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5

Después de unos días sin tener que salir de la mansión, estaba volviéndose ligeramente loco.

Había visto cada esquina del lugar, había visto todas las plantas, y pudo o no, haber comenzado a contar los escalones que subía y bajaba cada vez que iba a la cocina. El gimnasio personal podría ser lo más interesante además de la piscina, y ahí pasaba la mayor parte del tiempo.

Pero ya estaba cansado.

Cansado de hacer nada.

Siempre tuvo una vida activa, por lo ahora sentía que comenzaba  deteriorarse lentamente.

Ni siquiera podía hablar con Dee porque estaba ocupado con la universidad, algunos papeles y demás cosas, así que no quería molestarlo. Charlie le dio una lista con fotos diferentes de apartamentos para Dee para que eligiera uno, así que las envió mientras. Dee parecía confundido por eso, pero fue fácil convencerlo de que podía pagarlo y que sería el lugar de ambos. Pero sabía que pasaría casi todos los días con Charlie, así que el apartamento solo sería para Dee.

Así que después de dar vueltas en la biblioteca, subió las escaleras y caminó por el pasillo hacia la habitación de Charlie. Golpeó dos veces y esperó, pero nadie abrió. Entonces empujó la puerta con suavidad, mirando adentro.

"¿Charlie?"

Hubo un suave movimiento desde la cama, debajo del blanco y grueso edredón. Una mata de cabello negro emergió de ahí, azules ojos cansados con bolsas oscuras debajo, había incluso un rastrojo de barba en sus mejillas. "¿Qué pasa?" Incluso su voz estaba ronca. Miró alrededor con confusión y frunció el ceño. "¿Ryan?"

Lentamente entró a la habitación, cerrando la puerta con suavidad. "No te he visto en dos días. Así que quería saber si estabas bien. No te ves como si lo estuvieras." 

"Gracias." Se movió sobre la cama, sin salir debajo del edredón, pero ahora lo estaba mirando. Charlie suspiró pesadamente. "Estoy bien."

"¿Has siquiera salido de tu habitación?"

Él solo parpadeó.

"Dean trae mi comida."

"Puedes decirme que haga eso, sabes." Caminó hacia el grueso y brillante escritorio y tomó asiento en la suave silla con  ruedas. "De todas formas no tengo nada más que hacer."

"¿Quieres cocinar?" Charlie sonrió suavemente, cerrando los ojos y sonriendo como un gatito dormilón. "Puedes hacerlo. No es como si fuera mi tarea favorita." Bostezó mientras se movía hasta que estuvo sentado, su espalda contra el cabecero. Su pálido, y libre de vellos, pecho, estaba expuesto ahí y se sorprendió de ver un par de tatuajes sobre su pecho y hombros. Había una larga frase a lo largo de la clavícula, en el lado izquierdo, escrito en cursiva, que no podía leer con claridad. Tenía una mariposa en el hombro izquierdo, una golondrina encima del pectoral derecho. "No soy quisquilloso con lo que como, así que lo que sea está bien. Ugh, probablemente debería salir de la cama. ¿Es tarde? Tenemos un lugar al que ir hoy."

"¿En serio?" Sonó un poco emocionado. Charlie asintió. "¿A dónde iremos?"

"Es una fiesta en el museo." Se pasó una mano por el cabello y finalmente quitó el edredón de encima. No debió sentirse decepcionado de verlo usando un largo pantalón de algodón de pijama. "¿Le mostraste los apartamentos a tu hermano?"

"Sí. Todavía sigo esperando a que responda."

"De acuerdo."

Se levantó de la cama con un largo quejido mientras se frotaba el rostro. Se veía... áspero en el mejor de los casos. Parecía una persona completamente distinta al tipo que conoció esa noche en las peleas. Ahora se veía más humano.

Charlie levantó una ceja.

"¿Qué?"

"Pareces real."

Charlie lo miró con una sonrisa confundida. "¿Parezco real?" Se frotó el plano abdomen y se pasó la mano sobre el pecho antes de reír. "¿A qué te refieres?"

