con ella?"
"Sí. Estuvo bien, supongo." Cuando lo miró, notó que Jonah tenía una incómoda expresión. "No fue fácil decirle que estoy saliendo con un hombre." Sonrió con suavidad, su rostro todavía algo tenso y decaído. "Dijo que soy un adulto y que puedo tomar mis propias decisiones, lo que es cierto."
"También hablé con mi mamá," dijo lentamente. "Dijo que tenía que hablar contigo."
Jonah se movió un poco, mirándolo a los ojos con incertidumbre antes de dar un paso más cerca, y luego, y otro, hasta que estuvo sentado a su lado, algo de distancia todavía entre ambos, pero mucho más cerca que antes. Podía sentir el calor irradiar de su cuerpo y también la tensión entre ambos. Todavía no se sentía bien.
Sam suspiró mientras miraba sus manos. "Lo siento," dijo. "Por irme de esa manera."
"No, yo lo siento. Debí hacer las cosas bien. Solo te lastimé."
Se masticó el labio con fuerza. No podía negar que eso había dolido. Pero la mujer era su madre, ahora sabía eso. Si hubiera sido al revés la situación, ¿él le habría dicho a su madre que estaba saliendo con Jonah? Probablemente habría hecho lo mismo solo para evitar que las cosas se pusieran incómodas.
Podía sentir los ojos de Jonah perforar su rostro mientras seguían sentados a lado del otro, en silencio. Quería ir a sus brazos y esconderse ahí, pero estaba demasiado avergonzado como para moverse. Así que cuando sintió un brazo rodear sus hombros y tirar de él, casi sollozó por lo bien que se sintió. Jonah lo metió en su regazo y Sam metió la cabeza en el hueco entre su hombro y cuello, sus piernas a los lados de la cintura de Jonah mientras los pesados y fuertes brazos lo rodearon y apretaron contra su cuerpo tan bueno y perfecto.
Después de pensar que había perdido su oportunidad con el hombre de sus sueños, estar así de cerca, se sentía como un sueño. El familiar aroma de Jonah se metió en sus pulmones y el calor de su cuerpo se sintió como una pesada sábana sobre él, protegiéndolo, cubriéndolo, sintiendo las pulsaciones del hombre contra su oído. Estaba tan nervioso como él lo estaba. Cerró los ojos con fuerza y se dejó absorber por él por un largo rato, donde no dijeron nada. Solo podía sentir los besos de Jonah encima de su cabeza y las caricias en su espalda.
"Pensé que te había perdido." Jonah exhaló contra la cima de su cabeza, presionando su mejilla contra su cabello, sus brazos apretándose un poco más a su alrededor. Sam suspiró, el placer de ser sostenido así inundando sus sentidos. "Creo que estaba algo deprimido."
"Pensé lo mismo," murmuró, sus labios rozando la piel expuesta en el fuerte cuello del hombre. "Si sucedía, solo iba a rendirme y nunca lo intentaría con otra persona por el resto de mi vida."
Jonah se rió, bajo, ronco. "Eso es un poco..."
"En serio lo haría. Eres el hombre de mis sueños, cómo podría encontrar a alguien mejor que tú." Levantó la cabeza y lo miró a los ojos, sus manos presionadas contra el fuerte pecho. "Así de mucho me gustas."
"Sam..." Jonah suspiró antes de presionar sus frentes juntas. "¿Cómo es que eres tan dulce?" Besó la esquina de su boca, haciendo que sonriera. Jonah también sonrió antes de seguir dándole besos por el rostro hasta que Sam estaba riendo cuando Jonah comenzó a hacerle cosquillas por los costados. "Eres tan bonito. Quiero comerte entero."
Sam se mordió el labio, mirándolo bajo sus pestañas. "Puedes hacerlo."
Jonah miró fijamente sus labios antes de tomar la parte trasera de su cabeza y presionar sus labios juntos. Un gemido roto se escapó de sus labios cuando sintió la lengua dentro de su boca, buscando y reclamando. Una dura mano sobre su trasero, apretó y luego la movió hacia abajo, presionado sobre su agujero por encima de los jeans, haciéndolo estremecerse. Ya estaba duro y listo, y podía sentir a Jonah igual de duro en sus pantalones.
