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5

"¿Por qué te ves tan incómodo?" Serge levantó su copa de vino y tomó un sorbo mientras veía a Lee retorcerse en su silla desde que llegaron al restaurante. Llevaba una de sus camisas. Azul, sin demasiados detalles y un bolsillo en lado izquierdo del pecho. Sus brazos eran más largos que los suyos, así que para no verse ridículo en ella, Lee había recogido las mangas hasta los codos, dejando que sus delgados y firmes brazos resaltaran con gruesas venas que llegaban hasta sus largos dedos. En los hombros se le ajustaba, pero sus hombros eran amplios y muy bien formados, así que eso solo hizo acentuar su figura alta y muscular. El cabello estaba peinado hacia atrás y llevaba sus gafas ahora. Serge apoyó el mentón en su puño, mirándolo fijamente. El hombre parecía querer estar en todas partes menos aquí con él. Eso le tocó de una mala manera. No era tan mala compañía. Sí, preferiría que Dylan estuviera aquí para hacer todo más balanceado. Y porque era su blanco, sí. Esa era la verdadera razón de por qué seguía pensando en él. Se aclaró la garganta. "Puedes hablar conmigo de lo que sea."

"Quiero ir a verlo," él soltó de inmediato, apretando los labios y reclinándose en su silla. Suspiró. "Estaba teniendo un muy buen momento con él y tú solo lo arruinaste. ¿Tienes idea de lo mucho que me costó abrirme tanto con él, estando sobrio? Eres insufrible."

"¿Entonces por qué estás aquí, si soy tan insufrible?"

Lee se acomodó las gafas en lugar. "No tengo a dónde más ir si él quiere tiempo y espacio." Se cruzó de brazos y levantó el mentón orgullosamente. "Y tampoco tenía ropa."

"Así que solo tu segunda opción. Igual que con Dylan." Bebió un poco más de su copa, ignorando la molestia en su pecho. Lee lo miró con cautela, pero él apartó la mirada. "Sé que no soy nadie para ustedes además de un extraño, pero tal vez no me siento igual que los dos."

"No puedes estar adolorido por eso. ¿Verdad?"

Serge solo ajustó su agarre sobre la copa y bebió el resto de ella. 

Lee hizo un sonido ahogado. "Vamos..."

"Ni siquiera intentes sentir pena por mi, lo odio." Dejó la copa en la mesa y cruzó las manos sobre la entrepierna. Lee tenía un ceño fruncido y los labios contraídos. "Pensé que quizás podría intentarlo, que Dylan me viera como un interés antes de que algo sexual, pero no siente ninguno de los dos por mi. Esa vez que me la chupó, solo lo hizo como un favor." Disfrutó más de lo necesario la manera en que la cara de Lee se contrajo con sorpresa. "Sintió lástima por mi."

El otro hombre gruñó, cubriéndose el rostro con las manos antes de exhalar. "Dylan no hace nada que no quiera hacer. Él no es así. Si te..." Las palabras se le quedaron en la boca. Él hizo un gesto en su dirección con una mueca incómoda. "Si lo hizo fue solo porque quiso. ¿Por qué piensas tan bajo de ti mismo?"

"¿Entonces crees que tengo una oportunidad?" Se rascó la nuca, sintiéndose avergonzado. Tenía que admitir que realmente no sentía que estuviera haciendo algún progreso con Dylan. El chico era tan duro como el caparazón de una tortuga y tan firme que no de doblaba con nada. No le sentaba bien tampoco estar rogando por la atención de alguien, pero no veía otra opción con él. Se pasó la mano por la mandíbula antes de mover su silla más cerca de Lee. El hombre se quedó muy quieto, observándolo. Serge le sonrió. "¿Me ayudarías?"

"Tú tienes el ego muy grande." Lee le presionó un dedo en medio de sus cejas, haciendo que Serge se riera y le agarrara la muñeca. "O eres muy optimista."

"Creo que me describiría mejor como perseverante. No tengo miedo, y tampoco mucho que perder." Entrelazó sus dedos juntos, sintiendo el escalofrío que recorrió a Lee cuando sus ojos se encontraron. El color de sus ojos era realmente lindo, de un marrón claro que lucía como caramelo cuando se quitaba las gafas. Incluso debajo de la poca iluminación del restaurante, era muy claro para él. Serge le quitó las gafas, buscando más de ese rico tono en sus ojos que no dejaban de verlo como si esperara algo más. Su corazón dio un vuelco y él se mordió el labio inferior después de besarle los nudillos. Lee enrojeció hasta las orejas. "Ya te dije esto una vez, pero si puedo llegar a Dylan a través de ti, lo haré. No me desagradas."

"Esa es una manera extraña de acercarte a alguien."

"Seamos honestos, hay química entre nosotros. Una tensión tan delgada que podríamos hacerla reventar en cualquier momento. ¿Hm?" Deslizó un dedo bajo su barbilla, delineando su afilada mandíbula con la vista en los labios rojos que tenía el tono más dulce desde que Lee se terminó su copa de vino. Serge inhaló, levantando la vista a sus ojos. "¿Quién piensas que debería estar arriba?"

El hombre se rió, ronco y burlón cuando le tomó el cuello de la camisa. "Por supuesto que yo lo haré."

Serge no estaba muy seguro de eso.

Metió la cabeza en el espacio de su cuello y la camisa, respirando profundamente sobre la piel desnuda que olía a su champú, a su jabón y el aroma persistente del lavado en su camisa. Su piel estaba caliente. Presionó los labios tentativamente, buscando esa sensación de estar haciendo algo malo en contra de lo que un hombre heterosexual haría, pero una vez más, se encontró con una sensación completamente distinta. Su polla se sacudió dentro de sus pantalones vergonzosamente. 

Lo mordió con fuerza.

Lee se quejó, empujándolo y frotándose la herida que tenía un fuerte color marcado junto con sus dientes.

Serge hizo una mueca.

"¿Qué está mal contigo?"

Quería hacerle daño por la mirada que le estaba dando. 

Quería deshacerse de esa sensación dentro de él que deseaba hacer algo con un hombre, con este hombre que no tenía nada suave o dulce en él que si quiera pudiera confundir a su mente de que era parecido a hacerlo con una mujer. Lee tenía muchas menos curvas que Dylan, y era tosco pero elegante, un claro hombre saludable.

Serge quería empujar su polla dentro de él y verlo retorcerse en ella como una puta.

Eso no hizo nada para calmarlo.

Parpadeó hacia él, mirándolo tomar la copa fría para aliviarse la mordida, murmurando algunos insultos hacia él.

Serge ni siquiera debería estar aquí. Podía solo deshacerse de él, empujar un puñal en su garganta y desposarlo en los basureros donde alguien lo encontraría en algún momento. Quitarlo del camino para llegar a Dylan y tomar la distracción de la desaparición de Lee para hacerse cargo de Dylan, inyectarle un sedante fuerte que lo dejara llevarlo a la costa donde lo llevarían con su jefe y el resto del equipo. 

Esa era su misión.

Sentir deseo por un hombre que no era su objetivo no estaba escrito en ninguna parte.

¿Por qué estaba actuando de esta manera?

No se sentía como él mismo, y eso estaba jodiéndole la cabeza lentamente.

Lee se quejó otra vez, regresándolo a donde estaba. 

Vio la mordida crecer como algo morado y feo, y él se sintió mal. Se levantó y fue al bar por un vaso con hielo antes de regresar a su lado. Lee le dio una mirada asesina, y él asintió.

"Déjame ver." Apartó sus manos con mucho trabajo y estiró el cuello de la camisa antes de frotar un cubo de hielo encima de la mordida. "Lo siento," murmuró apenado y confundido de sus propias acciones. Estaba aliviándole la mordida en el cuello al hombre que hasta hace unos minutos pensó en degollar y abandonar. Cerró los ojos y se inclinó sobre él, besándole la cima de la cabeza. "No sé por qué lo hice. ¿Duele mucho? Tengo crema para heridas en mi botiquín."

"Estoy bien," él dijo con la voz fría. 

No parecía querer seguir hablando, así que Serge tomó su tono como una respuesta más simple y se sentó nuevamente, frotando el hielo en círculos lo que hizo que se derritiera y le mojara la camisa. Era un desastre y estaban en un restaurante donde no habían ordenado nada todavía.

Buscó el rostro de Lee, pero él estaba ignorándolo. Tragó pesadamente. "¿Hay algo del menú que te interese?" Su pecho se sentía contraído, y él solo quería que Lee lo mirara, pero tampoco iba a presionarlo. "Podemos ir a cualquier otro lugar que prefieras."

"No tengo hambre." Lee suspiró antes de levantarse de la silla. Serge apretó los labios. "Iré a descansar. Dylan debe haberse calmado para ahora."

"Lee..."

Él no se giró para verlo, solo sacudió la cabeza antes de ponerse las gafas y comenzar a caminar hacia la salida.

Serge se frotó el rostro con las manos.

"¿Qué pasa conmigo?" 

No se entendía. Tal vez estaba más confundido de lo que pensó inicialmente, y quizás esta misión fue un error. Quizás fue demasiado para él. Quizás, simplemente, no estaba preparado para asumir la responsabilidad.

"¿Está listo para ordenar?"

Un mesero se acercó a él, su sonrisa incómoda mientras veía la silla vacía a su lado. Serge apretó los dientes, sus manos cerrándose en puños.

El hombre dio un paso atrás, tragando con fuerza.

"L—le traeré la cuenta."

