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4

Meses más tarde...

Su mejor amigo por el momento, era una gran caja de pañuelos desechables que comenzaban a acumularse en el cubo de basura bajo su escritorio. 

Y... otro más, lleno de un líquido espeso y verde que le revolvió todavía más el estómago. Sí. Qué agradable sensación la de poder sacar todo eso de su nariz, pero si no tuviera que verlo sería incluso mejor.

Sonrió tontamente mientras veía el video enviado por su editor con los puntos que le habían corregido al diseñador en cargo. El idiota había hecho tantos errores que el editor pensó que lo mejor que podía haber hecho, fue una presentación como si tuviera que explicarle a un niño de cinco años lo que era una buena paleta de colores. Se lo envió a sus amigos de equipo, esperando poder mejorar la tarde para todos ellos. 

Achú

"Agh. Me siento terrible," dijo antes de tomar otro pañuelo, sacando todo el líquido de su nariz nuevamente. Bill se subió a su silla, las garras se enterraron en su hombro cuando intentó subirse en él como si fuera el tronco de un árbol, pero la verdad no le importó demasiado a este punto, ya tenía marcas casi todo el tiempo. Excepto que cuando Billy se subió a sus piernas y clavó las garras directo en su pierna desnuda, dolió de verdad. "Amigo, eso duele bastante," le dijo mirándolo. Billy ronroneó por lo bajo mientras lo veía directamente a los ojos. Mason sonrió y pasó la mano sobre el lomo del gato mientras que Bill permanecía sobre su hombro. "¿Tienen hambre?" Miró el reloj en su monito antes de frotar el espacio entre las orejas de Billy. "Su padre debería estar de regreso en cualq-"

El familiar sonido de llaves y la puerta siendo abierta lo detuvieron a media oración. Ambos gatos saltaron fuera de él y corrieron hacia la sala soltando bajos maullidos. Mason se tomó un rato para limpiar su escritorio y recoger el cesto de basura para tirarlo al bote más grande que tenía afuera de su casa. Más tarde lo haría, cuando no se sintiera como si pudiera caerse solo por caminar un par de metros de distancia. 

La puerta de la oficina se abrió por completo antes de que él pudiera salir. Y un atractivo bombero entró con una mirada curiosa mientras sostenía una bolsa de papel en la mano. 

Mason se dejó caer sobre su silla sin fuerza, mirándolo fijamente. El uniforme de entrenamiento que usaba en la Academia era una simple camiseta azul, jeans con un cinturón grueso para herramientas, y botas. No había nada especial es ello, pero el logo en el pecho de la camiseta que se estiraba sobre sus pectorales y hombros, la estrecha cintura que mantenía la camiseta guardada dentro de los jeans y ese cinturón... sí, no tenía nada especial, era solo Bishop. Con sus tatuajes y cuerpo de jugador profesional de futbol. Tenía venas resaltando bajo sus tatuajes en los brazos, porque ahora que estaba en entrenamiento oficial tenía que hacer mucho más esfuerzo físico que antes, así que era bastante vascular por el momento. No es como si Mason lo hubiera notado apropósito. Bishop solo caminaba alrededor de la casa sin camiseta todo el tiempo, así que podía ver perfectamente los bien definidos abdominales y brazos gruesos y rellenos.

"¿Todavía te sientes mal?"

"Logré levantarme de la cama," se encogió de hombros antes de estornudar, todo su pecho y costillas encogiéndose. "Lo siento. Será mejor que no te acerques, necesitas estar en la mejor condición posible en tu entrenamiento."

Bishop sonrió abiertamente mientras se metía más en la habitación. Sus mejillas estaban limpias de cualquier signo de barba, según le dijo era algo que los reclutas tenían que hacer por alguna razón. Y el hombre había lloriqueado un poco mientras contemplaba recortar su barba frente al espejo, pero terminó haciéndolo y Mason no lo creyó posible, pero Bishop se veía incluso más joven con la cara de bebé después de afeitarse.

"Está bien. Tengo una semana libre porque soy un buen chico." Apoyó las manos a los lados de su silla y se inclinó más cerca. Olía a jabón, su desodorante y algo de perfume. Había dicho que no le gustaba llegar a casa oliendo como un animal, y Mason le dijo que no le importaba mientras tomara una ducha antes de cenar, pero él dijo que no lo haría porque no quería que Mason lo viera así. Podía ser como un niño pequeño a veces. "Pasé todas mis pruebas y logré el primer puesto en las últimas semanas, así que dijeron que tomarán la siguiente semana para tratar con los que necesitan un poco más de ayuda." Presionó los labios contra los suyos como siempre, un suave beso inocente y puro, que decía que lo había extrañado. "Así que me tienes para toda la semana que sigue."