Se sostuvo con fuerza de sus hombros cuando Jonah se puso de pie y comenzó a caminar hacia su recámara, sin soltar sus labios en ningún momento. Estaba un poco mareado cuando él lo dejó sobre la cama y se quitó la camiseta. Sam gimió mirándolo desnudarse. Jonah era demasiado sexy. Jamás se cansaría de mirarlo y adorar su hermoso cuerpo y cada sensual ondulación.
Jadeó cuando Jonah tiró de sus pantalones con fuerza, haciendo que se deslizaran por sus piernas. Le quitó la sudadera y se inclinó sobre él para atacar sus labios con hambre, casi con desesperación. Su caliente erección se frotaba contra su pierna mientras Jonah lo cubría. Sam no quería esperar, lo quería ahora. Tomó su cabeza y lo guio en el beso, levantando la cadera, presionando sus erecciones juntas.
Jonah gruñó contra su boca y comenzó a mecerse contra él, embistiendo como si estuviera dentro de Sam. su cabeza estaba girando por el placer, pero no quería esto. Se separó primero, respirando con dificultad, Jonah metiendo la cabeza en su cuello para dejar húmedos besos a lo largo de su pecho, pellizcando sus pezones con los dedos mientras dejaba marcas por su estómago y pecho.
Empujó sus hombros, tan fuerte como pudo, pero su fuerza no era nada contra Jonah. Él levantó la cabeza, mirándolo con confusión, sus ojos oscuros y cabello revuelto. "¿Qué pasa?"
"¿Puedes girarte?"
"¿Me pongo sobre mi espalda?" Inclinó la cabeza hacia un lado, como un cachorro confundido. Sam sonrió antes de asentir. "De acuerdo."
Sam lo observó mientras se acomodaba, cabeza sobre la almohada, brazos detrás de la cabeza, con una sonrisa encantadora, como si no estuviera desnudo y duro como roca. Se lamió los labios antes de meterse en el espacio entre sus piernas y tomar su erección en la mano, caliente, pesada. Se sentía tan bien, no podía dejar de mirar la gruesa cabeza roja, una gota en la cima. Sam cerró los ojos antes de envolverla con los labios, saboreando y gimiendo cuando el sabor explotó en su boca.
"Ah, mierda." Jonah puso una mano sobre su cabeza, mirando sus labios con el ceño fruncido, labios entreabiertos.
Sam chupó con suavidad, observando la expresión de Jonah volverse apretada, tensó el cuerpo, su mandíbula fuertemente presionada mientras Sam seguía chupando. Abriendo más la boca, comenzó a bajar, pero no era tan sencillo. Jonah era grueso y largo, por lo que no pudo ir más allá de cierta distancia. Pero continuó, chupando alrededor, jugando con sus bolas con una mano antes de chuparlas dentro de su boca. Jonah gimió con fuerza antes de tomarlo por debajo de los brazos y levantarlo.
"Lo siento," dijo.
Sam lo miró confundido. "¿Por qu-?"
Jadeó, abriendo los ojos como platos cuando Jonah rompió su ropa interior y lo presionó hacia abajo. Terminaron moliéndose como animales, tan encendido como nunca antes que apenas notó cuando Jonah tomó el lubricante y empujó un dedo en él, solo lo notó cuando el segundo dedo estuvo dentro y comenzaron a joderlo. Se aferró de sus hombros y cerro los ojos, sintiendo que estaba a punto de explotar, pero quería hacerlo cuando Jonah estuviera en él.
Apenas podía pensar bien, pero sintió que estaba rogándole cuando se sintió demasiado estimulado. Fue casi una sensación reconfortante cuando Jonah se empujó dentro de él, haciendo que un sollozo escapara de su boca. Lo montó rápidamente, estrellándose contra las embestidas del Jonah. Ambos gemían y se aferraban al otro, deseando estar increíblemente más cerca, imposiblemente cerca, quería ser absorbido por éste hombre, ser consumido por él.
Su orgasmo fue tan fuerte y arrasador que su vista se puso borrosa por un momento. Luego se dio cuenta de que no fue un momento. Estaba acostado en la cama con un par nuevo de boxers. Parpadeó en la oscuridad hasta que sus ojos se adaptaron a la poca iluminación de la habitación. Su cuerpo dolía en una buena manera, se sentía lánguido y perezoso. Olió su piel y notó que olía limpio y fresco, como si lo hubieran limpiado mientras estaba inconsciente.
