3
"¿Te duelen las heridas? Podemos detenernos aquí." Matthew jadeó sintiendo la presión en su estómago mientras Noah estaba en su regazo. Se humedeció los labios intentando tomar sus brazos, pero Noah solo hizo más presión. Aspiró entre dientes. "Deberíamos detenernos aquí. No es una buena idea."
Noah frunció el ceño y presionó su rodilla contra su torso con mayor fuerza. Matthew exhaló con dolor. "¿Te rindes tan fácil?" Se movió rápidamente, tomando el brazo su brazo izquierdo y haciéndolo rodar hasta que estuvo boca a abajo. Presionó su brazo haciéndolo gritar. "Ríndete."
Golpeó el piso con el otro brazo, "Es todo," dijo y Noah lo soltó. Se dio la vuelta sobre su espalda sosteniendo su brazo mientras él se ponía de pie. Lo miró mientras Noah iba por una botella de agua del pequeño refrigerador del gimnasio.
"Eres inesperadamente bueno," dijo todavía desde el piso.
Noah lo miró a los ojos mientras bebía de la botella. Se sentó en una banca y se encogió de hombros. "Me gusta entrenar."
"Te mantienes en buena forma." Se sentó lentamente y lo miró. Ambos se habían quitado las camisetas. Él tenía un chandal y Noah shorts. Estaba tomando un descanso en la banca y su respiración seguía agitada. Las gotas de sudor se deslizaban desde su cuello hasta el borde del pantalón. Matthew apartó la mirada y se levantó para tomar una botella de agua. "Sabías que te encontrarían un día, ¿cierto?"
"Lo esperaba. Solo que... lo olvidé, porque nunca vinieron tras de mi." Enroscó la tapa de la botella y se levantó frotando su cuello. "Bien. Iré a tomar una ducha. Fue un buen entrenamiento."
Cuando se fue, Matthew se quedó ahí sosteniendo la botella con fuerza. Miró a su erección y maldijo. "No es momento para esto. En serio no lo es." Comenzó a limpiar las cosas sin prisas antes de ir a su habitación para tomar una ducha. Lanzó su ropa en el cesto de la esquina y caminó desnudo hacia el baño.
Puso el agua fría para calmar a su cuerpo. No tenía el derecho de hacer esto. Además su jefe lo asesinaría si se enterara de que le puso un dedo encima a su hijo. Noah solo había sido su más grande enamoramiento mientras crecía en la Mansión. Lo adoraba, casi había vuelto a su padre loco hablando de lo bueno que el hijo de los Kana. Quiso conocerlo tanto, pero al mismo tiempo estaba avergonzado de hacerlo. Él no era nadie en ese entonces, solo el debilucho de los jóvenes. Noah estaba a un nivel muy superior al suyo.
Fue él quien hizo que Matthew cuestionara su sexualidad. En cierto punto se dio cuenta de que toda su fascinación y admiración no eran más que profundos sentimientos platónicos por él. Pero el Noah de 18 años era un sueño. Era tan guapo a sus ojos como ningún otro hombre. Las pocas veces que pudo verlo en persona, Noah siempre fue amable con todos, incluso se juntaba con ellos después de los entrenamientos para cenar. Pero jamás tuvo las agallas de acercarse y presentarse formalmente.
Se preguntó si algo hubiera sido diferente.
Probablemente no.
Noah se habría ido de la casa de todas formas. No tenía ninguna oportunidad con él. Él solo era uno más de los matones y él sería el líder de la casa. Incluso si le hubiera confesado sus sentimientos, ¿por qué Noah iba a aceptarlos?
Así que después de que Noah se fue de la casa, Matthew se enfocó en su entrenamiento, que era lo único que tenía para desquitar sus frustraciones. El tonto chico de 16 años que estaba enamorado borró cualquier signo de emociones y se cerró en una bola de ira contenida que dio paso a lo que era hoy en día.
La puerta del baño se abrió y sus ojos se encontraron con los de Noah. Le dio la espalda y se cubrió tanto como pudo. "¿Sí?"
"Oh. No esperaba encontrarte aquí."
Lo miró por encima del hombro. "¿Qué sucede?"
"Yo haré la cena esta noche." Lo revisó sin vergüenza alguna apoyándose en el marco de la puerta. "Sal cuando estés listo."
"Gracias."
