
Capítulo 5
Rex terminó su entrenamiento matutino y corrió de regreso a su apartamento con tantas ganas que nadie creería que lo único en su mente era ver a la persona que había estado viviendo con él durante dos días.
Después de dejar el orfanato él se había negado a vivir en un lugar donde tuviera que compartir el espacio, incluso en sus relaciones, todo se mantenía separado y solo hacían cortas visitas, sus amistades también.
Así que Ji-Tae era una gran excepción, y Rex no podía estar más complacido por ello.
No era solo porque Ji-Tae le gustaba y porque le encantaba cuando el hombre iniciaba el contacto físico con situaciones inocentes. No.
Era porque Ji-Tae era el hombre más limpio del mundo.
Rex se consideraba a sí mismo como organizado pero no era nada en comparación con el tigre.
Era tan particular con la limpieza que se negaba a usar zapatos dentro de la habitación, lo que le hizo sentirse mal por usarlos cuando Ji-Tae se esforzaba todos los días por mantener la alfombra pulcra. Estaba seguro de que había caído enamorado de su aspiradora en lugar de él.
Se rió al recordar su mirada al mirar el apartado, parecía encantado con ello.
Colocó el código en su puerta y el aroma de desayuno llenaba el lugar. Gimió con el estómago resonando.
Otra cosa.
El hombre podía cocinar.
Como, de verdad, era un experto en la cocina.
Rex se había encontrado mirándole la espalda ancha moverse a través de su cocina con vulgar satisfacción.
Se detuvo en la mitad de la sala cuando vio un enorme tigre blanco estirado cómodamente sobre su alfombra. Sonrió, soltando su bolsa para ponerse de rodillas y pasar las manos sobre el suave pelaje. El tigre ronroneó sin abrir los ojos, pero levantando la nariz al aire antes de rodarse y colocar el vientre para arriba.
Rex hizo un sonido ahogado antes de enterrar la cara en el pecho acolchonada.
Esto era como un sueño.
"Jamás en mi vida creí poder estar tan cerca de un tigre." Evan no contaba, el hombre solo era de piel ante sus ojos y no era tan sexy como Ji-Tae. Además estaba tomando por Gabe, no tenía ojos para él. "Estás tan suave. ¿Puedes dormir así esta noche? Me encantaría abrazarte hasta la mañana. No me importa si ruedas sobre mi."
Los ojos del tigre finalmente se abrieron y lo miraron fijamente. Algo en él se tensó ante la mirada atenta del animal, pero recordarse que era Ji-Tae al mismo tiempo logró que su cuerpo se relajara. Cayó encima de él, sonriendo y frotándole el hocico y las orejas. El tigre se lamió los labios y dejó caer la cabeza antes de volver a rodar con cuidado de no lastimarlo con sus patas. Cuando se levantó, se giró y lo empujó sobre el piso.
Una risita se le escapó cuando cuando la nariz fría encontró un pedazo levantado de su camiseta y lo olió bruscamente. "No hagas eso, vengo de entrenar. Apesto." El tigre parpadeó hacia él antes de bufar y volver a olerlo, con más fuerza, presionándolo en el piso con una pata gentil en su pecho. Rex se quedó sin aliento.
Mierda.
¿Por qué no puedes hacer esto cuando eres humano?
Una pesada sensación húmeda lamió sobre su abdomen y él se dobló, con el rostro caliente y las orejas ardiendo. "Detente si no quieres ver algo divertido." Era incómodo tener erecciones cuando él estaba alrededor en su forma humana, no quería tenerlas con él siendo un tigre. "No me mires así."
El tigre trotó hacia detrás del sofá y luego desapareció. Rex se levantó y al mismo tiempo Ji-Tae lo hizo como un humano, cubierto con una bata de baño que era demasiado pequeña para su enorme cuerpo. Tenía el cabello revuelto y bostezó.
"¿Por qué los humanos son tan quisquillosos?" Ji-Tae se frotó el cabello y señaló la cocina para que Rex fuera. El tigre lo siguió desde atrás. Había sartenes con huevos y salchichas, tostadas y café caliente en la cafetera. Olía al cielo por aquí, y estaba totalmente brillando de limpio. Algo se presionó en el costado de su cuello y Rex aspiró una respiración cuando lo escuchó inhalar profundamente. El aliento caliente logró que la piel se le erizara y él buscara algo a lo que aferrarse. "No apestas. Hueles bien."
