Parte 7
Lector Pov:
Región especial - Capital de Sadera:
El senado era un caos desde que llegaron las noticias de las invasiones a los distintos gates, todos estaban conmocionados ya que no habían obtenido ni una sola victoria y habían sido brutalmente derrotados en todos los frentes. Por lo que se llevo a cabo una reunión en el senado con la presencia del rey para determinar que deberían hacer ante este desastre.
Marques Garcel: "¡Esto es una tragedia su majestad! ¡Hemos perdido una cuarta parte o mas de nuestras fuerzas en todas las incursiones, y no tuvimos ni una sola victoria! ¡¿Como piensa compensar este desastre sin precedentes?!"
Emperador Molt: "Marqués Garcel, comparto su preocupación. Yo también paso noches de insomnio de señores extranjeros que se levantan contra nosotros como uno solo. Sin embargo en cada época de crisis, ¿no nos hemos unido y luchado? Como la Guerra del Ártico hace doscientos cincuenta años. No me acuses de ser invencible."
Senador random: "Pero, ¿cómo piensa solucionar esto? Los enemigos se han atrincherado en sus respectivas posiciones y su magia explosiva arraso con nuestras tropas, solo pudimos traer unos cuantos esclavos de la colina de Alnus pero nuestras caravanas que debían traerlos a la capital fueron atacadas. Presumiblemente los del otro mundo enviaron sus tropas para rescatar a su gente, eso es preocupante ya que parecen ser imparables y ni un solo esclavo llego a nuestras manos."
Apenas el senador termino de hablar, los generales o senadores a cargo de las expediciones pasaron al frente. Todos recibieron miradas de burla o condescendencia por parte de los otros miembros del senado, otros los miraban con furia o vergüenza culpándolos a ellos del desastre que sucedió.
Senador 1: "Miren que incompetentes."
Senador 2: "¡¿Con que excusa vendrán a justificar sus fallas?!"
General 1: "¡Nuestros ejércitos son invencibles, de seguro perdimos por la incompetencia de estos idiotas!"
Godasen: "¡Silencio, ustedes no estaban ahí! ¡No tienen idea de lo que sucedió ni los horrores que hay mas allá del gate!"
Emperador Molt: "Silencio, ahora por favor cuenten en detalle todo lo que ha sucedido."
Tragando saliva, Godasen y el resto de generales contaron su terrible experiencia cuando cruzaron los gates. Cada uno conto en detalle los horrores que enfrentaron, humanos que manejaban poderosa magia explosiva y bestias de combate que eran puro musculo y fuerza bruta o carruajes mágicos que parecían estar hechos de metal y que no eran tirados por caballos. Sus declaraciones fueron recibidas con horror pero en su mayor parte con incredulidad ya que varias cosas no parecían ser posibles, algunos recibieron burlas cuando mencionaron que golpearon con sus espadas a algunas personas del otro mundo pero estos repelieron sus ataques como si sus cuerpos estuvieran hechos de metal.
Lo que si preocupo a Molt, fue la declaración de unos extraños barcos terrestres que cruzaron el gate y arrasaron con parte de sus tropas. Esa noticia quería decir que el enemigo ya estaba dentro de territorio imperial, por lo que tendría que ser cauteloso; por otro lado no habían recibido información del gate que se abrió en el mar de Proptor ni del gate que se había abierto en unas montañas por lo que pensó en dejarlas de lado por el momento. Pero entonces llego corriendo un mensajero, el cual se veía pálido y su rostro denotaba cansancio por el largo viaje que había hecho.
Mensajero: "¡Malas noticias, traigo noticias de Proptor! ¡La ciudad ha sido conquistada, un grupo de caballeros equipados con mucho metal y magos de combate desembarco en Proptor! ¡Toda nuestra flota fue aniquilada, todos los nobles han sido asesinados! ¡Solo yo pude escapar y traer este mensaje!"
Apenas termino de hablar, el mensajero se desmayo por lo que Molt ordeno que le dieran un buen lugar para descansar. La noticia conmociono a todos, ya que ahora una de sus ciudades había caído fácilmente ante los enemigos de otro mundo por lo que Molt se levanto de su trono y dio una orden.
Emperador Molt: "¡No podemos permanecer inactivos en este momento!" "¡Eso no nos deja más remedio que luchar! ¡Envíe enviados para solicitar refuerzos a nuestros vasallos! ¡Para combatir a estos invasores de otro mundo que buscan conquistar este continente, reuniremos todo nuestro poder y recuperaremos nuestros territorios!"
