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26

Admitir nuestras debilidades ante otros puede ser una de las sensaciones más incómodas que existen. 

Por eso cuando le contó todo lo que sucedió a Ben, se sintió tan débil y patético que ni siquiera pudo mirarlos a los ojos por el resto del día. Pero después de dormir ese día en su apartamento limpio y completamente libre de alcohol, y una pesada noche de sueño y varias horas después, se sentía como un mejor ser humano. Ese día salió de su apartamento y salió por una caminata en el parque cercano a su edificio. Fue por algo de café y se sentó en una banca frente al lago artificial mientras se cubría con un grueso abrigo, cruzó las piernas y solo se dedicó a contemplar el paisaje sin ningún pensamiento en la mente.

Se sintió en paz después de lo que pareció ser mucho tiempo. 

Pero solo habían sido unos días.

Todas sus relaciones en el pasado, todas las aventuras y compromisos no fueron nada. Ahora se daba cuenta de eso. Nunca nadie lo había hecho sentir como si hubiera perdido cada gramo de sí mismo después de dejarlos atrás. Jamás tuvo ese vacío en el pecho que solo pudo llenar con alcohol porque era demasiado débil para afrontar su realidad.

Se preguntó qué tan patético parecía ahora frente a los demás. ¿Así se sintieron sus ex parejas? Su última "relación" que había durado años, no significó nada para él, tanto así que solo se despidió de ella por teléfono y no intentó disculparse ni saber cómo estaba. Probablemente debería hacer algo al respecto.

En todo caso, ahora estaba de regreso a su ciudad, a donde se sentía como en casa. Pero sabía que no era del todo correcto, algo hacía falta ahí. Tanto como deseaba evitar pensar en él, su mente dibujó una imagen donde ambos estaban sentados frente al lago, bebiendo sus cafés mientras él le coqueteaba contra su oído y Jamie se reía y luego golpeaba su hombro diciéndole que se comportara. 

Sonrió un poco antes de darse cuenta de lo que estaba haciendo. 

Habría sido lindo de cualquier manera.

Solo quedaba seguir adelante y volver a encontrarse a sí mismo, a la persona independiente y enfocada que era. También tenía que regresar al trabajo, pero quizás un poco después.

Sus padres tampoco estaban en el país. Salieron de vacaciones a Dubai unos días antes y no quería molestarlos ni preocupar a su madre, así que solo dejaría que las cosas fluyeran lentamente hasta entonces.

Se llevó el vaso a los labios y sorbió un poco, haciendo una mueca cuando se quemó el labio inferior. Su teléfono vibró en uno de sus bolsillos y lo sacó, viendo que era su tía.

"Hola."

"Cariño, hola. ¿Cómo te recibió la ciudad?"

Sonrió con suavidad. "Está más frío de lo que recuerdo."

"¿Eso es bueno?"

Se puso de pie y comenzó a caminar de regreso a su edificio a través del camino más largo. "Ah, no lo sé. Supongo que está bien." Apretó los labios y exhaló lentamente. "Tía, lamento haberme ido tan rápido y de pronto. Algo inesperado surgió y tenía que salir de inmediato. ¿Estás enojada conmigo?"

Ella se rió. 

"No. Si era lo que necesitabas hacer, no importa. Pero noté que dejaste algunas cosas y quería enviártelas. Solo necesito tu dirección."

"Ah, seguro. Te lo enviaré en cuanto llegue a mi apartamento." Frunció el ceño mientras pensaba. No podía recordar haber dejado nada, pero con la prisa con la que salió algo pudo haberse quedado. Se rascó la cabeza y asintió. "De acuerdo. ¿Están bien? ¿Lucy y el bebé?"

"Todo está de maravilla. Qwin le propuso matrimonio en la noche de Navidad y su cabeza parece estar en las nubes. Ambos en realidad. Qwin no deja de venir a casa y ponerse cómodo. Es bueno que ya lo conozcamos, sino tu tío estaría echándolo a patadas cada noche." Ella hizo una pausa y la llamada parecía cortarse por momentos. Su tía suspiró. "Lamento si se escucha mal, estoy en el hospital con Jamie y la conexión es terrible aquí."

