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Capítulo 3

Tal vez había estado demasiado cansado para notarlo por esa misma noche, y porque Rex había pasado un tiempo dentro de su auto, que su aroma se había quedado dentro como un suave perfume, que no notó hasta la mañana siguiente la chaqueta tirada en el asiento del acompañante. 

Era de Rex.

Debió olvidarla al llegar a su apartamento cuando comenzaron a hablar y Ji-Tae se había convertido en un desastre ruborizado.

Lo correcto sería regresársela, lo que equivaldría a tener que verlo nuevamente y sentirse una vez más confundido.

Había llegado a esa conclusión...

Hace tres días.

Para ser honestos, Rex no había preguntado por ella y él tampoco lo había mencionado en sus mensajes de texto. Y eso lo tenía pensando quizás demasiado en ello. ¿Lo había olvidado por completo? ¿Esperaba que Ji-Tae se lo dijera? O simplemente la había dado por perdida.

La tenía en su habitación, colgando en el respaldo de la silla de su escritorio. Y se quedaría allí hasta que decidiera qué hacer con ella. 

El problema era que hizo que su habitación tuviera una suave esencia de Rex flotando en las cuatro paredes, durante la noche cuando dormía y en la mañana cuando despertaba. Lentamente lo hizo volverse ansioso, porque no era desagradable, todo lo contrario, estaba muy cómodo con el olor. Incluso cuando cerraba los ojos su voz interna le decía que no era suficiente, que el olor de Rex era mucho más agradable cuando estaban cerca.

¿Debería solo preguntarle?

"¿Por qué debemos hacer esto? ¿Puedes recordarme otra vez?" La voz de Michael lo trajo de vuelta a su realidad. Lo vio poner pegamento en la pared y estirar la mano para que Ji-Tae le pasara otro cartel. Desenvolvió uno del montón y Michael lo pegó antes de volver a quejarse. "Esto es tan estúpido."

"Para ser justos, Ian preguntó si queríamos ayudar y los dos aceptamos." Lo siguió hacia el siguiente punto escogido, una pared de ladrillo. "No sabíamos qué era."

"Pudo haber dicho algo," dijo entre dientes antes de golpear la brocha en la pared. "No pensaba pasar mi día entero pegando estas cosas."

Le pasó otro. "¿Planes?"

"Digamos que sí. ¿Tú no? Huh." Dio unos pasos atrás y miró el cartel torcido. Se encogió de hombros y continuó caminando. "No me importa tanto. Se entiende el mensaje," dijo con un suspiro aburrido. "¿Irás con tus padres?"

"No," respondió casi de inmediato. Michael no dijo nada, solo siguió con su tarea. Nadie en la manada sabía de su roto lazo familiar y esperaba mantenerlo de esa manera. Para conocimiento de todos, él los visitaba en las montañas al menos una vez cada semana y traía comida para la manada. Una común familia feliz. Ninguna discusión. Ningún golpe. "Tal vez tenga que ir a la ciudad."

"¿Sí? ¿A qué hora? Podríamos ir juntos, también tengo un asunto que atender allí." Michael continuó trabajando sin detenerse a pesar de sus quejas y terminaron con sus carteles más pronto de lo que esperó. Luego lo invitó por una bebida en Frank's y se sentaron en las escaleras de enfrente. Michael le empujó el hombro con la pierna, casi haciéndolo tirar su bebida. Le dio una mirada, pero el hombre lo ignoró, levantando las cejas. "¿Qué es? ¿Estás saliendo con alguien? Si es un secreto, puedes decirme. Soy bueno con secretos."

Sacudió la cabeza, moviendo los pedazos de fresa al fondo de su vaso. "No salgo con nadie."

"En serio, si lo haces no es algo malo. Nada de lo que estar avergonzado." Lo escuchó tararear. "Es extraño estar en la casa cuando todos están acoplados. Tenemos un cachorro corriendo por todas partes, y es lindo. Pero a veces siento que... ¿estoy excluido? No soy el más fiestero, ni el más alborotador, pero ahora que apenas veo a los chicos juntos un par de veces a la semana, se siente como si nos estuviéramos separando." Lo miró y Michael se rió. "Me hace querer tener a alguien para mi mismo, alguien con quien distraerme y pasar el tiempo. No me siento orgulloso de este sentimiento."

Se rió también, porque no era como si no se sintiera igual a veces. Excepto por la parte de encontrar a alguien. Se sentía incómodo en su propia casa y no era culpa de los demás. Ellos estaban bien. Eran felices.

"Entonces sal con alguien," sorbió de su bebida y lo miró. Michael hizo una mueca. "Tienes el carisma. Y no eres un total desastre como Grayson y Evan lo eran, tú eres más decente."

"¿Decente, huh? Me hiciste sonar como un abuelo. Pero entiendo tu punto, y gracias. Tú también eres un gran chico, por eso no deberías estar solo." Michael le palmeó el hombro con ánimo. "¿Qué te parece si salimos juntos y vemos qué hay allá afuera?"

Se rió, negando con la cabeza. "No iré a una cita contigo, gracias. No estoy tan deprimido."

"Desearías salir con alguien como yo. Soy un caballero, soy amable, soy atento y no salto a la cama de inmediato." 

Los dos se rieron porque sus comparaciones era igual de ridículas. Eran distintos a pesar de ser los más tranquilos de la casa, pero Michael tenía todas las cualidades sociales con las que él no nació ni tendría jamás. Era más fácil para él llenar el espacio vacío a su lado y ponerse más cómodo en la manada.