"Qué buen estudiante."

"Realmente me gusta lo que hago," dijo antes de dejar otro beso sobre sus labios. Tanto como quería apartarlo, Mason realmente no quería apartarlo. "Es divertido y cada vez falta menos para obtener el título oficial. ¿Estarás orgulloso de mi?"

Sonrió lentamente antes de golpearle el pecho con el dorso de la mano con toda la energía que tenía. "Siempre estaré orgulloso de ti."

"Y yo de ti." Muac, otro beso más. "Ahora ven, traje tu comida favorita y algo de sopa de vegetales. Uno de los chicos que me dijo que su novia se sintió mejor después de tomar una de estas, así que pensé en conseguir una para ti." Bishop tiró de su mano y lo arrastró todo el camino hasta la sala. Pocas veces llegaban a comer en la mesa de la cocina, porque ambos preferían ver algo en el televisor mientras comían. Así que fue empujado y movido como el hombre quiso antes de poner la comida frente a él. "Limonada también, tiene miel que puede ayudar con el dolor de garganta. ¿Empeoró?"

Sacudió la cabeza mientras lo veía sacarse las botas y la camiseta antes de tirar los jeans encima de las botas. "Mejoró. Mamá me trajo algo de té de hierbas y algunas pastillas para la inflamación." Se aclaró la garganta con suavidad, que aunque no dolía, todavía seguía algo sensible. "Dejó la caja de herramientas también, dijo que quería arreglar unas cosas."

"Ah, sí." Bishop enterró el tenedor en su pasta y la empujó en su boca antes de responder. "Algunas cosas necesitan reparación en tu garaje, ¿nunca lo revisas? Pensé que las tablas de la puerta me caerían encima el otro día."

"No pienso en ese tipo de cosas," respondió con honestidad antes de tomar la sopa. No tenía ánimos de agarrar cucharadas así que solo lo tomó del envase, recostándose contra el sofá, ojos parcialmente cerrados. Oh, necesitaba dormir un poco más. "Probablemente habría solo llamado a alguien para que lo reparara si llegaba a caerse."

"Yo lo haré, así que no tienes que preocuparte por eso." Su tono tenía algo agrio que hizo que Mason lo mirara mientras sorbía su sopa. El ceño fruncido y vista fija en la comida. "Si necesitas que repare algo más, solo déjame saber."

Se rió. "No puedes estar celoso."

"¿Por qué no?" Se encogió de hombros bruscamente. "No tienes que llamar a otro hombre para que haga algo que puedo hacer."

"¿Dices que las mujeres no pueden hacer el mismo trabajo?"

Bishop lo miró con labios apretados. "Sabes que no me refiero a eso."

"Lo sé." Sonrió. "Pero puedo hacerlo también. Es solo... no me llaman la atención ese tipo de cosas, así que no lo noto. Si antes algo se dañaba, solo hacía una llamada a una compañía y conseguía que alguien lo reparara por mi." Masticó lentamente un trozo de zanahoria y exhaló pesadamente. Dios, en serio necesitaba una siesta, apenas podía mantener los ojos abiertos. "Pero soy bueno armando cosas. Lo que sea, lo haré por ti."

"Ahora mismo no puedes ni siquiera masticar adecuadamente," él se rió y hubo un suave toque en su pierna. "Ouch, ¿duele?"

Mason se tomó un momento para pensar de qué estaba hablando antes de que sintiera los dedos rozar la pequeña herida que Billy había hecho. Sacudió la cabeza y parpadeó con la vista al frente. "No, no duele."

"Te quieren. Lo sabes, ¿cierto?"

Si era honesto, también le gustaban los gatos. El hecho que ellos rompieran, se orinaran, y se defecaran en sus cosas de vez en cuando, no significaba que ellos lo odiaran, o eso era lo que Bishop seguía diciendo. Se encogió de hombros mientras terminaba su sopa. Después de eso Bishop le pasó sus medicamentos y luego colapsó en el sofá, ojos cerrados y estómago lleno. Ni siquiera tenía energía para protestar cuando fue movido y tirado sobre las piernas del hombre, la mano en su cabello hizo maravillas por él.