"Siempre estás bien peinado, cara de bebé y completamente arreglado." Observó desde la punta de sus pies, la cadera donde el pantalón caía flojo, y otro par más de tatuajes aparecían. Eran ramas de olivo que empezaban justo por debajo del ombligo hasta sus caderas. El pecho pálido y limpio con los tatuajes. Incluso la curva de su cuello era elegante. Pero el rastrojo de barba lo hacía ver diferente, mayor. "Es diferente."

"Mhm. La barba no me va. Me veo extraño." Pasó una mano sobre su cabello negro. "También necesito un corte de cabello."

Se encogió de hombros. "Se ve bien."

"Otra vez, gracias, supongo. ¿Puedes esperar aquí mientras tomo una ducha?"

"De acuerdo."

Charlie no le dijo que no podía andar por ahí mientras él estaba en el baño, así que comenzó a recorrer la habitación. Habían libros y por todos los que vio en la biblioteca, muchos de ellos eran sobre asesinatos y misterio, otros eran sobre casos sin resolver. Parecía mucho gustarle ese género en específico. Todo lo contrario a Ryan.Le avergonzaba y nunca lo admitiría a nadie, pero le gustaban las historias de romance. Había algo en ellas que hacía ver el amor como algo lindo y agradable.

Una fantasía, después de todo.

Su jefe volvió a la recámara un momento después, usando una camiseta verde y pantalones oscuros de deporte. El cabello húmedo le caía sobre la frente y sus mejillas estaban suaves y limpias, un poco rosadas. "Compré esto para ti."

Miró lo que tenía en la mano y apretó los labios con fuerza antes de exhalar. "No lo necesito. Tengo un teléfono en muy buen estado." Sonrió, tensando todos los músculos de su rostro. "Pero gracias."

"No pregunté si lo querías. ¿O sí?" Charlie levantó una ceja y le tendió la caja. "Puedes usarlo cuando vayamos a lugares, si no piensas cambiar el tuyo." Después se sentó sobre el escritorio y comenzó a secarse el cabello con una toalla pequeña. "¿Por qué me miras así?"

"¿Cuál es tu plan?" Giró la pequeña caja en su mano mientras lo miraba. Se humedeció los labios, pensando en cómo decirlo sin ser demasiado brusco hacia Charlie. "Ha pasado una semana y solo estuvimos fuera uno de esos días. ¿Me contrataste para vivir en tu casa? A este punto sigo pensando que eso es por lo que me pagas una cantidad obscena de dinero."

Le pareció verlo poner los ojos en blanco, pero fue muy rápido. "¿Puedes pasarme la secadora del baño, por favor?" Suspiró, pero hizo lo que le dijo. Después la conectó bajó el escritorio y se la dio. Charlie se cruzó de brazos, mirándolo a los ojos. "Puedes secar mi cabello, si tanto quieres hacer algo."

El puchero que estaba haciendo era tan lin... 

Sacudió la cabeza y asintió antes de ver el aparato con confusión. "No sé cómo se usa esto."

"Solo ten cuidado o me quemarás." Charlie le mostró los niveles y cómo le gustaba, así que comenzó justo después. "El evento de esta noche es para recaudar fondos para orfanatos. Será una subasta o algo así. No es tan elegante como el evento anterior, pero todavía tendremos que usar trajes. ¿Ya le diste un vistazo a tu armario?"

"Sí. Hay demasiada ropa."

"Toma algo de eso. Un esmoquin. Y un moño." Se rió con suavidad, como un niño pequeño. "Probablemente te quede bien."

"Me siento como si fuera tu muñeco, uno al que puedes vestir y moldear como quieres." Metió la mano en medio del negro-como-la-noche-cabello y comenzó a buscar zonas húmedas, pero ya parecía estar bien así que apagó la máquina y la dejó a un lado antes de mirarlo a los ojos. "¿Algo más, señor?"

Charlie asintió. "Puedes prepararme el almuerzo."

"¿Tenemos tiempo antes del evento?"

"Sí. ¿Por qué?" Saltó del escritorio y lo siguió mientras Ryan iba a poner la secadora en el baño otra vez. Tomó la toalla húmeda de su mano y también la dejó adentro colgada. "¿Quieres salir?"

