🚬𔘓 ¦ Capítulo 5
―¡Hey, bienvenido de vuelta!―gritó Mars yendo a abrazar a su líder con fuerza, lo estrujó un buen rato y luego los demás hicieron lo mismo. Risas y el sentimiento de felicidad llenaban el ambiente.
Jimin estaba apartado del resto, su mirada perdida en algún punto del estacionamiento. Hoseok se le acercó aliviado de verlo sano y salvo pero paró al ver su rostro serio y sin emociones.
―¿Jims?―preguntó posando una mano sobre su hombro haciendo que el otro salte en su lugar―¿Estás bien? ¿Qué pasa?
El rubio sin contestar abrazó a su mejor amigo y escondió su cara en el cuello ajeno, sus miembros inferiores temblaban y dudaba si podía seguir parado por un rato más. Jung le devolvió el abrazo algo confundido pero luego de unos segundos se dio cuenta de lo que pasaba. Jimin estaba en shock.
Después de que Hoon redobló la apuesta las cosas se habían puesto bien intensas entre los corredores, los autos chocaban y las llantas hacían un sonido que el rubio puede jurar que no se lo olvidará nunca. Aunque la secuencia de eventos que casi lo hace desmayarse del miedo que tenía fue cuando el tramposo decidió usar el propulsor para ganar.
Sabía que los corredores eran competitivos y algo rencorosos, también tercos y Jeon Jungkook era el claro ejemplo de ello. Era algo de gran conocimiento que el chico de la banda contraria a BTS era alguien que haría cualquier cosa para ganar, incluso si eso significara romper las reglas de la Ciudadela. Cuando ambos autos estaban en la recta final, a la par, los conductores mirándose como si fueran a arrancarse la yugular, Hoon presionó un botón y su auto salió disparado hacia adelante.
"Ese desgraciado" había murmurado Jungkook antes de pisar a fondo el acelerador y desviarse hacia una rampa elevada, demasiado elevada para el gusto de Park.
―Sujétate―le había dicho el del mullet antes de que las ruedas del auto dejaran de tocar el suelo en el momento que la rampa se terminó.
Después de eso Jimin recuerda haber cerrado los ojos y sentido como el automóvil donde viajaba regresaba a la pista con un gran estruendo. Una ovación se elevó al rededor de ellos cuando pararon, el menor tocó su cuerpo asegurándose de que realmente estaba vivo.
No creía que había salido ileso de esa situación pero lo que no asimilaba era que, increíblemente para su parecer, habían ganado.
Y eso merecía una celebración.
Se habían puesto a festejar, algunas cervezas en mano y anécdotas del viaje de Jungkook, el cuál lo había separado de su grupo por un largo tiempo. Cada uno estaba sentado en el capó de su auto salvo por Min que estaba con G, y Jimin que se había quedado con Hoseok y Mars.
Sus piernas ya no temblaban pero el mínimo ruido lograba asustarlo y lo entendía, había sido su primer día en un lugar desconocido con personas desconocidas y también había participado en una carrera ilegal.
¿Qué pensaría mi padre si se enterara de esto?
Prefirió no imaginar ninguna situación que involucrara al jefe de la empresa Park y bebió de su cerveza. Miró a cada uno de los chicos y sonrió, en verdad eran una familia.
―Ah, Jaw―dijo Jungkook cortando el hilo de sus pensamientos y atrayendo la atención de todos―Esto es para ti, ¡así que atrapa!
Un objeto salió volando y resplandeciendo por unos segundos en la luz blanca del lugar aterrizó en las manos del más chico de los ocho.
Los ojos del chico resplandecieron en asombro y volaron directamente a su familiar acompañados de una sonrisa con dientes.
―¿En serio es para mi? Pero si lo ganaste tú.
Jimin no entendía nada hasta que escuchó el tintineo de unas llaves. Jungkook le había regalado el auto a su primo.
―No hay problema, igualmente era hora de que cambiaras ese Yenko, porque está para la mierda―le respondió el mayor con una sonrisa juguetona ganándose un empujón seguido de un abrazo por Jaw.
Los demás chicos rieron y se sumieron en sus asuntos nuevamente dándole la oportunidad al rubio de alejarse un momento y admirar el paisaje. Sus manos se posaron en el pequeño balcón de cemento, dejó la lata a un lado y suspiró fuertemente.
La gente abajo bailaba, comía y se divertía, ¿era mucho pedir una vida así y no una dónde se pasara el resto de sus años sentado detrás de un escritorio?
Trató de imaginarse la vida que querría su padre para él, se imaginó siendo CEO de una de las empresas más grandes de Corea, teniendo una gran casa y un esposa con mismo status e ingresos altos que él. A pesar de parecer la vida que muchos querían a Jimin le dió repugnancia el solo pensarlo, él no era el indicado para manejar semejante imperio económico y la verdad era porque no le gustaba esa manera de vivir.
