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4

"¿Qué se supone que es todo esto?"

Se sentó sobre el piso mirando las cajas que habían llegado. Eran las cosas que su madre le envió. Tardó más de una semana en hacerlo llegar, pero finalmente estaba aquí, fuera lo que fuera. Matthew revisó los papeles frunciendo el ceño. "No dice, pero hay una nota para ti." Se la tendió mientras se ponía de rodillas y revisaba la caja antes de abrirla con una navaja.

Noah abrió el sobre blanco y sacó el trozo de papel.

Llámame cuando revises el contenido de la caja. Mamá xx

"¿Qué hay dentro?" preguntó con más curiosidad ahora, inclinándose para poder ver.

"Bueno. Varios videojuegos, una consola nueva y también esto." 

Era una pequeña caja blanca. "¿Un teléfono inteligente?" Se rió mientras lo abría y encendía. "Bueno, después de pasar tanto tiempo con un teléfono que apenas era funcional esto es realmente agradable," dijo sosteniendo el aparato.

"Supongo que sí. Además de esto." Se encogió de hombros revisando la caja de la consola con curiosidad.

"¿Te gustan esas cosas?"

Matthew lo miró antes de inclinar la cabeza. "Podría decirse. Jugaba cuando tenía tiempo, cuando no estaba en misiones."

Noah revisó el teléfono y encontró solo dos contactos guardados. El de su mamá y el otro de su papá. Presionó el nombre de ella y puso el teléfono en el piso en altavoz para revisar las cosas de la caja junto a Matthew.

"¿Noah?"

"Sí."

"Oh, Dios. Es tan bueno escuchar tu voz otra vez." La escuchó suspirar mientras abría la caja de la consola con la navaja de Matthew. "¿Cómo estás? ¿Tus heridas? ¿Estás comiendo bien?"

"Estoy bien, mamá. Si algo se hubiera complicado probablemente ya lo sabrías." Se sentó nuevamente cruzando las piernas frente a él. "Las heridas curaron hace tiempo y la comida es repuesta por semana, estamos bien."

Matthew se sentó también frente a él, mirando las instrucciones. Llevaba un pantalón de deporte que se aferraba a sus muslos. Frunció el ceño, mirando por primera vez las cicatrices en su piel. Algunas parecían más heridas de bala. No podía verlo bien en sus brazos, ¿pero también las tenía allí? Su cuerpo estaba bien, apenas un par de heridas de había podido ver, pero en resumen, ellos nunca se acurrucaban después del sexo, y siempre era demasiado... emocionante, como para mantener la cordura. 

"Haré que envíen carne de buena calidad. ¿Has estado muy aburrido?" Matthew miró el teléfono y luego regresó la vista a la caja. "Sé que hay una biblioteca entera y está la piscina, pero supongo que puede volverse solitario después de un tiempo. ¿Rocco es una buena compañía? Puedo hacer que tu padre envíe a alguien más si lo necesitas."

"¿Quién? Oh. Um." Sacudió la cabeza un poco avergonzado. Desde hacía mucho no había escuchado el otro nombre de Matthew, casi lo había olvidado por completo. "Estamos bien. Hemos encontrado cosas que hacer." Los ojos claros de Matthew se encontraron con los suyos antes de que sonriera con suavidad, sacudiendo la cabeza. Noah también sonrió. "No es necesario enviar a alguien más. Está bien así."

"De acuerdo. Sabes, tuve una reunión con tu padre más temprano y ambos creemos que es posible que salgas al menos por una noche."

Sus ojos se abrieron como platos al escuchar eso.

"¿En serio?"

"Sí." La escuchó suspirar. "No es completamente seguro todavía, pero tenemos a Kozlov en la mira. Si intenta algo... Así que si lo deseas, puedes salir. Con tu guardaespaldas asignado y otros más, por supuesto."

"Sí quiero." Se mordió el labio inferior sonriendo. "No me interesa cuántos de ellos vengan, pero me encantaría poder salir."

"Bien. Entonces hablaré con tu padre. Te llamaré más tarde, ¿sí?"