"Puedes dormir aquí. Me encargaré de la limpieza."

Sonrió mientras se movía de costado, su nariz rozando la piel desnuda del estómago de Bishop. Agh, debían ser las pastillas porque se sentía tonto sin muchos pensamientos en la cabeza. De hecho, se sentía genial. Besó la piel castamente sintiendo un estremecimiento recorrer a Bishop. Mason no abrió los ojos, solo se encogió en sí mismo.

"Sabes, el sexo da miedo," dijo, inclinándose más cerca de la cálida piel hasta que su rostro estaba presionado contra el rastro de vello debajo del ombligo de Bishop. "Antes no pensaba mucho en eso, pero ahora me sigo preguntando si serás tú el que lo ponga. Me va a doler."

Bishop se quedó un rato en silencio, la mano en su cabello deteniéndose. ¿Por qué? Mason quería que siguiera acariciándolo, se sentía tan bien. Así que empujó su cabeza contra la mano de Bishop y las caricias regresaron. Sonrió satisfecho. 

"No tiene que doler. Yo, um... me encargaré de prepararte bien."

"¿Puedo ponerla yo? Tu trasero es lindo, he pensando mucho en cómo se sentiría. ¿Suave, húmedo y apretado?"

"Ah... Mason..."

Tragó saliva, sintiendo la lengua pesada al igual que sus párpados. "He visto mucha porno últimamente porque no dejo de pensar en tener sexo. Y tú estás ahí cuando lo imagino, pero," risas, "no logro comprender qué harás. No sé si quiero que me folles." Apretó los labios y cerró los ojos con fuerza, sintiéndose un poco sensible. "No me gusta el dolor."

"Shh, tranquilo. Dios, ¿qué clase de medicamentos estás tomando?" Su rostro fue acariciado suavemente por manos callosas que no debieron sentirse tan bien, pero la textura rústica sobre su piel era tan perfecta que quiso sentirla por todas partes. Soltó un gemido cuando la mano se movió sobre su garganta. "Duérmete. Tendremos esa conversación más tarde, cuando estés en todos tus sentidos. Pero te prometo que no dolerá, no importa cómo sea. Lo haré tan bueno y satisfactorio que no sentirás una pizca de dolor."

Apretó los labios con fuerza y asintió mientras envolvía un brazo alrededor de las caderas de Bishop, presionando el rostro contra su estómago. "Te amo," murmuró sobre la piel.

"Mierda."

Eso fue lo último que escuchó antes de quedarse dormido.

***

No tenía idea de qué era lo que estaba pasando, pero Bishop estaba actuando extraño. Apenas lo veía a los ojos mientras hablaba y parecía tenso, frotándose el cuello tanto que estaba rojo ahora. Mason lo detuvo cuando él intentó alcanzar su cuello por milésima vez.

"¿Qué pasa contigo?"

Bishop lo miró fijamente antes de reírse. "¿De qué hablas?" Apartó los ojos de él otra vez e intentó soltarse de su agarre, pero Mason no lo dejó. Miró alrededor del minigolf donde habían salido después de que Mason terminara de trabajar. Se suponía que tendrían una cita ahora que ya se sentía mejor, pero algo estaba pasándole a Bishop y Mason quería saber qué era. Tomó su mano y tiró de él hasta una banca con forma de hongo, y lo hizo sentarse primero antes de dejarse caer a su lado, mirándolo fijamente. "¿Por qué actúas así?"

"No tengo nada, en serio." Levantó la mano y se frotó el cuelo compulsivamente otra vez, hasta que Mason lo detuvo, mirándolo fijamente. "Oh, yo solo... creo que tengo una alergia."

"Alergia una mierda. Haces eso cuando estás ansioso, ¿qué pasa? Has estado actuando así desde hace unos días." Frunció el ceño y frotó los nudillos de Bishop con suavidad. "¿Algo pasó en la Academia? Sabes que puedes hablar conmigo de lo que sea."

Bishop lo miró fijamente a los ojos antes de suspirar lentamente, subiendo la otra mano para cubrir la de Mason antes de entrelazar los dedos. "Hace unos días tú dijiste algo, y tuvimos una conversación. Pero estabas afectado por el medicamento, así que no quise tomarlo en serio. Pero..." tragó con fuerza y bajó la mirada por un momento antes de volver a verlo, una sombra de color en sus mejillas y una expresión suave. "Sigo preguntándome si todo lo que dijiste era verdad." Tomó una profunda respiración que infló su pecho antes de soltarla de golpe, mirándolo a los ojos. "Hemos estado juntos por meses y estoy bien con los besos por aquí y por allá, pero..."

