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3

Varios meses después...

Era uno de esos días en los que a Mason no le importaba salir tarde del trabajo, si podía usarlo como una excusa para no tener que reunirse con su familia. Era su cumpleaños, y ellos habían insistido en ir a su casa y prepararle la cena y un pastel.

"No es como si tuvieras a alguien más en casa que lo haga por ti," su madre le había dicho por teléfono el día anterior. "Iremos, deja la llave en algún lugar donde podamos encontrarla pero un ladrón no pueda verla."

Y solo así, sabía que su casa estaba repleta de personas. Ugh, debería solo llamarlos familia, pero... um, no. 

Cuando fueron las seis y su horario acabó, estuvo tentando a pedirle a su supervisor que le dejara hacer horas extras, pero el delgado hombre con gafas enormes, siempre le decía que no, porque ya pasaba suficiente tiempo frente al monitor durante ocho horas al día. Entonces tomó sus cosas y se dirigió a su auto para conducir por la carretera más ocupada que pudo encontrar. Estaba entrando al estacionamiento cuando recibió un mensaje de Bishop.

Mason, ¿qué hago? Le envió emojis llorando y uno con ojos de corazón al final. Los encontré afuera del bar y no pude dejarlos a esperar el frío de la noche.

Mason sonrió ante la foto de las dulces cositas, se veían jóvenes, pero no tanto. Probablemente un par de meses. 

Ya los llevaste a tu apartamento, ¿no? Puedes conseguirles una familia en cualquier caso.

Subió a su auto y lo encendió mientras esperaba una respuesta, y cuando no lo hizo, solo pulsó a una videollamada. Bishop le contestó en un segundo. Tenía una expresión preocupada en el rostro. Mason sonrió mientras colocaba el teléfono en el portador, así lo tendría frente a él mientras conducía, y salió hacia su casa. "¿Quieres quedártelos? ¿Qué dice el contrato sobre animales?"

"Puedo tener dos animales viviendo conmigo," él respondió. Mason miró por un segundo a la pantalla cuando Bishop hizo un sonido ahogado. Los dos gatitos estaban jugando entre si, bastante tranquilos aparentemente. "Pero no lo sé, no paso el suficiente tiempo aquí. Mucho menos ahora que empezaré mis clases en la Academia el próximo mes. Agh, mierda, son tan lindos."

Su tono de voz ya era el de un dueño de animales, suave y ridículamente meloso. Se rió mientras daba la vuelta en una calle. Los miró una vez más y tuvo que asentir, las dos cositas eran lindas y tiernas como la mierda. "Siempre puedes comprarles juguetes. No pasarás más de cinco horas en la Academia de todas formas. Ellos estarán bien durante ese tiempo, no son exactamente bebés."

"¿Debería?" Bishop levantó el teléfono a su rostro. Tenía algunas bolsas debajo de los ojos por los últimos días y su cabello estaba por todas partes. Mason no creía haber encontrado a un tipo más comprometido que Bishop en toda su vida. Se había inscrito en la Academia de Bomberos de la ciudad, y había estado asistiendo a los seminarios mientras continuaba con su turno nocturno en el bar, donde llegaba a su apartamento a las seis de la mañana, mientras que el seminario empezaba a las ocho. No tenía más de cuatro horas al día para dormir porque el seminario terminaba cerca de las dos de la tarde y tenía cosas que estudiar para la siguiente clase. Era bastante tedioso, pero él lo había estado manejando muy bien durante ese par de semanas. Mason estaba orgulloso de él. "Creo que podría hacerlo, dejarlos aquí mientras voy a las clases, quiero decir. Y, um, hoy renuncié al bar."

"¿Qué?" Lo miró con sorpresa, no lo había esperado, no hasta que empezaran sus clases de verdad en la Academia. "No me dijiste que lo harías."

Bishop hizo un sonido bajo desde su garganta.

"Lo sé. Quería darte la sorpresa esta noche. Te iba a invitar a un restaurante que está cerca de la Academia, ha estado llamando mi atención todos estos días y pensé que sería un agradable lugar para llevarte a celebrar tu cumpleaños."

"¿En una cabina?"

"La cabina más silenciosa del mundo."

Mason asintió con los labios firmemente apretados para evitar que la sonrisa más tonta se estirara en su cara. "Mi familia está en mi casa," dijo lentamente, mirando a la pantalla por un segundo para revisar la expresión de Bishop. No quería herirlo. "Pero es un lindo gesto de tu parte. ¿Te parece si vamos mañana? No sé cuánto tiempo esperan quedarse en mi lugar, pero sé que me puedo escabullir mañana."

"Oh, está bien. Solo celebra con tu familia, debería estudiar un poco y cuidar de los gatitos de todas formas."

Se mordió el labio con fuerza, mirando la línea de casas de su vecindario mientras se acercaba a su lugar. Había una camioneta azul y una negra en sus estacionamientos, así que se detuvo al borde de la calle antes de suspirar y quitarse el cinturón. Miró a Bishop mientras se masticaba el interior de la mejilla. Su corazón estaba latiendo muy rápido, pero no podía pensar en otra opción.

"¿Quieres venir?"

Fue cómico cómo los ojos claros de Bishop se abrieron con sorpresa cuando Mason le hizo la pregunta. "¿De verdad? Nunca me has invitado a tu casa."

"Lo sé. Es mi culpa, pero me gusta más tu lugar." Se pasó una mano por la barba que había comenzado a crecer y que no había tenido el ánimo de recortar. "Así que, ¿qué dices? Sé que hay un montón de comida y pastel, puedes traer a los gatitos y dejarlos en mi habitación hasta que el caos termine."

Bishop asintió lentamente mientras se humedecía los labios. "¿Estás bien con que conozca a tu familia? Quiero decir, ya sabes..."

