Capítulo 9
Instintivamente, incluso con los ojos cerrados, su mano se estiró sobre la cama para encontrar a Ian. Pero no tuvo suerte. Parpadeó pesadamente, mirando al espacio vacío y frio a su lado antes de moverse y sentarse en la cama. Estiró los brazos por encima de la cabeza, sintiendo que todos sus músculos se daban un buen tirón. Se sentía agradablemente cansado, un poco adolorido en las caderas y su trasero ardía un poco, ni hablar sobre su agujero. Pero eso fue... uff, alucinante.
Sonrió tontamente mientras se ponía de pie e iba al baño para tomar una ducha. Se metió debajo del chorro de agua y suspiró lánguidamente. Estaba un poco sorprendido de haberlo tomado tan bien. Solo había estado abajo con Ian, peor se sentía bien, no mal como lo pensó en algún momento. Su oso estaba en calma y tan relajado como él lo estaba. Era demasiado bueno. Ni siquiera sabía que estaba metido en lo del sexo duro, pero, vaya si no fue toda una experiencia que no le molestaría repetir.
Se secó con la toalla del baño y salió, solo poniéndose un par limpio de ropa interior antes de dejar la habitación.
Solo para detenerse a medio camino de la cocina.
No tenía que preguntar lo que estaba sucediendo, la mirada que Ian le estaba dando era suficiente para saber que tendría que dar algunas respuestas más tarde. Peter, por otro lado, se veía molesto y triste mientras lo miraba antes de apartar la mirada de él.
"Será mejor si te vistes adecuadamente," dijo Ian. Su voz tan dura y baja que un escalofrío le recorrió la columna. Los ojos del tigre no tenía una emoción que pudiera describir. Ian tensó la mandíbula. "Theodore, ve a vestirte."
Asintió, tragando grueso. "Regreso en un momento."
Tomó una camiseta y pantalones de deporte antes de salir. Miró a Ian, intentando buscar en sus ojos algo... Se sentía tan ansioso y nervioso. Tomó asiento al lado del tigre, pegándose a él tanto como pudo. No podía tolerar el rechazo. Sabía que Ian tenía razones para estar molesto, pero él le explicaría todo.
"No sabía que tuviste un amante por todo este tiempo." Ian todavía no lo estaba mirado, sino a Peter que estaba sentado en el sofá frente a ambos. Estaba perforándolo con la mirada, como si quisiera hacerle algo. "Pero aparentemente, fue algo más que solo un pequeño amorío. ¿Es así, Peter?"
"No fue nada así," dijo rápidamente, mirando a Ian fijamente. Peter hizo un sonido, pero Theo lo ignoró. Todo en él deseaba poner de buen humor a Ian, que el tigre le creyera y lo mirara a la cara. Se sentía como un omega intentando complacer a su alfa. Carajo, no le importaba. Ian se sentía traicionado y molesto. "No sabía... no recordaba nada, Ian. Jamás lo habría hecho de poder recordarte. No soy esa clase de shifter que no respeta el lazo. Eres el único para mi."
Un pesado suspiró se escuchó en la habitación. "Creo que es mejor que me vaya ahora mismo." Theo miró a Peter. El chico le dio una sonrisa forzada. "Hablemos más tarde, cuando no estés ocupado. Me alegra ver que estás bien, solo quería asegurarme de que no te hub-"
"Dijiste que te ibas," mordió Ian, mirando a Peter fijamente con una cerrada expresión.
Peter miró a Ian por un momento antes de asentir y ponerse de pie, dirigiéndose a la puerta. "Sí, lo siento," dijo antes de salir.
Cuando la puerta se cerró, Theo se puso de pie y se paró frente al tigre, buscando su mirada. "Por favor, no me ignores. Te diré todo, lo prometo." Se dejó caer de rodillas, presionando la frente sobre las rodillas de Ian, sintiendo que su pecho se apretaba mientras más silencio seguía prolongándose en la habitación. Podía sentirse a sí mismo comenzar a derrumbarse y estar a segundos de rogar, cuando dos manos se pusieron bajo sus brazos y lo levantaron del piso. Se encontró a sí mismo acurrucado en los brazos de Ian, inhalando con fuerza el aroma en su cuello desnudo, el aroma de su alfa, que comenzaba a tranquilizarse.
