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•Capítulo 14•


Dylan...

Esa tarde estaba pasando realmente lenta para el felino, y está tan sumergido en sus pensamientos como si eso ayudara a que el tiempo pase más rápido que no le importa ya que sus compañeros en la oficina estén de vez en cuando mirándolo de reojo lo distraído que se encuentra, en estos momentos recostado muy cómodamente en el espaldar de su silla ejecutiva mirando hacia el ventanal que da a la zona verde del recinto, una bella zona de la cual todo se estaba poniendo anaranjado por la temporada de otoño que se está comenzando a manifestar, puede decir con orgullo que ama no solo el aspecto de la temporada, también su clima frio y húmedo...

Sus compañeros intentaron llamar su atención para que aterrizara de nuevo, pero fue en vano, le preguntaban si necesitaba ayuda con algo de papeleo, si estaba bien, hasta que, si su sistema se encuentra en buen estado debido a que no estaba haciendo prácticamente nada, todo sin resultado, el o negaba con un movimiento de cabeza leve o con un simple sonido en negativa, así que dejaron de intentar viendo si la pantera volvía a este plano astral por su cuenta.

Pero, ¿Qué es lo que pasa por la mente de Dylan para que esté así? Bueno, la pregunta es bruta, obviamente sabemos... No hay que decirlo...

Recordando momentos agradables, en su mayoría, puede estar feliz de decir que momentos amargos casi nulos.

Y también enumerando en su cabeza cosas sobre el gorila, cosas que le gusta de él, más allá de que es un hombre tallado por los dioses lo que es obvio, sí, pero aún más allá, quien es, como es, que es capaz de reflejar y demostrar... De todo eso recordó que hizo una carta, una que hizo a mediados de mayo si recuerda bien la fecha resaltando todo aquello que le gusta de ese gorilota...

El felino sonrió reproduciendo el recuerdo de como escribía dicha carta, fue un tanto cómica...

-1 año y 2 meses antes-

Un fin de semana donde visitó a su madre en dicho orfanato donde creció, miraba desde el balcón el patio de juegos que se encontraba en el centro del recinto, viendo a los niños jugar y divertirse sin fin sin importar más, eso sí que le hacía sonreír enormemente ya que precisamente él se veía en su versión pequeña en esos niños, era inevitable... Sabe cómo es esa vida...

-Deberías de bajar un momento y saludarlos, sabes que te han extrañado bastante. - Dijo su madre, volteado a verla como se acerca lentamente hasta quedar a su lado mirando por el balcón.

¿Que lo han extrañado? Sí que le enterneció eso, cuando estuvo trabajando aquí con Laia el atendía a los demás niños, era prácticamente el hermano mayor de todos y el líder de toda la banda como le gustaba decir ya que existían hasta códigos y reglamento, cosas que Dylan usaba a su favor para que el comportamiento de los chiquillos fuera bueno y guiarlos por un buen camino.

-Bajare en unos momentos, cuando sea la hora del almuerzo.- Dijo volteando a mirar de nuevo a través del balcón.

-¿Necesitas hablar de algo mi niño?- Nadie lo conoce mejor que madre, nadie más puede leerlo como ella.

Dylan asintió y con un gesto con la cabeza le indico a su mami que le siguiera de nuevo a la oficina principal, donde Laia trabaja la parte administrativa del recinto, entrando y dirigiéndose al escritorio donde la pantera trabajaba al lado de su madre, tomando asiento frente a su laptop y Laia tomo asiento igual al lado.

Dylan levanto la pantalla de la laptop haciendo que esta se prendiera dejando ver que estaba escribiendo un documento desde esta mañana que llegó, su madre miro dicho documento y volvió a mirar a Dylan el cual estaba con una sonrisa tímida.

-Sé que me dijiste que me ayudarías solamente con una carta... Y que no alargara esto tanto, es por eso que aprovechando que te visito, quiero que te enteres de mí que... No he podido aún y sigo escribiéndolas.- Dijo mirando la pantalla mientras hablaba.

Laia sonrió, sí, estaba algo molesta el saber que Dylan aún sigue en esto, que ha alargado esta situación más sin embargo puede entender que es complicado y el cómo lo puede hacer sentir... Aun así, está en contra de que siga y siga en el círculo vicioso que le mencionó hace unos meses cuando reveló su enamoramiento al Gorila.

