。:゚ Like a virgin
Jeongin cerró la puerta del cuarto para no ser interrumpidos por ningún gatito molesto, y no esperó ni a llegar a la cama para bajar los pantalones y el bóxer de su novio a la vez.
—Je-Jeongin... —Chan se sorprendió un poco de la desesperación de su novio, el menor siempre había sido algo bruto para el sexo, pero sí estaba bastante más fuerte esta vez.
El rubio se arrodilló ante él y bajo la atenta mirada del mayor, llevó sus labios a la longitud de su novio, pasando los sobre su sensible semi-erección y humedeciéndola para lo que iba a hacer después.
Lo que más le hacía gracia y era un reto para él, era que Chan era muy vergonzoso el momento del sexo, y solía guardar sus profundos gemidos para sí mismo, tal como en ese momento, que estaba mordiendo sus labios para que ningún sonido escapara de su garganta.
A Jeongin en parte le molestaba porque era como una ofensa, como si estuviera haciendo mal su parte.
Por eso haría de cada ocasión de sexo una película pornográfica para escuchar a su novio gemir su nombre.
Llevando el miembro a su boca, succionó y llevó su lengua a recorrer todo lo que entraba en su cavidad bucal, sólo para escuchar a Chan respirar agitado mientras intentaba guardar sus gemidos.
Continuó hasta el fondo de su garganta, y Chan jadeó, haciéndolo sonreír por dentro, mientras se empujaba hacia adelante para follarse a sí mismo.
Su novio parecía un completo virgen a su lado, oh sí.
Se separó de él al sentir el pre-semen, volvió a subir hacia su rostro y tomando sus mejillas lo besó con profundidad, presionó su erección contra la del mayor, aunque Chan fingió no reaccionar.
Se separó en busca de aire.
—Me la chupaste y luego me besas, ¿así sabe mi verga?
—¿Piensas en esas cosas cuando follas? Con razón ni follas, estúpido —respondió Jeongin, y fue a besar su cuello, succionando su pálida piel para dejar marcas que mañana serían vistas por sus amigos y lo molestarían con eso.
—Jeongin, tú sabes cuánto follo, si sólo follo contigo.... Y me haces cosquillas —soltó una risa que sacó un poco de quicio a su novio, separándose de su cuello y mirándolo con el ceño fruncido.
—Mi verga es de hierro, pero la estás bajando a cada segundo, con esos comentarios, Christobal Bangliano Chan.
Chan alzó sus cejas, rodeó la cintura del menor.
—¿Qué podría hacer para mantener su fortaleza, Yang Jeonyin Bob?
El rubio rodó los ojos y rio un poco por el estúpido apodo.
—O me pones en cuatro o me la mamas.
—Ambas son buenas ofertas.
Jeongin frunció el ceño al darse cuenta que su novio quería molestarlo, Chan rio.
—A la cama, lo haré yo mismo —lo empujó hacia su cama individual, y le dio una fuerte nalgada en su descubierto trasero.
Chan soltó un gritito y Jeongin se pensó seriamente de no ser un activo y masoquista y nalguearlo hasta desquitarse lo suficiente y el culito de su novio quedara morado.
Con Chan sentado en la cama, sus gatunos ojos esperaban verlo completito para él, y con una sonrisa ladina fue a sentarse sobre su regazo, con las piernas a cada lado de su cuerpo.
—¿Vas a ser un buen novio y me vas a desvestir tú? —preguntó el menor—. ¿O tendré que hacerlo todo yo?
—¿Uno ya no puede disfrutar la vista? —preguntó Chan.
—Si seguimos así te la meteré yo la próxima vez.
—No sé si estoy listo para algo así de gay aún —Chan hizo una mueca.
—Todo es igual de gay, estúpido, sólo eres un miedoso —dijo el rubio, tomó las manos de Chan para llevarlas debajo de su ropa, tocando la piel de su abdomen, el mayor entendió y quitó la remera del medio, dejando el buen trabajado torso de Jeongin a la vista.
Le haga sentir algo raro que el menor tuviera más abdominales que él.
