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final

"Mira esto." Mason se inclinó para recoger el paquete con una firma familiar encima que estaba en su puerta principal. Sonrió mientras leía la etiqueta en voz alta. "Para Bishop: estamos felices por ti y estaremos esperando ansiosamente escuchar de todos tus logros en el futuro. Te... queremos."

Bishop se rió detrás de él, sosteniendo sus hombros para ver por encima. "Tu familia es linda. Aw, tu madre me ama."

"En realidad, estoy bastante seguro de que esta es la letra de mi padre," murmuró antes de darle el paquete a él, mirándolo con una sonrisa cuando los ojos de Bishop se iluminaron al sostener la caja. "Está bastante enamorado de ti."

"Es solo porque ahora soy un bombero." Mason asintió con burla mientras abría la puerta de su casa. "Siempre me habla sobre su hermano, es lindo."

Bill y Billy se metieron entre sus pies al momento en que estuvieron dentro, así que los recogió en sus brazos antes de ir a la cocina para tomar algo de agua. Los abuelos de Mason los invitaron a un lindo restaurante para celebrar después de la ceremonia, y eran bastantes aficionados al alcohol, pero estaba bien supuso. Apenas estaban llegando a los sesenta, así que ellos estaban viviendo una buena vida en una granja a las afueras de la ciudad. También eran tranquilos y alegres, así que fue una buena cena en agradable compañía. Pero estaba sediento después de todas esas copas de vino.

"No tenías que beber con ellos. Ni siquiera yo lo hago." Bishop lo siguió, dejando el regalo junto con el certificado en la mesa de la cocina, antes de envolver los brazos detrás de él, rodeando sus hombros mientras Mason se movía para servirse un vaso de agua. "¿Está bien tu estómago? El alcohol fuerte no te hace bien."

Mason sonrió mientras dejaba que los gatos bajaran de sus brazos para tomar un trago de su agua. Bishop había estado actuando pegajoso y un poco demasiado cariñoso toda la noche, y casi podía ver lo que tenía en mente, y Mason estaba avergonzando de admitir que se había preparado para esto. Incluso ignoró el duro bulto presionado contra su trasero mientras terminaba su agua.

"¿No vas a abrir el regalo?" preguntó mientras envolvía las manos en los brazos de Bishop.

"Sé lo que es," dijo contra su oído con una pequeña risita. "Habló conmigo ayer y dijo que me enviaría un juego de herramientas nuevo, porque los tuyos no funcionan y yo reparo las cosas en tu casa." Besó su oreja suavemente, el cálido aliento golpeando su piel envió un agradable cosquilleo por su cuerpo. "Podemos revisarlo después."

Mason suspiró, ojos entrecerrados mientras los suaves labios recorrían su piel con lentas caricias.

"Solo dilo."

"¿Hmm?"

Así que él estaba jugando al tonto.

Mason se rió mientras caminaba hacia la habitación con casi doscientas libras en su espalda. "¿Es tiempo de que te de tu regalo? Tal vez podemos esperar..."

"No," él lo interrumpió cuando abrió la puerta de la habitación. "Estoy listo para recibirlo. Justo ahora." Podía escuchar lo ansioso que estaba por ello. Pero Mason estaba un poco cohibido para actuar lo había estado imaginando durante la noche anterior. "¿Qué es? Dime, dime."

"Uh... creo..."

Bishop se separó de él para verlo a los ojos. "¿Mason? Estaba bromeando, no necesito nada más que tú."

"Dios, eres demasiado dulce," murmuró con un puchero entrañado mientras levantaba la mano para acariciarle la suave mejilla antes de besarlo en los labios, pasando las manos encima de la camisa azul oscuro que era del mismo tono del pantalón, una medalla brillante sobre su pecho y una corbata del mismo tono de azul. "Realmente me gusta cómo se te ve ese uniforme, está haciendo cosas en mi. Déjatelo puesto." Tomó su mano y la puso tentativamente sobre su media erección mientras él frotaba la corbata negra encima del uniforme azul que se ajustaba exquisitamente a la figura alta y muscular de Bishop.

¿De verdad era un sexy uniforme, o solo se veía sexy en Bishop?

Envolvió la mano alrededor de su cuello y lo tiró a un profundo beso que le erizó la piel cuando sus lenguas se golpearon juntas. "Estoy listo para esto," murmuró contra su boca cuando se separaron, abrieron los ojos para verlo a los ojos. Bishop estaba mirándolo fijamente, una suave expresión a pesar que ambos estaban encendidos.

Bishop sonrió, inclinándose para darle un suave beso en los labios. "No pensé que serías del tipo que daría este tipo de regalos, no me estoy quejando de todas formas." Tomó los hombros de su saco y lo tiró a un lado de la cama antes de comenzar a desabrocharle el cinturón todavía con esa sonrisa en los labios, observando el rostro de Mason atentamente. Su respiración se aceleró un poco, como siempre lo hacía cuando ellos comenzaban a tocarse íntimamente, pero Bishop solo lo siguió desvistiendo sin decir mucho, al menos quitándole la parte baja de la ropa. "Si soy honesto, estaba listo para ofrecerlo en tu cumpleaños, pero todavía era demasiado pronto, así que pensé que sería mejor darte algo más," dijo y se rió mientras se agachaba y le ayudaba a quitarse los zapatos con las medias para sacar los pantalones, luego se levantó y puso las manos sobre sus caderas desnudas, los pulgares frotando sobre su piel mientras lo miraba fijamente. "Estoy tan feliz de que no hubiera pasado." Lo envolvió con sus brazos con fuerza. Mason presionó el rostro sobre su hombro y aspiró con fuerza, llenándose de ese aroma que amaba, todo Bishop que hacía que todo su cuerpo se sintiera agradable. "Así que acepto felizmente."

Se rió, golpeando su estómago con suavidad antes de mirarlo. "No suenes tan presionado."

"¿Presionado?"