-Sí, es cierto, te dije que no te ayudaría en mas y que no extendieras esto... Hmmm ay mi niño aun así si puedo ayudar un poco a que salgas de esa zona, lo haré, ¿En que necesitas ayuda?- Dijo Laia tomando la mano de Dylan dándole un suave apretón.

Dylan negó con la cabeza ante la atenta mirada de su madre.

-Seria alcahuetearme si me ayudaras ma, así que no, solo quería que lo supieras, yo mismo decírtelo en vez de ocultarlo.- Dijo sonriendo, Laia igualmente le devolvió dicha sonrisa a su niño.

-Que rápido que crecen jajaj.- Burlonamente dejo escapar dicha risa.

-Vamos ma, lo dices como si aún fuera un niño.- Dylan se cruzó de brazos.

-A los ojos de una madre, de todas incluyéndome, pueden tener 40, pero seguirán siendo nuestros niños.- Laia le guiño de manera burlesca parándose de la silla hacia la puerta de la oficina. -Vamos, ya casi es la hora del almuerzo, los niños estarán contentos de verte.- Dijo para finalmente salir dejando la puerta abierta.

Dylan sonrió, cerró su laptop y siguió a su mami, saliendo de la oficina hacia el área de cafetería.

[...]

El almuerzo fue muy agradable, cuando los niños lo vieron se pusieron demasiado contentos que hasta se le lanzaron encima, cada sonrisa que ellos le daban le llenaban de alegría, todos comieron en la enorme mesa, charlando, los niños jugando, por lo cual fueron reprendidos a que se comportaran, Dylan fue uno de los que dieron el regaño.

Luego del almuerzo Dylan y los diablillos se encontraban jugando en el patio de juegos, gritando corriendo, saltando, cualquier actividad física que fuera divertida y déjenme decirles que a Dylan estaba que le daba un infarto en esos momentos se dio cuenta que ya no igualaba la energía pirotécnica de un niño, ya se estaba poniendo viejito, pero rico eso sí, unas por otras al fin y al cabo se puede decir.

Estaba todo sudado de tanto correr de un lado a otro y jugar, tanto así que pudio tiempo fuera para tomar un respiro sentándose en las bancas alrededor del patio, varios niños siguieron su ejemplo tomaron puesto alrededor de él, el felino se disculpó con los nenes, parándose y dirigiéndose al piso de arriba hacia la oficina, tenía aire acondicionado así que se refrescaría ahí.

[...]

Ya se encontraba recostado dejando que su cuerpo se relajara con el aire frio, mientras que tenía su vista atenta hacia la pantalla de su laptop, dicha 4ta carta en el documento donde resalta lo que más le gusta del chico que lo tiene loco, era larga, enumerando desde el aspecto hasta lo que le gusta de la forma de ser de él, solo faltaba cerrarla para darla por terminada, pero aun no sabía cómo.

Se quedó observando dicha pantalla un largo tiempo viendo como cerrar la carta, pero nada, su cerebro entró en bloqueo.

Y así siguió en silencio mirando la pantalla hasta que vio dos cosas que al parecer eran cabezas cruzándose en su vista...

-Que escribes hermano Dylan?- Dijo una lobita de 11 años mirando de cerca la pantalla de la laptop.

-¡Si!, ¿Qué es? ¡¡Quiero saber!!!- Esta vez respondió un pequeño reptil de color azul de 11 años.

-Siiiii, ¿qué es lo que tiene al hermano Dylan tan distraído?- remató un pequeño bovino de 12 años esta vez.

Cuando Dylan reaccionó ante los mini invasores su corazón Salto salvajemente del susto ya que en lo que le tomó analizar la situación, los chicos ya habían leído... Lo que podían comprender, de lo que estaba escrito ahí de los embarazosos y románticos sentimientos y gustos de Dylan hacia Raymond...

Con un movimiento rápido y brusco cerró la laptop y la atrajo hacia el con sus brazos, abrazándola fuerte contra su pecho y los niños quedaron estupefactos ante tal reacción y también por lo que habían leído y alcanzado a entender de eso.

Los tres chiquillos lo estaban mirando con los ojos bien abiertos y sorprendidos, el primero en tomar la palabra fue el chico reptil.

-Hermano Dylan, ¿qué es estrujarme?- No valió que su pelaje fuera oscuro como la noche por que el violento sonrojo que apareció en su rostro lo hizo ver como un tomate frente a los niños.