"No lo creo," apretó los labios y se alejó un poco, frotándose el área donde ardía. Se rió incómodo ante la atenta mirada observadora de Ji-Tae. A veces le hacía sentir que estaba viendo su alma cuando se quedaba mirándolo así, tan fijamente y en silencio. Otras veces, unas más lunática, creí que él estaba sintiéndose igual que Rex. Ahora mismo, parecía que iba a saltar sobre él o a comérselo. Se aclaró la garganta, buscando a donde mirar y atrapando lo que era un bulto sobresaliente en su bata, la bata que Ji-Tae había adoptado. Mierda. Mira eso. "Tomaré una ducha y vendré a desayunar."
Su mirada fue tan obvia, que Ji-Tae se miró a sí mismo antes de sonrojarse. "Tomaré una ducha en el baño del pasillo."
Se fue, arrastrando los pies antes ir a su habitación y tomar un juego de ropa y llevárselo consigo, cerrando la puerta con el clic del seguro resonando ruidosamente.
Rex fue a la habitación y se metió al baño sin pensarlo demasiado.
Entonces no estaba aluciando. Ji-Tae ignoraba sus erecciones como si no fueran nada más que una incidencia que no podía controlar, pero que no le interesaba demasiado. Incluso cuando veían televisión o pasaban el tiempo solos, Ji-Tae lograba tener erecciones y como si no fuera la gran cosa, él... lo ignoraba hasta que se pasara, o iba a tomar duchas.
¿Él no se masturbaba?
¿Lo hacía en el baño?
¿Siquiera reconocía la existencia de su pene?
Entendía que era virgen y todo el asunto, pero esto era preocupante.
¿Quizás su problema era más allá de algo sentimental y era mental?
Se vistió y regresó a la sala, encontrándolo en la mesa. Ji-Tae cabeceó hacia él y esperó a que se sentara para servirle café. Tomó un trago y cortó sus tostadas antes de mirarlo. Él comía tranquilamente.
"¿Te masturbaste?"
Ji-Tae escupió su café cuando tosió después de su pregunta. Se puso de tres tonos de rojo y se apresuró a limpiar el piso y la mesa antes de volver a sentarse. Tomó una servilleta para limpiarse la boca antes de apoyarse en la mesa y mirarlo.
"¿Qué clase de pregunta es esa?"
"¿Demasiado? Lo siento, pero tenía curiosidad." Tragó su comida y sonrió con las mejillas llenas, poniendo su expresión más inocente. "Lo haces, ¿cierto? Quizás no hace un momento, pero en otras ocasiones... ¿sí?"
"¿Tengo que responder?"
"Puedes elegir responder. En mi caso, lo hago cuando realmente estoy caliente y ya no lo soporto. O cuando estoy aburrido..."
Ji-Tae no respondió, bajó la cabeza y continuó comiendo y Rex no estaba seguro de si eso era su respuesta a la pregunta o simplemente estaba molesto por el tipo de pregunta. Creyó que terminarían el desayuno en una nota incómoda, pero luego de un rato, cuando terminó de comer, Ji-Tae se quedó en la mesa, jugando con sus dedos, y seguía sin mirarlo.
"Nunca lo hice porque mis padres dijeron que si lo hacía sin casarme sería un pecado, así que toda mi vida crecía con la idea de que está mal y que no debo hacerlo. No me malentiendas, sé que solo son sus ideas anticuadas." Ji-Tae se frotó el rostro con una mueca. "Tengo muchos amigos normales y ellos me enseñaron que estaba bien, que si dormía con alguien no me iría al infierno. A lo que intento llegar es que decidí no hacerlo, no porque me voy a ir al infierno, es solo... nunca pasó y no tenía el interés suficiente. Una ducha fría soluciona todo."
Woah.
¿Todavía existían personas que pensaban así?
"¿Tus amigos lo saben?"
"Espero que no. Harían todo un escándalo por ello y las cosas serían incómodas." Se quejó con las orejas rojas. "Créeme, estamos mejor así. No necesito compartirles mi vida sexual como ellos comparten la suya."
Suspiró. "Lo bueno es que sabes que no es así. ¿No tienes curiosidad de cómo se siente?" Se enderezó, pensándolo un poco sin hacerlo sonar muy sexual. Esto era básicamente una clase y tenía a su alumno prestando atención. "Te puede ayudar a relajar, aclararte la mente, sentirte menos malhumorado. Podría ayudarte con los niveles de estrés y ansiedad."
Él entrecerró los ojos, frotándose el mentón. "¿Me veo tenso?"