Pero Noah no se fue después de eso. Permaneció ahí por un momento. Matthew se encontró con sus ojos esperando a que dijera algo, pero él solo se dio la vuelta y salió cerrando la puerta detrás de sí. Matthew suspiró, apoyando la frente contra la pared mirando hacia abajo.
Ahora tenía otra erección con la que lidiar.
***
Noah terminó su comida y empujó el plato a un lado mientras se limpiaba la boca con una servilleta. Matthew todavía estaba terminando la pasta masticando lentamente. No lo miró ni una vez. De hecho no había dicho más que un gracias cuando Noah le dijo que la comida estaba lista.
"¿Te gusta?"
Matthew asintió con la vista en el plato. "Sí. Es bueno."
Se levantó para limpiar sus platos. Había pasado ya casi un mes desde que se encerraron. Ni una llamada de sus padres ni de los guardaespaldas que estaban patrullando afuera de la casa en donde estaban. Nada. Y se estaba volviendo loco y un poco más. La frustración era tanta que había comenzado a masturbarse cada noche para poder relajarse. Incluso estuvo mirando porno para su vergüenza. Arrugó su expresión al recordar que tuvo que hacerlo dos veces la noche anterior para poder dormir.
Y el idiota tatuado de ahí se negaba a ceder. Sabía que Matthew también lo quería. De la forma en la que lo miraba y a veces apartaba la mirada cuando estas se encontraban le dijeron lo suficiente. ¿Por qué demonios no ceder entonces?
Tenía un hermoso cuerpo, por cierto. Se mordió el labio inferior tomando una de las toallas para secar su plato. Espalda ancha y musculosa y su trasero era firme y bien formado. No estaba lo suficientemente desesperado para rogar, pero Dios... solo podía resistirse lo suficiente.
No tuvo que girarse para saber que Matthew estaba detrás de él, podía sentir el calor de su cuerpo perfectamente. Aún así miró hacia atrás. Estaba sosteniendo su plato vacío. "Solo dámelo, yo lo limpio."
"No, está bien. Solo termina."
Dejó sus cosas a un lado y se giró, apoyándose al mueble. Cruzó los brazos y lo miró a los ojos. "¿Por qué no puedes solo dármelo?"
"Solo quiero hacerlo." Frunció el ceño.
"Ponlo ahí." Señaló el espacio a su lado sin romper miradas. "Yo lo limpiaré."
Matthew suspiró pero lo hizo. Cuando se iba a retirar, Noah tomó su brazo. Lo miró a los ojos por un momento antes de acercarse lentamente. Matthew no dijo nada, tampoco lo empujó. Aún se mantuvo en silencio cuando Noah puso las manos sobre su nuca y tiró de él hasta que sus labios chocaron. Le dolió, pero aún así no pudo contenerse a empujar su lengua dentro de su cálida boca.
Sabía dulce, como al vino que habían estado tomando. Gimió, presionado sus cuerpos más juntos, deseando poder sentir el calor de otra persona. Matthew lo dejó por un rato hasta que no pudo soportarlo más. Lo tomó por debajo de las piernas y lo levantó. Sus dos grandes manos estaban en su trasero mientras lo besaba profundamente. Tan bueno, pensó cuando Matthew lo dejó sobre el mueble de la cocina, metiéndose entre sus piernas, sus brazos a sus lados mientras se besaban. Noah envolvió los brazos alrededor de sus hombros y sus piernas alrededor de su cadera para presionar sus erecciones.
Matthew tiró de su camiseta a un lado y Noah le quitó la suya mientras se besaban duramente. No les importaba. Ambos estaban frustrados y esto era lo que ambos necesitaban. Su cabeza se sentía un poco nublada solo con los besos y la lengua explicando su boca. Siempre pasó cuando besaba a alguien, sus sentidos comenzaban a tambalearse exquisitamente por algún motivo. Era perfecto.
Tiraron sus ropas a un lado mientras se besaban sin poder tener suficiente. Matthew tomó sus piernas levantándolas sobre sus hombros. Se arrodilló frente a él y presionó sus piernas contra su pecho. Noah soltó un largo gemido roto cuando sintió la húmeda lengua presionar contra su agujero sensible. Se sostuvo lo más que pudo mientras Matthew lo comía como un hombre hambriento. Chupó, mordió y lamió con su boca su agujero para estirarlo. Usó un par de dedos cuando Noah estuvo más relajado. Ardió un poco porque había pasado un tiempo desde que tuvo sexo, pero se sentía tan bien que no le pidió que parara.