Sacudió la cabeza. "Estaba pensando en que puedes aprender a lanzar golpes." Señaló la puerta y lo dejó pasar primero. Cerró la puerta detrás de Charlie y lo siguió en el camino hacia la cocina. "Podría ser un poco de ayuda."

"He pensado en tomar clases de autodefensa. Dean se ofreció a enseñarme a cómo disparar un arma, pero no tengo las agallas para hacerlo." Ryan lo vio tragar con fuerza y hacer una mueca, como si la mera idea de sostener un arma le revolviera el estómago. "Pero creo que podría intentar lanzar golpes."

"Es muy fácil," dijo y puso una mano sobre su hombro. "Ya verás, será divertido."

Preparó algo simple y ligero para él antes de que fueran al gimnasio privado. Acomodó el saco de arena sobre el gancho y volvió con él. 

"De acuerdo. Lo primero que necesitas saber es que tienen que controlar tu propio peso." Se colocó detrás de él y posicionó bien sus pies sobre el piso. Puso las manos sobre su cadera y continuó. "Para que tus golpes sean más fuertes necesitas que todo su cuerpo use su fuerza. Así que si levantas el brazo derecho, debes mover todo su lado derecho hacia el golpe." Sostuvo el codo de su brazo derecho y lo movió hacia atrás hasta un ángulo que fuera cómodo para él. "Inténtalo."

"Bien." 

Charlie lo hizo, y conectó un golpe bastante débil hacia el saco, pero fue una buena dirección.

"Está bien. Nada mal. Intentemos golpes suaves, ¿de acuerdo? No necesitamos que lastimes tu muñeca." Volvió a hacer lo mismo con el lado izquierdo y lo hizo golpear el saco otra vez. "Sí. Puedes hacer eso y encontrar la posición más cómoda para tu muñeca."

Charlie asintió y continuó golpeando el saco mientras Ryan miraba su forma. "¿Esto es lo que hiciste?" Lo miró a la cara. Charlie tenía una expresión tan seria y concentrada mientras golpeaba el saco. "¿Aprendiste a pelear de esta forma?"

"Algo así." Se cruzó de brazos, observando atentamente. "Me metí en muchas peleas después de que mis padres murieran. Estaba enojado con todos y cualquier cosa me llevaba a mi límite. Un sujeto me vio una noche cuando peleaba en un callejón con un tipo que se pasó de la raya con la mesera del bar donde trabajaba, y me dijo que podría ganar dinero con peleas. Así que después de eso solo comencé a pelear, supongo. Después conocí a mi entrenador y él me enseñó a cómo golpear correctamente. Evité muchas lesiones después de eso." 

Charlie asintió, apartándose el cabello del rostro. "Por lo que leí, has estado peleando desde los diecinueve. Mantuviste a tu hermano a tu lado todo el tiempo. Debió ser difícil."

"Habría hecho lo que fuera para que Dylan no fuera a un orfanato." Se humedeció los labios y se encogió de hombros. "Pero lo hice. Y está bien. Terminó la escuela y ahora va a entrar a la universidad."

Charlie sonrió suavemente. "Hiciste un buen trabajo."

Su pecho se calentó por dentro de una abrumadora manera que lo dejó sin palabras por un momento. ¿Cuánto había deseado escuchar esas palabras como para que su cuerpo reaccionara de esta manera? Fue difícil, trabajar, cuidar de Dee y mantenerlo a salvo y bajo un techo relativamente seguro. Pero pudo poner comida sobre la mesa y lo más importante, mantuvo a su hermano a su lado. Esos días donde habría llorado porque extrañaba a sus padres y deseaba tener una mejor vida para su hermano, ahora eran solo un recuerdo del pasado. 

Asintió. 

"Gracias."

Charlie continuó golpeando el saco por un rato más antes de que Ryan le dijera que estaba bien. "Lo dejaremos así por hoy. Creo que encontraste tu comodidad al final."

"Sí." Charlie levantó sus puños al aire. Estaban ligeramente rojos, pero nada que no se pasara en un rato. "Se sintió bien. O tal vez solo ya no puedo sentir nada en mis manos."

