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13

"El alcalde está organizando una fiesta esta noche en el Palacio de Versalles. Todos deben usar antifaces y trajes de gala. Una idea bastante interesante, si me preguntas." Dean movió la cabeza con la vista en la pantalla de la tableta. "Es para un evento de beneficencia y bla bla bla. Lo usual, solo debo conseguir algunos antifaces y los trajes están listos. Pasaré por ellos en un rato."

Charlie asintió mientras tomaba un trago de el té que Ryan le había preparado. El color de su piel estaba más normal de lo que había sido días atrás, y estaba durmiendo mejor desde que empezó a tomar las pastillas que Dean le recomendó porque los últimos días las cosas habían estado un poco sacudidas, para decirlo de una manera suave. Con los rumores de su hermano regresando a la ciudad, los empresarios que tenían negocios con la familia de Charlie comenzaron a ponerse nerviosos y algunos se sentían tan incómodos que estaban dispuestos a romper sus contratos.

Ryan no podía comprender cómo un hombre podía causar tanto alboroto por un simple rumor. Que era cierto, pero para Charlie y los demás, seguía siendo solo eso, un rumor. Pero eso no impidió que las cosas se agitaran.

"Iré contigo," dijo dándole una mirada.

Era algo que se había sentido necesario decir desde que regresaron. Podía sentir la molestia de Charlie todos los días, y ya habían pasado días. Todo había sido muy ético y formal entre los dos. Él acompañaba a Charlie a sus asuntos, pretendían ser una pareja cuando era necesario, cocinaba para él y hacía lo que le decían, como todo debió ser desde el inicio. Charlie no levantó la cabeza de la tableta, solo asintió y tomó otro sorbo del té.

Dean los miró con el ceño fruncido. Ryan estaba seguro de que él había notado que las cosas entre él y Charlie estaban un poco tensas, pero no había preguntado nada. Mejor así. Ryan realmente no tenía la intención de explicarle, y Charlie decía que solo estaba cansado, Dean le creería y le diría que fuera a descansar un poco.

Así habían vivido por casi dos semanas.

"Bien, entonces. Iré a buscar los trajes y antifaces. ¿Algún color en específico?"

Charlie levantó la cabeza. "Quiero dorado." Miró hacia Ryan y levantó una ceja. "¿Tú?"

"Cualquiera está bien."

Dean miró a Charlie, esperando una respuesta. "El que creas que ve sea mejor," dijo y volvió la vista hacia la ventana de la biblioteca, sin decir otra palabra.

Dean se despidió con una confusa expresión y cerró la puerta detrás de él, dejándolos a ambos en un profundo silencio incómodo. Ryan sabía que no podían seguir de esta manera porque de alguna manera estaba afectando su trabajo aquí. Necesitaba la confianza de Charlie, necesitaba que él estuviera otra vez bien con este arreglo. Apretó las manos en puños con la vista fija en la línea de la mandíbula afeitada de Charlie. Necesitaba que él dejara de ignorarlo.

Estos días no habían sido nada más que pesados para él. Ya vivía con un hombre que apenas le dirigía la palabra y evitaba mirarlo como si tuviera algo desagradable en él, y su hermano seguía ignorando sus llamadas. La única manera que tenía para saber de él era Drake, y él tampoco estaba muy contento con Ryan.

Suspiró y miró el reloj en la pared. "¿Quieres que prepare algo ligero antes de comenzar a arreglarnos?" Se frotó las manos ansiosamente, esperando que Charlie volteara a verlo, pero no lo hizo. Tenía los ojos cerrados, cabeza apoyada contra el respaldo de la silla y la taza vacía descansando entre sus piernas. Se veía tranquilo, pero Ryan todavía no conseguía sentirse igual. "La comida podría tener algo. Incluso las bebidas. Creo que deberíamos abstenernos de tocarlos."