"Ah. Pues..."
"Realmente nunca pensé en ello como algo necesario. Solo es una molestia que se va después de un rato. Como un dolor de cabeza. No es la gran cosa." Jugó con sus dedos, estirando los labios apretadamente. "Tal vez no comparto las ideas de mis padres en muchos aspectos, pero tengo que admitir que no suena tan mal." Bajó la cabeza hacia la mesa, para apoyarla sobre el brazo sin mirarlo todavía. Pasó un dedo sobre la madera. "No soy la persona más optimista, pero perder mi virginidad con mi compañero no parece la peor idea. Aunque a ellos probablemente les guste más alguien con más experiencia."
"Yo creo que es sexy," las palabras se escaparon con un suspiro caliente y Ji-Tae lo miró. Se negó a apartar la mirada cuando su rostro se sintió caliente. "No eres como el resto. Habrán algunos como yo allá afuera, listos para poner sus sucias manos sobre ti y enseñarte un par de cosas." Se rió apenado cuando él sonrió. "No te sientas muy mal por ello. No eres raro."
Con una mirada divertida, Ji-Tae se levantó y tomó sus platos vacíos para lavarlos. Rex se quedó en la mesa con su taza de café a la mitad, observándolo moverse sin creer que sus padres le dijeran ese tipo de cosas. Bueno, él sabía algo de padres extremistas, pero nunca se tomó de verdad sus palabras, él solo las ignoró.
En Ji-Tae las palabras estaban grabadas en su piel.
No pensaba que fueran ciertas, pero todavía sentía algo en él que no le dejaba intentarlo.
Sí le afectaba más de lo que pensaba.
"¿Qué vas a hacer hoy?"
Se sentaron en el sofá después de que Ji-Tae limpiara como un desquiciado y se viera orgulloso de ello. Rex habría querido protestar, pero él fue muy claro desde la primera mañana. Yo me encargaré de la limpieza y de la comida mientras me quede aquí, así que no tenía mucho que decir.
Se giró a mirarlo cuando cayó a su lado y pasó el brazo por encima del respaldo.
"Nada en particular. ¿Te gustaría ir a alguna parte? Nos estamos quedando sin comida, podríamos ir al supermercado de paso." Se humedeció los labios antes de verlo, y Rex suspiró tontamente. Tan malditamente atractivo. "O si tienes algo que hacer, te llevaré."
Oh, quería hacer algo ahora mismo y rimaba con chupársela. Pero él preguntaba seriamente.
"No tengo nada. Tampoco trabajo. Mm, ¿te gustaría ir a ver una película?"
"Suena bien." Rex se levantó y Ji-Tae lo siguió muy de cerca. "Ha pasado un tiempo desde que fui al cine."
"¿En serio? Entonces puedes escoger lo que quieras ver."
Se cambió a una camiseta simple y se colocó la chaqueta de Ji-Tae por encima. No se perdió la manera en que él lo observó en su ropa, como si le pareciera más que bien y correcto. Rex olió el cuello de ella, que todavía tenía el aroma de Ji-Tae encima, y le dio un guiño a lo que el hombre solo sacudió la cabeza y se puso una sudadera que le quedaba bastante ajustada. Se sintió mal por él pero no iba a devolver la chaqueta.
"Debería ir de compras," murmuró cuando estaban en el elevador. Sus ojos se estrecharon. "No puedo hacer lo mismo y ponerme la tuya. Es demasiado pequeña."
Le dio un golpecito en el pie con el suyo. "Tú eres enorme."
Ji-Tae se rió y la puerta se abrió. Caminó a su lado y le abrió la puerta del reparado y limpio auto antes de rodearlo, subir y comenzar a conducir. Rex mantuvo la vista en él más de lo que prestó atención al camino. Si eso era lo único que tenía permitido, entonces que lo dejaran usarlo, por favor. Exhaló cuando vio sus labios estirarse antes de girar hacia el centro comercial.
"Los humanos son pequeños en su gran mayoría," dijo con diversión antes de lanzarle una corta mirada. "Pero tú eres increíblemente pequeño. Podría rodear tu cintura con mis dos manos."
"Inténtalo si puedes." Se masticó el labio sonriendo cuando él se rió y estacionó. "Y no soy tan pequeño, estoy arriba del metro setenta."
Lo vio reírse más fuerte cuando salió del auto, mirándolo con los ojos brillantes. "Apenas."
