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2

Había pasado casi una semana desde la última vez que tuvo un buen descanso. Sam había estado ridículamente ocupado en el trabajo y yendo a la casa de su madre. Ella había tenido un accidente, y tuvieron que ponerle un yeso en el brazo izquierdo. Usaba la mano derecha, por lo que no era tan terrible, pero seguía necesitando ayuda para hacer un par de cosas alrededor de la casa.

Empujó la puerta de su casa, cerrándola con fuerza. Lanzó su chaqueta al sofá y se dejó caer sobre el mismo, cerrando los ojos y dejando escapar un largo suspiro. Era viernes. No tenía que ir a la guardería hasta el lunes, y su prima había ido a quedarse con su madre el fin de semana. Todavía tenía que ir el sábado a ayudarle a montar un nuevo juego de comedor, pero por lo menos podría tener más de doce horas de sueño continuas.

Estaba por dormirse completamente cuando el timbre de la puerta sonó en sus oídos. Sam se quejó y puso un cojín sobre su cabeza, volviendo a cerrar los ojos. El timbre sonó otra vez. Quejándose, Sam se empujó del sofá, frotando su cabello mientras caminaba lentamente hacia la puerta. Todavía tenía los ojos medio cerrados por lo que tuvo que parpadear un par de veces para aclarar la imagen frente a él.

Jonah sonrió, metiendo las manos dentro de los bolsillos delanteros de su pantalón. Oh, Jonah. Sam sacudió la cabeza, mirándolo con curiosidad. "Hey, Sam."

"Jonah... " se humedeció los labios y de pronto encontró sus brazos incómodos, no sabía qué hacer con ellos. Los cruzó sobre su pecho, dándole una sonrisa al hombre. "¿Qué tal?"

"Me estaba preguntando si querías ir a pasar el rato. Voy a ir a jugar con mis amigos esta noche y quería saber si querías ir."

Maldición. Sam miró hacia su sofá, sintiendo el peso del cansancio sobre sus hombros. Era apenas un poco tarde, el sol se había ocultado y dormir era la idea más emocionante para él en ese momento. Pero... ¿rechazar en serio una invitación del hombre más caliente del mundo? Se mordió el labio inferior, mirando la forma en que el hoodie se estiraba sobre los hombros musculosos de Jonah. Estaba diciendo que sí iría antes de que se diera cuenta. Presionó los labios juntos y abrió la puerta.

"Yo- Necesito cambiarme primero. Puedes esperar dentro."

Se hizo a un lado, dejando a Jonah entrar. Joderrrrr, Sam apretó las piernas juntas cuando su pene dio un tirón. Jonah olía tan delicioso, tan bueno como Sam podría haber imaginado en sus mejores fantasías. Le miró el trasero metido dentro de los vaqueros mientras entraba y luego cerró la puerta despacio. Dios, si tan solo pudiera tocar... Se maldijo a sí mismo y casi huyó a su habitación para tomar una ducha y cambiarse a algo cómodo y abrigado para la noche. Jonah estaba sentado sobre su sofá, mirando las fotos que estaban sobre el estante a su derecha.

Jonah lo miró por un momento antes de ver las fotos otra vez. "¿Es la secundaria Hemingway?" preguntó señalando su foto de graduación en la que estaba junto a su madre.

Sintiendo que su rostro se calentaba por la vergüenza de su pasado, Sam asintió.

"Me gradué allí también. Qué curioso." Jonah miró la foto con curiosidad antes de ponerse de pie. "Asher debe estar por llegar."

Sam revisó que tenía sus llaves, billetera y celular antes de seguir a Jonah y cerrar la puerta de su casa. Jonah estiró los brazos por encima de la cabeza mientras caminaba. Y, Sam, por su puesto, solo pudo admirar la figura imponente de un hombre en sus mejores años. Jamás vio a alguien igual de atractivo, de sexy. Su rostro completamente duro, pero sus expresiones lograban ser suaves y tenía buenos modales. ¿Gente así realmente existía?

Creía que lo mejor de todo, es que no se sentía intimidado a su lado.

Sam miró sus propios pies mientras caminaba. Él no era nada asombroso, tenía hasta una barriguita que le ponía incómodo a veces. Su cabello estaba largo, sobre los hombros, tenía manos pequeñas y su rostro no era nada parecido a un modelo, pero había sacado los rasgos de su madre y ella era muy bonita, incluso ahora en sus cincuenta. Comparado a Jonah, no era alguien que pudiera sobresalir.

