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"Por favor, quítese la ropa."
Ryan hizo una mueca mirando a la enfermera salir de la habitación. En la misma habitación, en una esquina, sentado sobre una silla de metal con las piernas cruzadas, Charlie lo miraba fijamente. "¿No piensas salir?" le preguntó.
"Solo quiero asegurarme de que no haya nada fuera de lugar."
Levantó una ceja hacia él mientras comenzaba a quitarse la ropa. "¿Fuera de lugar? Todo está en el lugar donde debe estar aquí." Tiró su camiseta sobre camilla y luego se desabrochó los pantalones, dejándolos sobre su camiseta. Puso las manos sobre sus caderas y lo miró. "¿Ves algo fuera de lugar?"
Charlie sonrió. "Me refería a tu examen. Pero, sí. Veo que todo está... muy bien." Le dio una mirada de pies a cabeza antes de fruncir el ceño. "¿Qué tanto entrenas? Eres bastante grande para un tipo que pelea. ¿No te hace eso lento?"
"Todo está en la técnica y en cuánto practiques." Se frotó un brazo, algo incómodo de pronto. Se sentía como una animal de zoológico. "Mi entrenador sabe lo que hace. Y soy más flexible de lo que parezco."
Charlie sonrió de medio lado y ladeó la cabeza. "Está bien."
Ryan lo miró fijamente mientras Charlie comenzaba a revisar su teléfono. Charlie no era un tipo grande y tampoco parecía ser del tipo violento. Más como desconfiado y con tipo de cuerpo atlético. Estaba todavía intentando procesar todo esto. Pero la imagen de su hermano viviendo felizmente la vida sin preocupaciones en el campus de alguna universidad, era suficiente para recordarle que podía con esto. Presionó los labios con fuerza, sus ojos en las muñecas expuestas de Charlie. No tenía idea de por qué seguían llamando su atención.
Casi quería morderlas.
Frunció el ceño y apartó la vista. ¿Qué clase de pensamientos eran esos? Charlie no era el primer hombre atractivo que había visto. Usualmente, él era un tonto por los rostros bonitos, así que su pene siempre señalaba hacia ese lado sin importar el género. Pero, este era su futuro jefe. No había forma en que pudiera dejar salir sus sucios pensamientos hacia él.
No importaba lo bonito que se viera. O lo bonitos que eran sus ojos azules o los labios rellenos y rosados
Estuvo casi agradecido cuando la enfermera volvió a entrar con una jeringa en la mano.
Cerró los ojos e hizo todo lo que le fue dicho, respondiendo las miles de preguntas que eran "parte del examen".
"¿Es usted sexualmente activo?"
Abrió los ojos y la miró fijamente, mientras ella esperaba con una sonrisa amable. Escuchó la risilla de Charlie en el fondo de la habitación. Asintió. "Sí."
"Perfecto. Creo que eso será todo, señor Hale. Los exámenes de sangre tardarán un poco."
"Puede enviarlos a mi correo, por favor." Charlie le dio una tarjeta a la enfermera. "No nos será posible venir por él."
La mujer asintió. "De acuerdo. Ya puede vestirse. Dejaré una receta con medicamentos para sus heridas también."
Después de que la puerta se cerrara, miró a Charlie. "¿Te divertiste?"
Él ni siquiera intentó esconder su sonrisa. "Un poco. En realidad estaba esperando a que ella te preguntara si algo había entrado por tu parte trasera alguna vez." Se rió entre dientes, sus ojos brillando con diversión. "La cara que pusiste fue muy chistosa. ¿Te incomodan ese tipo de preguntas?"
"No." Tomó sus pantalones y los deslizó por sus piernas. "Es solo raro."
Charlie le dio su camiseta, sonriendo traviesamente. Como si todo esto le fuera realmente entretenido para él. "¿Por qué?"
Se colocó la camiseta y lo miró fijamente mientras se bajaba de la camilla. "¿Alguna vez has tenido algo en tu trasero?"
Charlie levantó la mandíbula, sonriendo arrogantemente. "Tal vez."
"¿Lo disfrutaste?"
"Ese no es su problema, señor Hale." Charlie dio un paso atrás. Dios, ni siquiera se había dado cuenta de lo que cerca que estaban. Señaló la puerta con una de sus finas manos. "Es hora de irnos. Tenemos otro lugar al que ir."