"Sí, supongo." Él bostezó antes de ponerse de pie, dejando la taza en la mesita de café. Se pasó una mano por el cabello que caía agraciadamente a los lados de su cabeza en un corte limpio que lo hacía ver más joven. "Está bien. Puedes dejarla en el microondas, voy a tomar una siesta antes."

La mano de Ryan picó con la necesidad de agarrar su brazo mientras salía de la biblioteca, pero no lo hizo. Solo asintió suavemente y enrolló sus dedos dentro de su mano escuchando la puerta cerrarse detrás de él.

Te lo mereces, se dijo a sí mismo mientras entraba a la cocina después de sentir pena por sí mismo un rato en la biblioteca. Sacó las sartenes y comenzó a golpear cosas mientras la rabia salía de su cuerpo en ondas. Fuiste un bastardo insensible.

Sazonó trozos de salmón fresco y los dejó con suavidad en la sartén caliente mientras comenzaba a preparar una ensalada. Dee lo odiaba, Drake estaba decepcionado de él, y Charlie lo trataba como si no existiera, como si fuera una tarea tener que hablar con él.

Cortó algo de lechuga, tomates y tomó unos cuantos pepinos mientras seguía sumido en sus pensamientos, tanto que ni siquiera fue cuidadoso mientras usaba el cuchillo. Un hilo de sangre comenzó a salir de su dedo encima del pepino y el mármol de la cocina. "Mierda," dijo en voz alta, cabreado con todo y consigo mismo. Presionó con fuerza su dedo bajo la llave, dejando que toda la sangre saliera antes de ir por el kit de primeros auxilios que había visto en la cocina. Limpió y desinfectó el corte antes de ponerse pomada y vendarlo.

Luego se dejó caer en la silla de la mesa mientras pensaba, dejando que sus pensamientos comenzaran a aclararse mientras veía su dedo envuelto en una banda. El ardor fue lo suficientemente bueno como para calmarlo, dejando la ira a un lado. Él podía arreglarlo todo, solo necesitaba mantener la cabeza fría y pensar en sus decisiones. Probablemente hablar con Dee personalmente y finalmente abordar el tema de sus padres con cuidado, pero, carajo, todavía no se sentía listo para eso.

Lentamente, se dijo. Lentamente...

Pero primero Charlie.

***

"¿Por qué está él aquí?"

Charlie apretó los labios sin mirar a Ryan, ignorando la molestia en su tono de voz. John los saludaba desde el otro lado de la calle, acomodando su traje con cuidado. Estaba en el estacionamiento del Palacio de Versalles, escuchando las palabras de Dean sobre la seguridad y cómo habían planeado y preparado salidas por si algo volvía a ocurrir. Charlie solo estaba escuchando a medias, con la mayoría de su atención siendo distraída por el hombre que estaba parado a su lado.

Ambos estaban usando un traje con estilo similar, pantalones y sacos negros de su material favorito, y camisas blancas. Él estaba usando un cuello alto y elegante sin corbata, mientras que Ryan tenía un moño negro. Pero la forma en la que el traje se aferraba a su fuerte cuerpo era ridícula. Era como si él hubiera nacido para vestir trajes elegantes, todos le quedaban a la perfección.

"Necesitamos a alguien dentro," respondió Dean un momento después mientras ajustaba un micrófono en su oído y le daba uno pequeño y delicado a Ryan. "Yo lo haría, pero prefiero mantener las cosas en orden desde aquí. Hay cámaras de seguridad en todo el lugar y tengo acceso, así que si veo algo extraño le avisaré a Ryan y John. Charlie, intenta mantenerte cerca de Ryan, si algo pasa él te sacará de inmediato." Dean miró al hombre a su lado y asintió firmemente. Ellos tenían una estrategia digna de guardaespaldas, Ryan ahora había comenzado a recibir un tipo de entrenamiento directamente de Dean por lo que su guardaespaldas le había dicho.

John comenzó a caminar hacia ellos y Ryan exhaló con fuerza. "¿No tiene un trabajo?"