"Gracias."

"Oh, y disfruta de los juegos que envíe."

Cuando colgó Noah miró fijamente el teléfono antes de mirar a Matthew. Levantó una ceja.

"Salgamos hoy."

Se frotó el cuello y dejó los juegos en el piso. "Sigo sin estar seguro de si es una buena idea. Todavía están esos tipos allá afuera."

"Pensé que estabas entrenado para cosas así." Se cruzó de brazos frunciendo el ceño.

"Lo estoy." Matthew se puso serio mirándolo fijamente sin una pizca de suavidad. "Pero protegerte en un lugar lleno de gente no es un juego."

"Enviarán a más guardaespaldas," dijo en cambio, sin quitar su postura firme. No iba a ceder. "Y si no estás de acuerdo solo puedes quedarte aquí mientras salgo. Pero voy a salir."

Se puso de pie y caminó hacia la cocina para tomar un poco de agua. Su corazón estaba latiendo con fuerza y se rostro estaba caliente. Era la primera discusión que tenía con Matthew en todo este tiempo y no le agradaba. Cuando cerró la puerta del refrigerador, Matthew estaba detrás de él. 

"¿Puedes ser un poco racional?" preguntó.

Noah presionó la lengua contra la parte interna de su mejilla antes de responder. "Puedo cuidarme solo. ¿Olvidas que tuve el mismo entrenamiento que tú?"

"¿Tienes un arma?"

Lo miró fijamente mientras él se cruzaba de brazos. Noah apretó la mandíbula. "No tengo un arma. Pero tú la tienes." Exhaló lentamente apretando la botella en su mano antes de mirarlo. "Dijeron que lo tienen en la mira. Es lo más seguro que estaré por mucho tiempo. Y sabes, lo gracioso es que incluso después de esto otras personas podrían buscarme. Pero no puedo vivir encerrado para siempre."

Se sostuvieron la mirada por un largo rato hasta que Matthew dejó caer los brazos. 

"¿Eso es un sí?"

"Harás lo que te diga, ¿entiendes?"

Noah asintió y se acercó a él. Matthew tenía la mandíbula tensa. Le sonrió con suavidad y puso una mano sobre una de las mejillas duras. Su barba había crecido más en los últimos días, se había dado cuenta. ¿Había dejado de afeitarse? Es decir, desde que lo conoció siempre tuvo un rastro de barba, pero ahora era más que eso. 

"Estaremos bien. Deja de ser tan pesimista." Abrió la botella de agua y le dio un trago antes de regresar a la sala. Todavía tenía que esperar la llamada de su madre, así que bien podían perder el tiempo jugando en el gran televisor de la sala. "¿Has jugado alguno de estos antes? Yo no tengo la mínima idea de qué son."

Matthew lo alcanzó un momento después. Suspiró pesadamente y tomó uno de soccer. "Podemos probar este si quieres. Es bastante fácil." 

Él se encargó de todo el proceso de conectar los cables y los controles. Noah solo miró sin comprender qué era lo especial de todo esto. Pero Matthew parecía ligeramente entusiasmado con la idea de jugar. Lo que sea. Iba a salir de la maldita casa finalmente.

***

Su mamá no le devolvió la llamada ese día, sino al día siguiente después del almuerzo. Casi corrió afuera de su habitación para buscar a Matthew y contarle. Todavía no parecía muy entusiasmado con la idea, pero al menos iba a acompañarlo. 

Pasó más tiempo en su closet del que le gustaría admitir, pero al fin podría salir. Quería disfrutarlo tanto como fuera posible. Cuando salió, finalmente después de más de una hora, se encontró a Matthew en el pasillo.

"Oh." Lo miró fijamente, observando su rostro completamente rasurado. Se veía... más joven. Sacudió la cabeza y se acercó a él para tocar su rostro. "Suave."

Matthew apartó la mirada. "Sí. Supuse que era hora de hacerlo. Estaba comenzando a ser molesto."