Él por el otro lado...

Rex no estaba mal. Sorbió de su bebida, frotándose las mejillas calientes mientras pensaba el suave cabello rosa y su sonrisa de oreja a oreja. Quizás si era alguien tan dulce como Rex, las cosas estarían bien. 

¿Por qué si quiera se escondía tanto del mundo? 

A veces habría deseado ser más como Grayson, que sabía que era apuesto y la confianza en sí mismo suficiente como para que todos lo notaran y se sintieran atraídos a él como polillas a la luz. Seguro, ninguna de sus relaciones salieron bien hasta que llegó su compañero, y Lewis era todo lo contrario a lo que Grayson siempre tuvo, por eso se volvió especial para él.

Ji-Tae no podía decir que la gente no se le acercaba a veces para conversar o pedirle su teléfono, pero no tenía el gran carisma necesario ni el interés. Además tenía la tendencia de autolesionarse cuando estaba abrumado, no podía llevarle eso a alguien. Los asustaría a muerte. 

Pero Rex no se asustó.

Se preocupó por él y curó su herida

¿Era diferente al resto?

¿Como Lewis para Grayson?

¿O tenía que ser un anillo al dedo como Evan y Gabe? Ellos embonaban tan bien que parecían ser una sola persona.

Ian y Theo... ellos era diferentes pero iguales al mismo tiempo. Y eso los atraía al otro como imanes, porque encontraron una línea en la que los dos pueden estar y respetan los límites del otro aunque sean alfas. Parecía una relación imposible, pero eran tan gentiles y amables con el otro que no tenía sentido.

Cuando buscaba a su compañero, ¿qué debería tomar en cuenta? Era confuso.

Pero siempre llega cuando menos lo esperas y cuando menos lo buscas.

Masticó el borde de su vaso y suspiró.

Era complicado.

"Saldré con amigos esta noche." La voz de Michael lo sacó de sus pensamientos. "Si quieres unirte, déjame saber antes de las siete, ¿bien?"

"Seguro."

Se levantaron para ir a casa cuando vieron la patrulla pasar a toda velocidad detrás de un motociclista.

"¿Algo pasó?"

Michael y él observaron al igual que los demás residentes cuando el motociclista saltó dentro del bosque y la patrulla frenó de golpe incapaz de entrar ahí. Luego dio reversa y regresó lentamente hacia el pueblo. Se detuvo frente a ellos y bajó la ventanilla. Coker con una expresión cabreada suspiró.

"¿Conoces a alguien que conduzca motocicletas por aquí?"

Michael asintió. "Un par. ¿Qué está pasando?"

"Entraron a la casa de la señora Dupond y se robaron su computadora."

No podía recordar ese nombre. "¿Quién es ella?"

 "Una señora mayor, a finales de los setenta. Vive sola en su casa y no cree en los cerrojos. Nos llamó en cuando el motociclista entró a su casa e hizo un desastre. Solo lo vio salir con su laptop. Cuando llegamos, el hombre se estaba subiendo a la motocicleta y acelerando como el demonio. Lo perdí." El oficial golpeó la puerta de la patrulla con fuerza, pero no tanta para abollarlo. 

"¿Ella está bien?"

"Sí. Ford se quedó con ella hasta que llegara la ambulancia. La pobre mujer está asustada a muerte."

Ji-Tae se frotó la ceja. "Nunca he escuchado de un robo tan descarado por aquí, pero... era una señora mayor después de todo. Lo siento por decirlo así, pero es una víctima fácil."

"Lo sé." Coker exhaló con el estrés en todo su rostro. La pantera no tenía un momento de paz por aquí. "Pero es extraño. Especialmente si es un desconocido. Iré al taller de Marcus a preguntarle si sabe algo. ¿Les importaría decirme los nombres de quienes tienen motos en el pueblo? Solo haré una revisión de oficio."

Michael dio algunos nombres, incluidos uno de los zorros bajo la manada de Jaxon. Ji-Tae solo sacudió la cabeza en silencio cuando Coker lo miró. "No sé de nadie más, lo siento."

"Está bien. Esto es algo supongo. Le enviaré a los alfas fotos de las cámaras de seguridad donde se ve la moto. Quizás si aparece de nuevo podrán avisarnos."

Coker se alejó en la patrulla y él y Michael se quedaron ahí sin estar seguros de qué hacer. 

Un robo. Eso era nuevo.

Se subieron a su auto y Michael suspiró. "Seguramente lo atraparán pronto."

Ji-Tae no pensaba igual. Era demasiado extraño y fuera de lo común como para ser tan simple.

Al llegar a casa, preparó la cena para todos y cenaron juntos, riéndose mientras el pequeño Jo rodaba por el piso en su forma de zorro antes de cambiar a un tigre y luego a un humano. 

Era increíblemente sorprendente y jamás dejaría de serlo. 

Sus padres se veían orgullosos de su pequeño y no era para menos.

Cuando ellos se quedaron en la mesa conversando sobre el robo con Ian, Ji-Tae se lanzó al piso para jugar con Jo un rato. Las mordidas de colmillos tan pequeños y afilados eran dolorosas, pero usó gentiles gruñidos y mordidas para corregir su comportamiento. Era normal y nadie parpadeó por ello, porque así funcionaban las cosas con los cachorros, así evitarían que se volvieran peligrosos y comenzaran a entender que no eran simples animales. Eran ambos y su fuerza tenía que ser medida para no causarle daño.