"¡¿Apenas?!" Se carcajeó mirándolo rodear el auto y abrirle la puerta y cuando salió, lo embistió con el cuerpo, pero apenas lo hizo moverse. La espalda del tigre se apegó al auto y Rex se metió en el espacio entre sus piernas. La mirada divertida de Ji-Tae y su cabello revuelto hicieron que fuera diez veces más atractivo, con sus bonitos labios y la nariz puntiaguda. Rex se lamió los labios, poniendo las manos en su abdomen duro y fuerte. "No me pongas a prueba, amigo. Puedo ser un pequeño y débil humano, pero puedo tumbarte cuando menos te lo esperes."
Era poco probable. Terminaría primero con las mandíbulas del tigre en la cabeza, pero él se rió, hombros sacudiéndose y sonrisa de canto a canto. Si sus tonterías lo hacían sonreír así, entonces, al diablo, sería el payaso de la corte.
Ji-Tae le dio un toque en el mentón con los nudillos antes de enderezarse. "Sé que puedes ser fuerte. Solo bromeaba."
"Vamos a comprarte ropa primero." Sin darle tiempo de pensarlo, le tomó la mano, entrelazándolas y tirando de él hacia dentro del centro comercial. Sus mejillas se encendieron, pero no había manera de hacer algo para cambiar eso. Esto era como una cita y quería se sintiera así. Incluso si no significaba nada más para Ji-Tae. Escondió la mitad del rostro cuando algunas personas se les quedaron mirando, pero él estaba demasiado feliz para darle importancia a la curiosidad de los demás. Se metió a la primera tienda que vio y miró alrededor. "¿Tienes alguna preferencia?"
En lugar de soltar su mano, Ji-Tae le dio un suave apretón que lo hizo voltear a ver. "Puedes elegir por mi. Mientras no sea nada demasiado brillante, está bien para mi."
"De acuerdo. Entonces, toma asiento."
Lo llevó a un conjunto de sillas y caminó alrededor de la tienda, recogiendo conjuntos de su preferencia y en las que quería verlo. Ji-Tae tenía un cuerpo ridículamente bien formado, así que cualquier cosa le quedaría bien.
Hizo que se lo probara todo y se sentó ahí, disfrutando del show. Le gustó más de lo que pensó y llevó todo a la caja, listo para moverse a su siguiente tienda, pero él lo detuvo. Rex parpadeó cuando algo se deslizó sobre su cuello. Miró atento la tela suave en las manos de Ji-Tae, el nudo que le hizo mientras sonreía orgulloso al lazo de la bufanda.
"El clima empeorará de ahora en adelante, necesitas algo más cálido que usar."
Le quitó la ropa de los brazos y caminó hacia la caja. Rex lo vio usar una brillante tarjeta plateada, y también notó la mirada interesada de la mujer detrás de la caja además de la sonrisa coqueta que le dio a Ji-Tae cuando le dio la tarjeta y sus dedos se rozaron.
Apretando los dientes, Rex se pegó al costado de Ji-Tae, metiéndose bajo su brazo de manera que el hombre lo estaba abrazando y la mujer se dio cuenta. Sus ojos se encontraron y ella entrecerró los ojos antes de pasarle la tarjeta a Ji-Tae, que era completamente imperceptible. Rex sonrió complacido y le dio un beso en la mejilla cuando él tomó el recibo.
Ji-Tae no se apartó, como siempre, solo se rió al salir, la bolsa colgando de otra mano y el brazo sobre sus hombros. "¿Qué fue eso?"
"Gracias por la bufanda." Sonrió, recostándose aún más contra él, porque olía increíble y estaba cálido. Quizás él no podía tenerlo, pero nadie más debería estar cerca porque Ji-Tae no lo sabía, pero en su mente estaban saliendo. "La usaré bien."
"Bien..." No sonaba muy seguro, pero tampoco parecía incómodo. "¿Entonces deberíamos ir al cine?"
"Seguro."
No habían muchas opciones, pero para su sorpresa, Ji-Tae eligió una película romántica.
Rex se sentó con el corazón latiendo con fuerza.
No debía leer demás en sus acciones, aún así... esto era una cita total. Y la mejor que había tenido alguna vez.
Regresaron más tarde a casa con más bolsas y con la cena. Rex caminó a través de su apartamento no sintiéndose real y el día que habían tenido. Cayó de cara a la cama, abrazando a su almohada y gritando en ella.
¿Por qué tenía que ser el hombre perfecto?
Carajo.
Ser amigos era tan difícil.
Podía llorar.
