。:゚ When I see you again
El equipo seguía siendo igual de bueno que siempre, eran sus últimos partidos juntos y jugaban con todo el sentimiento, continuaban ganando, continuaban siendo los mejores.
Incluso a pesar de que a veces las cosas no salían perfectas, Jisung entraba en pánico cuando Félix le mandaba un beso volador (casi siempre cuando tenía que entrar a la cancha o hacia una anotación importante).
Por ejemplo, en uno de sus últimos partidos, Félix había anotado desde la mitad de la cancha, ganándose un aplauso lleno de emoción y tres puntos a favor.
Casi de inmediato el castaño lo miró para llevar una mano a sus labios y luego lanzarle un beso.
— ¡Y Lee le dedica ese tiro a su compañero favorito! ¡Mira esa cara! ¡Está tan colorado como su cabello! —gritó el comentarista, que no tenía vergüenza de hacerse el gracioso.
Literalmente tuvieron que hacer un cambio y sacar a Jisung, entrando Minho, porque el pelinaranja terminó escondiendo su rostro en su remera del uniforme y no quería salir.
Luego de aquel beso no habían tenido otro más, Jisung se notaba por primera vez en su vida, nervioso.
Jeongin decía que era cuestión de tiempo para que se le pasara.
—Tú estabas igual al principio —dijo, encogiéndose de hombros—. Al menos Jisung es un poco más abierto que tú.
—Acá lo único que se abre son tus piernas, Jeongin.
El rubio le dio un golpe en el estómago, para luego reír de forma malvada.
Luego de uno de los partidos, donde de nuevo habían salido victoriosos, Chan esperaba a que Jeongin terminara de ducharse para llevarlo a su casa cuando su entrenador se acercó a él, acompañado de un hombre vestido demasiado elegante para ir a ver un partido de básquetbol.
Supo que era un tipo importante.
—Chan, este caballero quiere hablar contigo en privado.
Supo que el entrenador quería decirle "Compórtate o te hago correr una hora".
Sin más fue obediente y acompañó a ambos a la oficina junto al gimnasio.
Al salir de las duchas, Jeongin buscó con la mirada a su novio, pero no lo encontró.
—¡Jeongin-ssi! —Félix intentó asustarlo.
—Lixie —Jeongin ni siquiera se había inmutado.
—¿Tu novio te ha abandonado?
—Eso parece.... ¿Qué haré con mi gato ahora? No puedo ser un padre soltero —hizo un puchero.
—Qué maldito irresponsable, estoy seguro que serás un buen papá luchón, Jeongin-ssi.
Jeongin rodó los ojos.
—Lixie, ¿qué tal tú y Jisung?
—Oh, nada, somos amigos —dijo el menor con desinterés.
Jeongin alzó una ceja.
—¿Con derecho?
—Amigos.
—¿Con ventajas?
—Amigos.
—¿Bros?
—Es mi bro, sí.
—¿Tú homo, bro?
—No homo, bro.
—Félix, no estoy entendiendo nada.
—¿Qué hay que entender?
—Lo besaste —Jeongin abrió sus brazos, sin entender.
—Bueno, sí —Félix se encogió de hombros—. Pero no, no somos nada, él no me gusta de esa manera, es un amigo para mí.
—¿Entonces? ¿Por qué lo besaste ese día? ¿Por qué le tiras besos en los partidos? Jisung está hecho un gay en pánico por lo que hiciste.
Félix sonrió con cierto orgullo.
—Pues... Larga historia corta, Seungmin me contó que Hyunjin le dijo, que Jisung dijo que... "quizás" estaba dudando de su sexualidad, porque "quizás" siente algo por un hombre. Pero, no quiere decirle a este chico misterioso lo que siente, porque dentro de dos meses, ya sabes... Termina la escuela, se va a ir, entonces cree que no vale la pena.
—Sigo sin entender el porqué del beso.