Asintió y se dio la vuelta mientras se ponía las botas. Charlie tomó la receta de la enfermera y después lo siguió hasta la camioneta, donde Dean los esperaba, sosteniendo un libro en las manos. Técnicas Para Lastimar a tu Enemigo.
"¿Eso es normal?" Miró a Charlie y luego a Dean. "¿Eso es un libro legal, siquiera?"
"Tal vez deberías leerlo." El hombre suspiró y puso los ojos en blanco antes de lanzarle el libro. "Serías de más utilidad si tuvieras experiencia."
Charlie suspiró. "No empieces. Conduce. Tenemos que ir a otra parte."
Dean solo sacudió la cabeza y comenzó a conducir.
"¿Qué piensas de este traje?" Charlie empujó la pantalla de su teléfono hacia su cara, mostrándole la imagen de un traje negro de aspecto elegante y costoso.
"Ah... es lindo." Rascó su cabeza y lo miró confundido. "No sé mucho de trajes. La última vez que usé uno fue en el funeral de mis padres. Solo tomé el primero que vi. Así que no tengo idea de si es lindo o no."
Charlie frunció el ceño. "¿Qué piensas del traje que estoy usando justo ahora?"
Le dio una buena mirada, de la punta del perfecto cabello negro hasta la los brillantes zapatos de vestir. Se encogió de hombros. "Luce bien."
Continuaron un rato más por la ciudad. Y solo le tomó un breve momento darse cuenta de que estaban entrando a la parte la ciudad que los ricos frecuentaban. Si pudieran hacerlo, las calles y aceras serían de oro. Pero parecía perfecto para alguien como Charlie. Lucía justo como el lugar que él frecuentaría.
"Esta bien. Caminaremos desde aquí." Dean asintió y bajó del auto, abriendo la puerta para ambos. Charlie miró a Ryan cuando se puso a su lado. "Hay algo que necesitamos encontrar aquí. Pensé que sería mejor si venías conmigo y dabas tu visto bueno, pero dices no saber nada sobre trajes. Umm. Todavía." Le sonrió mientras caminaban por la plaza. "Dame tu honesta opinión, ¿de acuerdo?"
Suspiró mientras asentía. "¿Puedo preguntar por qué?"
"¿Todavía no lo entiendes?" Charlie se detuvo y lo miró hacia arriba, sus cejas ligeramente fruncidas como si realmente no entendiera. "Tenemos que conseguirte un traje. ¿Para esta noche?"
"¿Esta noche?" Abrió los ojos. "¿No es demasiado pronto? Pensé que tomaría más tiempo."
"Bueno, es un evento privado. Lo que significa que Dean no puede estar ahí. Además, él sobresale demasiado y todos se preguntarán por qué llevo a un guardaespaldas conmigo en una fiesta." Charlie suspiró, metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón. "Estoy seguro de que nadie intentará algo en un lugar tan público y lleno de la prensa, pero todavía hay una mínima posibilidad de que algo suceda. Por eso," le dio una suave palmada sobre el pecho. "Te necesito ahí."
Ryan no quería quejarse, pero estaba muy cerca de hacer un berrinche frente a él. "No creo que sea una buena idea."
"Está bien. Solo iremos ahí, tomaremos unos tragos, yo conversaré con la prensa por un momento y tú estarás a mi lado todo el tiempo. No es difícil." Charlie le sonrió. "Tómalo con una prueba, si quieres."
Le dio una mirada a Dean. Pero el hombre estaba mirando a sus alrededores con atención. Después miró a Charlie y se acercó más, solo para que él lo escuchara. "¿Tendré que llevar un arma?"
Charlie parpadeó.
"No. Tus armas son esas." Señaló sus manos con un dedo mientras lo veía directamente a los ojos. "Y eso es lo que quiero que hagas. Puedes noquear a alguien con un simple golpe, ¿por qué necesitarías armas de verdad?"
Apretó los dientes, su mano subió hasta que sostenía un fleco del chaleco de Charlie. "Porque no estoy blindado. Una bala haría mucho daño. Y no tengo intenciones de morir."
"No te estreses por eso." Charlie puso una mano sobre la suya que sostenía el chaleco. "Mi hermano no intentaría nada así. Él disfruta torturar."
Exhaló.
"¿Cómo es eso mejor?"