Charlie contuvo su sonrisa, negándose a parecer divertido por la cara disgustada del hombre. En cambio le dio un corto abrazo a John cuando el hombre se acercó a él. "Gracias por venir," dijo separándose un poco.

Pero John envolvió su brazo alrededor de su cintura y sonrió. "Es un placer cuidad de ti."

Le dio una tensa sonrisa y lo empujó un poco duro, poniendo los límites que el hombre ignoraba por completo. Escucharon las direcciones de Dean y finalmente se prepararon para entrar. John iría primero, él no debía estar relacionado con ellos en durante la noche, solo sería un vigilante. Lo que dejaba a Ryan y Charlie juntos para entrar.

"Es hora," Ryan murmuró, haciendo una mueca incómoda mientras miraba su antifaz al tiempo que ambos se acercaba a la entrada del lugar. Estaba lleno, con autos costosos y personalidades importantes y famosas, con muchos reporteros y camarógrafos en el lugar. Charlie se puso el antifaz antes de que pudieran reconocerlo. No estaba de humor para lidiar con ellos. Ryan le extendió su brazo con una suave expresión. Charlie envolvió su brazos alrededor del de Ryan y miró al frente. Ryan se aclaró la garganta meció su antifaz en el aire. "¿Por qué los ricos hacen fiestas como estas? Me siento estúpido al ponerme esta cosa."

"La mayoría de estos son viejos ricos que aman llamar la atención," respondió mientras entraban al brillante salón. Le dio un suave golpe con el codo y lo empujó hacia una de las esquinas, arrancando el antifaz de sus manos. "El punto del antifaz es el misterio y la sensualidad," dijo mientras ponía el antifaz en su lugar, teniendo cuidado con el ordenado cabello prolijo de Ryan. Dean por alguna razón pensó que sería divertido hacer que sus antifaces combinaran. El suyo era dorado con diseños que sobresalían por encima pero que eran elegantes a la vista, mientras que el de Ryan era negro con diseños iguales al suyo, pero dorados. Cuando se lo puso, sintió un estremecimiento recorrerlo. La mirada avellana de Ryan lo estaba viendo directamente a los ojos, y detrás del antifaz que tenía algo... Charlie bajó las manos y se dio la vuelta, negándose a ver algo más ahí. No importaba lo sexy que se viera el hombre así, Charlie tenía que mantenerse enfocado en la fiesta. "Quiero un trago."

Ryan tomó su brazo antes de que se alejara más. "Hablamos de esto, ¿recuerdas?" Su mano se deslizó hasta la suya, tocando la palma con suaves golpes que eran difíciles de ignorar, antes de entrelazar sus dedos juntos, así caminaban de la mano. "No es muy probable, pero todavía es una posibilidad."

"Está bien. Hay demasiadas personas aquí, si las bebidas tuvieran algo te aseguro que todos estarían en el suelo. Dios, están bebiendo como peces." Miró al grupo de hombres de cabello blanco con jóvenes mujeres a sus costados, tomaban las copas y las terminaban de un trago mientras se reían en voz alta. "Solo serán un par de copas, lo prometo." Alcanzó una mesa llena de copas de champaña y tomó una para sí, amando la sensación de las burbujas en su lengua. "No es como si tuviera que prometerte algo de todas formas. Solo tienes que cuidarme."

Ryan suspiró. "Lo siento."

"No..."