¿Él está bien? Fue lo primero que estuvo a punto de deslizarse de su boca, pero se detuvo justo a tiempo. Se aclaró la garganta.

"¿Estás herida?"

"Oh, no. Estoy bien. Es Jamie. No ha estado sintiéndose bien últimamente y vomita después de comer cualquier cosa. Dice que está bien, pero estoy segura de que atrapó alguna bacteria o virus estomacal. Así que lo arrastré a hacerse exámenes."

"Ya veo. Entonces, te enviaré mi dirección en un momento."

Ella hizo una pausa antes de responder. 

"Sí, gracias. Ten un buen día, cariño."

Cerró la llamada antes de cruzar la calle y pasar a su lugar favorito para recoger algo para el almuerzo. Tenía una cita con Ben y Neil por la noche, una reunión con los invitados sobre los últimos detalles y vestimenta, además de la fiesta después de la boda. No tenía idea de lo que era, pero Ben estaba muy emocionado con todo eso. Podía ver lo nervioso que también estaba y cuanto quería que todo saliera a la perfección. 

Le envió la dirección a su tía y luego se sentó en su computadora con su comida y miró un documental de asesinatos que le pareció interesante y continuó. Era un poco asqueroso. Su piel se erizó en algunas partes y estaba listo para abandonarlo cuando se dio cuenta de que estaba en el último episodio. Había pasado casi tres horas mirando antes de darse cuenta y ahora necesitaba comenzar a arreglarse para reunirse con los chicos. Vería el último episodio después, no porque le gustara, era solo que no le gustaba dejar las cosas a medias. 

Tomó una ducha y revisó su armario mientras se secaba. Tomó un suéter con cuello de tortuga, pantalones negros y zapatos oscuros también. Solo era una reunión en una hotel, así que debería estar bien. Cuando se paró frente al espejo comenzó a curar sus heridas. Ya solo eran moretones en su gran mayoría y las más grandes estaban cerrando. Se miró fijamente cuando terminó y casi no se reconoció en el espejo, o quizás la imagen era más familiar de lo que recordaba. Cabello corto otra vez, su cabeza se sentía un poco rara y liviana de alguna manera. Se lo cortó apenas puso un pie en la ciudad y no se había puesto a pensar en ello mucho hasta ahora. También se había afeitado por completo, pero estaba comenzando a crecer nuevamente. 

Y llegó a la conclusión de que veía como un idiota adinerado.

Tomó su gabardina negra y la pasó por sus hombros antes de apartar la mirada de su reflejo sin poder sentirse cómodo. Tomó sus cosas y fue al estacionamiento para conseguir su auto. Tal se dejaría crecer el cabello otra vez, ni siquiera estaba seguro de por qué lo cortó después de todo. Quizás solo era para dejar esa versión de él atrás. 

Se detuvo frente a un semáforo en rojo y contempló lo que había hecho desde que llegó. Además de beber hasta la inconsciencia, no había hecho nada más. Pensó ir a un bar o club y conseguir alguien con quien pasar la noche, pero en realidad no quería hacerlo. Una parte de su cerebro le decía que estaba mal, como si estuviera engañándolo, pero ya no había nada entre ambos, ¿no era así? No tenía ninguna razón como para no hacerlo, y aún así no podía.

Él quizás ya lo había hecho a un lado. No es como si lo necesitara en realidad. Tenía amigos y podría hacer amigos nuevos también. Greg era bueno con las personas así que pronto le encontraría una cita. Probablemente alguien que fuera un buen sujeto, alguien—

Una bocina detrás de él sonó repetidas veces haciendo que parpadeara rápidamente. El semáforo estaba en verde.

Sacudió la cabeza y avanzó. No. Tenía que dejar de pensar en él. No tenía sentido volver a deprimirse como lo hizo. Tenía más fuerza y dignidad que eso.

Pero todavía no podía olvidarse de lo que dijo. Quizás debió pensarlo un poco más. Pero no era culpa de Jamie. Si había alguien a quien culpar, era a ambos. 

No era algo que debió comenzar. 

Líneas que jamás debieron cruzar. 

Pero ya estaba hecho y, quizás, era lo mejor.

