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7

No podía decir que había sanado por completo, pero se sentía mucho mejor unos días más tarde. Su rodilla estaba bien, casi como nueva y sus costillas seguían un poco magulladas, pero nada más que eso. Y era hora de ponerse serios. 

Se había levantado ese día con buen humor hasta que vio una foto de él y Ryan en la portada de los periódicos locales. Había estado bien si solo fuera una foto de ambos tomados de la mano, pero se veía como si estuviera siendo devorado por el otro hombre. Y él solo estaba sosteniéndose con él como si su vida dependiera de ello. Era tan vergonzoso que tuvo que apartar la vista de la pantalla de su tableta. Su padre debía estar retorciéndose en su tumba al saber que había una foto suya así, corriendo alrededor. Le dio otra mirada y gimió, pasándose una mano por el cabello antes de salir de su habitación.

Se dirigió hacia la cocina, en busca del otro sujeto involucrado en la foto, pero no lo encontró en la biblioteca y tampoco en la cocina, así que se dirigió al gimnasio, escuchando la ruidosa música salir de ahí. Ryan estaba corriendo en una de las caminadoras cuando entró al cuarto. Una ajustada camiseta que se le pegaba al cuerpo y pantalones cortos, realmente cortos de deporte. 

Detuvo el tren de sus pensamientos antes de que comenzara a emocionarse demasiado. No era el momento para babear por el hombre.

"¿Te enseño algo?" Preguntó, caminando directamente hacia él. Ryan frunció el ceño antes de detener la máquina y parar la música. Charlie exhaló, tendiéndole la tableta. "Felicidades."

Los ojos de Ryan se abrieron grandes. "¿Qué demonios?"

"Sí, bueno." Se rascó la cabeza, sus ojos paseándose sobre Ryan sin querer. No estaba seguro de dónde mirar, y no quería que las cosas se pusieran incómodas. "Debí pensarlo mejor. La próxima vez intentaré mantener la cabeza fría."

"Pero somos novios." Ryan levantó la cabeza y lo miró antes de encogerse de hombros y volver a mirar la foto. "Eso se supone, ¿no?" Se cambió de pies sin apartar la mirada de la pantalla. Incluso una pequeña sonrisa se asomó en su boca mientras leía el titular. "Nuevo Romance del Niño Baldwin. Hombre misterioso." Ryan se rió entre dientes antes de mirarlo. "¿Niño Baldwin?"

"Sí. Parece ser que tener veintisiete años todavía me pone en la categoría de niño." Metió las manos en los bolsillos del pantalón, mirando los gruesos hombros redondeados. Se veían como si Ryan los hubiera entrenado hace poco. Duros y abultados, al igual que sus bíceps. Soltó su labio cuando se dio cuenta de que lo había estado mordiendo y se sacudió antes de tomar la tablet otra vez. "Tenemos que salir. Tengo una reunión con un viejo socio de mi padre." 

"De acuerdo. Iré a tomar una ducha rápida." Ryan tomó una toalla que estaba colgando de la caminadora y después caminó a su lado. "Te hice el desayuno. No sabía a qué hora despertarías, pero ahora me alegra haber cocinado algo de carne y papas."

"Um." Sonrió mientras salían del gimnasio. "¿Cómo sabes que me gusta la carne?"

Ryan lo miró a los ojos, algo bajo y tenso en su mirada antes de que levantara una ceja. "Solo pensé que te gustaría un buen pedazo de carne fresca." Cuando llegaron a la escalera, se detuvieron. Ryan ladeó la cabeza. "¿Qué pasa?"

"No es nada." Apoyó la espalda contra el pasamanos de la escalera y no pudo contener la tentación de mirar a Ryan, como realmente mirar y apreciar la vista del duro hombre. Había estado teniendo sueños bastante indecentes donde estaba haciendo cosas con Ryan, que no admitiría frente a él. Pero estaba empezando a sentir el tipo de frustración en el que ya no quería usar su mano. Estaba harto de eso. Incluso se había masturbado mientras se frotaba contra las almohadas como un adolescente hormonal. La vergüenza que había sentido justo después, fue suficiente para saber que estaba llegando a su límite. Se pasó la lengua por los labios y exhaló, intentando mantener su cuerpo bajo control. Era un adulto. No tenía por qué sentirse así solo por tener al hombre de sus sueños húmedos frente a él. Pero, si era completamente honesto, Ryan le estaba dando el mismo tipo de mirada que él sabía que le estaba dando. "¿Quieres salir esta noche?" le preguntó, moviendo los pies ansiosamente.

