🚬𔘓 ¦ Final
Sudaba frío y lágrimas caían de sus ojos inconscientemente, sus extremidades temblaban y su mente estaba en blanco. Miró a los costados de la camilla y reconoció la silueta de Hoseok en una silla durmiendo, a los segundos el moreno se despertó al escuchar la respiración agitada de su amigo.
―¿Jims?―preguntó tallandose un ojo y acercándose a la camilla―¿Qué pasó?
Jimin lo miró aterrado y Jung juró que nunca había visto esa mirada de miedo en sus ojos, acercó su mano intentando tocarlo pero el menor solo se alejó de su tacto rápidamente. El rubio lo miraba con los ojos abiertos y sus manos aún temblando.
―Si no me dices que te sucede no puedo ayudarte, Jimin ―suspiró intentando ser comprensivo pero él estaba comenzando a asustarse por el comportamiento de su amigo.
Los orbes de Park revolotearon por la habitación blanca como asegurando que no hubiera nadie más que ellos dos, cuando habló su voz salió seca y rugosa.
―Tú...¿Lo recuerdas?
Hoseok inclinó su cabeza confundido, ¿de qué demonios estaba hablando?
―¿Recordar qué?―tenía que ser más específico pues no entendía.
Jimin calló por unos minutos como si las palabras no salieran de su boca, miró hacia el ventanal y cuando juntó las fuerzas suficientes, dijo su nombre.
―A Jungkook ―habló temeroso y susurrando como si decir el nombre del corredor fuera merecedor de un castigo―Si recuerdas a Jungkook.
El ceño de su mejor amigo se frunció y realmente sentía que el menor estaba bajo efectos de alguna droga porque esa pregunta era idiota.
―¿Estás hablando en serio?―la pregunta salió seria pero la suavizó con una sonrisa―¿Te golpeaste la cabeza o la enfermera te drogó mucho?
El miedo volvió a recorrer al menor y ya sus ojos iban a largar lágrimas porque si Hoseok le respondía que no lo recordaba o cuestionaba quién era, estaba seguro que se desmayaría.
―Jimin, ¿qué tipo de pregunta es esa? Hace unas horas tú y él casi mueren, ¿cómo demonios no voy acordarme de él?―el moreno suspiró cansado―Realmente estás herido, Jims. Descansa y luego hablamos, ¿si? Te pondremos al día con los demás apenas despiertes.
Park rió suavemente y se tiró a abrazar a Hoseok que lo atrapó en sus brazos más confundido que antes, sobó su espalda calmando el llanto que no sabía cuando había empezado.
―Soñé que nadie recordaba a Jungkook y yo era el único que sabía de su existencia―explicó finalmente y Jung pudo entender el miedo―Fuiste el primero en preguntar quién era y eso me devastó, lamento haber reaccionado así antes, tenía miedo.
Estaba aliviado de que eso hubiera sido un sueño, no, una pesadilla. Se separó del contrario y le sonrió, mostrando esa sonrisa dentada brillante que el mayor ya estaba extrañando. Hoseok lo hizo posicionarse de nuevo en la camilla para él encaminarse a la puerta, sabía que luego de darse cuenta que había sido todo un sueño el rubio no tendría cansancio, así que decidió llamar a los demás.
―Son las cuatro de la mañana Park Jimin, ¿qué carajos haces tan ruidoso y feliz a esta hora?―preguntó Jaw apenas entró a la habitación, a pesar de su tono cansado recibió abiertamente el abrazo que el menor le proporcionó.
Min entró después y con los ojos algo aguados y la preocupación por los cielos fue a estrecharlo entre sus brazos.
―No vuelvas a hacerme pasar tanto susto―le susurró acariciando su cabello y luego haciendo un comentario de como la bata de hospital no estaba a la moda y que deberían cambiarla.
Golden y G se le sumaron apretujandolo en un abrazo cálido, el pelirrojo le contó como heroicamente lo arrastraron hasta el auto antes de que el hermano de Jungkook les disparara, Jimin agradeció no haber estado despierto en esos momentos. Cuando Mars entró a la habitación todos se callaron, era de publico conocimiento que el mayor era el segundo al mando de Jungkook y en esos momentos ocupaba su lugar. Ambos chicos se miraron y el menor recordó cuando el Mars de su pesadilla intentaba explicarle que no existía ese tal 'Jungkook', eliminó todo pensamiento de ese sueño y le sonrió.