Dejó el restaurante casi de inmediato, decidiendo que un paseo por la playa le ayudaría a organizar sus pensamientos y sus prioridades, que parecían estar perdidas.

Apenas había logrado alejarse de toda la gente, encontrando un segundo de silencio junto a las olas del mar, cuando una molesta voz lo encontró. 

Maldijo entre dientes, pero se dio la vuelta a la voz que lo llamaba. 

Diana estaba corriendo hacia él, su cabello agitándose con la brisa y sus pies enterrándose en la arena.

"¿Qué estás haciendo?" Ella se detuvo frente a él, sin aliento. "¿Por qué no estás con Dylan?"

Serge se frotó el cuello, incómodo. Eso era más difícil de explicar de lo que debería, también porque la razón estaba lejos de su objetivo. Se cruzó de brazos, frunciendo el ceño. "No tengo que estar cada segundo con él. También me canso." Unos metros más lejos de ellos, Zev estaba corriendo también hacia ellos. "¿Qué está pasando?"

Zev se colgó de su brazo al llegar, boqueando por aire. "Se van," jadeó antes de enderezarse y agarrarle los brazos para sacudirlo. Serge gruñó. "Los escuchamos. Los vienen a buscar al muelle por la noche. Saben que los estamos buscando."

Su corazón se hundió. Diana maldijo, tirando de su cabello. 

"¿Qué?" Su pecho estaba caliente e incómodo. Vio a Zev a los ojos. "¿Dylan sabe que somos nosotros?"

"No... no lo sé. No creo."

Diana sacudió la cabeza, frustración en todo su rostro. "El hombre que estaba con él, también es parte del equipo. Solo por casualidad, escuchamos su conversación con el contacto. Mencionó a Dylan y a él, la extracción, el lugar y la hora. Saben del espía, pero no saben que eres tú. Al menos eso creemos." Ella tomó su brazo con fuerza. "Tenemos que evitar que se vayan. No los podemos perder, Serge. Ivan va a matarnos."

"¿Quieres hacer la extracción esta noche?" Ni siquiera podía pensar adecuadamente. Sacudió al cabeza, alejándose de los dos para enfocarse. "No podemos, no estamos listos todavía. Se suponía que en unas semanas..."

"No tenemos más semanas." Diana levantó la voz. "No tenemos más días, Serge. Es esta noche."

"¿Y qué hago? Les disparo y espero que no se desangren para llevarlos, ¿a dónde exactamente? No tenemos forma de salir de esta puta isla sin ayuda de Ivan. Y nos va a matar si sabe que jodimos la operación y él deba limpiar después de nosotros." 

Ivan no iba a dudar en dispararles a los dos. Mataría a Lee si era necesario porque su nombre no estaba en la lista del jefe. Su relación al grupo era ajena a ellos, y si no era un blanco, iba a deshacerse de él de la peor manera posible.

Se quedó sin aliento por alguna razón, esforzándose por respirar adecuadamente. Afortunadamente, el otro par estaba demasiado ocupado no volviéndose locos que no lo notaron. Serge se pasó la mano por el rostro.

"Podemos conseguir una manera de salir de aquí por nuestra cuenta, pero eso sería alejarse de nuestra ubicación y romper el protocolo de Ivan." Diana exhaló lentamente, luciendo derrotada. "Estamos perdiendo de cualquier manera."

Zev le frotó los hombros a ella con cuidado. "No necesario." El hombre inhaló, pensando profundamente. "Si lo llevamos con el jefe de la manera que lo pidió, mientras él respira, cumplimos la misión. ¿No? Ivan es un idiota. Él no importa." Serge sonrió por el tono decido del hombre. Todos detestaban a Ivan. "Hagamos esto por nuestra cuenta. A salvo y seguro. Sí podemos."

Diana también sonrió. 

"¿Qué dicen?" Zev extendió la mano, mirándolos a los dos. "Confío en este equipo."

"Será arriesgado," murmuró. "Y complicado."

Diana colocó la mano encima de la de Zev, volteando para verlo también. "Podemos hacerlo funcionar."

"Supongo que podemos." Era una estupidez y una mala decisión, pero... evitaría que alguien saliera lastimado sin ninguna razón. Puso la mano sobre las de los otros dos y suspiró. "Bien. Entonces en hora de trabajar."

"Necesitas ir con ellos y detenerlos de alguna manera, el suficiente tiempo para que Zev y yo encontremos un transporte que nos saque de la isla."

Zev asintió. "Encontramos algo y tú vienes con Dylan."

Claro. Solo Dylan.

Solo balanceó la cabeza y se dio al vuelta para correr hacia el apartamento de Dylan. Recordaba vagamente la dirección por sus horas de vigilancia sin descanso, y era un alto hotel que tenía bastante seguridad y no dudaba que ellos trabajaban para Kana. Se detuvo antes de llegar al hotel. 

Dos hombres estaban de pie delante del hotel fumando cigarrillos y hablando entre ellos, pero su aspecto no era común. Si estaban intentando pasar como vacacionistas, apestaban en su trabajo.

Serge se acomodó la ropa y el cabello, guardando las manos en los bolsillos antes de pasar por delante de ellos. Pudo sentir sus miradas puestas en él, pero no lo detuvieron. Aunque ellos podían ser un problema más tarde.

Para su suerte, al subir las escaleras, vio a Zev y Diana asentir hacia él. 

Confiaba en ellos para lidiar con los hombres, así que entró al lugar. 

Pasó del lobby y presionó el número del piso. 

Arriba no había nadie en el pasillo, totalmente desierto y silencioso, casi parecía a propósito, y le hizo cuestionarse si habían arreglado el piso para que solo Dylan estuviera aquí. 

Miró la puerta del piso donde sabía que se hospedaba y se detuvo antes de tocar. Dentro de ella debía estar Lee con Dylan, probablemente hablando de lo idiota que era y de lo mucho que disfrutaban el tiempo alejados de él porque no era una opción real para ninguno de los dos. Era solo alguien demasiado insistente que no se alejaba a pesar de lo mucho que ellos querían.

Especialmente Lee, que solo quería el tiempo para crecer su romance con Dylan y Serge solo estaban estorbando en sus planes.

Si era honesto con lo que sentía, tenía que decir que eran celos. 

Muy pocas veces en su vida había tenido la libertad de conocer a alguien y esperar desarrollar una relación de eso. No tenía una relación real en su pasado, de hecho. Cuando tenían tiempo libre y estaba demasiado tenso para concentrarse en el trabajo, él iba a un bar y conseguía una mujer dispuesta a pasar una noche sin ataduras. Irían a un hotel, se enredarían en la cama, y luego al terminar solo se vestían y continuaban con sus vidas.

Esto era lo más que había invertido en relaciones.

Y era tan extraño.

No solo porque necesitaba tiempo y paciencia, sino porque eran dos hombres.

También era interesante, porque descubrió que podía ponerse duro con hombres también.

Pero, ¿desarrollar sentimientos?

Eso era demasiado.

Aunque...

Tocó la puerta y esperó pacientemente. Nadie respondió, pero él sabía que estaban aquí. No se irían a ninguna parte si eran inteligentes.

Volvió a tocar y suspiró, esperando que si ellos estaban viéndolo por la mirilla pudieran sentir que estaba aquí sin malas intenciones. Y eso no era una total mentira. 

"¿Dylan? Quiero hablar." Cerró los ojos unos segundos y suspiró. Estaba cansado, su cuello estaba tenso y él quería descansar aunque fuera por unos minutos. La compañía de los dos hombres no parecía lo peor. Apretó los labios, abriendo los ojos, mientras se masajeaba el cuello. "Por favor, Dylan. Sé que Lee también está ahí. Yo solo... necesito hablar con ustedes."

Dylan se tardó un poco en abrir, pero cuando lo hizo Serge se sintió raro y todo lo que pudo pensar era en estar con ellos.

En un momento, él estaba compartiendo un beso de tres y fue tan surreal, pero su cuerpo lo aceptó tan cándidamente que nada más le importó. Era lo más depravado que alguna vez hizo, pero... carajo...

Los empujó a los dos hacia la cama, metiendo las manos dentro de sus camisas, acariciando los duros bultos de músculos en sus abdómenes mientras su boca iba de un lado al otro, mordiendo y chupando sus labios hinchados. Mierda, eran tan dulces los dos. Serge estaba duro tanto como nunca antes, y él no podía dejar de mirar a los dos hombres sonrojados y jadeantes debajo de él.

Dylan se veía tan rudo con el cabello corto, más masculino y menos dulce. Todo lo que a Serge no le atraía, pero aquí estaba, intentando quitarle la camiseta desesperadamente para tocar su pecho. Dylan le tomó un puñado del cabello, encontrándose con sus ojos.

"¿Sí?"

"Quítate la ropa."

"Oh, bien." Se levantó para desvestirse, echándole un vistazo a Lee. El hombre estaba sentado en la cama, mirándolo desvestirse con ojos hambrientos y molestos todavía. Tener una erección mientras Lee lo veía así se sentía mal, casi quería cubrirse pero él no lo hizo. "Lee..."

El hombre quitó la mirada, dejando las gafas en la mesita de noche antes de quitarse la camisa. El gran moretón de su mordida brillaban en su piel pálida dolorosamente. Dylan también la notó de inmediato y lo detuvo antes de que Lee se inclinara sobre él.

"¿Qué es esto?" Lee se cubrió la herida, avergonzando y Dylan giró la cabeza hacia Serge. "¿Tú se lo hiciste?"