"Eres mi amigo, ¿no?" preguntó con una suave voz que lo sorprendió incluso a él. Bishop asintió. "Entonces no hay problema. No importa, mi mamá tiene mejores modales como para hacer una escena en frente de un extraño. Si ella pregunta, lidiaré con eso después."

Bishop hizo una mueca, cerrando un ojo como si sintiera dolor. "Extraño, auch."

Se rió. "Lo eres para ella." Tragó con fuerza, mirándolo fijamente. "¿Qué dices?"

"Dame tu dirección, llegaré en un rato mientras veo cómo preparar a los gatitos para el viaje."

Asintió. "Tómate tu tiempo. Preparé la habitación para los pequeños."

Bishop tenía una gran sonrisa y sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas. "Gracias."

Después de cerrar la llamada le envió su dirección a Bishop, luego aspiró una gran bocana de aire y la dejó salir muy lentamente. Odiaba tener a personas en su casa, lo detestaba. Desearía que todas pudieran teletransportarse a sus casas y dejarlo solo. Ugh, pero no era así, ¿huh? Se bajó y cerró la puerta de su auto con fuerza, dejando que toda la tensión saliera de él antes de encarar a su hermosa familia metiche. 

El aroma a comida recién hecha casi lo hizo sentirse mejor, casi. Pero cuando abrió la puerta y vio todo el caos en su sala de estar, no pudo hacer nada más que ir directamente a su habitación en silencio, esperando a ser invisible y lo hizo con éxito. Le puso el seguro a la puerta y fue a tomar una ducha antes de cambiarse a chándales y una camiseta sin mangas, caminando descalzo fuera de su habitación.

Su hermano menor fue el primero en verlo. Pero él estaba pasando por esa etapa donde apenas sonreía si era necesario, y probablemente estaba enviándole mensajes a su novia, así que volvió a mirar su teléfono después de darle un breve asentimiento. Si eso es lo que era, con todo el cabello apenas podía verle a los ojos. "¿No puedes saludar como debe ser?" Metió la mano en el espeso cabello que le caía en la cara y lo tiró hacia atrás, moviéndose rápido para evitar ser golpeado. "¿Cuándo piensas cortarte esto?"

"Suenas como papá," respondió Brody, dándole con el puño en el estómago antes de volver a mirar su teléfono. "Qué triste."

"¿Qué fue lo que dijiste, jovencito?"

Su padre los estaba mirando desde el marco de la cocina, manos en las caderas. Era alto y delgado, con algunas brochas blancas en su cabello ahora, y había cambiado sus gafas de borde grueso a unos bastante delgados y más elegantes. Estaba usando la camisa a cuadros que Mason le había dado en su cumpleaños.

Brody suspiró con fuerza antes de poner su teléfono abajo. "Lo siento, papá."

Mason sonrió hacia su padre cuando él se acercó. "Ahora dile feliz cumpleaños a tu hermano."

"Feliz cumpleaños, Mason."

"Feliz cumpleaños, hijo." Su padre lo envolvió por los hombros y le dio un beso en la cabeza antes de frotarle los hombros. "Es bueno ver que otro año pasa y sigues igual de saludable. ¿Cómo fue tu día en el trabajo?"

"Gracias," murmuró cuando su padre se alejó un poco. "Todo bien. Estamos trabajando duro, como siempre."

"¿Todavía sigues haciendo esos videojuegos?" Su padre le dio una mirada inquisitoria por encima de sus gafas, levantando un ceja. "Pensé que querías encontrar un puesto en una agencia de seguridad."

Metió las manos en los bolsillos de su chándal y se encogió de hombros. "Creo que jamás mencioné eso."

Brody los miró. "Creo que mamá lo dijo, que deberías encontrar un trabajo de verdad."

"Ah, claro." Asintió con una sonrisa tensa. "Mamá lo hizo."

"Tu trabajo es cool," dijo Brody, chocando puños hacia él, con una sonrisa de lado. "No le hagas caso a mamá."

Su padre solo apretó los labios y tiró de sus hombros para llevarlo a su cocina. "El esposo de tu hermana tiene el turno nocturno así que no pudo acompañarnos. ¡Pero Joshie está aquí!"

"Está bien."

No era como si el esposo de Olivia y él fueran amigos, apenas hablaban lo suficiente de vez en cuando, y el tipo era un doctor, así que estaba ocupado la mayor parte del tiempo y cuando hacía una conversación siempre hablaba de sus pacientes con palabras que no comprendía por completo. Era muy incómodo, cada vez.

Su madre y Olivia estaba sentadas a la mesa, con el pequeño Josh en su silla alta, con pasta en la cara por el puré que estaba comiendo. Los ojos de su madre fueron a él cuando entró a la cocina, y tal vez Mason esperaba una pequeña sonrisa y algo de alegría en su rostro, pero ella solo miró al reloj de la pared y frunció el ceño. "¿Qué tan tarde sales de ese trabajo tuyo? Hemos estado esperando todo el día."

"Bueno, tengo un horario," dijo mientras pasaba hasta su refrigerador y tomaba una botella de agua antes de apoyarse contra el fregadero. La miró a los ojos, esperando que más veneno saliera de su boca. 

Ella sacudió la cabeza. "Feliz cumpleaños, hijo."

"Gracias."

Olivia tenía una tensa mirada en la cara cuando se levantó y se acercó para tirarlo a un cálido abrazo. "Feliz cumpleaños, tonto. ¿Cómo pasaste tu día?"

"Trabajando. ¿Qué tal tú?"

"Ugh, ya sabes," se rió incómodamente. Mason la miró fijamente, preguntándole silenciosamente qué pasaba. Ella se pasó el cabello detrás de la oreja y apretó una mano sobre su hombro, susurrando muy bajo. "Estoy embarazada otra vez."

