
Capítulo 4
Sabía que no debía hacer esto, pero no podía obligar a su cuerpo a moverse, mucho menos hacer un solo sonido. Solo podía mirar la imagen frente a él como un niño que veía al caramelo de sus sueños dentro de una caja de cristal. Estaba tan cerca de sus manos, pero no podía tenerla.
Aún así, era lindo mirar.
Sorbió el café de su taza, pasando la mirada sobre los anchos hombros desnudos que sobresalían por encima de su sábana, porque por supuesto, el hombre era tan grande y amplio que su cama se veía pequeña y en comparación.
No sabía cómo aceptó, pero Ji-Tae estaba tan exhausto anoche para discutir con él, que durmió en su cama, dándole la espalda. Una linda espalda musculosa y grande a la que no le molestaría pasar las manos y la boca. Fue muy respetuoso (clásico Ji-Tae) y sorprendentemente tranquilo y silencioso al dormir. Rex conocía algunos hombres que pateaban y golpeaban al dormir, ni hablar de sus ronquidos molestos.
Pero él no. Ji-Tae era una maravilla, una gema verdadera.
Y estaba demasiado acomplejado para creer que podía tener una relación.
El que hubiera hecho de su autoestima un desastre merecía el peor castigo del mundo.
Lo vio moverse en la cama y acostarse sobre su espalda, levantando las manos para frotarse el rostro. Parpadeó luego de eso y abrió los ojos buscando en la habitación hasta que lo vio. Rex movió los dedos en el aire, sonriéndole y él se sonrojó al bajar la mirada sobre su cuerpo. Tragó y se lamió los labios antes de sentarse y ver la sábana.
"Buenos días," dijo. Dulce bebé. Su ronca voz de mañana le causó un escalofríos hasta la punta de los pies. Se tragó un gemido y las ganas de deslizarse bajo la sábana y darle una mamada para demostrarle lo que eran unos verdaderos buenos días. Se conformó con asentir y beber café. Ji-Tae se deslizó al borde de la cama, sus largas piernas desnudas terminaron en un par de calzoncillos ajustados que no dejaban nada a la imaginación. De hecho, estaba muy apretados. Pero el hombre no le prestó demasiada atención mientras se pasaba la mano por el cuello. "Dormí muy bien."
Rex levantó la mirada a sus ojos. "Eh... sí, yo igual. ¿Quieres desayunar? No tengo nada especial, solo tomé lo que me quedaba en el refrigerador."
"Puedo comer lo que sea." Se miró la entrepierna y se cubrió con la sábana, sombra de color llenándole las mejillas. Lo miró a los ojos. "Tomaré un baño primero."
"Todo tuyo." Se giró en sus pies cuando lo vio arrastrarse hasta su cuarto de baño y luego suspiró cuando la puerta se cerró. Le dio una mirada a la cama y se mordió el labio con fuerza. No debía. Realmente no debía hacerlo.
Pero lo hizo. Dejó la taza sobre la mesita de noche y enterró la cara en la almohada que Ji-Tae había usado. Inhaló con fuerzas el aroma del hombre. Varonil, limpio, fresco con un toque de cítricos de su perfume. Tan bueno que podía rodar en el olor hasta que se impregnara en él.
Si él era un tigre, Rex apostaba que eso le gustaría.
Dejando de hacer el ridículo y suspirar por un hombre que no lo correspondía, se levantó y buscó un cambio de ropa para él en su armario. Solo tenía ropa grande sus exs, así que la dejó en la cama antes de regresar por su taza e irse a la cocina para poner la mesa.
Estaba terminando cuando lo vio salir por el pasillo. El hombre se peinó el cabello hacia atrás antes de ajustarse el jean que le quedaba perfecto. Tomó asiento y esperó hasta que él se sentara.
"Debiste despertarme cuando tú lo hiciste," murmuró mientras cortaba los huevos.
"Te veías cansado. Y no importa mucho, no tengo nada que hacer hasta el mediodía cuando vaya a entrenar." Mordió su tostada, observando sus cuidadosos movimientos a la mesa. "¿Descansaste?"
"Me siento mejor, supongo." Le dio una sonrisa de labios apretados y Rex solo quería pellizcarle las mejillas. "Gracias."
"No hay problema. Puedes quedarte aquí cuando quieras." Movió la comida en su plato, midiendo la manera de cómo decir lo siguiente. "Cuando algo pase y quieras distanciarte de todos un poco, mi puerta está abierta para ti. De hecho, te daré mi código."
Ji-Tae se recostó a la silla, entrecerrando los ojos hacia él. "No le das el código a cualquiera, ¿cierto?"