Cuando Jo se acostó en su estómago en su forma de tigre, Ji-Tae fue a la cocina y le cortó trozos de sandía fría y lo vio comer mientras le frotaba la cabeza. 

Era un buen chico.

Y tenía temperamento, pero también era fuete y entusiasta. Sería un buen shifter al crecer. Tenía mucha gente rodeándolo para ayudarle a encontrar el equilibrio correcto entre sus tres formas. 

Sus padres se lo llevaron más tarde cuando terminaron la cena. Gabe le frotó el cabello y Ji-Tae sintió que su rostro se calentaba cuando el omega le sonrió. "Gracias por ser gentil con él. Odio admitirlo, pero Evan y yo no somos tan estrictos como deberíamos serlo."

"Es cierto. Es difícil corregirlo cuando pone sus ojos son tan adorables." Evan levantó a Jo en el aire y el chico cambió a su forma humana, golpeando las manos en las mejillas de su padre. Evan sonrió hacia su hijo. "Y le agradas bastante. Creo que eres su tío favorito."

Jo se giró, mordiéndose los dedos con una sonrisa llena de saliva. Ji-Tae sonrió enternecido. "Yo también lo quiero."

Gabe movió la mano de Jo en el aire, haciendo su voz más aguda. "Dile hasta mañana al tío Ji-Tae."

El pequeño se rió, haciendo sonidos sin sentido, pero mirándolo a los ojos. Eso era suficiente para él. Ji-Tae entendió. 

Michael salió de su habitación un rato después, vestido y peinado. "¿Supongo que no irás?"

Apretó los labios y sacudió la cabeza, tomando los restos de la cena para ponerlos en contendedores. Grayson vendría en algún momento y devoraría las sobras. "Creo que me quedaré en casa por esta noche. Buena suerte."

"De acuerdo." Michael palmeó su espalda y tomó sus llaves antes de caminar hacia la puerta. "Nos vemos mañana."

Guardó todo y limpió la cocina completa antes de servirse una copa de vino, listo para disfrutar de la sala para sí mismo cuando su teléfono vibró con un mensaje de su padre.

¿Cuándo vendrás a casa?

Lo lanzó a un lado, pensando en qué responder. No quería ir con ellos. No quería verlos más de lo que ellos a él. Pero si no respondía, ellos amenazarían con bajar de la montaña y venir a la manada. Lo que era mucho peor. No quería que nadie los viera ser como eran mucho menos verlos tratarlo como lo trataban. Deseaba evitar los problemas tanto como fuera posible.

Escribió rápido. 

La próxima semana. Estoy ocupado.

Eso espero. Tu madre tiene que hablar contigo de algo importante. Ya no eres un niño.

Frunció el ceño. ¿Eso qué significaba?

Su teléfono vibró esta vez, pero era una llamada. Sintió la sangre acumularse en su rostro mientras veía el nombre en la pantalla. 

Era Rex.

Contestó sin estar seguro de por qué. Solo cerró los ojos con fuerza y se apretó el cuello. 

"¿Ji-Tae?" Su voz suave se coló en su oído haciéndole suspirar. "¿Llamé en mal momento?"

"No," dijo sin aliento, sentándose correctamente en el sofá. "No estoy haciendo nada. ¿Qué pasa?"

"Oh, yo solo... um, me preguntaba si estabas en la ciudad. Pensé que podríamos ir a beber algo o cenar. Solo si puedes."

"Estoy en casa ahora mismo."

"Entiendo. Entonces, ¿estás bien? ¿Algo interesante?"

"Nada."

"De acuerdo. Te dejaré seguir disfrutando tu noche. Envíame un mensaje cuando quieras, ¿sí? Voy a contestar apenas pueda."

Sonaba decepcionado. Podía imaginarlo masticándose el labio inferior con una decaída expresión. Ji-Tae se apretó la pierna con fuerza. "¿Estás en tu casa?"

"Sí, solo veía televisión, pero estaba aburrido."

"Al menos te mantienes alejado de problemas."

"Oye, lo dices como si fuera un problemático. Los problemas me buscan, y no es lo mismo." Rex soltó una risita y Ji-Tae se levantó del sofá, apagando la televisión. Encontró sus llaves en el bowl al lado de la puerta y se detuvo antes de salir. Fue a su habitación. "Si soy honesto, todo ha estado tranquilo últimamente. Es como si me hubieras dado suerte desde que nos conocimos." 

Con los dientes apretados, recogió la chaqueta de su silla y la apretó en su pecho antes de exhalar. ¿Qué estaba siquiera diciendo? 

"Creo que es todo lo contrario."

Rex se rió. "No lo creo. He tenido una buena semana."

Caminó en silencio hacia su auto y se sentó, inhalando con fuerza. La chaqueta en su mano pesaba, pero no exactamente por la fábrica. Apretó los dientes y se contuvo con todas sus fuerzas de olerla como un verdadero pervertido, y solo la colocó en el asiento de al lado antes de arrancar y salir del estacionamiento.

Eran pasadas las ocho de la noche, pero todo estaba tan oscuro y frío afuera. Al menos las calles estaban vacías.

"¿Te quedarás en casa?"

"Supongo que sí. No hay nada más interesante que hacer y tú no me harás compañía."

"¿Por qué suenas como si estuvieras haciendo un puchero?"