Bishop se rió, pero movió sus manos y abrió la cremallera de su pantalón y sacó su erección, dura, roja, y agradablemente pesada, con un aspecto doloroso que hizo que Mason se lamiera los labios sin darse cuenta de que lo estaba haciendo. Solo la había probado una vez, pero Bishop le dijo que no era necesario que continuara porque se lastimaría la mandíbula, pero el sabor... no le disgustó como pensó que podría, de hecho, había estado avergonzado de querer decir que seguiría hasta que Bishop se corriera, pero ahora mismo no estaba tan avergonzado.

Lentamente, se dejó caer de rodilla y envolvió la mano alrededor de la caliente erección, escuchando el suave jadeo que salió de Bishop.

"No tienes que hacerlo..."

Frunció el ceño mientras movía su mano antes de mirarlo. "Quiero hacerlo. La otra vez no me disgustó," sus mejillas se calentaron, pero se negó a verse avergonzado. "Me gustó bastante."

"Pero no dijiste nada, pensé que no-"

Se encogió de hombros y miró el pene duro, la punta gorda y brillante con pre-semen antes de meterla a su boca y succionar suavemente mientras movía la lengua alrededor, conteniendo un gemido cuando el sabor explotó en su boca. Su pene se sacudió entre sus piernas, su piel se erizó y todo en su mente era el duro y caliente pene de Bishop que estaba abriendo su boca de par en par, era grande y largo. Era un pene bonito, pensó y era raro porque él jamás consideró que un pene podía ser bonito, pero el de Bishop era de un rosa pálido que se volvía de un color más oscuro cuando estaba excitado, la gorda punta era redonda como un champiñón, incluso eso era lindo. No podía dejar de mirarla cada vez que se masturbaban juntos.

Bishop siseó, las manos subiendo a su cabello, moviéndolas al ritmo que Mason movía la cabeza para tomarlo más profundo, probando hasta donde podía ir. "Tómalo con calma, amor. Tenemos mucho tiempo para descubrir si tienes una garganta profunda."

Con un sonido húmedo, lo sacó de su boca, respirando pesadamente mientras lo masturbaba. "Creo que puedo hacerlo."

"Lo sé. Cuando tienes algo en mente, no lo dejas ir hasta que hayas logrado tu meta." Le sonrió y acarició su cabello antes de ayudarle a levantarse. Palmeó su pene, haciendo que Mason siseara mientras Bishop lo besaba profundamente, empujando su lengua dentro, chupando y abusando su boca, tan bueno que Mason se mareó por un segundo, aferrándose a los brazos de Bishop. "Voy a explotar pronto, así que solo vayamos a la cama."

Asintió, lamiéndose los labios antes de mirar a la pequeña bolsita a un lado de la cama. Tenía todas las cosas que pudo encontrar después de hacer una investigación profunda. Incluso consiguió condones que pensó que sería adecuados para Bishop. Tenían un tamaño bastante parecido, así que solo consiguió del mismo que usaba. Lubricante, quizás demasiado, cremas para después porque había leído que iba a sentir dolor por un periodo corto de tiempo y era mejor mantener algo de crema que aliviara el ardor en la zona.

Tomó su corbata y comenzó a quitársela, pero Bishop lo detuvo, mirándolo hambrientamente con una sombra de color en las mejillas. "No usas trajes seguido, y esto es muy sexy justo ahora."

Mason sonrió, meciendo la punta de su corbata roja en el aire, cerca de su rostro. "¿Por qué no me dijiste que usara un traje antes? Lo habría hecho si querías verme usando uno."

Bishop tuvo la decencia de verse avergonzado. "No me habría detenido con un trabajo de mano si lo hubieras hecho."

"Pervertido."

"No... tal vez..."

Se rió y asintió, intentando verse seguro y listo. Pero, demonios, estaba nervioso. Bishop fue con él y comenzó a besarlo otra vez, moviendo sus manos sobre su cuerpo, manos duras y grandes apretando las mejillas desnudas de su trasero que se sintieron muy bien. Subió a la cama boca abajo y puso una almohada bajo sus caderas por órdenes de Bishop. Mason apoyó la cabeza en sus brazos, cerrando los ojos mientras luchaba contra la necesidad de frotarse contra la almohada que estaba fría y suave bajo su pene caliente y palpitante. Sintió que Bishop levantaba su camisa un poco y luego gimió con fuerza.

Mason lo miró por encima del hombro, solo para verlo con su erección en la mano, masturbándose con duros movimientos de su muñeca con la mirada fija en su trasero, probablemente tenía una vista completa de su agujero ahí. Su rostro se calentó y no pudo evitar tensarse un poco.

"Intentaré hacer que sea tan placentero como pueda." Bishop se inclinó hacia adelante, presionó los labios sobre su mejilla derecha y la mordió un poco, haciendo que Mason se estremeciera. Bishop soltó un gemido ronco desde la garganta antes de acostarse sobre su abdomen, ambas manos sosteniendo las mejillas de su trasero mientras besaba, lamía su piel soltando gemidos y palabras que no podía entender. "Maldición, es tan bueno... quiero comerte," dijo antes de abrir sus mejillas ampliamente, haciendo que Mason escondiera la cabeza de vuelta en sus brazos. Dios, era tan vergonzoso. Una lengua húmeda y suave se presionó contra su entrada y Mason no pudo evitar gemir cuando el cosquilleo húmedo le acarició de una manera extraña desde adentro, haciendo que presionara su pene contra la almohada. Tan bueno. Se sentía tan gentil y lento, pero al mismo tiempo desesperado y codicioso mientras lo lamía y chupaba su agujero. Mason sentía que estaba perdiendo la cabeza porque no había manera en que algo así pudiera sentirse tan bien. "Lindo, mira... se abre tan bonito. Es como si me pidiera que lo hiciera ya, que metiera mi pene dentro." Palmeó una mejilla suavemente, su voz algo tensa y ronca. Mason gimió cuando el ardor estalló bajo la mano caliente de Bishop. "¿Mason? Dime algo, amor. No quiero lastimarte."

"Está bien," dijo mientras lamía los labios, intentando sonar estable, pero su voz salió un poco temblorosa. "Sigue."

"¿Estás seguro?"