El hombre sonrió. "Que no usa armas. Prefiere enviar a sus matones a asustar. Como un juego del gato y el ratón." Charlie sostuvo su muñeca, sus fríos dedos presionar con suavidad sobre los tendones. "¿Has visto como los gatos juegan con su presa hasta que esta está lo suficientemente inconsciente para entonces comérsela?"
"Sí."
"Exacto."
Suspiró una risa sin humor. "Ustedes están locos." Tiró de su muñeca sin ser brusco y sacudió la cabeza antes de dar un paso atrás. Otra vez habían estado demasiado cerca del otro para su comodidad. "¿En dónde está el lugar?"
"Justo detrás de ti."
Ni siquiera intentó decir algo más que sí y no mientras Charlie lo hacía probarse traje tras traje. Todos eran lo mismo para él. Así que después de quitarse el quinto traje y el hombre mayor se retiró con estrés sobre su cara, él se dirigió a Charlie.
"¿Por qué no solo escoges el que tú quieras?" Se encogió de hombros y se pasó una mano sobre el cabello. "Solo has lo que quieras. Me estoy cansando."
Charlie sonrió. "¿Me dejarás vestirte a mi gusto? Porque debo decir, que amo ver a un hombre vintiendo un traje negro." Se subió a la tarima donde Ryan estaba y comenzó a rodearlo, mirándolo con atención. "Tienes un buen cuerpo, bien proporcionado por lo que todos los trajes te quedan bien. Un poco ajustados, pero se ven bien." Se humedeció los labios y llamó al anciano. "¿Puede traerme el esmoquin negro de 7 piezas y dos botones, en su talla?"
El hombre asintió antes de volver a irse. "Sí, señor."
Ryan lo miró fijamente, algo entrañado por la expresión en el rostro de Charlie. Él realmente estaba disfrutando de esto. Como sea...
"¿Qué usarás tú?"
"Mi traje está listo. Lo verás en la noche." Sonrió de medio lado. "No te apresures. Haces que mis canillas se sonrojen."
No lo pudo soportar. Se rió en voz alta, sosteniendo su esternón. Charlie lo miró con una brillante y amplia sonrisa. "De acuerdo. Eres divertido. Solo estaba preguntando por curiosidad."
"Tienes una hermosa sonrisa," Charlie murmuró, la sonrisa haciéndose más pequeña, pero todavía parecía contento. "¿Por qué no sonríes tan a menudo? Pareces ser un tipo agradable para pasar el rato cuando pones esa expresión en el rostro."
"Tengo que mantener mi fachada." Sonrió con suavidad. "A nadie le gusta un peleador que se la pasa sonriendo."
"Pero no estás en el ring." Charlie estiró la mano hacia él y presionó un dedo sobre su hombro, más como con curiosidad que para molestarlo. "¿Cómo siquiera consigues hombros así de redondos?"
"Años de entrenamiento."
"Puedo ver que te gusta entrenar." Miró su abdomen y pasó su dedo sobre su paquete de seis antes de asentir. "Agradable."
Ryan estaba mirando fijamente los gruesos y brillantes labios rojos con demasiada atención para su gusto antes de levantar la cabeza y mirar al techo del lugar. En serio. No debía sentir nada por su jefe. Necesitaba este empleo. Estar cachondo no le iba a ayudar en nada.
Tal vez solo necesitaba tener sexo. Había pasado un tiempo, pero tenía el número de algunas personas con las que solía tener encuentros casuales. Quizás una llamada y un breve momento finalmente conseguirían que su cuerpo dejara de reaccionar hacia Charlie. Además, era vergonzoso.
El anciano regresó y le entregó el traje a Charlie. "Yo me encargo desde aquí. Muchas gracias."
Tenía que admitir que le gustaba cómo se veía en el traje. Era realmente lindo y la tela era extraña, pero suave. Si quitaban los golpes en su cara, parecía un hombre adinerado.
Charlie asintió. "Es perfecto. Ahora solo necesitas un par de zapatos a juego." Él terminó de revisarlo y dar su visto bueno antes de decirle que se lo quitara. "Iremos a mi casa y luego iremos al evento."
Ryan asintió mientras terminaba de ponerse su ropa otra vez. "¿Crees que pueda visitar a mi hermano antes? Le dije que llegaría tarde, pero todavía quiero revisar cómo está."
"Seguro." Charlie miró el reloj en su muñeca y asintió. "Podemos hacer una corta visita."
"Gracias."