"Felicidades, supongo. ¿Ya diste la noticia?" La miró de pies a cabeza antes de fruncir el ceño, esperando ver un indicio de una barriga, pero ella estaba usando una camisa ancha. "¿Por qué? Pensé que esperarías a que Josh tuviera al menos cinco."

Ella le dio una mirada dura. "¿Has visto a mi marido? Sí, bueno, esas cosas pasan cuando tu hombre es un sexy doctor, Mason." Ella miró a sus padres que estaban jugando con Josh antes volver a verlo. "Brody lo sabe, pero no estoy segura de cuándo decirles a ellos. ¿No puedo solo ocultarlo y decirles cuando el bebé salga?"

"¿Niña o niño?"

"No lo sé, es demasiado pronto para saberlo. Me hice las pruebas ayer porque no dejaba de sentir mareos, y Curt y yo pasamos una hermosa noche en un hotel hace unos días. Solo era una sospecha, no pensaba que realmente sucedería. Carajo. Necesito un trago."

Mason sacudió la cabeza. "Creo que necesitas algo de fruta."

Ella gruñó. "Vete a la mierda."

Se reunieron en la cocina, con su madre hablando sobre el boletín de la iglesia y lo emocionada que estaba de que ella y papá cantarían en el coro el siguiente domingo. Mason solo quería enterrar la cara en la almohada y cerrar los ojos, esperando poder despertar al mediodía del día siguiente. Estaba cansado y sus ojos ardían por pasar todo el día programando el maldito juego.

"Entonces, no veo a ninguna novia en la mesa. ¿Pensé que habíamos tenido una conversación hace meses?"

Mason miró su botella de agua fijamente por un largo rato antes de ver a su madre. "Las cosas no funcionan así. ¿Acaso papá y tu se conocieron y tuvieron hijos en el unos pocos meses?"

"Tu padre y yo nos conocimos por un largo tiempo, siempre supimos que queríamos formar una familia."

Su padre asintió de acuerdo. "Y fue un hermoso noviazgo."

"Ya veo. ¿Vamos a comer?" preguntó, moviéndose hacia la estufa, revisando la comida, aunque no estuviera tan hambriento. "Quiero ir a la cama temprano, tengo cosas que hacer mañana. No intento ser grosero, pero..."

"Entendemos, hijo, debes estar cansado." Su padre le dio una sonrisa comprensiva y se puso de pie, diciéndole a su madre que hiciera lo mismo. "Pongan los platos sobre la mesa, chicos, por favor."

Los tres lo hicieron y estaban preparando las bebidas cuando el timbre se escuchó. Mason miró a sus hermanos que voltearon a verlo con curiosidad, y su rostro se puso caliente antes de excusarse e ir la puerta, sintiendo miradas puestas en él. Abrió la puerta y se encontró con el rostro de Bishop, que no debió sentirse tan familiar y cómodo, más que ver a su propia familia.

"¿Llegué demasiado tarde? Lo siento." A Mason le tomó un segundo mirarlo por completo, una camisa de cuadros verde de mangas largas que dejaba ver los tatuajes en su cuello y la parte alta de su pecho, pantalones negros ajustados en sus gruesas piernas y sus botas usuales. Además traía una mochila en la espalda y una pequeña caja de cartón en las manos. "Pasé a comprarles algo de comida especial para gatos y programé una cita con el veterinario para mañana."

"Llegaste justo a tiempo para la comida," dijo y se hizo a un lado para que Bishop pasara. Lo guió directamente a su habitación, sin mirar hacia la sala y cocina a propósito porque sabía que sus hermanos lo mirarían fijamente exigiendo respuestas. Su mano estaba en la espalda baja de Bishop cuando abrió la perta de su habitación y luego la cerró. "Puedes dejarlos fuera de la caja, probablemente se salgan de todas formas."

Bishop se arrodilló cuando dejó la caja en el piso y comenzó a sacar a las dos bolitas de pelo, dejándolos andar por la alfombra. Los dos se rieron cuando los gatitos se erizaron antes de comenzar a correr por la habitación. Entonces Bishop se levantó y lo miró, dejando que los gatitos rondaran por el suelo.

Mason aspiró lo que era el champú y el perfume que Bishop usaba, olía limpio y algo picante. Agradable. Los ojos de Bishop lo miraron con una suave expresión antes de que él lo tirara a sus brazos, manos frotando su espalda con lentos movimientos que lo hicieron sentir como uno de los gatitos. "Feliz cumpleaños, cariño." Un suave beso fue depositado a un lado de su cabeza. "¿Tuviste un buen día?"

Mason asintió, frotando su rostro contra el duro hombro de Bishop mientras seguían abrazados. Era tan bueno, él olía tan bien, su cuerpo era cálido y firme. Tomó una profunda respiración sobre la tela de la camisa y suspiró con calma. "Lo era al menos."

Una mano se metió en su cabello y comenzó a frotar su cabeza. "Desearía que fuera bueno para ti."

"Estás ayudando," murmuró contra la tela, sintiendo que su rostro estaba caliente y probablemente muy rojo. No era bueno con las palabras, pero Bishop entendía, así que estaba bien. "Gracias por venir. Además, espero que estés hambriento porque hay tanta comida que no sé qué haré con ella después de hoy."

"Estoy segura de que podemos terminarla entre los dos, así que no se echará a perder." Bishop le dio otro beso en la cima de la cabeza antes de dejarlo ir para quitarse la mochila, poniéndola en su cama y comenzar a sacar cosas de ahí. Tenía una bolsa de comida para gatos y algunas latas de comida para gatitos. Y también un regalo, envuelto en un papel de color rojo con un enorme lazo blanco. Bishop sonrió suavemente antes de entregárselo. "Espero que te guste. Puedes abrirlo. Lo vi y pensé que iría perfecto contigo, así que no me pude resistir."