Asintió rápidamente, abriendo los ojos para buscar su mirada. "Estoy bien. Se siente como cosquillas y la lengua es suave, no es como lo imaginaba, pero es agradable. Me gusta."

Bishop levantó una ceja. "¿Lo imaginabas? Qué sucio, Mason."

Se rió y lanzó la mano hacia atrás para darle un pequeño golpe, pero apenas pudo moverlo porque no parecía tener mucha fuerza en el cuerpo justo ahora. "A veces me preguntaba cómo sería hacerlo. Y vi unos videos porno donde los chicos parecían disfrutarlo, así que tuve curiosidad de saber cómo se sentía. Quería hacértelo también, pero no creo que sea muy bueno..."

Bishop besó su espalda baja con cariño, manos frotando sus caderas. "Más tarde, si no estás demasiado adolorido, puedes intentarlo y descubrir si te gusta. No a todos los chicos les gusta hacerlo o que se lo hagan, pero creo que es algo que debes descubrir por tu cuenta. Y seré tu conejillo de indias para eso."

"¿De verdad lo harías? Estar abajo por mí, quiero decir. Siempre creí que yo sería el de abajo."

Mason exhaló agradablemente cuando Bishop se movió encima de él, dejando su peso encima de Mason, que se sintió tan bien y cómodo, sin mencionar que ahora tenía un duro pene descansando entre las mejillas de su trasero. Bishop besó su mejilla, mirándolo fijamente. "Nunca dije que no disfrutaba estar tomar un pene. Me gusta también esa sensación de estar lleno," susurró sobre su oreja antes de lamerla y chupar el lóbulo en su boca, haciendo a Mason suspirar. "Sentir que golpean mi próstata mm..." Se meció contra él, y la punta gorda se frotó contra su agüero sensible. Mason gimió, cerrando los ojos con fuerza. "Quiero que lo hagas, profundo y bueno con ese gordo pene tuyo."

Gimió en voz alta, sus manos empuñando las sábanas cuando su orgasmo se acercó. Amaba una buena charla sucia, y Bishop podía tener una muy sucia boca cuando lo quería, frotándose contra él con movimientos bruscos. Además de la imagen de sí mismo empujándose profundamente dentro del hombre, haciéndolo gemir de placer solo por él, fue casi suficiente como para llevarlo al borde.

"Mierda, me voy a correr," se quejó.

"¿Sí?" Una mano se deslizó debajo de él, entre su cuerpo y la almohada y comenzó a sacudir su pene al ritmo que Bishop se mecía contra él, besando su cuello húmedamente. "Puedes hacerlo, te haré venir otra vez de todas formas." Bishop mordió su hombro por encima de la camisa, exhalando pesadamente cerca de su oreja mientras sus caderas se movían más rápido y su puño se apretaba más ajustado en su pene. "También me voy a correr, tu trasero se siente tan bien que no puedo evitarlo. Carajo, ni siquiera estoy dentro de ti, pero ya se siente como el paraíso."

Mason se quejó, ojos apretados fuertemente mientras se mecía contra el puño que estaba húmedo por su pre semen, tan ajustado que se sentía tan bien mientras Bishop continuaba frotándose contra su agujero, gimiendo en su oído sobre lo bien que se sentía contra su pene. Entonces se dejó ir, conteniendo una fuerte maldición cuando se corrió sobre el puño de Bishop, un estremecimiento recorriéndolo gratamente porque fue tan jodidamente bueno. Mierda, habían pasado semanas desde que ellos se masturbaron juntos, y esto se sentía mucho mejor que solo usar sus manos. El peso encima de él, el duro pene entre sus mejillas y la respiración agitada de Bishop sobre su nuca eran demasiado.

Pensó que Bishop estaba por correrse, así que se quedó quieto, ojos cerrados mientras se recuperaba de su orgasmo, pero no fue así. Bishop se movió rápidamente de encima de él, sin siquiera darle tiempo de voltearse, antes de que un dedo húmedo se frotara contra su agujero. Mason gimió, empujando su trasero más cerca del dedo se comenzaba a empujarse dentro en un movimiento cómodo que no dolió.

"Quiero correrme dentro de ti, lo siento. No puedo esperar más." Sonaba desesperado, con esa voz que usaba cuando estaba cerca de correrse. "No dolió, ¿verdad? Supongo que usar mi lengua ayudó un poco a aflojarte."

"Carajo..." Mason tenía la cara tan caliente, pero no podía moverse ni apartarse porque se sentía increíblemente extraño, pero no incómodo a pesar de que era la primera vez que tenía algo dentro de su trasero. Saber que era Bishop el que lo estaba haciendo solo consiguió ponerlo duro otra vez. "Creo que puedes añadir otro."

"De acuerdo."

Esta vez sintió un poco de incomodidad, los dedos de Bishop eran largos y un poco gruesos, pero no tanto como los suyos, todavía lo hizo sentir como si estuviera empujando algo más grueso que eso. Se concentró en respirar e intentar relajarse para que la incomodidad se fuera, intentó mover el trasero un poco más hacia arriba con ayuda de sus rodillas, y eso se sintió mejor. Bishop gimió en voz alta. La mano que no estaba empujando dentro de él, se aferró a una de sus mejillas y lo abrió más amplio, haciendo que Mason se quejara un poco.

"Desearía que pudieras verte justo ahora. Es tan caliente que creo que podría correrme solo por meterte los dedos."

Apretó los dientes y lo miró. "Hablas demasiado."

Bishop sonrió. "Yo creo que te gusta." Tomó el lubricante y dejó que cayera sobre su agujero libremente antes de que un tercer dedo comenzara a empujarse. "Tomaste dos bastante bien, ¿crees que puedes manejar un tercero?"

Asintió antes de volver a meter la cabeza entre sus brazos. "Si duele lo vas a pagar."

"Lo aceptaré." Mason ni siquiera pudo contener el sonido roto que escapó de su boca cuando Bishop deslizó otro dedo y golpeó un punto dentro de él que lo hizo estremecerse, curvando los dedos de sus pies. Bishop hizo un sonido satisfecho. "Esto te hará sentir muy bien."