"No soy tan despreocupado, señor. Me sé cuidar bastante bien. Excepto cuando son sexys gorilas musculosos mucho más fuertes que yo."
Ambos se rieron y el ambiente se sintió mucho más cómodo que la noche anterior. Rex estaba tan agradecido de eso, porque significaba que ellos no se alejarían incluso al decidir permanecer como amigos. Era una pena, realmente le gustaba Ji-Tae, pero si él no estaba listo, entonces no lo estaba y no había nada que hacer.
Pero era difícil matar la pequeña llama de esperanza dentro de él.
"Si tienes que salir, te llevaré a donde necesites." Su corazón se agitó cuando lo vio tomar su celular y las llaves de su auto, listo para irse. Diablos, realmente quería que se quedara. Ji-Tae parpadeó inocentemente hacia él, matando su caliente. Su teléfono vibró y él leyó el mensaje antes de fruncir el ceño y guardarlo. "Entonces..."
"Está bien. Voy a tardar un poco más todavía, necesito lavar mi ropa." Lo acompañó hasta la puerta y se cruzó de brazos bajo el marco. "¿Está todo bien?"
"Algo así." Se guardó las manos en los bolsillos del pantalón. Sus hombros se veían tan amplios, su pecho tan marcado y su rostro tan hermoso. Rex no iba a superarlo jamás. "Hubo algo así como un robo y tienen una algo, quieren que vaya a ver."
Asintió. "Bien. Ten cuidado."
"Seguro." Le dio una sonrisa y se dio la vuelta antes de detenerse y regresar. El corazón de Rex comenzó a latir como un caballo en una carrera. Lo vio lamerse los labios. "Dejé mi ropa en tu baño."
Ja. Es el hombre más decente del mundo. ¿Qué estabas esperando?
Sacudió la cabeza.
"Ah, no te preocupes. Lo pondré con lo demás, puedes pasar a buscarla luego. Cuando no estés ocupado."
Encantadoramente, él sonrió antes de correr hacia el elevador. "¡Gracias!"
Después de verlo desaparecer en el ascensor, él entró a su apartamento y comenzó a ordenar como un viejo hábito que tenía cuando estaba estresado. Separó la ropa de Ji-Tae especialmente de último y pensó mucho en guardar o no su chaqueta, la que le habría prestado anoche. Terminó separándola y enfocándose en la otra, usando suavizante muy ligero hasta que olía a rosas.
Al terminar se duchó y se cambió a la ropa para el gimnasio, pero en lugar de salir, se lanzó a la cama junto con la chaqueta del hombre, llevándosela a la nariz y marcó el número de la persona que más podía ayudarle ahora.
Muy mal que no estuviera cerca para darle consuelo, pero se conformaba con oír su voz.
Gabe le contestó en segundos. "Hola, mi pequeño mocoso. ¿Está todo bien?"
Se rió como un niño. "Estoy bien. Podría ser genial o estupendo, pero solo bien ahora mismo." Escuchaba la voz de Evan al fondo y balbuceos de bebé, además de pesas golpeándose. "¿Estás ocupado?"
"Nunca para ti. Así que dime qué está pasando."
"Yo como que fui rechazado anoche."
"Ouch."
"Sí, y no." Se giró, usando la mano libre para acariciar los bordes de la chaqueta. "Parecía asustado de entrar a una relación, pero no se separó de mi en toda la noche. Estaba tan abrumado que lo invité a dormir aquí y se fue por la mañana."
"¿Y nada pasó entre los dos?"
"Sé lo que estás pensando, pero no fue así." Frotó su rostro en el cuello de la chaqueta, oliendo a Ji-Tae en ella y todo dentro de él se calentó tontamente. "Compartimos la cama, pero él fue completamente un caballero y solo durmió a mi lado. Es demasiado perfecto. ¿Por qué no le gusto?"
Gabe se rió del otro lado. "¿Cómo sabes que no le gustas? Eso es imposible, le gustas a todos. Hm... ¿estaba asustado? ¿De qué?"
"Creo que alguien lastimó su autoestima. No tiene confianza en sí mismo. Un tipo tan grande como él, ¿quién podría hacerle algo así?" Cerró los ojos, pensando profundamente y sin poder encontrar una respuesta y era frustrante. Quería ayudarlo tanto como quería esta relación. "Es tan dulce."
"¿Tal vez una relación pasada? Muchas personas terminan afectadas luego de una mala relación, si le fueron infiel o si jugaron con él, entonces tendría miedo de iniciar una nueva relación."
