
Capítulo 8
Probablemente tendría más de ocho días viviendo con Rex, y era mucho mejor que vivir con los chicos de la manada. El olor a la idiotez no se sentía en este hogar, solo el suave aroma de Rex y sus productos de cuidado
"Puedo llevarte al trabajo." Ji-Tae terminó de servir la cena y se sentó, dejando a Rex servirse la ensalada a su gusto. Cortó carne y masticó, esperando su respuesta, pero él se llenó las mejillas sin verlo. Levantó una ceja. "¿Rex?"
"No tienes que hacerlo," él dijo un segundo después con una sonrisa extraña. Apenas lo miró. "Mi auto funciona bien y no es tan lejos de aquí."
Un poco terco, ¿no? Le dio un golpecito en el pie por debajo de la mesa haciendo que él levantara la cabeza. "Quiero hacerlo. Sé que estás acostumbrado a trabajar de noche, pero nunca es demasiado seguro. ¿En qué área es?"
"Solo a unas calles de aquí. Es bastante seguro, lo digo en serio."
"De acuerdo." Si él decía que lo era entonces debía serlo. "¿Qué es lo que haces?" No sabía de muchos trabajos que funcionaran de noche. Él mismo jamás había tenido un trabajo real. ¿Debería conseguir algo ahora que estaba apartado de la manada? El dinero seguía llegando por parte de Ian, pero recibir algo por sí mismo tenía que ser agradable y satisfactorio también. "¿Debería conseguir un trabajo también?"
"¿Qué? ¿Por qué?"
"Solo pensaba..."
"No lo hagas." Rex sonrió, apoyando el rostro en una mano. "Si lo haces no podría verte todo el día."
Suspiró una risa. "Soy más que una cara bonita. Puedo ser bastante útil en trabajo manual."
"Sí, puedo imaginarlo. Eres muy bueno con las manos." Su tono le hizo sentir el rostro caliente. Quizás luego de un par de días desde que lo hicieron por primera vez, ellos apenas se habían mantenido lejos del otro y Ji-Tae comenzaba a entender qué era lo que hacía tan interesante al sexo. Por supuesto, Rex era... increíble. Se aclaró la garganta, apartando la mirada y lo escuchó reírse. "Pero lo decía en serio, no tienes que hacerlo, de verdad. Incluso si cayeras en banca rota, yo te ayudaría con lo que sea. Hago decente dinero."
"Ah, es cierto, ¿qué es lo que haces?"
"¿Yo? Um... trabajo en un bar." Se encogió de hombros. "Nada lujoso, pero las propinas son buenas." Su rostro se tornó divertido cuando sus cejas se levantaron. "Muy buenas."
Un bar. Frunció el ceño, bajando la mirada a su comida. "No tratas con idiotas que intentan sobrepasarse, ¿o sí?"
"Bueno, siempre hay algunos que se creen más listos y quieren buscar suerte." Ji-Tae soltó un gruñido bajo que ni siquiera intentó contener. Rex levantó las manos en el aire. "Pero no es demasiado problemático, mi jefa siempre lo mantiene todo bajo control. No tienes que preocuparte de que alguien se me acerque demasiado. No hay nadie como tú."
"La primera vez que te conocía estabas con esos bastardos. Dijiste que los conociste en el trabajo. ¿Han regresado?"
"Nah. Están en la lista negra ahora."
Asintió, dejando los cubiertos sobre la mesa. "Me gustaría ir algún día. No es no me guste donde trabajas, es solo..." Mi tigre se siente loco cada vez que tenemos que verte partir. La cosa sobre el lazo era que... necesitaba la cercanía. Ian dijo que se sentiría ansioso cada vez que estuvieran alejados y lo sentía ahora. Y lo desgarraba lentamente por las noches cuando la cama estaba vacía. Se frotó el cuello con un suspiro. "No puedo confiar en los demás." No podía solo confesarle que eran compañeros. Lo que eso implicaba era quizás demasiado para que un humano lo comprendiera, era más fuerte que el matrimonio y no podía romperse jamás o solo les quedaría la miseria por el resto de sus vidas. No dudaba de lo que Rex sentía, pero todavía... Ji-Tae no era el más adecuado para él.
Apostaba que Rex tendría mucha mejor química con alguien como Grayson.
No un desastre emocional y gris como él lo era.
Y aún así, le gustaba Ji-Tae.