"Quieres tener sexo."

"No, no es así. Espera-"

"Lo entiendo." Asintió mientras miraba al frente, al jardín de rosas delante de ellos. "Lo he pensado también. Sé que has esperado lo suficiente, has sido muy paciente conmigo, y lo aprecio mucho. Yo..."

No es que no lo quisiera. De verdad, lo quería probablemente tanto como Bishop lo hacía, pero todavía era tan... Si Bishop fuera una mujer, Mason no tendría este sentimiento dentro de él de incomodidad porque él sería el que haría el trabajo, pero dado que ambos eran hombres, él no sabía si se sentiría bien después de hacerlo, no quería tener un sentimiento de culpa después, no importaba si estaba abajo o si él era quien se lo hacía a Bishop. No quería ver la cara de Bishop llena de decepción, no quería hacerlo sentir mal por algo que era su propio problema.  

Sexo... carajo, ellos apenas seguían besándose como adolescentes en su primera cita. No había lengua, no habían toques sucios, no nada... por su culpa. Sabía que no podía seguir manteniendo su relación de esta manera, pero no se sentía listo todavía, o quizás solo era demasiado cobarde para dar un paso más que dormir abrazados después de unos infantiles besos. Parecían una pareja de ancianos, y ellos probablemente tenían más acción de lo que ellos tuvieron en casi medio año.

"No quiero hacerlo ahora," dijo Bishop, apretando su mano haciendo que lo mirara. "Quiero que te sientas cómodo con el pensamiento, Mason. Sé que no es fácil para ti y que todavía sigues batallando con todos esos pensamientos, pero mírate. Sostienes mi mano cuando estamos en público y también me besas cuando lo quieres. Y eso es genial. Pero si no estás listo para tomar ese paso, está bien. Lo haremos cuando tú lo quieras."

"Pero no es justo para ti."

"No importa lo que es justo para mi, lo que importa-"

"Lo que importa es que ambos nos sintamos bien con ello. Y yo solo estoy actuando como un idiota. Mereces más que esto."

Bishop lo tiró contra él, presionando una mano detrás de su cabeza para que se recostara sobre su hombro. "No. Solo quiero lo que tenemos, me gusta. Me gustas." Dejó un suave beso sobre su sien. "Lo que realmente quería preguntar es... dijiste que me amabas." Se rió con suavidad, con una de sus manos frotándole los hombros. "Estabas lo suficientemente sedado por la medicina, así que no estaba seguro de si debía tomarlo en serio. Pero no puedo dejar de pensar en eso. Mason, ¿lo haces, me amas?"

Su rostro estaba a punto de explotar. ¿Qué otras cosas había dicho mientras estaba adormecido por el medicamento? Enterró la cabeza en el hombro de Bishop, deseando jamás tener que mirarlo a los ojos otra vez, pero no podía esquivarlo por siempre. No levantó la cabeza, solo presionó la nariz contra su hombro y asintió lentamente, justo antes de ser apretado con tanta fuerza que el aire dejó sus pulmones por unos breves segundos. 

Bishop se estaba riendo, como riéndose con alegría. "Te amo, Mason." Tomó su mandíbula y lo hizo mirarlo. Brillantes y contentos ojos verdes lo veían fijamente. "Te amo, te amo, te amo." Sostuvo su rostro y lo tiró a un largo beso, tan suave y lindo que hizo que todas sus entrañas se estremecieran con gusto. Ni siquiera lo pensó mucho, él solo empujó su lengua contra los labios de Bishop por inercia y no fue hasta que sintió la humedad y calidez de la otra boca se dio cuenta de lo que acaba de hacer, pero no podía detenerse ahora. Ambos gimieron cuando sus lenguas se tocaron, acercándose más al otro hasta que estaba tan juntos que el aire no pasaba entre los dos. Mason lo besó profundamente, explorando todo lo que nunca había tocado, como un hombre sediento de más y más. "Espera... um, Mason..." Bishop jadeó cuando Mason le mordió el labio inferior al separarse. Tenía los ojos brillantes, pero no era felicidad. Era excitación. Mason no podía apartar la mirada de él. Se veían tan... sexy, todo sonrojado y jadeando. "Ese fue..."