¿Ji-Tae? Por favor, anoche le había demostrado que era completamente cierto lo que dijo sobre ser virgen. Rex tenía experiencia, terrible experiencia, y había besado a muchas personas en toda su corta vida, y jamás había besado a alguien que no sabía cómo hacerlo. No podía recordar cómo fue su primer beso, pero si fue tan incómodo como ese, entonces tenía que reírse de sí mismo. Fue tan adorable cómo intentó seguirle el paso pero los nervios le ganaron y termino dejando a Rex tomar la delantera.
Era su primer beso.
Eso nadie se lo quitaría jamás.
Se masticó el labio y sacudió la cabeza. "Nah, es otra cosa."
"Okey, entonces, tal vez sea pequeño allá abajo. Eso le da a los hombres cierta inseguridad. Quizás necesita tiempo para mostrarte y..."
"No. Definitivamente no." No había nada pequeño en esa cosa dentro de sus pantalones. El vistazo esta mañana era una confirmación. Una erección matutina nunca se vio más sexy a sus ojos. "Estoy muy confundido sobre qué hacer. Quiero esta relación, me gusta... demasiado. Pero tengo miedo de hacerlo sentir como si lo quisiera empujar a una relación que no quiere. Ser su amigo no está mal, pero mierda... quiero más que eso."
"Dale tiempo. Si continúa cerca, entonces dale la oportunidad de conocerte mejor y demuéstrale que eres alguien en quien confiar. Quizás termine diciéndote qué es lo que pasa y puedan trabajar juntos en ello, o tal vez te deje apoyarlo en lo que sea que pase." El bebé Jo balbuceó con fuerza, como si respaldara las palabras de Gabe y Gabe tarareó de acuerdo. "Te he visto enamorado algunas buenas veces, pero nunca vi que te pusieran en la zona de amigos."
Absolutamente correcto. Era el lindo y adorable en el club, los hombres se arrastraban a sus pies para que sonriera hacia ellos. Y si eran lo suficientemente lindos, él aceptaba salir con ellos o acostarse.
Jamás lo habían rechazado. Y estaba comenzando a dudar de sí mismo.
Pero estaba más preocupado por Ji-Tae.
Suspiró pesadamente, con un pequeño dolor de cabeza creciendo. "¿Cuándo puedo ir a visitar?"
"¿Cuándo estás libre?"
"Ugh, a final de mes. Una semana entera porque remodelarán el club, pero hasta entonces trabajaremos casi todos los días. Las cosas están locas en este momento."
"Jess debe estar feliz."
"Nadando en dinero."
"Entonces dime cuándo vendrás de visita. Te tendremos la habitación de invitados lista. Jo quiere jugar contigo." El pequeño se rió del otro lado y Gabe suspiró. "Eres su segundo tío favorito."
"Auch. ¿Quién es el primero? Me esforzaré para ganarme el primer lugar."
Gabe se rió. "Tendrás que trabajar mucho para eso. Su tío favorito es muy dedicado."
Estaba feliz de que ellos tuvieran gente buena rodeándolos y ayudándoles a criar a Jo. Todavía no estaba muy seguro de cómo fue que pasó, y le confundía aún más que Jo pudiera ser un humano, un zorro y un tigre al mismo tiempo, pero verlo en su forma animal era la cosa más adorable del mundo.
"Le llevaré muchos regalos a mi pequeño bebé lindo y adorable." Hizo sonidos tontos, escuchando risas del otro lado y sonrió antes de levantarse de la cama y acomodar cuidadosamente la chaqueta de Ji-Tae sobre la cama. "Fue lindo hablar. Nos vemos pronto."
"Cuando quieras. Buena suerte, Rexy."
Tomó sus llaves y salió del apartamento, decidido a trabajar sus pensamientos durante su entrenamiento.
Tenía que ser algo importante.
Pero, ¿qué?
***
Ji-Tae se quedó cerca del auto, escuchando la conversación desde lejos.
Coker tenía algunos papeles en las manos, el rostro tenso y los labios apretados.
Apenas habían pasado dos días desde el robo a la señora Dupond, y ahora habían entrado a la casa del señor Jansen, un hombre llegando a los ochenta que vivía con su hija. Rompieron sus ventanas y robaron algunas cosas en su biblioteca durante el día, mientras su hija trabajaba. El hombre no se enteró del robo hasta que había pasado y su biblioteca era un desastre.
"Además de que sean personas de edad solas, no hay nada más que parezca una conexión." El oficial dejó los papeles en la mesa de madera afuera de la casa de Jeremy, el alfa de los lobos. Algunas imágenes borrosas estaban impresas. "No hay huellas, no hay personas heridas, solo daños materiales. Nuestro principal sospechoso en un hombre enmascarado en una motocicleta, pero el señor Jansen jura no haber escuchado una motocicleta cerca de su casa. Su hija asegura que no tiene problemas auditivos, así que podemos creerle."