Rex era tan dulce.
"Entiendo lo que dices." Se sorprendió cuando Rex se dejó caer sobre sus piernas en un momento cuando se distrajo en sus pensamientos. El hombre pasó los brazos por detrás de su cuello y lo miró a los ojos con una gentil expresión. Ji-Tae suspiró antes de dejar caer el rostro en su cuello, envolviendo su cintura con cuidado y respirando profundamente en su piel. "Pero he trabajo en esto por seis años, y ya sé cómo funcionan las cosas en lugares así. Me gusta esto, debo admitirlo," se rió un poco haciendo a Ji-Tae mirarlo. Rex sonreía ampliamente metiendo la mano en su cabello. "Es lindo tener a alguien que se preocupa por mi. Incluso si estás un poco celoso... se siente bien."
Sus mejillas se calentaron. "No estoy celoso."
"¿De verdad?"
Bueno, no podía decir que le agradara la idea de que en el trabajo intentaran seducir a Rex, y era estúpido porque no quería ser ese tipo de persona especialmente cuando no aceptaba que el humano era su compañero, probablemente. Pero... no quería que nadie más lo tocara. Su tigre estaba siendo testarudo en esa parte y estaba consumiendo a Ji-Tae lentamente con los mismos sentimientos.
Escondió el rostro nuevamente en su cuello y lo escuchó reírse con más fuerza.
Las vibraciones en su piel eran tan relajantes.
Lo vio arreglarse para salir sintiéndose extraño como cada vez. Rex tomó su mochila y se la colgó en el hombro antes de ponerse una gorra de beisbol en la cabeza rosada. Recogió las llaves de su auto y Ji-Tae lo siguió fuera del apartamento hasta los estacionamientos.
La puerta del auto de Rex chirreó cuando la abrió causándole una mueca a Ji-Tae. Entendía el amor de Rex por el viejo auto, pero le frotaba de la peor manera verlo subirse en esa cosa que estaba a unas usadas de caerse en pedazos. Le dio una mirada y él se encogió de hombros.
"Funciona bien."
"Sé que lo hace, es solo que no se siente muy seguro." Revisó su bolsillo en busca de las llaves de su auto y se las dio, volviendo a abrir la puerta del auto. "Puedes llevarte el mío. Necesito hacer unas cosas con el tuyo o tendré un ataque al corazón cualquiera de estos días."
Rex miró sus llaves con ojos brillantes. "¿Estás seguro? ¿Qué pasa si le hago un rayón?" Las había tomado antes de terminar su pregunta y Ji-Tae sonrió, frotándole la espalda.
"Está bien. Lo arreglaré si lo haces."
"Dios. ¿Cómo es que eres real?" Rex se lanzó a sus brazos y lo besó profundamente. Ji-Tae suspiró, presionándolo contra su propio auto y deslizando las manos hasta su trasero. Rex se separó con un gemido y los ojos oscurecidos. Se lamió los labios y se quejó mientras le tocaba el pecho. "Estás haciendo tan difícil irme. Lo estás haciendo apropósito, ¿no?"
Presionó los labios. "¿Yo?"
"Si tuviera un poco más de tiempo lo haríamos en tu auto, pero realmente tengo que irme ahora." Tiró de Ji-Tae más cerca por otro beso profundo y apasionado antes de detenerse y dejar suaves besos por su mejilla y el cuello. Estaba duro, Ji-Tae también, y realmente no podían hacer nada por ello ahora. Esta era la clase de frustración que no había conocido antes y realmente la detestaba. Gruñó cuando él salió de sus brazos y rodeó el auto. Rex le dio un guiño. "Te enviaré un mensaje al llegar. Por cierto, ¿qué piensas hacer con mi auto?"
Mandarlo al deshuesadero.
Se frotó el cuello, suspirando. El auto no estaba tan mal, solo necesitaba ser llevado con un buen mecánico. "Conozco gente que trabaja con autos, lo llevaré a revisar." Aunque tendría que ver si había alguien dispuesto a trabajar a esta hora.
Rex sonrió al encender su auto. "Bien. Solo sé gentil con él, ¿sí? Ha pasado por muchas cosas conmigo. Realmente no quiero perderlo."
Decía eso, pero estaba acariciando su auto con muchas ganas. Por supuesto, su auto era una belleza.
Asintió.