Su cuerpo explotó en un tipo de placer completamente nuevo y desconocido que lo hizo sacudirse, gemir, soltar maldiciones al aire y comenzar a moverse contra los suaves movimientos de la mano de Bishop. No pudo sentir vergüenza, solo la necesidad de golpear ese punto otra vez que se sintió tan bueno que lo hizo casi babear sobre sí mismo cuando Bishop lo tocó repetidas veces. En su nube de placer, apenas fue consciente de que Bishop se había puesto un condón y había sacado los dedos de él hasta que algo romo y grueso comenzó a empujarse dentro de él.

Dolió. El ardor que eso causó no era nada parecido a la leve intrusión de unos dedos. Bishop se aferró a él, respirando agitadamente mientras lentamente continuaba empujándose en él. Mason cerró los ojos, aspirando bocanadas de aire mientras palabras dulces y confortantes eran susurradas en su oído. Se sintió como si hubiera estado peleando contra la sensación por un largo rato, hasta que sintió que Bishop se presionaba completamente sobre él, el material del uniforme haciéndole cosquillas en sus muslos cuando no hubo un milímetro de espacio entre ellos.

Mason gruñó, tirando un brazo hacia atrás para tomar un puñado del cabello de Bishop y tirar de él.

"Auch, eso duele."

"Te lo mereces. Te dije que te haría pagar."

"Mason, agh en serio, detente. Hice lo mejor posible para evitar- auch- que doliera. Me vas a arrancar un mechón de cabello."

Lentamente relajó su agarre y finalmente lo soltó, respirando por la boca mientras se acostumbraba a la sensación de estar lleno. Eran tan extraño, pero su cuerpo se sentía bien, suave y pesado, agradablemente por todas partes. Se humedeció los labios y cerró los ojos antes de empujarse hacia atrás. Bishop suspiró contra su cuello, moviendo la tela de su camisa para besar su piel antes de comenzar a moverse lentamente.

Estaba completamente aplastado bajo él, solo el movimiento de sus caderas era lo único que los movía y separaba. Los dedos de sus pies se curvaron cuando Bishop encontró ese punto dentro de él, golpeándolo tortuosamente lento, pero firme y bueno, carajo, tan bueno. Mason era un desastre de gemidos y sonidos extraños que no podía contener. Bishop se movió, gruñendo con fuerza antes de levantarse, manos apoyadas en la espalda de Mason antes de que comenzara a empujarse con movimientos rápidos y profundos que lo hicieron poner los ojos en blanco por el placer que lo recorrió.

"Mierda, mierda, mierda... me voy a correr."

Mason murmuró algo sin sentido, nadando en la sensación tan abrumadora que lo recorría por completo. Lo escuchó maldecir y empujarse más duro, más rápido, sus manos aferrándose a sus caderas con fuerza antes de que él se quedara quieto un momento. Ni siquiera notó cuando él salió, solo por la rara sensación de estar vacío se dio cuenta. Mason se quedó quieto ahí, respirando con dificultad hasta que la sensación pasó y sintió algo húmedo y frío en sus piernas.

"¿Estás bien? Creo que fui un poco rústico al final."

Sacudió la cabeza y se dio la vuelta para verlo desnudo, todavía un poco duro, sosteniendo una pequeña toalla en una mano. Estaba sonrojado por todas partes, ojos brillantes, y una mirada de satisfacción total. Mason comenzó a quitarse la corbata y la camisa lentamente mientras veía a Bishop comenzar a limpiar sus piernas y el semen que estaba esparcido en su estómago. Ni siquiera se había dado cuenta de que había vuelto a correrse.

Bishop tomó su camisa y la corbata y las dejó en el piso antes de seguir limpiándolo lentamente, con suaves caricias que lo hicieron sentir un hormigueo cálido por dentro.

Mason tomó su mano cuando él terminó de limpiarlo y lo tiró encima de él, besando su frente con suavidad. Se dio un momento para descubrir si sentía algo de culpa o disgusto después de lo que habían hecho, pero no había nada, se sentía bien y pleno mientras sostenía a Bishop sobre su pecho. Lo había imaginado después de que se masturbaron juntos y nada más que esa sensación placentera después del orgasmo lo recorrió por completo. Se sentía de maravilla, sosteniendo a la persona más importante en su vida contra él.

"Deberíamos tomar una ducha," murmuró Bishop sobre su pecho, su mano dibujando suaves patrones sobre su abdomen y pecho. "Luego a dormir, ¿qué dices?"

Sonrió contra su cabello húmedo. "Más tarde. Quiero quedarme justo así por un rato más." Se lamió los labios y suspiró lentamente, absorbiendo el momento con calma. Fue muy intenso, pensó mientras miraba al techo de su habitación. Jamás pensó que se sentiría así de bueno, sentía que su cabeza seguía en las nubes... "En realidad, sí preparé un regalo. Está en la habitación de invitados."

Bishop levantó la cabeza. "Pero pensé..."

"Sí, bueno." Se encogió de hombros y tomó su rostro para besarlo lentamente, rozando sus lenguas juntas. "Recibiste dos regalos."

"Todo lo que necesito eres tú," murmuró sobre sus labios antes de comenzar a besar su cuello, mordiendo con suavidad y chupando algunas marcas. No le importaba si amanecía con algunos moretones, ahora mismo todo lo que necesitaba era a Bishop. El hombre se movió encima de él, metiéndose en el espacio de sus piernas antes de presionar hacia abajo, haciendo que ambos jadearan placenteramente cuando sus erecciones se frotaron contra la otra. "Eres el mejor regalo."

Mason apretó los dientes, sus dedos clavándose en las duras nalgas de Bishop mientras ellos se frotaban como animales en celo. "Eso es... cursi," dijo antes de gemir cuando Bishop tomó ambos penes en su mano y los apretó juntos. "Sí... un poco más."