Mason rompió el papel de regalo antes de pensarlo mejor y lo dejó a un lado cuando vio una pequeña caja de cuerdo. Frunció el ceño, pero no podía dejar de sonreír. "Sabes, no era necesario conseguirme un regalo, de verdad."

"Quería hacerlo."

Era un reloj. Un brillante y aparentemente costoso reloj de color plata, en el interior era blanco con manecillas negras que tenía alguna capa reluciente de color dorado. "Bishop..."

"Shh." El hombre puso una de sus tatuadas manos sobre su boca mientras tomaba el reloj con la otra. "Dame la mano." Dudando, se la tendió, mirando con atención la expresión contenta y complacida en el rostro de Bishop mientras le ponía el reloj en la muñeca, mirándolo con felicidad rebozando en todo su cuerpo. "Lo sabía, se ve increíble. Va contigo y tu personalidad."

Hizo un puchero. "¿Qué personalidad?"

Bishop sonrió hacia él con cariño. "Te ves como un niño rico la mayor parte del tiempo, así que te sienta bien. Te ves elegante." Levantó una mano y trazó las cejas de Mason con el pulgar, la sonrisa suave permanecía en sus labios. "Te ves lindo, me gusta la camiseta."

"Debería ponerme algo más formal," dijo con una mueca mirando la ropa de Bishop otra vez. "Creo que podría ponerme una sudadera."

"Sí, porque eso es más formal que una camiseta."

"Oye." Le palmeó el estómago antes de moverse, esquivando justo a tiempo a los gatitos que pasaron corriendo sobre sus pies, y abrió el armario, tomando una sudadera negra que había sido un regalo de Olivia en el pasado. Se quitó la camiseta y la lanzó al bote de la ropa que tenía que lavar y se dio la vuelta. No se perdió cómo los ojos se Bishop revisaron su cuerpo, como siempre lo hacía. Todavía sentía cosquillas en el estómago cuando eso pasaba. Así que deslizó en la sudadera en un movimiento, sintiendo la cara ardiente. "¿Ya comieron?" preguntó, mirando a los gatitos amontonarse en las botas de Bishop.

"Les conseguí unos platos para comida y agua también." Finalmente apartó la mirada de Mason y fue a su mochila, sacando una botella de agua pequeña junto con dos platos blancos con diseños de flores. Les sirvió un poco de comida y agua antes de ponerlo en la esquina de la habitación. "Deberían estar bien con eso."

"Sí," murmuró, viendo a los gatitos correr hacia los platos, olisqueando el contenido con cuidado antes de que comenzaran a comer. Sonrió y miró a Bishop. "Creo que ellos están saludables."

"Sí, por eso decidí ir con el veterinario mañana y no hoy."

Dos golpes en la puerta hicieron que Mason frunciera el ceño antes de abrirla. Los grandes ojos de Olivia lo estaban mirando con una sonrisa amplia. "La cena está preparada, Brody puso un plato extra por si Bishop piensa quedarse." Ella se rió con malicia, mirando por encima del hombro de Mason, agitando los dedos en el aire. "¿Todavía amigos?"

Exhaló, sabiendo que ella no iba a dejar el tema si no respondía. "Sí. ¿Puedes darnos un momento?"

"No." Olivia empujó la puerta y a él con fuerza, entrando a su habitación. "Hey, Bishop, ha pasado un tiempo. ¿Cómo estás? Y- Oh, Dios, ¿qué son esas cositas?"

Bishop se rió al tiempo que su hermana se dejaba caer de rodillas frente a los gatitos mientras comían. "Los estoy adoptando, Mason dijo que podía traerlos así no se quedarían solos en mi apartamento."

Olivia asintió antes de mirar a Mason con una expresión confundida. "Entiendo. Son lindos. Bien, vamos a la mesa, muchachos, la cena está lista. Bishop, ¿tienes algún tipo de alergia  a la comida?"

Mason estaba respondiendo antes de que pudiera pensarlo bien. "Mariscos," dijo, y se sonrojó cuando Olivia le dio una mira de ¿en serio, Mason? Bishop asintió, metiéndose las manos en los bolsillos del pantalón. Mason suspiró y los empujó a los dos afuera de la habitación, teniendo cuidado de no molestar a los gatitos. "Será mejor que vayamos antes de que mamá venga."

No había forma de que pudiera evitar las miradas raras pero sorprendidas que había en la mesa, a parte de los sonidos sin sentido que Josh soltaba, todo estaba en silencio, con el incómodo sonido de los cubiertos golpeando los platos. Su padre fue el primero en romper el silencio.

"Bishop, te ves como un tipo grande y rudo, ¿estás en el ejército?" Su padre miró a Bishop fijamente, una pequeña sonrisa curiosa estirándose en su rostro. "Dios sabe cuánto quise que Mason se uniera a la fuerza, pero el chico tenía distintos planes para su futuro."

"De hecho, no. Solía trabajar en un bar, pero ahora estoy asistiendo a la Academia de Bomberos."

Su padre apoyó los brazos en la mesa, escuchando con sorprendente atención. "¿En serio? Es un trabajo muy noble. Mi hermano era un bombero con honores, y toda nuestra familia estuvo orgullosa de él hasta el día en que lo entregó todo por salvar a una pequeña bebé de un incendio. Fue muy honorable y todavía sigue siendo un héroe."

Bishop asintió. "Definitivamente lo es, señor."

Su padre le dio un fuerte asentimiento con una mirada llena de orgullo antes de regresar a su comida. Mason exhaló tan disimuladamente como pudo antes de ver a su madre, que había estado sospechosamente callada durante un rato. Pero eso solo podía durar lo suficiente, lo supo cuando ella levantó la cabeza de su plato y miró a Bishop fijamente.