"Theo, lo siento." Ian lo apretó con fuerza, sus manos frotando sobre su cuerpo mientras hablaba. "Yo no debería actuar así."
"No es tu culpa," dijo, cerrando los ojos, llenando sus pulmones del aroma sereno del tigre. "Es cierto, yo... te fui infiel."
"No lo sabías."
"Pero lo hice."
"Cariño, deja de culparte por algo que no podías controlar."
Sacudió la cabeza. "Pude no haberlo hecho, pude simplemente controlarme y no caer en ello. ¿Tú lo hiciste con alguien en ese tiempo?" Ni siquiera sabía cuál sería su respuesta si Ian decía que sí. Destrozaría con sus garras a quien fuera...
"Seguía pensando en ti, esperando por el día en que finalmente pudiera volver a verte." Ian frotó su espalda con cariño, hablando en voz baja, solo para ellos dos aunque estuvieran solos en la casa. "Eres es único para mi. Pero antes de conocerte, sí, lo hice. Porque no sabía que existías, y en el momento en que te vi, no hubo nadie más para mi." Un suave beso se presionó contra su sien, manos agradables sosteniéndolo firmemente. "No tienes que disculparte por nada, Theo."
Sacó la cabeza del hombro de Ian y lo miró, frunciendo el ceño. "¿Entonces, por qué estabas tan enojado antes? Jamás sentí tal necesidad de mostrarle mi cuello a alguien, ni siquiera al tío Ryder."
Ian apretó los dientes antes de subir la mano y frotar su mejilla con los dedos. "Hay cosas dentro de mi que todavía no comprendo," dijo lentamente, como si él mismo estuviera intentando darse sentido. Suspiró pesadamente. "Pero jamás estaría molesto contigo. No voy a mentir, también quería hacerle algo malo a... Peter."
"Yo no quería lastimarlo."
"¿Qué?"
"Dijiste que también querías lastimarlo." Frunció el ceño, mirando cuidadosamente la expresión confundida de Ian. "No hay nadie más a parte de nosotros dos."
Ian lo miró a los ojos por un segundo antes de sonreír y asentir. "Lo siento. Debí confundir mis palabras." Enredó los dedos detrás de su cabeza y lo besó suavemente en los labios. "Debería disculparme con él, ¿no crees?"
"En realidad, yo debería hablar con Peter." Se deslizó fuera del regazo de Ian, pero se sentó a su lado, sus piernas tocándose. "Él siempre quiso algo más, pero no pude. Quizás, inconscientemente, sabía que tenía un compañero y por eso nunca pude sentir nada real por él. Sé que lo lastimé y ahora debe estar confundido. Me disculparé con él adecuadamente."
Ian gruñó por lo bajo. "Puedes hacerlo aquí."
Theo sonrió. "Está bien."
"¿Qué debería hacer de comer?"
"Está bien. Puedo cocinar para los dos."
Ian sacudió la cabeza mientras se ponía de pie e iba a la cocina. Solo tenía puestos un par de pantalones, por lo que toda su espalda y anchos hombros, pecho y abdomen, estaban a la vista. Se sentía como si estuviera salivando solo de verlo moverse en su cocina así. Claro, sería mucho más agradable si estuviera desnudo. Usando solamente un delantal corto y ajustado.
"¿Estás bien?"
Levantó la mirada, enfocándose en los ojos de Ian que lo miraban con curiosidad. "Lo siento, ¿dijiste algo?"
"Preguntaba si la carne que está en el congelador todavía está buena." Balanceó un paquete de carne molida en una mano, frunciendo el ceño mientras leía la etiqueta. "La fecha de caducidad se borró. Pensé en hacer algo de pasta. No sé tú, pero yo estoy hambriento."
"Está bien."
Fue con él y le ayudó a picar la cebolla que seguía bien milagrosamente. Dieron vueltas alrededor y finalmente tuvieron la carne y la pasta cocinando. Ian lo tomó de las caderas de repente y lo subió a la encimera, metiéndose entre sus piernas.