"Asher puede parecer un tipo frío, pero es un buen hombre," dijo Jonah, deteniéndose en la acerca antes de sentarse sobre su trasero. "Ha tenido problemas en los últimos meses, así que tal vez no parezca tan agradable, pero lo es. Lo prometo."

Sam se frotó la nariz con la manga de su sudadera. "Está bien. He estado alrededor de personas así antes. Si tu amigo está pasando por un mal momento, lo mejor es solo hacerle saber que estás ahí."

"Lo sé. Es solo... No sé. Hablaré con él después, supongo."

Sam se permitió disfrutar del pacífico silencio de la noche por un momento, inhalando con fuerza. No tenía muchos amigos, la verdad. Y siempre estaba en casa, trabajando o con su madre, por lo que no estaba seguro de cómo se sentiría al estar rodeado de completos extraños. Eran amigos de Jonah, pero no suyos.

"¿Estás ocupado el fin de semana?" Jonah preguntó, mirando hacia él.

"Um... Tengo que ir a casa de mi madre a ayudarle con unos muebles. Supongo que estaré allí todo el fin de semana." Lo miró mientras Jonah asentía. Sam se humedeció los labios antes de volver a hablar. "¿Necesitabas algo?"

Jonah sacudió la cabeza antes de ponerse de pie. "Haré una parrillada mañana con los chicos y si estabas libre, me habría gustado que estuvieras ahí. Me agradas, Sam." Jonah le puso una de sus grandes manos en el hombro y le sonrió. "Pareces ser una genuinamente buena persona. Solo me dejo llevar fácilmente por eso. En serio me gustas."

Sam sintió que su rostro estaba por completo caliente, yendo hasta su cuello. Antes de que pudiera poner dos pensamientos en línea, la misma camioneta roja del otro día se detuvo frente a ellos. La ventanilla bajó.

"Hey, ¿estás listo?" Los oscuros ojos del hombre se clavaron en él, levantó una ceja hacia Jonah antes de estirar su mano hacia Sam. "Hey, pequeño hombre, mi nombre es Asher." Sonrió y Sam tuvo que admitir que era bastante guapo. Asher señaló el asiento trasero con la cabeza. "Sube. Vamos a llegar tarde."

"Me llamo Sam," dijo después de subir y abrocharse el cinturón. Jonah le dio una rápida mirada antes de chocar puños con Asher.

"¿Sabes jugar futbol americano, Sam?"

Frotó sus manos juntas, mirando a Asher por el retrovisor. "La verdad, no. No soy bueno tampoco. Pero me considero un buen espectador."

Asher se rió. "De acuerdo. Puedes ver, supongo."

"¿Elliot dijo si estaba por llegar?" Jonah revisó su celular por un momento antes de levantar la cabeza y mirar el camino. "Calum acaba de salir del trabajo. También está en camino." Estiró el brazo por detrás del asiento y miró a Sam. "Sabes que no tienes que jugar, ¿cierto? Está bien si solo miras."

Sam le sonrió, amando lo considerado que el gran hombre era. Se mordió el labio y asintió. "Lo sé."

Llegaron en apenas un momento. Era una cancha de soccer con grama artificial, muy bien iluminado con lámparas LED. Sam fue directamente hacia las pequeñas gradas y se sentó allí, viendo a los cuatro hombres acercarse. Sam apoyó un codo sobre sus rodillas, mentón sobre su mano y miró con interés. Demonios, todos eran tipos grandes. Escuchó a Jonah decir que el rubio con cuerpo de estrella porno corrió hacia ellos se llamaba Elliot. Así que el otro sujeto que llegó de último y también lucía como un modelo era Calum.

Elliot era rubio, con una mirada divertida y una sonrisa que decía que era un chico travieso. Era más que consciente de su buen físico, quitándose la camisa en medio del campo. Músculos duros y una hermosa piel limpia. Tenía un brillo divertido en los ojos.

Asher, el que fue por ellos, también estaba bien construido. Tenía un corte bajo de cabello, barba bien cortada y bigote. Su piel oscura hacía que fuera difícil apartar la vista de él. Sam se encontró a sí mismo mirándolo fijamente. Tenía tatuajes en sus gruesos brazos y tenía un torso fuerte y marcado. Podía verlo con facilidad porque llevaba una camiseta sin mangas que se aferraba a su cuerpo como otra piel.

Su mirada pasó a Calum. Este último parecía un tipo más serio, sus ojos todavía tenían un toque de diversión mientras hablaba con Jonah, pero sus movimientos eran más refinados. Probablemente era un tipo adinerado. Aún así, Calum era el tipo más grande de todos ellos. Su piel parecía estar bien bronceada y su rostro era ridículamente bien estructurado. Una leve sombra de barba y un corte de cabello impecable, hoyuelos en sus mejillas afiladas. Estaba parado al lado de Jonah y su diferencia era notable. ¿Cómo podían mantener un físico tan impresionante?