"¿Trabajabas en un bar? ¿Qué hacías exactamente?"

Mason le dio una mirada que ella ignoró.

"Preparaba las bebidas," fue la respuesta del hombre sentado a su lado. Mason deslizó una mano por debajo de la mesa y la puso sobre la pierna de Bishop, intentando darle confort de alguna manera. No quería que él se sintiera mal por lo que había hecho, su trabajo era bueno como todos. "Renuncié hoy para unirme por completo a la Academia."

"Ya veo. Entonces, ¿cómo se conocieron ustedes? No creo haberte visto antes."

"Entrenamos en el mismo lugar," respondió antes de Bishop, mirando a su madre con los dientes apretados. "Nos volvimos amigos con el tiempo."

Ella entrecerró los ojos mientras asentía. "¿Y son así de cercanos? Mason ni siquiera a traído a una chica a las fiestas, estoy un poco sorprendida. ¿Qué tipo de relación es la qu-"

"¡Estoy embarazada!"

Todos voltearon a ver a Olivia de golpe. Su hermana tenía las mejillas infladas, conteniendo al respiración mientras que sostenía los cubiertos con fuerza en ambas manos. Su madre se puso roja de inmediato y su padre dejó caer el tenedor de su mano.

"¿Qué?"

"¡Dijiste que esperarías a que Josh entrara a la primaria!" gritó su madre, viendo a Olivia fijamente. "¿Qué demonios pasó?"

"¡Lo sé! Pero solo pasó, ¿sí?" Ella hizo una mueca y puso una mano sobre su boca. "No me siento muy bien."

Rabiando todavía, su madre se levantó de la silla y fue con Olivia mientras que padre le ayudaba a levantarse. La miró con preocupación mientras la sostenía. "¿Deberíamos ir a una clínica?"

"Solo llévame a casa, Curt me llevará mañana para empezar las citas." Ella hizo una mueca un poco exagerada que hizo que su madre se moviera con ella. "Mamá, ayúdame a llegar al baño, por favor. Papá, ¿puedes conseguirme unas píldoras? Curt me dio una lista de cosas que puedo tomar."

"Sí, sí. Iré de inmediato."

Olivia le lanzó las llaves de su camioneta. "La lista está en la guantera."

Ella hizo que mamá la llevara por el pasillo hasta el baño y luego entonces solo habían quedado Bishop, Brody y Mason con el pequeño Josh haciendo un desastre con su plato de plástico. Brody se rió en voz alta antes de salir de su silla e ir con Josh. "Ustedes deben una grande a Olivia."

Mason suspiró, y aflojó el agarre de muerte con el que había estado sosteniendo la pierna de Bishop. "Eso creo," dijo antes de mirar a Bishop. "¿Estás bien? Lo siento si eso fue demasiado intenso."

"Está bien. Esperaba algo mucho peor, ella no mencionó nada sobre los tatuajes. Eso me sorprendió."

"Su hermano estuvo en el ejército y estaba repleto de tatuajes para cuando se dio de baja, así que ella no es ajena a ello."

"Comprendo." Bishop metió una cucharada del puré de papas a su boca y tragó antes de sonreírle. "Tienes una familia interesante." Levantó una de sus grandes manos y la pasó sobre su pierna, frotándola de arriba de abajo para confortarlo. "¿Te sientes bien? Estás un poco verde." 

"Creo que sí, ahora que estamos solos."

"Seguimos aquí." Los dos voltearon a ver a Brody que estaba alimentando al pequeño Josh con una cuchara pequeña. Brody entrecerró los ojos hacia ellos. "¿Ustedes están saliendo? Mamá no mintió, Mason nunca trae a nadie a casa. Es raro."

Mason miró a Bishop antes de responder, pero él solo se metió una enorme cucharada rellena del pollo y puré, mirando su plato. Así que estaba solo en esto, pero si daba la respuesta equivocada y Bishop se ofendía, él la pasaría mal. Así que solo se encogió de hombros y señaló a Brody con el cuchillo de cortar el pan. "¿Por qué preguntas? ¿Qué quieres?"

Brody sonrió con malicia mientras le limpiaba la boca a Josh. "Quiero que Bishop vaya a mi partido de futbol el próximo fin de semana."

"¿Por qué?"

"Porque él es cool. Quiero ver la reacción de mis amigos cuando lo vean llegar." Asintió con emoción, como si ya pudiera sentir cómo sería. "Y quiero impresionar a mi novia."

Mason sacudió la cabeza. "No lo creo-"

"Puedo hacerlo," dijo Bishop al mismo tiempo. Se miraron y él se encogió de hombros antes de señalar a Brody con la cuchara. "Solo déjame saber la hora y el lugar, te daré mi número antes de que acabe la noche."

"Cool, hombre."

Mason no estaba seguro de por qué o cómo, pero su hermano menor y Bishop continuaron una larga conversación por un largo rato, incluso después de que ellos terminaran de comer y sus padres y Olivia estuvieran de regreso. Mason evitó a su madre a toda costa, evitando estar en el mismo espacio cerrado solo con ella. Llegó a esconderse en su habitación para jugar con los gatitos, después de todo, casi toda su familia estaba bien con Bishop alrededor, y su madre no haría preguntas raras a menos que él estuviera alrededor para hacerlo afrontar las cosas.

Solo fue un rato después, cuando los gatitos se metieron en una de sus camisetas para dormir, que la puerta se abrió y Bishop asomó su cabeza en la habitación. "Hey, ¿qué haces?"