Ryan parpadeó. "¿Tienes otra fiesta a la que asistir?"

"Algo así." Se pasó una mano por el cuello y le sonrió apretadamente. "Mi padre tenía un club de noche y el gerente quiere que vaya allí. Así que pensé que ya que estamos ahí, podríamos disfrutar un poco." Se encogió de hombros, su mirada fija en el pecho que estiraba la camiseta de Ryan. "No he salido en un tiempo y me empiezo a sentir enfermo. ¿Qué dices? El lugar es seguro. Frank sabe del problema de mi padre, así que las personas que entran son solo clientes exclusivos. Empresarios, los hijos de estos y sus acompañantes. No tenemos que preocuparnos por la seguridad."

"¿Estás seguro de que es una buena idea?" Ryan se cruzó de brazos, mirándolo hacia abajo con una firme expresión severa. "Shawn ya intentó algo, podría hacerlo otra vez."

"Pero tú estarás justo ahí," dijo con una sonrisa, picando con un dedo el pecho de Ryan. "A mi lado. Protegiéndome. ¿No es así? ¿No me protegerás?"

Ryan tragó con fuerza, su mandíbula tensándose mientras asentía lentamente. Hizo una mueca y tomó su mano que seguía picando su pecho. "Detente," dijo en un suave tono, pero no dejó ir su mano. Un simple tono de voz bajo y ronco, no debió sonar así de atractivo. "Charlie, ¿por qué me preocupo más yo por ti que tú por ti mismo?"

Charlie miró sus manos unidas fijamente. El contraste de tamaño era... interesante. Ryan tenía rústicas manos gruesas y grandes, el tono más oscuro de su piel contra la suya pálida y delgada era toda una vista. Se humedeció los labios al tiempo que entrelazaba sus dedos y miraba la reacción de Ryan, pero el hombre seguía mirándolo con el mismo tipo de expresión.

"Solo quiero divertirme. Eso es todo." Le dio un guiño. "Necesito emborracharme. Dean estará ahí también. Vamos, por favor. Quiero distraerme del desastre que es mi vida aunque sea por una noche." Puso la más suave e inocente expresión que pudo, sabiendo que a Ryan le gustaba su cara, así que, ¿por qué no usar esa ventaja? "No tienes que beber si te hace sentir mejor."

Ryan bufó. "No pensaba hacerlo de todas formas," dijo antes de bajar la mirada, probablemente viendo sus dedos que estaban entrelazados. "¿Qué estás haciendo?"

"¿Está funcionando?" Le dio un suave apretón en la mano y se acercó un poco a él. No iba a decirlo porque sabía que no era necesario. Ryan estaba tan cachondo por él como él lo estaba, podía sentir la tensión salir de ambos como la onda de una explosión. ¿Era una buena idea? Mierda, no. Se suponía que Ryan solo estaba aquí para protegerlo cuando salieran. Tal vez solo debió escoger a alguien menos atractivo. Pero tuvo que escoger a su tipo perfecto. 

"Esto no va a pasar." Ryan apretó los labios con firmeza y lo vio a los ojos. "Solo estoy aquí por tu seguridad. Es mi trabajo."

"Estoy bromeando. Creo que me gusta tirarte del pelo." Se aclaró la garganta, intentando sonreír aunque estuviera algo hubiera sido sacado de su zona por un momento. La mirada de regaño que Ryan le estaba dando tampoco le ayudaba. Y eso que él era el tipo de tener un gran nivel de confianza en sí mismo. "¿No te molesta que tu hermano se entere de esto? Está en la primera página del periódico."

Ryan bufó. "¿Dee? No creo que se haya acercado a un periódico en su vida." Se encogió de hombros con una vacía expresión. "Y no hay nadie más. Así que la verdad, no me importa demasiado." Ryan frunció el ceño hacia él, labios presionados y rellenos. "¿Qué pasa con el resto de tu familia?"

"¿El resto de mi familia?" Charlie apretó su mano mientras sonreía cortamente, su otra mano subiendo hasta que estaba trazaba un camino con el dedo a lo largo de la gruesa vena sobresaliente en el brazo de Ryan. Era suave. "No nos llevamos bien. Ni siquiera fueron al funeral. Dijeron que... había sido lo mejor."