¿Si le iba bien? Claro que si, ayudaba en esa empresa como cada uno de los empleados que trabajaba allí lo hacía pero él no tenía ese brillo en los ojos que tenían algunos cuando hablaban de los ingresos o de como las ventas estaban yendo maravillosamente. Él no quería ocupar ese lugar de jefe porque sentía que pertenecía a alguien más, alguien cien veces más dedicado al trabajo que él mismo.
En el piso donde trabajaba había muchos que matarían por el puesto de CEO, personas que amaban el trabajo. Pensó en como Jaehyun siempre intentaba dar la mejor imagen al presentar los projectos nuevos, como Minho captaba con sus innovadoras ideas y también en como Sunghoon tomaba decisiones bajo presión a la perfección.
Cada día estaba más seguro en querer dejar esa vida empresarial atrás y salir al mundo en busca de emoción.
―¿Te sientes mejor, dulzura?
El rubio volteó su cabeza para ver al líder apoyado en la pared de cemento con un cigarrillo en la mano derecha y la típica mirada profunda. Notó que esta vez no llevaba puestas las prendas con la que lo había conocido si no unos jeans negros acompañados de una remera básica blanca, chaqueta de cuero y unas botas militares.
Ese era el estilo de BTS, ahora si se veía como todo un corredor...un corredor muy atractivo. Ante el escaneo que tuvo del mayor, Jimin se mordió el labio inconscientemente.
―Si, estoy mejor―respondió intentando calmar su mente y volvió su vista al frente―¿Cómo te diste cuenta que estaba mal? No, espera, seguro Hoseok te lo dijo.
El mayor rió y le dio una calada al objeto en su mano.
―No me lo dijo él, lo supe por como saliste del auto todo pálido y con cara de que podrías desmayarte en cualquier momento.
El rubio frotó sus manos sobre su cara murmurando por lo bajo a causa de la vergüenza. Luego de unos minutos el ambiente volvió a sumirse en silencio.
Jimin era un ser curioso y a veces pensaba que eso era una desventaja pues había momentos en que no sabía como callarse o como parar de meterse en el espacio del otro pero quería saber sobre ese estilo de vida nuevo.
―¿Puedo preguntarte algo?
―Lo acabas de hacer pero adelante, dispara.
Pensó por un rato y luego habló.
―¿Cómo es que llegaste a este lugar?―lo vió ladear la cabeza y agregó―Me refiero a cómo es que terminaste siendo el líder de un grupo de corredores.
Jungkook murmuró un "Ahh" entendiéndolo y meditó por unos segundos antes de contestarle.
―Siempre me gustaron los autos, mi abuelo era un gran fanático de ellos y lo qué sé lo sé por él―peinó sus cabellos hacia atrás y siguió―Pero llegar a ser el líder de BTS nunca estuvo en mis planes.
El menor lo miró confundido, creía que había sido su elección el juntarlos a todos.
―Un día mi primo y yo habíamos salido a pasear en mi auto, éramos jóvenes y buscábamos diversión, por eso anduvimos por las calles a alta velocidad hasta que una patrulla nos persiguió. Buscamos escondernos en algún lugar y terminamos aquí.
Jungkook suspiró recordando ese día, las luces de la patrulla cegando sus ojos, su primo a su lado, el velocímetro al máximo y el miedo, si, ese miedo de ser descubierto y atrapado. Si tan solo supieras el por qué nos perseguían, Jimin.
El rubio asintió, aún estando en esa situación Jungkook tuvo la oportunidad de irse y no volver más cuando la patrulla se fue.
―Pero podrías haber seguido tu vida normal y aún aún así volviste, ¿Por qué lo haces?―preguntó Jimin viendo como el castaño pisaba su cigarrillo que dejó una estela de humo antes de apagarse.
El mayor ya no quería seguir hablando de aquello, sentía su estómago revolverse pero no le dijo nada al rubio.
―No tenía una vida normal, Jimin―el tono de Jungkook sonó secó y el rubio pudo sentir sus vellos de la nuca erizarse, el de mullet se arrepintió de haber sonado tan frío pero siguió hablando―Llegar a la Ciudadela fue una especie de nuevo comienzo, además, correr me llena de adrenalina, me gusta el dinero y es algo divertido.
El corredor fijó su mirada en el otro, tomándose su tiempo para recorrerlo por completo. Jimin sentía cada parte de su cuerpo arder bajo los ojos del mayor y solo quiso salir de allí.
―Un bonus es que también atraigo personas gracias a mi oficio―Jungkook sonrió y tomó el mentón del menor acercando sus narices―Sobretodo chicos bonitos.
Jimin se perdió en las facciones del corredor por unos segundos pero volvió a la realidad rápidamente, con sus mejillas coloradas se alejó de Jungkook y dando media vuelta volvió con los demás.