Asintió, sentándose firmemente y dando la cara. "Lo hice, y no estoy seguro de por qué fui tan duro, pero vine a disculparme. Aunque está enojado conmigo, y con justa razón." Tomó la mano de Lee y la apretó con suavidad. Quería ser honesto con él. "Probablemente fue porque no puedo todavía entender que me sienta atraído por los hombres también y una parte de mi siente que está mal."

"¿Todavía te sientes mal por eso?" Dylan también se sentó, frunciendo las cejas. "Así que lo lastimaste porque estás confundido."

"Sí."

Dylan giró la cabeza hacia Lee, mirándolo con tanta suavidad como jamás había visto en sus ojos desde que lo conoció. Dylan tocó la herida con la punta de los dedos tentativamente.

"No es tan diferente a lo que yo te hacía, ¿cierto?"

"Pero sé que no tenías malas intenciones." Lee se apresuró a tomarle las manos y llevárselas a la boca para besarlas, una pequeña sonrisa adornando sus labios hinchados. Dylan parpadeó hacia Lee, una sombra ligera en sus mejillas y Serge no pudo evitar sonreír y nuevamente sentirse como un mal tercio. Ellos estaban bien con el otro, y él solo estaba interfiriendo en esto. "Esa es la manera en la que eres. Como un gato naranja, impredecible y con un fuerte carácter. De alguna manera, todas esas cualidades se me hicieron adorables."

Dylan sacudió la cabeza. "Eres tan raro. Y tus gustos también lo son." Serge se sorprendió de que ellos recordaran que él también estaba ahí cuando lo miraron. "No lo lastimes otra vez."

"Lo prometo."

Lee lo miró sin verse muy seguro de eso, pero extendió la mano hacia él.

Serge sonrió, moviéndose sobre él. Lee inhaló con fuerza, sus ojos caramelo entrecerrados y las manos contra su pecho. "Lo siento, en serio." Lo besó lentamente, conteniendo su risa cuando Lee no movió la boca, y él tuvo que intentar entrar de alguna manera hasta que él suspiró y lo dejó. Serge sostuvo su rostro con una mano mientras usaba la otra para alcanzar a Dylan. "Debiste golpearme cuando lo hice."

"Realmente no recurro a la violencia de ninguna manera," él murmuró, todavía reacio cuando se separaron. "Pero lo pensé."

"Hazlo la siguiente vez." 

Serge miró a Dylan. El chico tenía una sonrisa relajada en el rostro, sus ojos verdes brillando con diversión y las mejillas ruborizadas. Se veía entretenido, con una mano dentro de sus pantalones que masajeaba su erección con lentos toques. Su cuerpo era impresionante, de verdad, pero su pecho era la mejor parte. 

Quizás era su lado menos racional que amaba un buen par de senos, pero él estaba atraído al pecho de Dylan como una polilla a la luz. Tragó con fuerza, levantando los ojos a su rostro. Dylan también lo estaba mirando cuando se puso una mano sobre el pectoral y lo apretó con fuerza.

"¿Qué estás mirando?" preguntó con una sonrisa de medio lado.

Serge jadeó.

Mierda.

Dylan había notado bien que tenía una fijación por su pecho. 

Fue muy obvio cuando estaban entrenando juntos y Serge hacía mucho énfasis en su entrenamiento, dándole consejos y quizás... quizás lo masajeó un par de veces, ¡pero solo como un aficionado al entrenamiento! 

Serge jamás pensó que fue algo importante que alguna vez tendría que afrontar, pero ahí estaba él, lamiéndose los labios mientras Dylan se tocaba el pecho.

"Pervertido."

"No..." Sacudió la cabeza pero sus palabras no sonaron muy convincentes. Sus pezones eran oscuros y puntiagudos, de seguro se sentirían muy agradables en su boca cuando los chupara y ellos se hincharan al punto de volverse sensibles. "Yo no..."

"Seguro." Serge siseó cuando una mano grande envolvió su polla. Lee se rió, la suave sonrisa brilló cuando miró a Dylan. "Seguramente esto no es nada."

Gruñó cuando la punta sensible fue frotada. "Sigue así y será todo un show." Lee lo soltó con una risita y Serge se acercó a Dylan. Ahora que los tres estaban casi totalmente desnudos, él no estaba muy seguro de qué hacer. Estaba excitado, sí, pero había demasiado que tocar y ver y ni siquiera sabía en qué dirección moverse.

Así que lo miró, manteniendo los ojos fuera de su pecho. Parpadeó hacia él. "¿Te importaría decirnos qué hacer?" Sus ojos bajaron instintivamente al pecho amplio, duramente entrenado y lleno de pecas. Su garganta se secó. "Dylan..."

"Diviértete," él dijo antes de tomarle el rostro y acercarlo al suyo. Serge suspiró, frotando sus bocas juntas y otra vez, esos suaves labios acolchonados le provocaron una sensación de cosquilleo en el estómago. "Si vamos a hacer esto, bien podemos disfrutarlo tanto como podamos."

Gimió cuando sus bocas se envolvieron. Se subió encima de Dylan, presionando sus caderas juntas. La tela del pantalón se frotó gloriosamente en su polla y él se se meció en ella por unos segundos mientras los dos se besaban y Dylan intentaba sacarle los sesos a través de la boca. Habla de experiencia. Por Dios, Dylan besaba muy bien. 

Se separaron para respirar, jadeando, y miró sus ojos verdes oscurecidos. "Chupar una polla no es lo único mágico que puedes hacer con la boca," dijo con un tono ronco que casi no reconoció. Los brazos de Dylan envolvieron sus hombros y él acarició sus costados, frotando sus brazos y axilas libres de vello. Mordió su pecho en un impulso, cerrando los ojos cuando la suave piel se hundió en sus dientes. Dylan exhaló, levantando las caderas. "Tu cuerpo es tan sexy."

Había una marca roja entre el pliegue del brazo y el pectoral que miró por más tiempo de lo necesario antes de que lo empujaran. Los ojos de Dylan lo miraron fijamente y él se inclinó nuevamente, pasando la mano sobre sus pezones para tirar de ellos y apretarlos entre los dedos. Las pestañas de Dylan se movieron y él suspiró ligeramente. 

Envolvió los labios alrededor del pezón más cercano y chupó con las mejillas ahuecadas Fue recompensado con una caricia persistente en el cabello.

Por el rabillo del ojo vio a Lee moverse, sus dedos largos se movían en el botón de los pantalones de Dylan, tirando de ellos hacia abajo junto con la ropa interior y una maravillosa polla gruesa, con venas prominentes se golpeó contra el ombligo de Dylan. Su vello era escaso y tan rubio que casi parecía blanco.

Él no fue el único que se quedó sin aliento. Mordió y besó el pezón sin dejar de ver cuando Lee se inclinó sobre la polla de Dylan, respirando sobre ella antes de besarla perezosamente.

Dylan se retorció, apretando la mano en el cabello de Serge. 

"Estás tan duro." Lee miró hacia arriba con una sonrisa obscena, sonrojado y con ojos brillantes. Serge sintió que su propia polla engrosaba peligrosamente. "Es la primera vez que quiero chupar una."

Serge también. Frotó la mejilla sobre el pecho de Dylan y observó la gruesa punta de un tono rosa oscuro que brillaba. "Jamás pensé que esto me encendería."

Dylan tiró de su cabello para levantarle la cabeza. Lamió sus labios y los mordió antes de besarlo duramente, sus ojos abiertos y cristalinos. "Entonces inténtalo también." Lo empujó hacia abajo y Serge se movió obedientemente, rozando brazos con Lee. El hombre lo miró fijamente y Serge sintió algo caliente y salvaje dentro de él cuando le miró la boca. Dylan les acarició la cabeza a los dos y ellos voltearon a verlo. Sus labios entreabiertos estaban rojos y los ojos verdes. "Pueden aprender al mismo tiempo."

*     *

Se preguntó si debería estar disfrutando tanto de esto.

Dos hombres calientes y dispuestos estaban entre sus piernas a punto de chupársela, y sí. 

Se rió en voz alta como un desquiciado.

Sí estaba disfrutándolo.

Le acarició las mejillas, ambos estaban mirándolo con ojos de cachorros confundidos y eso solo hizo que su polla saltara ansiosa. "Solo piensen en lo que les gusta recibir, eso basta."

Richard fue el primero en tomar su polla con un agarre mortal. Dylan siseó por la presión que se acumuló en la base. Los ojos azules miraron su polla como si fuera un objeto desconocido, pero además de eso no había nada más que plena curiosidad. Su pecho palpitó por el maltrato que acaba de sufrir, y el hombre frunció el ceño con una expresión divertida.

"Entonces, puedo hacer lo que me hiciste esa noche," dijo.

"Claro, pero no necesito que vomites sobre mi." Le frotó el lóbulo de la oreja y se encogió de hombros. "Solo ve con calma, no hay necesidad de llegar tan profundo. Solo tengo experiencia."

Dog hizo un sonido. "Y estás muy orgulloso de ello."

Richard le dio un beso en la mejilla a Dog. "¿Es el mejor momento para estar celoso?"

"No lo estoy," respondió de inmediato, buscando acomodarse la gafas por instinto y esta vez ambos se rieron de él. Dog se sonrojó con fuerza, sus manos acariciándole las piernas a Dylan. "Solo no creo que ahora debamos hablar de eso. No quiero oír de tus experiencias con otros hombres."

Richard lo miró fijamente con cuidado. "¿Pero yo estoy bien?"

Dog también lo miró antes de suspirar. "¿Qué otra cosa podemos hacer contigo?"