"¿Ya tienes un plan de acción?"
"Um, no." Apretó los labios, mirando cómo estaban. No era un tipo pequeño, era tan alto y musculoso como Ian, así que se sentía un poco raro estando en esta posición. Pero se había metido en el regazo del hombre, a punto de llorar, hace unos minutos atrás. Eso había sido más raro. "Tengo que hablar con algunas personas y dejar en claro algunos puntos. Quiero que este lugar sea seguro. Tan seguro como para que mamá regrese."
"¿Qué personas?"
"Digamos que son amigos. No todos me trataron mal, algunos fueron realmente buenos conmigo."
Ian asintió antes de inclinarse para picotearle los labios. "Está bien. Dime si quieres que vaya contigo."
"Lo haré."
No era asunto de Ian lidiar con este problema. Ya estaba pensando que perdería la cabeza si alguien le hacía algo malo al tigre, solo por ser su compañero. Correría sangre y no sería agradable para nadie.
Cuando estaban terminando de comer, recordó algo que tenía que decirle a Ian. "Mañana me reuniré temprano con estas personas, así que tal vez no me encuentres cuando despiertes. Solo quería avisarte." Se limpió la boca con una servilleta, tragando con fuerza antes de mirarlo. "No quiero que andes solo por el pueblo. Sé que dije que no te harían daño, pero no sé qué puedan intentar si no estás a mi lado." Apretó los labios, mirando la expresión de Ian. "Lo sé, lo siento..."
"Lo entiendo, en serio." Ian tomó su mano por encima de la mesa, apretando sus dedos con suavidad. "Solo quiero que sepas que me siento de la misma manera. No confío en estas personas. No puedo evitarlo."
"Está bien."
Era gracioso. Ambos eran alfas. Ambos querían proteger a su compañero. Sonrió hacia él con diversión. "Las relaciones entre alfas son complicadas."
Ian asintió con una pequeña sonrisa.
"Lo sé. Pero lo llevamos bastante bien. He escuchado historias sobre relaciones alfa-alfa que fueron tan terribles que algunos compañeros decidieron alejarse antes de que uno terminara matando al otro. Todo por luchar por el control."
"Intentemos no arrancarnos la cabeza, ¿de acuerdo?"
"Eres tan adorable, mi alfa." Ian se puso de pie, sonriendo suavemente. Tomó los platos y los dejó en el fregador antes de ir por él y hacerlo levantarse de la silla. "Si no hay nada en tu agenda por el resto de la noche, ¿qué te parece si pasamos el rato en la cama?" Le dio un profundo beso que lo sacudió de pies a cabeza, su cuerpo duro presionado contra él lo calentó rápidamente. "Siento como si estuviera en celo. No puedo dejar de querer hacerlo, está en mi mente a cada minuto." Sintió las manos ahuecar las mejillas de su trasero y ser apretadas con firmeza. "¿Es así cuando se aparean los osos? Incluso tu aroma me pide que te tome y vuelva a marcarte."
Si los dorados ojos brillantes de Ian eran un indicativo, él realmente estaba pasando por eso. Theo lo miró fijamente, bebiendo del hermoso rostro sonrojado por la excitación del tigre, antes de sacudir la cabeza. "No. En realidad creo que es bastante estándar. ¿Qué pasa con los tigres?"
"De mi manada, solo mi hermana había encontrado a su compañero, hasta ahora." Inhaló con fuerza y gimoteó, presionando su erección contra su entrepierna. "Nunca le pregunté. No es como si quisiera hablar con mi hermana sobre cómo fue su apareamiento."
"Tal vez deberías."
"Ugh. Voy a pensarlo."
Theo lo miró fijamente, estudiando bien las expresiones de Ian. Nunca había estado cerca de un shifter en celo. Era interesante. Y excitante. Se mordió el labio con fuerza antes de levantarle el rostro. "¿Quieres ir a un lugar?"
"Ya me has hecho esta pregunta antes," murmuró Ian, sonriendo tontamente. "¿Qué es?"