Charlie habló con el anciano por un rato mientras veían los trajes y hablaban sobre otros trajes que necesitarían en el futuro. Le pareció escuchar el precio de los trajes por lo bajo, pero el precio era tan ridículo que no podía ser posible. Con ese dinero podría pagar la renta por cuatro meses. Charlie se rió con el anciano sobre algo y se pasó una mano por el cabello.
Ryan miró fijamente los delgados dedos meterse dentro del cabello. A pesar de parecer recién cortado, había algunas puntas que rozaban sobre la nuca. Tan delicada y elegante como el resto de él. Tan pálido, como si pasar tiempo bajo el sol no fuera una de sus actividades favoritas. O tal vez solo tenía la piel de ese tono a pesar de eso. Charlie podría ser alguien que disfrutaba de los baños de sol. Pero su piel parecía la de una muñeca de porcelana.
Levantó la mano y tocó el borde del cabello porque se veía suave y lacio, oscuro en contraste con su piel lechosa. Sintió que él se estremeció, pero no dijo nada. Siguió hablando con el vendedor sin mirar atrás. Ryan sonrió y bajó la mano, guardándolas en los bolsillos de su pantalón hasta que, finalmente, Charlie decidió terminar y despedirse. También le dio una corta sonrisa al anciano y siguió a su jefe afuera. Intentó tomar los sacos enfundados, pero Charlie se los pasó a Dean, que estaba esperando fuera de la puerta del local. El guardaespaldas caminó delante de ellos hasta que subieron a la camioneta otra vez.
Ryan miró a Charlie después de subir. "¿Cuántos días necesitas que esté contigo?"
"Creí que fui lo suficientemente claro." Charlie lo miró y ladeó la cabeza. "Te mudarás conmigo."
"Así que todos los días."
"Vamos, no será tan malo. Tendrás una cama, comida y cualquier tipo de comodidad. Tu propia habitación" El hombre le sonrió. "Y si necesitas salir, solo déjame saber con anticipación. Así puedo limpiar mi agenda." Cerró los ojos y suspiró pesadamente, recostando la cabeza sobre el asiento y habló otra vez, solo que no hacia él. "Iremos al lugar de Ryan."
Dean asintió. "Sí, señor."
No se molestó en preguntar cómo sabían su dirección dado que su vida entera había sido investigada. Así que siguió el ejemplo de Charlie y se recostó hasta que estuvieron frente a su edificio. "No tardaré demasiado," dijo mientras bajaba.
Corrió todo el camino hacia las escaleras hasta llegar a su piso y cuando abrió la puerta vio a Drake y Dee abrazados. "¿Qué sucede?"
Dee levantó la cabeza del hombro de Drake y fue hacia él, sonriendo mientras sus ojos estaban húmedos. "Me aceptaron en mi universidad favorita, Ryan."
"Oh, Dios." Lo apretó con fuerza en sus brazos, sonriendo mientras pensaba en su pequeño hermanito hace algunos años. Ese niño que soñaba tan alto y en grande. "Carajo, Dylan, estoy tan orgulloso de ti." Besó su cabeza ruidosamente mientras él se quejaba. Miró a Drake, recordando que su amigo también estaba ahí. "¿Sucedió algo?"
Drake sacudió la cabeza. "Vine a ver cómo estabas y Dee me dio la noticia." Sonrió hacia su hermano. "Estoy muy feliz por él. ¿En donde estabas? He estado esperando por horas."
"Conseguí un nuevo trabajo."
Ambos lo miraron con sorpresa. Dee tenía una feliz expresión llena de curiosidad. "¿Qué? ¿Cómo? ¿Dónde?"
Le sonrió, poniendo una mano sobre su cabeza para quitarle el gorro. "Seré el conductor de un niño rico," dijo. No había nada de malo en mentir un poco. Dee no podría comprender lo delicado que esto era. "La paga es muy buena y es un trabajo seguro." Tragó con fuerza y miró a Drake. "Estoy dejando las peleas. Habría querido tener más tiempo para contarles esto."
"Eso genial." Dee sonrió cariñosamente, viéndose incluso más feliz. Volvió a abrazarlo con fuerza. "Tenemos que celebrar esta noche."
Drake lo seguía mirando fijamente. "También estoy orgulloso de ti, Ryan." Se acercó a él y puso una mano sobre su hombro con una expresión contenta. "Es la mejor decisión que pudiste tomar."
