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Capítulo 7

Rex rápidamente se dio cuenta de que a pesar de no estar seguro de sí mismo en una relación, Ji-Tae no tenía problemas demostrando afecto. Y era un hombre muy cariñoso incluso cuando estaban en público.

Se comportaba... bueno, se comportaba como un enorme gato.

Nuevamente, el hombre frotó su rostro en el cabello de Rex mientras miraban ropa juntos. No estaba abrazándolo, pero sus cuerpos estaban tan juntos que no sentiría frío en ningún momento cercano porque Ji-Tae era caliente, no solo físicamente a la vista, sino que su cuerpo emitía calor real. No se quejaba, el clima estaba frío por todas partes y era sinceramente agradable tener a cierto hombre a su lado. Además, todos notarían que estaban juntos, lo que era bueno porque odiaba cuando intentaban coquetearle a Ji-Tae como si él no existiera.

Ji-Tae nunca prestaba atención a los pobres intentos de los interesados, así que eso lo hacía sentir como un niño malcriado. 

Cuando llevó la ropa a la caja y él se ofreció a pagar, lo detuvo ahí mismo. "Esta vez va por mi cuenta. Personalmente, compré estas cosas para mi propia satisfacción porque quiero verte en ellas. Si quieres comprar algo para mi, entonces adelante, pero esta es mi pila."

"¿Es así?" Con una pequeña sonrisa, él guardó su billetera. Su mirada siempre le hacía sentir inquieto y ansioso de algo más, y lo confundía porque no creía que Ji-Tae supiera las formas en que lo miraba fijamente a veces. "Debería comprar entonces algunas cosas para tu apartamento dado que me he apoderado de la mitad de él."

Salió con sus bolsas en las manos que le fueron arrebatadas de inmediato por Ji-Tae. Sonriendo tontamente, Rex abrazó el fuerte brazo del tigre y caminó a su lado a lo largo de las tiendas. Se detuvieron en un puesto de licuados y Ji-Tae consiguió algunos para ellos. Uno de fresas con crema para Rex porque sabía que era su favorito y siguieron su camino hasta el auto.

Rex se sentó quieto mientras la puerta se cerraba y Ji-Tae guardaba las bolsas en la parte trasera antes de sentarse a su lado y arrancar el auto. Algo cálido se alojó en su pecho mientras sus ojos parecían incapaces de dejar de mirarlo. Era solo tan increíble. No podía creer que alguien así existiera y estuviera completamente dado para él. 

Notó el color subirle por el cuello hasta las mejillas y ocultó su sonrisa cuando Ji-Tae se puso notablemente nervioso. "¿Tengo algo en el rostro?"

"No, solo tu cara." Apoyó el codo en el soporte de en medio y sonrió ampliamente. "Eres demasiado atractivo, es una distracción."

"Detente." Haciendo una mueca avergonzada, él intentó cubrirle los ojos, pero Rex atrapó su mano y se llevó la palma al rostro, oliendo el perfume fresco que el hombre usaba en pocas cantidades. Olía todavía como lo hizo cuando lo frotó en las palmas antes de colocárselo en el cuello y el cuello de la chaqueta, al igual que sus muñecas y por debajo de la camisa. Su estómago se apretó y su pene se sacudió en los pantalones cuando besó la piel fría. Lo vio sacudirse antes de que él inhalara con la nariz hacia arriba y su rostro se pusiera de un profundo tono rojo. "Hueles como si estuvieras excitado," dijo con un hilo de voz.

Rex apretó los dientes antes de dejar que su mano recorriera su pecho plano hacia abajo a su abdomen, todo el tiempo haciendo que su propio cuerpo temblara como anticipación. Ji-Tae gruñó por lo bajo y eso no hizo nada para quitarle la excitación, solo hizo que su cuerpo se tensara más ansioso. Jadeó cuando la mano pesada descansó encima del bulto de su erección y Ji-Tae le lanzó una mirada rápida y oscura.

El hombre se aclaró la garganta, pero no apartó su mano, solo mantuvo la vista al frente. "¿Qué te puso tan...?"

"Verte me pone así," admitió con la voz ronca. Y no solo era por como se veía, pero sus acciones, su voz gentil y a veces juguetona, sus ojos gentiles y honestos. Era la manera en que lo trataba como si realmente fuera algo importante que quería conservar. Y su inocencia también lograba ese efecto en él. Era tan puro en todo sentido que dolía corromperlo. Después de verlo bastante nervioso, entrelazó los dedos con la mano de Ji-Tae y solo se acurrucó con ella, mirando al frente. "Eres demasiado sexy."

Lo escuchó suspirar una risa. "¿Tienes algún tornillo suelto?"

"No eres el único que lo piensa, pero sé lo digo, amigo." Le dio un beso en los nudillos y sonrió. "Estoy loco por ti." Ji-Tae sacudió la cabeza con diversión y Rex pensó que era el momento para tentar aguas. Se humedeció los labios. "¿Me dejarías chupártela?"

El auto hizo un movimiento extraño antes de que volviera a enderezar su camino con ambas manos y no mucho después entraron al estacionamiento del supermercado. Ji-Tae miró fijamente al frente y se quedó muy quieto. 

Le tomó unos segundos más, pero él finalmente lo miró. Ojos muy abiertos como si acabara de escuchar lo más vulgar en su vida. 

"¿Qué fue lo que dijiste?"