"Gracias." Richard lo besó y unos segundos después, Dog aceptó su beso. Lento y profundo, Dylan podía ver sus bocas trabajando cómodamente con la otra, como si ya estuvieran familiarizadas y se preguntó si lo de ellos estaban avanzando con fuerza. Sabía que solo eran un par de semanas desde que se conocieron, pero realmente pasaron casi todos los días juntos y ellos siempre hacían sus cosas. Le sorprendía que no hubieran llegado más lejos. Con un último y suave beso, Richard sonrió. "No se van a arrepentir."

Luego de eso, los labios de Richard estaba succionando la punta de su polla. Tentativamente, con calma, tomándose su tiempo mientras que la lengua exploraba los lados y la hendidura en la cabeza. Dylan apretó los dientes, controlando su respiración.

Era algo vergonzoso de admitir, pero tal vez podría tener mucha experiencia en todo el asunto de la penetración, pero no había recibido tantas mamadas como ellos podrían creer.

De hecho, los tipos que usaba para satisfacerse, solo querían una cosa y trataban su polla como si no existiera.

Ver a dos hombres como ellos esperando turnos para chupársela era nuevo.

Y excitante.

Su estómago se apretó y sus piernas se tensaron cuando Richard fue más profundo. El cabello le cayó sobre la frente cuando quiso mirarlo, así que Dylan lo peinó hacia atrás. Los ojos azules estaban viéndolo fijamente, observando su reacción y él solo pudo asentir lentamente.

"Sigue así," jadeó. "Lo haces bien."

Dog estaba muy concentrado en lo que Richard hacía, de una manera que parecía estar estudiando y aprendiendo para luego él hacerlo. Un suspiro tembloroso se le escapó con solo imaginarlo. 

La perversa sensación de estar haciendo algo malo nuevamente le hizo cosquillas, pero él no podía pensar claramente ahora. Y realmente lo quería.

Aunque Richard no lo hacía nada mal, de verdad. Cerró los ojos, sus piernas tensándose cuando el suave glande se frotó con la parte trasera de la boca de Richard. Se estómago se hundió y él inhaló con fuerza. Besos largos y perezosos se extendieron en su muslo, mientras que largos dedos frotaban el interior de su piel, muy cerca de sus bolas justo en el espacio entre su agujero y su saco.

Abrió los ojos pesadamente para ver a Dog pasar los labios en su piel como si estuviera adorándola, tocándolo como algo precioso y que quería tener con todas sus fuerzas pero se contenía. Sus ojos marrón lo miraron, oscuros y profundos mientras le mordía la piel con suaves tirones. 

Con un sonido húmedo, Richard lo sacó de su boca. Sus labios rojos y húmedos con saliva brillaban cuando se los lamió y respiró sin aliento. Mantuvo la mano firme alrededor de la base de su polla pero su vista estaba en Dog. 

Dylan sintió algo dentro de él pulsar. La voz le salió ronca y baja.

"Bésalo," dijo con una voz que casi no reconoció. Se frotó el pezón sensible con los dedos y abrió más ampliamente las piernas, viéndolos a los dos. "Y luego hazlo chuparme."

Richard no se demoró demasiado en seguir sus órdenes. Con un movimiento de la mano, enganchó a Dog del cuello y lo besó profundamente, sucio y descuidado, con los ojos cerrados y jadeos y suspiros saliendo de los dos. Dylan tuvo que tomar profundas respiraciones, concentrándose en no correrse todavía. 

Tenía que durar más esto. 

"Él sabe tan dulce, ¿no?" Richard estaba sonriendo con una mirada que parecía estar completamente drogada. Le lamió los labios a Dog obscenamente antes de meterle la lengua y hacerlo probar todo. "No pensé que un hombre podría tener un sabor tan increíble."

"Claro que lo hace." Dog dejó a Richard besarlo bruscamente, duro y mordiéndole los labios antes de dejarlo ir. Con una mano pesada en la nuca de Dog, Richard lo empujó hacia su polla. Dylan se tragó el gemido cuando la boca maltratada de Dog chocó contra su polla. Las mejillas del doctor estaban encendidas de un furioso rojo. Dog no estaba sonriéndole pero sus ojos se estiraron ligeramente antes de que él lamiera la punta lentamente. "Dejó de beber, supongo que ayuda."

Dylan gruñó, empujándole la cabeza hacia su polla. "Cállate y ponte a trabajar."

Y lo hizo obedientemente. No se veía muy seguro de qué hacer, pero Dog lo tomó en la boca lentamente, tomándose su tiempo para ponerse cómodo y entonces comenzó balancear la cabeza sin mucha prisa. Dylan se mordió los labios, su cabeza en las nubes y él solo podía observar mientras sus ojos luchaban por cerrarse. Pero él quería ver. Quería ver a Dog entre sus piernas, chupándole la polla como si estuviera disfrutándolo.

El movimiento a su lado desvió su atención. Richard se estaba acariciando a sí mismo mientras veía fijamente a Dog envolver los labios cuidadosamente alrededor de su erección, succionar las mejillas y mecer la cabeza al ritmo que fue muy diferente al del otro hombre.

La polla de Richard se veía dolorosamente dura y de un tono rojo profundo. Dylan estiró la mano hacia él, y Richard se estremeció antes de mirarlo. "¿Te estás divirtiendo?"

"Lo hago." Se inclinó sobre él para besarlo perezosamente. "Realmente me gusta esto."

"Te lo dije, eres un pervertido." Sonrió antes de que de su boca saliera un gemido roto. Dog lo llevó profundo, acariciando sus bolas con la palma de la mano y él se retorció. Richard colocó besos por su cuello, jadeando sobre su oreja. "¿Tienes condones?"

"No." El hombre se sentó de pronto con pánico en los ojos. "No pensé que la noche terminaría así."

Había tirado todo a la basura que no fuera necesario empacar. Tampoco creyó que algo interesante sucediera mientras esperaba que fuera la hora de salir. Dog lo miró con ojos largos.

Claro que él no tenía nada.

Dylan exhaló con frustración.

Ahora mismo deseaba una follada. Quizás dos, considerando la situación, pero tendrían que conformarse con sus manos y bocas.

"Entonces no llegaremos a tercera base, lo siento, caballeros."

Dog le dio una palmada en la pierna, haciendo que lo mirara. Estaba sonriendo. "Estoy orgulloso de ti."

Richard se veía tan decepcionado. Solo mírenlo. 

"No hay nada que hacer," le dijo, odiando que su rostro decaído le molestara. Le levantó el mentón y tiró de él más cerca. "Tendrás más experiencia después, no te preocupes demasiado."

"Pero quería esto de verdad." Dog se bajó de la cama y Richard se acomodó mejor entre sus piernas, suspirando con las pestañas revoloteando cuando sus pollas se frotaron juntas. Le mordió el mentón al tiempo que sus caderas empujaron contra Dylan. "Ah... esto es bueno también." Sus rostros se juntaron mientras ellos dos iban a ellos. Con los brazos alrededor de Richard, Dylan movió su cadera contra la otra buscando ese placer que comenzaba a acumularse en su abdomen bajo. Lo besó casi demasiado sensible para hacer algo más que no fuera frotarse. Dios. Sí. Era muy bueno. "Quería estar dentro de ti."

"Nada que hacer, amigo." Dylan cerró los ojos con fuerza, gimiendo cuando sus movimientos se volvieron más bruscos y descoordinados, pero sus estómagos estaban húmedos con pre semen y sudor y todo se sintió más increíble. Tiró de su cabello con fuerza. "La próxima será."

"Maldición, sí." Richard lo besó con besos que no eran duros como solía hacerlo, había algo más dulce y más apasionado en ello como si estuviera con su pareja. Dylan solo pudo devolverle los besos porque su cerebro estaba funcionando a la mitad de lo usual. Y porque se sentía bien. "La próxima—" Sus ojos se ampliaron cómicamente cuando él se detuvo y volteó la cabeza. "¿Qué estás haciendo?"

Dylan también miró detrás.

Dog estaba de pie, su mano estirada sobre el trasero de Richard y si podía leer claramente su expresión, había un dedo frotando su agujero. Estaba tan tenso que era divertido. Dylan se mordió los labios para no sonreír.

"Te dije que no sería yo." Una tapa explotó y luego Dog estaba dejando caer lubricante sobre su mano. Dylan levantó una ceja hacia él y el hombre se encogió de hombros. "Quizás fui más optimista y me preparé." Lanzó la botella a su lado y miró el trasero de Richard mientras se lamía los labios. "Le robé los condones y el lubricante de su apartamento."

Richard se movió a una velocidad impresionante. Dylan jamás había visto a alguien tan asustado en toda su vida poder inmovilizar a otra persona en cuestión de segundos. Fue increíble, y eso que él había tenido entrenamiento para eso.

Dog estaba de cara a la cama en poco tiempo, con los brazos detrás de la espalda y Richard detrás de él, empujando su erección en medio de las mejillas pálidas del trasero de Dog. 

"No lo creo. No tengo en mis planes perder la virginidad de ahí por lo pronto. Y esta posición te sienta mejor a ti." 

"¿Pero sí lo harás?"

Richard se quedó muy quieto, casi sin respirar, mientras los engranajes rodaban en su cabeza. Dylan casi podía verlos moverse. Luego el hombre solo se encogió de hombros sin responder, y eso decía que podía considerarlo futuramente. 

Era una pena que ellos no iban a volver a verse, pero le habría gustado poder ver eso.

