Capítulo 19: "El fin de una relación"
(Penúltimo capítulo)
Un apuesto joven de cabello negro y ojos azules miraba con nostalgia a una bella jovencita enmascarada sollozar mientras estaba arrodillada en el piso jurándole una y otra vez que ella no había sido la asesina de su padre.
—Yo no fui, yo no fui, tienes que creerme, ¡por favor¡ — decía Liza con voz quebrada mientras gruesas lágrimas de dolor caían de sus ojos.
—Está bien te creo— pronunció Sam con voz quebrada dándole una de sus manos a la jovencita para ayudarla a ponerse de pie.
—¿Apresaras a mi padre? — agregó Liza con nostalgia cuando estuvo parada frente al joven de ojos azules que ya la había soltado de la mano.
—No puedo apresarlo, sino hay una declaración que lo inculpe, ¿tú declararías en su contra? — dijo Sam mirando firmemente a la joven castaña.
—No podría hacerlo, es mi padre— respondió Liza con voz quebrada.
—Pero es un asesino, a él no le importo inculparte,...—añadió Sam con dolor en su voz.
—Lo sé, pero yo no soy él, yo soy Liza, Liza Smith o Gatica, la chica que oculto parte de su rostro tras un antifaz como si con ello pudiera esconder su pasado, ese pasado que tanto dolor me ha causado y que pensé que ya había quedado lejos, muy lejos de mí—respondió la joven de antifaz.
—Uno no puede esconder su pasado, este tarde o temprano llega a saberse— pronunció Sam con nostalgia.
—Sí, lo sé, pero tengo miedo, si vuelvo al pueblo me detendrán por ser parte de la banda así no haya cometido delitos— dijo Liza con dolor en su voz dejando pensativo al joven de ojos azules.
—«Si es cierto, la apresaran y la llevaran a una de las cárceles de alta seguridad que hay a las afueras de la capital, lo peor de todo es que no hay forma de probar su inocencia porque ella es inocente, inocente así todo la inculpe, yo lo veo en sus ojos, lo escucho en su voz» — pensaba Sam mientras miraba con nostalgia a la joven castaña.
—Sam, ¡por favor¡ no me pidas que vuelva al pueblo donde nací, yo se que tú puedes encontrar la manera para que mi padre pague por el delito que cometió, se que vas a encontrar la manera de hacer justicia sin que yo tenga que declarar— agregaba Liza desesperada.
—Está bien, no declararas— respondió Sam con firmeza.
—¡Gracias¡ ¡gracias¡ y perdóname por haberte ocultado mi historia, perdóname— acotó Liza intentando abrazar al joven de ojos azules que retrocedió para evitar el abrazo.
—Comprendo tú temor y tú actitud pero como comprenderás lo nuestro ya no puede ser, yo haré de cuenta que nunca te conocí, nadie sabrá por mí que tú te ocultas en este pueblo,....—decía Sam con nostalgia.
—¿Ya no puede ser? — pronunció Liza con voz quebrada.
—No, ya no puede ser, tú eres la hija del asesino de mi padre, aunque me duela ello es la realidad y tengo que aceptarla, por ello lo nuestro ya no puede continuar, ya no— respondió Sam con dolor en su voz haciendo que la joven de cabellos castaños bajara la mirada.
—Comprendo— dijo Liza con nostalgia, mientras trataba de contener las lágrimas que amenazaban con volver a salir de sus ojos.
—El habernos conocido solo abra sido un sueño para los dos, solo un sueño— agregó Sam con voz quebrada haciendo una pausa para luego pronunciar— Adiós Liza, adiós.
Luego de ello Sam salió a paso rápido de la casa de Candela al tiempo que la joven de antifaz caía de rodillas al piso mientras sollozaba.
Sam volvió a "El Escollo" y Liza permaneció encerrada en su habitación argumentando que se sentía cansada.
Los días siguientes fueron los más tristes para Liza y Sam quienes aún no terminaban de asimilar todo lo que habían vivido en esos días.
—Oficial Wood, oficial Wood, ¿le sucede algo? — decía el jefe de los policías al ver al joven de ojos azules con la mirada entristecida.
—¡Eh, no, no¡....bueno si, es que, quisiera saber si puedo volver a interrogar personalmente al padre de la supuesta asesina de mi papá, es que estuve pensando en todo lo que leí en las declaraciones y creo que los testimonios de ese hombre no son muy consistentes, siento que él oculta algo— respondió Sam con firmeza.
—Claro hijo, claro que puedes— dijo el jefe de la comandancia al tiempo que el teléfono de la estación empezó a timbrar.
Ring ring ring
—¡Discúlpame Sam¡ agregó el jefe, tomando el fono del teléfono para contestar la llamada.
—Sí, no se preocupe— respondió Sam mientras su jefe empezaba a platicar por teléfono.
—Si dígame comandante, esa es una excelente noticia, claro, claro, por supuesto, cuenta con nuestro apoyo...— decía el jefe de Sam mientras lo miraba a este de manera disimulada mientras Sam lo miraba intrigado.