Rex le lanzó una mirada a la entrepierna del hombre, quien se cubrió por inercia, y sonrió. "Solo tenía curiosidad. Ya demostré que no me parece feo ni extraño, me gusta. Me gustó mucho. Así que quería hacerte sentir bien de alguna manera más íntima que solo besos y abrazos, lo que está muy bien, por favor, no dejes de hacerlo. Pero esto es diferente, es más especial y te prometo que te va a gustar."

"No estoy seguro."

"¿Puedo saber por qué?"

Ji-Tae tragó. "La idea de que pongas la boca ahí parece un poco humillante. No quiero faltarte el respeto de ninguna manera."

"Cariño..." Rex sonrió enternecido. ¿Por qué olvidaba que tenía al hombre más puro e inocente del mundo a su lado? Ji-Tae era simplemente distinto, tenía que recordarse, y era muy cuidadoso con su forma de tratarlo, también en su forma de hablar, y con lo avergonzado que estaba de desnudarse frente a él de una manera sexual, claramente se sentiría un poco fuera de su comodidad al pensar en eso. ¿Creía que era humillante? Hmm. Interesante. "No haremos nada que no quieras, pero en realidad no es humillante. ¿Te sentirías mal en hacérmelo a mi?"

Lo vio parpadear, pensando profundamente. "¿Te gusta eso?"

"Bueno, no puedo decir que no. Es estimulante y caliente, si soy más honesto." Era un hombre también después de todo, claro que le gustaba. Que prefiriera tomarla por el trasero era una cuestión diferente, pero si le daban ambas opciones a la mesa, él sabía cuál escogería. Se aclaró la garganta, estirándose hacia él para tomarle la mano. "No quiero decirte que lo hagas, pero si eso sucediera, entonces yo estaría muy feliz." Y algo más.

Él apretó su mano con la mandíbula tensándose. "Entonces... solo después de llegar a casa y tomar una ducha."

"Eso tampoco me molest—"

"A mi sí."

Asintió con una pequeña sonrisa. Sus mejillas rojas y su mirada tímida eran demasiado adorables como para luchar contra ello. Pero lo decía en serio. 

Le dio un beso el dorso de la mano. "Lo haremos a tu manera."

Estaba vibrando por todos los pasillos del supermercado. Apenas tomó unas cosas para sí mismo, siguiéndolo como un cachorro hasta que tuvieron un carrito lleno de comida y artículos de limpieza. 

Ji-Tae le lanzó una mirada cuando pasaron por la farmacia y Rex solo se colgó de su brazo, sonriendo. "Tengo todo lo necesario en casa, pero la idea de revisar contigo me agrada. Tienes que descubrir lo que te gusta después de todo, ¿no?" Aunque quizás no era el mejor lugar. Habían demasiadas personas buscando medicamentos, y no solo esa clase de productos. Tiró de él hacia afuera, empujando el carrito con su ayuda. "Tengo una mejor idea. Hay un lugar que podemos visitar ahora mismo."

"¿Ahora? Pero la carne..."

"Estará bien, solo nos tomará unos minutos."

Subieron las compras al auto y Ji-Tae suspiró una risa. "Tú no sabes tomarte unos minutos para hacer compras. En realidad, ¿tienes un problema con eso?" 

"Me gusta gastar un poco." Se frotó la nariz fría cuando se sentó en el auto y Ji-Tae encendió el auto. Jugó con el borde de la ventana, mirando afuera. "Nunca tuve alguien a quien comprarle cosas, así que me emociono un poco cuando salimos."

"Eso es lindo." 

Giró la cabeza, sonriendo. "¿En serio?"

"Sí." Él se encogió de hombros, dándole una mirada rápida. "Realmente no le compro cosas a mis amigos, pero hay algo distinto en hacerlo contigo. ¿Tal vez es porque eres tú? No lo sé. Pienso que si eres tú no me importa cuánto dinero sea, me gusta comprarte cosas."

"Eso es lo mismo que siento." Dios, quería besarlo tanto ahora mismo, pero a menos que quisiera tener un accidente de auto, necesitaba controlarse a sí mismo. "¿Has pensado que fuiste hecho para mi? Eres solo tan perfecto para mi."

Ji-Tae sonrió con los labios tensos. "Sí... ¿A qué dirección vamos?" Presionó botones en la pantalla del auto rápidamente. "Puedes colocarla tú mismo."

No visitaba mucho la tienda, pero el dueño era un amigo de Jess en el club y a veces iba a saludar o a verlos, y les daba descuentos especiales por trabajar directamente con el club en sus vestuarios y algunos suplementos para las habitaciones de arriba.

Por supuesto, no le dijo directamente a Ji-Tae que se dirigían a una tienda de juguetes para adultos. 

Tal vez solo quería medir su reacción.

Se masticó el labio, entrelazando sus dedos cuando estuvieron afuera del local. Ji-Tae tenía la boca abierta y los ojos agrandados. Sonrió. "Vamos, ¿no tienes curiosidad?"

"Yo no..."

"No hay nada loco adentro, son solo cosas que las personas compran para su propia satisfacción." Aunque sí vendían artículos BDSM para gustos más extremos, pero eso no era lo suyo, así que tampoco quería ir a verlos. Abrió la puerta y lo dejó entrar primero, quedándose muy cerca de él. No necesitaba harpías con sus ojos curiosos hacia su hombre. Ji-Tae estaba tomado. "Solo vinimos por cosas sencillas."