―Hoseok nos contó lo que te pasó―todos los ojos de los corredores estaban centrados en el empresario―Aunque ya es obvio quiero decirte que fue una pesadilla y que este es el mundo real, Jeon Jungkook va a ser un grano en el culo de todos nosotros por un largo tiempo, no te preocupes Jimin.
Los presentes se carcajearon por el comentario del mayor y asintieron con sus cabezas estando de acuerdo, Jungkook era alguien duro de matar.
―¿Acaso están teniendo una fiesta sin mi?
El rubio giró su cabeza hacia la puerta para ver al líder de BTS agarrado del caño dónde colgaba el suero, sus ropas no habían sido cambiadas y su rostro estaba magullado. Aún así Jimin lo encontró sumamente precioso, tal como la primera vez que lo vio en el bar. Detrás de él estaban los miembros de Enhypen ayudándolo a caminar, Jake y Jay teniéndolo de los brazos y cintura mientras que Heeseung y Sunghoon estaban al lado del lastimado Sunoo.
Los pequeños ojos de Jimin estallaron en lágrimas y estiró sus brazos desde la camilla llamando a Jungkook que con un gran esfuerzo fue puesto a su lado. Inmediatamente los fuertes brazos del corredor lo rodearon y apretaron contra su torso, el cuello del menor siendo ocupado por la cabeza de Jeon.
―Lo siento, lo siento―repetía Jimin entre sollozos sin importarle ser un manojo de lágrimas y mocos delante de sus miembros y del equipo de élite.
―¿Por qué te disculpas, dulzura?―Jungkook preguntó sin saber el alivio que causó ese apodo en el menor―Yo debería pedirte perdón, perdón por no llegar a ti antes y rescatarte.
Aún abrazado al líder, Park negó con su cabeza:―Te abandoné, Jungkook, te dejé solo en ese estacionamiento siendo golpeado por tus hermanos.
Los demás chicos bajaron la cabeza ante las palabras de los amantes, había sido una situación complicada y entendían la culpa y el dolor interno de ambos. Lentamente los dejaron solos, Sunoo tocando los cabellos rubios de Jimin y asegurandole que cuando estuviera listo podría tener esa charla con Heeseung.
La puerta se cerró y ambos se tumbaron en la pequeña camilla, frente a frente se miraron por largos segundos y acariciaron sus rostros intentando que su tacto les recuerde que ellos realmente estaban frente al otro. Vivos.
―Lo siento―habló Jungkook besando la muñeca de la mano de Jimin que tocaba sus pómulos, donde yacía una marca roja de ataduras.
El menor negó lentamente y se acercó a su pecho, acomodándose perfectamente como si ese fuese su lugar correspondiente. La verdad era que Park tenía casi la misma altura que el corredor pero aún asi encajaba en sus brazos de manera ideal. Pasaron los minutos y ninguno dijo nada, disfrutaban de su cercanía, los besos, las caricias, aprovechando de darse todo el cariño y amor que no habían podido dedicarse cuando el empresario desapareció.
―Se fueron, dijeron que no iban a molestar más―susurró Jungkook trazando círculos en la cintura contraria―Soobin iba a torturarme, lo sabía, pero de alguna manera e increíblemente Yeonjun se entrometió en el medio.
Wooyoung no se sorprendió ante la acción de Yeonjun, en el fondo sabía que el de cabellos amarillos no era mala persona y que no haría daño innecesario. Solo estaba cegado por la ira y el dolor.
―Entonces, ¿finalmente estamos a salvo?―preguntó el rubio alzando su cabeza y mirando al de mullet, sus ojos brillando con adoración.
Jungkook sonrió ignorando el dolor en su rostro y se acercó a los labios contrarios, los besó cuidadosa y dedicadamente, luego se alejó y juntó sus frentes.
―Si dulzura, ya no hay peligro a nuestro al rededor.
El menor se acostó mejor entre los brazos contrarios y miró al ventanal, el sol caía y mientras lo hacía su mente lo llevó a preguntarse que había pasado con el Jeon adulto: el padre de Jungkook. No pudo seguir pensando pues su pareja comenzó a dejarle pequeños besos en su nuca, desconectandolo de la realidad. Se dejó querer y mimar, luego tendría tiempo de sobrepensar las cosas.
Al fin y al cabo estaban a salvo, ¿Verdad?
FIN
Holiis, eso es todo por el final de Gasoline and Fire, queda el epílogo que lo subiré mañana. Espero os guste y nos vemos mañana. Gracias por todo y se despide:
–almin♡
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