—Bueno, bueno, la historia no se puede hacer tan corta, Jeongin —Félix rodó los ojos, molesto—. Cómo te dije, Jisung tenía esa duda si le pueden gustar los hombres o no, pero no quiere confesarse al chico que le gusta y besarlo para saber, entonces.... —se encogió de hombros—. Lo besé yo para sacarle las dudas.
—Y succionar su alma, lo que fue ese beso.
—¡Ni siquiera usé la lengua, Jeongin!
—Bien, lo que digas —Jeongin movió su mano, restándole importancia—. ¿Y todo lo de después? Digo, la foto, los besos voladores en los partidos... Parece que te gusta.
—La foto es porque tienes que tener fotos de todo, siempre, Jeongin —dijo el castaño con seriedad—. Y los besos voladores es porque... El chico misterioso que le gusta a Jisung hace eso muy a menudo, entonces es una broma molesta. ¿Adivinas quién es? —Félix sonrió de forma malvada.
Jeongin alzó una ceja.
—¿Minho?
—¡Shh! ¡SHHH! —Félix llevó un dedo a los labios del mayor—. No lo digas en voz alta~
Jeongin frunció ligeramente el ceño, apartó su mano de una cachetada.
—¿Cómo sabes eso?
—Después del beso Jisung me dijo quién era, claro que es "secreto" —hizo comillas con sus dedos—. Pobre, creyó que me gustaba o algo. Con ese tamaño de polla, no gracias.
Jeongin soltó una carcajada.
—Hey, Jisung es un tamaño normal, decente.
—Hay que soñar en grande, Jeongin.... No sé, treinta centímetros, eso —Félix calculó el tamaño con sus manos, separándolas bastante.
—¿Qué es de treinta centímetros? —preguntó Chan, apareciendo de golpe junto a Félix, mirándolo con el ceño fruncido.
—La que tengo entre las patas —respondió el menor, guiñando un ojo.
—¿Si la tuya es de treinta la mía qué? —preguntó Chan con burla.
—Un manisito.
—Sí, claro.
—Es tan pequeña que Jeongin se mete los dedos y llega más profundo —tomó la muñeca del mayor, mostrando la pequeña manito del rubio y sus dedos igual de pequeños.
—Eres un-
—¡Hasta mañana, hyungs! —Félix salió corriendo y riendo como un niño luego de una travesura.
Chan estaba aún molesto, cuando los brazos de Jeongin alrededor de su cintura lo distrajeron, devolvió el abrazo y dejó un beso en su coronilla.
—¿Qué le pasa a mi pequeño koala en celo?
—Eres un puto idiota para los apodos cariñosos.
—Lo sé —admitió el pelinegro—. Lo siento por tardar, estaba con el entrenador... Un tipo de una universidad vino a ver al partido, me ofreció una beca deportiva.
Jeongin se separó levemente para verlo.
—¿En serio?
—Sip —Chan sonrió, mostrando sus hoyuelos—. Sólo... Tengo que ser parte de su equipo de basquetbol y puedo estudiar lo que sea que quiera allí... Estaba entre producción de medios audiovisuales o psicología.
—Elige lo que te haga más feliz, Channie —Jeongin acercó su rostro al del mayor y frotó sus narices con cariño, dejó un pequeño beso en sus labios.
—Gracias, Jeonginnie... La universidad está un poco lejos... Es de Seúl.
La expresión del menor cambió a una más triste.
—Es una gran oportunidad, Chan, no deberías desperdiciarla —murmuró, aunque sí se sentía mal, la distancia entre Daegu y la capital era bastante.
—No te preocupes por eso ahora, bebé —Chan tomó sus mejillas para darle un beso cariñoso en los labios—. Ahora, ¿tendría el honor de pedirte una tarde de sexo desenfrenado? Mis padres no están en casa.
—Estoy cansado —Jeongin hizo un puchero—. Quiero ir a dormir, podemos dormir juntos.