"¿Sencillas?" Su atención se fue al rack de dildos de todo tipo con una mirada más llena de preguntas que de disgusto. Exhaló antes de mirarlo. "Interesantes gustos."

Le dio un golpecito en el pecho, tirando de él para ir a ver los condones y lubricantes. "Hey, no puedes cuestionar los gustos de los demás. Si te sirve, prefiero el tuyo. Es mucho más-hphm."

Ji-Tae le cubrió la boca con las mejillas rojas y Rex sonrió orgulloso de sí mismo. "Al menos no te gustan los que tienen forma de dragón, ¿cierto?" Con un movimiento tan sutil que Rex dudó que fuera su primera cita, Ji-Tae pasó el brazo sobre sus hombros y suspiró. Rex sintió un cosquilleo en el abdomen bajo cuando entrelazó sus dedos juntos. La mirada del otro hombre seguía en los juguetes con aburrimiento. "¿Quién siquiera usa esto?"

"Te dije, hay todo tipo de gustos en este mundo." 

"¿Cuáles son los tuyos?"

"Tú." Se lamió los labios nerviosamente, mirándolo directamente a los ojos. "Eres todo lo que me gusta."

"Eso es bastante general." Lo dijo tan casual como si sus mejillas no estuvieran coloradas. "Me refiero a otras cosas. No me gusta repetirlo, pero ya sabes que no sé mucho sobre todo esto..." Hizo un gesto hacia los racks con condones y lubricantes. "Tienes que decirme para entenderlo."

Rex tragó con el rostro caliente. Bueno, mierda. Para ser alguien ligeramente tímido, él a veces podía hacerlo sentir igual. 

Le mostró sus marcas favoritas de todo. Y luego lo dejó revisar y tomar algunos para sí mismo. Rex no se rió de él, dándole espacio para que se sintiera cómodo con sus opciones, y sintiéndose como si diera una clase sobre cuidado sexual. Era adorable, lo que era extraño, porque estaban comprando cosas para tener sexo (con un poco de suerte) más tarde.

Consiguieron suficientes municiones para un largo rato y luego regresaron al auto. 

Había algo en su mente colgando que le tenía pensando.

Y quizás no era especial para los demás, pero... ¿esto era lo que hacían las parejas que realmente se apreciaban? Era tan íntimo. Se cubrió el rostro caliente con el borde de la chaqueta y miró por la ventana, sintiendo las palpitaciones de su corazón emocionado como un tonto.

El breve pensamiento de que Ji-Tae encontraría a su compañero algún día fue suficiente para arruinar su momento sentimental. 

Eventualmente, podría pasar, siempre estaba la posibilidad. Gabe le había explicado un poco sobre todo ello cuando habló de su embarazo y cómo fue posible, pero también podría nunca encontrarlo. 

Espero que no lo haga.

Se sentía terriblemente egoísta diciendo eso, pero... le gustaba simplemente demasiado. 

¿No podía ser suyo para siempre?

Terminaron de cargar las bolsas en su apartamento y se pegó a su espalda como un koala. 

Ji-Tae le acarició la cadera. "¿Estás bien? ¿Hambre? Puedo preparar algo rápido."

Sacudió la cabeza en su espalda, deslizando las manos sobre su abdomen y su pecho antes de cerrar los ojos. "Quiero hacer algo más."

EL sonido de su corazón resonó tan fuerte contra su mejilla. Rex sonrió, abrazándolo con más fuerza.

"Entonces tomaré una ducha."

"Hagámoslo juntos."

Ji-Tae no protestó, solo se dio la vuelta en sus brazos y lo miró fijamente. Con una sonrisa, Rex lo llevó a la habitación mientras se quitaban la ropa en el camino. Entraron a la ducha con erecciones bastante difíciles de esconder, pero no era la primera vez que se veían completamente desnudos, aunque seguía siendo excitante.

Tan gentil como él era, apenas podía contener sus instintos primarios. Ji-Tae lo atrapó contra la pared de la ducha al momento en que encendieron la regadera. Rex suspiró complacido, tanto por el contacto y sus besos que habían mejorado considerablemente, como por la confianza que el hombre tenía para dar el primer paso sin verse inseguro de qué hacer o dónde tocar.

Sus grandes manos le rodearon la cintura mientras se cernía sobre él como un animal salvaje. Rex envolvió los brazos en su cuello, poniéndose de puntillas para besarlo profundamente hasta que los dos estuvieron sin aliento. Sus pulmones ardían como el infierno, pero era tan bueno. Ji-Tae era jodidamente bueno en esto porque aprendía terriblemente rápido. 

Chocaron sus frentes juntas. El hombre respiraba duramente, mirándolo a los ojos. 

Rex le acarició el rostro con una mano mientas usaba la otra para tomar el gel de baño. No dejó de mirarlo cuando regó un poco del jabón entre sus cuerpos. No quería solo enfocarse en esa parte específica porque no quería que todo entre ellos se tratara sobre el sexo, así que comenzó a lavarlo, disfrutando de la sensación dura de los hundimientos entre sus músculos. Frotó la piel con las uñas, jadeando con satisfacción desvergonzada, pero a Ji-Tae no parecía molestarle.

Sus propias manos trabajaban sobre el cuerpo de Rex con suavidad y delicadeza. 

