𝐖𝐡𝐞𝐧 𝐢 𝐬𝐞𝐞 𝐲𝐨𝐮 𝐚𝐠𝐚𝐢𝐧
El equipo seguía siendo igual de bueno que siempre, eran lo últimos partidos juntos y jugaban con todo el sentimiento, continuaban ganando, continuaban siendo los mejores.
Incluso a pesar de que a veces las cosas no salían perfectas, Hoseok entraba en pánico cuando Yoongi le mandaba un beso volador (casi siempre cuando tenía que entrar a la cancha o hacía una anotación importante)
Por ejemplo, en uno de sus últimos partidos, Yoongi había anotado desde la mitad de la cancha, ganándose un aplauso lleno de emoción y tres puntos a favor.
Casi de inmediato el pelimenta lo miró para llevar una mano a sus labios y luego lanzarle un beso.
—¡Y Min le dedica ese tiro a su compañero favorito! ¡Mira esa cara! ¡Está tan rojo como su cabello! —gritó el comentarista, que no tenía vergüenza de hacerse el gracioso.
Literalmente tuvieron que hacer un cambio y sacar a Hoseok, entrando Seokjin, porque el pelirrojo terminó escondiendo su rostro en su remera del uniforme y no quería salir de ahí.
Luego de aquel beso no habían tenido otro más, Hoseok se notaba por primera vez en su vida nervioso.
Jimin decía que era cuestión de tiempo para que se le pasara.
—Tú estabas igual al principio. —dijo, escogiéndose de hombros—. Al menos Hoseok es un poco más abierto que tú.
—Acá lo único que se abre son tus piernas, Jimin.
El rubio le dio un golpe en el estómago al pelinegro, para luego reír de forma malvada.
Luego del partido, donde de nuevo habían salido victoriosos, Jungkook esperaba a que Jimin terminara de ducharse para llevarlo a su casa cuando su entrenador se acercó a él, acompañado de un hombre vestido demasiado elegante para ir a ver un partido de basquetbol.
Supo que era un tipo importante.
—Jungkook, este caballero quiere hablar contigo en privado.
Supo que el entrenador quería decirle: Compórtate o te hago correr una hora.
Sin más fue obediente y acompaño a ambos a la oficina junto al gimnasio.
[🏳️🌈]
Al salir de las duchas, Jimin buscó con la mirada a su novio, pero no lo encontró.
—¡Jiminssi! —Yoongi intentó asustarlo.
—Yoongi. —Jimin ni siquiera se había inmutado.
—¿Tu novio te ha abandonado?
—Eso parece… ¿Qué haré con mi gato ahora? No puedo ser un padre soltero. —hizo un puchero.
—Que maldito irresponsable, estoy seguro de que serás un buen papá luchón.
Jimin rodó los ojos.
—Yonnie, ¿Qué tal tú y Hoseok?
—Oh, nada, solo somos amigos. —dijo el pelimenta con desinterés.
Jimin alzó una ceja.
—¿Con derecho?
—Amigos.
—¿Con ventajas?
—Amigos.
—¿Bros?
—Es mi bro, sí.
—¿Tú homo, bro?
—No homo, bro.
—Yoongi, no te estoy entiendo nada.
—¿Qué hay que entender?
—Lo besaste. —Jimin abrió sus brazos, sin entender.
—Bueno, sí. —Yoongi se encogió de hombros—. Pero, no, no somos nada. Él no me gusta de esa manera, es un amigo para mí.
—¿Entonces? ¿Por qué lo besaste ese día? ¿Por qué le tiras besos en los partidos? Hoseok está hecho un gay paniqueado por lo que hiciste.
Yoongi sonrió con cierto orgullo.
—Pues… larga historia corta. Tae me contó que Namjoon le dijo, que Hoseok dijo… que quizás estaba dudando de su sexualidad, porque quizás siente algo por un hombre.