―Ah―suspiró Jeon destapando su bebida, dió un sorbo y miró el lugar desde el balcón―¿Qué estás haciendo con mi mente, Jimin?
El empresario no salía de su cabeza y eso le ponía los pelos de punta, hacia tiempo que se había propuesto (y en parte jurado) que no tendría una relación con nadie, su vida no era la mejor para poder soportar un compromiso, temía por la seguridad de su futuro compañero. A pesar de ello, Jimin había calado en la mente del mayor desde el momento en que lo conoció y ahora Jungkook solo podía verlo a él, se sentía puramente atraído a ese rubio y le encantaría poder tener algo pero no lo permitiría.
Otra persona no saldría lastimada por él. Ya no más.
―Lo siento, dulzura―susurró al aire―Pero debes irte y no volver.
Hoseok vio llegar a Jimin y levantó las cejas expectante hacia su mejor amigo, quien le miró divertido y que con un gesto de su mano restandole importancia cerró el tema allí. La noche siguió entre risas, cervezas, juegos como las pulseadas donde Jaw les ganaba a todos, chistes malos de parte de Golden y anécdotas muy exageradas contadas por G.
―¿Te estás divirtiendo?―le preguntó Hoseok cuando Mars y Jungkook simulaban una pelea de boxeo y los demás los alentaban.
Jimin asintió y dándose vuelta lo abrazó, dejando a Jung un tanto confundido.
―Gracias, Hobi.
―¿Eh, por qué?―lo abrazó por la cintura y apoyó su mentón sobre la cabeza del otro.
―Por traerme aquí, por sacarme de mi mundo aburrido y dejarme respirar.
Hoseok rodeó con más fuerza a su amigo y suspiró murmurando un "No es nada, para eso están los amigos". No quería romper la burbuja de emoción de su compañero pero debían hablar de muchas cosas, de su futuro sobre todo.
Cuando se separaron el menor lo codeó y levantó las cejas.
―¿Algo que quieras contarme, Hoseokie?
Conocía ese apodo, Jimin lo usaba cuando quería sacarle información de algo.
―¿Yo? No hay nada nuevo―se hizo el desentendido y esperó a que su amigo no insistiera.
Pero si Park Jimin quería algo, lo obtenía. Solo debía presionar algunos botones y él sabía a la perfección cuales eran.
―¿Puedo decirte algo? No quiero que se entere nadie, Hobi―le habló misterioso y cuando el moreno asintió puso en marcha su plan―¿No crees que Mars es super caliente?
Jimin tomó entre sus manos la pajilla de su bebida y se la llevó a sus labios, miró a Mars fijamente hasta que notando su mirada el rubio se giró y le sonrió, volviendo a los segundos a hacer sus cosas.
―Ese piercing―vió como su amigo se removía incómodo y siguió―¿Crees que si le digo de salir me dirá que si? Parece soltero, así que creo que me arriesgaré.
Hoseok lo paró agarrándole el brazo cuando lo vio queriendo irse meneando las caderas hacia donde estaba el pelimorado, poniendo su mejor cara de sorpresa Jimin se giró mirándolo desentendido.
―¿Qué pasa? ¿Por qué me agarras así?
―Basta, Jimin―le advirtió el mayor serio aunque en sus ojos se veía que encontraba divertida la situación.
―¿Basta que?―sonrió coqueto y señaló hacia atrás―Estoy yendo por mi próxima pareja, ¿por qué te pones así?
Jungkook que estaba cerca se carcajeó divertido con el espectáculo que estaba dando el rubio, era impresionante como a lo largo de la noche siempre había momentos dónde lo sorprendía con sus ocurrencias.
―¡Está bien, ya para!―habló Hoseok cuando Jimin siguió tirando comentarios sobre su pareja y de como iba a coquetearle―No puedes ir a por Mars, está ocupado.
―¿Ocupado así como arreglando el auto? Eso puedo verlo pero ¡puedo ir a hablarle luego!
―No, tonto―lo interrumpió el moreno ―Ocupado de que tiene pareja.
Jimin comenzó a dar saltos pequeños por el lugar cuando segundos después Hoseok confirmó que estaba saliendo con el corredor, los chicos se giraron a verlo intrigados y luego posaron su vista en Jungkook que reía.
―Oh Dios, para Jimin que me avergüenzas.
El nombrado río y sin mirar hacia donde saltaba divertido trastabilló con sus propios pies, su cuerpo se fue hacia atrás y por instinto cerró los ojos esperando el golpe.
Antes de que su cuerpo impactara contra el suelo, unas manos decoradas con anillos lo tomaron de la cintura evitando el accidente. Un olor a colonia inundó las fosas nasales del rubio y lo hizo fruncir el ceño, recuperando el equilibrio finalmente pudo mirarle la cara a su salvador.
Holiis, capítulo 5 de Gasoline and Fire, espero os guste, gracias por todo y nos vemos mañana con más. Se despide:
–almin♡
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