Rex se maldijo a sí mismo por no traer el lubricante resistente al agua, pero por el otro lado, estaba amando el cuidado de las manos grandes. Con los ojos entrecerrados, se recostó a él, suspirando e ignorando su erección mientras sentía las manos recorrerle el cuerpo. Fue muy generoso con su trasero, tenía que admitir que lo notó, pero si esto era algo que él quería: explorar, entonces se lo estaba dando. No es que doliera.

Chupó en un punto de su cuello, lamiendo y besando la piel perezosamente, sintiéndose un poco mimado con toda la atención, especialmente cuando Ji-Tae lavó su cabello. 

"¿Siempre has tenido el cabello rosa?" Su voz era ronca mientras le secaba el cabello con una toalla al salir de la ducha. Rex sonrió, frotándose en sus manos. "Nunca he visto a alguien con un cabello tan rosa."

"Un amigo que aprecio de corazón siempre se pintaba el cabello de un color diferente. Él me hizo sentir confianza de hacer lo mismo, y luego de la primera vez, solo seguía cambiándolo. Mi estilista me odia, pero cuida bien de mi. ¿Te gusta?" Levantó la cabeza para verlo. Ji-Tae sonrió con suavidad antes de asentir. "¿Qué color te gustaría verme como siguiente?"

"Creo que cualquier color te luciría bien." Arrugó la nariz, observando con más atención. "Aunque quizás no un neón..."

Le dio un golpecito en el pecho. "Esa era mi siguiente idea."

Le tomó la muñeca para ir a la habitación después de que estuvieron secos. Y luego le hizo sentarse en la cama. Ji-Tae parpadeó. "¿De verdad?"

"¿Huh?" Rex dejó algunas cosas en la cama al lado de su cadera y volteó a verlo. "¿Qué dijiste?"

"Si te gustan los colores neones, entonces, hazlo."

Rex se rió, sacudiendo la cabeza antes de dejarse caer de rodillas en el suelo, justo en medio de sus piernas. "A veces olvido que puedes tomarte las cosas a corazón. Estaba bromeando," le aseguró con una mirada. Deslizó las manos sobre sus fuertes muslos y suspiró cuando su objetivo se sacudió con emoción. El estómago se le calentó cuando lo envolvió con ambas manos, frotándolo lentamente, disfrutando demasiado el sentir engrosarse y endurecerse. "Creo que intentaré el rubio después. Un rubio cenizo. ¿Qué piensas?"

Ji-Tae tragó con fuerza, rojo hasta las orejas cuando deslizó una mano sobre su cabello. Pasó los dedos entre las hebras de su cabello, lamiéndose los labios. "En cualquier otra persona ni siquiera me importaría. Conozco a un chico con cabello blanco como la nieve y sigue siendo extraño hasta este día, pero en ti... me gusta cualquier cosa. Incluso si es neón te verás bien con él."

"Tan dulce como siempre."

Le dio una sonrisa antes de llevárselo a la boca, sin romper el contacto visual. Las piernas de acero del hombre se tensaron con fuerza cuando Rex molestó la tersa y suave punta brillante. La manera en que un jadeo salió de su boca, sorprendiéndolo, fue solo más emocionante. Rex no se consideraba a sí mismo un dios en el sexo, pero siempre le gustó hacer sentir bien a sus parejas. No había recibido el mismo trato durante esos tiempos, pero quizás no era todo lo que buscaba. Claro, era lindo y le hacía sentir bien, pero prefería estar de este lado.

Este lado donde podía ver al gran hombre sobre él derrumbarse sin saber qué hacer consigo mismo mientras Rex iba más profundo, más húmedo, usando su lengua para trazar las gruesas venas que no hacían nada por encubrir su vergüenza. Ji-Tae estaba tan duro que Rex sintió la excitación agitarle duramente. Quería ir más profundo y saborearlo aún más, incluso si el sabor del jabón era casi demasiado. Pero esto... 

Gimió con los labios envueltos en su pene, cerrando los ojos para tomarlo hasta atrás, tanto que se ahogó por un segundo, haciéndole preocupar. Ji-Tae gruñó como un animal real, tirando de su cabello para verle a los ojos. Sus colmillos estaban extendidos, sus ojos brillaban con más que preocupación y su rostro sonrojado denotaba su condición. 

"¿Duele?" Rex apenas reconoció su voz. El tono ronco seguía siendo dulce, pero era tan... brutal que se sacudió y su pene se engrosó olvidado entre sus piernas. Se estremeció, apretando las manos en sus piernas. No podía correrse así. Se supone que era el más experimentado aquí. Ji-Tae soltó su agarre por una caricia, apartándole el cabello de la frente con los largos dedos. "No tienes que excederte."

Su propia voz era un desastre. "Estoy bien," tragó y respiró por la nariz. "Es solo que eres grande."

"Entonces detente. ¿Por qué seguir?"

"¿No te sientes bien?"

No estaba blando ni nada por el estilo, pero su resistencia comenzaba a preocuparle. Quizás esto simplemente no era excitante para él, solo estimulante.

Ji-Tae suspiró, apoyándose en la cama para peinarse el cabello hacia atrás. Esa fue una maravillosa imagen.

"Se siente mucho más que bien. Nunca creí que esto lo fuera. Es sucio." Sus labios se apretaron cuando volvió a mirarlo. Sus ojos se oscurecieron cuando estiró la mano para tocarle los labios. "Y es como si estuviera usándote. Pero no puedo evitar que me guste lo que haces. Tu boca..." Deslizó los dedos sobre sus labios, entrecerrando los ojos al tiempo que un ronroneo fuerte se escuchó en la habitación. "El calor de tu boca me hace sentir que puedo derretirme. Quiero hacerte lo mismo. Quiere hacerte sentir igual."