"Realmente me gusta la expresión que haces." Bishop se acostó sobre él, todo su peso encima, manos a los lados de la cabeza de Mason cuando mientras lo besaba profundamente, con estremecimientos recorriéndolo. "Es tan sexy, Mason."

Bishop era sexy. Atléticamente musculoso, alto, tatuajes, cara de... de... actor porno. Mason gimió, mordiéndose el labio con fuerza cuando la sensible cabeza de su pene se frotó contra la palma del hombre. Lo miró fijamente mientras él gemía y cerraba los ojos, metido en la sensación del momento.

"Si te vas con alguien más te cortaré el pene."

Bishop parpadeó, abriendo los ojos para mirando con un profundo ceño fruncido, pero asintió y se inclinó para besarlo sensualmente, chupando su lengua y saboreando todo el interior de su boca como si buscara algo dentro de él. Mason sintió que su cara picaba, sacudió la cabeza y le acarició las orejas con suavidad, buscando su mirada cuando se separaron del beso, jadeando pesadamente.

"No hablaba en serio, no sé por qué lo dije. Lo siento."

Él solo se rió, moviéndose entre sus piernas para envolver su mano alrededor de uno de los muslos de Mason, haciendo que sus penes se frotaran más duro. "Me gustó." Tiró la cabeza hacia atrás y gimió con fuerza antes de mirarlo, ojos brillando con lujuria y un tipo de pasión salvaje que Mason jamás vio antes. Bishop pasó la lengua sobre sus labios lentamente, mirándolo fijamente. "Soy solo tuyo. Me haré un tatuaje con tu nombre." Se inclinó sobre Mason, una de sus manos serpenteando el espacio entre ambos antes de que el sonido de una botella explotara en la habitación. Bishop se movió, retrocedió un poco y luego estaba presionándose contra su todavía sensible entrada. No hubo resistencia, todavía estaba abierto por antes, así que solo fue un poco incómodo. "Te amo."

Mason lo miró a los ojos, sintiendo un bulto en el pecho cuando los ojos de Bishop lo miraron con el mayor tipo de adoración. Envolvió sus piernas alrededor de las caderas del hombre y puso los brazos alrededor de sus hombros, tirando de él encima, frotando sus labios sobre la oreja de Bishop. "También te amo."

Fue más duro y rápido que la primera vez, ambos llevados por sus emociones en una montaña rusa sin frenos.

Y Mason jamás se bajaría de ella.

***

Al día siguiente recibió su regalo.
Era una taza que decía:

ESTA TAZA LE PERTENCE AL BOMBERO MÁS CALIENTE DEL MUNDO

Bishop la amó.

***

Un año más tarde...

"Es una regla, no puedes cambiarla."

"Las reglas están sujetas a cambios."

"Pero no en este caso, amor."

"Eh... creo que puedo hacerlo."

Bishop apretó los labios y sacudió la cabeza firmemente. "No para esto, lo siento." Tomó la botella de vino blanco y sacó la de vino tinto que Mason metió al carrito para regresarla al estante. Lo miró fijamente, levantando una ceja hacia él mientras lo hacía, esperando a que lo retara a sacarla. Pero él solo se cruzó de brazos y bufó. Bishop sonrió y colocó la botella en el carrito. Se acercó a él y le dio un beso en la sien mientras ponía una mano sobre el generoso y hermoso trasero de su novio. "Si quieres tomar vino tinto, está bien. Pero no con pescado. No te permitiré hacer tal cosa." Aspiró el fresco aroma de la crema de después de afeitar de Mason y besó su mejilla limpia de barba y le dio un apretón en el trasero. "Vamos, no puedes enojarte justo ahora. Necesitamos llegar a casa de tus padres en una hora."

"Voy a llevarlo," dijo con un serio puchero. Tomó la botella otra vez y la colocó en el carrito antes de seguir caminando por el pasillo. Bishop sacudió la cabeza. Mason ni siquiera tomaba alcohol fuerte, el vino estaría en un gabinete de su casa por el resto de su vida.

De todas formas, lo siguió alrededor de la tienda, terminando de conseguir la lista de cosas que la madre de Mason les había encargado. Ya había pasado suficiente tiempo de haberla conocido como para saber que ambos conseguirían sus orejas jaladas si no llevaban todo lo que la bendita lista decía. Ella era así de firme. Mason tanto como se llevaba de mal con ella, era tan parecido que ahora entendía que el problema entre ambos era... que ambos tenían el mismo carácter. Y chocaban cada vez, tan seguido y tan duro que él y el padre de Mason tenían que intervenir de vez en cuando antes de que el par comenzara a lanzar maldiciones al aire y la noche terminara de una manera incómoda.

En resumen, ella creía que Mason estaba lejos de ser el hijo perfecto. Y Mason le decía que era una terrible madre.

Pero debajo de todo eso, ellos se amaban. Era una relación complicada donde ambos esperaban más del otro porque sabían que podían ser mejor.

Bishop no lo entendía. Sus abuelos siempre le dejaron ser quien quisiera y siempre lo apoyaron, quizás demasiado, solo regañándolo cuando hizo cosas realmente malas como meterse en una pelea o fracasar en la escuela. Ellos eran muy permisivos.

Como Mason decidió que no quería dirigirle la palabra, Bishop lo siguió en silencio. Sus ojos fijos en la forma en que esos vaqueros abrazaban ese trasero, las gruesas piernas que se moldeaba a unas estrechas caderas y delgada cintura, amplia espalda y anchos hombros que estiraban el polo negro que llevaba puesto, incluso sus bíceps estiraban el borde de las mangas.

Sí, su hombre era un delicioso paquete completo.

Y ahora estaba duro.

Presionó los labios, molesto con su cuerpo por tener una reacción tan primitiva solo por mirar a Mason. Pero tampoco podía culparse por eso, Mason era sexy. Y eso conseguía que él atrajera miradas, hombres y mujeres por igual, queriendo un pedazo de todo él, pero no conseguirían nada.