"¿Tal vez lo estoy?" Lo escuchó quejarse con un gemido bajo. Todo su cuerpo se tensó y él apretó las manos en el volante, tomando pequeñas respiraciones. Ojos en el camino. "Tampoco tengo sueño. ¿Qué estás haciendo?"

Dejó el letrero del pueblo atrás y se masticó el interior de la mejilla. "Conduciendo."

"Pensé que estabas en casa, ¿escuché mal?"

Exhaló con fuerza. "Lo estaba. Pero no puedo quedarme así cuando te escuchabas tan desanimado."

"¿Entonces sí vendrás?" Sonaba emocionado de pronto. Ji-Tae contuvo una sonrisa y solo tarareó afirmativamente. "¿Por qué no lo dijiste? ¿Qué tan lejos estás? ¿Al menos recuerdas donde vivo?"

"Una pregunta a la vez. ¿Tenía otra opción? Ya tenías planes. Estoy a una media hora." Pisó el pedal y aceleró un poco más. "Recuerdo tu dirección, no es realmente difícil. ¿Está bien si voy allá?"

Algo sonaba extraño en el fondo de la llamada. Frunció el ceño cuando Rex se quedó en silencio antes de que su voz se escuchara lejana y sin aliento. "¡Está bien!", gritó. "Te estaré esperando abajo, no tendrás que estacionar. Sé a donde podemos ir. Te encantará."

"No es nada extraño, ¿cierto?"

"Nah, para nada. El ambiente es increíble." Se detuvo de pronto y respiró lentamente. "Gracias por venir, Ji-Tae."

"¿Eso de qué va?"

"Es... no lo sé. Eres diferente al resto. Te prometo que no te arrepentirás de acompañarme."

El rostro se le calentó con pequeños piquetes incómodos a lo largo de su cuerpo. Exhaló entre dientes y sacudió la cabeza. Maldición, este sentimiento horrible qué era. Se lamió los labios un poco sin aliento y se pasó una mano por el cabello. "No es nada," murmuró casi sin voz.

Rex solo soltó una risita y colgó el teléfono.

Ji-Tae condujo todo el camino con una sensación caliente abrumándole el pecho. 

A pesar de lo que Rex dijo, él se estacionó un momento frente al edificio y se bajó del auto. Pequeñas gotas de agua cayeron sobre él, pero estaba bien. No era nada demasiado fuerte, pero quizás más tarde llovería de verdad. Los shifters tenían más resistencia a las enfermedades a diferencia de los humanos. 

Rex estaba bajando las escaleras cuando lo vio y su sonrisa de hizo tan grande que sin entender cómo un suspiro salió de sus labios cuando el pecho se le apretó y el corazón le latió con fuerza. Lo vio abrazarse con sus propios brazos, pantalones anchos y una sudadera rosa como su cabello. 

Se detuvo frente a él, mirando su nariz roja y las mejillas húmedas con las gotas de lluvia. 

"Estás aquí," Rex susurró sin dejar de sonreír, ojos brillantes y llenos de felicidad. "¿Estás listo para divertirte?"

Tragó con fuerza, guardando las manos en los bolsillos del pantalón. "No estoy seguro de que sea la persona con quien quieras salir a divertirte."

"Eras la persona con quien quería salir esta noche, así que creo que sé lo que digo." Con un puñado, Rex tomó los bordes de su chaqueta y lo bajó hasta que sus labios fríos se presionaron en su mejilla. Ji-Tae inhaló el aroma dulce de Rex como si fuera el aire que necesitara para respirar. Le dio pena después de hacerlo, pero él no parecía incómodo por ello, al contrario. Parecía encantado. Ji-Tae lo observó en silencio, notando lo cerca que sus rostros estaban. Con una sonrisa ladina, Rex le acomodó la chaqueta, dejándolo enderezarse antes de palmearle el pecho lentamente. "Estás cálido."

"Tengo piel gruesa." Levantó la mano para tocarle la frente, deslizando los dedos sobre sus mejillas y la punta de su nariz. "Tú estás frío." Tenía una sudadera, pero con lo pequeño y delgado que era, eso no sería suficiente para mantenerlo cálido. Se quitó su propia chaqueta y la deslizó sobre sus hombros con el rostro caliente. Rex lo miró, con el labio inferior atrapado entre los dientes. Lamiéndose los labios, Ji-Tae comenzó a guiarlo al auto y le abrió la puerta, ignorando el cosquilleo en su estómago. "Atraparás un resfriado si te quedas aquí."

"¿Crees que eres el único con piel gruesa?" El humano se sentó y levantó la cabeza, enarcando una ceja. "No he tenido un solo resfriado desde que estaba en la escuela."

Resopló una risa antes de cerrar la puerta. Tenía demasiado carácter para un humano, pero era... era divertido. 

Siguió sus indicaciones y condujo tranquilamente por las calles de la ciudad. "Um, esto es mío." Rex levantó su chaqueta y la apretó en las manos. Ji-Tae asintió sin quitar la mirada de las calles, pero sentía su mirada encima. "Estaba preguntándome dónde la deje. ¿Planeabas quedártela?" Lo escuchó inhalar con fuerza. Apretó las manos en el volante. "Sigue oliendo a mi."

"¿A qué debería oler?"

"Pensé que quizás la habías lavado."

"Así que estás consciente de que la dejaste en mi auto." Frunció el ceño, volteando a verlo por un segundo. "¿Por qué no dijiste nada?"