Rex sonrió, ligeramente aliviado con su respuesta. Sabía que era honesto y no solo para hacerle sentir mejor. Se apoyó en su mano. "Pero no te has corrido todavía."

"Quiero que lo hagamos juntos."

Lo levantó como a una muñeca de trapos. Rex jadeó sorprendido cuando pensó en sus palabras. Le sostuvo el rostro con firmeza y frunció el ceño. "¿Quién te enseñó eso?"

Él hizo una mueca, rodando los ojos. "Viví con adolescentes calenturientos que pensaban más en sexo que en su siguiente comida, hasta que todos se volvieron adultos. Adultos es un término difícil para explicar lo que son justo ahora, pero creo que han madurado un poco. Era difícil ignorar todo eso cuando crecí siendo tan puro. Aunque solo era simple curiosidad."

Rex se rió, besándole la mejilla rápidamente. 

"Eso es lindo. Aunque no sé si me gusta saber eso."

Ji-Tae le sostuvo la cintura, mirándolo con sus grandes ojos gentiles. "Nunca le presté demasiada atención. Era como si mi pene no funcionara e incluso si algo sucedía allí abajo, solo lo ignoraba hasta que parara." O tomaba duchas frías para calmar su cuerpo, Rex recordaba sus palabras. Asintió lentamente y él frotó el rostro entre sus manos. "Entonces, dado que corrompiste este templo, tienes que ser la persona con quien haga esto. Y realmente quiero hacerte sentir bien."

"Está bien." Dios, él era tan dulce que dolía. "Pero no creo que vaya a durar demasiado."

Ji-Tae sonrió con las mejillas levantándose y sus ojos brillantes. "Yo tampoco lo haré."

Mío.

Rex sintió un golpeteo en el pecho lleno de posesividad. Este hombre tenía que ser solo suyo por el resto de sus vidas. Nadie más pondría sus sucias manos en él y se lo quitaría, porque era perfecto, era todo lo que nunca pensó que existiría y estaba aquí con él.

"Supongo que los dos somos un desastre."

Lo empujó sobre la cama, buscando una posición donde su altura no fuera un problema para lo que iban a hacer, y decidió que lo mejor sería si se colocaba encima de Ji-Tae. Y cuando lo hizo escuchó su respiración agitarse y las manos duras tocar su piel tentativamente. Rex se humedeció los labios, sintiendo los párpados pesados cuando envolvió la mano alrededor de su pesada erección. Lo acarició un poco, lentamente esperando el toque caliente en su miembro, pero esta tardó un poco en llegar.

Miró por en medio de sus cuerpos.

Ji-Tae estaba inquietantemente quieto.

"¿Tae?"

Él se movió, suspirando. "Yo... nunca te he visto de esta manera. Es..." Los cayos en las palmas de sus manos rasparon su piel agradablemente cuando él tomó sus nalgas, separándolas desvergonzadamente. Rex se mordió el labio para evitar gemir como una puta y exhaló bruscamente. "Eres bonito incluso aquí."

Su trasero se levantó como el de una gata en celo. Presionó el rostro en el pene de Ji-Tae y respiró sobre él, cerrando los ojos. "¿Te gusta?"

"Sí."

"Entonces puedes probarlo." Parpadeó rápidamente. Fue muy peculiar con el asunto de sanidad antes, entonces... "O quizás no."

"Tú estás limpio." Sintió la suave piel de las mejillas afiladas del hombre rozar sus nalgas estiradas. La punta de su nariz rozó su entrada y él se sacudió con fuerza, gimiendo. ¿Oh, por Dios? ¿Estaba loco? "Y hueles bien en cualquier parte."

Rex estaba rojo ardiente. "No creo que..."

"Tengo los mejores sentidos entre ambos, sé lo que digo." Una palmadita en la cadera le siguió antes de que él volviera a tomarle las mejillas. "No tienes vello."

"¿Este es realmente el momento de ser observador?" Rex envolvió los dedos en su erección con fuerza y lo escuchó quejarse. "Concéntrate." Lo masturbó un poco, todavía babeando y vibrando con ganas de volver a tenerlo en su boca, pero había algo increíblemente excitante en solo mirar. Suspiró, inclinando la cabeza más cerca, frotando los labios en la punta y saboreando la gota que estaba por caer. "Mm."

Ji-Tae se sacudió y gruñó con fuerza antes de lamer sus bolas tentativamente, envolviendo la punta de su pene con el puño mientras que hacía buen uso de su lengua por todas partes. Rex sonrió como el peor pervertido alrededor de su pene. La satisfacción y el calor llenándolo entero hasta que solo podía pensar en coger como siguiente punto. Estaba húmedo luego de todo lo que Ji-Tae hizo, y a pesar de que era tentativo al explorar, hizo lo mejor que pudo y no ignoró su pene lo que era bueno. Quizás prefería ser estimulado en el trasero, pero que él se sintiera cómodo con cada parte de su cuerpo, era sexy como el demonio.

Le hizo solo gustarle incluso más.

Notó que él estaba cerca cuando su respiración se hizo más dura y sus sonidos se elevaban, incluso sus pesados testículos se apretaron. Rex se detuvo y se sentó en su pecho, mirando por encima de su hombro.