Iba a responder algo inocente pero la chiquilla lobita atacó nuevamente.

-Hermano Dylan... ¿Es una carta de amor?- "¡¡QUE DIRECTA!!" Pensó de inmediato la pantera... "¡¿Y COMO SABE DE ESO DE CARTAS DE AMOR TAN CHIQUITA?!"

El bovino sonrió y retuvo una risa de burla al escuchar lo que dijo la niñita, Dylan estaba cada vez más rojo y encogiéndose en su silla.

-Hermano Gato...- Continuo el ataque el chico bovino llamando la atención del felino. -¡¿Podemos saber quién es!?- preguntó con emoción y un brillo en sus ojos.

Sí que era una escena graciosa, tremenda pantera que tiene un aspecto intimidante, como todo depredador, ahora está acorralado mientras él está erizado, sonrojado y encogiéndose como gatito asustado por tres niños que ni juntos alcanzan su estatura todo por que lograron leer y entender un poco de lo que Dylan siente.

Dylan divago tratando de encontrar una respuesta o más bien una excusa para salir corriendo de ahí...

-Niños, no insistan en eso, es un tema personal de su hermano Dylan...- La madre de Dylan estaba en la puerta, los 4 giraron a verla, los niños se alejaron un poco del nervioso Dylan. -Ni es correcto preguntar cosas como esas sin que él lo permita.- Dijo de manera tranquila sonriendo, se sabe que es un regaño para los chiquillos.

-Si señorita Laia. - Dijeron los 3 al mismo tiempo en coro

-Muy bien, vayan a sus cuartos que en una hora es la rutina de aseo y espero que hayan hecho los deberes.- Dijo Laia poniéndose en pose de jarrón caro para dar seriedad a sus palabras.

Los tres diablillos asintieron y a paso firme y rápido salieron de la oficina dejando solos a Dylan y a su mami, Dylan soltó un suspiro relajándose en su silla y dejando la laptop en el escritorio cerrando los ojos y dejándose recostar sobre sus brazos, que montaña rusa de emociones en tan pocos segundos como se sintieron.

Eso fue hasta que sintió como su oreja izquierda fue halada de manera brusca haciendo que se levantara ante el repentino dolor.

-¡AAAUUU AUUUUU! MAAA!!- Dijo y se agarró su oreja cuando su madre lo soltó finalmente y sus ojos dejaron salir pequeñas lágrimas de dolor. -¡¿Porque fue esoo?!-

Laia con expresión seria mira a su hijo.

-Te lo ganaste cabezón, escúchame bien que sea la última vez que vienes a escribir tus cartas aquí, no quiero que los niños estén leyendo por error con lo curiosos que son, esas barbaridades que escribes sobre ese gorila, ¡no no no!

De nuevo el sonrojo volvió al rostro del felino...

-Lo siento, no volverá a pasar, algo parecido me pasó, pero en el trabajo...- Dijo bajando la cabeza recordando cómo fue que casi Raymond descubre sus fechorías en dicha libreta.

-Qué bueno que te das cuenta, ahora... ¡A TU CUARTO! - Dijo Laia optando pose de jarrón costoso nuevamente.

Dylan la miraba con incredulidad.

-¿Qu-que? No puedes estar hablando en serio...-

-Muy en serio jovencito, tu cuarto, AHORA...- La mirada severa de su madre fue suficiente para que supiera que es en serio esto.

Iba a rechistar, pero sería pelea perdida, así que a paso lento y con la cabeza baja salió en camino hacia su cuarto donde se estaba quedando por este fin de semana.

"Esto me lo gano de gratis por idiota" se dijo a si mismo caminando hacia su cuarto.

A partir de ese día, le hizo caso a mamá, no volvió a escribir sus cartas allá, nada de eso y los niños como buenos chismosos el rumor y la anécdota de que su hermano mayor Dylan estaba escribiendo cartas de amor a alguien misterioso se rego por todo el recinto, ahora cada que los visitaba los niños le preguntaban y le pedían que les ayudara a hacer dichas cartas a sus enamorados y enamoradas...

Un sitio menos en la lista para relajarse y escribir... Por pendejo.

-Presente-

¿Qué si al fin pasó el tiempo tan rápido? ¿Cómo para que ya tenga que salir? Nada de eso, no tomo mucho tiempo el recordarlo, Dylan con excusa de entregar los informes que ya lo había hecho, se fue a caminar por todo el edificio, falta aun 1 hora para salir así que es la mejor manera de quemar ese tiempo.