Y luego estaba Jonah Davis.

Sam era un hombre gay completamente saludable y sabía apreciar a los tipos que se veían bien. Pero, ¿Jonah? Sam jamás estuvo tan duro alrededor un hombre antes. Su cuerpo parecía reaccionar por sí mismo ante Jonah, estaba listo para él, para lo que el hombre quisiera hacerle. Sam podía no tener experiencia suficiente, pero él había explorado su propio cuerpo innumerables veces y sabía lo que quería y cuánto deseaba a Jonah.

Alto, musculoso, sonrisa amable, ojos suaves, sexy como el infierno, su perfecto sueño húmedo. Sam sentía la necesidad de meterse en su regazo y chupar una marca en su cuello, tal vez incluso meter las manos bajo la camiseta y acariciar toda esa piel...

"¿Estás bien?" Sam se sobresaltó al ver a Jonah frente a él. El hombre sacudió una mano frente a él antes de presionar la palma contra la frente de Sam. "Estás sonrojado," dijo. "¿Tienes frío? Puedo prestarte mi hoodie."

Sam se tocó la cara con las manos, mirando a otra parte. "Estoy bien. Solo estaba pensando demasiado profundo."

Jonah asintió. "De acuerdo. Vamos a empezar ahora. Elliot trajo comida para todos," dijo. Levantó la bolsa de papel que colgaba de su mano y se la tendió. "Puedes tomar lo que quieras. Nosotros vamos a jugar por un rato."

Sam tomó la bolsa, murmurando un pequeño gracias mientras Jonah corría hacia la cancha. Se sentó allí en silencio, comiendo papas de una bolsa, mirando a los chicos molestar y chocar contra el otro. Estaba más que fascinado, y fue inesperadamente divertido. Sam se encontró al final de la noche, mientras ya estaba en su cama cerrando los ojos que una noche así se repitiera.

***

Sam estaba limpiando la mesa después de que su madre y él terminaran la cena, cuando escuchó la puerta delantera abrirse. Su madre había dicho que iría arriba a tomar una ducha, así que no tenía idea de quién estaba entrando.

"Oh." El hombre se detuvo frente a la puerta, mirándolo fijamente. Parecía sorprendido. Si era un ladrón, Sam estaba listo para llamar a la policía. Tenía el tono de emergencia a un dedo. "Tú debes ser Sam... "

"¿Quién eres?"

"Oh, maldición..."

Sam arrugó el rostro. "Mamá..."

"No eres un niño, Sam." Ella bajó las escaleras, usando ropa cómoda. Se acercó al desconocido y le dio un beso en la mejilla sin afeitar. Estaba confundido. ¿Su madre estaba saliendo con alguien? Le dijo algo al sujeto antes de girarse y mirarlo. "Sammuel, él es David. Hemos estado saliendo por un par de meses." Le sostuvo la mano y... David asintió, dándole a Sam una sonrisa amable.

David se adelantó y le tendió la mano por un breve momento antes de regresar al lado de su madre, poniendo un brazo por encima de sus hombros. "Es bueno finalmente conocerte, Sam. Tu madre habla de ti todo el tiempo. Es agradable ponerle un rostro a Sam ahora."

"Yo... um, digo lo mismo. Iré a..." señaló las escaleras y se deslizó lentamente hacia ellas. "Iré a mi habitación a revisar algo. Tengan una buena noche." Sam suspiró después de decir eso y subió los escalones rápidamente. Cerró la puerta de su habitación detrás de él antes de recostarse a ella y exhalar un largo suspiro.

Tomó un baño, intentando relajarse un poco. Sus manos ardían un poco todavía. Él no estaba acostumbrado a armar cosas, solo las usaba, y no tenía un trabajo que exigiera fuerza, así que sus manos eran suaves como las de un bebé y se lastimaba con facilidad. Después de salir de baño, se puso pomada que encontró en el gabinete del baño y se vistió. Metió su ropa en su mochila y se puso sus zapatos.

Hubo dos golpes en la puerta antes de que esta se abriera.

"Pensé que pasarías la noche aquí," su madre dijo, entrando, cerrando la puerta detrás de ella. Se sentó en el borde de la cama mirando su mochila ya lista antes de levantar la mirada. Sonrió de lado, con suavidad. "¿Estás incómodo?"