Los lideres militares aplaudieron entusiasmados, aunque la realidad era que Molt esperaba que sus enemigos acabaron con los ejércitos de los estados vasallos para evitar que estos aprovecharan la debilidad del Imperio para revelarse. Si los estados vasallos ganaban, el Imperio se quedaría con la victoria y si perdían entonces estos no tendrían poder para revelarse por lo que Molt sonrió ya que sabia que de todas formas el Imperio seguiría estando en la cima.
Colina de Dalmus:
Meiru: "¡Oh por la mierda! ¡¿Es que acaso esos salvajes no aprenden o que?!"
Lance: "¡Ya matamos a cientos de miles de los suyos! ¡¿Por que entonces mandaron 150 mil a nuestra posición?!"
Crescent: "¿Matamos? ¡Tu no participaste en la batalla!"
Lance: "Eso no era batalla, era un desperdicio de munición."
Tidesinger: "Lastimosamente debo estar de acuerdo contigo, podemos matar a esos enemigos sin problemas pero también desperdiciaríamos un montón de munición. Tenían que atacarnos cuando falta tan poco para el invierno."
War: "Eso lo sabemos todos, no podemos darnos el lujo de gastar mucha munición en esta batalla."
Meiru: "¿Y si lanzamos una bomba atómica antes de que...?"
Todos: "¡NO!"
Meiru: "Solo decía."
Tidesinger reflexionaba en silencio mientras sus compañeros discutían que hacer en esta situación, que los atacaran con tal cantidad de tropas había sido algo inaudito. Especialmente después de haber matado a varios de sus ejércitos, y lo que les preocupaba era el alto consumo de municiones que necesitarían para eliminar a un ejercito de ese tamaño. No todos tenían la logística para abastecerse de tal cantidad, después de todo estaban en un mundo postapocalíptico y su prioridad había sido establecerse para conseguir mas recursos pero aun necesitaban mas tiempo para localizar lugares con los recursos que necesitaban.
Tidesinger entonces pensó en como podrían superar esta molestia, no quería usar armas nucleares ya que no quería convertir este mundo en otro paramo. Además, la prisionera que había rescatado Lance les había proporcionado información crucial ya que ella se llamaba Noriko y aparentemente era de un mundo diferente al suyo. Una versión de la Tierra donde no hubo tercera guerra mundial por lo que el mundo no era un paramo, entendió la necesidad de llevarse bien con ellos por lo que mando a sus espías para que rescaten a mas prisioneros japoneses para dar una buena imagen. Dejando eso de lado, vio a un lado de la tienda donde estaba la princesa Rosa bastante apegada al conde Colt el cual se había casado con la princesa la cual lo veía atractivo aunque lo hizo también para tener derechos sobre las tierras agrícolas que el conde gobernaba. Tidesinger pensó y entonces tuvo una idea, aunque eso revelaría unas cuantas tecnologías de su facción la verdad no le importaba ya que ni los tecnócratas tenían los recursos para imitar su tecnología o robarla.
Tidesinger: "Conde Colt, ¿decías que estas montañas eran territorio sagrado?"
Colt: "Claro que si, después de todo aquí es donde principalmente se abren los gates. Aunque en la practica sea territorio baldío."
Tidesinger: "Interesante."
War: "¿Que estas planeando muchacho?"
El chico solo sonrió mientras contaba su plan a sus aliados, donde podrían expulsar al enemigo con una perdida mínima de munición.
En el campamento de las fuerzas vasallas:
Las fuerzas vasallas se reunieron cerca a las colinas de Alnus y Dalmus; dividiéndose en dos grupos para atacar cada colina. Cada uno de ellos estaba ansioso por la guerra y deseaba bañarse en la gloria y el honor de derrotar a un enemigo poderoso. Mientras los líderes hablaban ruidosamente de su victoria, solo a un hombre no le gustó cómo se sentía esta situación.
El rey Duran veía preocupado un enorme domo de luz que cubría al ejercito de Dalmus, su mago personal estaba desconcertado ya que no sentía magia de esa cosa por lo que varios pensaron que era una ilusión o un escudo mágico muy frágil por lo que solo pensaron que podrían destruirlo con catapultas. Pero Duran estaba inquieto ya que aunque superaban al enemigo 10 a 1 y el Imperio los había descrito como enemigos insignificantes que solo luchaban con chatarra, y aunque eso era cierto vio extrañas maquinas hechas totalmente de metal que se movían solas, bestias que se veían poderosas e incluso vio especies de semihumanos que desconocía. Pero al final se sacudió esos pensamientos de la cabeza, ya que seguramente iba a ser una batalla gloriosa.