"Estaba esperando que lo dijeras primero."

"¿Qué?"

"¿Hm? Oh, estamos casi ahí. Puedes estacionar al lado." El cambio de conversación repentino no le pasó desapercibido, pero su atención definitivamente cambió hacia el lugar donde estaban. Delante tenía un enorme letrero brillante que decía OLD STAGE. Habían personas saliendo y entrando, pero no demasiadas y se veían jóvenes. Rex se frotó las manos, sonriendo. "Parece que está comenzando."

Se quitó el cinturón y frunció el ceño. "¿Qué está comenzando?"

"Entremos." El hombre le dio un guiño y abrió la puerta primero para salir. 

Ji-Tae rodeó su auto y se detuvo a su lado. Rex se colocó la chaqueta mejor y lo miró con un encogimiento de hombros y los labios apretados. "Es una noche fría."

Era la peor excusa posible. Tenía la suya dentro del auto. Si quería usarla, solo tenía que decirlo. Estaba actuando muy tímido para ser solo eso, así que Ji-Tae no presionó. Lo vio ajustarse mejor la chaqueta en los hombros, que le quedaba mucho más grande que él, pero no se la quitó ni cuando entraron al lugar después de pagar por sus entradas.

Rex le tomó la mano dentro y lo guió entre las mesas. Era un bar, o algo así. Luces cálidas por todo el lugar y los clásicos aromas de humanos, shifters, comida grasienta y alcohol. No era muy distinto a otros lugares que había frecuentado, pero este tenía un escenario y una pista de baile. Cuando tomaron asiento, se dedicó a mirarlo fijamente mientras él llamaba la atención de un mesero y pedía cervezas para los dos junto con algo de comida.

Cuando terminó, se sentó bien y le devolvió la mirada. Parpadeó inocentemente. 

"¿Qué pasa?"

"¿Qué es este lugar?"

 "Es un bar. Pero también hay presentaciones de bandas que hacer covers de canciones." Se inclinó sobre la mesa mirándolo con una sonrisa. "También se puede bailar, o simplemente disfrutar del show desde aquí. Sigue siendo temprano, pero pronto comenzará la primera banda." Su sonrisa se desvaneció lentamente cuando él comenzó a jugar con sus dedos. "¿No te gusta?"

No es que no le gustara. Es solo que parecía demasiado ruidoso para su gusto. Rex se veía emocionado y ahora parecía preocupado. Se frotó la mejilla, apoyando los codos en la mesa.

"No sé bailar," dijo sin pensarlo mucho.

Rex lo observó antes de reírse. "¿De verdad? Te puedo enseñar, soy bueno." Tragó con fuerza y se enderezó repentinamente, rascándose el cuello. "Algo así."

"¿Algo así?" Sus cervezas llegaron y él tomó la jarra dándole un largo trago al igual que Rex. Suspiró luego del primer sorbo. Fría y perfecta. Rex también pareció aprobarla. "¿Vienes seguido a este lugar?"

"No. Mi jefa seguía mencionándolo desde hace días, pero no tiene tiempo para venir conmigo. Tenía curiosidad por venir, pero tampoco quería venir solo. Ya sabes." Se encogió de hombros, suspirando. "Los problemas me encuentran."

"Tus problemas es solo un montón de idiotas que no saben comportarse." Rex se inclinó más cerca, labios apretados en una sonrisa y la mano bajo el mentón. Ji-Tae tampoco retrocedió y se cruzó de brazos sobre la mesa. "Solo quieren verse como el macho dominante e impresionarte."

"Hacen un terrible trabajo. Me gustan más los que son fáciles de llevar, los que escuchan, los que son amables. Me gustan mucho los que me tratan bien." Rex no apartó los ojos de él cuando tomó otro trago de su cerveza. Ji-Tae sintió un cosquilleo en la base de su estómago. La piel se le erizó. "Me gustan los chicos maduros que no tienen miedo a intentar cosas nuevas."

Con los labios secos, Ji-Tae bebió de su cerveza, asintiendo y apartando la mirada cuando se volvió demasiado para él. "Sabes lo que te gusta, es bueno. No salgas con esos idiotas otra vez."

"Necesitaba ver que hay mejores hombres allá afuera para expandir mis horizontes." Dibujó en la mesa con un dedo encima del agua de su jarra. "Me demostraste que todavía hay quienes valen la pena."

Sus ojos estaban llenos de emociones que Ji-Tae no comprendía del todo, pero que tampoco era tan inocente como para ignorar. El asunto en sus pantalones también lo notó y estaba comenzando a agradarle la tensión en el aire, el aroma natural de Rex y el sutil almizcle de su emoción. Era un tigre, un animal que se dejaba llevar por olores y sus sentidos. 

La bestia dentro de él estaba ronroneando como un gatito, lamiéndose los labios y observando silenciosamente, pero se sentía agitado y sacudido, como si intentara analizar qué estaba pasando. Y quería el control.

Ji-Tae vio los ojos a Rex sintiendo que su respiración se agitaba. 

Estaba a punto de estirarse sobre la mesa para alcanzarlo cuando las luces se apagaron, excepto por las del escenario. Sorprendidos ambos apartaron la mirada para ver al grupo en el escenario, comenzando con una canción lenta y suave, una vieja canción de los ochenta. Los aplausos llenaron el lugar, incluido él y Rex y voltearon toda su atención a la presentación. 