"Estaba huyendo de mi familia," murmuró en voz baja antes de levantarse del suelo y acercarse a él con la vista puesta en los gatitos. "Les tomó un momento, pero ellos se durmieron, y puede que haya algo de pis y otras cosas más alrededor."

Bishop apretó los labios. "Lo siento. Lo limpiaré más tarde."

"Está bien. Puedo dormir en la habitación de visitas." Se cruzó de brazos, levantando un poco la cabeza para mirarlo. Con las botas puestas, Bishop se elevaba unos centímetros más sobre su cabeza, así que él lo miraba desde arriba, con una pequeña sonrisa en los labios. "¿Todavía crees que mi familia es agradable?"

"Bastante, te quieren mucho." Se rió, estirando una mano hacia él para quitarle los pelitos de gato en su sudadera mientras hablaba. "Tu mamá me sigue preguntando si tengo novia. Le dije que estoy soltero porque estoy ocupado y no tengo espacio suficiente para alguien más en mi vida."

Mason asintió, mirando la línea de la cincelada mandíbula que acababa en un pequeño montón de barba en el mentón y apenas un poco encima del labio superior. En cualquier otro se vería extraño, pero a Bishop le sentaba perfectamente bien. Parpadeó antes de humedecerse los labios y mirar por el pasillo, donde venían las voces de su familia. "¿Quieres quedarte a tomar unas cervezas después de que se vayan?"

"Seguro, pero no demasiado, tengo que ir al seminario mañana también." Cerró los ojos y apoyó la cabeza contra el marco de la puerta, soltando un suave suspiro. "Sabes, a veces siento que desperdicié muchos años de mi vida cuando pude haber hecho esto desde hace tiempo."

"Las cosas pasan cuando tienen que pasar." Le dio un suave golpe en el pecho, sonriendo cuando él hizo una mueca de dolor fingido. "Las decisiones que tomaste te hicieron llegar a este punto. Míralo de esta forma, querías ser bombero, pensaste que no pasaría, pero años después, más maduro y mayor, tienes la oportunidad de lograr tu sueño. Estar en tu trabajo soñado." Su mano se levantó por inercia, antes de que él pudiera detenerse, y frotó con suavidad la mejilla de Bishop, con el corazón latiéndole en la boca del estómago. "Estoy orgulloso de ti."

Bishop frotó su mejilla contra su mano antes de cubrirla con la suya y darle un suave apretón, dándole una suave mirada que lo hizo sentir como mantequilla. "Gracias."

"¡Mason!" La voz de su padre los sorprendió, se separaron de golpe y ambos miraron por el pasillo para verlo al final de este, sosteniendo un enorme cuchillo y platos desechables. "Ven, hijo, te cantaremos antes de irnos. Tu hermana tiene algo de vértigo."

"Ya vamos."

Fue tan incómodo como siempre, ser el centro de atención a la hora de estar detrás del pastel que decía un adorable ya tienes 27 y FC MASON, Bishop y su madre sostenían sus teléfonos hacia él con sonrisas enormes que casi compensaron el momento por un segundo, antes de que ellos hablaran de intercambiarse las fotos y videos. Pensó haber escuchado a su madre pedirle a Bishop su número de teléfono, pero bien pudo haberlo imaginado mientras cargaba a Josh en brazos mientras Olivia intentaba darle algo de pastel, pero una parte terminó en su sudadera y pantalones por más cuidadosa que su hermana estaba intentando ser. No se quejó, su sobrino era un adorable niño con risos rubios y ojos de ángel. Al pequeño, él podría pasarle todo.

Bishop le pasó un plato con pastel un rato después mientras todos se reunían en su sala. Mason intentó hacer espacio en el sofá, pero ninguno de los dos era pequeño, así que Bishop tomó la silla de madera a un lado mientras comía una buena porción del pastel.

"Tal vez tú puedas presentarle una agradable chica," dijo su madre de un momento a otro, mirando de Bishop a él. "Pareces un hombre que sabe elegir su compañía."

Bishop la miró, dándole una sonrisa amable antes de bajar la vista a su plato. "Creo que Mason no está interesado en tener una relación por el momento."

Asintió. "Estoy ocupado, mi trabajo no es tan fácil como podría parecer."

"Pero puedes contactar a alguien de otras formas. Existen apps o algo así para eso, ¿no?"

Olivia hizo un sonido de disgusto. "Mamá..."

Una risa ronca salió del hombre sentado a su lado. "Mason es un buen hombre, estoy seguro de que alguien por ahí está esperando pacientemente a que él esté preparado para tener una relación." Sus ojos se encontraron y Mason no pudo apartar la mirada, absorbiendo las palabras de Bishop como una esponja, sintiendo un hueco en el estómago. Él tampoco apartó la mirada mientras seguía hablando. "Y esa persona está lista para hacerlo feliz cuando Mason lo decida."

Apartó la mirada cuando el calor en su rostro se volvió demasiado. Olivia y Brody los estaban mirando con suaves sonrisas cómplices que Mason no tenía energía para corregir. ¿Qué demonios estaba haciendo? No había tocado el tema y era obvio para él que Bishop estaba hablando de sí mismo. Maldición. Enterró el tenedor en su pastel y se llevó un gran trozo a la boca mientras las palabras seguían repitiéndose como un casete sin fin. 

Su padre se aclaró la garganta. "Sí, bueno. No creo que esa persona esté dispuesta a esperar tanto antes de sentir que está perdiendo el tiempo en alguien que no tiene interés."

"No creo que sea así," intervino Olivia, dándoles una mirada rápida antes de encogerse de hombros hacia su padre. "Las personas hacen cosas raras por amor. Tal vez este sea uno de esos casos."