Se rió. "De acuerdo. Fue bueno. Te preparé algo de comer ahora."

"¿No vas a entrenar?"

Sacudió la cabeza mientras acomodaba el saco donde usualmente estaba. "No. Estoy bien. Lo hice esta mañana." Se dio la vuelta y se quedó quieto mientras veía a Charlie quitarse la camiseta. "¿Qué..."

Charlie levantó las cejas.

"¿Hum?" 

Solo sacudió la cabeza antes de apartar la mirada.

"Ryan, esta noche..."

Lo miró, esperando. "¿Sí?"

"No. No es nada." Charlie sacudió la cabeza y se dio la vuelta y salir.

 Tardaron un rato más preparándose en la mansión hasta que fue la hora de salir. Ambos vestían un esmoquin. Charlie se encargó de arreglar su cabello, pero no había mucho que pudiera hacer con él porque era corto, así que solo puso gel y tiró de él hacia atrás. Lo hizo limpiar su barba a un corte limpio y lo llenó de perfume, además de darle un nuevo reloj con correa. 

"Si algo sucede, presiona el botón rojo y entraré." Dean le pasó un pequeño aparto negro que era del tamaño del aro de su reloj. Ryan lo guardó en el bolsillo de su pantalón. "Estaré esperando aquí afuera. Dijeron que la seguridad de los invitados no podía estar a menos cincuenta metros de la entrada del museo, pero quiero ver que intenten moverme."

"No causes problemas," Charlie dijo. Su cabello estaba peinado hacia un lado, cayendo suavemente en un corte limpio que Dean hizo. Se veía completamente costoso y pulcro. No como el hombre que vio más temprano. Charlie lo miró a él y asintió. "Hora del show."

Dean bajó del auto y lo rodeó para abrir la puerta para ambos. Lo miró a los ojos y asintió. "Buena suerte ahí."

"Gracias," murmuró.

Habían tantas personas. La primera vez que salieron apenas habían algunas personas y algo de la prensa. Esta noche el lugar estaba repleto. ¿Cómo se suponía que vería si había alguien sospechoso? Su ansiedad estaba comenzando a elevarse y de pronto el cuello de la camisa se sentía muy ajustada.

"Charlie, no sé cómo se ve tu hermano. Ni siquiera sé su nombre." Se giró hacia él y tragó con fuerza. Charlie se veía calmado y sereno, probablemente solo era otro día para él. "Yo no..."

"Está bien. Solo quédate a mi lado." Tomó su brazo y lo sostuvo antes de comenzar a caminar. Ryan ni siquiera estaba prestando atención sobre el hecho de que caminaban con los brazos enredados hasta que sintió los dedos de Charlie tocar su mano. El hombre le sonrió con suavidad. "Solo relájate y no respondas nada de lo que los periodistas te pregunten. Yo me encargo de ellos."

Charlie probablemente estaba nervioso también si estaba sosteniendo su mano así. No lo soltó, solo sostuvo su mano y caminó hacia las escaleras del lugar a la par. "No pensé que estaría tan lleno."

"Sí, bueno. No es porque estas personas sean tan caritativas, solo quieren que sus rostros aparezcan en los periódicos y noticias, para que todos sepan que estuvieron en un evento así. Un montón de idiotas." Podía ver a un grupo de personas en la cima de las escaleras, hablando entre sí mientras los miraban a ellos. "Recuerda, no les respondas."

"Sí."

Cuando llegaron arriba, las puertas fueron abiertas para ambos. Ni siquiera preguntaron sus nombres, solo los dejaron entrar con una sonrisa amable. Y el lugar adentro era incluso peor. Ni siquiera a mencionar que todas estas personas ricas lo hacían sentir incómodo. Charlie apretó su mano con suavidad y le dio una sonrisa. "¿Estás bien?"

Sacudió la cabeza.

"Creo que necesito un trago."

"Podemos conseguir algo de eso." Charlie tiró de su mano hacia una enorme mesa llena de comida y bebidas, incluso había una escultura de hielo en el medio de un hombre medio desnudo. Tomó la copa que Charlie le dio y la bebió de un trago. Charlie levantó las cejas. "Woah, cuidado con eso. Te necesito en todos tus sentidos esta noche."