Llevó su boca a sus rosados pezones, haciendo a Jeongin temblar y jadear bajo, Chan sonrió contra su piel, y las manos del mayor fueron a los pantalones del rubio, bajándolos, agarrando sus generosas nalgas y apretándolas, haciendo que diera un pequeño salto.
Continuó besando y marcando con chupetones sus clavículas, cuello y cerca de sus pezones, con una mano comenzó a masturbarlo, haciendo que Jeongin gimiera de forma aguda y maravillosa.
—Chan... —murmuró Jeongin, rojo como un tomate mientras su novio continuaba—. Ya, no quiero acabar aún... Ponte el condón.
—Oh, ¿no podemos follar sin condón, Jeongin? —Chan hizo un puchero, y para convencerlo aún más, aceleró el movimiento de su mano sobre el miembro de su novio para que tampoco pudiera concentrarse.
Aun así, Jeongin negó, entre gemidos y jadeos.
—Oh, Innie~
—No sé dónde la has puesto, ni loco —dijo el rubio.
—En el Jeobooty, ¿dónde más?
—¿La Jeoboca? Idiota —comentó con una risa por ese apodo raro a su trasero.
Buscó con la mirada hasta ver la mesa de luz junto a su cama, se separó de Chan para ir hasta allá y tomar uno de los pequeños paquetitos, para volver a él, sentándose de nuevo en el mismo lugar, y colocando él mismo el condón sobre el largo del pelinegro.
Prosiguió con el lubricante, aprovechando el movimiento para hacerlo sentir su tacto, lo vio morder su labio de nuevo y aguantando soltar algún sonido de placer.
Acercando sus labios al oído del mayor, susurró de la forma más seductora que pudo.
—Hyung, déjeme escucharlo.
Dejó el manoseo y se irguió un poco, sus manos fueron debajo de la remera de Chan y acarició su piel con suavidad, dándole un cosquilleo al pelinegro, dejó que Jeongin lo terminara de desvestir, quitándole la remera, el menor dejó caricias en su torso, mientras se posicionaba sobre su erección y comenzaba a autopenetrarse con lentitud, gimiendo con algo de molestia.
—Hey, bebé, que no te has dilatado aún —dijo Chan, interrumpiendo su acción, moviéndose de lugar, en un cambio de posiciones, Jeongin quedó sobre las sábanas y debajo del mayor—. Te puedes lastimar, bebé, no quiero que te lastimes —habló con voz baja y seductora, mientras una sonrisa ladina se formaba en su rostro.
—Y entonces, ¿qué harás, Papi?
—En inglés, que Papi suena horrible.
—¿Daddy? —dijo Jeongin, en un gemido falso y exagerado que hizo a Chan tragar duro.
El mayor llevó dos dedos a la boca del rubio, dejándolos sobre sus gruesos labios, jugando con ellos mientras hablaba.
—Chupa como tú sabes hacerlo, bebé.
—¿Te lavaste las manos?
—Y después soy yo el que arruina los momentos, Jeongin, coño de la madre.
El menor rió, abrió su boca para tomar los dedos del mayor y chuparlos como había hecho con su polla antes, bajo la atenta mirada de Chan, quien se relamía los labios por aquello.
Cuando no se resistió el besarlo, quitó sus dedos para llevar sus labios hacia los del menor, mientras iba hacia su entrada, masajeando su anillo de músculos antes de comenzar con el primer dedo, haciendo que Jeongin gimiera contra sus labios.
Se separó de él, para escucharlo gemir mejor, y fue a besar el lóbulo de su oreja y parte de su cuello mientras lo preparaba.
Con dos dedos en su interior, Jeongin repetía el nombre del mayor para que entrara en él de una vez.
—Chan... Ya, Chan~
—¿No que estábamos en juegos de rol, Nini?
—Daddy...
—Mejor.
—Penetrame...
—Uh la la, señor francés —dijo el mayor, retirando sus dedos del interior del menor.
—¿Y cómo se dice? —replicó Jeongin con una sonrisa, mientras el mayor se acomodaba.
—Dame vuelta como a un media, Daddy —dijo, haciendo que Jeongin riera entre gemidos, mientras se empujaba dentro de él con suaves embestidas, para acomodar y porque él también se estaba riendo como para hacerlo en serio.