Y sí que ayudó ese paseo en hacer que esa última hora pasara rápido, sentado en la zona verde viendo como atardece, comenzó a ver como todas las fursonas comienzan a salir para así dirigirse a sus hogares luego de tan larga jornada laboral...

A lo lejos divisó a Ray, iba hablando animadamente con el dálmata que estaba con él la semana pasada trabajando en el taller, mantuvo su mirada en el siguiéndolo con ella, sonrió al verlo con expresión feliz en su rostro, hasta que lo perdió de vista por la lejanía.

Soltó un suspiro y se levantó de la banca para ir a buscar a Stefano y poder hablar con el finalmente, tomó camino hacia su oficina nuevamente, olvidó que dejo todo y ni si quiera había apagado todo para salir.

Ahora todo listo, se encuentra esperando sentado cerca de la portería donde Willy, al parecer a Stefano se le hizo tarde, "Que fastidio"

Quitó su mirada de la entrada del edificio para dirigirla hacia el estacionamiento encontrándose nuevamente con Raymond, solo que acompañado de la chica Melissa... Melissa, viendo cómo charlaban, risas, sonrisas, se puede ver un amigable ambiente entre ellos dos, cosa que le entristece a la pantera sabiendo que no ve ese lado de Raymond dirigido hacia el por casi 4 días y dolía bastante, con eso Dylan se daba cuenta de lo necesitado de la atención de dicho gorila y no solo eso, lo tanto que le hace falta y eso que van pocos días y se siente mal... Ahora, ¿qué tal toda una vida así?

"Ni imaginarlo..." Pensó girando su vista para evitar seguir viendo dicha escena.

Cuando hizo eso vio a Stef acercándose a paso apresurado.

-Hey, lo siento me tomó más tiempo del que creí, pero ya terminé, ya podemos irnos- Dijo un poco exaltado, Dylan sonrió.

Sin más Dylan siguió el paso de Stef y con un último vistazo pudo ver que Raymond los estaba mirando de lejos, cruzaron miradas donde inevitablemente el felino le sonrió y con un leve movimiento de su mano se despidió, el gorila solo se quedó mirándolo fijamente hasta que ambos llegaron al estacionamiento, donde Stef y Dylan subieron al auto y salieron, todo el momento sintió Dylan como los ojos de Raymond estaban en su nuca.

-Ni si quiera se despidieron, ni una palabra al menos, casi ignorándose entre ustedes, ¿Fue tan serio eso que pasó?- Dijo Stef rompiendo el silencio dentro del vehículo.

Dylan quien miraba otra vez de la ventada del copiloto asintió.

-Un poco, pero es culpa mía, ya te contaré.-

-Ok...- Dijo sin querer alargar mucho la conversación con Dylan.

El resto del camino estuvo en silencio, dejando que la música de la radio fuera la que diera el ambiente, Dylan solo mira a través de la ventana contemplando las calles que ha visto miles de veces pero que mejor manera de distraer su mente en estos momentos, Stefano mirando de reojo a Dylan de vez en cuando, viendo algún tipo de reacción en su rostro, pero se mantiene neutral y un poco apagado.

El vehículo se detuvo a un lado de la calle que Dylan conoce a la perfección, se desabrochó el cinturón y lentamente salió del auto al igual que Stef, caminando hacia el parque frente al recinto de apartamentos donde vive.

Ambos se adentraron al boscoso sitió a buscar un sitio donde tener su plática.

[...]

Un pequeño paseo por el lugar antes de encontrar un sitio tranquilo que de por si mas no se puede, ya es de noche ya casi fursonas no hay alrededor.

Sentados en una banca Dylan procedió a contarle al jaguar lo que había sucedido.

-¿En serio reaccionó de esa manera?- Deja vu.

-Pareciera que Galina y tu compartieran pensamientos y la misma neurona, asusta de verdad.- Dijo Dylan con una mueca que pareciera ser un intento de sonrisa.

-Jajajaja bueno es que se me hace difícil de imaginarlo, he visto a Raymond molesto pero nunca escuché o vi que reaccionara como me estas contando.- El jaguar estaba sonriendo y aguantando más la carcajada.

-Lo mismo que me dijo Gali y sí, tal cual como te lo digo es como pasó y cómo reaccionó.- Dijo Dylan mirando hacia el cielo casi tapado por la gran cantidad de ramas de los árboles.

-Hmmmm, le sentó muy mal el cómo trataste de ocultarle la carta en su cara.-

-Deja vu por 2- Dijo Dylan soltando una leve risita.

-Si querías un punto de vista diferente al de Galina, creo que se te será muy difícil y lamento la poca ayuda, porque desde donde lo veas, tu eres el que lo ocasionó. - Dijo el jaguar mirando a Dylan el cual aun seguía con su vista hacia arriba.

-...- No dijo nada la pantera, solo soltó un suspiro.

-Lamento ser directo.-

Dylan volteo a verlo directamente.

-No, gracias por serlo, es lo que necesito en estos momentos.-

Stefano asintió en respuesta. -Así que ahora que ya tienes dos puntos de vista diferentes que llegan a la misma conclusión, ¿Que harás?- Dijo curioso el jaguar.

-Odio esa pregunta por qué no es como si tuviera opción, obvio que hablar con el, no me gusta que estemos así, solo que pensándolo un poco más puede que se genere algo de incomodidad entre nosotros después de esto.- Dijo de nuevo soltando un leve suspiro. -Me da miedo que las cosas entre nosotros cambien, porque el piense que no confío en el o que el sienta que le miento aún más.-

-Hmmmm, no es como si pudiera decirte con seguridad que las cosas no van a cambiar, ya depende de tu y el.- Dijo Stef mirando a Dylan fijamente, Dylan con la mirada baja.

Dylan se mantuvo silencio después de lo dicho por Stef, mirando sus manos, jugando con ellas, acariciándolas, apretando levemente sus palmas, pensando las cosas con el leve y delicado sonido de las hojas de los arboles siendo movidas por la brisa, el sonido de los arboles danzando.

Eso, hasta que el sonido de una notificación irrumpió dicho silencio entre los dos felinos, Dylan saco su teléfono de su bolsillo y encendió la pantalla, viendo de quien es el mensaje que le llegó.

-Oowh- Dijo, eso llamó la atención de Stef, quien lo miró extrañado esta ve por la reacción de la pantera.

-¿qué sucedió? ¿Qué te enviaron?- Dijo el jaguar acercándose un poco más y tratar de ver la pantalla de bloqueo donde está la notificación.

-Mira.- Dijo mostrando la pantalla de bloqueo con la notificación.

Stef rio cuando vio de quien es el mensaje, y miro a Dylan con ojos sugerentes.

-No me esperaba que me escribiera, antes se me adelantó, pensaba escribirle igualmente.- Dijo el felino sonriendo levemente mientras seguía viendo dicha notificación evitando que la pantalla se apagara nuevamente.

-¿Entonces?- Dijo Stef llamando la atención de la pantera, el cual lo miro con duda. -Responde, habla con él a ver qué es lo que te dirá.-

Cuando el jaguar dijo aquello Dylan dudo, una mueca de duda se plantó en su rostro, no sabía si era lo mejor, pero si el gorila le estaba escribiendo era por algo ¿no? bueno, que cambiante y que indeciso, hace unos momentos acabo de decir que pensaba escribirle de igual forma y ahora se quiere hacer el difícil, en fin, la hipocresía.

Sin decir nada Dylan desbloqueó su teléfono, entrando en la aplicación de mensajes, abriendo el chat con Raymond, viendo y dejando el visto en el mensaje.

Ray: -Hola Dylan.-

Lo mejor es sencillo y tranquilo.

Dylan: -Hola Ray, ¿Cómo estás?.-

Bien ahí, por ahí va la cosa.

Vio como el visto se posaba en su mensaje y al momento el escribiendo aparecía arriba.

Ray: -Bien.-

Ray: -¿Estas libre?-

Stef que se encuentra realmente cerca de Dylan soltó un silbido haciendo que el felino oscuro se sobresaltara por ver la cercanía y lo chismoso que estaba siendo el jaguar, Dylan lo empujó suave alejándolo un toque, a lo que Stef solo rio acercándose más.

-Deja ver que esto se puso bueno.- Dijo tomando puesto bien pegado a Dylan, mucho para su gusto la verdad.

-¿Le digo que estoy contigo?-

-Obvio no tonto, si no de inmediato lo espantas, dile que estás solo, que si estas libre, hay que ver que te quiere decir.- Dijo Stef de inmediato, dándole un zape en la frente a Dylan.

