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Prefacio.

Miles.

Asher Bullock suele sentarse dos asientos más abajo que yo en el salón en nuestra clase de historia universal. Lo sé porque es inevitable mirarlo; lo he catalogado como el único chico capaz de ser tan hermoso como una chica. Y no digo que sea femenino, sino que, al mirarlo, siento lo mismo que sentiría si fuese una chica hermosa... No sé que es, pero sin duda, lo que tiene Asher es adictivo. A pesar de siempre lucir como si nada le interesase, sé que dentro de él, escondida detrás de esa expresión de apatía existe un anhelo de algo que cree imposible, la soledad de alguien débil y el dolor y la culpa por algo desconocido. ¿Cómo lo sé? Bueno... he estado mirándolo por mucho tiempo y podría decirse que soy bueno leyendo a las personas.

Sí, él definitivamente resalta entre los demás chicos; no es muy alto, de hecho, es algo pequeño pero su cara es atractiva, con estas pestañas largas y rizadas y los ojos color ámbar, un lunar descansa sobre la comisura derecha de sus labios delgados y rosados y hay otro en la parte derecha de su cuello. Su piel es blanca y parece suave, su cabello es cobrizo oscuro, ondulado, cayéndole siempre sobre la frente, cubriendo sus orejas y su nuca, es delgado, no muy musculoso. Y su cara me resulta conocida siempre que la veo, pero no creo haberlo visto antes. Sé perfectamente que es un chico, pero aun así...

Aun así...

Asher Bullock es la excepción.

Sin embargo, nunca puedo acercarme a él. No porque sea tímido o algo físico me lo impida si no porque... el tipo tiene la peor personalidad y la más confusa manera de rechazar todos mis intentos. En realidad es una persona interesante y me agradaría mucho saber más sobre él. Pero absolutamente todos mis intentos son en vano, al parecer él es quien escoge con quien juntarse y yo no estoy precisamente entre sus opciones.

La primera vez que le hablé, me había llenado de valor durante toda la clase para acercarme cuando terminase. No resultó nada bien.

—Hola —le había dicho, decidí empezar por eso cuando estábamos en la salida del aula.

Él se volteo hacia mí, me miró y asintió como respuesta a mi saludo, luego siguió caminando. Decidí no darme por vencido y caminar detrás de él.

—Oye, um... siempre te veo solo en la cafetería y en los pasillos ¿Sabes? Es un desperdicio, porque pareces interesante... ¿Puedo invitarte el almuerzo hoy? —estaba consciente de que sonaba como si tuviese otros intereses, pero honestamente, estaba nervioso y en ese momento no pude pensar en nada más.

Asher se detuvo a mitad del pasillo, me miro y alzó las cejas.

—Por supuesto que sí —dijo inesperadamente esbozando una gran y linda sonrisa.

—¿En serio? —no voy a mentir, me sentí emocionado.

Pero Asher comenzó a reír mientras sacudía la cabeza.

—Lo había escuchado antes, pero no podía creer que fuese cierto hasta ahora —dijo mientras su risa se apagaba—. Sí que eres un chico de campo inocente ¿Eh? —sacudió la cabeza—. No, Huckleberry, escucha, mi abuela llamó, quiere que le devuelvas sus técnicas para hacer amigos ¿Sí? Cuídate, vaquero —me dio un saludo militar y se marchó dejándome con la boca abierta.

Pero no me rendí allí.

Una semana después, decidí hacer mi segundo acercamiento. Estaba sentado en una mesa de la cafetería luciendo solitario, así que me senté frente a él y le sonreí. Él alzó las cejas e hizo el intento de levantarse, pero lo detuve levantando mis manos.

—¡No tienes que irte! —exclamé—. Está bien, tengo clases pronto, solo me senté aquí porque... estaba más cerca y tengo que comer rápido.

—Que mal mentiroso eres, pero de acuerdo, ignoraré tu presencia —dijo volviéndose a sentar—. Solo, no hagas ruido.

Y así fue, me ignoró durante todo el tiempo en que estuve sentado allí. Incluso si yo intentaba hablarle, él hacía como que no estaba escuchando o decía "desearía haber traído mis audífonos, este lugar es tan ruidoso" como si estuviese hablando consigo mismo. Luego de eso, se mantuvo trayendo sus audífonos para escuchar música durante el almuerzo. Como respeto la señal internacional de "no me hables", dejé de intentarlo en la cafetería.

Mi tercer intento fue una casualidad. Estaba utilizando las duchas de la universidad para cambiarme e ir al trabajo. No había nadie allí cuando entré, pero entonces Asher y otro chico salieron de detrás de los casilleros que usa el equipo de natación. Este chico le sonrió y le dio una palmada en la espalda.

—Gracias, Bullock —dijo él.

—No hay de qué —Asher le dio su típico saludo militar y sonrió, una sonrisa para nada sincera, debo agregar.