Sam cruzó los brazos sobre el pecho, sacudiendo la cabeza. "No. Tengo cosas que hacer mañana, lo había olvidado." Recogió su cargador y productos de limpieza de la mesita de noche. "Puedo regresar el próximo fin de semana, si quieres."

"Sam..."

Cerró su mochila y suspiró, cruzándose de brazos otra vez. La miró.

"Sé honesto conmigo. Ven," palmeó el espacio a su lado en la cama. "Siéntate conmigo." Sam lo hizo, todavía sintiéndose un poco a la defensiva. Sabía que no debía sentirse así. Su madre había pasado muchos años sola, tenía que seguir con su vida en algún momento. "Debí habértelo dicho."

"No, no." Sacudió la cabeza. "Es tu vida, mamá. Yo no tengo derecho de sentirme así."

Ella sonrió antes de tocarle el cabello. "Sammy... Después de tu padre, me dije que jamás volvería a tener una relación. Pero después de un tiempo, empiezas a sentirte solo." Le giró el rostro, para que la mirara. "Sé que te preocupa que todo vuelva a repetirse, pero conozco a David. Y es un buen hombre. Perdió a su esposa e hijos en un accidente hace años. Tampoco estaba buscando una relación," sonrió con suavidad, acariciando la mejilla de Sam. "Ambos estamos intentando salir de nuestro cascarón. Es un buen tipo. Algo tímido, pero tiene un gran corazón." Sus ojos se encontraron. "Entiendo si te sientes incómodo. Es completamente normal. Solo quiero que le des una oportunidad en algún momento."

"Confío en ti," dijo, frotándose las manos. "Aún así quisiera regresar hoy mismo a mi casa. Además, no quiero interrumpir."

Ella asintió. "¿Estás seguro?"

"Sí. Podemos encontrarnos el próximo fin de semana y tener una comida juntos. Con David."

"Me encantaría eso."

Sam se despidió de ambos, intentando hacer todo lo posible para parecer menos frío. Condujo a casa, pero pasó primero a una gasolinera y consiguió un par de cervezas. Sam no era un gran bebedor, de hecho casi nunca bebía, pero sentía que lo necesitaba en ese momento. Cuando llegó, escuchó algo de música proveniente de la casa de Jonah. Claro, tenían una parrillada ahí.

Solo se lanzó al sofá después de poner las cervezas en el refrigerador y abrió una, mirando una película de acción. Tal vez estaba bebiendo demasiado rápido, porque cuando se dio cuenta había terminado la sexta lata y se sentía suelto y relajado. Se balanceó un poco cuando se puso de pie, pero no estaba realmente tan ebrio, su tolerancia al alcohol no era la mejor.

El timbre sonó y Sam en verdad se debatió si debía abrir o no. Se humedeció el rostro en el lavado antes de abrir. Internamente, Sam gimió y quiso golpear la cabeza contra la puerta. La última persona que quería ver en este momento era a Jonah. Se apoyó en la puerta y le dio una sonrisa.

"Hola."

Jonah sonrió. "Te vi llegar hace un rato así que pensé que podría traerte algo de comer, a menos que quieras unirte a nosotros..." levantó una ceja.

"Um, no creo que sea una buena idea ir." Sam apartó la mirada y se frotó el brazo. "Además estoy algo cansado."

"Entiendo. Puedo traerte un plato de todas formas, así lo comes en la mañana cuando despiertes." Sam asintió, presionando los labios juntos. Miró a Jonah cuando sintió la mirada del hombre en él. Jonah rió con suavidad. "¿Estás ebrio?"

Sam inhaló profundamente, cruzándose de brazos. "¿Por qué lo preguntas?"

"Tu rostro está rojo y hablas demasiado firme." Jonah metió las manos dentro de los bolsillos del pantalón mientras conservaba la sonrisa en su atractivo rostro. Levaba una sudadera grande de color azul oscuro que no debía lucir tan bien. "Bueno, gracias, siempre pensé que el azul era mi color."

Sam lo miró a los ojos. "¿Qué?"

"Acabas de decir que el azul se ve bien en mi. Gracias. También me gusta el azul."

Sacudiendo la cabeza, Sam dio un paso atrás. "Lo siento. No pensé que lo había dicho en voz alta." Dios, no podía mirarlo a la cara. Sabía que debía haber jugado al dormido. Si sobrio tenía problemas para comportarse alrededor del hombre, a la mitad de estar completamente ebrio, Sam no podía controlar bien lo que salía de su boca. Presionó los labios juntos con fuerza.

"No te preocupes, es agradable recibir cumplidos. Tú tienes lindo cabello." Señaló su cabeza con una mano.