"Se sentía bien cuando metías la cabeza entre mis-" Se detuvo ahí mismo dando un paso atrás. Ah, demonios. Qué vergonzoso. Metió las manos dentro de los bolsillos del pantalón y asintió. "Te sienta. ¿Qué edad tienes? Ahora mismo pareces de veinte."

"Veinticinco," dijo frotándose el rostro con una mirada extraña. "Dos años menor que tú."

"Sí." Miró su atuendo. Vaqueros negros, botas y una sudadera negra. Se humedeció los labios y se dio la vuelta. "Está bien. ¿El conductor ya llegó?"

"Está esperando en la sala."

Noah se detuvo por un momento cuando vio a un hombre vestido con un traje negro parado a un lado de la puerta. "Señor Kana, buenas noches."

"Buenas noches." Aspiró una respiración y guardó el teléfono en sus bolsillos, revisando que tenía todo lo necesario  y miró a Matthew. "¿Estás listo?" 

Se estaba poniendo algo en el oído, un comunicador. Revisó su cinturón y ajustó bien la pistola en su funda antes de asentir. Casi se veía como el primer día en que se conocieron. "Todo listo. ¿Ya sabes adónde irás?" preguntó.

Noah asintió. "Sí." 

Se acercó al conductor y le susurró al oído dos lugares específicos a los que quería ir. El hombre lo miró antes de asentir. "Puedo hacer eso," respondió.

"Gracias."

Matthew frunció el ceño. "¿Qué le dijiste?" 

Noah se encogió de hombros y tomó la mochila que había preparado con anterioridad. La colgó en su hombro y esperó a que Matthew lo alcanzara para salir. El conductor salió antes que él para tener el auto listo. "Solo disfrutemos de esta noche, ¿sí?" Le dio una suave sonrisa.

"De acuerdo." Lo miró fijamente antes de inclinarse sobre él. Noah cerró los ojos, esperando el beso, pero solo sintió algo sobre su cabeza. "Es mejor si usas eso." Matthew ajustó la gorra sobre su cabeza con cuidado y asintió. "Te queda."

"Gracias."

Se dio la vuelta para salir, pero Matthew dijo que le diera un minuto para revisar antes. Esperó a un lado de la puerta mordiéndose la lengua. ¿En serio había estado esperando un beso? ¿Tan desesperado de contacto humano estaba? Se sorprendió un poco cuando él volvió a entrar y le dijo que podía salir. El auto que los estaba esperando no era nada especial, solo un sedán negro de alguna marca. Ambos subieron a la parte trasera del auto y por primera vez en todo el tiempo que había estado dentro de la casa, Noah notó lo lujosa que se veía. Había estado inconsciente el día que llegaron y nunca salieron así que estaba algo sorprendido. ¿No era demasiado?

Finalmente se movieron y Noah dejó la mochila entre sus piernas mientras miraba los alrededores. Habría sido agradable poder recorrer los jardines de la propiedad y tomar aire puro de vez en cuando. Tal vez debería preguntarle a su madre si podía hacer eso ahora que las cosas estaban calmándose.

El auto se detuvo en la garita de seguridad de la entrada. "Regreso en un minuto," Matthew dijo antes de bajar del auto Fue con uno de los tres hombres que custodiaban la entrada, probablemente dándoles indicaciones sobre la casa. Señaló a uno de los tres hombres y señaló el auto. 

¿Tres guardaespaldas? Suspiró y recostó la cabeza sobre el asiento antes de girar el cuello, intentando buscar algo de relajación. Las puertas se abrieron y luego se cerraron. 

Matthew tocó su pierna haciendo que abriera los ojos para mirarlo.

"¿Estás bien?"

Asintió. "Sí, pero mi corazón está latiendo un poco rápido ahora mismo." Se frotó el pecho en esa área suspirando. "Me siento ansioso."

Matthew se mordió el labio inferior y presionó en su pierna con los dedos. "Es normal, supongo. Ha pasado un tiempo desde que saliste y podrías sentirte abrumado."

Se frotó el rostro con las manos y miró hacia adelante. Los dos hombres de enfrente estaban solo mirando al frente, pero Noah quería inclinarse y besarlo ahora mismo. ¿Era demasiado desesperado? Hizo un puchero y miró por la venta, tomando un poco de confort en la mano sobre su pierna.