"Te lo mostraré cuando estemos ahí. La verdad no he ido mucho, solo para revisar cómo se encuentra, pero creo que es un buen momento para ir. El ganado no se encuentra cerca por el momento."
Ian lo dejó ir, siguiendo hacia la habitación. "¿Ganado?¿Qué tipos de negocios tienen aquí?"
"De todo lo que quieras encontrar. Panaderías, restaurantes, algunos moteles, pero esos fueron construidos recientemente y están por abrir. Solo es parte del plan de expandir y abrir las puertas para todos." Se puso sus botas y tomó una gorra negra de su armario mientras Ian se vestía con ropa suya a su lado. Le quedaba a la medida, perfecta. Y se veía bastante bien, debía admitir. Pero tal vez era solo sus pensamientos posesivos, porque Ian olería a él con su ropa. Se limpió la garganta y continuó. "No hay demasiados niños, y hay un pueblo bastante cerca, así que no tenemos una escuela. Pero tenemos un centro médico con un par de doctores y algunos enfermeros. Después del invierno comenzaremos a plantar diferentes tipos de granos. Conseguí un contrato con algunas tiendas en las afueras. El ganado de cría y leche. Y algunos caballos por aquí y por allá."
"Es... en realidad es bastante impresionante. Supongo que es porque no he recorrido todo el lugar, pero lo están haciendo genial. Podrían convertirse en un pueblo más grande que North Hill a este ritmo. ¿Quién regula todo esto?"
Sonrió mientras tomaba una bolsa de lana del fondo del armario. "Yo."
"Estoy verdaderamente sin palabras, Theo."
Lo miró, sorprendiéndose de ver a Ian mirarlo con una expresión tan noble y orgullosa.
"No es nada. Es solo lo que debo hacer."
"¿No es nada? Este lugar será una ciudad antes de que lo pienses." Ian le tendió una mano para que se levantara. Lo envolvió con los brazos, mirándolo fijamente. "Eres un muy buen hombre de negocios."
"Gracias," murmuró. "Pero no planeamos tener una ciudad. Todos están felices con que seamos un pueblo rural. También me gusta. Son menos problemas para los shifters también."
Ian levantó las cejas. "Supongo que es cierto."
"Bien. Vamos. Podemos ir caminando. Podrás ver el resto del lugar así."
Los residentes se iban a la cama temprano. Era un hecho que conocía a la perfección. Muchos incluso dejaban las puertas sin seguro por la noche porque eran, en su gran mayoría, buenos entre sí. Raramente se habían enterado de un robo u objetos perdidos. Era así de seguro.
Ian absorbía todo lo que él decía sobre el pueblo, las costumbres que usualmente tenían, y lo emocionados que los niños estaban por el invierno que estaba por llegar. Les prometió que habría una fiesta de navidad y otra de fin de año esta vez, así que todavía estaba en sus planes hacerla realidad.
"De verdad te gusta el agua," dijo Ian, poniéndose las manos en la cintura mientras veía al lago.
"Es artificial," murmuró, dejando su bolsa sobre el paso antes de sacar una toalla vieja para poder sentarse. Se quitó las botas y se dejó caer sobre la toalla. Estaba bastante oscuro, solo la luz de la luna les hacía compañía en el silencio del campo. Nunca tuvo tanto tiempo para explorar su propio pueblo, se dio cuenta mientras tomaba una profunda respiración del limpio aire. "¿Te gusta?"
"Me gusta," respondió Ian. "Me gusta mucho."
Sus ojos eran dorados otra vez mientras lo miraba. Tan intensos y tan difícil de dejar de mirarlos. Y tanto como se preguntaba por qué sucedía, la verdad, le gustaban. Eran muy únicos.
Ian se sentó a su lado, recogiendo las piernas hasta el pecho. Miró hacia el lago con una pacífica expresión, todo su cuerpo parecía relajado y suelto, cómodo, al igual que el sereno aroma que desprendía. Pero cuando volteó la cabeza hacia él, vio el deseo otra vez emerger del tigre. Parecía realmente incapaz de contenerlo.
