Capitulo 3: Primeras Secuelas
Palacio Imperial, Berlín. Días después de la premiación.
El Kaiser Whilmen III: ¡Dime por que mierda!- estallo entrando a su oficina Imperial, mandando a volar diversos papeles útiles allí presentes. Detrás de él, Erwin Rommel observaba impasible el arrebato del Kaiser
El Kaiser Whilmen III: ¡Dime porque mierda tenemos que darle medallas a esos perros soviéticos que son la plaga del bienestar del Imperio o a los Bastardos Britanicos que son el cáncer de este mundo, y porque tuvimos que premiar a esos desgraciados Americanos malparidos por sus madres importunadas! ¡Explícame bien el porqué de eso.
Erwin Rommel: Es muy simple mi Kaiser. Necesitamos ganarnos aunque sea una ligera confianza con nuestros aliados temporales, de modo que podamos confiar en ellos durante lo que dure esta campaña militar en el nuevo mundo. Y quien sabe, puede que esto sirva para abrirnos las puertas a mayores alianzas. Tal vez la Unión Soviética nos abra las puertas a una alianza nueva para luego abatir de una vez definitiva a los británicos
Explico calmadamente el líder de la "División Fantasma".
El Kaiser Whilmen III: De modo que usted viene a hacerse el caballero con nuestros enemigos, ¿¡Mandando al traste todo lo logrado por las armas alemanas!?
Erwin Rommel: Si me permite mi Kaiser. Nada fue al traste. Recuperamos nuestras Colonias imperiales perdidas en la gran Guerra y le Quitamos colonias, algunas a los Franceses y al menos una a los Britanicos. Ademas tener una parte de Oriente medio a nuestro favor, hara que los Arabes se unan a Nosotros si los Sovieticos o Britanicos quieran invadirlos. Saben que irak e Iran aparte de Arabia Saudita son paises Petroliferos mi kaiser y se bien que tanto Los britanicos como los soviets intentaran tener a estos paises a su favor contra nosotros, tenerlos de aliados sera perfecto y que mejor modo que demostrar que haremos una colonia semi-independiente asi vean que les dimos al menos .. cierta independencia de los Odiosos franceses y que le daremos esas mismas Garantias contra los Sovietiocs O britanicos
El Kaiser Whilmen III: Sabe que no me referia a ello ¿verdad?,me referia a las vidas de los Gloriosos soldados Alemanes que han muerto Mariscal Rommel!!. Pero debo reconocer que tiene puntos a su favor, pero esto le da la Oportunidad de Fortalecer al enemigo. Eso era algo que no buscaba y no queria!!! No cuando al fin estabamos por vencerlos o te olvidas que destruimos a su ejercito en Dunkerque en su totalidad!!
La furia del kaiser en ese punto era bastante Valido. Se estaba extrangulando a la Economia britanica, tal como ellos le hicieron al imperio de su padre en la gran Guerra. Por no decir de menos habian aplastado a los franceses(Su ejercito Militar y y al Britanico) con toda seguridad y faltaba poco para aplastar a los britanicos mediante una posible invasion Naval (Leon Marino) al tener solo pocas tropas nacionales y tropas coloniales al defender sus tierras(Por no decir reclutas recien salidos de la cademia sin nada de experiencia)
Erwin Rommel: Ese punto, es valido mi Kaiser, pero debemos tener el apoyo de mas paises y hacer que los otros se debiliten Politicamente . Los sovieticos no han combatido con nadie mas que con los Finlandeses y estos salieron derrotados y entregando territorios , ni siquiera lograron sangrar al Gigante Rojo. Mientras los unicos que sangraron mucho y estan debilitados fueron los aliados. Estan debiles, podemos aplastarlos en otro Momento ya que perdieron tropas y territorios ,la Prioridad principal a nuestro imperio es la Amenaza del otro mundo y el de los EE.UU. Despues nos encargaremos de los Sovieticos, por ahora que sean nuestros aliados de momento. Ademas con tal ya los derrotamos en la Gran guerra y podemos volver a hacerlo. Creame Mi kaiser
El Kaiser Whilmen III: Ya que estas seguro de ello Mariscal Rommel, quiero que aliste sus pertrechos. ¡Porque cuando apenas este seguro al otro lado, usted será el primer alto mando alemán en ir allá! ¡A ver si le siguen quedando ganas de hacerse el caballero con los soviéticos! porque estoy seguro que ellos no lo seran con usted, ya que usted es un Noble y usted sabe que ellos masacraron a todo los Nobles Rusos y a la familia real :los Romanovs!!
El mariscal queria responder de ello al Kaiser pero el mismo estaba escribiendo apresuradamente, redacto y firmo la orden correspondiente de dicha accion. Rommel al leerla por encima, pudo comprobar que más que una orden,parecia una de degradación o destierro que una de traslado
El Kaiser Whilmen III: Entréguele esto al Oberkommando der Wehrmacht cuanto antes y si llega tener Exito Mariscal con lo que dijo ,entonces no solo la proxima me callare y dejare de meterme en los asuntos Militares, sino que tambien usted sera Ascendido en la esfera Nobilaria y en el Militar. Por ahora quiero que se vaya ahora.
Suspirando internamente, Rommel se despidió y salió rápidamente de la sala. Muy pocas veces los Oficiales veian al Kaiser Whilmen III tan enojado, y hoy Rommel le toco ver al Kaiser tan Enfurecido. Lo mejor que debia hacer ahora era alejarse y no ser un objetivo de ese enojo por ahora.
Base Militar de Alnus. Viernes 7 de Noviembre de 1941.
La hace poco inaugurada base militar de Alnus contenía un contingente heterogéneo de tropas japonesas, alemanas, estadounidenses, soviéticas y británicas. La inauguración no fue nada especial, de hecho, fue más bien una ceremonia pequeña junto con una donación de alcohol y cigarrillos a los miembros de la tropa, mientras los oficiales bebían algunos licores más finos. Después de eso se prosiguió con la construcción de la base. Una estructura gigante, cuya forma fue influenciada por su entorno. Debido a que le daban la espalda a una cordillera que no poseía caminos viables para el traslado de tropas a menos que llevaran equipo adecuado (que siendo soldados de la época romana, el enemigo no tenía), se decidió realizar una estructura amplia de forma hexagonal, pero que en lugar de dos lados en su costado, estaría el lago, acortando así el material necesario (N/A: Imagínense un hexágono regular, pero que en vez de los dos lados de la izquierda posee el lago, de modo que es una muralla que apunta en 4 direcciones y una orilla). En cada punta del hexágono cuyo muro alcanzaba los 3 metros de altura se había instalado un Flak 36 de 88mm y un par de Bofors de 40mm, tanto para protección aérea como terrestre. Sumado a esto, el muro tenía pasajes para que los infantes pudieran subirse y disparar desde arriba. Se habían instalado algunas ametralladoras de igual forma, dando como resultado una gran y devastadora potencia de fuego hacia el terreno plano en el exterior de la base.
La organización interna no era nada del otro mundo. Con las oficinas administrativas en el centro, rodeando los portales, las barracas japonesas se ubicaron en la parte "trasera" (la parte cara al cerro). Las barracas estadounidenses se ubicaron en la costa, debidas más que nada a la cercanía de la ubicación con su punta de entrada. Las barracas alemanas se ubicaban en el frente, las soviéticas al lado de estas, y las británicas se ubicaron al lado de las japonesas, cada una de los países ubicado en una cara del hexágono. Los garajes para los vehículos de cada país estaban ubicados también en esas zonas. Como proyecto de gran prioridad se empezó a trabajar en la maquinaria que permitiría a los buques de guerra subir y bajar por el río que bajaba por la ladera, algo visto como esencial por parte de los mandos navales.
La dotación de la base había aumentado en gran medida también, suministrando la mano de obra necesaria para levantarla. Los alemanes habían enviado la famosa 7° División Panzer "Gespensterdivision" bajo el mando de Erwin Rommel, además de la 2° División Imperial "Das lanze"(N/A: Se andaba reformando al ejercito imperial Aleman de a poco y en el que pronto la Wehrmacht -de la republica de weimar- cambiara su Nombre a Deutsches Heer nuevamente). Por su parte, los Estados Unidos enviaron a la 1° División de Infantería, apodada "The Big Red One" al mando de Donal C. Cubbison, junto con el resto de la recientemente creada 1° División de Marines, bajo el mando de Holland Smith. Los marines ya establecidos en el provisionalmente denominado "Nuevo Mundo" fueron agregados a la nueva división, mientras que las unidades experimentales alemanas fueron disueltas, y sus efectivos agregados a la división de Rommel. Los paracaidistas fueron enviados de vuelta al Reino Unido, llegando en su lugar nuevos efectivos de una división de infantería, al igual que los japoneses, que enviaron efectivos para completar una división. Los soviéticos, por su parte, movilizaron dos divisiones de fusileros, complementando también a unidad de tanques allí presente y empezando la movilización necesaria para ubicar en el "Nuevo Mundo" un ejército de fusiles completo.
Toda esta mano de obra empezó a trabajar en la construcción de la base. Debido a los residuos tóxicos del gas sarín todavía presentes cerca del borde, preferían no arriesgarse a salir del lugar. La primera prioridad fue la construcción del muro defensivo, seguido de los barracones. Se acercaba el año nuevo, y los miembros de la dotación del nuevo mundo se acercaban a los 100.000 efectivos.
Sadera. 10 Noviembre de 1941
Las voces murmuraban sorprendidas, esperanzadas, curiosas. Diversos guardias habían llegado tanto a diversos puntos del Imperio, como a todos los reinos aliados y vasallos de este, incluso a otros reinos y condados. La gente se juntaba para escuchar que tenían que decir, siendo que por lo general eran olvidados por los gobernantes.
Guardia pretoriana: ¡A todos los miembros del Imperio, sus aliados, y países amigos! ¡El príncipe Zorzal el Caesar, junto con darles un cordial saludo, manda a anunciar lo siguiente!
Decían los soldados de la Guardia Pretoriana del palacio imperial, enviados a todos los destinos a leer el bando
Guardia pretoriana: ¡Vengan a Sadera, a la Capital Imperial! ¡Vayan, corran, apresúrense! ¡Una nueva unidad de élite ha nacido! ¡Las escuadras de Zorzal han nacido! ¡Una verdadera unidad de élite, que será el mejor ejemplo de todos! ¡Sera una unidad mixta, donde se valora el esfuerzo, la dedicación y disciplina, donde tu origen y raza valen tanto como la tierra que pisan ahora mismo! ¡Los que pasen las pruebas serán premiados, bien pagados, y podrán servir bajo el mando de Zorzal, teniendo solo que responder ante él! ¡Si piensan unirse, acérquense a la columna de soldados y anúncienlo, y serán guiados hasta la capital! ¡Larga vida al príncipe Zorzal!
Diversas criaturas humanoides marchaban junto a las columnas de soldados camino a Sadera, para enlistarse en las pruebas que definirían si entrarían a esta nueva unidad de élite. Pero a pesar de su gran número, la especie predominante seguían siendo los humanos. No solo campesinos y vagabundos, también comerciantes, tanto arruinados o no, junto a soldados de diversas naciones atraídos por las promesas de riqueza y fama. Pronto el contingente camino a Sadera que buscaba unirse a las "Escuadras de Zorzal", nombre provisional dado a la unidad que crearía el príncipe luego de su viaje de dos meses a Alnus, juntaba ceca de 100.000 almas. Además de eso, las voces e invitaciones se hicieron correr entre el ejército imperial y la guardia pretoriana del imperio, además se hizo la voz en los barrios bajos y altos.
Esta llamada a un reclutamiento masivo preocupo a Molt, quien debido a su poder absolutista se estaba convirtiendo en un paranoico, aunque aún conservaba su calma y cabeza fría. Ambos miembros de la familia real, padre e hijo, se juntaron en un balcón mientras cenaban. Con un gesto, el emperador les indico a los miembros del personal que abandonaran el lugar, y a los guardias que nadie entrara. Cuando se preocupó de que nadie escuchara, se giró hacia su hijo.
Emperador Augustus: Iré directo al grano, hijo mío. Tu actividad reciente me preocupa. Me alegra que siguieras el ejemplo de tus hermanos y te decidieras a crear tu propia unidad de soldados, ¿pero no te parece excesivo reclutar de entre la guardia pretoriana, del palacio, y de incluso nuestras naciones vasallas y aliadas?
Le inquirió, siempre con una copa de vino en su mano, girándola mientras observaba el efecto del líquido.
Zorzal el Caesar: Todo tiene una razón, padre
Le respondió Zorzal, quien a diferencia de su progenitor mantenía su mirada fija en la figura de la persona frente a él
Zorzal el Caesar: Una razón absolutamente valida, pero que deseo mantener en secreto de la mayoría. De momento informare que Casel, líder del senado, está de acuerdo con la creación de esta unidad.
Emperador Augustus: ¿Un pacifista, a favor de crear una unidad militar? Me sorprendes hijo. Permíteme pregúntarte que le dijiste para que aceptara. ¿Sobornos, poder? ¿Qué fue lo que hiciste?
Zorzal el Caesar: Yo no fui padres. Fueron ellos.
Emperador Augustus: ¿Ellos?
Zorzal el Caesar: Los enemigos del otro mundo.
Molt paro de girar su copa, fijando su mirada sobre su hijo
Emperador Augustus: Aún no he recibido detalles de esa batalla. La versión oficial es que tanto los restos de la VI Legión como la mayor parte de la VII Legión permanecen realizando un bloqueo del enemigo, con algunas escaramuzas ocasionales.
Zorzal el Caesar: Es todo mentira padre. El enemigo no se ha movido debido a sus propias acciones. Se han encerrado mediante un método de defensa ingenioso, pero de doble filo.
Emperador Augustus:¿De que estas hablando? ¿Qué es lo que de verdad paso en Alnus?
Zorzal el Caesar: Padre. La VI y VII legiones han sido aniquiladas, casi al punto de borrada su existencia. No se diga de los destacamentos navales de la II Flota Imperial. Entre ambas legiones y los destacamentos navales, al inicio de la batalla se sumaban cerca de 70.000 hombres. Actualmente quedan cerca de 10.000 infantes y marinos, manteniendo un cerco de vigilancia alrededor de Alnus.
La copa de Molt cayó al piso, rompiéndose en cientos de pedazos. Pronto se recompuso, pero empezó a analizar inmediatamente la situación.
Emperador Augustus: ¿Dónde están los comandantes? Debo ajusticiarlos, probablemente con la pena de muerte por su ineptitud al derrochar tal cantidad de vidas por una victoria.
Zorzal el Caesar: Veo dos problemas con eso, padre. El primero es que fue una derrota. El enemigo, para defenderse del segundo ataque, lanzo una nube paralizante sobre nuestras tropas, lo cual las dejo inmóviles y a merced de sus armas a distancia. Sin embargo, ellos tampoco pueden salir, ya que los efectos también son malos para ellos y además son duraderos. Hasta algunas semanas más, el enemigo de otro mundo no podrá hacer nada. Tendremos tiempo de sobra para reorganizar el ejército
Explico Zorzal calmadamente, mientras sopesaba la situación.
Emperador Augustus: Eso habla por las pérdidas. Pero aún no me dices cual es el segundo.
Zorzal el Caesar: Los comandantes están muertos. Uno de ellos murió en el primer asalto, el segundo como parte de la nube de muerte. Los soldados actualmente están bajo el mando de comandantes improvisados entre dentro de la tropa, líderes destacados en el momento. Están agrupados en grupos de a 1.000 rodeando los caminos que salen de Alnus. Ellos también, junto a Casel y a mí, son los pocos que conocen el poder de las armas enemigas, y a la vez conocen algunas medidas que podrían contrarrestar las armas enemigas de cierta forma.
Emperador Augustus: Ya veo...
Murmuro Molt mientras clavaba su mirada en su comida, para luego volverla a alzar hacia su hijo
Emperador Augustus: ¿Entonces, el motivo de crear esta unidad es...?
Zorzal el Caesar: Exacto, padre. Una unidad de élite, pero no de las unidades que hay ahora. La unidad de élite en la lucha contra el enemigo del otro mundo. Ese es el objetivo tras su creación, y el motivo por el cual recluto gente de diversos lugares y sus actividades serán mantenidas en secreto.
Emperador Augustus: Pero, ¿Por qué reclutar gente de otras naciones?
Zorzal el Caesar: Es sencillo, padre. No podremos mantener la derrota en silencio para siempre, y es entonces cuando podremos ser atacados por nuestros estados vasallos. Ya se han ido cerca del 30% de la fuerza militar del Imperio. Mi idea tras esto es debilitarlos lo más que pueda para ese momento, reclutando gente de sus ejércitos, conociendo sus tácticas y secretos, y atacando con las tácticas del enemigo que pueda utilizar. Además, planeo unir algunos magos de batalla a mi unidad personal, con tal de tener cierto poder de fuego extra y un efecto moral adicional. Como puedes ver, tengo todo pensado. Solo debo terminar de pensar junto a algunos hombres míos sobre el método de selección.
Emperador Augustus: Brillante, hijo mío. No puedo estar más orgulloso de ti. Pero tengo una sugerencia. ¿Por qué no mejor, en vez de esperar el ataque de los estados vasallos, los debilitas y luego los mandamos a atacar? Si las legiones VI y VII están allí, creerán que hay más efectivos del ejército imperial y atacaran confiados. Si luego de eso alguna supone un problema, la subyugamos rápidamente.
Zorzal el Caesar: Gran idea padre. Realizaremos eso
Zorzal miro durante algunos segundos la puesta de sol a lo lejos
Zorzal el Caesar: Ahora, si me disculpas, debo ir a planear el método de selección para mi unidad. Si lo que he escuchado es verdad, cerca de 120.000 personas y otros intentaran ingresar, y de momento el número no debe exceder los 1.000 en el mejor de los casos.
Retirándose Zorzal, Molt se quedó solo en el balcón observando la puesta de sol. Pero sus pensamientos no estaban allí, sino en la propuesta de Zorzal. Como pasaría a futuro con muchos senadores, él no creía en que las armas del enemigo fueran tan poderosas, por lo que dudaba que en realidad su hijo fuera a crear una unidad militar específicamente para luchar contra ellos. A pesar de eso, Zorzal había sido más serio en el último tiempo que durante los años anteriores, lo cual le daba gran crédito. Pero...
Emperador Augustus: No hay garantía de que no planee un golpe de estado en contra mía
Pensó Molt
Emperador Augustus: Bueno, con solo 1.000 hombres no podrá hacer mucho incluso si lo intentara.
Ignoraba Molt, que las acciones de Zorzal estaban más que justificadas, y que el enemigo que podría masacrarlos solo se encontraba retenido por su propio armamento.
Palacio de Zorzal. 1 Mes después(Diciembre de 1941). Terreno frente a la entrada.
La cantidad de almas reunidas allí harían que Emroy se estremeciera. 150.000 seres vivos se reunieron en el palacio de Zorzal, esperando poder pasar las pruebas de ingreso para la unidad de la que nadie sabía nada. Los rumores de la derrota del Imperio en Alnus empezaban a cobrar fuerza, pero aún no eran un factor decisivo que desanimara a los aspirantes.
Zorzal observaba la muchedumbre de gente frente a su palacio mientras sostenía una copia del programa de selección. A pesar de que la idea era tomar solo 1.000, una cantidad de 10.000 también sería buena idea. Por si las moscas, le dijo a su padre el número antiguo de efectivos estimados.
Primero iba una serie de preguntas sobre sus motivos, su procedencia, los límites de su futura lealtad a Zorzal, entre otras cosas básicas. Esto tenía como objetivo sacar del camino a aquellos nobles y comerciantes que pensaban que sería una unidad de demostración, aprovechando el sueldo para aumentar la rentabilidad de sus negocios o para aumentar su posición y seguridad política.
Segundo era una prueba básica de capacidades físicas, junto con un examen detallado para ver su estado de salud y determinar si se podían desarrollar más. De esta forma sacaría a los más débiles del grupo, y a los más obesos.
La tercera prueba radicaba en una carrera de obstáculos de libre recorrido, donde tenían que atravesar un sector de campo, otra de bosque, y otra de ciudad, un día por cada una. Podrían tomar el camino o avanzar como lo estimaran conveniente, siempre y cuando llegaran al objetivo antes del tiempo asignado.
La cuarta prueba consistía en una prueba de tiros con ballesta y combate con espadas y lanzas.
La quinta prueba volvía a ser una sicológica, esta vez más intensa. De esta forma de trataba de inculcar dentro de los aspirantes un sentimiento de unidad y lealtad entre ellos su líder.
La sexta prueba consistía en una carrera de obstáculos de un día entero, en el que tendrían que partir en el bosque, luego el campo, y finalmente la ciudad, para llegar al destino especificado antes de que acabara el tiempo. Esto se realizaría en rondas de 4 equipos, y se evaluaría tanto a los individuos como a las agrupaciones. Los grupos serían mezclados y el recorrido cambiado durante las 3 ocasiones en las que se realizaba la prueba, dando 3 días seguidos para cada aspirante.
La séptima prueba y final consistía nuevamente en una prueba sicológica, esta vez aún más dura. Una vez terminaran, los que quedaran seleccionados podrían competir en una serie de combates de practica individuales y en equipo entre ellos para obtener los lugares dentro de la unidad. Para realizar la tarea de todas esas pruebas, Zorzal contaba con 40 soldados de la guardia pretoriana y las legiones que le habían jurado lealtad a su persona, y se había comprobado que no aceptarían sobornos de terceros. Con todo listo, Zorzal se paró frente a la entrada de su casa, llamando la atención de toda la multitud allí reunida.
Zorzal el Caesar: ¡Buenas a todos!
Aspirates: Saludo!!
Zorzal el Caesar: ¡Todos sabemos porque están aquí, por lo que me ahorrare los discursos largos! ¡Para entrar a la nueva unidad de élite del Imperio, tendrán que atravesar una serie de 7 pruebas que contemplan tanto partes sicológicas como físicas! ¡Desde ya les digo, al que quiera entrar solo por ser noble o gran comerciante, y quiera estar aquí solo por seguridad política o rentabilidad económica, puede irse por donde vino! ¡Además, si quieren retirarse durante las pruebas, pueden hacerlo sin ninguna vergüenza! ¡Esta será la unidad más selectiva del ejército, y es comprensible que no todos puedan entrar! ¡Si alguno se retira luego de no dar más, si es evaluado positivamente se le dará un bono monetario, e incluso la oportunidad de volver a intentarlo! ¡Eso es todo! ¡Los que aún quieran intentar entrar, acérquense a los soldados que están ubicados a la derecha de la entrada! ¡Y recuerden, si alguno intenta sobornarlos, puede dar por perdida su oportunidad! ¡Eso es todo, espero verlos mañana!
Y con esas palabras, Zorzal entro de nuevo a su palacio. La gran cantidad de seres se formó en filas poco ordenadas para inscribirse, mientras disimuladamente los 1.000 mercaderes y nobles que intentaran usar la unidad naciente como puesto de seguridad abandonaban el reciento. Al anochecer de aquel día, Zorzal recibía el número de inscritos: 138.561.
Palacio de Zorzal. 3 días después. Campos de los alrededores.
Los días anteriores habían sido utilizados para medir las actuales y posibles aptitudes físicas de los interesados. Esto permitió sacar instantáneamente a cerca de 20.000 pretendientes, reduciendo notablemente la carga de inspeccionar el desarrollo de las pruebas a Zorzal y sus ayudantes. En grupos de a 250 personas, los aspirantes realizaban el tramo de campo según lo estimaran conveniente, analizando los ayudantes de Zorzal los medios, el esfuerzo, los resultados y el tiempo. La prueba de campo resulto ser la más fácil, sacando apenas a 3.000 personas que en su mayoría no les dio el esfuerzo físico o desistieron. El número seguía siendo grande, pero era apenas la primera etapa de la tercera prueba.
Bosques cercanos. 3 días después.
Desde sus plataformas de observación, los ayudantes y el propio Zorzal observaban el desempeño de los voluntarios en la carrera del bosque. Esta vez, la gran cantidad de elementos pusieron a prueba la imaginación y el uso práctico del entorno, logrando sacar del grupo a 10.000 personas que no pudieron llegar a tiempo, se perdieron, o se retiraron.
Zorzal pensó para sí mismo : Están bajándose muchos, pero aún queda diez veces el número que me puedo permitir. Esperemos que las siguientes pruebas sigan bajando sus números.
Las pruebas de la carrera en la ciudad, en una zona evacuada de civiles, redujeron el número en 5.500 más. El número de aspirantes aún rondaba los 100.000.
Patios, Palacio de Zorzal. Días después.
Uno de los mayores filtros de las pruebas impuestas por Zorzal. El combate con espadas, y lanzas fue una gran prueba, aunque se podía luchar con todo lo que se tuviera a mano. La idea era que tuvieran una iniciativa que les permitiera sobrevivir en cualquier tipo de lucha, aprovechando su entorno y a su oponente. De esta forma, se destacaban tanto los que luchaban bien con la espada, como los que luchaban bien con lo que fuera. Pocos fueron los que se retiraron a estas alturas, e incluso pocos pudieron ser eliminados en esa prueba: solo se retiraron o fueron echados 2.000.
Sin embargo, las pruebas de tiro con ballesta y arco arrojaron otros resultados. Con blancos a distintas , se distinguió a los que tiraban bien, los que aprendían rápido y los que lograban improvisar para mejorar o dar en el blanco. Además, se evaluó tiro estático y tiro en movimiento, tiro con ballesta y con arco. Luego de esa prueba, el número de aspirantes descendió abruptamente hasta los 60.000 efectivos, la mayor parte de ellos con un resultado apenas sobre el promedio. Zorzal, ha futuro, planeaba armar una unidad de ballesteros y una de arqueros, para poner en práctica dos conceptos que había desarrollado durante su estudio militar y que pudo comprobar durante el combate contra el enemigo de otro mundo: potencia de fuego y precisión. Los arcos podían dar potencia de fuego, pudiendo disparar varias flechas a la vez, sin embargo, carecían de la precisión y alcance de las ballestas. Debido a eso pensaba crear ambas unidades y complementarlas entre sí.
Palacio de Zorzal. 1 Semana después.
Nuevamente, se volvían a arrojar resultados. La nueva prueba sicológica fue infinitamente más dura que la anterior según los propios encargados de realizarla, y provoco una baja de 30.000 almas entre las filas de los aspirantes. Durante las dos semanas siguientes, en los campos, bosques y barrios de la ciudad de combatió entre los diversos grupos de aspirantes, buscado alzarse victoriosos con el cupo dentro de las selectas fuerzas de Zorzal. Luego de la primera ronda de ejercicios combinados de movimiento y combate, 10.000 personas se retiraron. Luego de la segunda ronda, solo 5.000. Con los 15.000 restantes, apenas el 10% del grupo original que se presentó en el palacio, la tercera ronda se realizó. Esta, más exigente que la anterior, apenas logro sacar a la exigua cantidad de 500 personas. Desesperado por filtrar a los miembros de su unidad, Zorzal utilizo una táctica secreta.
Les dio la noche libre a los aspirantes, dándoles una pequeña paga y otorgándoles permiso para ir a la ciudad durante la noche. Con discreción, los ayudantes de Zorzal, y el mismísimo príncipe, siguieron a los reclutas durante su trayecto, anotando quienes cometían atropellos, quienes se emborrachaban, quienes violaban, entre otros. Para el mediodía del día siguiente, el grupo clasificador ya se había hecho una idea de a quienes había que echar: es así como 8.000 personas fueron expulsadas sin mayor explicación que una lista de actos "vandálicos" realizados durante la noche, quedando cerca de 4.500 efectivos. No hubo necesidad de la séptima prueba. Bajo la puesta de sol, y frente al palacio del príncipe, le juraron lealtad a Zorzal.
Las escuadras de Zorzal nacían, y con ellas, la que forjaría una breve leyenda dentro del Imperio.
Orilla del río, cercanías de Alnus. Enero de 1942 (Calendario Gregoriano).
Por las cercanías de Alnus se encontraba patrullando un hasta ahora desconocido vehículo: un jeep. Encima de este futuramente mítico vehículo de tracción 4x4 se encontraban un oficial del Heer alemán, un oficial del Marines Corps y por último uno del US Army, este último conduciendo.
???: y como les decía, esta pieza de maravilla dejara en ridículo cualquier similar que tengan. ¡Es el futuro de los vehículos de reconocimiento!
Se jactaba Alejandro Fernández, el español en el ejército estadounidense, mientras conducía peligrosamente el auto que aguantaba todos los golpes recibidos por el terreno.
Karl Smichtd: ¿¡Donde mierda aprendiste a manejar así!?
Pregunto alteradamente Miller, aferrándose al vehículo y, por ende, a su vida.
Alejandro: En la calle, ¿por?
Karl Smichtd: ¡Mi vida fue corta fue un placer conocerlos a ustedes los veo en el más allá!
Karl hablaba tan rápidamente que apenas se le entendían las palabras del inglés con marcado acento alemán. Muerto de risa, el oficial del ejército estadounidense freno de golpe, mandando de cabeza al oficial del cuerpo de marines. Karl logro quedarse dentro del jeep, no por eso en su asiento mientras que miller bajaba del jeep para hacer algo.
Karl Smichtd: ¡Suficiente! ¡Dame ese condenado asiento! ¡Desde ahora conduzco yo!
Alejandro: ¡Ni hablar, ustedes nos pueden robar nuestra tecnología!
Karl Smichtd: ¿No es un poco tarde, considerando que compartimos una base militar entera?
Alejandro: Ah... sí, es cierto. Bueno, aquí tienes. Pero ten cuidado, esto no es un condenado tanque.
Karl Smichtd: Como si yo fuera el que lo conduce. Y no voy sobre un tanque.
Mientras realizaban el cambio de asientos, Miller logro volver a subir al jeep, previo vómito de su desayuno.
Miller: Por favor díganme que ya paró todo.
Karl Smichtd: No te preocupes, le quite el puesto a ese desgraciado.
Miller: Solo prométeme que no manejaras rapi... ¡AAAAAHHHHHH!
El oficial alemán acelero de golpe, conduciendo de una forma ligeramente más descuidada que el estadounidense debido a su falta de conocimiento del vehículo. Eso no evito, sin embargo, que disfrutara del camino. Luego de andar unos 10 minutos volvió a frenar, para que Miller terminara de descargar su desayuno.
Miller: Los odio... a todos...
Murmuro antes de caer al suelo sujetándose el estómago.
Alejandro: Mira el lado bueno, al menos no estás muerto.
Karl Smichtd: Esto... es... ¡Una maravilla! ¡Cuando terminemos aquí comprare uno de estos para salir a conducir al campo! ¡Tienes razón, esto es el futuro! ¡Adiós complicados vehículos blindados 222, adiós, adiós!
Alejandro: ¿Qué te dije? También pienso llevarme uno a casa cuando acabemos aquí.
Mientras el par perteneciente a los ejércitos de tierra conversaba sobre la maravilla tecnológica allí presente, Miller se levantó a duras penas de su martirio. Mientras se recomponía, noto que el sol fue tapado por algo.
Miller: ¿Qué demonios? Que yo recuerde esto estaba despejado...
Murmuro mientras miraba hacia arriba. Un ojo de considerable tamaño le devolvió la mirada, junto a un cuerpo gigante cubierto de escamas, volando a una altura no muy alta. El oficial marine no tuvo que conectar muchas cosas para darse cuenta de que pasaba.
Miller: ¡Dragón! ¡Hay un condenado dragón mirándonos feo, y no sé ustedes pero no quiero morir como barbacoa!-Grito mientras se subía al asiento del copiloto, según su experiencia, el más seguro.
El par de oficiales dejo de hablar para observar a la "lagartija roja gigante" acercarse a ellos con una mirada de depredador. No hicieron falta palabras para que ambos saltaran sobre el vehículo, Karl sobre el asiento trasero y Fernández sobre el asiento del conductor mientyras miller por atras . Al poco tiempo el grupo arrancaba lejos del monstruo detrás de ellos, quien al ver escapar a su presa más rápido de lo planeado acelero su vuelo. Miller no demoro nada en tomar la radio que echo adentro ante de salir por precaución, mientras el jeep desfilaba hacía la base paralelamente al río.
Miller: ¡A cualquier maldita unidad de fuego o apoyo que me escuche! ¿¡Me escucha alguien!? ¡Necesitamos ayuda, ya!
Marino: Este es el USS McDougal, prestando el apoyo requerido. ¿Cuál es la situación?
Miller: ¡Pues usen esos malditos binoculares, hay una puta y condenada lagartija gigante sobre desarrollada voladora roja siguiéndonos a toda velocidad!
Un rugido de fondo sonó, el cual claramente llego hasta el operador de radio del navío
Miller: ¡Vamos paralelos al río, acercándonos a la base! ¡Y díganle a los artilleros que preparen sus armas, que tendrán algo de acción si eso se asoma a Alnus!
Marino: Recibido, ¿a qué distancia de la ladera de Alnus están?
Miller: ¡10 kilómetros y acercándose! ¡Dígales a todos que preparen sus armas! ¡De paso que las armas de la muralla se apresten también!
Marino: Recibido, sigan avanzando. Lo recibiremos con una sorpresa.
El grupo siguió andando hasta que visualizo el fuerte de Alnus y sus piezas de artillería, con sus navíos formados y preparándose para disparar. Karl tomo las coordenadas que fueran necesarias para la precisión, mientras Miller hablaba por la radio a todas las piezas de artillería y al buque clase Porter para darles las medias que calculaba Karl.
Karl Smichtd: ¡Atención a todos! ¡Misión de fuego! ¡Distancia: 4.500 metros, altura: 300 metros, posición: referencia el río, 100 metros a la izquierda! ¡Apunten a la cabeza!
Marinos: Recibido.
Artilleria: Piezas listas.
Mayor Chaffin: Cuando ordene.
Alejandro: ¡Abran fuego! ¡Manden a ese bastardo con la puta que lo pario!
La súbita explosión de los cañones de las piezas de artillería, antiaéreos y cañones navales sacudió la atmosfera del lugar, y el dragón se vio empujado de vuelta por una fuerza que provocaba explosiones alrededor de su cuerpo.
Karl Smichtd: ¡Efecto confirmado! ¡Corrijan altura, 25 metros más!
Marino:Listo.
Artilleria: Esperando órdenes.
Mayor Chaffin: Ángulo corregido.
Karl Smichtd: ¡Fuego!
La nueva andanada de ataques impacto en la cabeza y cuello del dragón, quien sintió que debería evacuar lo antes posible. Sin embargo, eso fue observado por los oficiales en el jeep cerca de él que no dejarían que se escapara para dar más problemas.
Karl Smichtd: ¡Efecto confirmado! ¡El maldito trata de escapar, no lo dejen! ¡Fuego a discreción! ¡Qué muera el desgraciado!
El dragón sintió como una lluvia de proyectiles poderosos golpeaba la parte superior de su cuerpo, evitando que se moviera y provocándole cada vez más daño. Sus escamas, resistentes contra todo lo que se les opusiera, empezaban ya a quebrarse por la acción constante del bombardeo. Lo único que pensó en hacer fue en acabar con los 3 enemigos bajo él, por lo que preparo su aliento en llamas para calcinarlos a todos. A pesar de eso, un tiro de fortuna impacto en su mandíbula, provocando que su fuego estallara. A los pocos segundos, otro tiro del bombardeo impacto en su ojo, arrancándole un largo y profundo grito de dolor y agonía. Con sus últimas fuerzas cayó al suelo, donde murió abatido.
Miller: ¡Alto el fuego, alto el fuego! ¡Esperen confirmación de su estado!
Ordeno Miller por la radio en lo que el jeep se acercaba al caído animal. Cuando estuvieron frente a él Karl disparo algunos tiros de su MP40, los cuales observo que rebotaban frente a las escamas.
Karl Smichtd: Esta cosa es resistente. No me extraña que necesitáramos tanto para derribarla.
Miller: Silencio
Ordeno Miller mientras se agachaba cerca de la cabeza. Luego de escuchar algunos segundos y colocar su mano frente a la nariz y boca, volvió con los otros.
Miller: No respira. Está muerto
Se quitó su casco y se limpió el sudor de su frente, acción imitada por su colega del ejército. Karl por su parte comprobó la dureza de las escamas con su bota, ideas surgiendo en su mente.
Alejandro: No puedo creerlo. Nos cargamos un puto dragón, tío, un jodido dragón
Alejandro empezó a hablar en español en su incredulidad. Karl y Miller se miraron antes de arrastrarlo de vuelta a su vehículo, volviendo a la base. La gente celebro hasta la noche la muerte de una gran amenaza para ellos, repartiéndose nuevamente alcohol y cigarrillos. Entremedio de toda la celebración, nadie noto que un par de semiorugas de la Division "Das lanze" salieron de la base y, por los no vigilados caminos descontaminados, llegaron donde estaba el cadáver del dragón guiados por el hauptmann Schmidt, donde se dedicaron a extraer múltiples escamas del cuerpo.
Tenitente: Tenías razón. Son probablemente más duras que el blindaje de un Panzer, aunque no habría suficientes como para hacer más que un par.
Capitan Karl Smichtd: Tengo mejores ideas que utilizarlas para hacer panzer. Por ejemplo, forrar nuestros lanzallamas con esto hará que no exploten en llamas. O por ejemplo, las placas de los cañones antitanque.
Teniente: Eso será cosa de los altos mandos. De momento contentémonos con llevarnos las que podamos. Tendremos que estar de vuelta en 2 horas.
Cercanías de Alnus. Finales de Febrero de 1942 (Calendario Gregoriano).
Duran: Primero los rumores sobre la derrota del Imperio, luego el llamado al reclutamiento masivo, y por último, la llamada a luchar contra este enemigo desconocido. No me gusta esto para nada.
Soldado: ¡Señor!
Le llamo la atención un soldado a caballo, quien se acercó a él antes de hablar
Soldado: Hemos detectado algunos exploradores enemigos, quienes luego de vernos anotaron unas cosas y salieron a la carrera. ¿Los perseguimos?
Duran: No, sería una pérdida de tiempo y energías. De todos modos notarían nuestra concentración de fuerzas, por lo que lo ideal sería reagruparnos con los otros reinos y el ejército imperial.
Soldado: ¡Si señor!
El soldado volvió a su puesto en la columna mientras Duran examinaba a sus hombres con la mirada. Sus hombres marchaban camino a la ubicación designada para el campamento de los ejércitos aliados, nombre con el que se conocían los ejércitos de diversas naciones que combatirían junto al ejército imperial para liberar la región sagrada de Alnus. Pero a pesar de eso, no paraba de tener una mala sensación de todo esto, un instinto desarrollado a lo largo de varios años de campañas militares, una de las cuales le había costado su ojo izquierdo. Luego de una hora su ejército empezó a entrar al campamento, y cuatro horas más tarde sus tropas se encontraban establecidas, y él, sentado junto a los otros reyes, príncipes y generales aliados.
Duran: Respóndanme una duda
Duran: Se supone que están en Alnus o sus alrededores las legiones VI y VII, ¿Por qué no nos las hemos encontrado?
Rey de Mudwan: Yo tampoco las he visto, ni a los generales que las comandaban - Respondió
Principe League: Yo vi un campamento de ellos, pero no eran muchos. Apuesto unos 500 o 1.000. Tal vez un puesto avanzado de alguna clase
Rey de Mudwan: Me topé con una de sus patrullas en mi camino aquí. No hablamos mucho, pero supe que están dispersos en grupos pequeños, con su número algo menguado debido a los enfrentamientos y escaramuzas con el enemigo. Los generales están muertos, pero algunos legionarios tomaron sus lugares y dicen estar dirigiéndolos mejor que sus antiguos líderes.
Duran: ¿Es en serio? ¿Alguna noticia sobre el número actual de imperiales?
Rey de Mudwan: No el total, pero están dispersos en campamentos de entre 1.000 y 2.500. Dicen que si atacan a los enemigos en grandes cantidades se formara una batalla campal que no pueden afrontar debido a la diferencia de número.
Duran: Entiendo...
Duran empezó a pensar, tratando de relacionar los hechos. Se dio por vencido pronto, para pasar a algo más importante
Duran: ¿Cuál será el plan para la batalla de mañana?
Rey de Mudwan: Avanzare yo junto a algún otro ejército como vanguardia. Unos 10.000 hombres entre ambos deberían estar bien, el resto se dispersa detrás nuestro para cubrir terreno. Así, una vez que se centren en la vanguardia, el resto los flanquea, rodea y aniquila
Propuso el rey de Mudwan. El resto le aplaudió la idea, y se nomino al rey de Alguna para ir junto a él. El príncipe de League iría más atrás para poder socorrerlos en caso de apoyo. Cuando la reunión terminaba, entro un mensajero de las tropas imperiales.
Soldado impèrial: Saludos, majestades
Saludo el mensajero
Soldado Imperial: Vengo de parte de nuestros líderes para informarles sobre el estado de nuestras tropas
Espero a que los reyes y príncipes se acomodaran antes de continuar
Soldado imperial: La VI Legión fue aniquilada en su expedición al otro lado de la puerta, por lo que cuenta con muy pocos efectivos. Digamos unos 1.000 hombres. Ellos servirán como fuerza de retaguardia en caso de retirada, y protegerán nuestros suministros y caminos
Algunos reyes abrieron desmesuradamente ojos y boca ante la noticia, pero decidieron prestarle más atención al mensajero
Soldado imperial: En cuanto a la VII Legión, sus efectivos actuales se contabilizan en alrededor de 12.000 hombres, quienes se encuentran preparados para actuar en caso necesario. Esperamos sus órdenes, aunque el legionario Marcus sugiere que ataquemos por la orilla del río y por el lado contrario de donde se encuentra este, para tener que dividir sus fuerzas.
Duran: No. Ya establecimos un plan de batalla. Lanzaremos un ataque frontal con 10.000 hombres en cabeza, por lo que indícale a los legionarios al mando que envíen a sus hombres a nuestro campamento y se pongan bajo las ordenes de Duran. Eso es todo, puedes retirarte
Ordeno categóricamente el rey de Mudwan. El mensajero solo se despidió y salió a la carrera, alejándose al galope por el campamento.
Soldado imperial(Pensamiento): Nobles y orgullosos, por eso se pierden tantas vidas. No dejarían que su plan lleno de gloria sea opacado por uno propuesto por un soldado "común". Espero que se les habrán los ojos con la masacre que les aguarda-
Pensó mientras se alejaba. Y es que este soldado era efectivamente Marcus, uno de los legionarios que se había destacado comandando a los suyos luego de que sus generales murieran en la Primera Batalla de Alnus. Fue en persona para comprobar la actitud de los reyes y monarcas que comandarían el asalto, y se llevó la amarga impresión que se llevaba la mayoría de las veces. Arrogantes.
A diferencia de lo que pensaban los comandantes de los ejércitos aliados, los comandantes provisionales de las legiones VI y VII si habían recibido instrucciones del Imperio, más concretamente de Zorzal. En esas cartas secretas, enviadas por su mismísimo ayudante, se les comunicaba que quedarían oficialmente en sus cargos y las legiones se convertirían en grupos pequeños de combate. Además de eso, se les ordeno que mencionaran datos e información falsos para confiar a los ejércitos aliados y así fueran masacrados, de modo que dejaran de ser una amenaza para el Imperio. Y también incluía, obviamente, que no involucraran más tropas que las necesarias para parecer que combatían, salvaguardando la mayor cantidad de soldados posibles.
Marcus: Estos ingenios
Comento mientras galopaba lejos del campamento
Marcus: Recibirán pronto una aplastante muestra de realidad. Ya es hora de que desciendan de su nube de arrogancia.
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La noche había caído, y con ella, el sueño. Los millares de tropas aliadas se habían entregado al sueño, mientras los escasos centinelas dispuestos bostezaban y se balanceaban producto del agotamiento de la marcha hasta aquel lugar. Ciertamente, para la extensión del campamento 100 guardias, de los cuales un número decente debía vigilar las tiendas de los monarcas, eran pocos vigilantes. Pero nadie esperaba nada. No estaban más como una formalidad, si es que a alguien se le ocurría enviar algún mensajero u ocurría algo.
Era cerca de la una de la mañana, y la mitad de los vigías de las puertas yacía dormido o estaba a punto. Los más conscientes sintieron un ruido suave por las afueras del campamento, detrás de las colinas. Restándole importancia o asumiendo que provenía del río, no les prestaron atención, pese a ser un murmullo constante que al poco tiempo empezó a hacerse más fuerte. Empezaron a despertarse entre ellos, pero aún no alertaron a nadie del campamento. Finalmente, el ruido se detuvo en su mayoría, ocurriendo algún rato más de forma leve antes de detenerse. Después de unos minutos la calma había regresado a la noche, y la guardia fue bajada. Los guardias empezaron a relajarse, inconscientes del peligro que se aproximaba.
La quietud de la noche fue rota de súbito, mediante una sucesión de luces y ruidos provenientes de las colinas que rodeaban el campamento de los ejércitos. Casi al segundo, explosiones empezaron a sucederse en todo el campamento aliado, provocando gritos, alarma, caos. Los soldados salían de sus tiendas sin sus armaduras, corriendo, lanzándose a donde fuera que pudieran encontrar algo para protegerse. Segundos después de que terminaran las últimas explosiones, estas volvieron a comenzar en lugares distintos, repitiéndose toda la corrida de luces en las colinas. Esto se repitió dos veces más, hasta que las explosiones comenzaron a menguar, dejando a su paso fuego y muerte. Pero poco después de que el ruido se apagara, y solo se escucharan los lamentos de los heridos, un ruido similar al murmullo de antes que todo empezara, pero más suave, llego a los oídos de los soldados. Extraños carros de metal que llevaban gente encima aparecieron de entre la oscuridad que había más allá de los fuegos del campamento, internándose en este, y desatando un caos mayor. Arrollaban, aplastaban. Sus tripulantes despedían agujas invisibles de muerte mediante unos cortos palos de acero, mientras otros usaban unos más largos que despedían una gran cantidad de estos, formando líneas amarillas que atravesaban, masacraban y mutilaban a los hombres y caballos. En algunos de estos carros había personas con grandes bolsas metálicas a sus espaldas, que mediante unos palos de metal más grandes despedían fuego desde la parte trasera de los carros metálicos. De vez en cuando se arrojaban extraños palos de madera con una punta grande de color negro, solo para explotar y devastar a quien se encontrara cerca. El caos que ya se presentaba luego de las explosiones aumento exponencialmente con estos enemigos desconocidos nocturnos, quienes luego de 10 minutos de masacre se retiraron de nuevo al refugio de la oscuridad de la noche. Apenas habían salido de los límites del campamento, cuando los fogonazos y explosiones desde las colinas empezaron a llover nuevamente. Después de unos minutos, súbitamente pararon, escuchando el mismo murmullo que cuando aparecieron.
30 minutos había durado, y el daño hecho era irreparable. Duran así lo comprendió mientras observaba, armado solo con su casco y una espada, mientras observaba las ruinas ardientes del campamento a su alrededor. Junto a él, su ayudante y unos guardias que corrieron a él cuando todo comenzó. Negando con la cabeza se dirigió a la tienda de mando, la cual de milagro seguía intacta, para reunirse con los otros monarcas y generales y evaluar los daños. Mientras caminaba, le ordeno a su ayudante y a todos los soldados menos uno que fueran a contabilizar las bajas de los soldados de Elbe. Luego entro a la tienda, donde tomo una botella de algún líquido alcohólico y se sirvió un vaso que vació de golpe, y se sentó a la espera de las noticias.
Solo la mitad de los reyes llego.
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