"Sí, tengo que hacerlo." Ryan tiró de su mano haciendo que lo mirara. "Me disculparé las veces que sean necesarias para que vuelvas a confiar en mi. Las cosas que dije no son ciertas, no las sentía, realmente no pienso en ti de esa manera. Lo siento." Sus dedos se apretaron en su mano y se acercó a él, invadiendo todo su espacio personal. "¿Por cuánto tiempo seguirás enojado? Al menos dime qué puedo hacer, pero no hagas esto. No puedo..." Cerró los ojos y exhaló antes de volver a mirarlo. "Yo-"

Charlie lo detuvo. "No es el momento," dijo firmemente, apartando la mirada de él. Apretó los dientes y se negó a mirar los ojos de cachorro triste, no iba a caer por eso ahora. Porque si seguía mirándolo, iba a terminar diciendo que todo estaba bien. No, mierda, no lo estaba. Eso había dolido, principalmente viniendo de Ryan cuando Charlie había comenzado a abrirse y... Tomó una profunda respiración y terminó el resto de su copa. "Caminemos alrededor por un rato."

Ryan parecía que iba a decir algo, pero solo asintió bruscamente mientras se masticaba al labio inferior.

Charlie jamás se sintió atraído a este tipo de vida. Desde su perspectiva, era muy deprimente lo que estos hombres llenos de dinero y poder hacían con sus vidas, engañando a sus esposas, mujeres ricas que tenían a hombres jóvenes a sus lados que las hacían sentir poderosas, cuando tenían una familia que ante la sociedad dirían que era lo principal para ellos. Había conocido a muy pocos de ellos que fueran personas decentes, que amaban a sus familia de verdad. La mayoría de ellos, los más jóvenes y los más viejos, eran adictos, alcohólicos y amaban usar su dinero para pagar por compañía en las noches diciendo que estaban en un viaje de negocios.

Eran asquerosos.

Pero si era honesto, a veces temía convertirse en uno de ellos. ¿Qué pasaba si se volvía un mentiroso como ellos que engañaba a su familia y los dejaba para irse un fin de semana con sus amantes?

"¿Qué pasa? Estás pálido." Ryan tiró de su mano, agachándose para verlo a los ojos. Charlie lo miró fijamente sintiéndose raro también, no enfermo, solo... "¿Quieres tomar aire? Por favor, di algo estoy comenzando a preocuparme."

Asintió y comenzó a caminar hacia una de las puertas que llevaba a un pomposo jardín enorme. Fue tan lejos como pudo de la música, de las voces, de las luces brillantes, y se sentó en una de las bancas de concreto antes de quitarse el antifaz. Metió la cara entre sus manos y exhaló con fuerza, dejando salir la fea sensación de su cuerpo.

"¿Te sientes enfermo? Voy a avisarle a Dean." Ryan sacó su teléfono y comenzó a marcar, pero Charlie tomó su mano, mirándolo a los ojos. Él se había quitado el antifaz también, y estaba viéndolo con un preocupado ceño fruncido. ¿Por qué esa mirada le hacía sentir mejor? Ryan estaba preocupado por él, y Charlie solo se sentía... bien. Tal vez era porque estaban lejos del lugar, pero sentía que podía respirar bien, quizás era por la mirada del hombre en él, la emoción en sus ojos. Ryan suspiró guardando su teléfono antes de ponerse de cuclillas frente a él, ahora estaban cara a cara. "Dime qué sucede, por favor. No puedo ayudarte si no sé qué es lo que te pasa."

"Odio estos lugares," dijo sin apartar la mirada de los ojos claros de Ryan. Eran realmente bonitos, largas pestañas oscuras y sus gruesas cejas marrones. Esta noche se veía muy bien, con el rastrojo de barba en sus mejillas, el cabello limpiamente recortado y peinado hacia un lado, los pómulos duros y la afilada mandíbula, además de los labios gruesos y rojos. Charlie se humedeció los labios antes de suspirar, rodando el antifaz en sus manos. "Me hace sentir como ellos, como si ese fuera mi futuro. Seré uno de esos viejos ricos asquerosos que engañan a sus esposas." Se encogió de hombros y se rió sin humor antes de mirar sus manos. "Me hace sentir enfermo."