"¿Odiaban a tu padre? ¿Por qué?"

Charlie suspiró, frunciendo el ceño. "Mi padre decidió casarse con una mujer sin un título pesado. Ella no tenía dinero ni una reputación importante. Siempre se opusieron a eso, así que le dieron la espalda por completo." Su garganta se apretó mientras pensaba en ello. Nunca era agradable hablar sobre el pasado. "Sus padres, hermanos, todos... pero jamás lo hicieron público. Y cuando mi padre llegó a ser el alcalde, ellos se refugiaron en su nombre como un montón de ratas embusteras, tomando la atención y el dinero extra. ¿Pero cuando murió?" Sacudió la cabeza con una sonrisa sin emoción. "Simplemente lo tomaron como la noticia del día y siguieron con sus vidas."

"Está bien." Ryan apretó su mano con fuerza y tiró de él. Y de pronto estaba envuelto en gruesos y cálidos músculos, tan ajustado que apenas podía respirar bien, pero, oh se sentía tan bien. Envolvió sus brazos alrededor de su cintura y los apretó con fuerza. Lo necesitaba. Dios, había pasado tanto tiempo desde que recibió un abrazo así desde que su padre murió. Apretó los dientes y apoyó su mejilla sobre el hombro de Ryan mientras sentía una mano frotar la parte trasera de su cabeza con suavidad, tan gentil. "No tienes que hablar sobre ello. Sé cuánto odio pensar en el pasado."

"Sí. Lo recuerdo."

Ryan se rió. Charlie pudo sentir la vibración a través de todo su cuerpo y estaba comenzando a tener una reacción bastante vergonzosa. ¿Tan necesitado de afecto emocional estaba que esto estaba encendiendo su cuerpo? Hizo una mueca, intento poner un poco de distancia entre sus cuerpos, dado que Ryan no parecía tener intenciones de dejarlo ir por lo pronto.

"Creo que algo que me ayudó a seguir adelante, fue pensar en que no hay nada en mi poder para poder cambiar cómo sucedieron las cosas. Tengo a mi hermano con vida y es todo lo que necesitaba para recordar que la vida tiene que seguir aunque a veces parezca que no es así." Ryan se separó un momento y miró su rostro con suavidad. "Vamos, no soporto ver caras bonitas tristes. Me hace sentir mal."

"No estoy triste," murmuró, sintiendo que su rostro se calentaba bajo la firme mirada del hombre. "Es solo que... apesta. Pero tienes razón." Levantó las cejas y sonrió. "Gracias. Eres realmente bueno consolando a las personas."

"¿Lo soy?" Ryan sonrió, una media sonrisa llamativa. Su mano en algún punto salió de su cabello y ahora solo sostenía su nuca con suavidad. "Pensé que no lo era. Dee me ha estado mintiendo." Su rostro era mucho más abierto, un poco engreído y totalmente masculino. Charlie tragó con fuerza, aflojando los brazos de su cintura.

"Creo que deberíamos prepararos para salir," dijo antes de dar un paso atrás. Asintió extrañamente y señaló el camino a la cocina mientras se pasaba una mano por el cuello. "Voy a... comer."

Ryan lo miró fijamente antes de asentir bruscamente y fruncir el ceño antes de señalar hacia las escaleras. "Yo iré a arreglarme." Sonrió incómodamente y comenzó a caminar, hasta que estaba subiendo las escaleras saltándose algunos escalones.

Charlie caminó hacia la cocina, preguntándose qué acaba de suceder.

***

"Elegí el más barato."

"¿Por qué? Dee, te dije que el precio no importa. Solo encuentra uno que sea cómodo y espacioso, además que esté cerca del campus." Golpeó el asfalto con la punta del pie mientras hablaba con su hermano por teléfono. Dee podía ser bastante inocente a su edad, pero también podía ser igual de testarudo. Chasqueó los labios. "Iré a verlo este fin de semana, así que será mejor que sea uno agradable y bonito, ¿de acuerdo?" Solo lo escuchó bufar con fastidio. "¿Qué harás con la mudanza? Por favor, dime que ya empacaste tus cosas."

"Sí," él respondió a mala gana antes de hacer una pausa. "Um, Drake conoce a un sujeto que puede llevar las cosas hasta el apartamento, así que no hay problema por eso."