Su comida llegó y ellos compartieron las papas fritas. En algún punto, Rex movió su silla hasta que estaban sentados al lado del otro y cuando la segunda canción comenzó, él recostó la cabeza sobre su hombro, moviéndose al ritmo de la música.

Su interior era un desastre. Casi quería limpiarse la sensación extraña del pecho, pero al mismo tiempo, tenía curiosidad. Esto era nuevo para él. La calidez, el cosquilleo, su sonrojo... Nunca antes se sintió así con nadie. Pero entendía que esto no era común, que era algo más. Y si solo era atracción, entonces, ¿qué debía hacer? 

¿Qué esperaba Rex?

Las canciones continuaron y las bandas subieron y bajaron entre aplausos. Tenía que admitir que era mejor de lo que esperaba de esto, y estaba cómodo, meciéndose con Rex recostado a su hombro y envolviendo su brazo con las manos, tarareando las canciones. 

"¿Te gusta?" El aliento en su oreja le hizo cosquillas, haciéndolo estremecer. Los labios de Rex se frotaron encima del borde de su oreja. Ji-Tae podía decirle que incluso por encima de la música, él todavía era capaz de escucharle perfectamente, pero no lo hizo. En todo caso, se inclinó más cerca de él y Rex acarició su nuca con una mano. "Está mucho más lleno que antes."

"Me gusta," admitió en voz baja.

"¿No son buenos?"

Asintió, levantando la cabeza para verlo. Se mecía de lado a lado, genuinamente sintiendo la música a lo largo de su cuerpo. "¿Quieres bailar?" La pista estaba llena. La música cambió a algo más movido y moderno y las personas bailaban apretadas. Rex levantó las cejas con sorpresa y Ji-Tae se mordió el labio. "Puedes ir. Estaré vigilando que nadie se pase de la raya."

Él se quedó quieto, viéndolo fijamente a los ojos cuando sus cejas se ciñeron un poco. "Quiero bailar, pero con ninguno de ellos."

"No estarás..."

"Quiero bailar contigo."

"Oh, vamos. Te dije que no sé hacerlo."

"Yo puedo enseñarte." Rex saltó de su asiento, luciendo quizás demasiado emocionado y le tendió la mano. La canción terminó y otra comenzó, más movida, más sucia. Por favor. "Vamos, solo sigue mi ritmo y pronto descubrirás que sí puedes bailar. Solo necesitas la pareja correcta."

Ji-Tae suspiró, mirando su mano pequeña extendida. "¿Y ese eres tú?"

"El mismo."

¿Por qué era tan difícil negarse?

Se estaba levantando antes de pensarlo mejor, y Rex tiró de él hacia la pista sin darle la oportunidad de reconsiderar. Muy inteligente, porque ahora que estaba en medio de la gente, rodeando en todas partes, solo quería regresar a su linda silla. 

Rex se dio la vuelta con una sonrisa. Le agarró las manos y las colocó sobre su cintura antes de comenzar a mecerse. Su cabeza estaba justo por debajo de su mentón cuando se pegó imposiblemente más a Ji-Tae. Todavía estaba procesando lo que estaba pasando como para moverse, pero después de un rato decidió que no podía hacer solo el ridículo y que quizás no era tan malo darle una oportunidad a esto.

Además, Rex estaba moviéndose y bailando, disfrutando del momento sin soltarle las manos. Ji-Tae sintió el calor bajo sus palmas del cuerpo más pequeño de Rex, jadeando cuando sintió lo pequeña que era su cintura. Rex lo miró por encima del hombro, acariciándole los brazos cuando dejó sus manos libres y Ji-Tae tocó el borde de su sudadera por delante de su estómago.

Inhaló el aroma por encima de la cabeza del humano y cerró los ojos, sintiendo algo salvaje soltarse dentro de él mientras que el trasero firme del chico se frotaba contra él. No podía hacer nada por contener su erección, era imposible que él no lo notara, pero si lo hizo, solo se frotó más y más contra él. 

Ji-Tae lo escuchó gemir. Su cabeza bajó de inmediato, atraída por el sonido y rozando los labios el cuello de cisne delante de él. Su cuerpo se sentía como si fuera de alguien más, no podía contenerse. Y algo más lo llenó.

Presionó la boca en la piel pálida y la besó a lo largo sin estar seguro de por qué, pero verla así desnuda y frente a sus ojos era demasiado excitante como para no sentirla, y era tan suave y tersa. En sus dientes se sintió delicada pero en su lengua fue firme y deliciosa. 

Sus manos estaban deslizándose dentro de la sudadera en un momento, sintiendo la piel humedecida por el sudor, el escalofrío que le erizó la piel y pequeño ombligo. Rex se dobló en sus brazos, cayendo hacia delante. Ji-Tae lo sostuvo con firmeza hasta que se enderezó, girando la cabeza de lado. Sus ojos estaban vidriosos y los labios separados. 

Ji-Tae gruñó, sintiéndose complacido por alguna razón primitiva y Rex se lamió los labios, envolviendo el brazo por detrás de su cabeza y golpeando sus bocas juntas.

Se sintió como si el aire saliera de sus pulmones. Se quedó inmóvil, no seguro de donde poner sus manos. Lo miró con el corazón latiendo peligrosamente rápido.

No estaba seguro de qué hacer. Él jamás... nunca... nadie...

Rex se giró, encarándolo y sonriendo mientras le acunaba el rostro y frotaba sus bocas juntas. "Solo separa los labios, déjame mostrarte primero. Iremos con calma."