Los ojos oscuros del hombre lo miraron fijamente mientras continuaba lamiendo y besando su piel, tirando de su pene lentamente. Rex gimió, moviéndose por su cuenta. 

Si tan solo pudiera... 

Deslizó la mano hacia atrás sin dejar de mecerse. Tanteó su entrada mojada y la lengua de Ji-Tae sobre ella. Lo observó fijamente cuando deslizó los dedos dentro de su boca, amando la mirada encendida del tigre que lo veía como si fuera algo magnífico. Gimió suavemente. "Chúpalos un poco, ¿sí?"

Ji-Tae no preguntó por qué, simplemente lo hizo sin apartar la mirada de él. Puso sus manos a trabajar en acariciar sus bolas y su pene y Rex se dobló con placer, ojos casi cerrados y respirando entre los labios. 

Después de unos segundos, los sacó de su boca y usó la mano para traerlo más cerca, sonriendo. "Ahora puedes continuar." Usó sus dedos mojados para estirar su agujero. Los dedos de Ji-Tae podrían romperlo si no era cuidadoso, y eso no quería decir que pensara que él pudiera llegar a lastimarlo con lo cuidadoso que era, pero si quería enseñarle cómo hacerlo correctamente, entonces lo mejor sería demostrarle, ¿no? Gimió, ladeando la cabeza mientras movía sus dedos y rozaba la lengua de Ji-Tae al mismo tiempo. 

Realmente quería...

"Es tan... pequeño." Su voz ronca le sorprendió y también le hizo estremecer. Lo miró a los ojos y él tragó con fuerza, regresando su vista a lo que Rex hacía con los dedos. "¿No duele?"

"No, se siente bien. Tan bien." Pero podía ser mejor. Se pellizcó un pezón con un gemido, sintiendo que su cabeza era un desastre lleno de lujuria. Sus palabras ya no las podía suavizar porque estaba comenzando a sentirse desesperado. Quería sentirlo dentro de él. Solo podía contenerse suficiente de lo que su cuerpo ansiaba. Estiró su agujero y suspiró. "Pruébalo."

El hombre se puso rojo por todas partes, las orejas de un tono tan profundo que Rex temió que el hombre se incendiara, pero su rostro estaba lleno de algo pesado y fuerte. Si quería decir algo, el momento le ganó. Ji-Tae le tomó el trasero bruscamente antes de enterrar su rostro en su agujero. La lengua larga y suave acarició su interior en un momento y Rex no sabía qué hacer consigo mismo. 

Era un desastre, su mente, su cuerpo, se sacudían por el placer y la necesidad de conectar más profundamente. El hombre debajo de él tampoco estaba mejor. Los sonidos barbáricos que hacía solo podían estimularlo más. Incluso su pene estaba erecto y sacudiéndose rogando por atención.

Rex regresó a su posición, chupándolo como si su vida dependiera de ello. Hizo un desastre de saliva sobre él, pero sabía bien, olía bien y se sentía increíblemente sexy estirando su boca al punto que los bordes de sus labios picaron con ardor, pero no le importó tanto como le importaba hacerlo terminar.

No tomó demasiado, jugó con sus bolas, presionándolas gentilmente y Ji-Tae se corrió. Espeso y pesado, su boca se llenó en un segundo y él lo sintió derramar por los labios de sus labios luego de tragar. En cualquier otra persona eso le habría importado un poco, pero no con Ji-Tae. Lo que sea que este hombre hiciera estaba bien, su sabor, su cuerpo...

Se acostó un momento sobre sus piernas, simplemente disfrutando de la sensación en su trasero. Y tan placentero como era, esto no lo haría terminar.

Ji-Tae continuó unos minutos más antes de detenerse. 

Rex lo miró.

"¿No te sientes bien?"

Parpadeó. "¿Qué? ¿Por qué crees eso?"

"Yo terminé," dijo con la voz ahogada y una mirada avergonzada que no debió ser tan sexy. "Tú no. ¿Por qué?"

Sonrió enternecido. "Me siento bien, increíble de hecho. Pero necesito un poco más para poder terminar."

El hombre lo miró pensativamente por un extraño momento, haciéndolo sentir ligeramente incómodo. Se incorporó y se acostó a su lado, apoyando el rostro en la palma de la mano. Ji-Tae parpadeó un poco más antes de fruncir. "¿Hay alguna razón en particular?"

"Es un poco vergonzoso de decir," murmuró sonriendo. ¿Cómo le explicas a alguien que prefieres ser follado en el trasero que recibir una mamada, o que tener su trasero lleno le hacía sentir más placer que ser estimulado por delante? Le acarició la mejilla son suavidad, frotando el rastrojo de la barba que lentamente crecía en su mentón. "¿Deberíamos terminar aquí?"

Con una mirada compungida, Ji-Tae le tomó la mano y la apretó sobre su pecho. "Puedes decirme lo que sea."

No había necesidad de esconder secretos, ¿cierto? Especialmente si esperaba tener una larga relación con él, la honestidad tenía que convertirse en su base. Así que tragó un poco y luego le contó. No importó lo mucho que ardieron sus orejas, él todavía le dijo qué era lo que prefería.