Se deslizó fuera de la cama y abrió la puerta que estaba entrecerrada. Las luces de la sala estaban encendidas al igual que el televisor, un aroma de comida flotando en el aire. Jonah estaba sentado a la mesa con un plato de comida frente a él mientras miraba el noticiero. Giró la cabeza cuando Sam apareció.
En verdad estaba ahí.
Jonah sonrió, sus mejillas llenas de comida, luciendo un poco adorable, como si no lo hubiera jodido hasta la inconsciencia unas horas atrás. Sin camiseta y sin pantalones, como si fuera su casa. El hombre se sentía muy cómodo aquí, eso era seguro.
"Hey, cariño. ¿Tienes hambre?"
Su estómago gruñó, recordándole que no había comido nada desde el almuerzo. Asintió lentamente. Jonah estiró los brazos hacia él. Sam caminó sin pensarlo a sus brazos, donde fue levantado y sentado encima de las piernas de Jonah. Ni siquiera protestó, él quería estar así. Se hundió contra él, apoyando la cabeza contra su hombro.
"Hice algo de pasta con lo que encontré en el refrigerador," Jonah dijo, revolviendo el plato con el tenedor, enredando algo pasta. "No pensé que despertarías tan pronto, así que solo hice algo para mi."
Sam miró el plato lleno a rebozar. "Está bien. Mi estómago no es grande, apenas puedo comer la porción de un adulto." Se preguntó qué tanto podría costar alimentar a este hombre por el resto de su vida.
"Podemos compartir entonces," él dijo antes de llevar el tenedor a su boca. Sam abrió y masticó, haciendo un sonido complacido. "¿Está bien?"
"Sí," dijo, lamiéndose los labios. "Está delicioso, gracias."
"Cocinaré para ti cuando quieras."
Sam sonrió, recordando una de sus primeras conversaciones.
"Cuando nos conocimos pensé que no sabías cocinar," dijo.
"Ah, eso." Levantó la cabeza cuando Jonah se quedó en silencio. Lo miró mientras el hombre masticaba. Tenía una ligera sombra de color sobre las mejillas.
"¿Qué?"
Jonah se encogió de hombros. "Solo quería que me invitaras a comer."
"¿En serio?" Lo miró mientras sonreía. Jonah asintió, luciendo un poco avergonzado. "Eso es lindo. Yo estaba babeando por ti desde hace un tiempo, solo debiste decirme antes."
El hombre sonrió suavemente, mirándolo a los ojos. "No estaba seguro de qué hacer. Siempre me pareciste lindo, pero no creí que sintiera algo más. Me equivoqué terriblemente." Besó su hombro con un casto beso que hizo que su estómago se llenara de mariposas. "Solo me alegra finalmente poder estar así contigo, Sam."
"También yo."
Terminaron de comer mientras conversaban. Jonah le preguntó si quería conocer a su madre mientras ella seguía en la ciudad. Estaba avergonzado, pero supuso que sería lo mejor hacerlo de una vez por todas.
Ella era extremadamente bonita y atractiva para su edad. Sam estaba sorprendido de ver cuánto ellos se parecían físicamente. Sus ojos eran iguales, cabello y expresiones. Ambos eran hermosos. También fue amable con él y le hizo algunas preguntas, pero no pareció querer presionarlo, tampoco parecía molesta de que su hijo estaba saliendo con un hombre.
"Estoy feliz con que Jonah tenga alguien a su lado," ella dijo. "Y pareces un buen chico, así que solo cuida de él. Mi hijo es un buen hombre, así que sé que también cuidará de ti."
Así que ella estaba bien con Sam alrededor de su hijo, lo que hizo que su corazón se estrujara por todas las buenas razones. Esa noche durmió más cálido y seguro de lo que alguna vez se sintió. Con el hombre de sus sueños, cubriéndolo con su cuerpo.
Era perfecto.
***
Unos días después, Jonah organizó una comida en su casa e invitó a los chicos. Sacó la parrilla, la carne, los vegetales, la cerveza y se se sentaron en la parte trasera, disfrutando de la fresca noche y de la música.
"¿Qué harán el próximo fin de semana?" Asher preguntó desde la parrilla. Golpeó las pinzas juntas mientras se giraba para mirarlos. "Conseguí entradas para el partido."
"Mierda. ¿En serio?" Elliot saltó en su silla, haciendo que la pobre silla chirreara bajo su peso. Sus ojos se iluminaron mientras miraba a Asher. "¿Cómo? Pensé que se habían vendido por completo."