>>Pero, no quiere decirle a este chico misterioso lo que siente, porque dentro de dos meses, ya sabes… Termina la escuela, se va a ir, entonces cree que no vale la pena.
—Sigo sin entender el porqué del beso.
—Bueno, bueno, la historia no se puede hacer tan corta, Jimin. —Jungkook rodó los ojos molestos—. Como te dije, Hoseok tenía esa duda si le pueden gustar los hombres o no, pero no quiere confesarse al chico que le gusta y besarlo para saber, entonces… —se encogió de hombros—. Lo besé yo para sacarle las dudas.
—Y succionar su alma, lo que fue ese beso.
—¡Ni siquiera usé la lengua, Jimin!
—Bien, lo que digas. —Jimin movió su mano, restándole importancia— ¿Y todo lo demás? Digo, la foto, los besos voladores en los partidos… parece que te gusta.
—La foto es porque tienes que tener fotos de todo, siempre, Jimin. —dijo el pelimenta serio—. Y los besos voladores es porque… el chico misterioso que le gusta a Hoseok hace eso muy a menudo, entonces es una broma molesta.
—¿Adivinas quién es? —Yoongi sonrió de forma malvada.
Jimin supo quién era al instante.
—Seokjin.
—¡Shh! ¡SHHHH! —Yoongi llevó un dedo a los labios del rubio—. No lo digas en voz alta.
Jimin frunció ligeramente el ceño, apartó su mano de una cachetada.
—¿Cómo sabes eso?
—Después del beso Hoseok me dijo quién su chico secreto. —hizo comillas con sus dedos—. Pobre, creyó que me gustaba o algo. Con ese tamaño de polla, no gracias.
Jimin soltó una carcajada.
—Hey, Hoseok es un tamaño normal, decente.
—Hay que soñar en grande, Jimin, mmm no sé ¿Treinta centímetros?, si, eso. —Yoongi calculó el tamaño con sus manos, separándolas bastante.
—¿Qué es de treinta centímetros? —preguntó Jungkook, apareciendo de golpe junto a Yoongi, mirándolo con el ceño fruncido.
—La que tengo entre las patas. —respondió Jimin guiñando un ojo.
—¿Si la tuya es de treinta, la mía qué? —se burló Jungkook.
—Un manisito.
—Si, claro.
—Es tan pequeña que Jimin se mete los dedos y llega más profundo. —Yoongi tomó la muñeca del rubio mostrándola en la cara del pelinegro.
—Eres un-
—¡Hasta mañanas Bros! —Yoongi salió corriendo y riendo como un niño luego de una travesura.
Jungkook estaba aún molesto, cuando los brazos de Jimin alrededor de su cintura lo distrajeron, devolvió el abrazo y dejó un beso en su coronilla.
—¿Qué le pasa a mi pequeño koala en celo?
—Eres un puto idiota para apodos cariñosos.
—Lo sé. —admitió el pelinegro—. Lo siento por tardar, estaba con el entrenador… un tipo de una universidad vino a ver el partido, me ofreció una beca deportiva.
Jimin se separó levemente para verlo.
—Sip. —Jungkook sonrió mostrando una gran sonrisa—. Solo… tengo que ser parte de su equipo de basquetbol y puedo estudiar lo que sea que quiera allí… estaba entre producción de medios audiovisuales o psicología.
—Elige lo que te haga más feliz, Jungkook. —Jimin acercó su rostro al del mayor y frotó sus narices con cariño, dejó un pequeño beso en sus labios.
—Gracias, Jimin, la universidad está un poco lejos… es de Seúl.
La expresión del menor cambió a una más triste.
—Es una gran oportunidad, Jungkook, no deberías desperdiciarla. —murmuró, aunque si se sentía mal, la distancia entre Daegu y la capital era bastante.
—No te preocupes, bebé. —Jungkook tomó sus mejillas para darle un beso cariñoso en los labios—. Ahora, ¿Tendría el honor de pedirte una tarde de sexo desenfrenado? Mis padres no están en casa.