—Para que me robes sábanas, sí, seguro.
—Es lo que los novios hacen, idiota —Jeongin golpeó su pecho.
—No me pegues... Te voy a denunciar por violencia, Jeongin —el menor rodó los ojos, Chan dejó un beso en su frente y tomó su mano, caminando para irse—. Por mí, róbame hasta el alma, mi amor —susurró en su oído, pero ya ni siquiera los comentarios tontos podían sacar esa expresión triste de su rostro.
Jeongin fingió por mucho tiempo que nada pasaba, que no estaba tan triste, que no contaba los días que le quedaban junto al mayor, junto a su Chan, su lindo novio.
Quizás se molestaban mucho a veces, quizás peleaban por cosas tontas, quizás la historia que tenía con el mayor era un poco loca, quizás no era lo más romántico del mundo.
Pero la realidad es que Jeongin nunca se había enamorado tanto de alguien como lo estaba de Chan.
Pensar que antes de estar con él, Jeongin podía ir libre entre todos los chicos que quisiera, podía tener encuentros con el que quisiera, le iba muy bien en eso.
Pero desde que había empezado a tener "algo" con Chan, desde ese algo, desde ese beso medio forzado en su cuarto hacía meses, simplemente lo había dejado vivir en su corazón, apoderarse de sus sentimientos por completo.
Jeongin no era el más romántico, prefería decirle que le iba a cortar la polla y obligarlo a comerla antes que dedicarle una cursilería como un poema o tomarse el tiempo de buscar una canción que le recordara a él.
Pero lo amaba, muchísimo, y lo iba a extrañar aún más.
Quizás era algo tonto, a Jeongin le quedaba un año para graduarse, pero luego de eso no tenía la certeza que iría a Seúl, a la misma universidad, o siquiera cerca, lo más probable era que fuera a Busan.
En la graduación del mayor, Chan se había puesto muy borracho, tanto que Jeongin había tenido que dejar de beber para cuidar de que no muriera por algo estúpido, un coma etílico si seguía bebiendo o una caída estúpida si seguía caminando tan mal y tambaleante.
El pelinegro hasta le había robado el micrófono al presentador para gritar a todo pulmón:
—¡Yang Jeongin, te amo~!
Jeongin no sabía si sentir vergüenza u orgullo, recordando que meses atrás, cuando empezaban su relación, al mayor le costaba algo tan tonto como tomar su mano.
Lo había tenido que cargar junto con Seungmin hasta un taxi para luego arreglarse solo y dejarlo en su casa.
Lo dejó sobre la cama, insultando por estar tan gordo.
—Oh~ un pequeño angelito me dejó sobre una cama voladora~
—A veces pienso que no puedes ponerte más idiota... Pero después me sorprendes y te superas a ti mismo.
—¡Angelito~!
—Tengo nombre, Chan~
—Jeonginito~
—¿Qué? — preguntó sin ganas.
—Déjame abrazarte, Jeonginito.
—Hueles horrible, no quiero ni estar en la misma habitación que tú.
—Jeonginito, eres malo... Me harás llorar —Chan hizo un puchero, el rubio rodó los ojos y fue hacia él, el mayor tiró de su cuerpo hasta que estuvo junto a él, acostado sobre la cama, para abrazarlo con torpeza—. Jeonginito... ¿Conoces a mi novio? Mi novio es muy lindo... Se parece a ti...
—¿Qué te pasa ahora? —cuestionó, mirándolo sin entender.
—Estoy triste... Porque me voy a trescientos kilómetros de aquí y no voy a poder abrazar a mi novio, Jeonginito... Él... él me gusta mucho, es el amor de mi vida... Quiero estar con él todos los días y... verlo sonreír para que sea muy feliz...
Jeongin sonrió de forma tonta.
—Voy a extrañar a mi novio, Jeonginito...
—Yo también te voy a extrañar, Chan.