"Ah, está bien." Miró por encima de su hombro y suspiró, escuchando lso golpes de la música ruidosa del club. "Tengo que regresar a mi puesto. Pero, por favor, solo elige el mejor, Dee. Por favor."

"Agh, solo vete. Te diré mañana cuál elegí."

Suspiró. "Gracias."

Guardó su viejo teléfono en el bolsillo de sus vaqueros y regresó adentro del club. El guardia solo le dio un vistazo a la banda de color plata alrededor de su muñeca y lo dejó pasar, ignorando las quejas de las personas que seguían en la fila para poder ingresar. Al parecer, el lugar era realmente famoso y solo para ciertos rangos sociales, lo que era bastante clasista, pero con todos los famosos que venían aquí, no esperaba menos.

Charlie le dijo que esa banda le daría acceso a todas las habitaciones del club, conseguiría todos los tragos que quisiera y solo tenía que chasquear los dedos para obtener lo que se le antojara. Lo único que se le antojaba justo ahora, era sacar a Charlie de ahí, pero el hombre necesitaba la distracción.

Se encontró con Dean y el guardaespaldas solo señaló hacia donde estaba Charlie antes de alejarse entre la multitud. Ryan frunció el ceño, buscándolo entre las personas a donde Dean señaló, pero no podía verlo. Comenzó a agitarse con ansiedad, su cuerpo moviéndose por inercia hacia el sofá donde lo había dejado mientras iba a responder la llamada de su hermano. Hasta que lo vio.

Frunció el ceño, mirando a la rubia sentada a un lado de Charlie, presionando los labios sobre su cuello mientras sonreía. Charlie también estaba sonriendo, murmurando algo mientras sostenía su bebida en el aire.

Ryan miró a la mujer. "Disculpa," dijo por encima de la música. La mujer lo miró, ojos vidriosos y un lento parpadeo. Ni siquiera quería pensar que era el polvo blanco alrededor de su nariz. "Él ya está tomado."

"¿Qué?" La rubia se rió y miró a Charlie. "¿Estás tomado, cariño?"

Charlie se encogió de hombros antes de sorber de su vaso con una inocente expresión. Ryan suspiró y se acercó más a ellos. "En serio, creo que es hora de que te vayas."

"Oh. ¿Tú eres su novio?" Se rió, mirándolo con nuevo interés. "¿Ustedes, chicos, no estarían interesados en un trío?"

Charlie lo miró con curiosidad, como si realmente estuviera interesado en su respuesta. Ryan frunció el ceño, mirándolo a los ojos. "No," dijo con firmeza. Miró a la mujer y entrecerró los ojos. "No."

"Qué aburridos," ella dijo mientras se levantaba del sofá, meciendo su cabello con molestia. 

Charlie se rió mientras la veían irse entre la multitud, moviendo las caderas un poco demasiado. "¿Por qué te pones así? Ven." Charlie palmeó el lugar vacío a su lado y esperó hasta que Ryan se dejara caer antes de acercarse a él, murmurando sobre su cuello. El cálido aliento le dio escalofríos. "¿Hablabas con Dylan?"

Asintió, ignorando la mirada que Charlie le estaba dando. "Sí. Mañana me dirá qué apartamento eligirá. ¿Crees que pueda salir el fin de semana, al menos un día?" Se aclaró la garganta y se recostó en el asiento, dándole una mirada a Charlie. "Quiero revisar que la mudanza salga bien."

"Seguro." Charlie sonrió tontamente, luciendo bastante achispado con las mejillas rojas y el cabello un poco desordenado, pero cayendo agraciadamente a un lado. No sabía si Charlie era un buen bebedor, además de que ya llevaban un rato aquí y él no había dejado de ordenar todo tipo de tragos. Pero se veía bastante bien todavía. "Puedes tomar uno de los autos, si quieres. Sabes, creo que me gustaría ir contigo."

Frunció el ceño. "¿Por qué?"

Charlie hizo un puchero, su mano libre deslizándose hasta que estaba envolviéndole el brazo con una serpiente. "No lo sé. Creo que... me gustaría conocer a tu hermano." Charlie apartó la mirada por un momento y aun bajo la tenue luz de las lámparas, pudo ver la marca de labial sobre su cuello. Ryan frunció el ceño, mirando la marca fijamente sin saber por qué se sentía tan incómodo con eso. "Tal vez no sea una buena idea."