Noah se corrió. Dios, eso fue tan bueno que ni siquiera tuvo que tocarse. Solo la estimulación le hizo correrse. Se mordió el labio inferior con fuerza sintiendo los espasmos del orgasmo golpearlo. No notó que Matthew lo había dejado hasta que abrió los ojos y lo vio regresar, un condón puesto. Sus ojos eran fuego ardiente mientras se acercaba mirándolo como a una presa.
Lo besó profundamente, chupando su lengua dentro de su boca. Presionó dos dedos en su agujero nuevamente, solo que ahora tenía lubricante con él. No dijeron nada, solo sus voces rotas en el aire cuando Matthew comenzó a empujarse dentro de él hasta que llegó al fondo. Noah exhaló entre dientes sintiendo como su trasero era estirado para tomar la longitud de Matthew dentro. Se relajó dejándolo entrar por completo.
"Lleno," se quejó, hablando por primera vez. Presionó su mano en su abdomen bajo y tiró la cabeza hacia atrás. Matthew se quedó quieto, dejándolo adaptarse a su pene pero comenzó a besar su cuello. Chupó marcas alrededor de sus clavículas y también jugó con sus pezones sensibles.
Cuando sintió que ya se había acostumbrado, comenzó a mecerse contra él, empujando su gordo pene dentro de él. Matthew sostuvo sus piernas cuando empezó a embestirlo con fuerza. No hubo una onza de suavidad, solo deseo por satisfacer. Ambos deseaban esto con locura.
Lo penetró sin descanso. Noah se aferró a sus brazos sintiendo que su cuerpo ardía con las ansias de correrse otra vez. No pudo hacer más se dejarlo cuando Matthew salió de él y lo bajó del mueble. Le dio la vuelta y lo hizo sostenerse del borde antes de que volviera a entrar en él, embistiendo profundo y rápido. Noah pensó que iba a perder su mente mientras Matthew le daba la jodida de su vida.
Se corrió antes que Matthew, sobre el piso, sintiendo la cabeza ligera y el cuerpo lánguido, sintiendo las fuertes manos aferrarse a sus caderas mientras lo jodía. Aún así, se sostuvo del mueble mientras era jodido profundamente. Apretó su trasero y lo escuchó gruñir antes de que lo envolviera con los brazos, sus embestidas lentas pero igual de profundas mientras besaba su espalda. "Voy a correrme," susurró contra su oído. Noah gimió ante la profundidad de su voz sobre su piel. Se quedó quieto por un momento, solo sosteniéndolo mientras cabalgaba su propio orgasmo.
Noah frotó los brazos que lo estaban envolviendo, intentando confortarlo mientras seguía dentro de él.
"¿Estás bien?" preguntó un momento después cuando Matthew empezó a dejar suaves besos sobre sus hombros y nuca. Exhaló ante la agradable sensación.
"Sí. ¿Tú?"
"Mucho mejor."
Matthew lo soltó y comenzó a salirse de él lentamente. Hubo un desagradable vacío una vez se separaron. Noah miró el piso y su propio estómago antes de levantar la mirada. Matthew se quitó el condón y lo ató antes de tomar pedazos de papel toalla y limpiarse. Noah tomó un par y también hizo lo mejor que puso.
"¿Tus heridas?"
Sacudió la cabeza. "Están curadas, deja de preocuparte por eso. Ha pasado suficiente tiempo."
"Lo sé, solo no necesitamos que algo vuelva a surgir."
Sus miradas se encontraron y de pronto la situación se volvió muy real y vívida. Inclinó la cabeza y sonrió apretadamente. "¿No te sientes mejor?"
"¿La verdad?" Matthew sonrió de lado y tiró el condón a la basura. "Sí y no."
"¿A qué te refieres?" Tomó su ropa del piso y la presionó contra su pecho. Matthew hizo lo mismo y comenzó a caminar hacia las habitaciones. Noah lo siguió.
"Si tu padre se entera..."
"Es raro que lo primero que pienses después del sexo es en mi padre."
"Sé que no es algo grande para ti, pero no se suponía que hiciera esto con el hijo del jefe al que estoy cuidando." Le dio una mirada, pero no lucía realmente arrepentido. "Pero fue bueno. Me alegra haberlo hecho finalmente después de tener bolas azules por la última semana."