"Creo que es todo," dijo Mason, deteniéndose frente a las carnes. Se pasó una mano por el cuello mientras revisaba la lista en voz baja. Su bícep se hinchó cuando lo hizo, haciendo que toda la concentración de Bishop fuera a esa parte de su cuerpo. El músculo de su mandíbula se tensó cuando hizo una mueca. Se pasó una mano sobre el pecho, grueso y amplio, delicioso... "No creo que en esta tienda tengan de la marca de desinfectante que a mamá le gusta." Bishop apartó la mirada de su pecho cuando Mason lo miró, ceño fruncido y una expresión seria. "¿Crees que tengamos tiempo de pasar a otro lugar?"

"No creo que a tu madre le importe," dijo. Una completa mentira, la mujer era muy específica con cómo le gustaban las cosas. Pero Bishop estaba comenzando a ponerse un poco desesperado. Se acercó a él, rozando los labios sobre su oreja. "Quiero que me cojas. Ahora."

Mason se estremeció, echándose a un lado para mirarlo con ojos abiertos. "¿Justo ahora? Pero-"

"Terminemos aquí primero," murmuró, besando sus labios suavemente antes de separarse y comenzar a llevar el carrito hacia las cajas. Mason lo siguió rápidamente, tomando el primer desinfectante que alcanzó.

Pagaron y caminaron tan tranquilamente como pudieron hacia la camioneta nueva que había comprado unos meses atrás después de haber ahorrado por casi medio año cuando empezó a trabajar como bombero. Era de un color negro brillante, hermosa, olía a nuevo todavía, y lo mejor de todo... era muy espaciosa.

Le lanzó las llaves y se subió al asiento del acompañante, palmeando su erección antes de ponerse el cinturón. Mason lo miró fijamente sin encender la camioneta. Bishop levantó una ceja. "¿Qué sucede?"

"Pensé que..."

Sonrió y se inclinó hacia él para besarlo suavemente. "No lo haremos en el estacionamiento del supermercado. Todavía necesito terminar de pagar este bebé, así que necesito mi trabajo."

Mason se rió en voz baja mientras asentía y encendía la camioneta. "Supongo que es así, señor Bombero."

Bishop asintió y dejó que Mason condujera lejos del supermercado, entrando a la autopista. Se mordió el labio con fuerza, incapaz de contenerse más. Abrió el botón de sus jeans y los bajó hasta las rodillas, tomando su caliente erección en una mano y comenzando a masturbarse, escuchando la maldición y la respiración agitada de Mason a su lado. Presionó dos dedos sobre su entrada, poniendo un pie encima del tablero del auto y otro cerca de la puerta para tener más espacio, pero todavía estaba demasiado seco. Tan caliente como estaba, si lo hacían sin lubricante iba a doler un infierno.

Pero, ellos estaban preparados. No era la primera vez que lo hacían en la camioneta, así que después de la última vez había dejado unos sobrecitos de lubricante y condones en la guantera frente a él. Deseó palmearse la espalda a sí mismo por pensar en ello antes. Tomó uno de los sobres y lo rompió con los dedos para derramarlo sobre sus dedos, ignorando el hecho de que algo cayó sobre la alfombra del auto. Pero tendría de limpiar después de cualquier manera, ayudaba que los asientos fueran de cuero fino.

Frotó el lubricante sobre su entrada y comenzó a empujar dos dedos lentamente dentro de él. Mason no amaba estar arriba, aunque no lo hubiera dicho, Bishop se había dado cuenta de que lo encontraba trabajoso y cansado, prefiriendo que Bishop lo montara en las veces que lo habían hecho. Pero siempre se volvía salvaje, empujaba su grueso pene dentro de él con tanta desesperación que Bishop solo podía tomarlo, profundo y bueno dentro de él. Y estaba bien con eso, porque él amaba hacérselo, aunque de vez en cuando también quería estar del lado receptor. Trabajaría en la resistencia de su hombre en el gimnasio. Mason odiaba la mención de la palabra cardio, pero lo haría hacerlo al menos un par de veces a la semana.

Volteó el rostro para mirarlo y gimió cuando tocó ese punto dentro de él. "Te quiero ahora," jadeó al tiempo que empujaba un tercer dedo y los torcía un poco para golpear su próstata otra vez. Era tan jodidamente bueno. "Mason, para el auto."

"Sí, sí, dame un segundo."

Le lanzó un condón y esperó hasta que él encontró un lugar al lado de la carretera, debajo de un gran árbol. Estaba comenzando a oscurecerse, pero todavía estaba agradecido de que Mason mantuviera la cabeza fría por él.

"Mierda, mierda." Mason gruñó mientras se bajaba el pantalón rápidamente, haciendo el asiento todo el camino hacia atrás y poniéndose el condón. Lo miró cuando terminó y asintió, mejillas sonrojadas y una expresión hambrienta. "Ven aquí," dijo palmeando sus gruesos muslos.

No tuvo que escucharlo dos veces, se deslizó encima de él y no esperó un segundo más, tomó la base de su pene y comenzó a bajar lentamente, respirando profundamente porque cada vez que lo hacían se sorprendía del grosor de esa maldita cosa. Era ridículo. Apretó los dientes y apoyó las manos en él mientras movía la cadera para ajustarse bien y poder tomarlo,  pero seguía fallando. Se rió cuando volvió a intentarlo y el monstruoso pene se deslizó fuera.

"Carajo, debí usar cuatro dedos." Lo miró a los ojos, esos amables ojos que lo miraban hipnotizados con tanta intensidad, siguiendo cada expresión de su rostro. El cabello marrón estaba más corto de lo usual, pero él se veía igual de guapo y hermoso como siempre. Lo besó profundamente mientras las manos de Mason recorrían su espalda antes de que él se empujara en él y finalmente pudiera entrar. Ambos jadearon pesadamente. Estaba tan lleno. "Joder, sí."

Mason tomó sus caderas y comenzó a empujar hacia arriba con profundos movimientos que hicieron a Bishop estremecerse, todo su cuerpo calentándose y moviéndose compulsivamente contra sus embestidas. Tan jodidamente bueno, mierda.