Ignorando el calor en su rostro, Sam bromeó. "Vamos, eres con suerte el tipo más ca- guapo que he visto en mi vida. Debes recibir muchos cumplidos a diario." Se frotó el cuello nerviosamente, pensando en las palabras de Jonah. ¿Su cabello era lindo?

"Vaya," Jonah sonrió de lado mirando a Sam. "Sabes cómo subirle el ego a una persona." Se rió con suavidad y asintió. "Estaré de regreso en un momento, espera por mí."

Sam cerró la puerta con fuerza, metió la mano dentro de su pantalón y comenzó a masturbarse rápido y duro, mordiéndose la parte superior del brazo. Casi cayó de rodillas, pero se apoyó en sus piernas temblorosas, deseando poder estar en su cama, empujando sus dedos profundamente dentro de sí mismo. Mierda. Apretó la base de su pene antes de volver a masturbarse, pensando en Jonah. Siempre era Jonah en quien pensaba, no importaba lo mucho que lo evitara. Dios, el hombre era un sueño andante. Sam deseaba sentir su toque al menos una vez. Sería más que suficiente para mantenerlo cachondo por días.

Gimió, maldiciendo sin respiración cuando se vino en sus pantalones. Respirando con dificultad, Sam se deslizó hasta el piso, sacando la mano de su pantalón. Ah, maldición, era patético. Apenas un poco estable, corrió a su habitación para ducharse antes de que Jonah regresara. Con suerte también lo pondría un poco más sobrio.

Estaba metiendo la ropa en la lavadora cuando el timbre sonó. Sam se miró en el espejo del corredor. Tenía los labios rojos, mejillas rojas y sus ojos un poco brillantes, además de que su cabello era un desastre. Hizo lo mejor que pudo con él, poniéndolo hacia atrás antes de apresurarse a la puerta.

Jonah tenía un envase blanco en la mano.

Sam lo tomó. "Gracias por esto. Juro que voy a pagarlo en algún momento." Le dio una pequeña sonrisa.

Jonah tenía una expresión neutral cuando lo miró, luego sacudió la cabeza y dio un paso atrás.

"No te preocupes por eso. Pero si estás ofreciéndolo, prometiste invitarme a cenar la otra vez." Se frotó el abdomen. "Jamás diría que no a comida casera."

Sam se mordió el labio inferior mientras pensaba. Asintió. "Bueno, ¿qué tal mañana? Es domingo. Claro, solo si no tienes nada que hacer."

"Está perfecto para mí." Se dio la vuelta y bajó los escalones. "Nos vemos, mañana, Sam."

"Sí."

Cerró la puerta y guardó la comida en el refrigerador antes de ir a su habitación y lanzarse a su cama. Su corazón todavía latía con fuerza y estaba exhausto. Con suerte estaría dormido hasta el mediodía.

***

"¿Otra cerveza?"

Casi la arrancó de la mano de Elliot. "Gracias." Miró alrededor del patio, viendo a Calum y Asher pelear encima de la parrilla. "¿Qué les pasa?" preguntó dejándose caer sobre su silla.

"Solo su pelea usual." Elliot estiró las piernas y suspiró. "Calum le dijo a Asher que no sabe cómo azar la carne."

"Si terminan peleando, tú los separarás."

Elliot rió a su lado. "Vaya humor. ¿Algo pasó?"

Jonah apretó la mandíbula, envolviendo su mano alrededor de la botella con más fuerza. "Todo está bien."

"¿Es sobre tu bonito vecino?"

Quería golpearle el rostro y quitarle la sonrisa de la cara. "Pensé que eras heterosexual."

Él se rió.

"¿Qué hay de malo en apreciar la belleza de las personas?" Se encogió de hombros y tomó un trago de su cerveza. "Él es bonito."

"Ya cállate."

"Oh. Entonces sí es por él... ya veo." Jonah le dio una mirada seca lo que hizo a Elliot reír con más fuerza. "¿Se metió en tu cabeza?"

"Estás hablando estupideces." Tomó un largo trago de su cerveza, mirando la parrilla. No se estaba metiendo en su cabeza. Ya se había metido y Jonah no sabía qué hacer para sacarlo de ahí. La imagen de Sam sonrojado, con los labios rojos y cabello desordenado, no hizo nada para que Jonah lo mirara de una forma saludable. Gruñó, enojado consigo mismo. "No pasa nada. Es solo un amigo."

No pasaba nada.

***

Hola!!! Capítulo 2 listo. Espero que estén disfrutando de la historia. Gracias por todo una vez más. Tengan un lindo día. Nos leemos pronto xx

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