Pero iba a ser todo lo contrario, ya que tras disparar por una semana con sus catapultas no habían podido hacer nada al extraño domo de luz y bombardearlo con hechizos tampoco funciono. Habían usado una y otra vez sus rocas hasta que se rompieron en pequeños pedruscos, habían intentado cavar solo para descubrir que el extraño escudo también protegía a sus enemigos por debajo, habían intentado atacar por el bosque que no estaba cubierto por el escudo pero sus tropas habían sido emboscadas y nadie salió con vida ni siquiera para informar; algunos habían sugerido esperar a que a los magos del enemigo se les agotara su mana para poder atacarlos ya que si solo se escondían tras ese muro eso quería decir que sus enemigos eran bastante cobardes y débiles como para salir y atacarlos. El problema con esa ultima estrategia, es que los recursos de comida y agua estaban detrás del escudo y nadie había traído muchas provisiones esperando una victoria rápida.
Mas malas noticias se juntaron cuando mensajeros de la colina de Alnus vinieron diciendo que el ejercito había sido brutalmente derrotado, lo que asusto a los lideres del ejercito por lo que restringieron la información para no causar caos entre sus tropas. Pero el racionamiento estaba siendo cada vez mas estricto, lo que estaba causando preocupación por un posible motín entre los soldados por la falta de agua y comida.
El rey Duran, el rey de Alguna, el rey de Mudwan, el Duque de la Liga y la Duquesa de Iphir se habían reunido en privado; esperando encontrar alguna solución entre ellos ya que el resto de los lideres no estaban dando soluciones realistas. Pero mientras hablaban, un soldado entro corriendo en la tienda con desesperación.
Soldado: "¡Sus majestades!"
Rey de Alguna: "¡¿Que pasa soldado?! ¡¿Por que estas tan asustado?!"
Soldado: "¡Nuestros soldados, están matándose entre si!"
Todos: "¡¿Que?!"
Soldado: "¡Enormes montañas de oro han aparecido en todos los campamentos de cada reino, una fortuna inmensa y los soldados están matándose entre si para quedársela!"
Duquesa de Iphir: "¿¡Estas borracho soldado!?"
Soldado: "¡No duquesa, puede salir y verlo por su cuenta! ¡Hay montañas de oro y gemas por todos lados!"
Intrigados, los reyes y la duquesa salieron de la tienda solo para ver filas enteras de oro junto a su campamento y a lo lejos se podía ver montañas similares en los campamentos restantes. Duran mordió uno de los lingotes, comprobando que era oro de verdad y no una ilusión.
Rey de Mudwan: "¿De donde salió todo esto?"
Duque de la Liga: "¿Tal vez el enemigo lo dejo ahí como ofrenda de rendición?"
Duran: "No, no se como el enemigo trajo esto aquí pero esto es una trampa."
Duquesa de Iphir: "¿Una trampa? ¿Cómo es el oro peligroso?"
La respuesta vino cuando vieron a un par de soldados rebuscando entre el oro, uno de ellos encontró una gema azul grande y bonita. Pero antes de que pueda agarrarla, el otro soldado la agarro y la guardo en una mochila.
Soldado 2: "¡Hey, eso era mío!"
Soldado 3: "Yo lo agarre primero, relájate hombre."
Soldado 2: "¡Dame mi gema!"
Soldado 3: "Deja de perder el tiempo peleando conmigo, hay un montón de tesoro aquí. Si eres suertudo encontraras una gema mas grande, ahora déjame tranquilo que debo recolectar mas oro para mi nuevo palacio en la capital."
El soldado se alejo, suspirando molesto por estos jóvenes que no tenían respeto. Pero entonces, sintió un dolor en el estomago, viendo sorprendido que una espada lo había atravesado y a su espalda el otro soldado declaraba con locura que esa gema era de el. Pero entonces, vio a los lideres mirándolo sorprendidos, el soldado supo que estaba jodido ya que había cometido asesinato delante de los reyes por lo que le esperaba la ejecución o la tortura. Pero su solución fue alzar su espada contra ellos, después de todo eran lideres que se sentaban sin participar en las guerras y una mujer por lo que no debía tener miedo.
Soldado 2: "¡Ya no les serviré, seré el rey de mi propio territorio!"
El soldado lanzo un grito de guerra, solo para que el rey Duran lo moliera a golpes en el piso y lo matara fácilmente. Después de todo, era un hombre con 100 kg de músculos y armadura por lo que ese joven no era rival para el.