"¿Estás bien?" Se estremeció al escucharlo en su habitación. Olvidó que no vivía solo actualmente. Giró, acostado en su cama y lo miró parado bajo el marco de la puerta con las manos en los bolsillos del pantalón. Ji-Tae lo miraba entre divertido y confundido. "¿Necesitas un momento?"
"Estoy bien." Se sentó contra las almohadas, frotándose el cuello y palmeó el espacio libre en su cama. Ji-Tae se acercó de inmediato, sentándose a su lado y mirándolo a los ojos. "Tuve un gran día contigo, pensaba en eso."
"Fue divertido," sonrió pequeño, frotándose las manos. "La película estuvo bien."
"¿Te gusta el típico cliché romántico? Eso es una sorpresa."
Él se sonrojó ligeramente. "No es mi primera opción, pero sí, supongo. Es gracioso, ¿no?"
"Tal vez internamente estás buscando algo así." La película hablaba sobre dos personas luchando por el amor mientras los demás se ponían en medio y hacían las cosas más difíciles de lo que tenía que ser, y a pesar de eso, su amor es más grande y ellos encontraron la felicidad en su pequeño mundo. "También eres humano."
Él pensó un poco. "¿Algo así? ¿Como ellos? Eso es demasiado complicado. Tenían muchas peleas. Me gusta esto." Señaló entre los dos y Rex apretó los labios con el corazón hecho un lío. "Esto es mejor. Me siento cómodo con una relación tranquila y pequeñas bromas, sin discusiones, solo buenos momentos."
Se cubrió el rostro con una almohada y jadeó. "Me estás matando."
"¿Por qué?" Con un poco de fuerza, la almohada fue quitada de sus manos y él tuvo que verlo a los ojos. Ji-Tae ladeó la cabeza, inocente y confundido. "¿A qué te refieres?"
"Me gustas." Se acomodó, abrazándose a sí mismo con los brazos y viéndolo entender sus palabras. "También me agrada esto. Me encanta. Eres un hombre increíble y esta es mi tipo de relación soñada con el hombre soñado. ¿Sabes lo difícil que es ver a alguien más y pensar "Ji-Tae no haría eso" o "Ji-Tae no diría esas cosa"? Es jodidamente difícil." Escondió la cara entre las rodillas y suspiró. "Quiero besarte, quiero tocarte. No soy bueno al pretender que podemos ser amigos."
Estaba avergonzado y apenado de confesarse una vez más, y honestamente no podía pensar en una sola ocasión donde él se sintiera tan vulnerable frente a alguien que le gustara.
"¿Te sentirías mejor si nos besamos?" Levantó la cabeza de golpe. Ji-Tae se rascó la mejilla con la vista puesta en él. Sus ojos oscuros se veían como piscinas llenas de algo profundo. "Tal vez no puedo darte la relación que quieres, pero podemos... podemos hacer algunas cosas."
"Algunas cosas," repitió incrédulo. Lo miró fijamente. "¿Una relación?"
"No es exactamente una relación. No hay sexo."
Este chico. Rex se rió. "Con todo respeto, puedo hacerte correr solo con besarnos. ¿De verdad quieres poner a prueba eso?" Poniéndose más serio, se humedeció los labios. "¿No te parezco atractivo?"
"Eres el chico más bonito que he visto en toda mi vida. Eres muy atractivo."
"¿Estás asustado?" preguntó con suavidad. Ji-Tae separó los labios y tomó una respiración, pero nada salió. "¿Es porque no tienes experiencia y crees que lo harás mal? Lo harás mal," dijo y Ji-Tae le lanzó una mirada. Rex le acarició la mejilla. "No intento burlarme, pero es la verdad. Y está bien. Solo necesitas aprender a hacerlo correctamente y encontrar lo que te gusta y dónde te gusta. Pero tienes que hacerlo conmigo."
Hizo un puchero y Ji-Tae se burló. "¿Contigo solamente? Es adorable que asumas que intentaré esto con alguien más. Fuiste mi primer beso, y tengo veintisiete años. Difícilmente alguien que no sabe tomar decisiones. Pude detenerte esa noche, pero no lo hice."
"Entonces inténtalo otra vez, con calma. Nadie más nos está viendo aquí."
"¿No vas a reírte?"
"Nop."
Con un suspiro, él asintió, frotándose las manos. "De acuerdo."