Ryder asintió, brazos cruzados. "Bien. Son robos. ¿Por qué tenemos que estar aquí?"
Todos los alfas, Jaxon incluido, estaban aquí después de una llamada de Coker. No era nada que les concerniera a ellos, así que estaba de acuerdo con el alfa de los osos.
"Lo sé, son asuntos de humanos, pero, demonios, Ryder, te lo dije." El policía se dio la vuelta, las ojeras en sus ojos no estaban mejorado. "Necesitamos más gente. ¿Qué pasó con lo de las firmas?"
"No es tan fácil, además a James no le interesa ayudar." El oso se puso las manos en las caderas, encogiéndose de hombros. "Sabe que somos nosotros y que estamos apoyando a White en las elecciones, no tiene intenciones de traer a más policías aquí. Lo mejor que pudo hacer fue que llegaran los bomberos. No es que podamos obligarlo tampoco."
Coker asintió con un largo suspiro. "Entonces necesito su ayuda. Tienen que correr la voz, asegurarse de que los residentes sepan lo que está pasando y tienen que darme una mano con la vigilancia. Ford y yo hacemos lo que podemos, pero no es mucho. No es suficiente."
Jeremy se levantó. "Podemos ayudar con eso."
Ian también le dio la razón. "Haremos rondas."
Rondas significaba más tiempo patrullando. Ojalá le tocara con Michael.
"Muchas gracias." Coker juntó las manos en señal de aprecio. "¿Alguien me da una mano con el cronograma de patrullaje? Hará más fácil saber quién está alrededor."
"Yo te ayudo." Jaxon se levantó y siguió al oficial mientras los demás comenzaban a dispersarse.
Ji-Tae siguió a Ian unos pasos detrás mientras él hablaba con Jeremy. Uno de sus lobos asintió hacia él con las manos detrás de la espalda. No lo conocía bien, pero recordaba su nombre, Dante.
"¿Ahora estamos reducidos a atrapa ladrones?"
Ji-Tae se encogió de hombros. Esto realmente no le molestaba. "Si es lo que tenemos que hacer, entonces está bien. ¿No te gusta?"
"Prefiero las montañas, vigilar a los demás shifters, a los animales del bosque de los cazadores." Bufó con una aburrida expresión. "Solo no veo el punto en cuidar a los residentes de simples robos. Son ancianos, son blancos fáciles, cualquiera lo haría si tiene el tiempo de estudiar sus movimientos."
"¿No trabajamos para el bien del pueblo?" Levantó una ceja hacia él cuando Dante volteó a verlo. Este tipo no parecía el más cálido. Parecía frío, desconectado de su propósito como shifter en el pueblo. Sabía bien que era un lobo, y que los lobos tendían a ser más brutos en todo aspecto, pero no dolía ser más tacto con el tema. "Esos ancianos pudieron salir lastimados, y la persona que lo hizo podría ser uno de los nuestros. Además se acerca el día de elecciones. Es mejor mantener las cosas calmas."
"Entiendo eso, nadie quiere que idiota de James siga a cargo. Solo digo que no debería ser nuestro trabajo." Se cruzó de brazos, apretando los labios. "Necesitamos traer más policías."
"Eso es otro problema."
"¿Quizás funcione cuando James salga del puesto?"
"Probablemente."
Y con un poco de suerte.
Tenía grandes dudas de que esto terminara sin algunas cosas extrañas sucediendo. James no iba a dejar el puesto ni aunque los resultados dijeran que fue el perdedor. Había hecho cosas mucho peores que hacer un berrinche.
Esto no dejaba de darle una mala sensación.
Ian se acercó a él luego de terminar su conversación con Jeremy. "Podemos irnos ahora."
Ji-Tae asintió y se despidió brevemente de Dante y siguió a su alfa hasta la camioneta, donde se subió en el asiento del conductor. Ian suspiró cuando comenzaron el camino a casa.
"Extraño a Theo."
Apretando los labios, contuvo su risa. Se quejó como un infante. "¿Por qué no lo llamas?"
"Escuchar su voz es lindo y todo, pero no se compara a tenerlo a mi lado." Se rió lentamente, anhelante. "Intento ser fuerte por él, pero el lazo me obliga a quererlo cerca y honestamente, lo amo demasiado como para soportar la distancia. ¿No sería bueno que estemos juntos todo el tiempo justo como los demás?"
"¿Has intentado decirle?"