Dog se sacudió y se quitó a Richard de encima antes de suspirar. "Entonces..." Se miró la mano mojada con lubricante y luego a Dylan. 

Abrió las piernas y subió las rodillas, sonriendo, y Dog balbuceó algo antes de saltarle encima para besarlo. Bendito sea su enorme cerebro por estar preparado y calenturiento. Acomodó las piernas de Dylan a los lados y se sentó sobre sus piernas antes de mirarlo entero, calor y deseo brillando en su rostro, también mucha cautela.

Frotó el interior de sus piernas con suavidad. "Dime si es demasiado." Era demasiado gentil con sus palabras y con su cuerpo. Dog deslizo un dedo dentro de él sin mucho esfuerzo y con demasiada concentración. Dylan no estaba bien. Su cuerpo estaba temblando inexplicablemente y él solo podía enfocarse en respirar, pero la visión del doctor ahí no estaba haciéndole nada bueno. Dog se lamió los labios y movió su dedo lentamente, tanteando y viendo su estaba lastimándolo. No lo estaba. De hecho, no era suficiente para él. "Voy a prepararte cuidadosamente. Los desgarros durante el sexo son mucho más comunes de lo que la gente cree."

Dylan se tomó en la mano, acariciándose lentamente sin creer que el hombre sacara sus conocimientos médicos en este momento, pero era extrañamente encantador. 

Richard se rió. "Tu charla no es nada sexy." Dylan tuvo que sonreír de acuerdo y ambos vieron a Dog sonrojarse, pero nunca apartó la mirada de su trabajo. De hecho, introdujo un segundo dedo igual de concentrado, frotando con el pulgar alrededor de su agujero lo que hizo que Dylan gimiera. Era terriblemente sensible ahí. "Tienes que trabajar en ello."

"Cállate."

"Es tan denso." Los ojos azules de Richard voltearon a mirarlo. Estiró una mano sobre él para tocar su pecho descaradamente. La vergüenza ya se había ido un tiempo atrás, y él estaba siendo muy honesto con sus acciones. Dylan miró su polla que seguía en asta mientras trataba de lucir relajado. "Es divertido molestarlo."

"No lo molestes demasiado." Le tomó el cuello, buscando su boca. Había algo caliente en tener a alguien jugando con su trasero mientras otro hombre se ponía sobre él para besarlo. Dylan tomó la polla de Richard y la frotó, casi babeando al ver la gorda cabeza de su gorda polla. Sacudió la cabeza. "Quizás no esté listo para esto."

"¿Es demasiado?" El hombre se miró como si deseara hacerla más pequeña, pero en todo casi se hizo más grande con las caricias de Dylan. "¿Tal vez puedas chuparla un poco?"

"Puedo hacer eso."

Richard se arrodilló al lado de su cabeza y lo alimentó con su polla como su maldito actor porno. Sus dedos eran gentiles trazando su cabello y presionándolo más cerca sin detenerse hasta que Dylan comprendió lo que el hombre quería. Relajó la mandíbula y respiró profundo antes de dejar la monstruosidad le atiborrara la garganta. 

"Oh, sí. Justo así." La mano extra le acarició el rostro, las mejillas y la garganta. Dylan tenía lágrimas en los ojos por el esfuerzo pero podía verlo contraerse con placer. "Tal vez esté enamorado de tu boca, sabes. Eres tan bueno, húmedo y apretado. Quiero correrme en tu boca." Se retiró apenas lo suficiente para dejarlo respirar antes de que embistiera contra su boca otra vez, profundo pero cuidadoso, y Dylan apreció eso. "Mierda, Dylan."

Cuando algo mucho más grueso estiró su agujero, Dylan mordió a Richard por accidente. El hombre se encogió, gimiendo y sollozando, y Dylan lo miró sin poder creerlo. Estaba tomando aire para disculparse, pero Richard lo empujó de regreso a la cama. Sus ojos húmedos y oscuros lo vieron como a una presa.

Se subió sobre su pecho y le tomó el rostro con ambas manos antes de follarlo con menos paciencia.

Dylan cerró los ojos, gimiendo alrededor mientras su trasero se estiraba y él se sostenía con todas sus fuerzas de las gruesas piernas de Richard. Dog gimió, las manos apretando las caderas de Dylan tan duro que dejaría marcas más tarde.

"Estás tan apretado, Dylan." El doctor le levantó las piernas, colocándolas sobre sus hombros antes de retirarse para dejar caer más lubricante sobre su agujero. "Me estoy volviendo loco," murmuró antes de dejar completamente dentro de él. 

Sus dientes volvieron a rozar a Richard y el hombre soltó un chorro de pre semen en su boca que casi lo ahogó, pero él era mejor que esto, podía hacerlo mejor.

Desgraciadamente, todos esos cumplidos estaban frotándole el ego de la peor manera posible y él se estaba convirtiendo en alguien nuevo. 

Sacó a Richard de su boca y miró la cara del hombre jadeante. Lo masturbó con fuerza y se frotó las mejillas con su polla, viendo como Richard se volvía más demente. Dylan sonrió. 

Justo así lo quería.

A su merced y dispuesto a hacer todo lo que él quería.

Le señaló que bajara la cabeza y Richard lo hizo sin pensarlo.

"Cómete su agujero," susurró sobre su oído. Richard se erizó y Dylan sonrió más amplio. "Sé que quieres hacerlo."

"No creo que él quiera," dijo en cambio, pero su mirada perdida contradecía sus palabras. "No querrá."

"Lo hará." 

Lo vio levantarse y ver a Dog por un largo rato antes de salir de la cama, los ojos todo el tiempo sobre Dog. Dylan abrazó a Dog del cuello, bajando su cabeza para besarlo y distraerlo un poco entre las lentas embestidas que estaba recibiendo. Le mordió la nariz cuando Dog levantó la cabeza para mirarlo.

"¿Por qué estás yendo tan lento?" El hombre se frotó la nariz con una mueca y Dylan envolvió las piernas a su alrededor. "¿Crees que soy una muñeca? No me voy a romper."

"No me puedo arriesgar a lastimarte." Con una suave expresión que no parecía ir con la situación, Dog le acarició el rostro con dulzura. "Además, estoy muy cómodo así. Es cálido, suave y me aprieta como si no quisiera dejarme ir. Podría quedarme así y dormir con ello dentro de ti."

"No lo creo. Será difícil cerrarlo después." Levantó una ceja cuando él se rió. Dylan meció las caderas dado que Dog no tenía pensado hacerlo y se embistió él solo. El rostro del hombre se calentó, sus ojos oscureciéndose en profundas lagunas de chocolate. "Vamos," se quejó, apretando los dedos en su espalda. "Muévete."

Dog lo hizo, sacudiéndolo con la sorpresa de la fuerza de su embestida. Dylan jadeó, apretando los dientes cuando su próstata fue rozada en el mismo empujón, y repetidas veces después de eso hasta que sus ojos se cerraron con el placer que volvió su cuerpo una masa sin pensamientos. Carajo. 

Unos minutos pasaron, la larga polla de Dog haciéndolo un desastre vergonzoso de gemidos y sonidos rotos, y nada más. Parpadeó entre el placer, buscando al tercer hombre en la habitación solo para verlo de pie detrás de Dog, luciendo perdido. 

¿Había sido demasiado para él?

Ni siquiera a todos los hombres gay les gustaba hacerle un beso negro a sus parejas, y había sido una petición difícil para un hombre que estaba descubriéndose.

Estaba comenzando a pensar que quizás se pasó de raya hasta que vio que Richard estaba masturbándose mientras los veía tener sexo. Los ojos de hombre estaban fijos en donde sus cuerpos estaban conectados, jadeando a través de los labios entre abiertos. 

Dylan se mordió el interior de la mejilla, colocando la manos en las nalgas de Dog para apretarlas. Eso llamó la atención de Richard, se lamió los labios y entrecerró los ojos, moviendo su mano más rápido sobre su polla. Si tanto lo quería, ¿por qué estaba tardándose tanto?

Frunció el ceño hacia él cuando Richard le devolvió la mirada, pero el hombre solo sonrió antes de darle un guiño. Se subió a la cama y bajó la cabeza hasta que Dylan solo podía verle el cabello. Dog se tensó, su cuerpo entero se detuvo y él intentó darse la vuelta, pero Dylan lo sostuvo con fuerza, agachándole la cabeza.

"¿Estás asustado?"

Sus pestañas revolotearon cuando él gimió. "N-no... Se siente extraño." Sus dientes se apretaron y su cuerpo se sacudió con fuerza cuando sus caderas comenzaron a moverse nuevamente. "¿Por qué...?"

"Me quieres." Richard habló desde hablar, su voz ahogada por la piel de Dog. "No importa lo mucho que pelees conmigo, tú también me querías en la cama." Una dura palmada lo sorprendió, y Dog gimió, siseando con un duro empujón dentro de Dylan. "Solo disfrútalo, Lee. Seré gentil contigo."

"Bastardo." Dog puso los ojos en él y sacudió la cabeza antes de besarlo. "Ustedes son problemáticos."

Richard se rió. "Tómame como un buen chico y te recompensaré generosamente."

Dog tenía dos tipos distintos de rojo en el rostro cuando miró por encima del hombro. "¿No estabas asustado de ser gay? Estás... estás..."

"Él está comiéndote el culo," Dylan susurró sobre su mejilla, satisfecho con el jadeo brusco de Dog. El hombre era demasiado puritano para su propio bien, pero aquí estaba, en medio de un sándwich en un trio. Lo besó con suavidad, colocando las manos en su cintura, empujándolo más profundo en él. "Y tú lo estás amando."