Rex se movió rápida, quitándose la chaqueta. "Puedes hacer lo que quieras," dijo sin aliento como un pervertido. Su estómago estaba caliente y su rostro picaba. Ji-Tae se veía más descompuesto y nervioso que él, pero se movió más cerca y Rex tembló con por la anticipación. El tigre se subió sobre él, con las manos a los lados de su cuerpo y las piernas atrapándolo contra el colchón. Solo lo miró fijamente, el cabello cayéndole sobre el rostro y los labios separados. "Muéstrame las que cosas que podemos hacer."
No iba a dar el primer paso, parecía incorrecto si lo hacía. Ji-Tae merecía tomarse su tiempo y ver si esto era algo que de verdad quería o simplemente... las cosas entre los dos jamás funcionarían.
Claro, el sexo era importante en una relación pero no lo era todo.
Aunque Rex disfrutaba de ello y no iba a mentir diciendo que podría vivir el resto de su vida con ayuda de su mano y algunos juguetes.
Quería que Ji-Tae se sintiera cómodo con esto tanto como él mismo se sentía.
Lentamente, él se acostó encima, con cuidado y sin estar seguro de cómo ponerse. Rex le dio su tiempo mientras el peso lo aplastaba en el colchón y le hacía jadear con excitación. Pasó los brazos por detrás de su cabeza y le frotó los músculos tensos. Quería tocarlo por debajo de la ropa, pero con su debido tiempo lo harían, cuando entraran en más confianza.
Ji-Tae hundió la cabeza en su garganta y respiró con fuerza, exhalando el aire caliente en su piel sensible. Estaba olfateándolo cual animal, duro y profundo, tomando bocanadas grandes y Rex no estaba seguro de si era sexy o no, jamás lo olieron tanto por tanto tiempo, pero a Ji-Tae le gustaba.
"Hueles tan dulce," él dijo con la voz ahogada antes de presionar los labios encima su garganta. "Me gusta tu olor."
"Lo he notado." Se rió, levantando la cabeza para darle más espacio cuando él se movió alrededor de su garganta. "¿Es porque eres un tigre?"
"Tal vez es parte de eso, pero tú..." Levantó la cabeza de pronto, mirándolo con las pupilas dilatadas. "Tienes el aroma más dulce y a la vez menos empalagoso que haya olido alguna vez."
Le acarició el cabello en la parte trasera de la cabeza. "¿Y eso es bueno?"
"Bueno, eres la primera persona con la que estoy así de cerca. Digamos que sí." Sonrió con suavidad.
Rex se humedeció los labios. "¿Te gustaría oler algo más? Puedo quitarme la camiseta."
"Eso podría ser demasiado."
"No voy a asustarme si tienes una erección," se encogió de hombros. El hombre apretó los labios y apartó la mirada y Rex bajó sus ojos a su zona media que no sentía, porque Ji-Tae era demasiado largo. "Oh."
Él se quejó, listo para bajarse, pero diablos, ahora no. Le tomó los hombros y lo puso de regreso a donde estaba. Rex le sonrió con tensión. "Hey, está bien. No tienes que avergonzarte. Solo muéstrame."
"No. El mío es raro." Se sentó sobre las rodillas y tiró de su camiseta hacia abajo con vergüenza. "Es oscuro y grueso, es extraño."
"Muéstrame." Quizás habló demasiado rápido y sin aliento. Soltó una risilla nerviosa. "Te mostraré el mío."
"Apuesto a que es bonito como tú."
"Podemos compararlos."
Tomó el botón en sus jeans y lo soltó antes de buscar el cierre. Miró a Ji-Tae, buscando algún rastro de incomodidad, pero no era así. Sus ojos estaba abiertos y observantes, enfocados en lo que hacían sus dedos viéndose como un cachorro emocionado. Rex sintió una corriente de obscena satisfacción que solo engrosó su erección aún más.
Carajo. Estaba demasiado excitado.
Su miembro saltó de su ropa interior en el momento que le dio espacio para respirar. Largo e hinchado, cayó sobre la base de su estómago. Contuvo las ganas de acariciarse y levantó la mirada. Ji-Tae lo observó fijamente, la punta de la lengua entre los labios. Rex suspiró.
"¿Puedo ver el tuyo ahora?"
Ji-Tae miró a sus ojos antes de suspirar y levantar su camiseta. El bulto prominente era claro, y no pareció mejorar mientras más miraba su erección. Colocó el borde de la camiseta entre sus dientes blancos mientras sus manos delgadas y grandes trabajan en sus jeans. La ropa interior oscura tenía una mancha de humedad al frente y antes de bajarlo, Ji-Tae respiró profundamente.