Ji-Tae... malditamente dulce Ji-Tae, solo sonrió y le acarició el rostro antes de besarlo castamente. "¿Eso es todo? Está bien. Me gusta saber eso. Ahora sé cómo hacerte sentir bien." Se levantó de la cama y recogió los productos amontonados en la cama antes de tomarlos para leer sus instrucciones. Tomó uno de los condones del paquete y lentamente con dedos torpes lo colocó en su pene duro y firme, como no acabara de correrse. Siguiente, tomó el sobre de lubricante y lo abrió antes de meterse entre sus piernas. Rex inhaló temblorosamente, mirándolo colocar sus piernas sobre las suyas gruesas y musculosas. Se veía tímido todavía, pero más cómodo al tomar la delantera. "¿Puedes sostener tus piernas un momento?"

"¿Así?" Apretó las manos en la parte trasera de sus muslos y los llevó tan cerca a su cuerpo como pudo. 

Se masticó el labio cuando se fijó en donde Ji-Tae miraba con atención. Mierda, esto estaba provocándole un poco más de lo normal. 

"Justo así." El tigre tragó con fuerza antes de derramar el lubricante en sus dedos. Levantó la cabeza con los ojos amplios y cuidadosos. "Dime si te molesta."

La presión del frío lubricante en su entrada sensible le hizo respirar entre dientes. Tal vez debió decirle que podía frotarlo un poco antes para calentarlo, pero estaba bien, aprendería con el tiempo y esto no estaba tan mal de todas formas. Su entrada todavía tenía la sensación vibrante de la lengua del hombre acariciándolo en lo más íntimo de su cuerpo y los dos dedos que entraron cuidadosamente en él, se deslizaron con facilidad. Rex cerró los ojos, jadeando. 

Jodida mierda.

Eso se sentía tan bien.

Claramente él no estaba seguro de qué hacer, pero la manera en que frotaba los dedos sobre sus paredes internas estaba haciendo todo el trabajo. Rex solo necesitaba algo más... grande.

"Puedes hacerlo." Le tomó la muñeca con más fuerza de lo que pensó, pero de verdad, de verdad, necesitaba tener su pene dentro. Los ojos oscuros de Ji-Tae parecían dos bolas de fuego mirándolo. Un depredador observando a su presa. "Te quiero ahora. No vas a lastimarme."

"Nunca podría. Porque eres..." Ji-Tae apretó los labios con fuerza sin terminar su oración, y solo sacudió la cabeza con una pequeña sonrisa. Se inclinó sobre él y lo besó lentamente, suave y pero con la necesidad del momento en sus cortos movimientos bruscos. "Haré lo mejor que pueda."

Rex jadeó cuando él se enderezó, el corazón latiéndole en la boca. "Me harás sentir bien de cualquier manera." Sus ojos bajaron sobre su esculpido cuerpo de guerrero hasta donde estaba sosteniendo su miembro con fuerza. Era simplemente enorme y grueso. Una monstruosidad verdadera, pero se veían tan delicioso justo como estaba. Se lamió los labios, abriéndose imposiblemente más. "Vamos, cariño. Estoy listo para ti."

"Estoy demasiado nervioso."

Se rió. "Es bueno que eso no hace que su pene se ponga suave."

Él le lanzó una mirada antes de presionar la punta en su entrada. Frunció el ceño cuando presionó un poco. "¿Estás seguro de que entra?"

"No me hagas reír estando en esta posición. Eres tan adorable. Lo hará. Solo observa." Alcanzó la gorda punta frotándose en su entrada y la presionó con firmeza. Se relajó, asegurándose de que no fuera demasiado apretado para Ji-Tae. Tanto como lo quería dentro, también esperaba hacerle sentir bien, no servía de nada si solo lo lastimaba al buscar su propio placer, pero... con su tamaño, tendrían ambos tendrían que acostumbrarse  un poco al inicio. Con suerte, él se deslizó en su interior lentamente pero seguro. Era un poco doloroso. Tenía que ser el hombre más grande con el que había estado, pero Dios... Tiró la cabeza hacia atrás y respiró con fuerza. "Tan bueno."

Un gemido le hizo abrir los ojos. Ji-Tae tenía los ojos cerrados con fuerza, la punta de los colmillos sobrepasando sus labios y el cuerpo tan tenso que todos sus músculos tenían venas gruesas sobresaltadas. ¿Se sentía bien también? Rex no se detuvo. Ahora nadie tendría la fuerza para detenerlo de cualquier manera, pero necesitaba sentirlo completo en él y luego sostenerlo un poco.

Cuando finalmente sintió las bolas pesadas frotarse contra sus nalgas, él respiró hondo. 

Con una jodida... 

Se sentía tan lleno. 

Parpadeó pesadamente hacia él, estirando las manos para tocarle el rostro. "¿Tae?"

"Rex..." El hombre abrió los ojos con una mirada húmeda y estimulada. Su rostro rojo y caliente parecía estar pasando por muchas cosas, pero el afecto con ellos nunca se fue. Se acostó sobre Rex con suavidad de no aplastarlo, enterrando el rostro en su cuello para besarlo amorosamente. "Nunca me he sentido así antes."

Rex lo abrazó con fuerza, frotando la cara en su cabello negro. "¿Se siente bien?"

"No creo que eso sea suficiente para explicarlo." Los dientes rasparon la piel en su cuello, sorprendiéndolo un poco, pero él estaba solo masticándole la piel mientras alternaba en besarla y acariciarla. Sus caderas se movieron un poco y los dos gimieron. "Eres tan suave en el interior. Me gusta. Me gusta mucho."