"¿Qué crees que pasará ahora? No creo que Big Dog se ponga feliz."
"Eso no importa." Drake se encogió de hombros. "Encontrará a alguien más que llame la atención. Le diré que estás fuera del negocio yo mismo." Le dio una mirada a Dee y luego a él antes de sonreír abiertamente. "Pero concuerdo con Dee, hay que celebrar. ¿Esta noche?"
Estuvo a punto de decir que sí, pero se detuvo. Tenía un lugar a donde ir. Pero todavía tenía que celebrar que Dee logró entrar a la universidad. Así que solo sonrió hacia ellos y asintió. Lo hablaría con Charlie. Probablemente entendería.
"¿Está bien a las diez? Podemos reunirnos aquí," dijo. Le extendió unos billetes a Dee. "Tengo que ir al trabajo por un momento, pero estaré aquí a las diez. Pueden comprar lo que necesiten con ello."
Dee lo miró mientras le tendía el dinero a Drake. "¿Empiezas hoy?"
"Sí. Y deja de preocuparte por mi, ¿de acuerdo? Te prometo que es completamente legal y seguro. Solo lo llevaré a lugares." Apretó su mejilla con fuerza haciéndolo quejarse. "Tu solo preocúpate por la universidad. Si necesitas algo, solo dime, ¿de acuerdo?" Tiró de él hacia las habitaciones para tener una plática más privada. "Y después de que estés en un lindo dormitorio, dejaré este lugar."
"¿Por qué?" Dee tenía el ceño fruncido. "¿En donde vas a quedarte?"
"Viviré en la casa de mi jefe. En serio, Dee, este sujeto me estará dando una cantidad ridícula de dinero solo por llevarlo a lugares." Se cruzó de brazos y se apoyó contra la puerta de su habitación. "Así que el dinero no se será un problema de ahora en adelante. Pero necesito que tú tengas una vida tranquila. ¿Me entiendes?"
Dee lo miró fijamente, sus oscuros ojos estaban llenos de escepticismo. "Suena demasiado bueno, Ryan. ¿Estás seguro de que está bien?"
"Sí. Pasé la mitad del día con él." Revolvió su cabello antes de devolverle el gorro. "Es una oportunidad única. Y no la pienso desperdiciar." Se dio la vuelta y entró a su habitación para tomar su mochila y comenzar a llenarla con sus artículos de limpieza y algo de ropa extra. Miró sus zapatos y tomó también un par, solo en caso de algo. "Por ahora, diviértete y nos veremos esta noche para celebrar."
Dee asintió y se hizo a un lado mientras salía de la habitación.
"Invitaré las cervezas," Drake dijo cuando regresaron a la sala. "Dee y yo podemos ir por otras cosas mientras estás en el trabajo. Dios..." El hombre sonrió y fue hasta él para darle un abrazo. "Suena tan raro decir eso. Pero en serio estoy feliz por ti, hermano. Ahora ve al trabajo. Estaremos aquí para cuando regreses."
"Gracias." Le dio un abrazo corto antes de separarse y susurrar. "Cuida de él."
Drake asintió con una seria expresión. "Lo haré."
La camioneta seguía en el mismo lugar. Charlie no preguntó nada sobre su visita, así que supuso que después de pasar medio día juntos, pensaba que Ryan ya no lo traicionaría. El camino a su casa fue largo pero no esperaba nada más de alguien tan adinerado. En realidad no creía que sería una mansión. Pero lo era. Con grandes muros de piedra hasta arriba y lindos jardines donde habían personas circulando, vestidos de negro, como Dean. Más seguridad supuso.
Después de detenerse en un amplio garaje, Charlie le dijo que lo siguiera.
"Te mostraré tu habitación," dijo mientras subían las escaleras. Ryan estaba prestando atención a medias. Su mirada estaba completamente en la maravillosa vista del patio a través de los ventanales. En serio, esta lugar era hermoso. Y enorme. "Las habitaciones de los empleados se encuentran en otro edificio pero todavía hay algunos que se quedan en la parte baja de la mansión. Puedes subir y bajar a la cocina cuando quieras. Si te pierdes, solo busca mi habitación y te guiaré."
Asintió. "¿Por qué no me quedo con los otros empleados?"
"Porque tu trabajo es protegerme. Dean es uno de los que se queda abajo, pero está muy lejos de mi habitación." Charlie le dio una mirada por encima del hombro mientras seguían subiendo. "¿Eres de sueño pesado?"
