♡彡 ━ nuevo dueño
—Esto es un pedazo de papel pegado a tu cola fea con tape, y es la letra de Jungkook, no soy tan idiota, ¿si?
Jimin se dio vuelta de nuevo y miró el pedazo de papel, que efectivamente Jungkook se había encargado de pegar con tape, pretendiendo ser una etiqueta. Le causaba un poco de comezón, pero no se la había quitado por seguir las indicaciones de Jungkook. Yoongi tomó la cola de Jimin y despegó el pedazo de papel, provocando un quejido en Jimin por el pequeño dolor que tuvo ante su acto. Sintió la mirada de Yoongi sobre él, y entendió que había arruinado el plan.
—Eh... Pero aún puedo ser malo, si es lo que quieres. — agregó inseguro, encogiéndose de hombros. Intentó sonreír pero ahora mismo tenía un poco de desconfianza en sí mismo. Había arruinado el plan que Jungkook le dijo que funcionaría para que Yoongi estuviese feliz de recibirlo, y ahora seguramente ya no lo querría adoptar.
Si su presencia no resultaba ser lo que Yoongi esperaba, se quedaría sin un dueño de nuevo, y no había nada que quisiera más que volver a estar con alguien para ser un gatito consentido como todos sus amigos, que disfrutaban de vidas en familia, con dueños atentos y cariñosos. Seokjin era atento y cariñoso, pero ya no estaba con él, y a él no le gusta estar solo.
No sabía porqué Namjoon y Jungkook le dijeron que fingiera ser un demonio para Yoongi, pero quería hacerlo para que lo aceptara y lo adoptara, ya no quería vivir solo, pensando en Jin y en que no lo vería hasta dentro de mucho tiempo.
— ¿Estás hablando en serio?... — preguntó Yoongi con voz fría.
Jimin miró a Yoongi, le erizó la piel el ver la manera tan seria con la que lo miraba, sentía la tensión, y sus orejas se bajaron, sintiéndose triste. Entonces ya lo había echado todo a perder. ¿Qué seguía por hacer? No sabía que contestar, así que simplemente movió su cola lentamente y bajó la mirada para evitar a Yoongi. No le gustaba el ambiente y el aura de molestia que percibía.
—Ugh... — Yoongi soltó un suspiro pesado y talló su rostro, siendo sus movimientos lo único que se escuchaba en el cuarto. Tomó su celular del buró y miró la hora, pronto serían las diez de la noche, aún estaba cansado y ahora tenía un chico gato frente a él. — ¿Sabes?... Ya, olvidalo... — Jimin alzó sus orejas atento y ansioso. Yoongi destendió sus sábanas y se recorrió hasta el extremo contrario de su cama, de donde estaba frente a Jimin. El chico gato siguió cada movimiento de Yoongi con sus ojos curiosos. —Mañana hablaremos con Jungkook... — agregó, mirando las sábanas que había destendido a su alrededor. Rascó su cuello blanco pensando en qué decir.
No era muy bueno o sutil con las palabras, solía decir las cosas claras o mejor guardarlas y no decirlas, y su trato con la gente no era el mejor de todos, además de que no sabía si los híbridos necesitaban de alguna clase de trato especial. Había escuchado una vez, por boca de una amiga, que eran sensibles a los cambios y más perceptibles para cualquier situación, y eso no le daba mucho para entender. Pero eso no significaba que le gustara hacer sentir mal o incomodar a la gente, en especial cuando tiene unas orejas que puede mover lindamente y una cola que se menea para hacerlo ver tierno.
—Ahora puedes... — la cola de Jimin había empezado a balancearse con impaciencia, y sus ojos estaban atentos al rubio. Yoongi hizo una mueca al ver la expresión del chico frente a él, lo miraba como si pudiera darle algo especial que sólo él tenía. Se sintió estúpido. —Puedes dormir y ya... — finalizó, dejándose caer en su lugar en la cama, dándole la espalda al chico gato que había sonreído feliz de sus palabras.
— ¡¿De verdad?! — Jimin miró a Yoongi recostado, sin indicios de querer hablarle más.
—Sí, sí... Anda, acuestate antes de que me arrepienta y te eche a la calle... — gruñó.
Jimin salió corriendo por la puerta, feliz, a buscar en su maleta una cobija color rosa que había decidido llevarse con él, era de Jin y le gustaba tener un recuerdo de él. Regresó a la habitación con la misma felicidad de que Yoongi no lo haya echado de su departamento, y de que no hubiera llamado a Jungkook para que se lo llevara. Apagó la luz y se recostó cómodamente en el lugar en la cama a lado de Yoongi que le había cedido.
—Muchas gracias Yoongi hyung, buenas noches.
—Ajá, sí, callate.
Esa noche Jimin durmió sonriendo, feliz de tener un nuevo dueño.
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