Sonrió. "Digo lo mismo. Y no te preocupes por mi padre, no tiene por qué enterarse." Se detuvo frente a su habitación. Matthew también se detuvo. "A menos que creas que iré a los brazos de mi padre apenas estemos de vuelta y le diré que mi guardaespaldas abusó de mi."
"Espero que no." Matthew sonrió luciendo relajado.
"Tomaré una ducha ahora mismo, pero luego iré a ver una película. ¿Quieres acompañarme?"
"Seguro."
Después de eso entró a su habitación. Noah suspiró sintiendo su cabeza despejada antes de abrir la puerta de su propia habitación. Se preguntó cuándo sería la próxima vez.
***
Fue más pronto de lo que pensó.
De hecho, fue al día siguiente mientras estaban en la piscina.
Matthew lo miró mientras daba la quinta vuelta en la piscina desde el borde con ojos curiosos. Ambos estaban pensando en lo mismo, lo podía sentir cada vez que sus miradas se encontraban. Hundió la cabeza en el agua y giró para nadar hacia la otra esquina. Ahí se detuvo y caminó hacia el borde donde él estaba sentado. Podía ver la línea gruesa de su erección bajo los pantalones cortos. Se hizo el desinteresado mientras más se acercaba a él, pasándose una mano por el cabello húmedo. Se lamió los labios y lo miró. "¿No piensas entrar al agua?"
"En un rato." Apretó la mandíbula y extendió las piernas más abiertas. Noah lo miró a los ojos antes de llegar a él, deslizando las manos sobre sus musculosos muslos. Pasó una mano sobre el bulto y lo vio aspirar una respiración. "¿Qué estás haciendo?"
"Exactamente lo que también quieres."
Tiró del borde de los shorts y dejó libre el duro pene, casi le golpea la cara. Se rió antes de envolverlo dentro de su puño. Matthew puso una mano sobre su cabeza, frotando su cabello con los dedos. Noah no esperó más, lo metió en su boca y comenzó a chuparlo ahuecando sus mejillas sintiendo el sabor en su lengua. Incluso olía bien.
Matthew comenzó un ritmo lento de embestidas contra su boca mientras sostenía la parte trasera de su cabeza. Noah lamió y chupó los lados del duro pene, recordando que eso lo jodió profundamente la noche anterior y ahora estaba dándole una mamada. Gimió alrededor de la longitud mientras usaba una mano para masturbarlo al mismo tiempo que chupaba sus bolas dentro de su boca y volvía a succionarlo. Presionó un dedo sobre la gruesa cabeza y chupó la base, lamiendo alrededor antes de levantar la mirada.
Matthew tenía el labio inferior entre los dientes mirándolo sin apartar la vista. Había una sombra de color en sus mejillas mientras empujaba sus caderas en su mano. Noah volvió a chuparlo, su boca haciendo un sonido húmedo obsceno. Envolvió los labios en la gorda punta, chupó y empujó su lengua alrededor.
"Eso es todo."
Matthew apartó su rostro cuando se corrió, pero algunas gotas cayeron en su cara de todas formas. Me mojó la mano y comenzó a limpiarlo con cuidado. Noah lo dejó y guardó su pene dentro de los shorts mientras. Matthew suspiró y lo miró a los ojos.
"¿Qué?" le preguntó, apoyando la barbilla en su muslo derecho mirándolo hacia arriba.
Sacudió la cabeza. "No sé si estás demente por seguir con esto o si yo estoy perdiendo la cabeza dejando que esto siga sucediendo."
"Vamos, hombre. Mi papá no se va a enterar." Hizo un puchero y miró alrededor, al gran espacio del área de la piscina. "Además no hay nada que podamos hacer para pasar el rato. Ni siquiera salir al jardín. Tengamos esto, al menos."
Sacudió la cabeza pero no dijo nada más. Noah lo miró por un momento, prestando atención a los tatuajes en sus brazos. Eran intrincados diseños con dioses y rosas. Al parecer le gustaban las rosas mucho. Tenía muchas. Levantó la mano y acunó uno de sus pectorales. Matthew lo miró confundido. Se encogió de hombros.
"Se sienten agradable." Tomó la otra y se mordió el labio inferior mientras apretaba los músculos. "Tienes un pecho realmente grande."
Matthew carraspeó y apartó la mirada. ¿Estaba avergonzado? Noah sonrió mientras seguía frotándole el pecho, molestando sus pezones rosas. En serio le gustaba la sensación. Él entrenaba y había formado buenos músculos, pero su pecho jamás fue tan desarrollado. Deslizó sus manos por su torso y se alejó, nadando hacia el otro extremo.