"No lo estoy amando." El casi no poder mantener los ojos abiertos le decía otra cosa. Dog gimió con fuerza, sus brazos aferrándose a Dylan mientras lo penetraba con lentos y profundos movimientos que debían estar a ritmo con los movimientos de la lengua del hombre detrás de él. "Amo estar dentro de ti, es todo."

Jadeando, él asintió. "Claro. Lo que digas."

Tomó uno de los condones y le lanzó el lubricante a Richard. El hombre tenía la mirada perdida y se colocó el látex con movimientos torpes, buscando sus ojos cuando se colocó detrás de Dog. Sus manos se estiraron sobre la espalda del doctor, acariciándolo cariñosamente. "¿Estás listo?"

"No."

Dylan le dio una palmada en la cadera y el hombre hizo un puchero. Eso no fue adorable. Ni un poco.

Dog tragó con fuerza y dejó caer la cabeza en su pecho dejando que Dylan lo abrazara para reconfortarlo. El hombre se aferró a él, los labios en su piel cuando volvió a hablar. "Hazlo con suavidad. Tampoco he tenido nada ahí jamás."

"Tomaste tres dedos muy bien. Pero está bien." Richard bajó para besarle la cadera a Dog y luego se enderezó con una mirada salvaje. "Iré suave y tú me dirás cuando te sientas cómodo, ¿bien? No voy a lastimarme. No de nuevo."

Dylan levantó la cabeza de Dog y envolvió sus labios juntos, chupándole la lengua y mordiéndole los labios, cualquier cosa que distrajera la mente del hombre de cualquier sensación de dolor o incomodidad. No podía recordar cómo había sido su primera vez en ese aspecto, solo recordaba el pesado sentimiento de que eso era correcto, que sentía más placer al recibir que ser el que daba. Pero no era para todos, no todos eran sensibles o disfrutaban de ser estirados de esa manera.

Algunos hombres lo consideraban humillante.

Solo algunos eran capaces de concentrarse en el placer del estiramiento y de la carne caliente y tersa dentro de la cavidad que guardaba su punto más sensible. Así como estaba siendo llenado por Dog ahora mismo y él estaba bien con ello, contento y satisfecho.

Dog estaba respirando con fuerza y sus músculos se tensaron, su polla incluso se suavizó un poco y Dylan estaba a punto de decirles que se detuvieran si el dolor era demasiado. Pero no tuvo que hacerlo. Dog abrió la boca, sus labios estirados y los ojos cerrados cuando el gemido roto más dulce que jamás había escuchado explotó de sus labios. 

Richard gruñó, ojos cerrados y mandíbula apretada. 

"Esto es ridículo." Parpadeó pesadamente, viendo a Dylan antes de ver el lugar en donde estaba unido con Dog. "Te sientes tan jodidamente bien y perfecto." Moviéndose sobre Dog, Richard besó su camino hasta los hombros del doctor, acariciándole los costados y los brazos antes de llegar a su cuello. "¿Estás bien?" le preguntó con suavidad."

Dylan tragó, inspeccionando el rostro de Dog. "¿Puedes respirar?"

"Estoy bien." Sacudió la cabeza, respirando muy lentamente y despacio. Miró por encima del hombro casi rozando los labios con los de Richard. "Estoy bien."

Dylan suspiró con alivio, estirándose para besarle la garganta como si intentara calmarse a sí mismo. La acción lo sorprendió un poco de sí mismo.

Richard besó el hombro de Dog antes de besarlo con suavidad. "Entonces me moveré, ¿sí?"

 Él jadeó. "Sí."

"Muévete," le dijo cuando Dog lo miró fijamente. Las caderas del hombre se adelantaron y él se acomodó mejor según lo que Richard quiso y luego ellos estaban moviéndose a la par. La fuerza de las embestidas casi lo empujó contra la cabecera de la cama. Un sonido se le escapó que sintió que lastimó su garganta, pero él no podía contenerse. Estaban yendo muy fuerte y Dog era demasiado largo con su polla completamente dura como estaba ahora. "M-mierda. ¡Ah-ah!"

Dog también gimoteó cuando Richard le tomó los hombros y comenzó a embestirlo rápido y profundo. Dylan podía sentirlo todo. Su polla en medio de sus estómagos se llenó, dura y sensible y quiso detener su inminente corrida, pero no lo logró. Se corrió con fuerza entre ambos y su cuerpo se estremeció.

Quería tomarse un segundo para recuperar el aliento, pero los otros dos no estaban deteniéndose ahora. Estaban demasiado metidos en ello, así que él solo se quedó así recuperándose, pero la imagen era demasiado para él. Su polla estaba dura unos minutos después. 

"Voy a correrme." Dog apretó los dientes, todos los músculos y venas de su cuello resaltadas mientras él empujaba duramente en Dylan con los ojos cristalinos. "R-Richard."

"Sí. También yo." Se reclinó sobre Dog, cabeza en su cuello y ojos cerrados, gimiendo y jadeando. Le lamió y besó la oreja antes de besarle el cuello. "Vamos, cariño, córrete. Quiero sentirte cuando lo hagas. ¿Necesitas un poco más?"

Dog asintió rápidamente. "Sí..."

Los ojos oscuros de Richard se posaron sobre él. Dylan apretó su agujero alrededor de Dog, sintiendo algo primitivo extenderse dentro de él al ver al hombre deshacerse de placer. Mordió su cuello y los hombros, enterrando las uñas en su piel mientras Richard se encargaba de la nuca y la espalda sin detener sus embestidas.

Dog sollozó antes de que empujara duro contra Dylan antes de quedarse quieto, respirando con fuerza mientras su cuerpo temblaba.

Richard sonrió, revolviéndole el cabello y besándole la cabeza. "Bien hecho." El hombre se retiró lentamente y ayudó a Dog a moverse de encima de Dylan, dejándolo descansar a un lado. Lo vieron cubrirse la cara con los brazos mientras intentaba recuperar el aliento. 

Su cuello y hombros eran un desastre. Si salía a la calle luciendo así, cualquier podría decir que acababa de tener una ronda sucia de sexo.

"¿Sigues duro?"

Volteó a mirar cuando Richard habló. Se encogió de hombros. No se iba a morir por no correrse una segunda vez. Físicamente, estaba satisfecho. Richard en cambio... "¿No lo hiciste?" le preguntó.

Richard se sentó en sus piernas, frotándose el cuello. "Estaba demasiado concentrado en hacerlo sentir bien."

"¿Y qué tal?" Dylan se rió de su rostro lleno vergüenza y se movió hasta subirse a sus piernas. Richard lo miró con los ojos abiertos pero estaba sosteniéndole la cintura en un segundo. Alcanzó el lubricante y chorreó más sobre la polla del hombre antes de alinearla en su agujero, hundiéndose lentamente en ella. Mierda. Él era demasiado grade y grueso. Se rió, cerrando los ojos y dejando caer la cabeza en el hombro de Richard. "Pensé que estaría lo suficiente estirado para ahora, pero terrible. Pero Dog pudo."

Richard lo ayudó a estirarse, riéndose sin aliento. "¿Es una competencia?"

"No." Apretó los dientes y se enderezó, acomodándose mejor hasta que sintió la base rozar sus nalgas. Entonces abrió los ojos y lo miró. Richard tenía una suave sonrisa en los labios. Dylan envolvió las manos en su cuello. "Digo que tiene mis respetos por tomar esa cosa en su primera vez."

"Sabes, no recuerdo que sonrieras tanto. ¿El sexo te gusta tanto?"

"Es cómodo. Sencillo. Sin emociones." Por Dios, su espalda iba a matarlo, pero él no iba a detenerse. Ahora quería correrse y también que Richard lo hiciera. Que se preocupara tanto por Dog hizo algo dentro de él y estaba... casi agradecido con el hombre. "Cuerpos moviéndose en busca de placer. Nada mejor para aliviar el estrés."

"Eso es muy frío." Richard le agarró la cintura con sus enormes manos y lo levantó antes de dejarlo caer sobre su polla. Eso lo sorprendió porque él no era liviano, pero Richard era una máquina. Sus sesiones de entrenamiento dejaron eso muy claro, y era un poco sexy. El hombre lo besó mientras ellos se movían y Dylan encontró el ritmo que hizo que sus caderas se movieran circularmente mientras jadeaba y gruñía en la boca de Richard. Era casia demasiado grueso para ser agradable, pero no estaba tan mal. Se sentía poderoso de poder tomarlo por completo y sentir su próstata acariciada. Richard también se sabía mover. No tenía que preguntar cómo hizo que Dog se sintiera tan bien. La boca del hombre se pegó a su garganta y chupó, seguramente dejando un feo moretón. "Pero supongo que lo entiendo. A veces es el único placer que podemos permitirnos."

Dylan asintió, mirándolo fijamente. 

Sí. Era exactamente como se sentía la mayor parte del tiempo. 

El entendimiento casi lo aturdió y tuvo que sostenerse de él con más fuerza. 

Su pecho se calentó extrañamente, pero no tuvo tiempo de analizar lo que era porque Richard estaba jodiéndolo con todas sus fuerzas, sin toda la gentileza que usó en Dog y era increíble.

Dylan gritó cuando su orgasmo llegó, él enterró los dientes en el hombro de Richard y eso envió al hombre al borde. Lo sintió correrse con pesados chorros calientes, las réplicas lo hicieron temblar y jadear sin fuerza.

Cayeron en la cama sin poder mover un músculo.