El auto se hundió en un profundo silencio por todo el camino. No era incómodo, pero casi podía tocar la tensión en el aire. 

Se detuvieron en una estación de gasolina frente a una tienda de conveniencia. El conductor lo miró a través del retrovisor. "¿Está bien aquí, señor?"

"Sí."

Cuando abrió la puerta, Matthew puso una mano en su brazo. "¿Qué es esto?"

"Solo quería conseguir unas cosas. ¿Vienes?"

"Como si tuvieras otra opción." Rodó los ojos y salió rápidamente del auto y corrió a su lado cuando caminó hacia la estación. Se pegó a su lado al entrar. Estaba vacío en realidad. Además de que era un poco tarde en la noche. "¿Qué estás buscando?"

Noah lo ignoró y caminó hacia el pasillo de los licores. Tomó una botella de vino antes de revisarla. No era la mejore, después de todo estaba comprando vino en una gasolinera, pero haría el trabajo. "Esta servirá." Lo escuchó suspirar ruidosamente detrás de su espalda. También tomó otras cosas para comer y luego fue a la caja. La mujer ni siquiera los miró a la cara, solo pasó las cosas por la caja. Noah miró a la derecha y tomó uno de los paquetes de condones también. 

Miró a Matthew y él le devolvió la mirada. Levantó una ceja. "¿Qué piensas hacer? No me has dicho a dónde vas todavía."

Le entregó el dinero a la mujer y esperó mientras ella ponía las cosas en una bolsa. Cuando iban saliendo, respondió. "Lo pensé mejor la noche anterior y creo que sería mejor ir a un lugar tranquilo." Se detuvo en la entrada para mirarlo. Sonrió un poco mirando su rostro de bebé. "Cuando estemos ahí lo verás."

Matthew miró su rostro fijamente por un momento. Abrió la boca y la cerró de inmediato antes de sonreír. "Está bien."

El resto del camino tomó más tiempo de lo que pensó, pero realmente no tenía idea de en dónde estaban. Matthew se mantuvo en su asiento preguntándole cosas por ratos. Casi se veía como un tipo normal en sus veinticinco saliendo a tener diversión una noche, no como un hombre entrenado para matar a personas con sus propias manos. 

Noah apartó la mirada de él rápidamente cuando se dio cuenta de que lo había estado mirando fijamente por un largo rato. ¿Qué le pasaba? Frunció el ceño y miró el oscuro pasaje. Tenía veintisiete años, sabía cómo diferenciar sus sentimientos, pero estaba un poco confundido. ¿Le gustaba Matthew o solo se había aferrado a la idea de esta persona que siempre estaba a su lado por la situación en la que estaba? Frotó su frente con frustración. 

Por otra lado, suponiendo que se estuviera enamorando del otro hombre, ¿cuáles eran las posibilidades de que pudieran tener una relación? Matthew finalizaría esta misión en algún momento y luego se iría a otra parte. Apoyó la barbilla en la mano y suspiró. Solo habían estado acostándose por un tiempo, sin hablar de emociones o sentimientos. Matthew no se abría tan fácil, así que era difícil saber qué estaba pasando por su mente. 

Solo pregúntale. ¿Qué tienes que perder?

Presionó los labios con fuerza ante la pregunta. Solo una relación que estuviera destinada al fracaso si es que tenían una oportunidad. A distancia, vivir preocupado al saber que en cualquier momento Matthew podría tener un accidente grave mientras hacía su trabajo. 

"Señor, estamos aquí." Levantó la mirada y observó por a través de la ventana. "Revisaremos el área antes de que baje."

Los dos hombres de enfrente se bajaron del auto y se alejaron. Noah se giró hacia Matthew. Estaba más cerca de lo que pensó, inclinado para mirar por su ventana. Noah lo miró fijamente mordiéndose el labio inferior. "¿La playa? ¿Esa es tu idea de diversión?" Sonrió antes de mirarlo. "¿Qué?" preguntó.