"Puedes ir si quieres," dijo apartando la mirada de la marca antes de volver a verla. Apretó los dientes y levantó la mano, tocando el borde húmedo del vaso de Charlie antes de pasar los dedos sobre la marca, borrándola por completo. Cuando la piel estuvo limpia, sonrió y se encontró con la mirada de Charlie. Se aclaró la garganta y se encogió de hombros. "Está bien. Dee probablemente te recuerde de todas formas. Si pregunta, solo le diremos lo mismo. Que estamos saliendo. Pero él no sabe que eres mi jefe, así que sería mejor solo omitir esa parte."

"Gracias." Charlie se acercó y sus labios se presionaron sobre su mejilla con un suave beso. Ryan se quedó quieto, apretando sus manos cuando el cuerpo de Charlie se presionó más cerca. "¿Quieres un trago?" preguntó en un susurro, cálido aliento sobre su mejilla.

"Solo uno."

No tenía idea de lo que era, pero era bastante dulce, como a melocotones y otra cosa. Charlie pidió más vasos para sí mismo y de un momento a otro estaba de pie, moviéndose torpemente al ritmo de la música, sonriendo sin ninguna preocupación a la vista. Ryan no pudo evitar sonreír también. Charlie se veía tan feliz que no podía sentirse mal por dejarlo beber tanto. Era un hombre joven, todavía tenía una vida que vivir. Y aunque las cosas no fueran las mejores, todavía podía solo alejarse de ello, al menos por un rato.

Exhaló con fuerza cuando Charlie se dejó caer en sus piernas, sonrojado y sonriendo tontamente mientras terminaba su trago. Ryan se acomodó mejor para que la posición no fuera incómoda, pero Charlie volvió a sentarse justo encima de su entrepierna dándole la espalda, y luego se dejó caer sobre él, mirándolo por encima del hombro, sus rostros tan cerca que si solo se inclinaba un poco...

"Ha pasado un tiempo desde que me divertí tanto," él dijo, sonriendo con suavidad, su rostro iluminándose con los colores rojos del club. Ryan tenía una gran necesidad de pasar los brazos a su alrededor, pero era solo porque sus brazos estaban en una rara posición ahora mismo. Solo era eso. "Dean nunca me deja salir así."

"Es porque es peligroso." Levantó la mirada y observó alrededor del bar. No se había olvidado de que seguían expuestos en un lugar como este. "Pero es bueno que te distraigas de vez en cuando."

"Parece que lo digo mucho, pero gracias." Ryan lo miró, encontrándose con una mirada bastante sobria y honesta. "Gracias, Ryan." Asintió con suavidad, listo para dejar el tema, pero Charlie levantó una mano y acunó su mejilla antes de presionar sus labios juntos. Ojos cerrados, lamiéndole los labios como un gatito. 

Ryan apretó los dientes, buscando algo de fuerza de voluntad dentro de él, pero no había nada. Sostuvo su cuello y abrió la boca, dejándolo explorar, saboreando el amargo sabor de lo que sea que estaba tomando. Charlie jadeó tan dulce y bajo que Ryan tuvo que besarlo porque los sonidos que hacía eran lindos, tan bonitos como él.

Chupó la punta de su traviesa lengua antes de morderle el regordete labio inferior y volvió a besarlo profundamente. Lamió el interior de su boca como un hombre salvaje, sin cuidado, tan brusco que le asustó lastimarlo de alguna manera. Pero, oh... Charlie se estaba frotando contra él. Ryan gruñó, moviendo sus manos sobre las caderas de Charlie para detenerlo antes de que la situación se volviera demasiado incómoda para ambos. Estaban en público. Aunque había visto a algunos hacer cosas peores que lo que estaban haciendo. Pero todavía. Él estaba completamente sobrio, no tenía una excusa para no detenerse. 

"Creo que es suficiente," dijo, jadeando pesadamente mientras abría los ojos lentamente. Charlie tenía el ceño profundamente fruncido, sus labios hinchados y un poco separados mientras lo veía. Ryan se lamió los labios y miró alrededor, pero nadie les estaba prestando atención. Le dio una sonrisa tensa y frotó sus caderas amablemente. "Estás demasiado ebrio, Charlie."