Parpadeó hacia la derecha y se encontró con los ojos de Dog. 

El hombre tenía una sombra en las mejillas, acostado sobre el codo, mirándolos.

Dylan se dio la vuelta, cerrando los ojos.

"No puedo volver a hacerlo," le dijo.

"Oh, pero no quería hacerlo de nuevo. Si soy honesto... estoy algo adolorido."

Se giró otra vez para verlo. Dog se rascó la mejilla con una sonrisa incómoda. 

Richard se sentó de inmediato. "¿Quieres que vaya a conseguir una crema?"

"Probablemente esté bien. Tengo algo de medicina conmigo de todas formas." Parpadeó antes de humedecerse los labios y ver a todas partes en la habitación. "¿Quieren algo de comer?"

"¿Tienes hambre?"

Richard se rió. "Estar en medio debió dejarlo hambriento." 

El hombre se estiró para tomar el teléfono y ojear el menú de la mesita de noche. Ordenó comida para alimentar a un ejército completamente desnudo y luego se estiró como un perezoso gato enorme, como una pantera en la cama. Una pantera muy satisfecha y contenta, brazos detrás de la cabeza, completamente relajado.

"Debe ser agradable," le dijo antes de salir de la cama. 

Su cintura de sentía como si un camión le hubiera pasado por encima y tenía moretones por todas partes. Jesús. Su reflejo en el espejo no estaba mejor. Ni una prostituta tendría tantas marcas luego de un revolcón. Tomó una ducha rápida y miró la hora en su reloj. Tenían todavía unas dos horas para llegar al muelle, lo que les daba tiempo de descansar un poco, llenar sus estómagos y encontrar una manera de echar a Richard lo menos doloroso posible. 

Cuando regresó a la habitación, vio a Richard frotar los dedos a lo largo de la espalda de Dog mientras el otro hombre tenía los ojos cerrados. 

Dylan se aclaró la garganta, tocando los tobillos del doctor. "Ve a tomar una ducha si vas a dormir. Te odiarás por la mañana si no lo haces."

Dog abrió los ojos lentamente y se movió para salir de la cama sin decir una palabra. Parecía que se caería en el baño pero Dylan esperaría hasta escuchar un golpe para ir a ver.

Buscó ropa en su maleta y se vistió cómodamente. Se pondría la ropa de combate una vez el invitado se fuera. Luego se sentó en el borde de la cama y lo miró.

"Es bastante tarde, estoy seguro de que tienes cosas que hacer por la mañana." 

"Estoy libre." Richard sonrió ampliamente. "No te importa que pase la noche aquí, ¿cierto?"

¿En serio?

"De hecho tengo un asunto que atender bastante temprano. Dog y yo tenemos que ir, así que no estaremos disponibles en todo el día." Dylan hizo una mueca. "No es que seas un extraño, pero realmente no aprecio tener a alguien más en mi apartamento mientras no estoy."

Los ojos azules se llenaron de algo cuando dejó caer la cabeza en la almohada y cerró los ojos. "Puedes levantarme tan temprano como sea que vayas a salir."

Estaba tan tentado a ir y buscar su arma.

Sus dientes se apretaron y él se levantó. "¿Te acompaño a la puerta?" Su dulce intento había terminado. Iba a sacarlo de aquí incluso si eso significaba luchar contra él. Richard abrió los ojos. "Es tarde."

Lo vio moverse lentamente hasta el borde de la cama y levantar las manos. "Solo dime que quieres que me vaya."

"Vete."

"No tienes corazón."

"Intenté decirlo con suavidad."

Richard chasqueó los labios, inclinándose para recoger su ropa del piso. Dog salió del baño en ese momento y Richard lo miró con ojos de cachorro antes de acercársele. "¿Estás mejor?"

Dog asintió, pasándose la toalla por la cabeza. "Solo está inflamado." Miró la ropa en los brazo de Richard y luego a Dylan. "¿Ya te vas?"

"Eso creo." Se giró para verlo con los ojos entrecerrados. "Tomaré una ducha antes, si no te molesta."

Le devolvió la mirada, cruzándose de brazos. "Hazlo rápido."

Con una última mirada, Richard se metió al baño. Dog caminó hacia él con largos pasos, susurrando. "¿Le dijiste que se fuera?"

"No tenemos el tiempo para despertar juntos y tomar el desayuno," respondió en el mismo tono. "Tenemos que ir al muelle en menos de dos horas y tú no has hecho tu maleta."

"Iba a hacerlo y luego cosas pasaron."

"Hazlo cuando se vaya."

Tenía todavía el papel con sus códigos y debería memorizarlo en lugar de mantener un papel que el espía podía encontrar si lo perdía. Y eso estaba en su pantalón...

¿Dónde estaba su pantalón?

Los pantalones cortos en el suelo no eran suyos, entonces...

La puerta del baño se abrió y Richard salió desnudo de la cintura para abajo, lanzándole los pantalones. "Esos son tuyos." Recogió uno del piso y se lo puso mientras murmuraba por lo bajo y tenía una mirada de traición. Suspiró cuando se enderezó y los miró. "Realmente disfruté de esta noche. No los molestaré más, y me iré."

Dylan apretó el pantalón con las manos. "Adiós," dijo con la voz distante y el corazón acelerado.

"Nos veremos después, supongo." Se acercó a los dos y besó sus mejillas antes de dar un paso hacia la puerta. "Disfruten de la cena."

Abrió y cerró la puerta con cuidado y Dylan revisó todos los bolsillos del pantalón, teniendo en mente que su arma estaba a unos metros de distancia y él todavía podía alcanzar a Richard si no encontraba el puto papel.

Pero ahí estaba. Respiró profundo, relajándose cuando encontró el papel con sus códigos en el bolsillo de enfrente. 

"Mierda."

"¿Estás bien?"

Asintió, meciendo el papel en el aire. "Creí que los había perdido." Un error de novato. Snake lo reprendería estrictamente y se lo merecía por dejar a un lado la misión por simple satisfacción. "Termina de vestirte y acomoda tu maleta."

Dog asintió e hizo lo que él pidió, y mientras lo hacía trajeron la comida. Que era demasiada para ellos dos. Richard se había ordenado dos platos enteros, y los dos miraron los platos incómodamente.

"¿Crees que lo lastimará?"

Parpadeó hacia Dog. "¿Qué?"

"Digo," él tragó, mirándolo cautelosamente. "Mañana se preguntará en dónde estamos y vendrá aquí, pero no estaremos."

"Estará bien." Masticó con la vista perdida en un punto. "No somos los únicos hombres del mundo."

Dejó la comida restante en la bandeja y llamó para que vinieran por ella. Luego de eso, se acostó en la cama y puso su alarma para una hora. Necesitaban descansar al menos un poco porque no sabían qué les depara después de abordar. Podía usar una técnica de relajación enseñada por sus compañeros para dormirse rápidamente, pero Dog estaba muy despierto y luciendo molestamente culpable. 

Lo hizo acostarse sobre él, callándolo cuando intentó hablar.

El momento de relajarse había pasado, ahora tenían que mantener la cabeza serena para trabajar.

Durmieron exactamente media hora antes de que ellos salieran del apartamento.

Dio los códigos para la recepción y luego salieron de ahí. Habían dos juegos de códigos y supuso que el segundo sería para abordar. Luego de memorizarlos, él lanzó el papel al inodoro y se aseguró que se se borrara todo con cloro antes de tirar de la cadena.

Se colocó bien su gorra y se colgó la mochila mientras Dog arrastraba su maleta. Eran pasadas las dos de la madrugada y el sitio estaba vibrando con música en alguna parte. Las fuertes olas golpeaban a lo lejos y la brisa fría de la noche les enfrió la cara.

También todo estaba solitario y silencioso mientras más se alejaban del hotel. Oscuro.

Apretó los labios y miró alrededor, dejando a Dog caminar primero que él para poder vigilar más cómodamente. 

"¿Ese es Richard?"

Dylan se chocó con la espalda de Dog cuando el hombre se detuvo en seco. "¿Qué?"

"Allá, en la sillas. Con la botella en la mano." Estaba un poco alejado, cerca de donde estaba la piscina con el bar. Las luces estaban apagadas, pero él quizás se robó la botella y estaba bebiendo en frente de la piscina. Dylan hizo una mueca. A menos que rodearan los edificios enteros, ellos no podían evitar pasar al lado de él. "¿Qué le pasa?"

"No lo sé. Ignóralo." Lo empujó antes de mirar la hora. Quince minutos para las tres. "No mires en su dirección."

"¿Crees que está bebiendo porque lo echaste?"

"No me interesa. Camina."

"Oh."

"¿Oh?" Dylan apretó los dientes, girando la cabeza levemente en dirección a la piscina. Richard los estaba mirando, la botella colgando de su mano. Se levantó tambaleante y comenzó a caminar hacia ellos. "Mierda. Carajo. Solo camina, ¡camina!"

Podía ver le muelle a lo lejos, si ellos se apuraban más llegarían, pero correr era demasiado riesgoso. Era demasiado obvio que estaban escapando.

"¿Chicos?" Dog no respondió y Dylan estaba agradecido. "¿Se van?"

No era dolor en voz. Era el alcohol.

"¿Por eso me echaron? Solo iban a irse sin decir adiós." Estaba cada vez más y más cerca de ellos. Richard le tomó el brazo, dándole la vuelta. El alcohol en su aliento lo hizo contener la respiración. Sus ojos estaban húmedos e incrédulos. ¿Lágrimas? "Solo fui un juego para ustedes, ¿no? Ambos consiguieron lo que querían."