Sacudió la cabeza y miró los labios rojos antes de tomar los lados de su rostro y besarlo. Cerró los ojos por inercia, centrándose en la boca que estaba devolviéndole el beso casi desesperadamente. Sintió el pasamanos de la puerta en su espalda, pero no le importó. Matthew tomó su cintura con las manos, acercándose imposiblemente más a él. Cuando empujó la lengua dentro de su boca, Noah suspiró y lo dejó tomar la dirección del beso a su gusto. Era un buen besador y también disfrutaba de hacerlo, podía sentirlo. Eran muy compatibles en los que le gustaba. Era casi surrealista que lo hubiera conocido en una situación como esta. Si lo hubiera visto en la calle un día, definitivamente se habría acercado a él y le habría pedido su número. 

"Tenemos que bajar," murmuró contra su boca cuando se separaron para recuperar la respiración. 

Noah besó su limpia mejilla y acarició la parte trasera de su cabeza. "¿Tenemos que hacerlo?" preguntó antes de buscar su boca otra vez y besarlo necesitadamente. Dios, iba a desnudarse aquí mismo si era necesario, pero lo quería dentro. "Solo hagámoslo aquí."

"Los hombres están afuera," dijo separándose un poco más para mirarlo a los ojos. Se veía tan encendido como él lo estaba. Le frotó las caderas con las manos y miró por la ventana antes de suspirar. "Salgamos. ¿Tu idea era tener sexo en el auto afuera de la casa? ¿Estás en el exhibicionismo? No pareces del tipo."

Noah se limpió la boca y sonrió. "No me gusta. Pero si la situación se presta... " Se encogió de hombros bajando la mirada a los pantalones de Matthew. Puso la mano sobre el duro bulto escondido y lo acarició con los dedos. Matthew entreabrió los labios mirándolo fijamente. "Pero supongo que debemos bajar."

Los hombres que estaban esperando afuera no dijeron nada, pero ninguno de los dos lo miró a la cara. Se acercó a uno de ellos. "No van a decir nada de que van a ver, ¿entendido?" Le dijo al hombre que condujo. 

"Sí, señor."

Asintió y se acercó a Matthew. Acomodó la mochila por encima de su hombro antes de inclinarse y quitarse los zapatos. Lo miró mientras los recogía. "¿No vas a quitártelos?"

Matthew miró sus botas antes de suspirar. "Supongo." Cuando las tuvo en la mano, Noah se se puso más cerca de él y tomó su mano libre entre la suya. Matthew se tensó. "¿Qué estás haciendo?" Lo miró con alarma.

"No tienes que preocuparte. Ya hablé con ellos." 

Sus hombros se relajaron visiblemente antes de que él mirara sus manos unidas. "¿Estás seguro?"

"¿Te incomoda?"

Sacudió la cabeza con suavidad. "No. No me incomoda. Esto es solo... diferente." Apretó su mano y exhaló con suavidad. Parecía querer decir algo, pero se detuvo y lo miró a los ojos, una pequeña sonrisa en los labios. "¿Cuáles son tus planes?"

No contestó, solo empezó a caminar por la arena para estar más cerca del agua. Estaban en un lugar donde había ligera iluminación. No tan poca, solo lo perfecto para ver con claridad por donde se movían. Era de hecho un lugar hermoso. Y estaba aparentemente solitario. El hombre había elegido el lugar con ese propósito, supuso.

"¿Qué hay en tu mochila?"

"Todo lo que necesitaremos. Creo que estará bien aquí." Se detuvo a metros del agua y dejó caer sus zapatos. Dejó ir su mano momentáneamente para sacar las cosas de su mochila. Dejó la toalla a un lado y comenzó a estirarla sobre la arena. Era lo suficientemente amplia como para que ninguno de los dos tuviera problemas con la arena. Cuando estuvo lista lo miró. "Puedes tomar asiento."

Matthew sonrió y lo hizo, cruzando las piernas y dejando la bolsa de la gasolinera  entre ambos. "Esto parece una cita."