Su madre hizo un sonido negativo. "Si no sientes nada por esa persona, díselo antes de que termines lastimándola." Ella frunció el ceño, luciendo extremadamente seria. "No quiero que ilusiones a alguien sin realmente sentirlo, quiero que tengas esa relación con una persona que te interese de verdad. Sé un hombre y habla con ella, deja las cosas claras."

Sí. Tenía que darle la razón en ello supuso. Era cierto. 

¿Qué sentía por Bishop? Era la pregunta a la que necesitaba darle una respuesta. ¿Qué es lo que él mismo quería y sentía? La etapa en la que se molestó consigo mismo y negó que sentía atracción hacia su mismo género había quedado atrás desde hacía semanas, así que solo tenía que resolver un par de cosas más antes de encontrar esa respuesta que estaba al final del arcoíris, convenientemente.

Después de terminar el pastel, todos comenzaron a despedirse luego de ayudarle a limpiar un poco. Recibió un húmedo beso de su madre en la mejilla y un largo abrazo de su padre diciendo que fuera de visita cuando pudiera, Brody chocó puños con él y le dijo que quería ver a Bishop en su partido la próxima semana. 

Mason tomó a Josh en brazos mientras que Olivia y él se acercaban a la puerta.

"No tomes lo que mamá y papá dijeron en serio. Ve a tu ritmo. Estarás listo cuando estés listo," dijo ella, poniendo una mano en su mejilla antes de darle un suave beso en la otra mejilla. "Pero, ¿puedo preguntar algo?"

"¿Qué?"

Ella sonrió grande y adorable. "¿Estás saliendo con Bishop?"

"Yo... no." Sacudió la cabeza mientras soltaba un largo suspiro y miraba en la dirección del hombre que estaba hablando con Brody animadamente. "No sé qué estoy haciendo, Liv. Nunca he salido con un hombre y creo... agh, creo que de verdad me gusta. Pero lo voy a arruinar."

"No lo harás, tonto." Ella sacudió sus hombros, haciendo que Josh se riera por el movimiento. "El chico está babeando por ti, derramando esas palabras frente a tu familia y siendo un caballero aunque nuestros padres han sido bastante intensos esta noche. Inténtalo, por favor. Quiero verte feliz, en una relación con alguien que te quiere. Y no tengo ninguna duda de que ese sujeto, te quiere de verdad." Sonrió con suavidad y le revolvió el pelo antes de tomar a Josh en sus brazos. "Sé feliz, Mason. No pienses demasiado y solo salta a lo que quieres, sin pensar en lo que quiere mamá o papá. Ellos ya hicieron sus vidas, es nuestro turno. Habla con Bishop, honestamente."

Asintió mientras la acompañaba a la camioneta, en silencio mientras pensaba. Le ayudó a poner a Josh en su silla para bebés y luego le dio un último abrazo antes de despedirse de ella y papá, que estaba conduciéndola a su casa. Su madre sacudió la mano hacia él con una sonrisa pequeña y le dijo adiós a Bishop también antes de seguir a la otra camioneta.

Después de perderlos con la mirada, él se giró para mirar a Bishop, sorprendiéndose de verlo tan cerca, justo detrás de él con las manos en los bolsillos del pantalón, luciendo ridículamente apuesto. Mason le dio una rara sonrisa. "¿Todavía quieres esa cerveza?"

"Sí."

Un pesado brazo rodeó sus hombros y caminaron hacia la casa de esa manera, chocando contra el otro a un lento paso. Mason se tomó la oportunidad de inhalar el familiar y agradable aroma del hombre una vez más. Era casi demasiado bueno, como si quisiera ponerlo en una botella y rociarlo en su almohada para poder dormir por las noches como un bebé. Y maldición si ese no era un raro pensamiento. ¿Cómo podía seguirse engañando con que no le gustaba Bishop? Carajo, claro que le gustaba el hombre. 

Tomó un par de cervezas ligeras del refrigerador y le dijo que lo siguiera hasta el patio trasero donde tenía una banca de metal parecida a las de su madre y una mesa para cuando estaba de humor para comida de parilla. No esperaba menos cuando Bishop se dejó caer justo a su lado.

"Fue una noche interesante," dijo, girando la botella en sus manos. Bishop pasó el brazo por detrás de su espalda y asintió mientras tomaba un trago de su cerveza. "No quería que te sintieras presionado de alguna manera. Creo que solo necesitaba algo que me hiciera sentir menos... incómodo con mi familia."

"¿Funcionó?"

"Sí," dijo con una sonrisa, asintiendo. "Lo hizo."

"Entonces está bien. Además, tu familia no es tan terrible." Bishop tocó el borde de su oreja con un dedo, haciéndole cosquillas. "Creo que puedo tomarlo bien."

"No, no tienes que hacerlo. Ellos son mi problema."

"Um, ya veo."

Mason lo miró. "¿Qué pasa?"

"Nada. Solo pensaba." Bishop se giró más hacia él, todo su cuerpo enfrentándolo. "¿Hay algo más que quieras hacer?"

"¿Esta noche?" preguntó. Bishop asintió cortamente. Mason lo pensó por un momento, y sí, tal vez había algo que él quisiera hacer, pero no estaba seguro de si debía o cómo tenía que hacerlo. Así que se encogió de hombros y miró hacia él. "No lo sé."

"Creo que sí." Bishop se inclinó más cerca de él, el dorso de su mano frotó las mejillas de Mason con suavidad antes de delinear su mandíbula con un dedo. "Puedes decírmelo, cariño."

"¿Quieres pasar la noche aquí?"

Él sonrió antes de sacudir la cabeza, como si supiera que Mason estaba tratando que esquivar la conversación. "No puedo. Tengo seminario temprano, recuerda."

"Puedo llevarte, y mañana no trabajo, así que puedo cuidar a los gatitos mientras estás en clase y luego pasar por ti cuando termines, para llevarlos al veterinario."