"No lo digas así." Cerró los ojos quejándose. Odiaba sentirse inexperto y que Rex lo encontrara divertido. Volvió a abrir los ojos solo para verlo sonreír ampliamente, mejillas rojas y mirada llena y brillante. Con un suspiro, colocó las manos sobre su cadera por encima de la ropa. "Ya siento que estoy haciendo el ridículo, detente."

"No puedo hacerlo ahora. Es demasiado tarde." Atrapó su labio inferior entre los suyos y lo chupó con suavidad y con su mirada oscureciéndose. Ji-Tae jadeó, apretando las manos en su cadera y Rex lo soltó antes de repartir besitos cortos alrededor de su boca y sobre sus labios. "Me gusta mucho esto. No tienes que avergonzarte. ¿Soy la primera persona con la que haces esto?"

Asintió débilmente.

Rex sonrió, estirándole las mejillas con las manos. "Entonces tengo que ser un buen recuerdo. No vamos a hacer nada que no quieras. ¿Por ahora estás bien?"

"No soy un niño," gruñó. "Estoy bien. Esto es... repentino, supongo. Pero está bien, de verdad. Me gustó." Lo miró fijamente y él asintió seriamente. "Odio no saber qué hacer, eso es diferente."

"Eso tiene solución. Es cuestión de práctica." El chico se lamió los labios entrecerrando los ojos. "Pero tienes que hacerlo conmigo, ¿de acuerdo? Solo conmigo."

Ji-Tae resopló una risa. "¿Qué significa eso?"

"Quiero decir que salgas conmigo, me gustas quizás demasiado." Sus mejillas se colorearon más que su cabello rosa y él se puso tímido de pronto, jugando con los bordes de su camiseta. "No me encuentras desagradable y te gustó el beso. ¿Crees que puedes darle una oportunidad a esto? No te presionaré de ninguna manera, lo juro." Levantó las manos en el aire, su voz volviéndose aguda. "Iremos a tu ritmo."

Se veía tan ansioso, pero lleno de entusiasmo. "A mi ritmo, ¿huh?"Habían más razones más allá de su inexperiencia que le hacían pensar que esto era una mala idea. Si sus padres se enteraban harían un gran escándalo y lo rechazarían al instante. Además, Ji-Tae era un lío dentro de sí mismo. No tenía la confianza suficiente para una relación. Especialmente con alguien tan abierto como Rex, que podía salir con cualquiera que quisiera, que tenía una hermosa sonrisa que llamaba la atención de todos y que tenía la personalidad perfecta para ser el centro de atención en cualquier situación. Alguien podría venir y mostrarle que había una mejor opción allá afuera y él tendría que soltarlo porque sabía que era cierto y Rex merecía lo mejor. "Ir a mi ritmo podría cansarte."

"No, no lo hará. Me gustan las cosas a tu manera." El chico le tomó la mano y tiró de él entre la multitud hasta llegar a la puerta. Se detuvieron afuera. Rex se recostó a la pared y se abrigó con fuerza. "Estoy cansado de las relaciones que empiezan rápido y terminan mal. Parte de ello es mi culpa, por eso creo que debo buscar algo más."

Si eso decía que no quería encontrarse con más idiotas que solo querían jugar con él, entonces era bueno.

¿Pero él? De todas sus opciones en el mundo...

"No sé cómo estar en una relación. Ni siquiera sé..." Se detuvo antes de terminar su oración y que su rostro se volviera un desastre. No sabía besar, mucho menos tener sexo. Y le asustaba casi tanto como le avergonzaba. "¿Como amigos?"

"No beso a mis amigos, ni siquiera como una broma. Si no te sientes seguro sobre esto, entonces no hay presión." Sonrió mientras se frotaba el cuello con una mirada incómoda. "Me apresuré otra vez. Lo siento."

Ji-Tae apretó los dientes y levantó una mano para tocarle las puntas del cabello que le caían sobre la frente. "Solo debes disculparte cuando hagas algo malo. Que te guste alguien es normal. Pero no creo ser lo que necesitas. Soy una persona aburrida, no hay nada interesante en mi. Tú eres brillante." Rex levantó la mirada con esperanza en todo su rostro. Dios. "Eres bueno con las personas. ¿No te gustaría alguien más como tú?"

"Ya he estado ahí, he conocido a esas personas y terminó justo como la última vez cuando tuviste que ayudarme. Escucha, no quiero rogarte por una relación si no la quieres." Tomó una profunda respiración y se alejó de la pared. "Si quieres permanecer como amigos, entonces está bien. Solo olvida lo que dije antes, ¿sí?" Se rió con una extraña expresión y comenzó a caminar hacia el bar, mirándolo por encima del hombro. "Terminemos de ver el show y luego vayamos a casa."

Sí.

Era lo correcto.

Pero por qué no se sentía bien después de eso.

El aire entre los dos se puso incómodo cuando regresaron a la mesa. Rex no dijo nada más sobre lo que sucedió y se concentró en las presentaciones cantando en voz baja y mencionándole cosas sobre las bandas y las canciones.

Ji-Tae apenas entendió lo que decía. Se sentía extraño y demasiado tenso dentro de su propia piel.

Cuando alguien se acercó a hablarle a Rex, porque era bonito y estaba ahí donde todos podían verlo, algo en su interior se sintió feo y enojado. Rasgó la mesa con sus uñas y observó al desconocido fijamente hasta que se encontró con su mirada y se puso nervioso. Se alejó de ellos rápidamente y Ji-Tae dejó de sentirse agitado.