"¿Estás loco?" Se sentó derecho, meciendo la camioneta. "Prometí ser maduro y hacer que la distancia no se sintiera mal para ninguno de los dos. Soy el mayor de los dos, se supone que deba ser el más calmado, pero Theo es mucho más bueno que yo en esto. Lo que es genial, me mantiene en la línea."
"Theo es más maduro que tú, vaya sorpresa."
"Hey, no me juzgues tan fácil." Ian le dio un golpecito en el hombro y se rió. "Sentirás lo mismo cuando encuentres a tu compañero, ¿y sabes lo peor de todo? Los tigres anhelamos a nuestros compañeros más que cualquier otro shifter. Nuestras parejas se vuelven nuestro todo sin que nos demos cuenta, y no es una opción. Darás todo de ti para hacerlo feliz, incluso si eso significa aceptar la distancia que hay entre los dos."
"Y regresamos a tu problema," se burló entrando al camino de la casa de la manada. "Estás siendo un llorón."
Ian se quejó. "Déjame. Lo extraño."
Estacionó al lado de Grayson y no alcanzó a bajar cuando su teléfono vibró. Su corazón dio un vuelco y su cuerpo se tensó con un sentimiento extraño al pensar que podía ser Rex, pero pronto descubrió que no era así.
Su rostro debió mostrar lo que sentía por dentro, porque Ian se detuvo y lo miró fijamente. "¿Tus padres?"
"Um, sí. Creo que debería ir a visitarlos." Se frotó el cuello y dejó la llamada morir antes de ver a su alfa. Ian lo veía con atención, estudiándolo profundamente y él suspiró. "¿Te importa si tomo la camioneta hasta la noche? Regresaré pronto."
"Está bien." No se veía muy feliz por dejarlo ir, pero Ian sabía más cosas de las que les dejaba saber. Solo le dio una pequeña sonrisa y se alejó de la camioneta. "Tómate tu tiempo. Si necesitas algo, solo llama." Su teléfono vibró otra vez y Ji-Tae se tensó. Ian asintió. "Buena suerte."
Esperó a que su alfa subiera los escalones de la casa antes de contestar. Se cubrió los ojos y apretó los labios.
"¿Dónde estás?" Su padre preguntó con frialdad. "¿Por qué no contestabas?"
"Estaba ocupado, ¿qué necesitas?"
"¿Dónde estás?"
"En casa."
"Claro. Ven a tu verdadera casa en este momento. Tenemos algo de lo que conversar."
Exhaló. "Te dije que podía ir el fin de semana."
"Esto es importante."
Cerró la llamada, decidiendo no responder nada. Solo sería una discusión peor y no tenía ganas de escuchar sus gritos a través del teléfono cuando tenía que verlo pronto. Solo condujo todo el camino hasta los pies de la montaña donde tuvo que dejarlo y cambiar antes de moverse por las rocas hacia la cima de la montaña, donde la nieve se acumulaba por montones.
Probablemente caminó una hora, porque tomó el camino más largo posible, pero solo podía evitar su encuentro lo suficiente.
Cuando llegó a la cueva que habían convertido en una casa, cambió y tomó la bata colgando dentro de las paredes de la cueva. Durante el día las linternas permanecían apagadas, pero todavía había algo de oscuridad dentro de la cueva. A sus padres le gustaba así.
Abrió la puerta de madera y se asomó dentro. Su madre estaba en la cocina junto con su padre. Los dos se giraron para verlo cuando entró.
Ji-Tae apretó los labios antes de caer de rodillas y darles una reverencia.
"Estoy aquí," dijo sin ganas mientras se levantaba. "¿Qué es tan importante?"
"Recibimos noticias desde Corea." Su madre cruzó las manos detrás de la espalda, sonriendo con orgullo. El estómago de Ji-Tae se hundió con un mal presentimiento. "Hay una jovencita interesada en casarse contigo."
Abrió la boca. "¿Qué?"
"Ha sido una larga búsqueda, pero al fin encontramos una familia de sangre pura con una hija no emparejada que está disponible." Su padre lo miró como si la idea la pareciera placentera, como si supiera lo retorcido que era. "Finalmente puedes comenzar una familia."
"Así es. Y cuando todo esté listo, nos mudaremos de regreso a Corea para que puedas establecerte en un nuevo hogar, con una buena familia."
Dejando a un lado su loca idea de que él realmente aceptaría ese estúpido arreglo... "No han regresado a Corea desde la guerra." Apretó los labios y miró fijamente a su padre. "Desde que huiste de la guerra."