"Solo quiero pasar el tiempo contigo, lo juro." Ian cerró los ojos, dejando caer la cabeza sobre sus rodillas, suspirando con fuerza. "Ignóralo. Se pasará."
Sonrió con cariño, levantando una mano para frotarle el cabello con los dedos. "¿Quieres beber un poco? El tío Nathan consiguió algo de alcohol especial. Sabe muy bien."
"Claro."
Tomó la botella de la bolsa y puso dos vasos de plástico entre ambos, sirviendo un poco para cada uno. Era bastante fuerte. Él mismo lo había probado algunas veces cuando las cosas se ponían demasiado tensas y necesitaba relajarse. Pero jamás llegó a emborracharse con él.
"Es dulce," murmuró Ian después de darle un sorbido. Chasqueó los labios y asintió. "Es bueno. ¿En dónde lo consiguió? Me gustaría tener un poco para llevar y darle a los chicos. Aman el alcohol y siempre se jactan de no poder emborracharse."
"Le preguntaré."
Intentó no mirar, y no presionar, sabiendo que Ian estaba incómodo con el tema, pero no pudo evitarlo. Su mirada seguía yendo al bulto en los pantalones del tigre y los ojos dorados que seguían estando presentes. Podían solo hacerlo. No le importaba. Así que cuando terminó su vaso, se deslizó cerca de él. Puso las manos en las rodillas de Ian y lo hizo separar las piernas, mirándolo a los ojos.
Ian frunció el ceño, pero tenía una sonrisa extraña en los labios. "Empieza a creer que te caliente ver un lago."
"Es artificial."
"Sigue siendo un lago."
"Haz silencio. Intento ayudarte."
Abrió la bragueta del pantalón y sacó la gruesa erección, sosteniéndola en su mano, caliente y pesada. No dudó en pasar la lengua por la gorda cabeza antes de meterla en su boca, escuchando el gruñido ronco salir de Ian.
"Eres solo mío," dijo, una voz dura y baja resonó por todo su cuerpo. Lo miró, confundido de si había escuchado mal. Ian tenía una expresión dura y firme, mirándolo fijamente. "Mataré a quien se atreva a tocarte."
***
Fue pura suerte.
Solo estaba regresando a su casa después de terminar el trabajo, cuando los vio caminar por el pueblo, dirigiéndose al campo como dos adolescentes hormonales. Le dio asco verlos juntos. No tenía ninguna duda de que ese gato era el compañero de Theo. Por eso quiso que las reglas que Desmond creó fueran eliminadas. Para poder lograr que su raza fuera mezclada con otras, haciendo que su origen muriera.
Su madre le había advertido que tenía que dejar sus ideas y dejar a Desmond en el pasado, porque Theo le haría pasar un mal rato. Pero no era justo. Ellos tenían una vida aquí, libre de humanos, de otros shifters. Eran oso de raza pura. No podían simplemente traer sus ideas aquí y esperar a que todos los aceptaran.
Bryck entendía que Desmond no había estado en todos sus cabales cuando intentó matar a su propia sangre, pero todavía, sus ideales eran ciertos y con fundamentos.
No había manera en que lo aceptara.
Lucharía a muerte si era necesario.
"¿Cariño, qué pasa?"
Giró la cabeza para mirar a su madre antes de sacudir la cabeza. Ella lo estaba mirando desde el porche de su casa con una expresión preocupada. "No es nada. Me pareció ver un animal correr." Trotó hacia ella y le dio un corto abrazo y un beso en la cima de la cabeza. "Traje el pan que mencionaste en la mañana." Le dio dos bolsas llenas del pan integral acabado de salir del horno directo de la panadería. "Saldré un momento."
Empujó la puerta de la casa y esperó hasta que su madre entrara antes de dirigirse a las escaleras.
"Bryck."
Se detuvo en el primer escalón y la miró. "¿Sí?"
"No estás planeando nada, ¿verdad?" Ella se veía preocupada, apretando las bolsas en sus manos. "Por favor, deja las cosas como están. Las personas están felices, han encontrado a sus compañeros y el pueblo sigue prosperando desde que Theo tomó el mando. ¿Entiendes?" Ella tragó con fuerza, apretando los dientes, dándole una mirada dura que debió hacerle sentir algo de temor. "No quiero que mi hijo termine muerto por culpa de Desmond. Ya hizo suficiente para dañarnos a todos. No necesita llevarse a alguien más con él al infierno."