"¿Deberíamos irnos?"

Parpadeó hacia Rex, volviendo su atención a él. "¿Seguro?"

"Sí." Se levantó y bostezó genuinamente. "Necesito descansar, y tú tienes que conducir de regreso a tu casa."

"De acuerdo."

Pagó la cuenta y lo siguió afuera del lugar. Era cerca de media noche y parecía que apenas las cosas comenzaban a ponerse buenas en el bar. No parecía el momento de marcharse pero no iba a preguntarle sus razones. Era bastante obvio que se sentía incómodo con él.

Condujo en silencio, no seguro de que decir algo mejoraría las cosas. Y se detuvo frente al edificio.

Apretó el volante con fuerza, escuchándolo quitarse el cinturón. Se aclaró la garganta y se frotó las piernas. Ji-Tae giró la cabeza para verlo. Rex estaba decepcionado, probablemente molesto y decaído por rechazarlo. 

Lo vio sonreír. "Me divertí mucho más de lo que pensé. Gracias, Ji-Tae."

"No fue nada. También me divertí." Titubeó un poco, pero colocó la mano sobre su hombro. "¿Puedo acompañarte hasta tu puerta?"

"Realmente no tienes que hacerlo."

"Por favor."

Con duda, él abrió la puerta, dándole una mirada. "No tienes que sentirte mal por dejar las cosas claras, Ji-Tae, en serio. Estoy bien."

"Si es así, entonces déjame subir contigo." Se masticó el labio, pensando en una excusa mientras se quitaba el cinturón. "Es... tarde."

"Mhm." 

Sacudió la cabeza, pero no dijo que no, así que salió del auto y lo siguió hacia el edificio. 

Nuevamente el silencio incómodo llenó el aire entre los dos, pero Ji-Tae no podía detenerse ahora. Tampoco frenarse de sentir que necesitaba al menos hacer esto. 

Su tigre se sentía tan agitado, caminando en círculos ansiosamente.

"Bien, ya estamos aquí." Rex puso el código en su puerta y sonrió. "Sano y salvo. Gracias."

"¿Puedo tomar agua?"

Con un suspiro, Rex se frotó la frente. "No sé que estás intentando, pero no me ayudas a superar lo que pasó hace rato. ¿Qué es lo que quieres?" Se cruzó de brazos, levantando la mirada con los labios apretados. "¿Qué es lo que realmente quieres?"

"No lo sé." Su pecho estaba apretado y sus músculos tensos, como si su tigre quisiera tomar el control y al mismo tiempo hacerlo sentir mejor por esto. "No es que no me gustes," dijo con la voz extraña y baja. "Tengo demasiados problemas en mi como para llevarle eso a alguien más. Eres un chico increíblemente hermoso, inteligente y dulce. ¿Sabes cuántos hombres querrían tener a alguien así? Ni siquiera tengo la experiencia para darte un maldito beso, mucho menos hacer algo más. Vas a cansarte de esto e irte y yo no puedo detenerte porque no tengo razón para hacerlo. No soy nada. No tengo nada de valor, no soy bueno para nadie."

Rex se veía adolorido. "¿Quién te hizo creer todas esas cosas sobre ti? Eres increíble, ¿estás bromeando? Nunca he conocido a nadie como tú y me encanta la manera en que eres. Si no me gustara no me habría lanzado a tus brazos. Vales más de lo que crees, Ji-Tae." Se pasó la mano por el cuello y suspiró antes de hacerse a un lado en la puerta. "¿Quieres pasar la noche aquí? Donde sea que te estés quedando, no creo que sea bueno que regreses ahora. Preferiría que te quedes conmigo."

No era erróneo pensar eso. 

De hecho, no creía poder regresar a la manada. Tomaría la opción de irse a un bar y beber hasta que lo echen luego de hacer un espectáculo.

Y quería quedarse aquí.

"Eso me gustaría."

"Ven." Rex alcanzó su muñeca con la mano caliente y lo llevó hacia la sala donde lo hizo sentarse antes de quitarse la chaqueta que era de Ji-Tae y dejarla en el respaldo del sofá. "¿Te gusta el té?"

Lo giró para mirarlo moverse en su cocina, la nuca delgada y pálida sobresaliendo desde el ancho del cuello de la sudadera. Bonita y pequeña, como sus hombros pequeños y espalda escondida debajo de la ropa, sus caderas ligeramente pronunciadas y sus piernas alargadas. Rex era hermoso. Único con sus colores que no tenía miedo de mostrar.

¿Cómo se sentiría tener a una persona así sin tener miedo de ser una carga?

Él regresó un poco después con una taza humeante en las manos. Se la dio y antes de alejarse, le dio un beso en la cima de la cabeza. Ji-Tae se sorprendió tanto que tembló y su corazón se calentó.

¿Qué quería?

Rex habló desde el pasillo.

"Cuando estés listo, ven a mi habitación. Y no aceptaré un no esta vez. Tampoco puedes convertirte en un tigre y dormir en el piso."

Sonrió detrás de la taza, murmurando para sí mismo. "No iba a hacerlo."

***

Holaaa!!

Capítulo 3 listo y aquí!!! Adoro a Ji-Tae!!

Y para los que no lo reconocen, es Ryou, pero solo algunos de los chicos lo llaman así  😭

Gracias por todo, nos leemos pronto xx

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