"Lo siento."

"Está bien." 

Charlie bebió lentamente de su copa y miró alrededor. Ryan tomó una profunda respiración mientras sentía que su cuerpo se calmaba un poco. Así que comenzó a mirar entre las personas y notó a una mujer alta y rubia acercándose a ellos con una mirada llena de emoción. 

"¿Charles Baldwin?"

Charlie se giró y miró a la mujer antes de sonreír. "Hola. Mucho gusto."

Ella sonrió grande y pasó el cabello por detrás de su oreja antes de mirar a Ryan. "¿El caballero es?"

"El señor Hale," Charlie respondió por él y dio un paso al frente. "¿Nos conocemos?"

"Disculpe mi falta de profesionalismo. Soy Bella Hain, trabajo para el diario Cosme. Cuando lo vi entrar no pude evitar sorprenderme. La familia Baldwin frecuentaba estos eventos muy a menudo, y después de lo que sucedió, no esperaba verlos nuevamente alrededor. Una verdadera tragedia, lo siento mucho, Charles."

"Sí. Lo es." Charlie se aclaró la garganta. "Pero ellos habrían querido que su legado siguiera con vida, así que me encargaré personalmente de eso."

"Es increíble." Ella levantó una grabadora y la puso entre ambos. "Se han escuchado rumores de que su hermano salió del país luego de la muerte de sus padres y se especula que algo sucedió entre su padre y él porque tengo reportes de mis fuentes que aseguran que su hermano no fue al sepelio. ¿Eso es cierto?" Ella empujó la grabadora más cerca de él. "¿Puede decir algo al respecto?"

"Mi hermano tuvo problemas personales que le impidieron estar presente, pero estuvo con nosotros en todo momento cuando lo necesitábamos." Charlie le sonrió. El tipo de sonrisa que era falsa pero si no prestabas atención, ni siquiera lo notarías. "Por el momento está ocupado. Sé que lo verán cuando regrese."

Ella asintió con una sonrisa. "Eso espero. Han sido años desde que él estuvo en el ojo público."

"Bueno. Está ocupado. Le diré que están buscándolo."

"De acuerdo. Así que por esta noche, ¿piensa conseguir alguna pieza?"

"Probablemente. Si eso es de ayuda a algunas personas, será mi honor."

Ella levantó la cabeza hacia él, mirándolo de arriba a abajo con obvio interés. "Así que este es..."

"Lo siento." Charlie la detuvo y tomó el brazo de Ryan. "Creo que nos están buscando. Pero fue un placer hablar con usted."

"Oh, está bien." Ella buscó rápidamente en su bolso y sacó una tarjeta. "Por favor, comuníquese conmigo si tiene información de su hermano. Realmente deseo hablar con él. Tengan una buena noche." 

Charlie tiró de él hacia otra dirección. Ryan se rió. "Ellos realmente no tienen filtro."

"Es su trabajo," Charlie respondió mientras tomaba su mano. "Son como mosquitos. Solo quieres golpearlos."

"¿Qué?" Se rió en voz alta antes de mirarlo. "A veces las cosas que dices realmente asustan."

Charlie lo miró, con la más inocente sonrisa en el mundo en su cara. "No sé de qué hablas."

Tragó con fuerza, apartando la mirada de Charlie, obligándose a borrar su sonrisa.

"Como sea, ¿ahora qué?"

"Bueno, la subasta debería comenzar en poco tiempo. Compraré una de las pinturas y eso es todo. El museo se queda con un jugoso cheque y nos vamos a casa con una pintura vieja." Charlie levantó su copa y la terminó. "Con suerte, podré evadir a los demás reporteros."

Asintió y continuó caminando a su lado, manteniendo la vista en las personas a su alrededor. Nadie parecía raro o quizás todos parecían raros. No podía decirlo con claridad. ¿Alguien fuera de lugar? Podía ver algunas personas jóvenes como ellos, pero a parte de eso nada más. Charlie apretó su mano y se chocó contra él un par de veces, mientras saludaba por aquí y por allá.

