—Esa anotación de tres puntos nos salvó el culo, Jeongin —Minho palmeó el trasero del menor al pasar.

—Y qué culo —Seungmin golpeó con un poco más de fuerza la otra nalga, haciéndolo reír.

Apenas había salido de la ducha, después de aquel partido "amistoso" con una escuela rival, y sólo tenía puestos los calzoncillos, algunos de sus en total seis compañeros estaban igual que él, y los que habían tenido que esperar la segunda ronda para usar alguna de las cuatro duchas que había en el lugar seguían sudorosos y con el uniforme del equipo mientras se hidrataban, y entre tanto toqueteo, ninguno iba a terminar pronto de cambiarse para ir a sus casas.

Una mano fue más allá de su trasero y directamente tocó sus testículos y parte de su pene, el rubio ya sabía que era el atrevido de Félix.

—Te la chuparía, bro, seguro da suerte.

—Oh, no, yo te la chuparía, bro —respondió Jeongin con una risa, el castaño guiñó uno de sus ojos.

—No homo, bro.

—No homo —Jeongin asintió.

Sintió una toalla estrellarse contra su trasero y soltó un grito, girándose para ver al sonriente Jisung, completamente desnudo luego de salir de las duchas.

—Hey, Jeonginnie~ —lo abrazó y lo movió a cada lado con emoción, dejó besos en su cuello.

—¡Hyung! —se quejó risueño.

—¡Vayan a follar a otro lado! —gritó Seungmin desde lejos, mientras se colocaba una remera blanca.

—¡No mires si no quieres! —devolvió el grito Jisung, separándose del menor y abriendo sus brazos hacia el peliazul.

—Seungmin no perdería la oportunidad de ver porno gratis —dijo Félix, acomodando sus pantalones, varios rieron, Seungmin le arrojó una toalla sudada a la cara.

—¡Innie, Innie! —Hyunjin habló con voz exageradamente grave, haciendo que el rubio saltara del susto—. Te luciste, chiquito —alzó su mano, para chocar los cinco con él y seguido, darle una nalgada con la misma mano—. Te juro por un momento que se me paró cuando vi esa jugada.

—Se te para cuando vez papas con queso cheddar, idiota —gritó Minho, asomándose desde las duchas.

—¡Son pornosas esas papas!

—¡Deja de excitarte por todo! —aquella voz grave hizo a todos callar, miraron al pelinegro, quien ya estaba cambiando, cargaba su mochila al hombro—. Jisung... Vístete.

—¿Por qué? —el pelinaranja seguía completamente desnudo—. ¿Te distraigo? Uhh~ —giró sus caderas en círculos sin ninguna vergüenza, haciendo reír a los otros cinco—. ¿Te gusta lo que ves, Channie? ¡El helicóptero asesino! —y aceleró el movimiento.

Los presentes estallaron en carcajadas, y como a todos les encantaba exagerar, hasta se sostuvieron de las paredes o de los bancos para reír, o Seungmin directamente fue a reír tirado en el suelo.

—Asqueroso —dijo Chan con una mueca.

—¡Bang Chan! —gritó Hyunjin desde las duchas, se asomó con una toalla cubriendo su entrepierna—. ¿Felicitaste a Jeongin-ssi?

—¡Jeongin-ssi~! —dijo con tono gracioso Félix, haciendo que rieran de nuevo.

—Mmm... No —dijo el pelinegro con desinterés, evitó la mirada de Jeongin, porque sabría que se pondría rojo si miraba sus ojos almendrados y sonrientes.

—Eres un pésimo capitán si no lo felicitas —dijo Minho, y los demás acompañaron a abuchearlo.

Chan suspiró y miró al rubio apenas.

—Jeongin, te felicito, jugaste muy bien.

Jeongin sonrió y Chan tuvo que apartar la mirada.

—¡Felicítalo en serio, idiota! —gritó Seungmin en el fondo, los demás empezaron a gritar victores e incoherencias a sus oídos.

El pelinegro los miró pidiendo piedad, miró a Jeongin, él sólo miró su generoso trasero y luego volvió a mirarlo con una sonrisa ladina.

—No soy gay, lo siento —dijo, encogiéndose de hombros, y Jeongin se sintió ofendido y frunció el ceño.

—No tiene nada que ver —dijo Hyunjin, frunciendo el ceño.

—Tienes la heterosexualidad más frágil que el matrimonio de mis padres —dijo Seungmin, y los demás asintieron.

—¿Qué clase de comparación es esa? —masculló Chan—. Púdranse, montón de maricas, pueden ir a chupar una verga.

—Podría chupar la tuya con gusto —dijo Jeongin con fastidio.

—Mi heterosexualidad no se ve ofendida por tus absurdos argumentos heterosexistas que esconden tu débil y afectada sexualidad —dijo Félix.

—¡El niño usó palabras raras! —anunció Minho, sabiendo que eso solo pasaba cuando el castaño hablaba en serio.

—¡Félix! ¡Félix! ¡Félix!

—Jisung, vístete, ya se está haciendo incómodo, eres el único desnudo —pidió Hyunjin, y Chan agradeció internamente eso.

—Estaba esperando a que se me secara el cuerpo.

—¿Qué no tienes toalla? —preguntó Minho.

—Es para más placer —respondió el pelinaranja, riendo.

—Son todos unos enfermos —dijo el pelinegro, con una mueca de asco—. Vayan a tratarse al psicólogo, medíquense.

—¿Por qué elegimos a este como capitán? —preguntó Seungmin con un suspiro.

—Porque antes era bueno —dijo Minho, el mayor de los siete—. Y después que Jeongin salió del armario, él se hizo un gay en pánico y su heterosexualidad se rompió a la verga.

Los demás asintieron.

—¡A Chan le gusta Jeongin! —canturreó Jisung, los demás le siguieron, haciendo que el rubio se ruborizara y sonriera ampliamente, Chan sintió el calor subir a sus mejillas.

—Me voy —masculló con furia el pelinegro.

—¡Hyung! —Jeongin tomó su buzo rápidamente y lo volvió a meter dentro de los cambiadores—. No se va hasta que me felicite —dijo, conectado sus miradas. Chan se puso rojo de forma furiosa, sus ojos lobunos se abrieron un poquito más y parecieron brillar al tener al menor tan cerca.

Jeongin quedó tan confundido por aquello, que su agarre se aflojó, y una sensación nerviosa se instaló en su pecho.

Chan lo empujó sin mucha fuerza, en realidad, alejándose de él rápidamente, salió corriendo de los cambiadores hacia el pasillo.