El lujoso lugar era hermoso, brillante e iluminado. Como le gustaba a Ben. Su amigo lo recibió con un gran abrazo y una sonrisa.

"Hey, es bueno verte así." La camisa blanca que llevaba era casi tan brillante como todo el lugar, y su sonrisa igual. "Te ves genial."

"También tú. ¿Cuánto gastaste en este lugar?"

Ben se encogió de hombros. "La familia de Neil está pagando, así que ninguno de los dos tiene idea, pero lindo, ¿cierto?" Señaló el pasillo del lobby y lo condujo hacia uno de los salones. Había una barra de bebidas, comida y personas hablando por todo el lugar mientras sostenían copas. "No es nada importante, en realidad. Ya sabes, solo querían dar una fiesta antes de la boda y para celebrar el año nuevo juntos."

"Pero faltan días para el año nuevo," dijo.

"Ya lo sé. Ellos solo son... del tipo fiestero. Toman cualquier oportunidad para gastar dinero y tirar alcohol al aire. Quizás otras sustancias también." Se detuvieron frente a la sala principal donde había personas en sofás conversando. "No tienes que quedarte mucho tiempo, tampoco tienes que beber nada, así que no te sientas presionado por nada. Yo probablemente iré a una de las habitaciones y me acostaré a dormir antes de que la policía llegue."

No pudo evitar reírse un poco.

"¿De verdad son así?" No era tan ajeno a ese tipo de circunstancias. La gente rica le gustaba que las personas supieran que lo eran. Sus fiestas siempre eran exageradas. Alcohol, sexo, drogas. Había estado en esas fiestas, pero nunca participaba en nada. Era simplemente estúpido desde su punto de vista. Ben se encogió de hombros sin darle mucha importancia. "Neil parece un sujeto tranquilo. No creí que le interesara este tipo de cosas."

"No lo está. Él es la oveja blanca de su familia." Ben lo señaló. Estaba en un sofá apartado de los demás con una tablet en sus manos y audífonos en los oídos. "Está viendo un partido de algo. No quería venir."

Un hombre vestido de traje se acercó a ellos con una bandeja. "¿Champaña, caballeros?"

Ben lo decidió rápidamente antes de empujarlo hacia la comida. Tomó un plato y le tendió otro a él antes de rodear la mesa y comenzar a recolectar cosas en su plato. Después de amontonar una gran cantidad, miró el plato fijamente y suspiró. "No se supone que coma tanto. No entraré en mi traje."

Sonrió mientras se servía una porción de fruta. "¿De qué hablas? Solo come. Es tu fiesta después de todo. Aunque no lo parezca."

"Claro. No eres quien llorará ese día, y no por felicidad."

Tomaron asiento en la barra y conversaron. Sabía que Ben estaba evitando preguntar sobre el tema sin ser muy delicado, pero todavía lo apreciaba. 

Un momento después, una mujer se acercó a ellos. Ben la saludó y los presentó brevemente. Estrechó su mano con suavidad y le sonrió de regreso. La sonrisa de ella era realmente bonita y brillante. Cabello largo y ondulado cayendo por sus hombros y grandes ojos claros también. Podía ver en su mirada que ella estaba interesada y eso en lugar de aumentarle el ego como en el pasado, solo hizo que su estómago se revolviera incómodamente. 

Rose, se llamaba, tomó asiento en la silla a su lado. 

"Así que, eres el infame Grayson del que me han hablado." Ella apoyó la mejilla en una mano y lo miró con una pequeña sonrisa que la hacía ver casi infantil.

Se encogió de hombros. "Eso creo. No sabía que mi nombre resonaba por las paredes."

"Bueno, ya sabes, Emma hizo todo un alboroto cuando la dejaste. Así que estoy segura de que muchas más personas saben de ti y de lo desalmado que eres. ¿Realmente la terminaste por una llamada?"

Apretó los labios y apartó la mirada de ella para ver su plato. Podía sentir los ojos de Ben en él, pero no podía hacer nada al respecto. 

"Algo así. Tengo que disculparme con ella."