"Pero tú también me besaste." Charlie levantó una ceja, sus ojos vidriosos y algo perdidos. "No estoy así de ebrio, Ryan."

Asintió y ladeó la cabeza. "Hablaremos después," dijo antes de soltar sus caderas. "¿Todavía quieres estar aquí?"

Charlie apretó los labios en una mueca y sacudió la cabeza. "Creo que fue suficiente," repitió sus mismas palabras.

Lo ayudó a ponerse de pie antes de hacerlo él mismo. Sostuvo su mano, caminando detrás de él mientras se abrían paso en la masa de gente intoxicada. Se dio cuenta de que eran cerca de las dos de la mañana ahora. Definitivamente habían pasado un largo rato ahí, podía entender que Charlie quisiera irse.

Dean saltó de la camioneta cuando ellos salieron y caminaron por el estacionamiento. Charlie no soltó su mano, tan tambaleante y achispado como estaba, no podía decir nada. 

"¿Te divertiste?" Dean preguntó mientras abría la puerta para Charlie.

"No quiero ir a casa." Charlie se detuvo de golpe, haciendo un puchero molesto. "No quiero verte tampoco, Dean."

Dean gruñó. "Es por eso que no dejo que bebas tanto. Te comportas como niño. Sube ahora."

"No."

"Charlie, juro que te lanzaré adentro y te llevaré a la fuerza." Había una vena sobresaliendo de la frente de Dean mientras miraba a Charlie. "Sube. Ahora."

Ryan hizo una mueca y miró a Charlie. "¿Qué quieres hacer?" Charlie le dio una mirada dura también antes de ver a otra parte. Ryan exhaló lentamente, pasándose una mano por el rostro. "¿Quieres comer algo?"

Charlie asintió de mala gana.

Miró a Dean y sacudió la cabeza. "Tomaremos un taxi," dijo, sabiendo que Charlie no iba a ceder. Dean levantó una ceja hacia él, abriendo la boca para soltar su mierda, pero lo detuvo. "Estoy completamente sobrio. Voy a cuidar de él, ¿de acuerdo? Te haré saber cuando estemos en la mansión."

Dean miró a Charlie y luego a él antes de gruñir. "Por la mierda... al menos déjenme llevarlos al lugar. ¿Eso está bien para la princesa?" Dean miró a Charlie y Ryan cayó en cuenta de que ellos realmente se habían conocido por mucho tiempo y tenían un nivel de confianza bastante alto. Podía comprender que Dean actuara tan protector sobre Charlie, casi como un hermano mayor. Sí, era justo así. Dean se comportaba como si Charlie fuera su rebelde hermanito menor. Charlie solo le dio una mirada fija antes de soltar la mano de Ryan y subirse a la camioneta. "Gracias," Dean murmuró con sarcasmo.

Ryan se rió. Eran como niños pequeños.

Charlie mantuvo los ojos cerrados todo el camino. Ryan conocía algunos lugares donde tenían comida las veinticuatro horas. Nada fabuloso, pero todo borracho apreciaba algo de grasosa comida rápida en la madrugada. No creía que Charlie fuera la excepción. 

Dean murmuró otro par de cosas mientras los dejaba y se iba. Definitivamente no estaba feliz y Ryan iba a admitir que estaba un poco nervioso, pero ser pesimistas nunca era algo bueno. Solo iban a comer y era todo. La verdad, él también podría devorar un par de hamburguesas justo ahora.

Charlie miró fijamente el local antes de verlo a él. "¿Es un tipo de comida rápida?"

Asintió, abriendo la puerta para él. "Espero que no te moleste," dijo caminando detrás de él. "Pero es lo mejor que encontrarás a esta hora."

"Está bien. Puedo comer lo que sea mientras no tenga que cocinarlo."

"Puedes tomar asiento donde quieras, no hay nadie más aparte de nosotros." Charlie caminó hacia las mesas del fondo y se dejó caer pesadamente. Tomando el menú que estaba sobre la mesa. "¿Quieres una malteada?" le preguntó mientras leía el menú. "Las he probado antes. Son realmente buenas."

"Lo que sea está bien." Charlie se frotó el rostro con una cansada expresión antes de verlo a los ojos. "¿Qué vas a pedir?"

Miró el menú y murmuró antes de chasquear los labios. "Una malteada, hamburguesas y papas fritas."