Noah apretó los labios sintiendo el rostro caliente. "¿En serio?" Dejó la botella del vino sobre la toalla y tomó las dos copas que trajo en la mochila. Le dio una y tomó la botella para abrirla con el sacacorchos que también guardó en la mochila. Le sirvió en su copa y luego llenó la suya. "Podría ser nuestra primera cita, ¿no crees?" dijo mirando hacia el mar, pero podía sentir la mirada de Matthew en su rostro. 

"Suena bien."

Noah sonrió tomando un trago de su copa. Después giró la cabeza hacia él.

"¿Podemos ser completamente honestos esta noche?" Balanceó la copa entre los dedos sosteniéndole la mirada. "No sé acerca de ti, pero yo he estado pensando últimamente en la forma en que me siento. Y aunque sea solo yo el que se siente así, quiero decirlo. Me gustas y me gustaría salir contigo."

Matthew tragó con fuerza y apartó la mirada mientras se tomaba todo el vino de golpe. Noah frunció el ceño confundido. Matthew se veía... nervioso de pronto. "Ah... " Cerró la boca y se frotó la frente con una mano. "Supongo que debí decir esto desde hace tiempo."

"¿De qué hablas?"

"Cuando todavía vivías en la casa de tus padres yo... estaba-" Se detuvo y frunció los labios.

"¿Estabas qué?"

Sacudió la cabeza. "Sabes qué, olvídalo. Es vergonzoso."

"No. No lo dejaré ir." Golpeó su hombro mientras fruncía el ceño. "Yo acabo de decir que me gustas. Puedes decir lo que sea."

Matthew se pellizcó el puente de la nariz y suspiró. "Cuando vivías en la mansión yo estaba... enamorado de ti." Exhaló bruscamente levantando la cabeza, todavía sin mirarlo. "Y creí que eso se había desvanecido con el tiempo. Pero cuando me asignaron como tu guardaespaldas me puse tan nervioso como cuando tenía dieciséis. Me veía completamente diferente a ese entonces. Ya no era el niño delgado que era el más lento del equipo, pero aún así..." Matthew lo miró antes de reírse nerviosamente. "Cuando te vi por primera vez me di cuenta de que todavía iba a seguir siendo el mismo chico torpe que nunca tuvo las bolas de acercarse y presentarse."

"Parecías bastante confiado en lo que a mi respecta," murmuró recordando su primera conversación. "Fuiste bastante directo ese día."

"No sabía cómo comportarme. Y dilo, te gusté en ese momento, ¿cierto?"

Tomó un sorbo del vino. "Eras bastante agradable a la vista. Pero no eras mi tipo." Sonrió.

"¿A qué te refieres?"

"Me sorprende que no estuviera en mi expediente," dijo con sarcasmo. "Mis parejas fueron chicos pequeños y bonitos. Tú... eres todo lo contrario. Así que por esa razón, siempre estuve acostumbrado a estar arriba. Antes de ti solo dejé a un sujeto follarme y fue terrible, así que jamás volví a intentarlo." Se encogió de hombros y lo miró. "Sabía que no iba a poder follarte y por algún motivo tampoco quería hacerlo. Por primera vez en mucho tiempo... realmente quería que alguien me follara."

Matthew asintió. "No pensé que lo quisieras, si soy honesto." Lo miró de pies de a cabeza. "No eres un tipo pequeño. Pero después solo lo soltaste sin más." Sacudió la cabeza riendo. "Eso fue intenso."

Noah se inclinó hacia él. Le dio un suave beso en los labios. Matthew suspiró contra sus labios y tiró de él hasta que estuvo sentado en medio de sus piernas. Puso la barbilla sobre su hombro y lo rodeó con los brazos.

"Desearía haberte dicho como me sentía en ese entonces." Húmedo besos fueron dejados sobre su cuello y mandíbula. "Me gustas también. Es un alivio poder decirlo. Gracias."

"¿Gracias?"

"Por decirlo."