Mientras ello sucedía en "El Escollo", en "El Olvido" dentro de una pequeña habitación un par de hombres platicaban.
—¿Cómo que no dan con ella? — decía furioso Kralf mientras arrojaba su copa al piso.
—Cálmese mi señor, no se enfade, no es culpa nuestra, lo que pasa es que nadie parece conocer a Liza en el pueblo, yo lo estuve pensando mucho y llegue a la conclusión que a lo mejor se cambió de nombre, pero de igual modo esta la foto que les mostramos a los pobladores y pues nadie la reconoce ni por la foto, solo hubo un hombre que me dijo que ese color de ojos eran muy parecidos a los de la Gatita—respondía un hombre de lentes.
—¿Gatita? — pronunció el viejo Kralf, con cierta molestia.
—Sí parece que en este pueblucho hay un bar muy popular, pero que solo atiende los fines de semana, en ese bar trabajan muchas jóvenes, muchas de ellas incluso viven en el mismo bar y pues una de las chicas que trabaja allí tiene el mismo color de ojos que Liza,...—decía el hombre de lentes.
—Claro inútil, Liza debe estar viviendo en ese bar— pronunció Kralf con firmeza.
—Es lo mismo que yo supuse señor, por eso mañana iremos allí, hoy es imposible ir pues nos dijeron que no hay atención y así toquemos y toquemos nadie nos abrirá—respondió el hombre de lentes.
—Bien, mañana iremos allá— dijo Kralf, con firmeza.
—¿Usted también irá jefecito?, añadió el hombre de lentes, un tanto preocupado.
—Es que no escuchaste lo que dije, iré, por supuesto que iré, no voy a seguir perdiendo el tiempo esperando a que ustedes den con ella— respondió Kralf mientras pensaba—«Liza, Liza, Liza, mañana te veré nuevamente hermosa, mañana tú estarás en el lugar que siempre debiste estar, junto a mí, porque estoy seguro que tu estas en ese lugar»
En tanto en el "Escollo" Sam recibía una inesperada noticia que hizo que sintiera preocupación y temor a la vez.
—¿Liza Smith? —decía Sam incrédulo.
—Si, se supone que esta en ese pueblo, por ello el viejo Kralf esta allí, tal vez él la oculto allí, solo es cuestión de horas la captura de ambos y de todos sus cómplices por ello el comandante de la capital esta solicitando el apoyo de tropas de las distintas comandancias del país para rodear todos los puntos de posible escape—respondía el jefe de Sam.
—Tengo que ir— agregó Sam, en tono preocupado, que no llego a notar el jefe de la comandancia.
—No es necesario hijo, será una tarea muy riesgosa, ellos suelen disparar sin temor a nada, lo mejor es que tú te quedes aquí a esperar que ellos sean traídos aquí para que sean juzgados, yo enviare a hombres que tiene mayor experiencia en captura de este tipo de bandas delictivas— decía el jefe de la comandancia.
—No, yo tengo que ir— pronunció Sam con firmeza.
—Pero....—decía el jefe de la comandancia siendo interrumpido por Sam.
—Déjeme ir, necesito ir— agregó Sam en tono de súplica.
—Está bien, mañana a primera hora sales con la tropa que asignare, lleva tu arma bien cargada y ten mucho, mucho cuidado, yo hablare con el comandante para comentarle que tú eres el hijo de nuestro querido amigo Wood y que quieres estar presente allí porque quieres apresar con tus propias manos a la asesina de tu padre— dijo el jefe de la comandancia.
—Lo tendré no se preocupe lo tendré y gracias por anticiparle quien soy al comandante— respondió Sam mientras pensaba—«Apresar a Liza, no, eso no, yo no podría apresarla, no podría, si bien ella es la hija del desgraciado que acabo con la vida de mi padre, ella no lo hizo, así lo nuestro sea imposible porque ella lleva la sangre de ese asesino, yo no puedo permitir que ella vaya presa, no puedo permitirlo»
—Lo hago porque todos lo apreciábamos mucho hijo,...— dijo el jefe mientras platicaba con Sam.
Luego de la plática con su jefe Sam fue a su habitación y allí espero la llegada del siguiente día.
Al día siguiente Sam, junto a un grupo de oficiales, partieron a "El Olvido" en donde el comandante general los esperaba para asignarles sus funciones.
—¿Por la noche? — decía uno de los oficiales.
—Sí, un grupo iremos al bar de Candela por la noche mientras los demás rodearan todas las salidas posibles del bar y del pueblo, se presume que Kralf ira esta noche a verla cantar, parece que esa chica trabaja en ese bar, que se estuvo ocultando allí— respondió el hombre.
—¿Yo puedo ir con ustedes al bar? — dijo Sam.
—Por supuesto oficial Wood— respondió el comandante.
—¡Gracias¡ — añadió Sam mientras pensaba— «Tengo que alertar a Liza, tengo que decirle que ese hombre está aquí por ella»
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