"¿Estás nervioso?" le preguntó un rato después.

"No mucho. ¿Por qué?"

"Es que sigues sosteniendo mi mano. Me preguntaba si estabas demasiado nervioso."

"Oh." Charlie miró sus manos unidas por un momento antes de levantar la cabeza. "Yo..."

"Vaya, vaya. ¿Quién pensaría que nos volveríamos a encontrar así?" Miraron al frente para ver a un hombre alto, probablemente  menos de treinta, con brillante cabello rubio y ojos verdes. Estaba mirando fijamente a Charlie con una sonrisa contenta. "¿Cómo has estado, cariño?" Preguntó con un tono bajo y seductor.

"Christopher..." Charlie miró al hombre con una confundida expresión antes de sonreír incómodamente. "¿Qué haces aquí?"

"Mis padres me enviaron en su lugar. Tuvieron que salir del país." Miró a Ryan y luego a sus manos unidas. "Así que, ¿él es?" Lo señaló con un dedo con una sonrisa débil. 

"Ryan Hale," Charlie dijo y apretó su mano. "No esperaba verte tan pronto."

Christopher miró a Ryan a los ojos, era tan alto y construido como él.

"¿Es tu nuevo novio?"

"Sí. Lo es." Charlie levantó la cabeza para mirarlo, sonriendo abiertamente con demasiada seguridad. Ryan se quedó muy quieto, mirándolo en silencio. "¿Estás aquí para conseguir una pieza?"

Ryan miró a Christopher con cuidado. El hombre los miraba fijamente, como si no pudiera creerlo. En realidad se veía enojado. Bastante cabreado.

"¿No es demasiado pronto? Terminamos hace menos de tres meses."

Charlie suspiró, viéndose incómodo. "Terminamos las cosas de buena manera, Christopher. No tenemos que arruinarlo así."

"Supongo." Christopher levantó la cabeza y exhaló. "¿Puedo saber desde cuándo?"

"No." Charlie sacudió la cabeza y se humedeció los labios antes de bajar el rostro. "No quiero hablar ahora."

El rubio frunció el ceño, dándole a Ryan una mala mirada. Se veía muy molesto. Esto no era bueno.

"Entonces iré a tu casa uno de estos días."

"Como sea."

Charlie tiró de su brazo hacia otra dirección. Ryan todavía estaba demasiado tenso como para decir algo. Pero Charlie se veía peor, agitado. Tomó una copa más de un mesero y se la tomó de golpe. Ryan lo observó en silencio, solo sosteniendo su mano mientras caminaban entre las personas hasta que Charlie se detuvo un poco después, cerca de una de las esquinas del museo donde apenas habían unas cuantas personas.

"¿Puedo preguntar algo?"

Los ojos azules lo miraron fijamente, en silencio, esperando.

"¿Ese es tu ex?"

"Sí."

"¿Por qué terminaste con él? Sé que dijiste que terminaron en buenos términos, pero parece que él no lo ha superado."

Charlie sacudió la cabeza, su vista por encima de su hombro antes de soltar su mano y frotarse el rostro. "¿Cómo podía solo traerlo a este enredo? Puede hacerlo mucho mejor. Estará bien."

Sonrió con suavidad, sintiéndose un poco mal por el rubio. "Parece que el sentimiento era más pesado de un lado."

"Lo intenté. Realmente intenté amarlo, pero no fue tan sencillo. Christopher tiene problemas de ira y es solo... difícil tratar con él."

Ryan lo miró fijamente. "¿Te golpeó?"

"No." Charlie sacudió la cabeza con una risa sin emoción. "Pero a veces rompía cosas cuando se enojaba. Así que jamás pude verlo de la misma manera que él a mi. Además, era demasiado celoso." Suspiró y levantó la mirada hacia él. "Te dije que usualmente me atraen los idiotas."

Sonrió con suavidad. "Puedo verlo."

Charlie miró por detrás de él antes de que sus ojos se abrieran grande. "Carajo, ahí viene de nuevo."

"¿Quieres que hable con él?"