"Woah."
Rex se mordió el interior de la mejilla cuando el pene erecto de Ji-Tae saltó libre. Tenía razón, era oscuro, grueso y largo. Tenía vello, no demasiado, pero había una mata ahí y sus testículos parecían pesados y llenos. Se lamió los labios, levantando la mirada. Ji-Tae miraba a otra parte con las mejillas sonrojadas.
"¿Se supone que iba a asustarme? El tuyo es normal, ¿por qué no te gusta?"
"¿Me tiene que gustar?" Se sentó nuevamente en sus rodillas y puso las manos sobre los muslos, ignorando el asunto duro en medio de sus piernas. "Dado que nunca lo he hecho, no le presto atención. No se supone que sea lindo, pero tampoco es como el tuyo." Miró un momento su pene y la punta de la lengua lamió sus labios. "¿Esto es todo?"
Nop.
Pero no podía solo soltarlo así. "¿Te parece si nos besamos ahora? No he dejado de pensar en el beso que compartimos esa noche. ¿Tú lo recuerdas?"
"Sí," murmuró con un asentimiento. "Fue un desastre."
"Fue lindo." Sonrió y le indicó que se subiera encima de él, frenándolo cuando intentó guardarse en el pantalón y cerrarlos. "Así está bien. ¿No tienes curiosidad de cómo se siente?" Lo abrazó en cuanto sus pechos vestidos se tocaron. Ji-Tae lo miró a los ojos sin verse muy seguro, pero menos confundido que antes. Rex golpeó sus narices juntes. "¿Puedes dejarte llevar? Prometo que no te sentirás mal, y si se comienza a sentir mal, pararemos."
El apretó los ojos con fuerza. "Esto es vergo—"
"No, no lo es. Todas las primeras veces son extrañas y torpes, pero es parte del proceso." Meció las caderas, acomodándolo mejor hasta que sus erecciones se rozaron y los dos jadearon. Ji-Tae aspiró con fuerza, apretando los dientes y Rex sonrió, acariciándole el rostro. "Eso se sintió bien, ¿eh?"
Su expresión se hizo más oscura cuando lo miró. Rex se movió lentamente, disfrutando demasiado del momento, del peso cubriéndolo y de la fricción dulce y lenta. Ji-Tae gimió, bajando la cabeza. Sus mejillas se frotaron y él jadeó. "¿Recuerdas tu primera vez?" Besó el costado de su cuello, respirando encima de su piel. "¿Se sintió bien?"
"No lo recuerdo," susurró en su oreja antes de besarla y morderla con cuidado. Ji-Tae meció las caderas bruscamente sorprendiéndolo y excitándolo aún más. Bajó las manos por su espalda ancha y las deslizó bajo su camiseta, acariciándole la piel con las palmas abiertas. Estaba caliente, erizados y tembloroso. "Fue hace mucho tiempo. Estoy seguro de que fue un desastre."
"Me siento bien." Ji-Tae se levantó para mirarlo, pupilas dilatadas, cabello sobre el rostro como un velo oscuro y los labios separados y brillantes. "¿Tú también?"
Rex colocó las manos en la cadera de Ji-Tae y se frotó con él descaradamente hasta que el sonido húmedo era lo único que se escuchaba en la habitación además de sus respiraciones agitadas. Su estómago estaba mojado con líquidos de ambos y él estaba en el cielo. "Me encanta. Bésame."
Esta vez no lo dudó. El placer tenía que estar nublándole el juicio, porque el entusiasmo que puso en el beso fue increíble. Sexy.
Rex tomó el control del beso, meciendo sus caderas contra los empujones torpes y emocionados de Ji-Tae. Le chupó la lengua, jugando con sus labios y profundizando cuando él jadeaba y gruñía. Fue mucho mejor que la primera vez y tal vez Ji-Tae aprendía rápido porque Rex sintió que el beso comenzaba a ser algo más necesitado que un beso inexperto. El hombre lo besó tentativamente, empujando la lengua en su boca, lamiendo y saboreando hasta que Rex gimió y tiró de su cabello para poder respirar.
Un poco demasiado de entusiasmo, pero era bueno.
Respiró pesadamente, gimoteando cuando su estómago cosquilleó y su cuerpo se sentía al borde.
"Creo que..." Ji-Tae cerró los ojos, mordiéndose los labios antes de gemir y estremecerse. "Yo..."