Se levantó y ordenó antes de regresar a la mesa con una bandeja llena. Deslizó una botella de agua fría hacia Charlie antes de pasarle una hamburguesa de carne y otra malteada. Fue una silenciosa comida, Charlie realmente bien, considerando todo el alcohol que había ingerido, solo parecía estar sumido en sus pensamientos. La camisa azul estaba perfectamente ajustada a su cuerpo, los dos primeros botones abiertos, exponiendo sus clavículas y el cabello negro desordenado... se veía sexy. Ni siquiera iba a mencionar los ajustados pantalones negros que estaba usando. Frunció el ceño, bajando la mirada a su comida.

No tenía que pensar en su jefe como sexy.

No podía tener estos pensamientos hacia Charlie. Estaba mal.

Pero se habían besado. Sin ningún motivo, ninguna cámara ni nadie a quien demostrarle algo. Solo le dejaron llevar por el momento. Ryan sería un completo idiota si decían que no había una especia de tensión entre ambos. Pero, carajo... no podía ser tan imprudente cuando habían tantas cosas en juego.

Suspirando, tomó su malteada y sorbió antes de ver a Charlie, solo para encontrarse con el hombre mirándolo fijamente sin expresión. "Creo que voy a vomitar," dijo con la mandíbula tensa y muy quieto.

Ryan maldijo, terminando su malteada antes de ir con él, ayudándole a ponerse de pie. "¿Quieres ir al baño?"

"No. Solo caminemos un poco." 

Ambos habían terminado de comer casi todo, así que solo salieron del local. Era un noche agradable tenía que admitir mientras caminaban a lo largo de la avenida, donde algunos locales permanecían abiertos y las luminarias eran agradables. Todavía se sentía tenso, pero no tanto como hace un rato. Probablemente era solo su imaginación debido al accidente previo. No era bueno volverse tan paranoico.

Charlie gruñó, frotándose el rostro. "No volveré a beber así otra vez," dijo.

"Eso es lo que siempre dicen," respondió. Metió las manos en los bolsillos de sus vaqueros y exhaló lentamente, sintiéndose relajado. "Debería conseguirte algo de medicina. Creo que puedo ver una farmacia más adelante."

"De acuerdo."

Charlie se negó a entrar, diciendo que el aroma del lugar solo le daría más nauseas. Y tanto como no quería dejarlo solo, Ryan entró y se apresuró a buscar algo de medicina y unas botellas de agua antes de salir igual de rápido. Su corazón casi se detuvo cuando no lo vio afuera de la farmacia. No de nuevo. Por favor, su pobre cuerpo no podía soportar tanta tensión y estrés. Dean lo iba a matar, despellejándolo lentamente y él nunca volvería a dormir porque seguiría pensando en Charlie y que todo fue su culpa.

"Estoy aquí." 

Giró la cabeza tan rápido que su cuello dolió por un segundo. Exhaló pesadamente y caminó hacia el pequeño parque infantil que estaba a un costado de la farmacia, apenas lo suficientemente iluminado para ser visible, pero podía verlo sentado en uno de los columpios, meciéndose lentamente con los zapatos de cuero en la arena. 

Se puso de cuclillas frente a él y le dio unas pastillas para las nauseas y el dolor de cabeza junto con una de las botellas de agua. Lo miró mientras él se terminaba la otra botella. Charlie suspiró antes de verter el resto de la botella en su rostro. Ryan sonrió suavemente, mirándolo intentar ponerse completamente sobrio. Pero sus ojos todavía decían lo mucho que le faltaba para eso.

"¿Por qué sentimos esta... cosa por el otro?" Charlie apretó los labios antes de mirarlo a los ojos, el rostro húmedo y sonrojado. Después se rió, y Ryan se dio cuenta de que estaba mirándolo fijamente. "¿Crees que no lo siento también? Es tonto. Los hombres realmente somos viles animales de instinto."

Ryan hizo una mueca. "Piénsalo de esta manera, me gustan las caras bonitas y tú tienes una." Se señaló a sí mismo y se encogió de hombros. "Claramente, tienes un tipo y soy muy parecido a eso. Además soy un idiota."

"No eres un idiota." Charlie se rió divertidamente. "Eres un buen tipo. Ni cerca a lo que mis ex han sido. Tienes un buen corazón." Se humedeció los labios y bajó la mirada por un momento, el cabello negro cayendo sobre su frente como un velo. "¿Es tan malo besarme?"