Asher se encogió de hombros. "Un tipo del club me los regaló por ayudarle después de meterse en una pelea." Sonrió presumidamente. "¿Qué dicen, pueden ir?"
Jonah asintió, bajando su cerveza. "Puedo ir."
"Creo que está bien por mi también," Calum dijo mientras bostezaba. "¿Qué hay sobre los estacionamientos?"
"Está incluido en los boletos."
Jonah se distrajo de la conversación cuando su celular vibró. Sam estaba había llegado a casa. Se puso de pie y miró a los hombres a su alrededor antes de tomar una profunda respiración. "Tengo a alguien a quien quiero presentarles. Por favor, no sean animales."
"¿Tienes novia?" Calum lo miró, frunciendo el ceño.
Abrió la boca para responder, pero Asher lo interrumpió. "¿Por qué no nos habías dicho?"
"¿Desde cuando?" Elliot preguntó.
Suspiró con fuerza. "Solo compórtense con él," dijo, mirando las expresiones de sus amigos con cuidado. Asintió cuando Elliot señaló con un dedo hacia la casa de Sam. "Sí. Ahora necesito que se comporten frente a él, ¿de acuerdo? No se siente cómodo estando alrededor de hombres grandes." Lo que eran todos ellos. "¿Está bien? No quiero que lo hagan sentir incómodo."
Elliot lo miró con diversión y simpatía. "Sabemos comportarnos, Jonah."
"Sí," dijo Asher. "Solo estoy sorprendido, pero está bien."
Calum entrecerró los ojos hacia él. "Ahora tengo curiosidad de saber cómo se ve."
Sacudió la cabeza y se encaminó hacia la parte frontal hasta llegar al porche de Sam y golpeó dos veces en la madera. Sam se tardó un momento en abrir, pero cuando lo hizo tenía una hermosa sonrisa en el rostro, el cabello acomodado y peinado, luciendo recién salido de la ducha en general. Jonah lo atrapó en sus brazos y presionó la cara contra su cabello, aspirando profundamente el olor a flores y fresco.
"¿Te fue bien con tu madre?" preguntó.
Sam asintió, sus brazos alrededor de su cintura, apretándolo con fuerza. "Todo bien. David nos llevó a almorzar a un bonito restaurante." Besó su hombro, frotando sus manos sobre su espalda. "¿Qué tal tú?"
"Solo te extrañé."
"A veces puedes ser muy cursi."
Sonrió, tomando sus caderas. "Te gusta cuando soy así."
"Sí. Me gusta." Sam se paró de puntillas y besó sus labios con suavidad antes de pasar las manos por su cabello. "Estoy listo para ir con tus amigos."
Tomó su mano y caminó con él hasta su patio trasero. Los chicos los miraron fijamente, pero ninguno de ellos puso una rara expresión. Asher se rió. "Pequeño amigo, así que eres tú. Debí imaginarlo."
"Hola a todos."
"Es bueno verte otra vez, Sam," Elliot dijo desde su lugar, sonriendo mientras levantaba su cerveza. "Sabía que caería por ti. Eres muy bonito."
Jonah le lanzó una mirada.
Calum solo sacudió la cabeza, pero estaba sonriendo. "Bienvenido, Sam."
Ninguno de los chicos cambió. De hecho, todos parecían comportarse más gracioso, o solo buscando llamar más la atención, mirando a Sam cada vez que reía. Estaba bien, supuso. Solo buscaban ponerlo cómodo, así que estaba agradecido. Pero tampoco le gustaba que Sam no le pusiera atención a él.
Cuando Sam venía de regreso con un plato que le dio Asher, Jonah lo tiró en su regazo, pasando los brazos a su alrededor. Sam se sonrojó un poco, pero no dijo nada, solo comió en silencio, dándole mordidas de vez en cuando. Él sabía cuánto le gustaba a Sam estar en su regazo, ser tratado así. Ni siquiera le prestó atención a las miradas de sus amigos, solo cerró los ojos y olió el cabello de Sam, sintiendo que una ola de tranquilidad lo llenaba.
Jamás iba a dejarlo ir.
Porque lo amaba.
Y porque Sam le dio luz a su aburrida vida.
***
Holaaaaa. Parte final aquí!!! Gracias por todo. No hay mucho que decir, solo gracias, y perdón por hacerlos esperar tanto. Nos leemos en la siguiente historia. La historia de Elliot.
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