El chico salió de allí sin ni siquiera notar mi presencia y ahí fue cuando Asher volteó a mirarme. Había cortado su cabello entonces. Esta vez, su flequillo solo cubría parte del lado derecho de su frente, el lado izquierdo de su cabeza estaba rapado y tenía un corte en el labio inferior, también algunos moretones en los brazos. Supuse que se había metido en alguna pelea, cosa que no era rara, por lo que había escuchado.

—Hola —le dije—. ¿Qué tal estás?

—Oh, tú de nuevo —dijo él antes de caminar hacia mí y cruzarse de brazos para luego recostar su espalda de los casilleros—. Estás empezando a irritarme ¿Sabes?

—Solo quiero ser amigable —le dije.

—¿Sí? ¿Cuánto pagarías por eso? —él ladeó la cabeza.

—¿Pagar por qué? —pregunté confundido.

—Ser amigable contigo —él hizo comillas en el aire—. ¿Cuánto vale ese tipo de amistad para ti?

—No... no estoy entendiendo.

—Por supuesto que no —Asher resopló—. ¿Por qué me persigues tanto? ¿Te gusto o algo? Porque si es así, no puedo prometer un cuento de hadas LGTB —dijo antes de ponerse frente a mí y tirar de mi camisa—, pero si me prestas algo de dinero, puedo hacerte pasar un buen rato. Diré lo que quieras, cualquier fantasía que se te ocurra, la cumplo, excepto amarrarme, el último chico que lo hizo dejó marcas horribles. Eso solo si lo sabes hacer bien. Eh ¿qué dices? Es mi última oferta, lamentablemente no hago nada gratis con desconocidos.

No podía creerlo...

¿Era acaso yo tan repugnante para él que quería alejarme a toda costa, incluso tuvo que inventarse que es alguna clase de prostituto? Por favor... no sabía si era una bendición por el hecho de que nunca me había gustado un chico y solo era una señal para que me alejase de una vez por todas del único que me gusta o una maldición que me atrae cada vez más y más a él aun si hace este tipo de bromas.

Solo pude comenzar a reír.

—Eres muy gracioso, Ash... ¿Puedo llamarte Ash? —sacudí mi cabeza e hice que soltara mi camisa—. Sé que no eres un prostituto, tú no serías capaz ¿Verdad? Sé que eres un buen chico.

Por alguna razón, eso lo hizo fruncir el ceño.

—¿Lo sabes...?

—Sí —asiento—. Llámame loco o lo que sea pero creo que tengo buen ojo para las personas y yo simplemente no puedo creer que no tienes un buen corazón a pesar de todo... creo que... no hay nada malo en la manera en que eres.

Asher resopló y bajó su cabeza antes de empujarme e irse azotando la puerta del vestidor. No sé que fue, tal vez él no lo esperaba... tal vez nadie nunca le había dicho que era un buen chico... tal vez cometí un error. Sea lo que fuere, sabía que aquello que le había dicho a Asher le había afectado en alguna forma.

Finalmente, la cuarta vez que me acerqué a él sucedió a la salida mi empleo. No esperaba verlo allí, fue meramente casualidad. Estaba lloviendo y él estaba parado en medio de la lluvia con la cabeza abajo mientras miraba su celular. No sabía que estaba haciendo o a quien esperaba pero no podía dejarlo mojarse, así que me acerqué con mi paraguas y lo cubrí con este. Él de pronto se dio cuenta de que estaba allí y me miró.

—¿Qué haces aquí? —dijo dando un paso atrás.

Me di cuenta de que había estado llorando. Estaba empapado por la lluvia, por supuesto, pero sus ojos y nariz estaban rojos. Sus lágrimas se estaban mezclando con las gotas que caían del cielo.

—Trabajo en esa tienda —apunté hacia la pastelería frente a nosotros.

—Um... —él miró hacia allí y sorbió su nariz antes de volver a mirarme—. ¿Pero qué haces aquí parado junto a mí?

—Estás llorando...

—¡No es verdad!

—¿No? —alcé mi mano casi sin querer y limpié su mejilla—. Estás llorando, Ash ¿Estás bien?

—Si estoy bien o no eso no te importa —él tomó mi camiseta y me atrajo hacia sí con fuerza—. ¡Deja de perseguirme, no quiero hablar contigo o ser tu amigo y mucho menos quiero que creas que soy alguien que no soy, no quiero esa responsabilidad ¿Entiendes?! ¡Solo desaparece, eres solo problemas y... yo no soy Ash, idiota, mi nombre es Asher! —él me empujó de vuelta y empezó a alejarse de mí.

En ese momento sentí que Asher no quería haberme dicho eso a mí... esas palabras estaban destinadas para otra persona.

Asher Bullock es como un gato... asustadizo, rebelde, voluble... tal vez se quede contigo si le das algo a cambio pero siempre volverá a donde pertenece; afuera. Y creo que quizá ese gato tenga un hogar... propio de un rebelde, es un lugar en donde no debe estar.


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