Gritó cuando sintió que él golpeaba su próstata. "Eres tan grande, tu pene es tan bueno." Sacudió la cabeza y se inclinó hacia él para besarlo, duro, desordenado y baboso, pero no importaba. Le estaban jodiendo los sesos y se sentía como masilla encima de él. "Voy a correrme."

"También yo." El rostro de Mason estaba rojo y húmedo de sudor por el esfuerzo, respirando con dificultad. Miró a Bishop con una sonrisa de disculpa, pero él solo sacudió la cabeza y se movió más rápido, saltando encima, con la mayor intención de hacerlo correr primero. Mason acarició su pecho con una mano, metiéndola dentro de su camisa y frotando sus pezones antes de apretarlos entre sus dedos. Gimió alto, su cuello tensándose antes de que él levantara su camisa y comenzara a chupar sus pezones. Bishop trastabilló un poco, perdiendo el enfoque antes de continuar moviéndose. Mason besó su pecho con suavidad. "Mejoraré, lo prometo."

Asintió, enterrando la mano en el cabello de Mason. "Puedes estar seguro."

Se corrió tan fuerte que todo su cuerpo se debilitó por completo. Terminó colapsando encima de Mason, sintiéndose como si hubiera corrido una maratón. Estaban sudados, mojados con fluidos corporales, y cualquiera que los viera, si bajaban del auto en este estado, sabría que habían tenido sexo. Sonrió de todas formas, enterrando la cara en el hombro de Mason. Se sentía genial.

"¿No te estás durmiendo, verdad?" preguntó cuando todo se quedó en silencio.

Mason se rió, ronco y bajo. "Solo estoy apreciando el momento por un rato."

"¿Sí?" Besó su mandíbula y levantó la cabeza para mirarlo. Tenía una expresión satisfecha y relajada que solo algo de buen sexo podía brindar a una persona. "Tenemos que cambiarnos, ya vamos a llegar tarde y tu madre nos dejará sin comida." Se movió fuera de él y regresó a su asiento para ponerse los pantalones flojamente. "Tengo algo de ropa en el maletero, pero son camisetas con el logo del cuartel."

Mason puso los ojos en blanco mientras se arreglaba. "Papá lo amará, así que úsalo." Se quitó el polo y lo dejó en el asiento trasero, mostrando todo su pecho ligeramente velludo y duro abdomen. Se limpiaron con pedazos servilletas que guardaba en la camioneta y Bishop se cambió antes de que volvieran al camino. Después de unos rato en carretera, Mason se quejó envoz alta. "El maldito desinfectante." 

"Yo hablaré con ella," dijo, tocando su brazo para tranquilizarlo mientras comenzaban acercarse a la entrada de la casa. "Le diré alguna mentira."

Mason bufó. "No eres un buen mentiroso."

"El miedo saca lo peor de las personas."

Él se rió mientras sacudía la cabeza y se detenía detrás de la camioneta de Olivia. "Como sea, es tu problema. No debí caer tan fácil."

Bajaron de la camioneta y tomaron las cosas que habían comprado antes de caminar hacia la casa. Bishop empujó sus hombros juntos mientras caminaban. "¿Qué quieres decir con caer? Solo lo mencioné y tú te volviste como un animal en celo."

"¿Crees que puedo contenerme así?" Mason le dio una firme mirada, pero estaba conteniendo su sonrisa. "Eres demasiado sexy cuando estás cachondo, no podría jamás." Se detuvo y tomó su mano mientras se inclinaba para besarlo suavemente en los labios, sonriendo adorablemente. "Te amo."

Sonrió también, apretando sus dedos en su mano. "También te amo."

La casa estaba menos ruidosa que de costumbre. Probablemente porque la bebé de Olivia estaba aquí y tenía apenas seis meses de nacida y no querían molestarla. Entró detrás de Mason, sosteniendo la botella de vino mirando a la familia que estaba reunida en la sala con un gran juego de mesa en sobre la mesita del café. 

"Buenas noches. Lamentamos la demora. Hubo algo de tráfico," dijo Mason antes de que Bishop siquiera pudiera pensar en algo que decir. Asintió, dándole algo de apoyo a su hombre. "¿Ya comieron? Estamos muriendo de hambre."

Olivia y se esposo se rieron desde su asiento en el sofá. La pequeña bebé Rue entre ambos, dormida y Joshie jugaba con un peluche desde su silla alta. "Sí. Hemos pasado por ese tipo de tráfico." Ella levantó las cejas de gracia. "Se pone bastante difícil a veces. Al menos llegaron."

Mason asintió. "Sí, gracias."

Su padre los miró con un ceño profundo. "Es una carretera directa, todavía no comprendo cómo puede haber tráfico."

"Trabajos," dijeron Olivia y Mason al mismo tiempo.

Bishop contuvo su risa. Brody entrecerró los ojos, mirando a sus hermanos antes de chasquear la lengua y sacudir la cabeza. El chico tenía casi diecisiete, por supuesto que entendía.

"Hm." Miraron a la madre, que los miraba fijamente. "¿Consiguieron lo que les pedí? Mejor que sea así. Déjenlo en la cocina y pónganse a la mesa, todos, vamos a comer."

Fue una linda cena, con toda la familia reunida, escuchando cómo han estado y qué ha pasado en sus vidas. Bishop siempre iba a amar esta parte de visitarlos, era realmente agradable y ellos lo hacían sentir como parte de ellos. Y todos terminaron bebiendo el vino blanco con el pescado, excepto los niños y Olivia. Levantó una ceja hacia Mason pero él solo sacudió la cabeza con una pequeña sonrisa.

Cuando todos estaban terminando de comer, Mason se levantó y dijo que iría al baño. Olivia también se levantó, el padre de Mason y el esposo de Olivia se llevaron a los niños al patio trasero y Brody fue a la sala con su teléfono, lo que hizo que él se quedara a la mesa con la mamá de Mason.

"Así que las cosas están funcionando bien entre ustedes."

Bishop miró hacia Jollene, mejor conocida como la madre de Mason. Asintió con suavidad. "Creo que lo estamos haciendo bastante bien," dijo. Empujó el tenedor en el pay de cerezas y le dio una mordida antes de volver a mirarla, pero el rostro de ella no daba mucho que conocer. Era tan difícil de leer todo el tiempo. "Hemos estado juntos casi dos años."