Rose se rió. "No creo que sea una buena idea. Estaba realmente enojada la última vez que la vi y está saliendo con un futbolista ahora mismo. Ella parece estar superando todo muy bien. Pero, ¿qué hay de ti?" Ella pidió una copa al bartender y después de recibirla tomó un trago. "Escuché que tomaste vacaciones y dejaste la ciudad por un tiempo. ¿Qué tal?"

Suspiró y apuñaló las manzanas de su plato. 

"Es tranquilo. Un ritmo más lento que la ciudad. Agradable."

"Ya veo. Así que algo sucedió, pero no voy a preguntar porque veo que estás incómodo con eso." La miró cuando ella se quedó en silencio. Estaba tomando un sorbo de su copa con una mirada pensativa. Después lo miró por el rabillo y le sonrió. "Lo siento, solo estaba pensando. Entonces, ¿qué dices si salimos un día? Como amigos. Realmente me gustaría conocerte." Deslizó la mano sobre la barra y la puso sobre la suya. Grayson apretó los dientes suprimiendo las ganas de sacudir su mano y alejarse sin decir una palabra. Ella sonrió abiertamente, todavía coqueteando. "O quizás solo podemos irnos ahora."

Abrió la boca para responderle, pero Ben tiró de su hombro.

"Tenemos que irnos, ¿recuerdas?" Ben saltó de su asiento y le sonrió a Rose. "Lo siento, querida, pero nos vamos. ¿Estás bien? ¿Disfrutas de la fiesta?"

Rose parpadeó lentamente antes de asentir y poner una sonrisa forzada en la cara. "Sí. Es genial. Yo—"

"Oh. Neil nos está llamando. Adiós."

Ben básicamente lo arrastró hasta donde estaba Neil. El hombre levantó la mirada de su tablet y los miró con curiosidad. Se quitó los audífonos y se puso de pie. "Hola. ¿Qué sucede?" 

"Ben está custodiándome esta noche," respondió mientras tiraba del borde de su gabardina que Ben sostenía con fuerza. "Creo que es hora de irme. Lo siento."

Neil sacudió la cabeza y les señaló la entrada, caminando a su lado. "Lo entiendo. Mi familia solo cree que debe hacer todo un espectáculo con la excusa de decir que es por nuestra boda. Creo que también nos iremos." Miró a Ben y él asintió, pegándose a su costado. Neil lo envolvió con su brazo apretadamente. "De cualquier manera, gracias por venir."

Estiró su mano y la estrechó con la de Neil. "Cualquier cosa por ustedes."

Estaba casi agradecido de poder llegar temprano a casa. Se habría quedado con Ben si él lo hubiera querido, pero no había sido la ocasión. Todavía no se sentía del todo bien y sabía que no iba a sentirse como su viejo yo por completo por un tiempo, pero todavía podía esperar que las cosas sucedieran con el pasar de los días a su ritmo.

Tomó una ducha y se lanzó a la cama para terminar de ver el último episodio del documental antes de dormirse.

Despertó al día siguiente y se preparó para ir a entrenar después de dar vueltas en su apartamento. Su tía le envió un mensaje diciendo que sus cosas deberían estar por llegar en algún momento del día, así que esperó por un tiempo, pero nada llegó, así que solo salió, esperando que su paquete estuviera ahí cuando regresara.

Cuando estuvo de vuelta y subiendo en el elevador, recibió una llamada de su tía. 

"Hola, cariño. ¿Ya recibiste el paquete?"

Se apoyó contra el elevador y suspiró. "No. Creo que no. Tuve que salir por un momento, pero supongo que ya debería estar aquí. Te avisaré de cualquier manera."

"Ah, claro. Sí. Adiós."

Frunció el ceño ante el repentino corte, pero solo se encogió de hombros y bostezó, frotando su estómago. Podría prepararse algunas tostadas o pedir algo en línea, pero estaba hambriento después de su entrenamiento. 

Las puertas se abrieron y él caminó hacia su puerta.

Se detuvo en la mitad del pasillo sin estar seguro de si estaba viendo bien.

Había una persona recostada contra su puerta, encogido como una bolita, cabeza enterrada entre sus rodillas con una gorra oscura.

Su corazón comenzó a latir rápido mientras volvía a caminar. ¿Qué demonios estaba pasando? 

La persona levantó la cabeza y miró hacia él.