Matthew lo estuvo mirando todo el tiempo, pero cuando sus miradas se encontraban, Matthew apartaba la mirada. No le preguntó nada al respecto ni siquiera cuando Matthew entró al agua y comenzó a nadar a lo largo. Noah se hizo a un lado y se sentó en el borde de la piscina tomando una de las toallas que Matthew colocó para ambos. La puso sobre sus hombros y se abrigó con ella mirándolo.
Después de un rato se levantó y regresó a la casa para tomar una ducha. Estaba ligeramente cansado. Había levantado pesas en la mañana y luego nadó por un largo rato, lo único que deseaba en ese momento era dormir.
***
Unos días después, Matthew golpeó la puerta de su habitación antes de abrirla. "Tu papá llamó."
"¿Qué dijo?" Se sentó en su cama y dejó el libro que había estado leyendo a un lado.
"Encontraron la ubicación de Kozlov, pero no están seguros de si realmente está ahí." Sus ojos decían que era realmente serio. "Muchos de sus hombres siguen por ahí y se rumora que están buscándote todavía."
"Eso significa que todavía no podemos salir, ¿cierto?"
Matthew asintió y se apoyó en el marco de la puerta. Llevaba una sudadera blanca que hacía que sus abultados músculos sobresalieran. "Pero dijo que enviaría una cosas para ti. Algo que compró tu mamá."
Frunció el ceño. "¿Mi mamá?"
"Dijo que esperaba que no estuvieras tan aburrido."
Sacudiendo la cabeza, Noah volvió a acostarse en su cama. "Seguro." Tomó el libro y abrió la página en la que había parado antes de volver a leer. Después de media página se dio cuenta de que no escuchó la puerta cerrarse. Bajó el libro y vio a Matthew ahí todavía. "¿Dijo algo más?"
"No." Miró alrededor de su habitación y suspiró. "¿Estás bien? Apenas has estado terminando tus comidas."
Cerró los ojos y se frotó el puente de la nariz mientras dejaba escapar un largo suspiro. "Supongo que solo perdí el apetito."
"Tienes que comer o vas a enfermarte." Sonaba serio y preocupado. Noah abrió los ojos para mirarlo. "Sé que estar encerrado aquí es tedioso y no soy la mejor compañía posible, pero lo importante es mantenerte con vida."
"No tienes que repetirlo todos los días." Se giró dándole la espalda y cerró los ojos. "Voy a terminar las comidas, lo prometo."
"Si quieres hablar de algo, puedes decírmelo." Noah parpadeó con la vista en su armario mientras lo escuchaba hablar. "Me han dicho que puedo dar buenos consejos."
Suspiró.
"Ven aquí."
"¿Huh?"
Se dio la vuelta poniendo los brazos debajo de la cabeza. "Ven aquí. Hazme compañía."
Noah tuvo que admitir que se había acostumbrado a tener al hombre alrededor. Era el único contacto humano que había tenido en más de un mes y la única voz que resonaba en la casa además de la suya. Habían seguido teniendo sexo cada vez que estaban aburridos para hacer algo más, o cuando estaban tensos. Incluso a veces cuando terminaban de entrenar y estaban demasiado cachondos para ignorar el hecho de haberse estado frotando a propósito durante una hora. A veces solo se besaban mientras miraban la televisión y otras veces solo conversaban de lo primero que se les viniera a la cabeza.
Sí. Se había apegado un poco.
Matthew lo miró fijamente por un rato antes de meterse a la habitación. Se sentó en el borde de su cama y lo miró sin decir una palabra. Noah sonrió y tiró de sus manos para que se acostara en la cama. Matthew se apoyó en un brazo y lo miró levantando las cejas.
"¿De qué quieres hablar?" preguntó.
Noah sacudió la cabeza mirando su pecho cubierto por la sudadera. "Nada en específico. Solo necesito ver a alguien. Siento que me estoy volviendo loco lentamente." Lo miró a los ojos claros y sonrió sin ánimo antes de presionar una mano sobre su pecho. "¿Tú no te sientes igual? Siento que soy el único aquí y que estoy siendo dramático."