—Estoy cansado. —Jimin hizo un puchero—. Quiero ir a dormir, podemos dormir juntos.
—Para que me robes sábanas, si, seguro.
—Es lo que los novios hacen, idiota. —Jimin golpeó su pecho.
—No me pegues, te voy a denunciar por violencia Jimin, —el menor rodó los ojos, Jungkook dejó un beso en su frente y tomó su mano, caminando para irse—. Por mí, róbame hasta el alma, mi amor. —susurró en su oído, pero ya ni siquiera los comentarios tontos podían sacar esa expresión triste de su rostro.
Jimin fingió por mucho tiempo que nada pasaba, que no estaba triste, que no contaba los días que le quedaban junto al pelinegro, junto a su Jungkook, su lindo novio.
Quizás se molestaban mucho a veces, quizás peleaban por cosas tontas, quizás la historia que tenía con el mayor era un poco loca, quizás no era lo más romántico del mundo.
Pero, la realidad es que Jimin nunca se había enamorado tanto de alguien como lo estaba con Jungkook.
Pensar que antes de estar con él, Jimin podía ir libre entre todos los chicos que quisiera, podía tener encuentros con él que quisiera, le iba muy bien en eso.
Pero desde que había empezado a tener algo con Jungkook, desde ese algo, desde ese beso medio forzado en su cuarto hacía meses, simplemente lo había dejado vivir en su corazón, apoderarse de sus sentimientos por completo.
Jimin no era el más romántico, prefería decirle que le iba a cortar la polla y obligarlo a comerla antes que dedicarle una cursilería como un poema o tomarse el tiempo de buscar una canción que le recordaba a él.
Pero, lo amaba, muchísimo, y lo iba a extrañar aún más.
Quizás era algo tonto, a Jimin le quedaba un año para graduarse, pero luego de eso no tenía la certeza que iría a Seúl, a la misma universidad, o siquiera cerca, lo más probable era que fuera a Busán.
En la graduación del pelinegro, Jungkook se había puesto muy borracho, tanto que Jimin había tenido que dejar de beber para cuidar de que no muriera por algo estúpido, un coma etílico si seguía bebiendo o una caída estúpida si seguía caminando tan mal y tambaleante.
El pelinegro hasta le había robado el micrófono al presentador para gritar a todo pulmón:
—¡Park Jimin, te amo!
Jimin no sabía si sentir vergüenza u orgullo, recordando que meses atrás, cuando empezaban su relación, al mayor le costaba algo tan tonto como tomar su mano.
Le había tenido que cargar junto a Taehyung hasta un taxi para luego arreglarse solo y dejarlo en su casa.
Lo dejó sobre la cama, insultándolo por estar tan grande.
—Oh-, un pequeño angelito me dejó sobre una cama voladora.
—A veces pienso que no puedes ponerte más idiota… pero, después me sorprendes y te superas a ti mismo.
—¡Angelitooo!
—Tengo nombre, Jungkook.
—Jiminito.
—¿Qué? —preguntó el rubio sin ganas.
—Déjame abrazarte jiminito.
—Hueles horrible, no quiero ni estar en la misma habitación que tú.
—Jiminito, eres malo… Me harás llorar. —Jungkook hizo un puchero, el rubio rodó los ojos y fue hacia él, el mayor tiró de su cuerpo hasta que estuvo junto a él, acostado sobre la cama, para abrazarlo con torpeza—. Jimincito… ¿Conoces a mi novio? Mi novio es muy lindo… se parece a ti.
—¿Qué te pasa ahora? —cuestionó, mirándolo sin entender.
—Estoy triste porque me voy a trescientos kilómetros de aquí y no voy a poder abrazar a mi novio, Jimincito, él… él… me gusta mucho, es el amor de mi vida, quiero estar con él todos los días y… verlo sonreír para que sea muy feliz.
Jimin sonrió de forma tonta.
—Voy a extrañar a mi novio, Jimincito…
—Yo también te voy a extrañar, Jungkook.