-Ok ok ok ya entendí.- Dijo comenzando a escribir la respuesta.

Dylan: -Si, lo estoy.-

Sonó un toque seco, pero teme que se pueda pasar de la raya en esta situación.

El gorila se mantenía en linea y se vio el escribiendo arriba.

Ray: -¿Y Stefano? los vi salir juntos, pensé que estarías con el ahora.-

Dylan se puso rígido leyendo dicho mensaje.

Y no fue el único, el jaguar también se quedó helado, no pensó que fuera tan directo el gorila para soltar eso sin cariño o sin si quiera algo de lubricación... Ambos se miraron de inmediato, con la mirada se estaban hablando, sabiendo que con ese simple mensaje de que "Si lo estoy" Hizo que solito cayera en la mentira, cosa que hizo que Dylan le comenzara a subir los nervios y el miedo de pensar que una vez más la está cagando, sí que debió decir la verdad y decir que esta con Stef en estos momentos, pero ya estaba de nuevo la leche derramada.

-Dile que ya no estoy contigo, que te di el aventón a tu casa, si me llega a escribir o llamar para confirmar yo me encargaré.- Dijo el jaguar sonriendo y asintiendo a Dylan, quien asintió de vuelta y se dispuso a escribir en su teléfono nuevamente.

Dylan: -No, el me dio el aventón a mi casa, él ya se fué.-

Suspiro porque en sus adentros esa respuesta está más que acorde.

Ray: -Entiendo, bueno, lo que sucede es que quería decirte algo.-

Ray: -Y es que, en sí, sigo molesto por lo que paso el viernes, cuento aparte pero aun así, te debo una disculpa, porque mi reaccionar con dicho regalo que tenías para mí y hacia ti no fue la correcta y me siento mal por ello, por eso te pido que me disculpes mi actuar y espero que algún día me lo des porque te seré sincero, me da curiosidad que es.-

Ray: -Es todo.-

Dylan leyó el mensaje lentamente hasta el final, hasta el "Es todo" para luego ver como el estado del gorila pasaba del "En línea" a mostrar su última conexión en la aplicación.

Soltó un suspiro, aun viendo la pantalla de su teléfono, sonriendo levemente leyendo una y otra vez el mensaje, abriendo el teclado y... nada, no sabía cómo contestar a eso, ese mensaje del gorila pidiéndole perdón por cómo había actuado lo derrumbo en su totalidad.

-¿Estas bien?- Escucho la voz del jaguar trayéndolo de su trance, haciendo que lo mirara a los ojos.

-Se supone que era yo el que tenía que pedir disculpas y dar el paso, pero él lo hizo, y ahora me siento aún más como un culo.- Dijo sonriendo porque por dentro estaba ya más triste.

-Sabes cómo es el, que aun cuando él no tiene la culpa o algo, el siempre busca al final para arreglar las cosas, me ha pasado créeme... Esa mole tiene un corazón blando y bondadoso, le cuesta estar molesto con alguien mucho tiempo, tu más que nadie debe de saberlo.- Dijo Stef para darle unas palmaditas y un apretón en su hombro de ánimo, regalándole una sonrisa a Dylan para tratar de reconfortarlo.

Dylan asintió riendo un poco, levanto la cabeza y bloqueo el teléfono, primero se calmará y en casa más cómodo le responderá el mensaje.

-Sí, gracias Stef, de verdad gracias por este momento.-

-De nada minino, es mejor que me vaya ahora, descansa y no le des tanta vuelta.- Dio levantándose de la banca, para así comenzar a caminar hacia su auto.

Dylan se quedó sentando en la banca, viendo como al final el auto donde va Stef se aleja lentamente hasta perderlo de la vista...

Se quedó un momento más sentado ahí, en el silencio de esa noche, fría noche, y vio hacia el oscuro cielo lleno de estrellas dejándose llevar por ese firmamento tan hermoso.

-Perdóname tu a mí, por ocultarte lo que siento con locura por ti...-

Susurró, dejando que dichas palabras se las lleve la suave brisa... Tal vez las lleve a quien van dirigidas...

Tal vez...

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Este capítulo sí que me costó, porque tuve nada más y nada menos que un bloque que sí que me dio duro, un momento donde me estaba preguntando si iba por buen camino, pero bueno, siento que me he recuperado de esa etapa, así que bien, sigo adelante con esto porque me encanta como está quedando, los amo y espero lo disfruten!!!!

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