"Wao," dijo con una sonrisa tonta en los labios, su mirada tan suave e íntima que Mason sintió un escalofríos recorrerle la espalda. "Tú piensas en todo, ¿no es así?"

"Es conveniente," dijo con una pequeña sonrisa. "Es un buen plan. ¿Has pensado en nombres para ellos?"

"No todavía. ¿Tienes algunas sugerencias para mi, soy todo oídos."

Sacudió la cabeza mientras se reía. "Solo preguntaba, pero um... ¿qué te perece Billy y Mandy? Es un clásico."

"Son dos niños, no puedo nombrar a uno Mandy. Te aseguro que no le gustará."

"Entonces Bill y Billy, son buenos nombres. Nunca los olvidarás."

Bishop se rió pero asintió con una suave sonrisa. "Está bien." Después tragó con fuerza, apretando los labios mientras veía a Mason fijamente. "¿Puedo ser honesto contigo y no te asustas?" Mason asintió de inmediato. Bishop soltó un suspiro casi melancólico. "Realmente quiero besarte ahora mismo."

"Uh..."

Bajó la mirada a su cerveza, contemplándola mientras esperaba que su cuerpo se calmara y dejara de sentirse como si estuviera a punto de explotar. Era patético, Dios. 

Un beso, eh. Eso era un gran paso, era algo grande al menos para él. ¿Qué sentía Bishop después de preguntarle eso? ¿También sentía el hormiguero subiéndole por el estómago hasta explotar en su pecho y extenderse como una masa cálida que lo hizo sentir raro?

"No creo que esa persona esté dispuesta a esperar tanto antes de sentir que está perdiendo el tiempo en alguien que no tiene interés."

Las palabras de su padre regresaron a él, golpeándolo duro. Tenía toda la razón. Bishop y él habían estado bailando alrededor del tema por meses, y Mason se sentía raro y divertido cuando estaba con él. Le gustaba pasar el tiempo con el hombre, hablar, compartir sus comidas o solo ver la televisión. No podía imaginar lo que haría si eso le fuera arrebatado por su propia culpa. Y no tenía derecho de mantener a Bishop a la espera hasta que él resolviera todo en su cabeza. Pero tampoco quería dejarlo ir, porque lo quería. 

Quería seguir estando a su lado por más egoísta que eso sonara.

Finalmente, levantó la cabeza y asintió con un torpe movimiento. Bishop exhaló, con alivio y alegría extendiéndose en todo su rostro antes de que dejara su cerveza en el suelo y acunara el rostro con ambas manos, presionando sus frentes juntas con tanta suavidad, casi devoción, que hizo a Mason cerrar los ojos y apoyarse en él por completo, ciegamente.

Y cuando sucedió, el cosquilleo en su estómago se convirtió en una explosión. Los gruesos labios estaban fríos, suaves y agradables contra los suyos. Mason separó la boca, atrapando el labio grueso entre los suyos, deseando que fuera más, quería probarlos más, pero tan pronto como empezó, el beso terminó. Dejándolo con ganas de más.

Pero la sonrisa suave de Bishop se volvió suficiente de pronto. "Gracias," susurró contra su mejilla. "No sé si sea un buen momento para preguntarlo, pero, Mason, ¿quieres salir conmigo?"

"Sí," jadeó, tomando las manos frías de Bishop dentro de las suyas. Su corazón latía como loco dentro de su pecho, tan fuerte que él probablemente podía sentirlo también. "Quiero eso."

"Dios." La voz de Bishop sonó baja, quebrándose con sorpresa y otro tipo de emoción. "Sí. Sí. Te cuidaré tan bien, todo lo que quieras es tuyo."

Mason se rió. "¿Has estado esperando esto por mucho tiempo?"

"Desde que te conocí," respondió, presionando los labios fríos sobre su mejilla calientes. "Supe que estaba perdido cuando caíste al río. Te veías tan adorable avergonzado y rojo." Se rió contra su mejilla. "Y después te pusiste mi ropa y me volví una masa tonta. Desde el primer día, Mason. Lo juro."

"Te creo."

"Estoy tan feliz que no creo que pueda dormir esta noche."

Mason frotó sus manos. "Tienes que hacerlo, tienes clases mañana. De hecho, deberíamos ir a dormir temprano."

"Pero no puedo."

"Sí puedes." Bostezó, un poco sorprendido de su propio cansancio. También se sentía raro y gracioso por dentro y por fuera, pero ahora solo quería conseguir el trasero de Bishop en la cama para que descansara apropiadamente. "Puedes tomar la habitación de invitados."

Él hizo un sonido raro antes de separarse y mirarlo a los ojos. "Pero los gatitos hicieron un desastre en tu habitación, yo dormiré ahí."

"Está bien, si es lo que quieres." Pasó una mano sobre el cabello de Bishop y le sonrió. "Vamos, es tarde. Te prepararé el desayuno antes de que salir."

Bishop le dio un beso en la mano. "Eso suena muy bien, en realidad. Podría acostumbrarme..."

No hubo otro beso, no más labios tocándose. Todo fue muy inocente, pensó mientras se cambiaba de ropa en la habitación de invitados y se metía debajo de las sábanas. Fue tan... se rió como un adolescente enamorado. Fue lindo, casi cursi y demasiado bonito, pero fue perfecto. Mason no sabía que necesitaba eso tanto. Cerró los ojos después de poner una alarma, enterrando la cara en la almohada, dejando que todo el peso del día finalmente lo durmiera, mientras soñaba con cierto hombre que estaba durmiendo al otro lado del pasillo.

Tuvieron una linda mañana, desayunaron y luego lo llevó a la Academia. 

Y si le robó un beso antes de que Bishop se bajara del auto, pues, nadie tenía que enterarse.

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