"¿Huir?" Solo cerró los ojos cuando lo vio acercarse, el golpe llegó justo después rompiéndole el labio superior. Su cuerpo se tensó y él mantuvo las manos a los lados de su cuerpo, cerradas en puños. Los ojos oscuros de su padre temblaron con ira al igual que su cuerpo. "Salvé a mi esposa de morir cuando las cosas se volvieron un desastre. ¿Crees que solo huí de la guerra porque soy un cobarde? ¿Uno como tú? Bastardo inútil." Recibió una patada en la pierna, pero no suficiente para doblegarlo, así que su padre usó la fuerza y lo obligó a arrodillarse. Otro golpe cayó en su rostro, esta vez sintió las garras raspar su piel y siseó. "No has hecho una sola cosa buena en tu vida y te crees la gran cosa para cuestionar a tu propio padre. ¿De dónde salieron tus bolas? ¿Por qué si quiera me estás mirando a los ojos?"
Como siempre, su madre ignoró las acciones de su esposo y solo se acercó para retomar lo que le interesaba. "Programamos una llamada con HaeWon y sus padres para mañana, para que puedas conocerla un poco. Espero que después de eso comiences a hacer tus maletas."
Jadeó, conteniendo una risa incrédula. Había escuchado muchos sin sentidos de ellos dos, pero esto era cerca de lo peor que habían hecho.
"¿No tengo una opinión sobre esto?"
Ella lo miró con desprecio. "¿Por qué deberíamos?"
"Soy su hijo. Aunque no les guste."
"Y también eres una vergüenza para nosotros." La vio entrecerrar los ojos. "El único de la familia incapaz de portarse como un adulto y cumplir con sus deberes. ¿Cuántos años más deben pasar para que te conviertas en un hombre? Eres nada más que un niño malcriado e irrespetuoso."
¿Y ellos se lo decían? Eran unos hipócritas.
Se puso de pie con un suspiro cansado. Sabía que no había razón para discutir, ellos habían tomado su decisión y esperaban que siguiera sus palabras al pie de la letra como siempre lo hacía.
¿Matrimonio?
Sabía que sus padres eran realmente viejos, como muy viejos. Debían tener casi docientos años y estaban chapados a la antigua. Mudarse a las montañas luego de la guerra no les ayudó a ver que las cosas habían cambiado, pero una pequeña población en Corea era tan cerrada y conservadora como ellos. Ancianos que se escondían en partes remotas del país para vivir a su manera.
Mierda.
Ni siquiera había tenido una relación en toda su vida.
Y tal vez lo quería, pero ellos eran una de las grandes razones por als que eso no pasaba. Exactamente porque ellos eran como eran. Y había accedido a muchas de sus peticiones por tantos años, pero esto era demasiado.
Sacudió la cabeza. "No voy a casarme. Mucho menos con alguien que ustedes han elegido. ¿Qué hay de mi compañero?"
"Eso es un cuento para dormir. Tu madre y yo hemos vivido perfectamente bien sin ser compañeros. ¿Acaso crees que hay un problema en ello? No seas ridículo."
"Las parejas existen. Es muy común. Yo podría..."
"Eso no importa." Su madre elevó la voz con el rostro rojo. "Nosotros sabemos lo que es mejor para ti, y eso es todo lo que te debe interesar. ¿Qué sabes tú sobre el mundo real? ¿Qué sabes tú sobre hacer lo correcto? Y eso no es siempre lo que quieres hacer, es lo que debes hacer."
Su propia voz de levantó. "¿Qué saben ustedes sobre mi? Nada, no me conocen. Y no voy a casarme porque a ustedes les dio la gana."
Un golpe seco le calentó la mejilla. Se frotó el área, escuchando el gruñido de su padre. "No te atrevas a levantarle la voz a tu madre otra vez si no quieres que te vuelva un montón de nada. Harás lo que decidimos y es todo. ¿Estás escuchando?" Su padre le tomó un puñado del cabello y lo obligó a mirarlo antes de golpearle del otro lado. Podía sentir la sangre acumulándose dentro de su boca y goteando por su cuerpo, pero él no se detuvo. "Inútil hijo de puta. Te crees muy listo."
Cuando lo soltó, Ji-Tae se apoyó en el suelo de manos y rodillas, tosiendo y odiando el sabor cobrizo de la sangre dentro de su boca. Ni siquiera le dolían los golpes, las palabras tampoco. Estaba acostumbrado.
Pero esta vez no podía.
Su petición era demasiado.
Se levantó un momento después, dirigiéndose a la salida sin mirar atrás.
Su padre bufó. "Será mejor que estés aquí mañana al mediodía, o iremos por ti."
Haz lo que quieras.
Cambió al salir y trotó el camino de bajada mientras su pecho se sentía más vacío de lo que nunca antes se había sentido. Se limpió la sangre de encima en el río al pie de la montaña y se vistió antes de conducir lejos, lejos, tan lejos como pudo.