"Nunca lo habías dicho, no sabía que te molestaba tanto." Ryan tomó su mentón con suavidad y lo levantó hasta que sus miradas se encontraron. Él estaba sonriendo, con ese tipo de sonrisa suave y masculina que a veces usaba. "¿Por qué terminarías siendo como ellos? Vas a ser un lindo anciano con una casa en las montañas, viviendo con un gato y cosechando tus propias verduras."

"¿Cómo lo sabes?"

Ryan acarició su mejilla con el pulgar, mirando su rostro con tanta suavidad que Charlie sintió que su pecho estaba cálido y lleno de pronto. "Porque no eres como ellos, probablemente han sido así toda su vida y todavía quieren verse relevantes de alguna manera. Te aseguro que todos ellos llevan un frasco de viagra en sus bolsillos."

No pudo evitarlo, se rió de la seria expresión de Ryan mientras hablaba. Ryan sonrió, luciendo aliviado.

"Charlie, yo realmente lamento que pasó." Tragó con fuerza y lo miró fijamente, sosteniendo su rostro con ambas manos ahora, haciendo que no pudiera apartar la mirada. "No lo digo para conservar mi trabajo, en serio no. Fui grosero y un completo idiota que no sabe controlar su ira, tampoco hacia quién va dirigida. El asunto de mis padres es demasiado para mi, y voy a intentar trabajar en ello para poder llegar a un punto donde pueda hablar de ello abiertamente. Pero va a tomar tiempo."

"Realmente dolió," murmuró. Si iban a tener esta conversación, bien podía ser honesto. "Y una parte de mi todavía no quiere perdonarte, y quiere hacerte sufrir un poco más."

"Lo sé." Ryan presionó sus rostros juntos, la barba en sus mejillas haciéndole cosquillas en su mejilla limpia. "Lo siento, lo siento, lo siento. Hazme sufrir tanto como creas necesario, pero no me ignores, no dejes de mirarme. Lo detesto tanto."

Charlie parpadeó hacia las luces de la ciudad. "¿Detestas que no te mire?"

"Lo odio," dijo en un tono amargo. "Tortúrame todo lo que quieras, pero mírame cuando lo hagas, háblame. Confía en mi. Es todo lo que necesito."

Apretó los labios y se apoyó contra él, cerrando los ojos para absorber el calor de su cuerpo, el agradable aroma de su piel y el perfume que estaba usando. Tan familiar y cómodo. Aspiró con fuerza sobre su cuello por encima del borde de la camisa, llenándose de ese aroma, llevándolo tan profundo dentro de él como era posible.

"Jamás volveré a decir algo similar, lo juro."

Asintió sobre su cuello, frotando los labios encima de la piel, deseando morder y chupar una marca ahí justo ahora, pero sería raro si volvieran a entrar al salón y Ryan tuviera un gran moretón visible en el cuello. Llamaría demasiado la atención. En cambio, solo depositó un suave beso encima, sintiendo bajo sus labios cómo la piel se erizaba. Fue tan agradable sentirlo. De pronto ya no se sentía molesto, ni ansioso.

Ryan se sentó a su lado y sostuvo su mano dentro de la suya mientras Charlie apoyaba la cabeza sobre su grueso hombro y miraban el silencio la ciudad. Se quedaron así casi media hora, solo disfrutando del silencio de la agradable noche, de la compañía del otro. Casi deseaba que nunca terminara este momento, se sentía tan perfecto y tranquilo, olvidando todo lo malo que estaba pasando en su vida, todos sus problemas.

"¿Deberíamos regresar?" preguntó Ryan suavemente sobre su cabeza. "No soy el mejor, pero todavía puedo bailar un poco, sabes."

"Soy bastante bueno, te guiaré." Levantó la cabeza de su hombro y lo miró a los ojos. "Después solo iremos a casa."

"Como desees."