La humedad en su estómago aumentó hasta sentir que tenía un pozo en el pecho. Caliente y pesado, los chorros le llegaron hasta el mentón. Rex lanzó la cabeza hacia atrás y se corrió casi de inmediato, sosteniéndose de él con fuerza.
No tenía mucha fuerza para moverse, pero el hombre sobre él sí la tenía y lo movió como a un muñeco. Ji-Tae se sentó en la cama y lo acostó encima de su pecho con los brazos alrededor de su cuerpo. Rex parpadeó pesadamente, recomponiéndose un poco antes de levantar la cabeza y poner el mentón el pecho duro y amplio frente a él. Le sonrió.
"¿Todo bien?"
El hombre lo observó por unos largos segundos, buscando una respuesta antes de que le diera un corto asentimiento y bajara la cabeza para besarle los labios castamente. "Se sintió bien." Sus ojos tenían un brillo particular mientras lo miraban. Rex se sintió inquieto. Ji-Tae apretó los brazos a su alrededor. "Tal vez haya descubierto algo."
"¿Sí?" Se acomodó mejor, ignorando la sensación en su cuerpo del semen y lo vio directamente. "¿Qué es?"
"Haré unas preguntas antes de decirte." Sonrió sin mucha emoción y luego apretó los labios. "¿Qué tan malo fue?"
Rex se rió. "¿De qué estás hablando? Fue increíble. ¿Estás seguro de que no mentías?" Le acunó el rosto para besarlo lentamente, sonriendo en medio de ello. "Fue totalmente sexy y caliente. Disparaste mucho sobre mi."
"T-te limpiaré."
"No es necesario que lo hagas, a menos que me acompañes a tomar una ducha." Ladeó la cabeza, dándole su más inocente expresión. "Solo ducharse, nada divertido. Lo prometo."
El tigre entrecerró los ojos. "No siento como si deba creerte."
"Lo que hicimos fue suficiente por hoy. Te sentiste bien con tu primer orgasmo y es lo que importa." Le picoteó los labios repetidas veces. Solo estaba condenadamente feliz. "Tomemos una ducha juntos, solo para limpiarnos."
Él levantó una ceja. "¿Seguro que es todo?"
Se encogió de hombros. "Solo quiero darle un vistazo al cuerpo del chico con el que estoy saliendo. ¿Está mal?"
"Entonces estamos saliendo." No fue una pregunta. Ji-Tae se levantó con él en brazos y caminó directo al baño. Lo dejó en el suelo dentro y comenzó a quitarse la ropa. Rex se apresuró también. Parecía pensativo al meterse bajo el chorro de agua. "Saliendo," murmuró por lo bajo.
Rex se frotó los brazos desnudos sin saber dónde mirar. Él no se sentía igual, tenía que recordarse. Solo estaba experimentando.
El pensamiento lo puso jodidamente triste.
Entonces le dio la espalda y se lavó a sí mismo, regañándose internamente por no saber respetar los límites. Parecía ser él quien no tenía experiencia en todo esto de las relaciones. Ji-Tae era simplemente más maduro y responsable que él.
Mierda.
"Tendrás que ser paciente conmigo." La voz cerca de su oreja le causó escalofríos. Las manos rudas de Ji-Tae le frotaron los hombros con jabón antes de que él depositara un breve beso tentativo sobre su nuca. "Tengo mucho que aprender, pero seré bueno contigo. Que no esté listo para una relación no significa que vaya a comportarme como un bastardo sin consciencia. Estoy bien con esto si es contigo, Rex." Con el corazón acelerado, se giró para mirarlo. Ji-Tae se veía dulcemente honesto y abierto. "Solo contigo."
"Te enseñaré que eres bueno para esto." Lo abrazó con fuerza hasta que sus cuerpos se sacudieron. Enterró la cabeza en su cuello y sonrió con una cálida y abrumadora sensación en el pecho. "Gracias por creer en ti."
Lo escuchó suspirar antes de que lo rodeara con los brazos en un abrazo cómodo y cálido. Bienvenido y tímido al mismo tiempo.
Sí. Le demostraría lo mucho que valía la pena.
***
Hellooo!!
¡¡Feliz año nuevo!!
Espero que este año que se aproxima se convierta en todo lo que desean. Que sea bueno para todos nosotros y nuestras familias. Fue un gran año por aquí, por eso estaré por siempre agradecida. Se les aprecia un mundo.
Pasen una linda noche y disfruten hasta más no poder.
Nos leemos pronto en 2025 nuevamente.
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