"En realidad no." Mantuvo su mirada al frente, sin dejar que nada lo distrajera. Ni siquiera un trasero. Qué podía decir. Era un hombre de traseros. Levantó ambas cejas y su mirada se desvió un momento antes de que volviera al frente. Pero había algo en la forma en que el chaleco se ajustaba a sus caderas que lo hacía llamativo y lindo bajo una estrecha cintura. Se aclaró la garganta y regresó su cabeza a la tierra. "En realidad, ¿crees que el evento termine antes de las diez? Mi hermano entró a su universidad soñada y quiero celebrarlo con él."
"¿Qué universidad?"
Respondió, completamente orgulloso.
Charlie asintió una vez llegaron finalmente al final de las escaleras, entonces continuaron caminando por el pasillo con muchas puertas. "En serio en un chico inteligente."
"Es brillante."
"Está bien. Te dejaremos en tu lugar a las diez." Charlie bostezó y se detuvo frente a una puerta blanca. "Esta será tu habitación. Hice que la limpiaran por completo. Ordénalo como quieras, será tu hogar después de todo." Charlie le sonrió con suavidad mientras señalaba la puerta de en frente. "Esta es mi habitación. Pero, vamos, entra a tu habitación y dime qué te parece."
Era una amplia habitación. Una cama King en el medio, un escritorio de madera, completamente amueblado y por lo que podía ver, un balcón incluso. "Es linda," dijo. Charlie le mostró el baño privado y el armario donde podía caminar dentro. "No creo que pueda llenar todo este espacio."
"No importa. Úsalo como quieras. De todas formas, habrán más trajes en el futuro." Metió las manos en los bolsillos de pantalón y comenzó a caminar alrededor de la habitación hasta que se dirigió a la parte del fondo, donde estaba el balcón y abrió la puerta. "Intenta mantenerlas abiertas. Es más agradable así."
Ryan suspiró y dejó su mochila sobre la cama. "¿Ahora qué?"
"Puedes descansar." Charlie lo miró fijamente. "Te traeré una copia del contrato para que lo leas con calma. Dime si quieres que algo sea diferente. Haré que lo cambien." Asintió y comenzó a caminar hacia la puerta.
Ryan tomó su brazo antes de que saliera, sosteniéndolo sin presión mientras lo miraba a los ojos. "¿Por qué siento que me estás dando un trato especial? Soy un empleado más. Debería estar durmiendo en las otras habitaciones con los demás. Dime la verdad."
"No estoy mintiendo." Charlie parpadeó inocentemente, sus ojos azules brillando como un mocoso. "Necesito que me protejas incluso cuando duermo."
"Dean puede hacer eso," dijo. "No tengo experiencia. ¿Qué parte de eso es tan difícil de comprender? ¿Qué pasa si algo malo sucede? ¿Crees que podré dormir sabiendo que fue por mi culpa?"
Charlie sonrió, duramente ocultando su diversión. "Dean también está cerca. Hay un botón en mi habitación que le avisa sobre cualquier cosa, si hay peligro. No te preocupes tanto." Charlie le dio un par de suaves golpes sobre el pecho con la palma de la mano. "Puedes descansar por mientras. Te avisaré cuando sea hora de irnos." Lentamente lo dejó ir. Charlie estuvo a punto de irse, pero chaqueó los labios y se giró para mirarlo. "Si tienes hambre puedes ir a la cocina y preparar algo. Tendrás que prepararlo por ti mismo."
"Bien."
Charlie asintió. "Bien."
Se miraron fijamente por un momento. Charlie se humedeció los labios con la punta de la lengua, y Ryan estuvo tentando... no. Charlie era su jefe.
Piensa en Dee, piensa en Dee.
Fue el primero en apartar la mirada y girarse a su mochila.
Necesitaba una ducha fría. Muy fría. Charlie permaneció en la habitación por un momento más, sin decir nada, pero podía sentir que sus ojos estaban clavándose en su espalda. Después se fue y todo quedó en silencio.
Dejó escapar un largo suspiro. Tomó su ropa y fue al baño. Encendió el agua fría y se quedó de pie ahí, esperando a que el frío entrada tan profundamente en su cuerpo que incluso su mente se enfriara.
***
Holaaaa. Parte 3 lista! ;)))))))))) Nos leemos pronto.
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