Rey de Alguna: "Veo que aun no estas oxidado."
Rey Duran: "Solo era un niño sin experiencia ni técnica."
Duquesa de Iphir: "Bueno, debo volver a mi campamento y arreglar las cosas."
Rey Duran: "¡No, no vuelvas a tu campamento ahora!"
Duquesa de Iphir: "¿Que? Pero si no hago nada, mis hombres..."
Rey Duran: "Ya es muy tarde, estos soldados solo escucharan a su sed de oro. Estos dos soldados son la mejor prueba, el enemigo realmente jugo bien sus cartas, esos desgraciados esperaron a nuestro momento de mayor vulnerabilidad para tentar a nuestros soldados con este tesoro y ahora solo somos un obstáculo para ellos. ¡Nos mataran sin titubear para quedarse con su oro!"
El rey Duran estaba en lo correcto, ya que los guardianes selectivos habían sacado algunas de sus tecnologías para este combate. El domo era un escudo que se decía era capaz de resistir un ataque nuclear y había sido bastante utilizado por los alemanes en la guerra, encontrar esta tecnología era algo bastante difícil y que los guardianes selectivos puedan desplegarla rápidamente les recordó a las demás facciones que tan poderosos eran. Para el oro, eso fue bastante mas sencillo gracias a una tecnología conocida como Pib-boy, el cual permitía guardar objetos como si fuera el inventario de un juego. Había varios bancos con sus bóvedas rotas por las bombas y varios de estos guardaban oro, inútil para las facciones del paramo pero durante una semana se dieron el trabajo de recolectarlo en pib-boys de diferentes capacidades para usarlo como cebo. Desde sus bases, las facciones del paramo veían con satisfacción la matanza, pero esto aun no terminaba.
Duque de la Liga: "Exageras Duran, seguramente tendremos suficientes soldados leales para..."
Rey Duran: "No serán suficientes, la mayoría se alisto por el dinero no por nacionalismo o amor a su patria."
Soldado 1: "Disculpe mi interrupción duque, pero es verdad. En mi campamento yo y un amigo fuimos los únicos que mantuvimos la calma, mi amigo trato de decirles a los demás que se comportaran como soldados y nuestro propio capitán le aplasto la cabeza con un mazo para luego volver a recolectar su oro. Yo fui el único que vino a avisarles, los otros soldados leales se han atrincherado como pueden, pero son pocos a comparación de los que ya perdieron la cabeza."
Todos entonces entendieron que prácticamente estaban por su cuenta, por lo que rápidamente se organizaron y con el máximo cuidado que tuvieron cada uno volvió a su campamento localizando a sus soldados leales de antemano para organizarlos en un solo grupo. El resto de soldados ya había matado a los demás reyes, ya que uno de ellos cometió la estupidez de decir que la realeza confiscaría ese tesoro por lo que se volvieron locos y los asesinaron. Los leales se juntaron con sus reyes, con los escudos listos y retirándose poco a poco para no llamar la atención del resto los cuales estaban ocupados matándose entre si y recolectando su oro.
Pero entonces, cuando solo quedaban 20 mil leales y la mitad de locos por el oro restantes habían dejado de matarse entre si, vino la siguiente fase del plan y androides disfrazados de soldados usaron sus pib-boys para hacer desaparecer el oro. Todo el oro y las gemas preciosas desaparecieron, los androides se aseguraron de hacer desaparecer especialmente aquel oro que los soldados habían recolectado y solo dejaron pequeños montículos de oro en lugares visibles. Los soldados se volvieron mas locos al perder su oro, culpándose entre si y causando una gran masacre matándose entre ellos para recolectar el poco oro que había sobrado; pero cuando solo quedaban unos pocos miles con vida esas ultimas pilas de oro también desaparecieron. Los soldados lloraron como niños mientras buscaban si siquiera había quedado una moneda, otros que entendieron que por sus actos ya no podrían volver a casa cometieron suicidio y otros solo caminaban con la mente perdida.
Aquellos soldados que permanecieron leales temblaron al ver eso, pensando que todo lo que paso había sido un castigo divino por invadir la santa colina de Dalmus por lo que se apresuraron a huir junto con sus lideres sin querer enfrentar la ira divina. Cuando estos se retiraron, las facciones del paramo enviaron un escuadrón de bestias de combate para eliminar o capturar a aquellos desafortunados que no se retiraron. Terminando el combate con cero bajas y sorprendentemente un cero consumo de munición, ya que solo se necesito de la fuerza bruta de sus bestias de combate para terminar con el trabajo.
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