"Ah." Noah tomó su mano y miró los tatuajes de rosas negras, tenía las letras HOPE en los nudillos de ambas manos, se había dado cuenta un tiempo atrás. Cerró los ojos y besó la parte trasera de la mano, sobre el tatuaje. Tan bien como se sentía ahora mismo, no podía dejar de pensar en qué iba a ser de ellos en el futuro. ¿Solo debo aferrarme a esto mientras dure? Suspiró apoyando la mejilla en su mano. Va a doler. "Ojalá nos hubiéramos conocido en otras circunstancias."

"Tal vez fue el momento correcto," susurró sobre su cuello. "Estoy seguro de que podemos hacerlo funcionar de alguna manera... si tu padre no me asesina antes."

Se rió. "Yo hablaré con él. No te preocupes por eso."

"Noah, ¿en serio quieres salir conmigo aunque sabes lo que hago?"

"Siento que es la primera vez que te escucho pronunciar mi nombre." Sonrió con suavidad. "No voy a mentir. Realmente me gustaría si este dejara de ser tu trabajo, pero no puedo obligarte a cambiar. Solo me preocuparía, pero puedes cuidarte, ¿no es así?"

"Puedo cuidarme perfectamente bien," murmuró. "Pero me sentiría mal si estuvieras preocupado por ello todo el tiempo."

No hablaron más sobre el tema por el resto de la noche. De hecho, solo pasaron la mayor parte del tiempo contándose historias y besándose. Se sentía feliz y satisfecho por primera vez en mucho tiempo. Matthew era realmente un buen tipo. Inesperadamente dulce y compresivo. Su tamaño era solo una capa que escondía a un buen hombre que tenía buenos sentimientos. Era casi un alivio poder estar así en sus brazos, en una noche como esta. 

Estaba realmente agradecido por haberlo conocido.

Más tarde cuando terminaron los snacks y casi toda la botella de vino, decidieron ir a casa y usar los condones que había comprado más temprano. Seguían tomados de la mano cuando regresaron al auto. Ninguno de los otros dos hombres dijo algo, solo seguían en su postura firme esperando a que subieran a auto. 

Noah cerró los ojos una vez el auto empezó a andar y se recostó sobre Matthew, sosteniendo su mano entre la suya.

***

Matthew sintió que algo no estaba bien cuando llegaron a la propiedad y los hombres de seguridad no estaban en sus puestos. No les había dado la orden de dejar el lugar en ningún momento.

"¿En dónde están?" Noah preguntó.

"Bajaremos primero, señor." Dijo el conductor viéndose tan consternado como su compañero. "Les daremos una señal si todo está bien."

Matthew sacó su arma de la funda y le quitó el seguro. Esto estaba muy mal. Noah no se veía preocupado sino molesto. Sus ojos eran fríos repentinamente. Buscó en los bolsillos de su pantalón rápidamente y encontró la navaja que siempre llevaba consigo. Se la tendió.

"Ten esto. No tengo otra arma, es lo mejor que puedo darte."

Noah asintió y la tomó con un firme agarre. "Está bien. Gracias."

Miró hacia atrás pero no podía ver nada salvo por las luces de la entrada. No podía ver a los hombres ni escuchar nada. Maldición. Con una mierda, esto no podía ser peor. 

Disparos. Noah y él miraron fijamente al frente cuando cuando escucharon las detonaciones. 

"Creo que lo mejor que podemos hacer es salir de aquí. Estamos demasiado expuestos," dijo con la vista fija en la entrada de la propiedad. Noah asintió y abrió la puerta del auto al mismo tiempo que Matthew. Fue con él de inmediato, pegado a su espalda para revisar el área. " Mierda. No puedo ver nada."

"Deberíamos entrar al bosque."

"No tenemos otra opción. Por favor, no te separes de mi." Lo empujó por detrás hacia el bosque intentando ser tan cuidadosos y silenciosos como fuera posible. Entrar al bosque hizo que su cuerpo entero se tensara. El frío que se coló en sus huesos cuando escuchó una rama romperse hizo que tomara el brazo de Noah con fuerza y lo hiciera detenerse. Sonó más cerca de lo que le gustaría. Exhaló lentamente y revisó el área con cuidado. Maldición. "Cuando te de mi señal, empiezas a correr," susurró sobre su oído. No supo si él asintió, pero esperaba que Noah no discutiera esto. 