"No." Charlie se acercó a él y sostuvo su rostro con ambas manos, lo miró a los ojos y suavemente presionó sus labios juntos. Ryan lo miró fijamente, sosteniendo sus costados tentativamente mientras intentaba procesar lo que estaba sucediendo. Charlie tenía los ojos fuertemente cerrados mientras sus labios se mantenían juntos. No era un beso apasionado ni nada parecido, solo eran sus labios frotándose con los del otro. "Creo que eso debería ahuyentarlo," Charlie dijo cuando se separó.

Ryan asintió sin apartar la mirada de él mientras que Charlie veía detrás de su espalda. "¿Sigue ahí?" Preguntó. Sus manos se ajustaron a la cintura de Charlie con firmeza. 

Charlie giró el rostro hacia él, mirándolo fijamente. Se humedeció los labios y asintió con la vista puesta en su boca. "Sí."

"Bien."

Con suavidad, acunó la parte trasera de su cabeza y tiró de su boca a la suya, cerrando los ojos cuando sintió la suave lengua de Charlie sobre sus labios. Lo dejó entrar y explorar por un momento antes de chuparla y luego empujar su lengua profundamente. Charlie se estremeció, sus manos apretándose sobre sus hombros. Ryan no podía contenerse, tampoco es que lo estuviera intentando. Mordió y chupó sus labios mientras Charlie comenzaba a jadear contra su boca y peleaba por tener el control del beso, pero no podía solo dejarlo. Quería besarlo tan duro y profundo que sus bocas dolieran después y ambos tuvieran los labios hinchados y rojos. Quería ver la cara sonrojada de Charlie, pero no podía soltar sus labios.

Era tan bueno.

Unos labios tan suaves.

"Creo que ya se fue," Charlie murmuró, jadeando pesadamente cuando se separó un poco. Ryan abrió los ojos y lo miró. Los ojos de Charlie estaban mirando detrás de él, su agarre en los hombros más suave, pero no había forma de que ocultara su sonrojo y respiración entrecortada. Charlie asintió y lo miró con una sonrisa. "Ya no está."

"Qué bien." Tragó con fuerza y dio un paso atrás mientras se lamía los labios, dejando caer sus sucias manos del cuerpo de su empleador. "Funcionó."

Charlie asintió. "Sí."

"Así que, se supone que soy tu novio." Se frotó el cuello nerviosamente. "¿Se supone que me iba a enterar solo así?"

"Debí decirte desde el inicio," Charlie dijo. "Pero no sabía cómo hacerlo. Lo siento."

Se encogió de hombros. "Está bien. ¿Ese siempre fue el plan?" 

"Bueno, realmente necesito que me protejas." Se rió incómodamente. "Pero sí. Es la mejor manera de mantenerte a mi lado en eventos como este y no hacer tan obvio que estás aquí para protegerme."

"Creo que lo entiendo." Lo miró antes de fruncir el ceño y ver la mesa cerca de ellos. "Iré por una copa, ¿quieres una?" Necesitaba algo más de alcoho en su sistema para asimilar la situación por completo.

Charlie asintió, con una expresión no mejor que la que él probablemente tenía. "Sí."

Se abrió paso entre las personas y alcanzó la mesa para tomar dos copas de lo que sea que fuera. Estuvo a punto de regresar con Charlie, pero una mano en su hombro lo detuvo. Christopher lo estaba mirando con una dura expresión. 

"¿Desde cuándo están juntos?"

Ryan se sacudió de su mano, intentando contenerse de empujarlo lejos. "Charlie ya no es tu asunto."

"¿Fue mientras seguía conmigo?"

"¿Crees que te fue infiel?" No conocía a Charlie lo suficiente todavía, pero no creía que fuera del tipo que haríaalgo así. "No hables de él de esa manera."

"¿Entonces por qué no quiere hablar conmigo? Él fue quien quiso que las cosas terminaran, pero yo no estuve de acuerdo."

"Creo que tienes que dejarlo así," respondió, su mandíbula se tensó y sus manos se apretaron alrededor de las copas. Este tipo era muy intenso. Podía ver por qué Charlie lo dejó, si actitud era así todo el tiempo. "Está bien ahora. Nos vemos por ahí."