Jeongin rodeó las caderas de Chan con sus piernas, dejándole más paso que el pelinegro quien sí lo aprovechó para entrar con más fuerza, haciendo que el menor gimiera más.
—Innie, ¿quieres hacer sentadillas? —preguntó el pelinegro, una vez que llegó a estar completamente adentro del menor y se tomó una pausa.
—¿En tu polla? —preguntó Jeongin, agitado, y muy ruborizado.
—Es la idea —dijo el mayor, asintiendo, mientras besaba sus labios.
—Ya te cansaste, ¿no? Maldito vago —dijo Jeongin, separando sus labios del mayor.
Chan sintió vergüenza y se escondió en el cuello del menor, dejando pequeños besos.
—Uhg... No sé cómo haces en los partidos de básquetbol —se quejó Jeongin—. Se supone que los deportistas se aguantan algo de sexo desenfrenado.
Tomó los hombros del pelinegro y en un movimiento rápido cambió las posiciones, dejando a Chan debajo y a él montando su polla.
—Deja en orgullo a los deportistas, Innie.
El menor rodó los ojos y Chan sólo le dedicó un guiño.
—Gime como el activo-pasivo que eres, Chan —dijo el rubio, antes de comenzar a saltar, de la forma rápida y dura que a él le gustaba más y que su novio era muy vago y muy inexperto para mantener.
Entrando y saliendo del menor, y viendo cómo esté hacia todo el trabajo, Chan se sintió en parte orgulloso y en parte mal, se supone que él debía ser el bueno en esto, era el mayor.
Escuchó los gemidos de Jeongin hacerse más agudos cuando el rubio llegó a golpear su punto, concentrado en lo bien que se veía sobre él, se dejó hundir en la sensación de tenerlo completamente para él.
—Cha-Chan... —Jeongin gimió su nombre, mirándolo mientras sonreía de placer.
—Jeongin~ —gimió el mayor con burla, en un tono agudo que planeaba imitar al suyo, haciéndolo reír.
—Chan —Jeongin paró, quedando medio lleno de él, hizo un puchero—. Déjame escucharte, de verdad —masajeó su torso de nuevo, se acercó para besarlo mientras volvía a autopenetrarse.
Se besaron con más lentitud de la que hubieran deseado, pero el menor estaba concentrando sus energías en saltar en vez de en el beso.
Chan sintió que estaba cerca y llevó una mano al miembro de Jeongin, masturbándolo para que se vinieran juntos, el menor se separó del beso con esa acción y fue a gemir cerca de su oído, ya con la garganta algo molesta por tanto ruido, algo parecido pasaba con los labios de Chan, que los había mordido y habían sido besados mucho y estaban hinchados y sensibles como para seguir aguantando sus dientes al morderlos.
Así que terminó acompañando a su novio en unos bajos jadeos de placer, hasta que Jeongin se vino en su mano y él dentro del menor, con el condón conteniéndolo.
Respirando de forma agitada y con los últimos gemidos, el rubio se abrazó al mayor por el cuello, saliendo por sí mismo, se recostó a su lado mientras ambos recuperaban en aire, el mayor dejaba leves caricias en su espalda, mientras Jeongin sonreía con felicidad.
—Toma —dijo Chan, sacándolo de su pequeña nube de felicidad, Jeongin se volteó para verlo sonreír como un bobo.
—¿Eh-? —el mayor pasó su pegajosa mano por el rostro de Jeongin, haciendo que este cerrara sus ojos con fuerza.
—Es tuyo, me voy a la verga —dijo el mayor con una sonrisa, para levantarse de la cama de un salto y salir corriendo y riendo, totalmente desnudo hacia el baño.
—¿¡Bang Chan, me embarraste la cara con semen!?
—¡Es tu leche de ciervo, Yang! ¡Tú límpiala!
—¡Si serás hijo de puta! —se levantó furioso y fue hacia el baño, golpeando la puerta con todas sus fuerzas, haciendo que su novio gritara como niña del interior—. ¡Vamos, cabrón, abre la puerta! Estás en mi puta casa, Chan, no te hagas el mejor aquí porque te voy a destruir...
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