Grayson juró que su corazón iba a salirse de su pecho cuando sus ojos se encontraron con los de Jamie. "¿Qué carajos haces aquí?" la pregunta se escapó de su boca por accidente. Tragó con fuerza y miró alrededor antes de volver a mirarlo. Había una caja a su lado y tenía una mochila cargada con él. Cuando se puso de pie, Grayson dio un paso atrás y frunció el ceño. "¿Qué haces aquí?"

Jamie bajó la cabeza y suspiró. Sus manos se cerraron y abrieron con nerviosismo. Grayson apretó los dientes mientras esperaba. Jamie sacudió la cabeza antes de mirarlo. "Vine a disculparme."

"Ah." Se cruzó de brazos y asintió. "Está bien. Gracias. Ya puedes regresar."

Los ojos se Jamie no parecían divertidos, en todo caso se veía molesto e incómodo. Parecía haber perdido peso, se dio cuenta al mirar su cara con más atención. ¿Realmente había estado enfermo? No, ya no importaba. No era su problema.

Se aclaró la garganta y miró la caja en el suelo. "¿Eso es mío?"

"Sí. Ma lo envió." 

"Entiendo." La levantó y abrió su puerta antes de dejarla en el piso. Se giró y lo miró. Jamie estaba mirando la pared del otro lado, sus hombros estaban bajos y todo él gritaba que estaba incómodo. Tomó el borde de su puerta con fuerza y exhaló entre dientes sin saber qué hacer. "Entonces, ¿ya te vas?"

Jamie se giró y lo miró. "Realmente lo siento, Grayson. Sé que probablemente no te importa ya y no quieras saber sobre mi, pero no puedo dejar las cosas así. Siento que estoy muriendo desde dentro." Tragó con fuerza y presionó una mano sobre su pecho. "Porque no puedo dejar de pensar en todo esto y no puedo evitar sentirme culpable por lo que te hice. Me voy a la cama preguntándome cómo estás y si hice lo correcto, y todo este estrés me está comiendo vivo."

Asintió.

"Estoy bien." Lo miró de pies a cabeza, sintiendo que su pecho se apretaba. Él se veía enfermo de verdad. Estaba pálido, casi verde. Suspiró y se cruzó de brazos. "¿Te sientes bien? Parece que vas a desmayarte."

"Sí. Solo necesito tomar mi medicamento, pero estoy bien." Tragó con fuerza y apartó la mirada. "Eso es todo. Estás bien, así que creo que eso es todo lo que necesitaba saber."

Apretó los labios y lo vio darse la vuelta. Cerró los ojos con fuerza antes de salir al pasillo. "¿Tienes donde quedarte?"

Jamie se detuvo y lo miró. "No. Solo buscaré un hotel. Está bien."

Lo miró a los ojos, buscando algo, algo más de culpa quizás, algo que no le hiciera sentir mal por él, pero no podía. No lo odiaba. Así que no podía solo echarlo a la calle viéndose como se veía.

"Hay algunas habitaciones que puedes usar," dijo. Los ojos de Jamie se abrieron y comenzó a caminar hacia él. Se hizo a un lado, solo manteniendo una distancia con él por alguna razón. Señaló su apartamento y le dijo que entrara. Cerró después de entrar y lo condujo hacia el pasillo de sus habitaciones. Aparte de la suya, la principal, tenía tres habitaciones libres y listas para usar. Más que nada por sus padres y Ben y Neil. "Puedes tomar cualquiera de esas."

Jamie asintió y entró a la primera. "Gracias," murmuró en voz baja. No podía ver su expresión porque la gorra estaba cubriendo la mitad de su rostro, pero podía escuchar que su voz no era firme. "Prometo no ser una molestia."

Solo asintió brevemente y se alejó, escuchando el suave sonido de la puerta al cerrarse. Fue a la cocina y ser sirvió un vaso de agua sintiendo que sus manos temblaban. Cuando fue obvio que no podría servirse, solo lo dejó y se apoyó contra el mueble de granito.

Él estaba aquí.

¿Por qué?

***

Holaaaaa. Mis bebés, mis pobres bebés :(( Gracias por leer. Nos leemos pronto xx

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