Se rió y asintió, frotando un dedo en el grueso labio inferior de Bishop. "Fue nuestro primero beso real."

"Dios, te amo." Bishop tomó sus mejillas y lo besó otra vez, metiendo su lengua y chupando la suya con hambre. Mason comenzaba a tener un incómodo problema entre las piernas que no era bueno. Se suponía que no estaba listo. Estúpido cuerpo fácil. Hombre, al final del día después de todo. "¿Quieres ir a otra parte? Solo para tomar aire, no pienses que es..."

Mason lo miró fijamente antes de bajar la cabeza. "Yo no tengo miedo de hacerlo, es solo... no me gusta el dolor," dijo entre dientes, sintiendo que el corazón le palpitaba con fuerza contra el pecho. "He estado mirando videos últimamente..."

"Sí, también mencionaste eso." Bishop se rió y besó sus labios suavemente. "¿Estudiando?"

Sus mejillas ardieron mientras asentía. "Algo así." Realmente vio los videos con esa intención porque había estado pensando en eso mucho últimamente. Quería aprender y comprender cómo funcionaba cuando dos hombres lo hacían, y había mucha preparación por lo que pudo comprender. Pero los hombres eran follados parecían disfrutarlo de verdad, especialmente cuando presionaban su próstata. Mason había estado demasiado avergonzado de admitir que lo había intentando por sí mismo, saber si su próstata era igual de sensible, pero había sido doloroso e incómodo, así que solo lo dejó. Después descubrió que el lubricante podría haber ayudado, pero no lo hizo. Ya estaba lo suficientemente avergonzado. "Tenía curiosidad por saber cómo hacerlo."

"Está bien." Bishop besó su frente y se puso de pie antes de extender la mano hacia él. Mason la tomó y comenzó a caminar con él, tomados de la mano. "¿Todavía quieres terminar todos los hoyos? Hacen falta tres."

Asintió. "Seguro. Ya pagamos después de todo."

"Después vamos a comer algo delicioso."

"Cuando dices eso, usualmente consiste en comida rápida."

Bishop se rió. "Soy un hombre fácil de complacer."

Mason se humedeció los labios antes de mirarlo. "Vamos a un lindo restaurante. Y luego... ¿quieres ir a mi casa?"

"Sí, seguro... oh." Bishop lo miró con ojos abiertos, preguntándole silenciosamente. Mason sonrió con suavidad y presionó la cara contra su hombro mientras caminaban. "Mierda. Um... claro."

Se rió, pero también estaba nervioso como la mierda. Pero se sentía como el momento correcto por alguna razón. Quizás porque finalmente habían dicho la palabra con A. Sonrió suavemente mientras Bishop corría hacia el siguiente agujero y tomaba los palos y las pelotas. Amaba a este hombre. Qué loco que pudiera admitirlo después de creer que jamás caería por uno. Pero Bishop era tan bueno. Todos se enamorarían de él tan fácil.

Como lo dijo, fueron a un lindo restaurante después del minigolf. Ambos no podían ocultar lo nerviosos que estaban. Pero era agradable ver a Bishop tan nervioso de igual manera, casi gracioso si era completamente honesto si tenía en cuenta que Bishop era abiertamente gay y había tenido relaciones en el pasado. Y no es como si él estuviera mejor, apenas podía cortar la carne con sus manos temblorosas y había comenzando a parlotear cosas sin sentido. Y la comida no parecía poder bajar por su garganta correctamente. Sus palmas estaban húmedas y él era un desastre completo.

"¿Algo más que quieras hacer?" Bishop preguntó cuando salieron del restaurante. "Hay una película nueva sobre aliens, ¿quieres verla?"

Mason se masticó el labio inferior con fuerza, mirando la suave expresión de Bishop. Entonces se detuvo y lo miró fijamente, con el corazón palpitando rápido y loco. "Quiero ir a casa."

Bishop lo miró confundido por un momento, luego sus ojos se abrieron con sorpresa y sus mejillas se colorearon. Se acercó a él y tomó su mano, apretándola en la suya, mirándolo a los ojos. "¿Estás seguro? No quiero que te sientas presionado."

Se inclinó hacia él y le dio un suave beso en los labios que esperaba que fuera suficiente respuesta. No podía decirlo en voz alta, simplemente no. No todavía. Así que no confiaba en sí mismo para hablar ahora. 