Se sacudió de su agarre y empujó a Dog hacia el muelle, dándole la espalda a Richard.

No tenían tiempo.

"Tienes que estar jodiéndome." El tono de su voz era demasiado alto y lleno de ira. "Al menos mírame a la cara, Dylan. No seas cobarde. Lee."

Dog trastabilló y Dylan gruñó. "No te detengas."

"Lee, por favor."

"Sigue caminando."

"¡No le digas qué hacer!"

"¡Cierra la puta boca!" Dylan se dio la vuelta, conectando el puño directamente en la mejilla de Richard. El hombre tropezó pero no cayó, solo se inclinó apoyándose en las rodillas para frotarse el rostro. "¡Solo vete! ¡Y tú camina!"

Dog lo miró como si hubiera perdido la cabeza. Sus manos levantadas, intentando calmar la bestia y lo rodeó para acercarse a Richard. Dylan tenía un nudo en el estómago y nauseas. Tenía náuseas mientras veía a Dog revisarle la boca a Richard. 

El hombre escupió sangre al piso, pero se enderezó, mirándolo fijamente.

Dylan respiró y volteó a ver a Dog. "Tenemos que irnos. No hay tiempo." Sus puños se cerraron y Dog se encogió, esperando el golpe solo para que Richard lo abraza lejos, lanzándole una mirada. No lo iba a lastimar. No de nuevo. Él solo quería mantenerlo a salvo. Estiró la mano para decírselo, pero el sonido de las olas regresó su mente a donde tenía que estar. No tenía tiempo para la mierda emocional. Era un asesino entrenado y estaba en una misión. "Me iré sin ti si es necesario, pero subiré a esa lancha."

Dog lo miró de la manera en que debería mirar a un desconocido. No a él.

Con un nudo en la garganta, Dylan les dio la espalda, continuando su camino hacia el muelle. Podía ver la lancha brillando en la oscuridad y estaba tan cerca. Tan jodidamente cerca.

Pero sus pies no avanzaron más.

Se dio la vuelta y tiró del brazo de Dog. "Vámonos."

"Tiene miedo." Richard abrazó a Dog con más fuerza y el doctor se lo permitió. "Necesitas tranquilizarte primero."

"No voy a lastimarlo. Solo necesito salir de aquí. Dog. Douglas." Suavizó su tono, su agarre y se calmó un poco. Ellos no podrían dejarlos. Eran órdenes del jefe. "Tenemos que irnos."

"Creo que necesita una disculpa."

Le lanzó una mirada a Richard, sus ojos desviándose al moretón que comenzaba a formarse. Tenía... él tenía razón.

"Lo siento," dijo con toda la honestidad que tenía. Dog se enderezó, mirándolo cuidadosamente. Dylan entrelazó sus dedos viéndolo directamente a los ojos. "Hablaremos más tarde, ¿sí? Pero por ahora necesitamos salir de aquí."

Algo golpeó el agua detrás de ellos y Dylan miró, sosteniendo el mango de su pistola en su cinturón. Había alguien haciéndoles señales con una linterna desde la lancha. Era hora.

"¿Adónde van?"

"A otro lugar."

"¿Por qué?" Richard relajó su agarre en Dog lentamente, se ceño fruncido con confusión escrita en todo su rostro. "¿Por qué salen como ladrones a la mitad de la noche?"

"No podemos decirlo."

Dog miró a Richard. "Es algo personal."

"¿Al menos podrían darme sus contactos?" Parecía decaído. "Me gustaría que volviéramos a encontrarnos otra vez. Los tres juntos. Sé que quizás sea imposible, pero si hay una posibilidad—"

Un sonido limpio, afilado, como si algo estuviera rasgando el viento a toda velocidad, hizo eco vibrando en sus oídos. Dylan tomó a los dos hombres y los empujó al suelo por instinto. Cargó su pistola y observó en la dirección de donde el disparo vino, pero no podía ver a nadie. 

Jodida mierda.

"Levántense. Hay que correr."

Richard ayudó a Dog mientras Dylan se colocaba detrás de ellos como escudo. Los empujó hacia el muelle, mordiéndose la lengua al pensar en llevar a un inocente con ellos, pero no podía dejarlo aquí a menos que esperaba mirar atrás y ver una bala haciéndole un agujero en la frente mientras se alejaban. Tampoco podía dejarlo aquí sabiendo que estaba convirtiéndose en alguien importante para Dog.

Después lidiaría con las consecuencias de eso, pero ahora solo necesitaban llegar a la lancha.

Otros disparos le siguieron, pero estaba tan oscuro que ellos probablemente no veían más que él. Aunque habían voces ahora, gritándoles que se detuvieran.

"¡Corran!"

Disparó de regreso repetidas veces, intentando distraerlos lo suficiente como para que Richard y Dog llegaran al muelle. Entonces corrió hacia ellos.

Una mujer alta de cabello negro los estaba esperando. Ella los examinó con la mirada y luego miró a Dylan directamente. 

"Los peces nadan bajo el agua," ella dijo.

Dylan tragó, respirando pesadamente. "Pero solo el valiente cruza el océano."

La mujer lo observó con ojos afilados y agudos. Luego asintió, dándose la vuelta para abrir un compartimiento que daba a unas escaleras abajo. Ella abrió la puerta y la señaló. "Entren. Nos alejaremos lo más posible del lugar y cuando estemos a salvo, les avisaremos. Les recomiendo descansar."

Dylan hizo que los dos hombres bajaran primero y él se quedó arriba, estrechando la mano de la mujer. "¿Ya saben quiénes son?"

El motor arrancó y la lancha comenzó a moverse. La mujer sacudió la cabeza. "No lo encontramos, pero no nos quedaremos para descubrir quiénes son. El jefe nos está esperando, pero tenemos mucho camino por recorrer todavía. No podemos dejar rastros."

"Entiendo."

Tenía mucho sentido. Ir directamente a una locación era estúpido. Si no los intentaban perder, ellos eran blanco fácil y delatarían la ubicación de los demás.

Ella volvió a señalar el compartimiento. "Descansa."

Bajó las escaleras iluminadas ahora y la puerta se cerró sobre su cabeza. Dejó la mochila en una esquina y estudió el cuarto con atención. No era pequeño. La lancha tampoco lo era, pero no esperaría nada más de su jefe que amaba consentirlos. Tenían un refrigerador, una televisión, una cama probablemente no lo suficientemente grande para tres hombres que no eran exactamente pequeños, y una puerta... que, en efecto, era un baño. Uno con un botiquín.

Lo tomó y salió al cuarto. Los dos hombres estaban sentados en el borde de la cama, mirándolo.

Richard parecía confundido.

Dylan ni siquiera sabía cómo explicar la situación.

Así que no lo haría.

"¿Puedes levantar la cabeza?" Tomó algodón y el alcohol para limpiar el golpe. El labio superior se había rasgado ligeramente, pero no era nada preocupante. Por el moretón no pudo hacer nada mágico. Dog encontró una pomada antiinflamatoria y se la aplicó con más cuidado que él. "Lo siento," dijo otra vez.

"Tienes una mano pequeña, pero pesada." Richard sonrió de medio lado. "¿Puedo saber qué está pasando?"

"Bueno..."

"Estamos huyendo, eso es todo lo que necesitas saber." Dog acomodó el botiquín, acomodándose las gafas. "Y quedaste envuelto con nosotros por mi culpa."

"¿Usted son prófugos?"

"No exactamente." Dog se levantó y guardó el botiquín. Bostezó, sus ojos cansados. "¿Deberíamos descansar?"

Asintió. "Eso creo." Se quitó la ropa, solo quedándose con la camiseta y la ropa interior y se deslizó debajo de las sábanas. El aire acondicionado era de muerte. 

Los otros dos se desvistieron también y se acostaron.

Como era de esperar, los tres no cabían cómodamente. Richard se acostó en medio abriendo los brazos para acercarlos a los dos y suspiró. "No sé qué está pasando, y temo que no me digan la verdad, así que esperaré pacientemente. Además, creo que no tengo más opción." Tragó y su corazón latió con fuerza en su pecho desnudo. Si Dylan pudo escucharlo, Dog también lo hizo. "Pero me alegra que no nos estemos separando. ¿Es raro que es lo único que piense en esta situación? Alguien casi me dispara en la cabeza."

Dog se rió. "Tú eres raro."

"Es cierto, lo eres." Dylan cerró los ojos, pasando el brazo sobre Richard hasta que pudo tocar el brazo desnudo de Dog. Lo acarició con los dedos lentamente mientras comenzaba a quedarse dormido. "Duérmete."

Estaba tan cansado y sus sentidos seguían encendidos.

Pero estaba tan cómodo, tan cálido. El brazo pesado descansó sobre su cuerpo muy familiar y posesivo.

Dylan se durmió en segundos.

***

You know, quizás mi ambición es muy grande. 

Este capítulo lo he estado arrastrando por una semana básicamente y paro a ratos porque necesito mucho poder mental. Me sentí como en la imagen, la honesta honesta.

Es difícil y hay que pensar mucho. No son dos personas, son tres jaja. Tres cabezas distintas. Y tres cabezas que están desarrollando sentimientos, no es solo algo de una noche.

Pero ya me siento mucho mejor 😋 y sé a dónde voy a llevar la historia. Y eso me emociona muchoooooo. Me encanta abusar de mi cerebro  👍

Actualmente escuchando: QLONA - Karol G. ft. Peso Pluma 

Gracias por todo!!

Nos leemos pronto xx

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