Apretó los dientes antes de relajarlos y darle una sonrisa que había practicado ya muchas veces. "No estoy planeando nada, mamá." Ella no lo entendía. No veía las cosas de la forma en las que él las veía. Pero lo entendería. Cuando Theo dejara de ser el alfa. No importaba lo que costara, lo sacaría de ahí y tomaría las riendas para continuar con la vida que solían tener. La miró a los ojos, ensanchando su sonrisa un poco más. "No me esperes despierta," dijo antes de subir los escalones, escuchando la madera bajo sus botas crujir en el silencio que reinó después de dejarla.
Le envió un mensaje a su grupo y les dijo que se reunieran en el borde del pueblo.
Tenían cosas que arreglar.
***
Theo se quedó quieto, mirando fijamente a Ian. Eso... no sonaba como Ian. Parecía molesto, su aroma amargo y duro hizo que su piel se erizara. Se levantó del piso y lo miró sin saber qué decir.
Ian gruñó con fuerza, se acomodó la ropa y se levantó también, mirándolo como un depredador. Sus ojos seguían tan brillantes como antes, solo que parecía haber perdido un poco de emoción.
"¿Te sientes bien?" preguntó con suavidad. "¿Es esa cosa otra vez?"
"¡¿Cosa?!" Ian levantó la voz, grave y ofendida. "Estoy en mi límite."
Dio un paso más cerca de Theo antes de detenerse y gruñir, levantando las manos para sostenerse la cabeza, sacudiéndola como si intentara sacudirse algo. Maldijo un par de veces, respirando con fuerza, murmurando gruñidos para sí mismo.
Theo lo miraba sin saber si debía intervenir o no. Pero Ian se veía con dolor, como si estuviera peleando con lo que sea que eso fuera. "¡Ya detenlo!" gritó antes de rugir con fuerza, sosteniéndose la cabeza con tanta fuerza que sus garras comenzaban a clavársele en la piel. "No es lo que acordamos. ¡Lo estás asustando!" Ian lo miró de reojo, el miedo brillando en sus ojos antes de que se dejara caer de rodillas, presionando la cabeza en la tierra. "¡No! No, no no, no. Lo siento. No puedo." Se levantó de golpe y corrió al borde del bosque. Se sostuvo de un árbol, sacudiendo la cabeza con los ojos fuertemente apretados y luego...
Estrelló la cabeza contra el árbol, repetidas veces. Con tanta fuerza que todo su cuerpo se estremecía.
Theo lo miró atónito antes de reaccionar y correr hacia donde estaba, intentando separarlo del árbol, pero la fuerza del tigre parecían haberse incrementado. Theo estaba asustado, Ian estaba dejando salir demasiada sangre para ser bueno.
"Detente, por favor. Ian, ¿qué demonios haces?." Intentó morderlo, hacerlo reaccionar de alguna manera, pero solo consiguió un gruñido en su cara. Los ojos dorados lo miraron fijamente detrás de una cortina de sangre que empapaba su rostro. "¿Qué está pasando? Estoy asustado."
Ian soltó el árbol, gruñó ferozmente antes de comenzar a cambiar.
Theo cayó sobre su trasero en el piso, mirando a la criatura que estaba frente a él, sin poder creer lo que veía.
Era un tigre blanco, pero... enorme.
Parado en sus dos patas traseras mientras que las otras dos colgaban de sus hombros con la misma postura de un hombre. Ojos azules tan brillantes como un trozo de hielo del polo norte, que lo miraban desde arriba como algo parecido a arrogancia.
Theo sintió que su boca temblaba cuando habló.
"¿Qué mierda eres tú?"
***
Oops? Byakko entró al chat. Holaaaa!!! Capítulo 9 aquí. Perdón por hacerles esperar, estoy intentando actualizar tan seguido como puedo. Eso sería todo. Gracias como siempre. Nos leemos pronto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro