El Reino de los Dioses
La infraestructura es una parte muy importante de un país, acueductos, almacenamiento de alimentos, también era necesario saber cómo extraer materias primas y como procesarlas, era un dolor de cabeza tener que pensar en todas las cosas que los ingenieros tenían que hacer para que funcione un país, pero los resultados eran inapelables.
Sadera permaneció en pie por tantos años gracias a su capacidad de construcción de caminos entre provincias, acueductos para llevar agua a sus ciudades, puentes sobre los ríos y muelles en la costa, si podrían jactarse de algo, era de tener un cuerpo de ingenieros muy bien capacitado.
A una semana de su llegada oficial a Sadera, Death Stars estaba esparciendo sus maquinas por la zona aledaña a la montaña, levantaron varios domos destinados a ser fabricas u otras infraestructuras, también se prepararon para mantener una mejor defensa del imperio.
Era un territorio bastante extenso, pero dada su experiencia desplegándose en todas partes de un planeta, podrían estar en cualquier parte de ese pais en poco tiempo, Draken también preparo algunas cosas especiales en sus fabricas, esperando que aumente las posibilidades de supervivencia de sus hombres.
Las acciones de ese grupo fueron tan repentinas que la gente todo el tiempo hablaba acerca de las luces que veian de noche, sobre como fundian hierro con facilidad y como eran capaces de soldar estructuras de metal tan grandes como un palacio, pero que no parecian habitarlo demasiado tiempo.
Toda la actividad llamo la atencion de los demas Senadores y Consules, quienes veian esto como una amenaza a sus intereses, ya que muchos campesinos y comerciantes llevaban rumores acerca de las grandes cantidades de tierras aradas que estaban desarrollando, con cultivos hasta donde alcanzaba la vista.
Por el momento todo lo que podian confirmar eran las maquinas de hierro que volaban por toda la capital, llevando tropas al palacio, ayudando al emperador a reparar el palacio y protegiendolo de cualquier otra amenaza que pudiera afectarlo, cumpliendo la tarea de la Guardia Pretoriana.
El emperador estaba muy ocupado recuperandose del impacto de su casi asesinato, por lo que estaba repartiendo su comnocimiento Taumaturgico con Draken, pidiendo que tallaran mas runas en las paredes de la biblioteca y su habitacion, ademas de que en secreto envio agentes a colocar algunas runas en los dormitorios de sus hijos.
La movilizacion general del ejercito en direccion a sus fronteras altero a sus vecinos, que pensaron que el emperador planeaba una ofensiva contra los pocos reinos valsallos que quedaban alrededor de Sadera, sin tener idea de lo que estaba sucediendo.
Los reinos también estaban moviendo sus tropas a las fronteras, inclusive Maurya parecía un poco más atento a los posibles movimientos de Sadera contra ellos, por lo que mando 2 de sus ejércitos para patruyar las fronteras, mientras que los Tartaros parecían felices de poder ir a la guerra y se estaban preparando para ir a la batalla, para derramar la sangre del enemigo o morir en combate.
Pero fuera de Falmart había había más islas, regiones alejadas que habían mantenido autonomía de Sadera o la influencia de otros Imperios continentales.
Ese mundo era bastante particular, Falmart era la única masa continental que permanecía, el resto del mundo era un inmenso océano, lleno de amenazas que nadie querría tener que combatir, reinos oscuros, aguas desconocidas repletas de monstruos marino capaces de sumergir isla pequeñas en poco tiempo, pocos sobrevivían gusta de Falmart, pero entre todo, había un imperio que se levantó en una isla y hasta ese día seguía prosperando ante la tempestad de criaturas que llegaban todo el tiempo.
Había una gran isla en medio del mar, a más de 2.500 kilómetros de Falmart, la isla tenía un territorio de 2.500.000 kilómetros cuadrados, sin contar muchas islas más pequeñas rodeando el territorio, una región tropical, pero llena de ecosistemas que parecían contradecir su existencia.
Regiones nevadas al lado de zonas tropicales de selva, inclusive amplios desiertos dónde podría comenzar un gran manantial, un paraíso natural casi sin tocar por sus habitantes, quienes tenían un estilo bastante particular de vivir, cercanos a la naturaleza, pero igual capaces de vivir con máquinas, magia y alquimia.
La gente se esa tierra era baja de estatura comparada a la gente en Sadera, lugar donde el promedio de altura era de 1.70 metros, mientras que en la isla la altura promedio para los hombres era de 1.65 metro, no era tanta la diferencia, pero era algo que llamaba la atención de la gente.
Quizás lo que más destacaba a la vista era la piel de la gente de aquél país, de pieles morenas casi bronce, semejantes a los Sarracenos hasta cierto punto, exepto que ellos no tenían tanto vello facial, siendo en su mayoría lampiños del rostro y la mayor parte del cuerpo, eran también conocidos por una exelente condición física que les permitía recorrer grandes distancias a plena marcha sin cansarse y correr sin descanso para llevar mensajes entre provincias.
Sus habitantes en su mayoría eran robustos, su complexión era la de un guerrero y campesino, labrando la tierra durante las épocas de paz y cuando la guerra llegaba era momento de tomar las armas e ir al campo de batalla.
Aquel era el Imperio Azteca, un país que abarcaba la isla principal y las islas más pequeñas que rodeaban sus dominios, un país guerrero, su mentalidad militarista se podría resumir en "La Muerte es tan segura, que nos da una vida de ventaja", viven felices y sin miedo, dispuestos a morir si era necesario y honrados de ir al frente, para matar o morir.
Llegaron a la isla 500 años antes a través de un evento de Gate, llegó en total una población de 500.000 mil habitantes, quienes se instalaron de inmediato en la isla, multiplicanfo la población en poco tiempo y prosperando con rapidez.
La gente seguía con sus tradiciones, siendo al comienzo un imperio igual de sangriento que el imperio de dónde venían, se enfrentaron a monstruos de toda clase, ganando batallas gracias al favor de sus dioses, pero un día un nuevo rey llegó a esas tierras.
Cubierto de ropas finas, con un gran penacho de plumas muy finas, un hombre lo suficientemente grande para que su cabeza sobresaliera de entre la multitud, su piel morena clara, sus ojos de serpiente, color verde fosforescente.
Junto a el llegó un guerrero con una piel de jaguar sobre los hombros, su piel era más oscura que el carbón, de rasgos semejantes a los de su compañero, ambos eran guerreros, con sus armas en la cintura, un escudo colgando en la espalda y las caras pintadas de manera que pudieran diferenciarlos de cualquier otro moral.
Frente a ellos estaban Tezcatlipoca y Quetzalcóatl, los dioses hermanos de la dualidad entre la luz y la oscuridad, los dioses habían bajado para guiar a su pueblo una vez más, está vez como reyes iguales ante el pueblo, capaces de cerrar una nueva era de oro para los Aztecas y lo demás pueblos que llegarían más tarde.
Entre las primeras reformas que efectuaron estaba el fin de la era de los sacrificios de sangre, la violencia total se vio abolida entre ciudadanos del imperio, conservando los castigos y la guerra para mantener la integridad del país, algo que pronto fue necesario.
Al primer siglo del imperio Azteca se le conoció como "La Era del Primer Sol", una época dónde la paz reino en todos los sentidos, seguían practicando como su sangre guerrera lo requeriría, pero la guerra fue innecesaria debido a la baja población extranjera en la isla, la cual fue asimilada muy rápido por los Aztecas.
Construyeron grandes templos, pirámides para mostrar su grandeza, universidades y observatorios, los acueductos fueron levantados muy rápido, llenando las ciudades de agua, pero lo más importante fue la fundación de Teotihuacán, la ciudad de los dioses.
Una ciudad como ninguna otra vista por los morrales, con pirámides tan grandes que podrían ser consideradas montañas desde lejos, calzadas pavimentadas con cemento y sus variantes, era una ciudad blanca, ya que usaban cal para pintar las paredes.
Sus grandes cultivos de maíz y otros vegetales les daban una dieta balanceada, poca carne, verduras y una vida saludable, ya que a cada ciudadano se le necesitaba considerar un guerrero para cuando llegada la necesidad, incluso las mujeres tuvieron la opción de seguir el camino de las armas.
Tras ese primer siglo, llegó la "La Década Carmesí", después de un siglo de preparación comenzaron la expansión, los dioses habían dejado el trono en manos de un humano, pero no abandonaron la tierra, permanecieron entre ellos, dándole guía a las creaciones de Quetzalcóatl para impedir que se salieran del camino.
Comenzaron la guerra contra los demás reinos de la isla, pocos pudieron presentar resistencia, desatando batallas muy destructivas para lo reinos invadidos que fueron absorbidos por el imperio, pero la conquista trajo muchas cosas positivas al imperio.
Ya no pedían tributos de vidas, buscaban progresar lo más rápido posible, su llegada era vista como un arma de doble filo, por una parte causaban una gran Destrucción, acababan con lo antiguo e inútil, trayendo algo nuevo y positivo, aunque la gente le costaba aceptar la llegada de invasores extranjeros la mayor parte del tiempo.
Tardaron 10 años de campañas para conquistar por completo la isla, sin contar la oposición en forma de guerrilla, pero fueron silenciadas muy pronto, permitiendo el levantamiento del Imperio Azteca como el único en toda la región, desplazando imperios dirigidos por seres muy poderosos que parecían dioses, pero que sucumbieron ante los dioses reyes de los aztecas.
Tras la década sangrienta, comenzó el "Siglo de las Luces", avanzaron tecnológicamente muy rápido, los dioses querían que su imperio florecieran y comenzaron algo llamado industrialización, aunque a diferencia de nuestra realidad, ellos tenían una idea diferente a acerca de como llevar un país a la edad moderna.
La isla tenía una belleza natural propia, por lo que aprovecharían todo lo que tenían a su alcance, especialmente la magia y alquimia para que su país pudiera estar a la altura de cualquier invasor, ya habían perdido un hogar ante y ahora no perderían otro.
Colocaron espejos de obsidiana en los alrededores de las ciudades y en lo desiertos, generando energía con el sol, también construyeron represas para aprovechar sus recursos lo mejor posible, inclusive crearon fábricas semejantes a pirámides, con paredes gruesa, pero que permitía una mayor resistencia en caso de un accidente o un ataque enemigo.
De alguna manera lograron que sus fabricas pudieran limpiar el agua contaminada, al punto de que había acueductos llevando agua a todas partes del imperio, plantaciones y algunos lagos rodeando las fabricas.
Pero como es de esperar, un pueblo guerrero difícilmente olvidaría sus raíces y toda la tecnología también era usada para mejorar a sus guerreros, dando sus capacidades físicas como sus armamentos, por lo que en un esfuerzo sin precedentes se prepararon, sabiendo que cualquier día algún enemigo podría tocar a la puerta, estuvieran preparados o no.
Los guerreros jaguar y águila eran parte de los cuerpos de fuerzas especiales, sin contar a los guerreros de elite más renombrados, los Guerreros Rapados, los guerreros que rechazaban ascensos en el ejército para estar siempre al frente.
Las tres castas guerreras fueron la primeras en recibirá un tratamiento mágico especial y también con alquimia, sus dioses los premiaron, dándoles un brebaje especial que los haría trascender cualquier límite humano, los espíritus de los dioses despertó en ellos, llevándolos a una nueva capacidad.
Eran mucho más fuertes, rápidos y ágiles que cualquier otro hombre común, fieros e imposibles de amedrentar ante un reto, para ello solamente seria una víctima más para aumentar su prestigio.
Los escudos de madera y papel fueron remplazado por escudos de Hierro y aleaciones super resistentes, conservaban armas de obsidiana, pero está vez recibía un tratamiento especial, tan secreto que los que trabajaban en las fábricas para crear la Obsidiana Humeante eran vistos con gran respeto, a la altura de los jaguares, estando solamente detrás de los Guerreros Rapados.
Está obsidiana emitía un vapor negro muy particular cuando era usada en batalla, cuando chicana contra un arma enemiga el vidrio volcánico resistía el ataque sin problemas, podía atravesar el metal con facilidad, dependiendo la fuerza del guerrero, la madera fue reemplazada por metal, pero conservando sus cortes vivos y llamativos, esperando a que llegada el enemigo, que pudiera ver cuándo los guerreros corrían a ellos y supieran quienes los estaban matando.
Hace 200 años exactamente comenzó una época más sangrienta, la llegada de algunas personas a través de los Gate era algo controlado por los dioses, quienes habían logrado mantener el orden en esas tierras, habían llegado nuevos amigos y personas que buscaban una nueva patria.
Entre la gente grata habían llegado una raza llamada Nekomata, seres aparentemente humanos, con rasgos de gato, hábiles Guerreros y magos que se supieron ganar su lugar en la sociedad Azteca, manteniéndose siempre bajo las órdenes de grandes Comandantes y estando cerca de la Realeza.
Inclusive una vez llegó un nuevo dios, un ser bastante particular que se hacía llamar Buda, llegó con un grupo de 1.000 de sus seguidores, gente que era pacifista, aborreciendo la violencia, por lo que de inmediato sus idea chocaron con las de los aztecas, una situación que habría llevado a un baño de sangre de no ser porque los dioses parecían llegar a un entendimiento, para ser específicos Buda y Quetzalcóatl.
Tláloc, dios de la lluvia estaba descontento con la llegada de ese nuevo dios, Tezcatlipoca guardaba su distancia, no detectaba mentiras en su nuevo compañero, pero decidió guardar la distancia, Quetzalcóatl fue el que más se acercó a Buda y logro llegar a un entendimiento mutuo.
La violencia irracional es y seria mala siempre, pero la violencia para defenderte, para defender a tu familia, tua pertenencias y a tu país era más que aceptable, por lo que Buda llegó con sus seguidores y les explico una nueva forma de pensar, estarían listos para la guerra, esperando que no llegue, pero estarían dispuestos a luchar por su nuevo hogar.
Ellos edificaron una serie de templos en las montañas que llamaron los cinco elementos, llamado a su grupo de monjes guerreros, shaolin, Tezcatlipoca bromeaba siempre, diciendo que los seguidores de Buda buscaban alcanzar la paz espiritual matando a puño limpio, cosa que no estaba tan lejos de la realidad del mundo hostil dónde vivían.
Cómo se dijo antes, la llegada de Buda llegó con mucha sangre, invasores llegaron desde el mar, oleada tras oleada de enemigos llegaron en barcos, queriendo tomar una parte del imperio para su propios países.
Los primeros en llegar fueron invasores del norte, vestidos con ropas para el frío, sus armas favoritas eran las hachas de hierro y los líderes a veces utilizaban espadas dependiendo de sus rangos, pero destacaban mucho sus barbas, largas y desalineadas reservadas como un símbolo de estatus, su llegada fue una invasión violenta a una de sus ciudadanos portuarias.
El ataque inicial fue inesperado y crearon una gran mortandad, mataron de manera indiscriminada, saquea si y llevando todo a sus barcos, pero había tanta riquezas en la ciudad que tardaron mucho robando y en el pillaje, por lo que los ciudadanos se armaron y salieron a la batalla.
Ese no era como otros asentamientos a la Merced de la invasión, apena pudieron organizarse se escucharon los tambores de la guerra, silbatos de batalla y el paso de las tropas furiosas en la calles, la contraofensiva fue total, lloviendo guerreros desde todas partes.
Los invasores no esperaban que toda la ciudad se convirtiera en un ejército tan pronto, flechas incendiarias atacaron los barcos y muchos guerreros avanzaron por la bahía en balsas para atacar los barcos, buscando destruir o tomarlos para ellos.
El líder de inmediato ordenó que se replegaran a un almacén, la ciudad entera atacó el edificio, golpeando las puertas, algunos llevaron herramientas y al ver que la puertas eran fáciles de defender tomaron la medida de abrir los muros.
Las brechas se abrieron y cientos de soldados entraron al edificio, está vez los Guerreros Jaguares fueron lo primos en llegar, matando a cada enemigo sin piedad, ni tregua ni rendición, habían atacado a un pueblo guerrero que tuvo 200 años de paz y que parecían esperar una nueva batalla.
Desde ese día cada vez llegaron más invasores, diferentes entre si, alguna veces humanos, otras veces de apariencia tan extraña que apenas se le podía considerar un ser amorfo, se trataban de tantos enemigos que a cualquier espectador se preguntaría si estaban luchando en un planeta o fueron directamente al infierno a luchar..
Un día llegaron monstruos, en barcos que llevaban criaturas de batallas, rodearon la isla y trataron de matarlos mandando criaturas salvajes para que terminarán con ellos o al menos debilitarlos, quizás esperaban una efectividad menor, pero los invasores ciertamente no esperaban los resultados que tuvo la introducción de fauna hostil.
De alguna manera los aztecas y demás ciudadanos del imperio se comieron a todas las criaturas, desde escarabajos gigantes, seres parecidos a rinocerontes mutantes, incluso criaturas que parecían un híbrido de pulpo y mamut, todas las criaturas fueron cazadas y los que no eran comestibles se les encontró alguna utilidad, así fuera solamente obtener algún adorno para sus casas.
Entre sus enemigos más frecuentes estaban los que llamaban Profundos, se les llamaba comúnmente Gente Pez, por su peculiar apariencia, siendo más parecidos a los mariscos que a los hombres, pero nadie se molestaba en contradecir esa idea.
Las criaturas decían ser inmortales, pero cuando los guerreros aztecas luchaban contra ellos mostraban que podían sangrar, muchos fueron capturados y al ser principalmente peces comenzaron a utilizarlos cómo sacrificio y después usaban sus restos, nada se desperdicia.
Los dioses estaban atentos a la situación, apoyando a sus seguidores cada vez que la situación parecía ser demasiado para ellos, por lo que la marea de la guerra siempre soplaba en favor de los aztecas, aún con bajas nunca parecían rendirse, luchando hasta el cansancio.
La guerra constante endureció más al pueblo azteca, criando nuevas generaciones de guerreros, nuevos constructores y más investigadores, si bien ningún país se beneficia de una guerra prolongada, ellos se beneficiarían de las incursiones, obteniendo más recursos, nuevos conocimientos e incluso alimentos.
Pero en la actualidad había una situación preocupante para todos en el imperio, la caída de aquél meteorito solamente podía ser un mal augurio, por lo que estaban en alerta máxima, los dioses y dirigentes estaban organizando sus ideas, tratando de pensar en alguna estrategia adecuada para la situación en que se encontraban o la que podrían enfrentar.
Se reunió al consejo del imperio, formado por 8 integrantes, el emperador, el gran general del ejército, la representante de los Nekomatas, el Mejor Guerrero del imperio y los cuatro dioses, una cámara que dirigía el destino del imperio y había llevado a los Aztecas al lugar donde estaban ahora.
Pero ahora mismo se enfrentaban a un escenario nuevo, nuevas amenazas llegaron desde el mar, más invasores llegados desde el continente, habían mantenido su distancia con Falmart, disfrutando su forma de vida dentro de la isla y poco interesados en la convivencia con ellos, dado que los consideraban en su mayoría una cultura atrasada y estancada.
Pero ante el escenario actual había muchas preocupaciones que se preservan, la actividad de invasores se había detenido, lo cual les daba la posibilidad de quizás tener paz, pero también había posibilidad de que estuvieran reagrupando sus fuerzas para un ataque masivo, por lo que no había que bajar la guardia.
El actual emperador era Cuauhtémoc, en este momento de 25 años, un niño comparado a los demás representantes, quienes tenían muchos más años de experiencia, pero su falta de experiencia era compensada por su gran valor y temperamento inteligente al momento de actuar, ya había lidiado en persona con 5 invasiones y estaba mostrando una gran capacidad para gobernar.
El mejor guerra en ese lugar era Tzilacatzin, un hombre de altura promedio, pero fuerte como ningún otro mortal, en las invasiones siempre corría al encuentro de sus enemigos, recogiendo piedra del piso y lanzando los proyectiles con una fuerza y presicion asesina que mataba a todos con impactos, cuando estaban al alcance de sus manos eran cadáveres.
La representante de los Nekomata estaba fuera, al parecer lidiando con un ataque menor en el occidente de su territorio, pero dijo que estaría de acuerdo con cualquier decisión tomada por el consejo, por lo que pudieron seguir adelante con la reunión.
Quetzalcóatl: podríamos fácilmente ir a escondidas a Falmart, cualquiera de nosotros tres podría caminar entre ellos con relativa facilidad, nuestro problema es que no tendremos suficiente tiempo para averiguar a qué se debe toda esta inestabilidad
Tezcatlipoca: podríamos enviar una fuerza expedicionaria, tomar algunas tierra como base y desde allí investigar que a originado el aumento de invasiones, ciertamente nos benefician sus recursos, pero es molesto tener que lidiar con ellos
Tzilacatzin: concuerdo con el señor Tezcatlipoca, es cierto que la guerra nos a mantenido unidos contra un enemigo común, pero sería más fácil lidiar con ellos si sabemos de dónde vienen, si conocemos a nuestros enemigos podremos seguir resistiendo y desarrollar nuevas estrategias para la guerra
Tláloc: pienso que quizás podría ir con alguien, las cosas aquí están estables, pero Quetzalcóatl y Tezcatlipoca son los dos principales pilares del imperio en aspecto de defensa, son los más poderosos y quiénes podrían lidiar con una amenaza de nivel global
Cuauhtémoc: no puedo negarlo, pero también hay que recordar que mandar a hombres fuera de la isla y demasiado lejos es una amenaza, comprobamos que los Profundos nos tienen en la mira, tuvimos que crear nuevas armas contra ellos y establecer una mejor defensa submarina ¿Cómo garantizar la seguridad del viaje sin los ajotes protegiendo el agua?
Los ajolotes era una especie animal bastante venerada en el imperio, protectores de los ríos y los lagos, una especie que gracias a la fuerza de los dioses se enfrentaba a cualquier amenaza submarina que intente entrar más en tierra usando los ríos.
La discusión seguía, arrojando la idea de salir de la isla, tratando de perfeccionar un plan adecuado, Tzilacatzin permanecía en silencio, dejando a todos hablar entre si, ya que el era un hombre de acción más que de hipótesis, intervino solamente para corregir alguna falsa visión sobre sus enemigos.
La conferencia de estaba tornando repetitiva, ya que siempre encontraban una traba, se estaban agotando de manera innecesaria, fue entonces que Buda decidió dejar de comer dulces y conversar al fin.
Buda: que aburrido ¿Qué tal si me llevo a Quetzalcóatl de vacaciones? Seguramente Falmart tiene mas dulces, de esa manera mientras todos están vigilando, de esa manera Quetza y yo podemos vigilar el avance afuera, mientras que Tláloc y Tezcatlipoca se quedan vigilando, nosotros somos los mas rápidos y podríamos llegar aquí en un segundo si lo necesitan
La propuesta no era mala, por eso es que decidieron que seria una buena idea, prepararían 200 de sus mejores embarcaciones y las mandarían a la mar, las invasiones casi siempre estaba dirigida desde oriente, por lo que seria mejor averiguar a que se debía la constante incursión de criaturas extrañas a sus costas, o la invasión de civilizaciones tan peculiares y a veces tan peligrosas.
El Imperio de la Tierra de los Dioses estaba viajando al viejo mundo, dispuestos a averiguar mas acerca de ese mundo y su funcionamiento, con una fuerza de 25.000 guerreros y marinos, estaban dispuestos para la guerra, preguntándose que clase de oscuro mundo les esperaba, dispuestos a obtener información para mantener al imperio a salvo de cualquier amenaza externa, sin saber que estaban por entrar a un barril de pólvora que explotaría en cualquier momento.
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