Charlie no pudo evitarlo ni aunque lo hubiera intentando, solo sentía que necesitaba los labios de Ryan en los suyos. Fue suave y delicado, como si fuera su primer beso, tan íntimo y dulce que pensó que estaba de regreso en la secundaria besándose con su primera novia. Era loco, tonto, pero tan bueno. Frotó sus labios juntos cuando el beso terminó, ligeramente jadeando, no porque fuera intenso sino porque su corazón latía con fuerza y su pecho se sentía lleno de una burbujeante sensación.

Había una banda tocando música de salón y el lugar estaba repleto de parejas cuando ellos entraron también. Una firme mano en su cintura y la otra sosteniendo su mano en el aire, con seguridad en su mirada detrás del antifaz y una sonrisa un poco arrogante que no tenía el derecho de ser tan atractiva.

Se movieron alrededor al ritmo de la música, suave y lento, siguiendo los pasos de los demás. Ryan no podía bailar solo un poco, Charlie sentía que él era quien estaba siendo guiado. El hombre tenía pies ligeros y movimientos firmes y confiados, era muy bueno. Cuando la música cambió y se puso más melosa, ellos solo siguieron la corriente, bailando tan juntos que no había aire pasando entre ambos, solo sus cuerpos amoldados juntos, respiraciones contra el otro y sus manos sobre el otro. En cualquier otro caso, Charlie se habría avergonzado de tener una erección, pero por la forma en que se estaban moviendo, frotándose encima de la ropa como todos en la sala, no podía evitarlo.

Ryan bajó un poco la cabeza. "No te lo había dicho, pero te ves muy bien esta noche."

Su rostro se incendió mientras sonreía y se lamía los labios. "Muchas gracias, señor Hale. Puedo también decir que me encanta como luce." Perfectamente mi tipo, no lo dijo en voz alta. "El antifaz te da un toque sexy."

"Mm." Ryan apretó la mandíbula, sus dedos tensándose sobre su cintura. "Estoy intentando ser un caballero. Por favor, no me hagas pensar en ciertas cosas. Ya es bastante duro."

Charlie se presionó contra él, escondiendo la cabeza en el hueco de su cuello, sonriendo. "Puedo sentir cuan duro es."

"¿Crees que es gracioso?" Había un tono divertido en su voz. "Te enseñaré lo divertido más tarde."

"Como diga, señor Hale."

La canción cambió y las personas comenzaron a moverse, era un tipo de baile de intercambio de parejas. El hombre al lado de ellos le tendió la mano a Charlie, esperando bailar con él, pero Ryan lo miró fijamente y el hombre se tensó, pero Charlie sacudió la cabeza y tomó la mano del hombre mientras señalaba a la mujer al lado de Ryan. "Está bien, solo no pises los pies de nadie."

Ryan sonrió de medio lado y asintió antes de ir con la mujer. Fue rápido y divertido, luego regresaron juntos antes de que el ritmo cambiara y tuviera que cambiar de parejas.

Charlie podía ver a Ryan sonreír, reírse igual que las demás personas y eso fue tan agradable. Y cuando volvieron a bailar juntos, se besaron lentamente, manos sobre el otro, labios calientes y respiraciones agitadas. Se sentía como en un cuento de hadas, y deseaba que la noche solo siguiera, y siguiera, sin nunca detenerse.

Era perfecto.

Volvieron a cambiar y Charlie cayó en los brazos de un hombre alto de hombros anchos que sostuvo sus manos con dureza. Frunció el ceño, mirando a los ojos detrás del antifaz cuando el hombre sonrió abiertamente. "Ha pasado mucho tiempo, Charles." El corazón de Charlie dio un vuelco, su piel se erizó y su boca se abrió, con ganas de gritar, quería correr y alejarse de él, pero las manos se apretaron en sus muñecas y la sonrisa se convirtió en una línea dura mientras que los ojos azules lo miraban con una fuerte emoción. "Si haces un sonido, haré que ella entierre un cuchillo directamente en la garganta de tu noviecito."

Charlie miró hacia atrás, buscando a Ryan con desesperación. Lo encontró bailando con una mujer vestida de rojo, sonriente, de aspecto inocente, pero cuando ella miró en su dirección y su sonrisa se borró, él supo que Ryan estaba en peligro y no tenía idea.