Sus orejas rojas estaban calientes. Rex la besó, la mordió y la acarició mientras pasaba las manos por la amplia y fuerte espalda del hombre. "Te sentirás mejor cuando te muevas. Solo..." Con las manos abiertas, las deslizó hacia abajo hasta que alcanzó su trasero firme. Rex suspiró con el cuerpo caliente, su pene entre ambos estaban tan apretado que solo si se frotaba un poco más iba a correrse. "Muévete así, como si quieres frotarme desde abajo."

Lo guió él mismo, de la manera en que quería sentirlo por dentro. Y no era tan difícil encontrar su punto suave con su tamaño, pero no todos los que eran grandes podían hacer el sexo sentirse bien. Con lo gentil que Ji-Tae era, no tardó mucho seguirle el ritmo por su cuenta. Se apoyó con las manos en la cama y abrió los ojos humedecidos, el cabello revuelto y el placer resonando en cada una de sus expresiones.

Rex no podía estar mejor, pero honestamente, estaba tan encendido que ni siquiera le importaban los sonidos extraños que estaba dejando salir cuando todo lo que sentía era el gran hombre cubriéndolo mientras lo jodía como un sueño. Lento, profundo y dulce. Rex sentía que le estaban haciendo el amor por primera vez en su vida. 

"Bésame," gimoteó con la voz rota. Ji-Tae se inclinó sobre él de inmediato, besándolo profundamente sin dejar de mover las caderas. "Ah, ah, ah..." Sus palabras se habían reducido a eso y... "Tae... sí, sí... Ji-Tae..."

Por suerte no era el único sobre-estimulado. "Rex... ah... tan bueno... Rex..."

Se corrió con fuerza entre sus estómagos. Enterró las uñas en los hombros de Ji-Tae y gimió, su espalda arqueándose y lo sintió detenerse. Sacudió la cabeza. "No... no te detengas." Abrió los ojos con esfuerzo y lo besó duramente. Ji-Tae volvió a moverse con una mirada confundida, pero demasiado excitado para pensar correctamente. "Córrete dentro. Donde es suave y húmedo. Me siento bien, ¿no? Te gusta como es dentro de mi." Ji-Tae gruñó sin dejar de mirarlo, moviéndose más rápido y errático. Rex sonrió, envolviendo las manos en su cuello, tomándolo dulcemente. "Solo imagina cómo te sentirías sin el condón. No puedo esperar a sentirte caliente y palpitando en mi interior."

Con un gemido débil, Ji-Tae cerró los ojos cuando su cuerpo se tensó. Golpeó profundamente dentro de él y luego se quedó quieto, sacudiéndose.

Rex le acarició por todas partes que sus cuerpos alcanzaban hasta que lo sintió relajarse. Cuando volvió a abrir los ojos, le dio una sonrisa y él sonrió con suavidad antes de recostarse sobre él gentilmente.

"Nada mal, ¿eh?"

"Tienes una boca sucia," él murmuró avergonzando. "Eso me lanzó al final."

"Oh. ¿Te gustó esa parte?" 

Ji-Tae suspiró, lanzándole una mirada antes de salir de él con cuidado. Se quitó el condón y lo ató ajustadamente antes de dejarlo a un lado de la cama. Claro, maniático de la limpieza. Regresó a él y miró entre sus piernas por un largo segundo. Rex no se sentía con ganas de cubrirse, no había razón ahora para ponerse tímidos. El hombre se humedeció los labios y salió de la cama para ir al baño. Regresó con una toalla húmeda.

Abrió sus piernas con el rostro rojo. "¿Te duele?"

"Realmente no." Rex cruzó las manos detrás de la cabeza y observó atentamente mientras el hombre lo limpiaba con cuidado. Bueno, esto era una primera vez. "Lo hiciste bien, eso ayuda mucho a que no haya dolor."

Él asintió luego de limpiarse a sí mismo y sus estómagos, dejando el pene de Rex al final, y solo entonces dejó caer la toalla al piso antes de acostarse a su lado. Lo miró a los ojos con una pequeña sonrisa antes de tomarlo en brazos y colocarlo encima de él, abrazándolo con fuerza.

Rex cerró los ojos con una estúpida sonrisa colgando de los labios. 

"¿Te sentiste bien?" Ji-Tae preguntó con la voz ronca, las grandes manos frotándole la piel por todas partes. 

"Nunca me he sentido mejor." Era casi triste que esto fuera verdad. Su experiencias en el pasado eran tan tristes. Nadie llegaba tan alto en estándares como este hombre se aquí. Se sentía mal por los que no sabían qué se sentía ser tan apreciado y cuidado incluso durante el sexo. "Eres un gran hombre. Espero que lo sepas."

Ji-Tae no dijo nada por un largo rato. Solo sus caricias seguían adelante y Rex estaba quedándose dormido con el sonido de su corazón palpitando salvaje bajo su oreja. 

"¿Lo soy?"

No recordaba si respondió algo después de eso, pero el tono de Ji-Tae era extraño.

Rex lo abrazó con fuerza. Lo era.

El mejor en el mundo.

Lo sabía, ¿cierto?

***

Holaaa!!! 

Capítulo 7 aquí. Espero que todo esté yendo bien para ustedes, y que estén amando a Ji-Tae tanto como yo lo hago. 

Gracias por todo una vez más, y nos leemos pronto... xx




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