Christopher gruñó con molestia. "Dile que estaré en su casa la próxima semana."

Se dio la vuelta sin darle una respuesta. ¿Qué demonios le pasaba a las personas como él? Al menos debería tener un poco de orgullo. Charlie había hecho lo correcto al dejarlo. El tipo era un completo imbécil.

Ryan se detuvo de golpe mirando el espacio donde había dejado a Charlie. Revisó alrededor con su corazón comenzando a latir con fuerza. ¿Dónde estaba? Dejó las copas en una mesa y comenzó a buscarlo alrededor, incluso llamó a su teléfono, pero no contestaba. "Mierda, mierda, mierda. Por favor, contesta."

Lo perdí, lo perdí, lo perdí.

Cuando lo intentó por cuarta vez y no hubo respuesta, tomó el aparato que Dean le dio y lo presionó varias veces. Bien, Dean vendría, pero todavía tenía que buscarlo. No pudo encontrarlo en el centro del museo y las puertas a otras áreas estaban cerradas con llave. Miró las puertas que daban a las afueras del museo y notó que no tenían seguro, así que comenzó a buscar por ahí y justo en la última vio una sombra de una persona a lo bajo de las escaleras. Pero estaba tan oscuro que no podía decir quién era. 

Comenzó a bajar las escaleras corriendo con el corazón latiendo como loco, todo su cuerpo estaba temblando con preocupación. Solo tenía un trabajo y ese era mantener a Charlie a salvo. ¿Cómo fue tan estúpido como para dejarlo solo?

"Y recuerda que esto lo envía tu hermano." Un hombre de traje estaba pateando algo en el suelo con fuerza. "No olvides quién es el que manda."

"¡Hey!"

El hombre apenas logró girar el rostro hacia él antes de que Ryan lo tacleara con todas sus fuerzas y cayeran a unos metros del cuerpo en el piso, sobre los arbustos. El hombre lo golpeó con el puño en el estómago antes de ponerse de pie tan rápido como la adrenalina lo dejó y le dio un golpe en el rostro, que hizo que el tipo cayera de espaldas como un saco de papas. Podía ver la sangre saliendo de su nariz mientras el hombre tenía los ojos cerrados.

Miró el cuerpo en el piso y le dio la vuelta, su corazón casi saliendo de su pecho cuando vio a Charlie inconsciente con algo de sangre saliendo de su boca. "Charlie, abre los ojos. Por favor, mírame. Lo siento. Lo siento. Charlie." Lo movió con suavidad, suspirando de alivio cuando lo vio quejarse y contraer el rostro. "Dean llegará pronto. Por favor, quédate conmigo. Necesitas permanecer despierto. ¿Puedes oírme?"

Sus ojos se apretaron cerrados e hizo una ligera mueca.

"Ryan..."

"Sí. Estoy aquí."

Miró hacia las escaleras, pero no podía ver a Dean. ¿Dónde demonios estaba?

Ni siquiera escuchó cuándo el otro sujeto se levantó. Lo único que sintió antes de caer contra el piso fue un fuerte calambre eléctrico recorrer todo su cuerpo desde su cuello hasta la planta de sus pies. Cayó encima de Charlie, sin poder moverse ni poder hablar. El hombre caminó a su lado y se puso de cuclillas. Su sonrisa era grande y satisfecha, con los dientes rojos por la sangre, goteando sobre el piso, pero lucía feliz aunque su rostro estuviera cubierto de sangre. 

"Dile que es solo un pequeño saludo de parte de Shawn." El hombre puso una mano sobre su cabeza y la frotó con suavidad, casi con cariño, sonriendo sadicamente. Sus ojos tan oscuros como la noche. "Buena suerte, muñeco."

No pudo hacer nada más que verlo alejarse entre los arbustos. Todo su cuerpo pareció haberse apagado por un momento. No podía mover un músculo y se sentía tan cansado. Le pareció escuchar la voz de Dean gritando sus nombres, pero ya no podía mantenerse despierto.

Sus ojos se cerraron y luego todo fue oscuridad.

***

Holaaaa. Parte 5 aquí. Gracias por todo una vez más. Nos leemos pronto xx

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