—Tú no eres mi novio, no digas esas cosas, porque mi novio es muy celoso y se va a enojar.
Jeongin rió porque ya estaba diciendo demasiadas cosas sin sentido.
—Sí que eres un idiota... Pero así te amo, qué se le va a hacer —lo abrazó con firmeza, escondiendo el rostro en su pecho.
—Yo amo a mi novio, lo siento —murmuró, intentó empujarlo lejos, pero estaba muy torpe y tenía mucho sueño, no duró mucho en la lucha que se quedó dormido.
Chan no recordaba nada de aquella noche, y Jeongin no se lo recordó nunca.
Un mes después de la graduación del mayor, llegó el día en que tenía que irse camino a Seúl, a su nueva vida de chico universitario.
Jeongin fue a despedirlo, cómo no ir si era su vecino, una vez que cargó todas sus pertenencias en el auto de su madre, que luego lo dejaría en la estación de tren, se acercó a él para hablar de frente una última vez.
—Bueno, Jeongin... —comenzó Chan—. Prometo que te llamaré todos los días y vendré a visitarte cada vez-
—Chan, terminamos.
Chan no tuvo palabras para seguir hablando, Jeongin tenía la mirada fija en el suelo y su voz había sonado muy dura.
—Bu-Bueno... —respondió finalmente, luego de un momento en silencio—. Si es lo que quieres, está bien.
—No es lo que quiero... Claro que no —negó, se notaba el puchero en sus labios y las lágrimas que quería ocultar—. Es que... No creo poder llevar una relación a distancia, no por tanto tiempo... Me gusta salir de la escuela y ver qué me estás esperando para llevarme a casa... Me gusta que vengas a comer, aunque te comas toda mi comida... Me gusta que te lleves al gato para dormir contigo... Me gusta tenerte a mi lado, abrazarte y besarte... y no podré hacer nada de eso. A distancia igual me sentiría sólo...
—Jeongin.
—¿Y qué tal si encuentras... a una universitaria sexy con un mejor culo que yo, que te guste y te enamoras de ella? Y... Será mejor salir con una mujer que salir con un hombre, porque estarás feliz, con una mujer sin que... Nadie te moleste al respecto... y yo... No puedo prohibirte ser feliz, Chan.
—Jeongin...
—Así que es mejor que terminemos y hagas tu vida de nuevo, como quieras, eres libre y yo... Yo voy a estar bien.
—¡Jeongin! —Chan tomó su mano cuando el rubio quiso retroceder para alejarse de él, alzó su vista para mirarlo con los ojitos llenos de lágrimas —. Te amo a ti, para siempre, sólo a ti, Innie. No quiero a nadie más, no necesito a nadie más. Dije que era gay para ti, es más que eso... Soy todo, completo y únicamente para ti, Jeongin.
—¿Cómo puedes estar tan seguro?
—Porque me hiciste amarte más que nadie en el mundo, me hiciste amarte para siempre, y ahora soy tuyo para siempre.
Jeongin se quedó en silencio, se limpió sus lágrimas, Chan lo ayudó.
—Soy Jeonginsexual forever.
El menor rio un poco.
— Entiendo que quizás de esta forma, no nos arriesgamos a que lo nuestro no funcione a distancia, y creo que es lo mejor también, pero quiero dejar en claro que esto no es un adiós... Nos volvemos a ver, Jeongin.
—Nos volveremos a ver, Chan.
Se despidió con un último beso, antes de separarse, debía llegar a tiempo a la estación para no perder su tren.
Dejó a Jeongin saludando en la entrada de su casa, con el gato en brazos, tomó la patita del peludo animal medio blanco medio naranja para que se despidiera también.
Fueron un par de cuadras donde no despegó la vista del chico que tenía todo su corazón, y que intentaba no limpiar sus lágrimas.
Hasta que ya no pudo verlo y finalmente lo dejó ir.
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