Fueron directamente a su casa, con las respiraciones agitadas y corazones latiendo como locos dentro de sus pechos. 

Bishop estaba besándolo en el momento en que cerró la puerta. Labios y lenguas codiciosas, manos curiosas que no perdieron el tiempo en quitar la ropa del otro. Mason estaba sorprendido de no estar tan avergonzado de estar desnudo frente a Bishop, pero la forma hambrienta en la que lo estaba mirando, fue suficiente para acariciarle el ego de mala manera, y consiguió que su pene comenzara a despertarse. 

"Tomemos una ducha," murmuró entre besos. Bishop deslizó las manos sobre su espalda desnuda, acariciándolo con ansias mientras su boca trabajaba en su cuello, mordiendo y chupando, haciendo que Mason se convirtiera en un desastre de gemidos y jadeos excitados. Tuvo que tirar del cabello de Bishop para que el hombre dejara de mutilar su cuello. Estaba seguro de que tendría marcas en la piel que tardarían un rato en borrarse, pero que podría cubrir de alguna manera. Y el hecho de que no le molestaran las marcas, cuando en el pasado siempre estuvo en contra, dejaba claro lo bien que estaba con todo esto. "Bishop, vamos a la ducha."

"No quiero dejar de tocarte." Mordió su mentón, ojos oscuros con pupilas dilatadas lo miraban fijamente, llenos de deseo. Se empujó contra Mason, haciendo que sus penes se frotaran y eso envió un estallido de deseo por todo su cuerpo, tanto que jadeó pesadamente cuando la presión le enredó la lengua. Bishop atacó su boca, lengua entrando profundamente en su boca haciéndolo sentir mareado y sensible. Cuando se separaron para tomar aire, él murmuró sobre su boca. "He estado soñando con esto."

"Debiste decirlo."

"Quería que estuvieras bien con ello." Lo besó castamente, ojos amables todavía oscuros, con una suave expresión mientras acariciaba su rostro con una mano dulce. "Esperar lo hace mejor, ¿no crees?"

Sonrió hacia él, tomando su mano para ir a al baño. "¿Qué habrías hecho si jamás hubiera estado listo para hacerlo?"

"Oh, um... no creí que fuera posible. Yo lo habría soportado, entonces."

Lo miró por encima del hombro al tiempo que empujaba la puerta del baño. "¿Lo habrías hecho?"

"Si eso significaba estar contigo, sí." Bishop lo atrapó en sus brazos otra vez, empujándolo hasta que su espalda estuvo presionado contra las frías baldosas de la pared. Una de las piernas de Bishop se metió entre las suyas mientras que lo cubría por completo. Mason no estaba seguro de cómo había soportado las ganas de estar desnudo contra él. Sus pieles calientes juntas se sentían tan bien, igual que la pierna que frotaba sus bolas haciéndolo jadear un poco. "Pero no será así. Porque después de esto no podrás tener mis manos lejos de ti."

"No mientas." Envolvió la mano detrás del cuello de Bishop y lo besó profundamente, empujando su lengua en su boca, tomando todo lo que pudo hasta que lo escuchó gemir, entonces se separó para presionar sus frentes juntas, sus caderas moviéndose contra la deliciosa fricción. "Pero lo aprecio de cualquier manera."

"No miento," se quejó con un puchero. Tomó su mano y lo llevó hasta la ducha antes de encender el agua caliente. Bishop sonrió bajo el agua mientras se estiraba para tomar el jabón líquido y echar algo en su mano antes de mirar su cuerpo abiertamente, sin ningún tipo de vergüenza que hizo que Mason se cohibiera un poco, pero no le impidió hacer lo mismo. Era la primera vez que veían al otro completamente desnudo y de alguna manera se sentía tímido, con cosquillas por todo el cuerpo, su pene estaba dura en todo caso porque la excitación no se iba de él. "Acércate un poco, vamos. No voy a comerte." Envolvió a Mason con un brazo y comenzó a frotar el jabón sobre sus hombros y espalda antes de hacerlo a sí mismo. "Al menos no todavía."

Mason sonrió porque era lindo escucharlo decir algo así. Pero siendo completamente realistas, nadie soportaría tener una relación de palabras y besos, simplemente no era realista. Claro, él había leído sobre personas asexuales, que no sentían ningún tipo de deseo sexual y vivían una vida completamente normal. Él no lo era, y Bishop tampoco, así que jamás se imaginó ese tipo de relación, así como no había pensado demasiado en ello cuando empezaron una relación, pero tampoco había estado fuera de su cabeza. Sabía que iba a pasar en algún momento, solo que cada vez que pensaba en ello intentaba deshacerse del pensamiento rápidamente porque no estaba cómodo del todo con la idea.

Pero, ¿justo ahora? Sus manos estaban frotando los duros hombros, la ancha espalda e incluso fue más allá y acarició el firme trasero de Bishop. El sexo era lo único claro en su cabeza en este momento, y estaba un poco avergonzado de eso. Presionó la cabeza en el hombro de Bishop mientras él continuaba tocándolo, con la excusa de lavarlo. Era lindo por pensar que estaba siendo sutil con todos los toques, pero se sentía bien, el contacto de piel contra piel, las manos en él... ni siquiera sabía que había estado necesitando esto por tanto tiempo.

Y sí, todo eso se sentía maravilloso, pero su pene estaba duro y frotándose suavemente contra el de Bishop, lo que era un poco frustrante. Así que presionó los labios contra el húmedo cuello mientras envolvía con sus manos ambos penes, y la fricción fue tan agradable que gimió un poco antes de chupar una marca en Bishop, aumentando la presión antes comenzar a masturbarlos a ambos, escuchando los suspiros del hombre contra su oreja. 

"Un poco más ajustado, amor," gimió mientras sus brazos se ajustaban a su alrededor. "No creo que dure demasiado, lo siento. Estoy demasiado excitado en este momento."

Mason hizo lo que Bishop le dijo, dejando besos sobre el grueso cuello, lamiendo la línea de sus clavículas con ojos cerrados, porque la emoción de su cuerpo era demasiada como para controlar a la forma en que reaccionaba. Bishop metió la mano en su cabello, empujando su rostro contra su piel, pidiendo más. Oh, Mason le daría todo lo que quisiera, y si lo que quería eran marcas y chupadas, él se lo daría muy bien.

Sus nalgas fueron acariciadas y apretadas en grandes manos que se sintieron tan bien. Mason buscó su boca, deseando un profundo beso que le volara la mente. Soltó sus penes y se agarró de las caderas de Bishop, deslizando las manos hacia atrás hasta que también estuvo tomando las duras nalgas en sus propias manos. Bishop gimió contra su boca, ojos entrecerrados mientras sus caderas se mecían contra la del otro. Mason no podía no mirarlo fijamente, absorbiendo cada gemido, cada expresión rota cuando sus penes se frotaban. Mason lo quería todo para él, saber que era el único que podía ver a Bishop de esta manera.

Lo sorprendió un poco. Jamás fue posesivo de ninguna manera, y ahora mismo se sentía... no mucho mejor que un animal. Frunció el ceño antes de volver a besarlo profundamente, empujando sus caderas como si estuviera jodiéndolo, intentando disipar el raro sentimiento dentro de él. No estaba bien.

"Creo que... ah... Mason..."

"Sí. Córrete ahora." murmuró contra su boca antes de morderle el labio inferior. Cerró los ojos con fuerza cuando su cuerpo se estremeció, una corriente se arremolinó en la boca de su estómago y simplemente se dejó ir, sus dientes enterrándose en el hombro de Bishop para contener su gemido. Lo sintió estremecerse, luego hubo una fuerte maldición y entonces su estómago se llenó de líquido caliente. Mason sonrió contra su hombro, besándolo suavemente antes de levantar la cabeza para verlo. "¿Se sintió bien?"

Bishop asintió con una tonta sonrisa en los labios, ojos todavía cerrados. "Se sintió como lo mejor en el mundo. Te amo." Parpadeó lentamente y lo miró a los ojos con la misma sonrisa que Mason sabía que él tenía. Se besaron lentamente, todavía absorbiendo el momento y lo relajados que se sentían sus cuerpos, manos sobre el otro sin poder tener suficiente. 

"También te amo," susurró cuando se separaron. No sabía por qué lo hizo, pero el momento se sintió tan íntimo y cálido que fue lo mejor que pudo hacer por sí mismo. Bishop sonrió y acarició su mejilla con suavidad antes de darle otro beso. Mason se inclinó sobre su toque, apoyándose en él por completo. Se sentía tan bien... hasta que el agua comenzó a ponerse fría. "Mierda, será mejor que salgamos o vamos a resfriarnos."

Bishop se rió, pero lo hizo mientras Mason cerraba la llave. "No necesito que te enfermes otra vez, es bastante trabajo cuidar tu miserable trasero."

"Oye," se quejó mientras se envolvía con una toalla que colgaba de la pared. Sabía que era un gran bebé cuando estaba enfermo, pero él no tenía que quejarse sobre ello. "Se supone que debes cuidarme."

"Amo mimarte y consentirte cuando estás resfriado," él dijo, deteniéndose antes de salir para darle un beso. "Pero eres bastante pesado y es bastante trabajo llevarte hasta la cama."

Mason sonrió tontamente mientras salían del baño. Se secaron antes de dejar las toallas en el baño otra vez, luego fueron a la cama completamente desnudos. Solo se miraron fijamente, una pequeña conversación silenciosa. Bishop le estaba preguntando si estaba bien. Mason asintió lentamente, porque era cierto. Su mente y cuerpo se sentían geniales, ni un rastro de culpa ni nada, solo paz y tranquilidad. Estaba menos tenso de lo que podía recordar haberlo estado alguna vez. 

"Te amo," volvió a decir en voz alta, estirando una mano para frotar su mejilla limpia, luego su mandíbula hasta que estaba frotando los tatuajes de su cuello con la yema de los dedos, trazando las líneas de los diseños. "Perdón por hacerte esperar."

Bishop se inclinó hacia él buscando sus labios. Se besaron lentamente, sin ningún tipo de prisa, solo labios frotándose contra los otros. "Habría esperado todo el tiempo que fuera necesario, Mason. Lo decía en serio." Mason no se quejó cuando Bishop lo jaló, tirando la mitad de él encima del hombre. Descansó la cabeza en el pecho de Bishop mientras que él acariciaba su cabeza y hombros. "Cuando nos conocimos no te vi de una manera sexual, y eso fue lo que me hizo darme cuenta de que no era igual a otras personas. Me gustaste solo... tú, tu voz, la mirada perdida que pedía ayuda, y lo amable y abierto que fuiste. No pude pensar en nada más desde entonces." Un suave beso cayó en su cabeza. Mason cerró los ojos, brazos apretándose alrededor de Bishop. "Sabía que quería una relación contigo, sin importar cuánto tardara en pasar. Esperaría tanto como fuera posible. Y luego nos conocimos más, y me di cuenta de que eres un hombre increíble." Se rió nerviosamente. "Sí, he estado enamorado de ti desde el primer momento en que nos conocimos."

Mason tenía el rostro caliente. "Eso es... es toda una confesión."

"Es la verdad."

Besó castamente su pecho y asintió. "Todavía no sé por qué me ayudaste en ese momento. Era un extraño."

Bishop se tomó un momento antes de responder, y cuando lo hizo, su voz tenía un tonto ligeramente apagado que le revolvió el estómago. "Porque conocí a alguien como tú, y no pude ayudarlo. Sentí que tenía que hacerlo contigo porque parecías estar pasándola mal."

"¿Es una historia que quieras contar?" preguntó con suavidad.

"No. Lo siento." Bishop le dio un beso de disculpa en la cabeza, frotando sus hombros con algo de tensión. Mason se quedó en silencio, preguntándose qué tan malo debió haber sido lo que pasó como para que Bishop no se sintiera cómodo para hablarlo con él. Y eso le causó un ligero tipo de malestar por alguna razón. "¿Deberíamos dormir? Se está haciendo tarde."

Mason asintió y se movió para acostarse al lado de Bishop, ignoró la manera en que él lo miró, porque no estaba seguro de cómo se veía su rostro justo ahora. No quería arruinar el momento, así que forzó una sonrisa antes de mirarlo y le dio un suave beso en los labios antes de poner la sábana sobre ambos y apagar la luz con el remoto. "Buenas noches," murmuró antes de besarlo otra vez. "Te amo."

Bishop lo miró fijamente por un rato. Mason pensó que le diría algo por la manera en que lo estaba viendo, pero después de un rato, él solo asintió y estiró una mano para frotar su mejilla.

"También te amo. Descansa."

No tenía idea de por qué se sintió agitado por el resto de la noche, pero bastante decir que no pudo dormir demasiado, porque seguía pensando en por qué esa historia era difícil de contar para Bishop.

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