Ella asintió. "Supongo que es bueno. Quería que Mason tuviera una novia, pero creo... creo... eres bueno para él." Jollene apretó los labios y cruzó las manos encima de la mesa. "Sonríe más de lo que puedo recordar haberlo visto, su piel se ve saludable y parece que está comiendo bastante bien." Se rió con una pequeña sonrisa de medio lado antes de mirarlo, sus ojos eran tan parecidos a los de Mason. "¿Qué más puedes pedir una madre, no crees? Quiero decir, siempre quise nietos que llevaran el apellido de la familia, pero supongo que puedo esperar hasta que Brody se haga lo suficientemente mayor."

Bishop siempre quiso niños, no pensó que ser gay evitaría que eso sucediera. Pero supuso que ella podría pensar eso.

"Me gustaría tener niños," murmuró con honestidad, volviendo la vista al pay. "No he hablado con Mason sobre eso, pero sé que es con él con quien quiero que suceda." Tragó con fuerza antes de mirarla. "Siempre podemos recurrir a la adopción o un vientre de alquiler, claro, cuando Mason esté listo para eso. Y los niños llevarán su apellido," dijo con una sonrisa que no pudo contener. "También me gustaría que ellos llevaran su apellido de base."

"Mírate," ella dijo con una divertida expresión que llegó a sus ojos. "Un hombre tan grande como tú sonrojándose como una chica al mencionar niños." Se rió, lo que sorprendió a Bishop. "Me alegra escucharlo, quiero nietos. Muchos nietos."

Sonrió y asintió suavemente. "Haré mi mejor esfuerzo."

Mason y Olivia regresaron un rato después mientras Jollene y él hablaban sobre los vinos. No pudo evitar notar lo nervioso que Mason estaba, casi pálido cuando se paró a su lado. "¿Estás bien? ¿Algo pasó?" Miró a Olivia, pero ella solo sacudió la cabeza con una pequeña sonrisa. Todos los demás entraron y volvieron a la mesa y Bishop sintió que algo estaba sucediendo, pero nadie decía una palabra. Tomó la muñeca de Mason, frunciendo el ceño. "¿Mason?"

Su piel se erizó cuando lo vio bajar hasta que sus ojos estaban casi a la misma altura, cuando Mason se sentó a su lado, mirándolo fijamente con una nerviosa expresión. Tomó una profunda bocanada de aire y tomó una de sus manos. "Yo no estoy seguro de cómo hacer esto, es mi primera vez." Sonrió y bajó la mirada. "Pero sé que es lo que quiero, sé que eres la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida." Levantó la cabeza y lo miró a los ojos intensamente. "No puedo imaginar mi vida sin ti nunca más. Cualquier problema que tengamos, cualquier malentendido, sé que podremos solucionarlo porque nos amamos."

Bishop sonrió suavemente. "Sí. Te amo."

"También te amo," él respondió con una amplia sonrisa feliz. "Y es por eso que quiero darte esto." Metió la mano en el bolsillo de su pantalón y sacó una pequeña caja roja antes de abrirla. Habían dos bandas plateadas dentro. Se aclaró la garganta y suspiró. "No es una propuesta de matrimonio, todavía," dijo con una pequeña sonrisa nerviosa. "Pero es algo que quiero que tengas, como una promesa de que va a suceder y de que eres la persona más especial para mí con la que espero vivir por el resto de mi vida." Bishop apretó los dientes, intentando contenerse tan fuerte como pudo, pero su visión estaba un poco húmeda y su garganta tenía un nudo. Mason deslizó una de las bandas en su dedo anular de su mano izquierda. "Medida perfecta, es un alivio," dijo con un suspiro.

"¿Cómo sabías que era mi talla?" Sus manos eran diferentes.

Mason tuvo la decencia de sonrojarse un poco. "Lo hice mientras dormías."

"Tiene sentido," dijo, mirándolo fijamente antes de tomar el otro anillo y deslizarlo en el dedo de Mason. 

Mason miró sus manos con una cara llena de orgullo que revolvió las mariposas del estómago de Bishop. "Ahora, estamos casi comprometidos. Y..."

"No he aceptado." El silencio en la sala fue tan intenso que Bishop se sintió un poco mal de molestar a Mason, su expresión era tan gracioso. Se rió y se inclinó hacia él para darle un pequeño beso en los labios. "Por supuesto que acepto," dijo, mirándolo a los ojos. "Eres el amor de mi vida, Mason." Su garganta se atoró y las palabras no salieron de inmediato. "Y también quiero pasar el resto de ella contigo, haciéndote el hombre más feliz en el mundo porque así me siento contigo a mi lado todos los días."

Los ojos de Mason se humedecieron mientras asentía y se aferraba a sus manos con fuerza. "Entonces, ¿Cuándo haga la pregunta oficial, dirás que sí?" Él sonrió a pesar de sus ojos húmedos. "Lo haré en un lugar especial que siempre podamos recordar."

Miró alrededor de la mesa, a los ojos húmedos y sonrisas enternecidas. Vio unas cuántas lágrimas caer sobre las mejillas de Jollene incluso cuando ella intentó secarlas rápidamente. 

Bishop miró a su hombre otra vez, apretando sus manos y presionando sus frentes juntas. Todo en su mundo sintiéndose perfecto porque estaba sosteniendo lo mejor de ello y no podía ser más feliz, ni sentirse más completo en ningún otro lugar que este, en las manos de Mason. Era una gran pregunta que se sentía pesada, importante y especial. Pero él sabía su respuesta, lo supo desde hace mucho tiempo atrás. Así que era no tuvo que pensarlos dos veces...

"La respuesta será sí, siempre."

***

Mis lindos bebés, shi. Gracias por llegar hasta aquí, espero que hayan disfrutado de esta corta historia que me pareció bastante tierna y soft soft. Los adoro un mundo, nos leemos en la próxima historia xx

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