Ni siquiera pensó demasiado, solo condujo sintiéndose como un cascarón vacío.
Sus padres tenían razón.
Era un inútil.
Ni siquiera podía entender sus propias emociones o lo que quería.
¿Qué es lo que realmente quieres? La pregunta de Rex resonó en su cabeza mientras conducía sin pisar los frenos.
No lo sabía. No lo sabía y ya, ¿por qué todos esperaban una puta respuesta de él?
Golpeó el vidrio de la ventana con tanta fuerza que se rompió, los pedazos saltaron fuera del auto pero otros más se le clavaron en la piel.
Detenerse no era una opción, pero tenía que hacerlo en algún momento y para su sorpresa, se detuvo justo delante del edificio de Rex.
Exhaló temblorosamente y apoyó la cabeza en el volante.
¿Qué estaba haciendo aquí?
Era un maldito desastre.
Y llevaba ese desastre a todos a su alrededor.
Se quedó ahí, justo en esa misma posición por quién sabe cuánto tiempo. No tenía fuerzas para moverse, mucho menos ganas. Pero tenía que hacerlo en algún momento.
No quería ir con la manada.
Definitivamente no con sus padres.
Entonces solo podía dormir afuera.
Solo tenía su billetera y su teléfono, este ni siquiera era su auto y lo había destrozado. Miró la ventana que no tenía arreglo y suspiró, maldiciendo antes de tomar el teléfono y marcarle a Ian.
"Hey, Ian. Estaré fuera algunos días. Tengo la camioneta conmigo, lo siento."
"¿Estás bien? No te escuchas muy bien." El alfa hablaba lleno de preocupación, haciéndolo sentir peor. "Ji-Tae, ¿algo pasó con tus padres?"
"Puedes apostarlo. Y ahora no quiero hablar de eso. De hecho, es probable que vayan a la manada a hablar sobre mi. Diles que no sabes donde estoy, ¿sí? Lidiaré con ellos después, pero justo ahora..."
"Está bien. Solo quiero que sepas que no importa lo que sea, te escucharé y estaré de tu lado. Todos nosotros. Si necesitas tiempo, entonces tómalo. No te preocupes por lo demás. ¿Tienes donde quedarte?"
"Creo que puedo encontrar un lugar por algunos días." Se frotó la frente, haciendo una mueca cuando su brazo sangriento hizo que me manchara aún más. "Escucha, lo siento por no poder ayudar con lo que está pasando en el pueblo. Cuando regrese..."
"No te preocupes por eso. Lo tendremos cubierto. Lo que importa ahora es que estés bien." El alfa inhaló lentamente. "Desearía que confiaras más en mi y saber lo que está pasando, pero confío en ti, y sé que encontrarás el momento de decirnos. Somos familia, ¿sí? Solo recuérdalo."
"Lo sé," susurró con la voz temblorosa. "Gracias."
"Llámame si necesitas cualquier cosa. Estaremos aquí."
Tenía que llevar el auto a un taller, también necesitaba encontrar un lugar, comprar ropa y quitarse los vidrios de la piel o tardaría mucho en sanar.
Aunque nadie le abriría las puertas de un hotel al verlo en este estado y no podía ir a una clínica por obvias razones, entonces...
Volteó a ver el edificio masticándose el labio roto.
Mierda.
Le marcó después de pensarlo demasiado.
Rex contestó casi de inmediato. "Oh, no esperaba esta llamada. Es lindo."
"¿Te sorprendí? ¿Estás ocupado?"
"Nop, solo estoy en casa."
Suspiró. "¿Crees que pueda ir a tu lugar ahora? Lo siento por interrumpir, pero tengo una situación en mi."
"¿Estás bien?"
"Eso creo." Se frotó el cuello incómodo. "¿Crees tener una sábana que no quieras volver a usar?"
Rex no hizo un escándalo cuando lo vio, le daba eso. Era muy valiente para ser un humano tan pequeño, pero se quedó pálido al ver toda al sangre dentro del auto y la ventana rota. Le ayudó a cubrirse tan bien como pudo y lo llevó al ascensor sin decir una sola palabra. En su apartamento con las puertas cerradas, él exhaló el aire que estaba conteniendo.
"¿Qué fue lo que pasó?" Lo llevó hacia el baño al final del pasillo y le ayudó a quitarse la ropa antes de hacerlo sentar en la tapa del baño. Con solo ropa interior, Ji-Tae se sentía desnudo e incómodo, pero no era solo por la ropa. Rex podía ver todos sus moretones y los cortes claramente, haciéndolo sentir avergonzado. "¿Acaso te intentaron robar? Dame tu brazo."