"Tal vez llegue a casa un poco después de ti, pero vendré. Ten cuidado." Se inclinó sobre la ventana abierta y lo miró a los ojos. "Si alguien intenta algo, solo avísame."
"Uh... sí." Con las mejillas encendidas, Rex se masticó el labio. Sus ojos largos se veían como cuando comenzaban a hacer cosas sucias y Ji-Tae sintió el aire espesarse con el olor de la excitación de Rex. "Mierda, realmente no hay tiempo. Mañana." Rex apretó las manos en el volante. "Lo haremos mañana."
Se rió. "De acuerdo. Maneja con cuidado."
"Tú también. ¿Un beso para la suerte?"
Lo besó con suavidad, cerrando los ojos con el corazón palpitando con fuerza. Se separó y palmeó el techo del auto antes de apartarse.
Se sintió igual de terrible como cada vez que lo veía partir. Pero al menos estaba yéndose en la seguridad de su auto. Ahora, esta otra cosa...
Se volteó para ver el viejo sedán. Rex lo conducía como un experto, pero Ji-Tae no podía estresarse cuando escuchaba que el auto hacía sonidos extraños. Incluso cuando se sentó para encenderlo, el auto cedió bajo su peso y chirreó. Apretó los dientes y se puso el cinturón antes de salir.
De camino, hizo una llamada.
Grayson contestó casi de inmediato.
"¿Hola?"
"Grayson, ¿el taller de tu ex sigue abierto a esta hora?"
"¿Mi ex...?" Ji-Tae apretó los labios y esperó hasta que el otro tigre gruñera. "Maldito bastardo. Sabes que Marcus y yo jamás salimos, solo tuve una cosa por él pero jamás me tomó en serio. ¿Estás buscando pelea a esta hora? ¿Estás loco?" Se detuvo de golpe y dijo algo en el fondo. "No es nada. Ryou está molestándome porque su vida es aburrida. Sí, estaré ahí en un momento." Se rió en voz baja y Grayson gruñó con más fuerza. "¿Tienes idea de lo posesivo que Lewis es? Nos destrozaría en segundos."
"Te lo mereces por lo de la última vez. Entonces, ¿está abierto el taller?"
Lo escuchó suspirar. "Realmente lo dudo, hermano. Marcus tiene a su hija y es muy estricto con su tiempo familiar, probablemente haya cerrado desde temprano. ¿Algo le pasó a tu auto?"
Apretó los dientes. ¿Realmente tenía que decirle?
"Mi auto está bien. Es el auto de alguien más."
"Oh. Esa persona con la que estás saliendo."
"Mhm."
"Mierda, no tienes que ser tan apretado con esto. Así que finalmente perdiste la virginidad, okey, gran cosa. Madura."
"¿Lo estás diciendo tú?"
"Ahora que encontré a mi compañero soy otra persona. Ese tipo de cosas te cambian. Quizás te ayude a ser menos jodidamente denso."
Hizo una mueca. "Yo creo que sigues siendo igual de idiota."
"Vete al demonio." Hizo una pausa antes de chasquear la lengua. "Creo que los zorros podrían ayudarte. Sé que están reparando autos en la granja, no creo que rechacen dinero incluso a esta hora. ¿Tienes el número de Jaxon?"
"Puedes enviármelo."
"Bien. Puedes decir gracias."
"Nunca." Giró hacia la entrada de la carretera hacia el pueblo y suspiró. "Gracias," murmuró entre dientes y terminó la llamada.
Grayson tenía razón. Le hizo una llamada a Jaxon y el zorro contestó casi de inmediato, diciendo que podía venir en cualquier momento. Agradecido por ello, se dirigió directamente a los terrenos detrás de las montañas donde los zorros se habían establecido en una granja que comenzaba a tomar forma.
La casa principal se veía fuerte y remodelada modernamente, y sus establos se veían bastante bien. Ji-Tae no sabía mucho sobre el trabajo en el campo, pero parecían tener todo en orden por aquí.
Cuando se detuvo frente a la casa el auto hizo un sonido chirriante que le hizo exhalar. Los hombres salieron un momento después y Ji-Tae los saludó con la cabeza, porque realmente no recordaba bien sus nombres.
Pero sí recordaba a Jaxon, porque el zorro era pelirrojo. Era más joven que él, como unos tres años, pero parecía ser bastante maduro. Se acercó primero a él como el líder de la manada.