"Um." Presionó los labios con fuerza mientras pensaba. "No lo sé. Creo que ya me acostumbré a este tipo de cosas. He tenido misiones donde he tenido que dormir en el piso por semanas." Se encogió de hombros y lo miró. "Estoy es fácil para mi. Como una vacaciones."
"Daría lo que fuera por estar frente a una playa en este momento bebiendo margaritas." Cerró los ojos por un momento solo imaginándose cómo sería eso. "Cuando salga de aquí haré que mi padre me pague unas vacaciones." Abrió los ojos. "¿Qué harás después?"
"¿Cuando termine la misión?" Noah asintió. "Entrar en otra misión, supongo. Depende de si mi superior tiene algo planeado para mi."
Frunció el ceño. "¿Ni siquiera un momento para relajarse?"
"Estoy más que relajado en este momento," dijo mientras sonreía. "Es agradable estar aquí. Cuando me toque otra misión voy a extrañar esta."
Noah asintió lentamente pensándolo. Jamás fue a una misión, no tenía idea de qué trataban o qué hacían. "¿Te gusta lo que haces?"
Matthew lo pensó por un momento. "Es todo lo que conocí." Se lamió los labios y entrecerró los ojos pensativamente. "Me dieron educación en casa, hice amigos mientras creía y perdía a algunos de ellos. Mi padre siempre estuvo rodeado del mismo círculos y jamás conocí a mi mamá. Supongo que no me puedo quejar."
"No fue lo que pregunté."
"Matar a personas no es divertido. Pero no son buenas personas, así que hay algo de gratificación después de acabar con sus vidas." Lo miró y se encogió de hombros. "Depende."
Asintió y dejó el tema. De igual forma no comprendería la mitad de la cosas.
"¿Tú qué hacías antes de todo esto?"
La pregunta lo tomó por sorpresa. "Bueno, trabajaba en un supermercado. No era el mejor empleo, eso lo sé, pero era agradable. Por supuesto, si haces a un lado a los clientes que solo quería molestarte, era un buen lugar."
"¿No tenías amigos ahí? Nunca hablas sobre eso."
Pensó en las personas con las que trabajaba. Sí, podía considerar a una buena cantidad de ellos como amigos, pero nadie a quien tuviera que llamar para contarle su situación.
"Sí, los tengo... ¿tenía? Bueno, eso."
Matthew asintió y se mordió el labio inferior mirándolo. Noah sonrió y estiró una mano para acunarle la mejilla.
"Lo siento, ¿te descuidé estos días?" Lo atrajo hacia su boca y lo besó lentamente, sosteniendo sus mejillas entre sus manos. Frotó los bordes de sus orejas mientras abría la boca cuando Matthew presionó su lengua contra sus labios. Lo dejó entrar y suspiró en medio del beso. "Debes haberte sentido aburrido mientras yo estaba aquí."
Sacudió la cabeza y se apoyó en sus manos. "No. Solo estaba preocupado por ti. Pensé que habías atrapado un resfriado. Apenas salías de tu habitación." Deslizó la mano dentro de su camiseta y acarició su abdomen mientras volvía a besarlo.
¿También te acostumbraste a mi?
"Supongo que pasé por un rato de depresión." Se separaron y miraron. "Debería comer algo antes de seguir. Siento que podría desmayarme si intento algo pesado." Le dio un golpe en el pecho y se levantaron de la cama. "¿Qué tal suenan alitas de pollo? Soy bueno haciéndolas."
"Suena genial. Puse algunas cervezas en el refrigerador también." Lo siguió afuera de su habitación. "Puedo hacer papas al horno."
"Ahora, eso definitivamente me abrirá el apetito." Le dio una sonrisa cuando llegaron a la cocina. Matthew lo vio fijamente antes de acercarse a él. Le agarró la cintura con amabas manos y se inclinó para besarlo lentamente, solo sus labios contra el otro. Noah sostuvo su cuello con las manos y lo besó de igual manera. Era un poco... apasionado, pensó mientras sentía el mueble de la cocina presionarse en su espalda. Como si Matthew lo hubiera extrañado. "Mi estómago está gruñendo. Mejor nos apresuramos," susurró contra sus labios cuando se separaron.
"Cortaré algo de fruta para que comas mientras tanto."
Se dio la vuelta y fue al refrigerador, tomó un montón de distintas frutas y comenzó a cortarlas mientras Noah tomaba las alitas del congelador y comenzaba a preparar las cosas.
Se sintió tan cómodo y doméstico.
Se sentía tan bien.
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