"¿Qué?" Frunció el ceño y puso una mano bajo su mentón para que lo miraba. Maldito instinto de hacer sentir mejor a Charlie cuando estaba decaído. "No es eso, Charlie. Pero no está bien. Ambos lo sabemos." Suspiró. "Este es mi trabajo. Protegerte, ese es mi trabajo." No podían simplemente olvidarlo. "Te lo dije, puedes estar con quien quieras porque nuestra "relación" no es real." Frotó su mejilla con suavidad, borrando las gotas de agua que todavía estaban en su rostro. "Sé que te preocupa la reputación de tu familia y por eso quieres evitar cualquier rumor, lo entiendo. Pero mantenerte célibe por quién sabe cuánto tiempo es innecesario." Se encogió de hombros. "Puedes llevar a alguien a la mansión. Nadie se enterará."

Charlie se rió, apartándose de su mano. "¿La idea de hacerlo conmigo es tan desagradable?"

"No..."

"Está bien. En serio. No tienes que mentir."

Ryan gruñó antes de tomar su rostro con ambas manos y presionar sus labios juntos. Charlie gimió bajo antes de que sus manos se aferraran a su espalda. Ryan lo besó con suavidad, nada como la forma en la que lo besó en el club. Quería... maldición, qué demonios quería. Solo tenía la necesidad de hacer sentir bien a Charlie, de cualquier manera posible. ¿Cómo había llegado a complicarse tanto por alguien en un par de semanas? Era tan estúpido y débil-

"Deja de decir esas cosas. Tienes los labios más suaves que haya probado en mi vida." Jadeó mientras presionaba el rostro contra la fría mejilla de Charlie, ojos fuertemente cerrados mientras seguía sosteniéndolo. "Esta atracción tan inconveniente no es nada bueno."

"¿Crees que no lo sé?" Charlie bufó. Ryan lo miró y se encontró profundamente sumergido en sus ojos. "No es bueno mezclar el placer con negocios. Lo sé muy bien. Pero... sigo pensando en hacerlo contigo," dijo lo último en un susurro, como si estuviera avergonzado de admitirlo. "Dime que no soy el único."

Ryan apretó los dientes, sabiendo perfectamente cuánto había estado luchando con ese tipo de pensamientos desde que esto entre los dos comenzó. Sí. Era una pésima idea. Pero... pero.

"Todavía tenemos que besarnos en público, ¿no es así?" Frotó sus mejillas con los pulgares, sintiendo la suave piel bajo su mano hacerle cosquillas. "No es que podamos evitar que vuelva a pasar." Se encogió de hombros, apartando la mirada por un momento. "Bien, podríamos al menos sentirnos cómodos cuando lo hacemos. La foto... ¿no se veía un poco incómoda?"

Charlie frunció el ceño por un momento antes de abrir los ojos y apretar los labios, asintió. "Sí. Creo que es una buena idea. Deberíamos vernos más naturales mientras lo hacemos."

Sonrió, tan falso como toda la basura que estaban hablando. Cobardes. Eso es lo que eran. 

"Físicamente, somos chicos." Tragó con fuerza, mirándolo a los ojos, sintiendo un bajo impulso recorrerlo. Un poco excitante y a la vez peligroso, el pensamiento que pasaba por su cabeza. "Existe el porno. Podríamos verlo... juntos y liberar un poco de tensión. Es normal."

"Sí." Charlie se veía muy despierto y sobrio, mirándolo a los ojos con una sombra de color en las mejillas. "Así que cuando me sienta... solo nos reunimos y veremos porno, masturbándonos juntos."

"Justo así."

Charlie se rió incómodamente y asintió. "Claro. Eso parece... un buena idea. Bien pensando, Ryan."

Ryan sonrió tensamente. "Claro. Yo... llamaré a un taxi ahora. Se está haciendo demasiado tarde."

Se levantó y buscó el número antes de marcar, sintiendo que su corazón latía rápido y constante. 

Estaba ligeramente excitado, pero tenía que controlarse mejor que eso. 

La silenciosa comprensión de la conversación entre líneas, era la cosa más estúpida y sin sentido que había hecho alguna vez en su vida, pero era más fácil, ¿no? Ninguno de los dos accedía a tener sexo, pero al mismo tiempo... es exactamente lo que acababan de hacer.

Vaya caos que estaba a punto de comenzar.

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