—Tú no eres mi novio, no digas esas cosas porque mi novio es muy celoso y se va a enojar.
Jimin rio porque ya estaba diciendo demasiadas cosas sin sentido.
—Si que eres un idiota… pero así te amo, qué se le va a hacer. —lo abrazó con firmeza, escondiendo el rostro en su pecho.
—Yo amo a mi novio, lo siento. —murmuró, intentó empujarlo lejos, pero estaba muy torpe y tenía mucho sueño, no duró mucho en la lucha que se quedó dormido.
Jungkook no recordaba nada de aquella noche, y Jimin no se lo recordó nunca.
Un mes después de la graduación del mayor, llegó el día en que tenía que irse camino a Seúl, a su nueva vida de chico universitario.
Jimin fue a despedirlo, cómo no ir si era vecino, una vez que cargó todas sus pertenencias en el auto de su madre, que luego lo dejaría en la estación de tren, se acercó a él para hablar de frente una última vez.
—Bueno, Jimin… —comenzó Jungkook—. Prometo que te llamaré todos los días y vendré a visitarte cada vez.
—Jungkook, terminamos.
Jungkook no tuvo palabras para seguir hablando, Jimin tenía la mirada fija en el suelo y su voz había sonado muy dura.
—B-Bueno… —respondió finalmente luego de un momento de silencio—. Si es lo que quieres, está bien.
—No es lo que quiero… Claro que no. —negó, se notaba el puchero en sus labios y las lágrimas que quería ocultar—. Es que, no creo poder llevar una relación a distancia, no por tanto tiempo.
>> Me gusta… salir de la escuela y ver que me estás esperando para llevar a casa, me gusta que vengas a comer… aunque te comas toda mi comida, me gusta que te lleves al gato para dormir contigo, me gusta tenerte a mi lado, abrazarte, besarte, y… no podré hacer nada de eso.
>> A distancia igual me sentiría solo.
—Jimin.
—¿Qué tal si encuentras… a una universitaria sexy con un mejor culo que yo, que te guste y te enamoras de ella? Y… será mejor salir con una mujer que salir con un hombre, porque estarás feliz, con una mujer sin que… nadie te moleste al respecto, y yo, no puedo prohibirte ser feliz, Jungkook.
—Jimin.
—Así que es mejor que terminemos y hagas tu vida de nuevo, como quieras, eres libre y yo… Yo voy a estar bien.
—¡Jimin! —Jungkook tomó su mano cuando el rubio quiso retroceder para alejarse de él, alzó su vista para mirarlo con los ojitos llenos de lágrimas—. Te amo a ti, para siempre, nada más a ti, Jimin.
>>No quiero a nadie más, no necesito a nadie más.
—Dije que era gay por ti, es más que eso… soy todo, completo únicamente para ti, Jimin.
—¿Cómo puede estar tan seguro?
—Porque me hiciste amarte más que nadie en el mundo, me hiciste amarte para siempre, y ahora soy tuyo para siempre.
Jimin se quedó en silencio, se limpió sus lágrimas, Jungkook lo ayudó.
—Soy Jiminsexual forever.
El rubio rio un poco.
—Entiendo que quizás de esta forma, no nos arriesgamos a que lo nuestro no funcione a distancia, y creo que es lo mejor también, pero quiero dejar en claro que esto no es un adiós… No volveremos a ver, Jimin.
—Nos volveremos a ver, Jungkook.
Se despidió con último beso, antes de separarse, debía llegar a tiempo a la estación para no perder su tren.
Dejo a Jimin saludando en la entrada de su casa, con el gato en brazos, tomó la patita del peludo animal medio blanco medio naranja para que se despidiera bien.
Fueron un par de cuadras donde no despegó la vista del chico que tenía todo su corazón y que intentaba no limpiar sus lágrimas.
Hasta que ya no pudo verlo, y finalmente lo dejó ir.
[𝓯𝓲𝓷]
Todavía falta el extra!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro