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Capítulo 2

Los días en que pudo cerrar los ojos y dormir como cualquier otra persona, quedaron atrás desde que su vida se tornó tan desastrosa y complicada. Así que ahora se encontraba dando vueltas en la silenciosa oscuridad de la casa mientras los demás dormían plácidamente.

Dado que su antigua "habitación" estaba tomada, él tomó el sofá de la sala, a pesar de las quejas de su tío. No tenía problemas en dormir ahí. En realidad, el pensar en dormir en un pequeño espacio entre cuatro paredes, se sentía claustrofóbico. 

En la manada, él comenzó a tomar siestas en su forma de oso, en el bosque o fuera de la Casa Principal donde se supone que debía estar, dado que era el alfa de todos allí. Incluso había logrado dormir por ratos en la sala de la Casa. 

Así que el sofá de su tío era como una cómoda cama pequeña y los aromas del lugar, la vibra del ambiente en general, lo hacía sentir seguro. Un poco menos a la defensiva, pero todavía sentía algo de ansiedad y sus sentidos no parecían tranquilizarse lo suficiente aunque intentara convencerse de que aquí nadie iba a saltar sobre su espalda y dispararle, y nadie iba a intentar asesinarlo si cerraba los ojos.

Se detuvo a los pies de la escalera y tomó una profunda respiración para calmar su corazón acelerado. 

Era algo que su madre le había aconsejado hacer. Ella dijo que él había tenido múltiples ataques de pánico mientras crecía y los ejercicios de respiración siempre le ayudaron. Ah, el pensamiento de ella y su pequeño hermano lo hicieron suspirar. Los extrañaba. Ni siquiera había visto a su hermano físicamente, solo vio una foto que su tío Nathan le mostró, pero era todo. Al menos ellos estaban a salvo y seguros, eso era un alivio.

Parpadeó en medio de la oscuridad y se movió hacia la puerta trasera para tomar aire fresco. 

El sonido de los insectos y las hojas de los árboles moviéndose fue tan tranquilizante. Todo su cuerpo pareció relajarse mientras aspiraba con fuerza y dejaba escapar el aire lentamente.

Miró alrededor, sus sentidos erizándose cuando escuchó una rama romperse.

Podría pensar que era un animal común que estaba caminando por ahí, pero por la forma en que su cuerpo se tensó, no creía que fuera así. Se movió lentamente hacia el lado derecho de la casa. Levantó la nariz y comenzó a olfatear a medida que se acercaba. Era... familiar. Un aroma que ya había olido antes. 

Parpadeó con confusión cuando todo su cuerpo se relajó de la nada. Todavía estaba a la defensiva, pero su oso no parecía considerar una amenaza a quien quiera que estuviese por ahí. Se detuvo en seco, sus pies firmes en el suelo mientras pensaba qué hacer. ¿Qué estaba sucediendo? Todo lo que quería hacer era descubrir quién era, pero no tenía miedo, ni un poco.

Así que comenzó a caminar otra vez y cruzó la línea el bosque, confiando en su olfato. El aroma se volvía más y más fuerte  medida que se acercaba más. Menos y menos peligroso. Ahora tenía curiosidad, porque lo que sea que fuera, parecía estar alejándose de él, como si intentara evitarlo.

"¿Puedes solo salir?" Preguntó, deteniéndose cuando se dio cuenta de que estaría recorriendo el bosque por el resto de la noche a este ritmo. Puso las manos detrás de la espalda y comenzó a mirar alrededor, levantando la cabeza, pero todavía estaba buscando el origen de ese aroma. "No te perseguiré toda la noche. Tampoco te haré daño. Quiero hablar."

Hubo una risa profunda que salió de alguna parte del bosque.

"¿Hacerme daño?"

Se dio la vuelta y miró a alguna parte. No podía ver nada. Y había escuchado la voz de una persona. O eso creía. Tal vez había comenzado a escuchar voces. Apretó los labios y frunció el ceño. "Realmente no me agrada no saber con quién estoy hablando," dijo lentamente a la vez que intentaba extender sus sentidos y concentrarse en la voz. Era profunda, pero no dura. "Por favor, solo... hablemos." 

En realidad no esperaba que la otra persona estuviera de acuerdo, pero un momento después, ramas crujiendo en el suelo y el aroma del shifter se acercaron hasta que vio la sombra de una figura alta, muscular y desnuda. Frunció el ceño y miró con cuidado mientras el hombre se movía más cerca.

"Te recuerdo," dijo. El rostro del hombre se iluminó con emoción. Frunció el ceño antes de continuar. "Estuviste aquí hace unos días."

El hombre apartó la cara mientras hacía una mueca, después asintió sin verse animado. "Supongo," él dijo. Después lo miró, fijamente, profundamente a los ojos con algún tipo de emoción que no podía nombrar. Pero él se veía casi triste, por alguna razón. Después lo miró con un profundo ceño. "¿Por qué no me recuerdas? ¿Qué pasó después de irte?"

Metió las manos dentro de los bolsillos de su pantalón, y lo miró. "¿Debería recordarte?" Se mordió el labio inferior con fuerza mientras pensaba un poco en ello. No podía reconocer su rostro, pero su aroma era familiar. Y estaba seguro de que no tenía que ver con que haya visto al hombre frente a él hace unos días. "Lo siento. Algo sucedió que me hizo olvidar algunas cosas."

Más como alguien golpeándolo al borde de la muerte, causándole un gran daño en el cerebro. Gracias a su lado shifter pudo sanar con rapidez, pero aunque físicamente se había recuperado, su memoria había sido afectada un poco. Eso entre otras cosas y traumas que sufrió en el camino.

"Pero, ¿cómo pudiste olvidarte de mi?" Ahora sonaba enojado, como realmente enojado. Dio un paso más cerca de él, sus ojos brillando en casi un fuerte dorado. Apretó los dientes y se negó a retroceder mientras lo veía acercarse. "¿Quién te hizo esto?"

Se tensó un poco a medida que él se acercaba, pero todavía no podía considerarlo como una amenaza. Estaba realmente intrigado con su relación con este sujeto, pero todavía lo sometería contra el piso si era necesario. Él tampoco era bajo, de ninguna manera (1,89), pero este hombre lo sobrepasaba por algunos buenos centímetros. 

"¿Cómo te llamas?" preguntó en cambio, mientras daba un paso atrás casualmente para moverse alrededor. "Al parecer tú me conoces a mi, pero no me siento cómodo hablando con alguien a quien no recuerdo." Levantó una ceja y lo miró, manteniendo la vista en su rostro. "¿Qué tipo de relación teníamos?"

"Mi nombre es Ian." Simple y sencillo. Parecía cabreado. "Soy el alfa de los tigres y también un buen amigo de Ryder."

Asintió y su mirada se fue al costado del hombre. Podía ver una fea y larga cicatriz que iba desde la cadera hasta sus costillas. Después de darse cuenta de a donde estaba mirando, levantó la cabeza. Pero solo terminó encontrándose con sus brillantes ojos molestos. 

Theo apretó los labios.

"¿Puedes decirme qué relación teníamos?"

Ian entrecerró los ojos hacia él. "¿Realmente quieres que lo diga?"

Mhm. Apretó los dientes antes de abrir la boca para responder. "¿Por qué el misterio?" Se humedeció los labios secos, sintiéndose confundido. "¿Por qué estás tan molesto? Y sí, puedes responder. También tengo curiosidad."

"Somos compañeros." Su rostro se torció en una mueca mientras sacudía la cabeza. "Me pregunto por qué no puedes olerlo. Creo que mi aroma no ha cambiado demasiado." Hizo una pausa y miró a un punto fijo por un momento antes de volver en sí. ¿Qué demonios? Se pasó una mano por la rubia mata de cabello antes de parpadear rápidamente. "¿No puedes sentirlo?"

Lo miró fijamente, sintiendo una débil gota de compasión hacia él. "Lo siento," dijo lentamente, intentando sonar honesto. "Pero además de mi memoria, mi olfato, mi vista y mis sentidos, no son los mejores." Apartó la mirada, sintiéndose un poco tonto por admitir esas cosas frente a alguien que todavía era un desconocido para él. Pero el dolor que sentía en la mirada del tigre, lo hizo doblarse. "Pero todavía sigo siendo funcional." Se rió nerviosamente. 

El rostro de Ian se contrajo en tristeza. "¿Qué fue lo que sucedió?" Dio un paso más cerca de él antes de detenerse y mirarlo a los ojos. No iba a detenerlo. Físicamente, no quería. Y mentalmente, estaba exhausto de empujar a todos. Si era cierto lo de ser compañeros, él podría ser la única persona en la que se inclinara. "Has cambiado... tanto."

Se encogió de hombros, pero sonrió de medio lado. "Eso parece. Mi tío Nathan dice que mi lado dominante hizo que cambiara. Fue mucho..." apretó los labios. Se dijo que intentaría no pensar en las cosas que vivió, pero el simple recuerdo de que sucedieron, todavía pesaba. "Pero sigo siendo yo."

"Sí." Ian sonrió con una suave expresión mientras se movía hacia él. El aroma del gato se volvió fuerte y tan familiar, que su oso ni siquiera intentó moverse. Estaba completamente en calma. Lo vio levantar una mano titubeante cuando estuvo a unos centímetros de él. "Sigues siendo el mismo Theo que conocía aquella vez." Su mano estaba fría contra su mejilla. Aspiró profundamente ahora que él estaba tan cerca. "¿Puedes sentir algo?"

Su corazón se sentía lleno de algodón. Si eso era algo. "No puedo recordarte," dijo honestamente. Ian pareció decepcionado, pero antes de que él dejara ir su mejilla, lo tomó de la muñeca. "Pero tu aroma me es familiar. Es por eso que mi oso está dejándote estar tan cerca."

Ian exhaló con una mirada de alivio.

"Eso es bueno, ¿cierto?" Sonrió débilmente, pero más animado que antes. "¿Me crees ahora?"

"Creo en mis instintos antes de nada."

El tigre sonrió abiertamente.

"Eso es más que suficiente."

Theo lo miró antes de apartar la mirada, incómodo.

"Si te hace sentir mejor, no puedo recordar a la mitad de los que viven en esta casa." Hizo una mueca. "Solo recuerdo a Ryder, mi tío. Heath y a Chase, por alguna razón. Pero los demás... solo son levemente familiares para mi, pero no puedo recordar nada sobre ellos, ni sus rostros." Cerró los ojos y se frotó la frente con los dedos. "Es solo tan confuso."

Ian lo estaba mirando con preocupación. "¿Qué pudo causar esto?"

"Ah..."

Pensó en todos los golpes, los gritos, los huesos rotos, todas las veces en que su cabeza había sido estrellada contra alguna dura superficie, la electricidad, su cabeza bajo el agua, esa vez que que lo ataron de cabeza y luego lo dejaron caer en un agujero donde estuvo dos días sin agua y sin comida.

Se encogió de hombros. "No tengo idea."

"¿Qué harás al respecto?" Ian bajó su mano. "¿Solo permanecerás así, sin conocer a quienes te rodean?"

Apretó los labios antes de cruzarse de brazos. "Sé que realmente esperas que recuerde quién eres, y esa es tu razón para preocuparte tanto sobre mi memoria perdida, pero estoy bien. Lo digo en serio."

Ian aspiró aire y luego lo soltó entre dientes. "De acuerdo. Es tu decisión, pero podría hablar con alguien para que te ayude a recordar. No lo hago solo por mi, Theo, sino por las personas que ya conociste." Se pasó una mano por el cuello y exhaló. "No llegamos a ser tan cercanos, pero tal vez pudiste hacer amigos mientras estuviste aquí. Parecías realmente disfrutar de vivir en la comunidad. No querías irte."

"Pero era mi deber."

Ian bufó, su rostro poniéndose serio. "Creo que en realidad sí cambiaste un poco. Ese día te lanzaste a mis brazos, llorando porque no querías ser el alfa de los osos. Estabas aterrorizado." Había un tono amargo en su voz, y podía ver el dolor en sus ojos. "Ya no eres el dulce chico que conocí. Eres todo un hombre. Un alfa de pies a cabeza."

"¿Eso es malo?" Miró alrededor. "Es lo que tenía que hacer. Debí comprenderlo en algún momento. Lo siento si no soy la misma persona que conociste en el pasado, pero esto es lo que soy ahora. No puedo cambiar."

El tigre gruñó con fuerza haciendo que volteara la cabeza hacia él. Sus ojos estaban brillando fuertemente. "¿Y qué pasa conmigo? Te he esperado todo este tiempo. A que llegara el día en el que pudiéramos vernos otra vez y completar nuestro lazo." Suspiró con cansancio. "Te extrañé."

Otra vez, una ola de pena lo recorrió por completo. "Hombre, en verdad lo siento. Pero no puedo hacer nada." Levantó los brazos a los lados y lo miró a los ojos. "Eres mi compañero, está bien. Supongo que te creo. Pero no sé qué esperas de mi." Golpeó los brazos en sus costados cuando los bajó. Ian lo miraba de reojo. "¿Qué es lo que quieres de mi?"

"¿Puedo besarte?"

"Sí." El rostro del tigre se iluminó por un momento cuando dio un paso cerca. "Si quieres ser golpeado hasta tu próxima vida. No sobrepases los límites. Estás siendo muy egoísta ahora mismo." Se cruzó de brazos y le dio una fuerte mirada. "¿Por qué le pides a alguien que no te conoce que te bese?"

Ian rodó los ojos. "Tú me conoces."

"Bueno, no te recuerdo. Así que es como si no te conociera."

"Tu mente no me recuerda, pero tu cuerpo sí." Se giró hacia él y lo miró a los ojos, como un depredador. "Déjame intentarlo, por favor."

Sonrió tensamente. "¿Qué quieres hacer? ¿Toquetearme como un pervertido?"

Ian se detuvo de golpe. Se pasó una mano por la cara y exhaló con fuerza. "Eres irritante. Dame a mi Theo de regreso."

"En serio. Esto... esto no tiene sentido para mi. ¿Estás seguro de que soy yo? Dijiste que cambié. Quizás es alguien más." 

La mirada que Ian le dio, era una positivamente cabreada. "Eres tú."

"De acuerdo. Entonces, adiós."

Se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la casa. Pero apenas llegó a dar un par de pasos antes de que una mano se enredara en su brazo, haciéndolo tropezar y golpear un firme y duro pecho desnudo. Ian gruñó en su cara, sus ojos brillantes como dos piezas de oro hicieron que tragara con fuerza y los colmillos que rasgaban los bordes de sus labios lo hacían ver como una bestia. Era como un personaje de cuentos de terror.  

"Ian," murmuró tranquilamente. Su oso estaba sentado tranquilamente dentro de él mirando la escena, sin ninguna intención de intervenir. Él tampoco le temía ni se sentía intimidado por él. De hecho, todo su cuerpo se estremeció y se relajó mientras el tigre lo sostenía con fuerza. "No creo que me quieras hacer daño. Pero necesitas calmarte."

"Ya no puedo más." La voz sonaba ronca y profunda, diferente a la de Ian. Era como escuchar a alguien más. "Me estoy volviendo loco."

Su mirada bajó cuando sintió un ligero aroma picante metiéndose por su nariz. Ian estaba sintiendo muchas cosas a la vez aparentemente si la erección contra su pierna decía algo. Levantó una ceja y volvió a mirar a sus antes de poner ambas manos alrededor de su cara, acunando su rostro gentilmente.

"¿Ian?"

No recibió una respuesta. Ian seguía igual de tenso y en el mismo estado emocional que lo tenía así. Solo respiraba profundamente y exhalaba rápido, como si luchara contra algo. Su piel estaba caliente y húmeda, cada músculo tan tenso que podía ver las líneas de sus venas sobre él. Hubo un brote caliente que lo golpeó de pronto y al darse cuenta de que estaba excitado, intentó controlarse. Pero su esfuerzo no fue lo suficientemente rápido porque Ian lo tiró contra él, sus brazos fuertemente apresándolo contra él mientras su cabeza estaba hundida en su cuello.

Theo suspiró e intentó aclarar su cabeza de la nube de lujuria que lo invadía. No sabía cuándo fue la última vez que sintió excitación, pero ahora no era el mejor momento para averiguarlo. Uno de los dos necesitaba tener la cabeza fría.

Aspiró una profunda bocanada de su aroma y sintió que su cabeza se nublaba aún más. Apretó los dientes, luchando contra la necesidad y parpadeó con fuerza. Se dio cuenta de que estaba acariciando su cabello mientras el tigre seguía escondido en su cuello. 

"Oye," dijo un momento después. "¿Qué te parece si nos encontramos después? Te creo," susurró. "Eres mi compañero, está bien. Pero necesito algo de espacio y que tomes esto lento. ¿Me estás escuchando?"

"¿Me recuerdas ahora?" Su voz ya se escuchaba casi normal, pero no levantó la cabeza. 

Apretó los labios y siguió jugando con el corto cabello en su nuca. "No todavía." Era lo mejor que podía ofrecerle. "Pero podría recordarlo en el futuro."

Finalmente, Ian levantó la cabeza. Lo miró a los ojos con una suave expresión apagada, sus ojos eran verdes y serenos otra vez. "¿Ahora qué?"

"Salgamos," dijo y sonrió un poco. "Como lo hacen los humanos. Tienen citas y eso, así es como funcionan las relaciones para ellos. Quizás sea la mejor manera de que mis recuerdos de ti regresen."

Ian sonrió. "Está bien."

También sonrió. "¿Ya puedes soltarme?"

El tigre hizo un puchero. "No quiero," susurró. Su estómago se estremeció y su rostro se calentó. Ian se rió entre dientes. "Ahora, eso es más como mi Theo. Sigues siendo lindo." Presionó los labios sobre su mejilla por un momento antes de finalmente soltarlo. Dio un paso atrás y miró hacia abajo.

Theo también miró. 

"Lo siento por eso." Ian intentó cubrirse con las manos lo mejor que pudo. "Nos vemos después."

"Bien." Movió la mano en el aire mientras lo veía irse. Tenía una espalda ancha y cintura delgada que hacía ver su trasero realmente... lindo. 

Luego Ian se giró. "No le digas nada a Ryder."

"¿Por qué?"

"Cuando estabas aquí, estuvimos de acuerdo en no decirle. Probablemente quiera asesinarme porque puse mis sucias manos sobre su querido sobrino." Sonrió con diversión. "Le diremos con el tiempo, ¿de acuerdo?"

"Supongo."

Se mantuvo en el mismo lugar hasta que lo vio desaparecer en la oscuridad del bosque antes de regresar caminando hacia la casa. Había mucho en su cabeza ahora mismo y, honestamente, estaba cansado. Podría intentar dormir un poco. Se sorprendió al ver las luces de la casa encendidas.

Chase estaba en el medio de la sala, vestido de blanco y tomando una taza de lo que parecía ser café. Lo miró con curiosidad cuando se deslizó dentro de la sala. "No sabía que estabas despierto. ¿No puedes dormir?"

"Algo así," dijo. "¿Qué haces tú?"

"Tengo mi primer turno en unos minutos."

Sonrió, mirando el uniforme de Chase. "Te ves bien de blanco."

"Gracias." Chase entrecerró los ojos y levantó la nariz. "Huele a Ian," dijo.

Lo miró en silencio por un momento. "¿Ian?"

"Sí. Es el alfa de los tigres." Lo miró con curiosidad, tan profundo que se sintió incómodo ante la mirada azul del humano. "Está bien. No es mi asunto."

"No sé de qué hablas."

Chase se rió entre dientes. "Mi olfato es mucho mejor que el de los osos de esta casa. Pero tu hueles como si te hubieras revolcado en tigre." Caminó hacia la cocina y limpió su taza. "¿Quieres llevarme a la clínica? Puedes tomar la habitación de Heath para dormir cuando regreses. Está patrullando, así que no te preocupes por él. Pero te recomiendo que tomes una ducha si no quieres que tu tío se entere." Se dio la vuelta mientras bostezaba. "Te esperaré en el auto."

Sus mejillas ardían cuando Chase salió de la casa. Subió rápidamente a tomar un baño antes de ir con Chase. 

Demonios.

***

Holaaaa :) Capítulo 2 aquí!! Gracias por todo. Las actualizaciones tal vez sean un poco lentas, pero intentaré subir tan rápido como me sea posible. Nos leemos pronto!!

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