"Pensaba que los tigres solo tenían autos de lujo, pero supongo que no es así." Estrechó su mano y se apartó un poco para observar el auto. "¿Qué es esto?"
"Hey, más cuidadoso con tus palabras. Este auto es de..." Se pasó la mano por el rostro y suspiró. "Es de alguien cercano a mi, y significa mucho para él. ¿Creen que puedan ayudarme a hacerlo mejor?" Jaxon levantó una ceja y él asintió. "Les pagaré lo que quieran si está listo para la mañana."
"Yo solo soy un ayudante. Carter..." Señaló al hombre a su derecha. "Carter se encarga de las reparaciones."
Carter se frotó el cabello con la vista en el auto. "No debe estar tan mal si viniste conduciendo esa cosa. ¿Puedo echarle un vistazo primero? No quiero arriesgarme a decir que sí y que sea demasiado trabajo para la mañana."
Le entregó las llaves. "Adelante."
"Anthony, ¿puedes darme una mano con esto?" Uno de los, uno muy corpulento, asintió y se acercó para levantar la tapa del auto. "Cash, mis herramientas están en el establo. Consíguelas por mi, ¿sí?"
Otro sujeto más delgado asintió, saltando las escaleras para trotar hacia el establo abierto a un costado de la casa.
"Claro."
Jaxon le palmeó el hombro. "Puedes entrar mientras tanto. Eres el único de los tigres con quien no he hablado mucho. Estaba sorprendido de que siquiera te acordaras de nosotros."
"En un lugar como este, tienes que recordarlos a todos." Entró a la casa y observó desvergonzadamente alrededor. Estaba bastante limpio para ser una casa que compartían cuatro hombres jóvenes. Aunque no era la casa más decorada, tenían un enorme televisor en la sala con una consola de videojuegos conectada. Era como ver la habitación de los chicos unos años atrás. Si tuvieran luces led de colores, sería casi lo mismo. Aunque no apestaba aquí. Olía a flores... Se dio la vuelta, mirando la línea de difusores y luego escuchó lo reírse detrás de él. "¿Sensibles a los olores?"
"Bastante, en realidad. Esto es solo algo que intento hacer de hábito por aquí." Jaxon se cruzó de brazos y señaló al otro lado de la sala donde habían inciensos con aromas relajantes. "Trabajamos con heces de animales, composta, alimento, tierra, aceite, al final de día solo queremos un lugar donde podamos descansar de todo eso."
Recibió un vaso de limonada y tomó un sorbo. "Escogieron una línea de trabajo interesante."
"Era lo más sencillo, lo mejor que se nos daba para hacer dinero tan rápido como pudimos." Se sentaron en los sofás de la sala y Jaxon suspiró, frotándose el rostro. Tenía los ojos verdes más impactantes que alguna vez había visto, brillantes y, honestamente, apabullantes. "Y estamos haciéndolo bien. Claro, todavía aprendemos en la marcha, pero pudimos renunciar a nuestros trabajos en el pueblo para dedicarnos completamente a esto. Carter tiene su taller, Cash y Anthony son buenos consiguiente clientes y nuevos contratos, y yo me encargo de asegurarme de que el dinero alcance para todo lo que necesitamos."
"¿Las cosas están apretadas?"
Él hizo una mueca. "Estamos viviendo casi al límite, pero mucho mejor que hace unos meses. Ahora podemos comprar más cosas. Tenemos más ganado, más animales, pero eso es costoso también. Nos gusta pensar más a futuro, invertir ahora y disfrutarlo más tarde." Sonrió sin ningún tipo de arrepentimiento. "Un trato como el tuyo no es algo que íbamos a rechazar, incluso si no pagabas nada. No siento como que seamos totalmente aceptados en la comunidad todavía. Sé que mi padre... las cosas que hizo hicieron que vean a nuestra especie como bestias. Pero estamos intentando cambiar eso."
Todavía recordaba esa noche que fueron a rescatar a Luke.
Un verdadero bastardo enfermo. Kenyon no merecía habérsele perdonado la vida luego de abusar del compañero de su hijo. Todas las otras cosas que hizo también, aislar a su manada, echar a los omegas con la excusa de que eran débiles y que no eran necesarios. Separó a tantas familias que incluso uno de ellos vivía en su manada. Aunque luego de una larga búsqueda, Gabe se había reencontrado con sus padres.
Ji-Tae ni siquiera podía imaginar la manera en que explotaría si su padre llegara a ponerle las manos encima a Rex.
"Son buenos chicos," le dijo. Eran hombres que trabajaban honestamente para ganarse la vida. Respetaba eso. "Entonces... ¿harían la reparación gratis?"
"Ya te ofreciste a pagar." Jaxon le dio una sonrisa de negocios y Ji-Tae se rió. Solo estaba bromeando. "Realmente no podemos rechazar ningún ingreso en estos momentos."
Asintió y se levantó cuando la puerta delantera se abrió. "Seré generoso. Solo necesito que lo reparen y deje se sentirse como si fuera a despedazarse en el camino."
Carter se rió, limpiándose las manos con un pañuelo.
"Entonces tienes un trato. El auto no está realmente despedazándose, pero necesita algo de mano en él. Tengo todo lo que necesito para trabajar. Y el motor está en perfectas condiciones."
Eso era un alivio. "De acuerdo. ¿Mañana temprano?" Odiaba pedirles que trabajaran en un horario así, pero realmente quería estar con Rex al amanecer.
La incómoda comezón en el cuerpo solo la podía ignorar por un tiempo hasta que volvía a sentirse vacío y a pensar en Rex.
Carter aceptó y luego lo acompañaron afuera de la casa.
"¿Vas con los tigres?" Jaxon lo miró desde las escaleras. "Puedo darte un aventón."
"Lo apreciaría."
Jaxon tenía una vieja Toyota que estaba brillando como si fuera nueva. El zorro sonrió al comenzar a conducir en la oscuridad con las luces altas. "Carter es increíble con los autos. Su taller está bastante reducido pero puede hacer suceder las cosas. Este auto es del 2010, no lo creerías, ¿eh?"
Pasó los dedos por el tablero brillante. "Hizo un gran trabajo."
"Sí... Entonces, ¿eres el último de los tigres sin encontrar a su compañero?"
Hmm. No estaba seguro de cómo responder a eso. Solo se sentía como si Rex lo fuera, pero no había una manera exacta de decirlo. Así que si se dejaba llevar por sus instintos, entonces tenía que decir que sí.
"Michael todavía no lo hace," dijo, volteando la cabeza hacia fuera de la ventana. El frío de la noche se sentía bien en su rostro. "¿Qué hay de ustedes?"
"Bueno, ya sabes... mi asunto con Luke es complicado. Los demás todavía no encuentran a su compañero." Chasqueó los labios y entró a la carretera principal de camino al centro del pueblo. "Creo que están demasiado ocupados para realmente pensar en eso ahora. Es algo sobre nuestra raza, pero no podemos considerarnos buenos compañeros si no tenemos una vida estable primero donde seamos capaces de proveer para nuestras familias. Seguimos trabajando en eso."
Asintió, mirándolo por un momento. "¿Cómo puedes soportar estar lejos de tu compañero? Han pasado años desde lo que pasó con Kenyon." Apretó los dientes. "¿No te sientes ansioso de ir con él?"
"Todo el tiempo." Se rió sin mucho ánimo antes de ponerse serio y apretar las manos en el volante. "Pero Luke tiene sus propios asuntos en los que trabajar como para ir allá y darle más problemas. Solo le estoy dando su espacio, esperando que en algún momento... él se sienta cómodo al estar conmigo. Me evita como la plaga y sé que no es porque me odie, o porque me culpe de lo que hizo Kenyon, pero... todavía soy su hijo. Su sangre corre dentro de mi cuerpo y debe apestarle." Se había vuelto un bulto triste y luego se sacudió, mirándolo brevemente. Se encogió de hombros. "Me da más tiempo de convertirme en alguien decente con quien quiera pasar el resto de su vida."
"No apestas," murmuró en voz baja. Recordaba la pelea con Kenyon y el rescate de Luke, recordaba los olores y el apestoso aroma del alfa. Como si se hubiera revolcado en un montón de mierda y vómito. No estaba seguro de por qué era así, pero realmente apestaba. Al entrar a la calle del pueblo, Jaxon le dio una sonrisa y Ji-Tae miró al frente. "Supongo que tienes razón en darle su espacio hasta que quiera venir contigo por voluntad propia. Su pasado... no es importante. Lo que importa es lo que significa para ti."
Lo escuchó reírse con la voz ronca. "Hombre sabio."
"¿Puedes ser padre?"
La camioneta se desvió bruscamente. Ji-Tae se aferró de la puerta antes de que volviera a enderezarse. Le lanzó una mirada, pero él estaba mirando al frente con la boca abierta y tan rojo que parecía del mismo color que su cabello.
"Yo..." El chico boqueó sin palabras antes de sacudir la cabeza y exhalar temblorosamente. "S-solo si Luke quiere. Realmente no es una necesidad, pero sí..." Escondió el rostro en su mano y suspiró. "Es posible."
"Como Gabe," mencionó. El omega de la manada era un zorro y uno muy especial. Ji-Tae siempre se sentía cómodo con él y la explicación de Ian decía que era porque aunque era un hombre, el omega representaba el calor materno en una manada. En pocas palabras, el tigre de Ji-Tae lo veía como una mamá. Lo que era bastante perturbador. "Tenemos un cachorro en casa. Es genial."
"Evan nos dijo, y Gabe nos ha visitado también, pero todavía no hemos tenido el placer de conocer al pequeño Joseph. Y tenemos mucha curiosidad. ¿De verdad puede transformarse en un tigre y un zorro?" Ji-Tae asintió orgulloso y Jaxon maldijo. "¡Eso es increíble!"
"Absolutamente."
Se detuvo delante de la casa de la manada poco después y se despidió con la mano fuera de la ventana. Ji-Tae respiró profundamente, inhalando el aroma del bosque y de la naturaleza. Realmente le gustaba vivir con Rex en su apartamento, pero jamás tendrían esta vibra en la ciudad. Incluso el sonido de los grillos a lo lejos le hizo sentir en paz.
"¿Finalmente viniste?"
Se congeló antes de llegar a las escaleras. Esa voz la reconocería en cualquier parte del mundo para su pesar. Su corazón palpitó con fuerza y se dio la vuelta, frunciendo el ceño cuando vio a su padre de pie a unos metros de la casa, casi escondido detrás de un árbol.
"¿Qué estás haciendo aquí?"
"¿Qué demonios crees?" Su tono tranquilo no ocultaba la ira vibrando debajo de su piel ni en su mirada. "Vine a hablar con mi maldito hijo. ¿Dónde estabas?"
"Realmente no es tu asunto. Te dije que no iba a hacer lo que querían, y no regresé para disculparme."
"Eso ya no importa ahora. Lograste lo que siempre has querido: poner el nombre de tus padres en vergüenza." Su padre sacudió la cabeza con una sonrisa irónica. "Cancelamos la reunión y sus padres nos dieron la espalda de inmediato porque deshonramos el nombre de su hija. Ahora todos en Corea saben que tenemos un hijo malagradecido que es un bueno para nada. Nadie querrá involucrarse contigo ahora. ¡Ni siquiera si tu madre y yo lo pedimos de rodillas! Tendremos suerte de si alguna hija bastarda te considere lo suficientemente atractivo para intentarlo contigo. ¿Qué estabas pensando? ¿Sabes lo devastada que tu madre se encuentra?"
Yo, yo, yo, yo, tu madre y yo... eso era todo lo que Ji-Tae podía entender en sus palabras.
"¿Qué hay de mi?" Apretó los labios, odiando sentirse mal por dentro. Su padre hizo una mueca y Ji-Tae apretó las manos en puños. "¡¿Alguna vez vas a pensar en lo que yo quiero?!" Le dolía la garganta.
Su padre se burló. "¿Y qué es lo que el gran señor quiere?"
Odiaba sentirse como un niño pequeño bajo la mirada divertida de su padre. "Quiero estar con la persona que me gusta. Quiero tomarlo como mi compañero y ser feliz con él."
"¿Eso es todo?" Lo vio lanzar los brazos al aire con una expresión llena de disgusto. "¡Esa puta fantasía! ¡No existe!" Estaba rojo al gritar. Salió del bosque y caminó directamente hacia él con las manos cerradas en puños. Ji-Tae se endureció solo para estar preparado pero su padre solo le tomó del cuello de la camiseta y lo sacudió. Sus ojos... parecía estar demente. ¿Realmente había perdido la razón al aislarse en la montaña? "Los compañeros no son reales, y el bastardo que te llenó la cabeza de eso se hace llamar alfa. Es solo una pobre excusa líder."
Ji-Tae estaba tan cansando que ya su voz ni siquiera podía elevarse. "Si soy tal decepción para ustedes, ¿por qué siguen buscándome?"
Por un segundo, por solo un pequeño segundo, sintió que su padre lo miró diferente a como lo vio en toda su vida. Casi esperó escucharlo disculparse, pero eso no era así. El hombre que conocía como su padre jamás se disculparía con él.
"¿Qué estás haciendo aquí?"
Su padre lo soltó bruscamente cuando la voz Ian se escuchó a su espalda. Ji-Tae se arregló la ropa, viendo a dos tigres rodearlo antes de que Ian se parara a su lado. Su padre tensó la mandíbula, levantando los labios con disgusto.
"Vine a hablar con mi hijo," dijo entrecerrando los ojos. "¿Tampoco tengo eso permitido?"
Ian gruñó. "Te dije que lo dejaras en paz."
"¿Qué?" Ji-Tae volteo a ver a su alfa. "¿Hablaste con él? Pensé... tú me dijiste que no había venido por aquí."
La risa áspera de su padre le hizo apretar los labios. Ian lo miró a los ojos sin decir nada. "A ese que llamas tu alfa, te miente. Qué armoniosa manada."
Uno de los tigres rugió y se acercó a su padre con los colmillos extendidos.
Ian abrió la boca y asintió. "Hablaremos en un momento. Te lo puedo explicar."
Ji-Tae sacudió la cabeza, frotándose la frente que palpitaba con un dolor de cabeza. Volteó a ver su padre y apretó los dientes. "Vete de aquí. No me importa por qué viniste, pero no eres bienvenido aquí. Lo siento si soy una decepción, pero no haré lo que quieres. De mi parte, olvidaré que tengo padres. Pueden hacer lo mismo."
Se dio la vuelta sin esperar su respuesta y caminó alrededor de la casa. Los dos tigres se acercaron a él y lo empujaron suavemente al caminar. Ji-Tae lo apartó con las manos, escuchando los pasos apresurados detrás de él.
"Ryou, espera."
Sacudió la cabeza y se dirigió directamente hacia el bosque, pero la mano de su alfa alrededor de su brazo lo detuvo. Ian se veía culpable. "Debí decirte la verdad, pero no creí que necesitaras preocuparte por ello ahora. Necesitas tiempo con tu compañero..."
Tan gentil como pudo, se zafó de su agarre, mirándolo a los ojos. "Tampoco quiero hablar contigo ahora."
"Está bien. Pero ven a casa." El alfa inhaló con fuerza. "¿A dónde piensas ir?"
"Quiero estar solo," dijo con la voz neutra. "Y realmente no quiero hablar. ¿Puedo tener eso? ¿O es algo por lo que los demás también deben decidir por mi?"
El rostro de su alfa cayó cuando asintió, dando pasos atrás. "Puedes hacer lo que quieras." Ian guardó las manos en los bolsillos del pantalón y le ordenó a los tigres que fueran con él. "Solo ten cuidado, ¿sí? Hablaremos después."
Caminó entre los árboles hacia lo más profundo del bosque sin pensarlo demasiado, y cuando encontró el lago, se detuvo y se sentó en el borde antes de buscar su teléfono.
Tenía algunos mensajes de Rex.
Rex: Estoy comenzando mi turno.
Rex: Estoy aburrido.
Rex: Sácame de aquí :(
Rex: Qué estás haciendo????
Rex: Por favor, dime que no vendiste mi auto :/
Levantó las rodillas hasta el pecho y las abrazó mientras leía nuevamente los mensajes.
Solo podía desear acostarse sobre su pecho y respirar en su piel donde el aroma le haría sentir adormecido y se sentiría en calma y en paz. Tal vez conocía a Rex por menos tiempo que a los demás, pero sentía que él nunca le mentiría. Que era una persona en la que podía confiar el resto de su vida.
Era un idiota por sobrepensar en aceptar o no a su compañero, porque ahora era Rex al único que quería cerca.
Le diría todo mañana.
Ji-Tae: Te extraño
***
Hello!!!
Nuevo capítulo aquí. Espero que estén disfrutando de la historia tanto como yo. Hay algo más simple y cariñoso para mi en esta y no estoy segura de lo que es, pero estos dos son especiales para mi.
Sin más que decir, gracias.
Nos leemos pronto xx
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