Sacó un botiquín y buscó en él antes de comenzar a limpiarlo bajo el chorro de agua.
Suspiró. "¿Está bien si no quiero hablar de eso justo ahora?"
"Sí, supongo." El chico le dio una mirada. Sus ojos claros estaban llenos de preocupación. "¿Puedes decirme después?"
"Tal vez cuando organice mis pensamientos."
"Seguro, no hay presión. Por ahora te quitaré el vidrio y luego desinfectaré para que cures por tu cuenta."
Asintió. "Gracias." Rex trabajó muy cuidadosamente sobre los cortes de su brazo antes de moverse a su rostro, sosteniéndole el mentón con la punta de sus pequeños dedos. Ji-Tae no pudo quitar los ojos de su rostro concentrado y serio, los labios apretados y las cejas fruncidas. Era tan bonito. "Te compraré la cena como agradecimiento."
Él le lanzó una mirada. "No tienes que pagarme con nada. Solo estoy haciendo lo que cualquiera haría."
"Pero eres tú quien lo hace." Rex titubeó mientras limpiaba su labio y volteó a verlo con los ojos amplios y la boca cerrada. Ji-Tae sintió a su corazón dar una vuelta y su estómago calentarse. Le sonrió, ignorando la punzada en su boca cuando la piel lastimada se estiró. "Me siento más generoso contigo."
"Detente." Rex se sonrojó profundamente, apartando la mirada de él para tomar una respiración y regresar a lo que hacía. "Sabes cómo me siento hacia ti. No digas ese tipo de cosas."
"¿Todavía crees que te gusto?"
"No lo creo, lo sé." Se encogió de hombros, apenado y tímido. "También puedo sentirlo."
Pasará.
No lo dijo en voz alta porque sabía que eso no iba a gustarle, pero así eran las cosas.
Rex terminó de limpiarlo y lo dejó solo para que tomara una ducha. Al salir un nuevo juego de ropa estaba listo fuera de la puerta. Se vistió y se dirigió a la sala con los pies desnudos sobre el suelo frío.
Lo encontró sentado en el sofá. Rex palmeó el espacio vacío a su lado para que tomara asiento junto a él.
Le tomó el brazo de inmediato y lo revisó, levantando las cejas con sorpresa. "Es impresionante, de verdad."
"Estará perfecto para mañana," suspiró, recostándose en el sofá. Rex le tomó el rostro con la mano, haciendo que su corazón se acelerara, pero pareció solo revisar sus heridas. "He tenido peores, esto es nada."
"No me hace sentir mejor." Con el pulgar le frotó el labio superior, frunciendo el ceño. "¿Por qué te ves tan sexy en este estado? No es justo."
"Tienes gustos raros." Él hizo una mueca, no negándolo, y luego se recostó sobre su cuerpo, pasando el brazo de Ji-Tae sobre sus hombros y básicamente se acurrucó con él. Olió su aroma desde la cima de su cabeza y su tigre se movió inquieto, pero satisfecho y tranquilo. "Puedes ordenar lo que quieras, yo pago." Cerró los ojos, sintiéndose exhausto pero cómodo como estaba. El calor y el olor de Rex hicieron a su cuerpo entrar en un estado de descanso.
"Está bien. Ordenaré algo ligero para mi y una montaña de carbohidratos para ti. Escuché que pueden comer mucho sin ganar peso, debe ser lindo." Abrió los ojos con esfuerzo y lo vio revisar su teléfono y ordenar antes de palmearle el pecho. "Quédate a dormir, por favor."
"Está bien."
"Tengo que trabajar más tarde, y regresaré por la mañana." Escuchó su voz lejana, pero clara. Asintió con los ojos cerrándose otra vez. "Siéntete como en casa."
"Mhm."
Lo último que recordaba era sentirlo levantarse y que su cuerpo se tensara al perder su calor, pero la voz de Rex era calma, diciéndole que estaba bien y que podía descansar sin problemas.
Y luego un beso en la mejilla.
"Volveré pronto."
***
¡¡FELICES FIESTAS!!
Tomen este capítulo como un pequeño regalo para ustedes de mi parte, ¿sí? Espero darles otro regalo antes del final del año, así que espérenlo. Si me siguen les llegará la notificación de la sorpresa.
No tengo mucho más que decir, solo que ha sido un buen año en muchos sentidos pero siempre puede mejorar. Gracias por todo, gente, los aprecio un montón, en serio. No tienen idea lo mucho que significa esto para mi.
Disfruten de estos días y siempre tendrán un lugar seguro en mis historias.
Nos leemos pronto... xx
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