Miró a Shawn, apretando los dientes. "¿Qué demonios haces aquí?"

"¿Qué, piensas que no puedo asistir a los mismos eventos que tú? Esta es mi herencia, recuérdalo. Que te deje llevar las riendas por el momento, no significa que vayas a quedarte a la cabeza para siempre." Shawn se inclinó cerca de su oído. "Puedo deshacerme de ti en cualquier momento."

"¿Por qué mierda no lo haces, entonces?"

Él solo se rió. "Porque es más divertido verte retorcer como el pequeño ratón asustadizo que eres. Ya no tienes a papá para esconderte bajo su ala, nada me impide llegar hasta ti. Como ahora. Tus guardaespaldas son inútiles si no pudieron notarme. Te recomiendo que encuentres un mejor equipo, así no es divertido cazarte." Sonrió como si todo esto fuera realmente divertido para él. "Consigue mejores hombres antes de que me canse." Su sonrisa se deshizo lentamente hasta que solo tenía una dura mandíbula apretada.

"¿Por qué estás aquí? ¿No tienes una mafia que controlar?"

Shawn apretó sus muñecas con fuerza al punto de hacerlo jadear por dolor. "Ese no es tu asunto." Enterró las uñas en su piel al punto que Charlie pensó que comenzaría a sangrar en cualquier momento. "Sigue jugando en tu pequeño mundo mientras dure. Te lo quitaré todo, tu dinero, tus amigos, tu nombre no será más que polvo en la calle. Me encargaré personalmente de tu juguete al que pareces tenerle mucho cariño, y haré que lo veas morir lentamente, antes de que haga lo mismo contigo. Pero me divertiré un poco más con ustedes."

Charlie lo empujó con fuerza, alejándose de él justo cuando la música cambió. Lo vio sonreír cínicamente, sin emoción en sus fríos ojos azules, desapareciendo lentamente entre la multitud como un fantasma. Le tomó un segundo sacudirse y voltear a buscar a Ryan con el corazón en la boca, y no fue hasta que lo vio caminar hacia él que se sintió completo.

Tomó su mano y tiró de él lejos antes de que el baile se reanudara. Ryan lo detuvo cuando lo llevó hasta los baños. "Charlie, ¿qué sucede?" Cerró la puerta detrás de ellos con seguro. Ryan se quitó el antifaz y le quitó el suyo también, sosteniendo su rostro con preocupación. "¿Algo pasó?¿Alguien te hizo daño?" Tomó sus manos y miró sus muñecas con atención, frunciendo el ceño al ver las marcas sobre su piel. "¿Quién hizo esto?"

Charlie aspiró una profunda bocanada, sintiendo que se estaba quedando sin aire. "Sh... Shawn."

Los ojos de Ryan se abrieron grandes con preocupación. Maldijo con fuerza y tiró a Charlie contra él, aprisionándolo contra su cuerpo con un brazo rodeando su cabeza protectoramente, mientras que usaba el otro para llamar a Dean. Charlie se hundió contra él cerrando los ojos, aspirando el olor familiar de Ryan como si tuviera un efecto calmante.

"Todo está bien." Hubo un beso en la cima de su cabeza y otro fuerte brazo lo envolvió por los hombros. "Te sacaré de aquí."

Ni siquiera pudo decir una palabra más. Cuando llegaron a la camioneta, se negó a salir del regazo de Ryan, ni a abrir los ojos. Tal vez si no lo hacía, nada se volvería real y las palabras de Shawn solo serían una pesadilla.

***

Hellooo. Estoy de regreso, jeje perdón. Historia corta, prioriticen su paz mental antes que sus notas o terminarán en el hospital :v

Espero que hayan disfrutado. Esta semana actualizo también la historia de Ian y Theo. Así que nos leemos pronto bbys xx

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