Esperó. Si estaban ahí los escucharía. Solo tenían que dar un paso...

Su rostro se contrajo con el dolor cuando sintió el ardor llenar su pierna derecha, el sonido de un disparo evaporándose en el aire. Cayó de rodillas antes de que pudiera controlarlo. 

"¡Corre!"

"¡No te voy a dejar aquí!"

Se impulsó hasta ponerse de pie y lo empujó para comenzar a moverse otra vez. SI le dieron es porque tenían mejor vista que ellos y dispararían de nuevo. Noah lo ayudó a caminar mejor, sus respiraciones eran pesadas y sus corazones latían rápido contra sus pechos. Alcanzó a ver la luz de la carretera más adelante. Tenían que llegar ahí e intentar conseguir ayuda.

"Detente ahí."

Matthew disparó hacia la voz sin pensarlo dos veces. Se giró para ver a un hombre ahí. El otro estaba en el piso sosteniendo su pecho. El otro estaba mirándolo fijamente mientras lo apuntaba con su arma. 

"Ni siquiera lo intentes," dijo el hombre sonriendo. Señaló detrás de él. "O le volarán el cerebro justo aquí."

Miró hacia atrás para ver a dos tipos apuntar hacia ellos. Noah lo miró mientras sacudía la cabeza. "Lo siento," murmuró. 

"Deja que se vaya con nosotros y no le haremos daño... aún." El hombre se encogió de hombros al tiempo que dos más aparecían entre las sombras detrás de él. 

No tenían una maldita oportunidad. Noah sostuvo su mano firmemente antes de dejarla ir y dar un paso lejos.

"Noah, no." Se dio la vuelta de inmediato y alcanzó a agarrarle la muñeca. Lo miró a los ojos. "No."

"No podemos hacer nada." Suspiró y le dio una suave sonrisa. "Está bien. No te preocupes por mi."

Se le cerró la garganta cuando Noah se deshizo de su agarre. Los otros dos lo tomaron de inmediato. Un arma contra su sien. Matthew se dio la vuelta para ver la cara del otro hombre con claridad. 

"¿Ves? No es tan difícil." Sonrió sin emociones, pero viéndose satisfecho. "Dispárale en la otra pierna," le murmuró a los hombre detrás de él. 

Matthew cayó al húmedo suelo, recogiéndose por el dolor. Quemaba como la mierda. Gritó con fuerza cuando uno de ellos pisó su herida mientras pasaba a su lado. Lo miró a los ojos.

"Voy a matarte," le gruñó.

"Agradece que sigues con vida, idiota."

Le dio una patada en el costado y se alejó. Matthew los miró mientras se iban con Noah. Golpeó el piso con el puñó y se las arregló para buscar en sus bolsillos. Buscó un número específico en la agende. Al segundo timbre, su contacto respondió.

"¿Sí?"

"Drake, forma un equipo y recógeme en la ubicación que te enviaré."

"¿Estás bien?"

"Solo un disparo en la pierna. Los inútiles solo rozaron la otra."

"Estoy llamando a los chicos."

Matthew le envió su ubicación y colgó, luego tomó una profunda respiración antes de ponerse de pie. Su pierna dolía como la mierda, pero aún podía sostenerse. Se quitó el cinturón y lo enredó alrededor de su pierna para evitar que comenzara a desangrarse. Revisó en su celular la aplicación de rastreo especial que habían creado los Kana. Nunca se lo mencionó a Noah, pero cuando se desmayó el día que lo llevó a la casa, le puso un chip de rastreo en la parte trasera del brazo derecho. Solo era una aguja pequeña y un dispositivo igual de pequeño, lo suficiente para que no fuera percibido.  Ahora agradecía tanto haberlo hecho.

Revisó la aplicación rápidamente y ahí estaba. Moviéndose a través de la autopista. 

Esos malnacidos iban a arrepentirse con sus vidas. 

Él mismo iba a encargarse de eso con sus propias manos.

Esto era personal.

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