🚬𔘓 ¦ Capítulo 1
El ventanal de la sala de reuniones de la empresa Park, ubicado en aquel edificio alto e imponente, dejaba a la vista como el sol se estaba poniendo en esos momentos.
Con su barbilla apoyada sobre la palma de su mano Jimin tenia la vista dirigida hacia el horizonte preguntándose como sería si en ese instante se levantara y callara a su padre, el cual daba una charla sobre las exitosas inversiones del mes, tirara la carpeta azul de sus manos y saliera por la puerta de vidrio mandando todo a los mil demonios con el objetivo de abandonar esa vida impuesta que a él no le gustaba.
El móvil vibró dentro de uno de sus bolsillos y lo sacó con sigilo, no se sorprendió al ver el emisor: Jung Hoseok.
Hobi
Apuesto que estás en una junta y tienes esa cara que dice "¿Por qué mejor no mando todo al carajo?
Jimin
Eres todo un adivino, Hoseok.
Hobi
Deja de hablarme con sarcasmo Jimin, ahora prepárate que paso por ti en 10 minutos.
Tecleó rápido un "gracias" a la vez que soltaba un suspiro de alivio y dirigió la vista a su padre que seguía hablando, al rato entró su asistente que a decirle que tenía un evento al cual asistir y no podía faltar. Momentos luego se encontraba en el auto con Hoseok quien le sonrió y sin decir nada pisó el acelerador para irse de allí.
La relación con el modelo era bastante complicada, en resumidas palabras, Jimin y Hoseok habían crecido juntos gracias a que sus padres se conocían desde la universidad.
Pero todo cambió cuando su padre se enteró que el mejor amigo de su hijo iba a ser modelo.
Park Kangho aseguraba que si su hijo se juntaba con alguien que quería ser modelo iba a terminar con la cabeza vacía de conocimientos pues "los modelos eran estúpidos y huecos". Ambos viejos amigos de la universidad se separaron y nunca más se volvieron a hablar.
A pesar de eso Jimin seguía juntandose con Hoseok, obviamente a escondidas, porque difería totalmente del pensamiento de su adulto.
Ahora Hoseok manejaba una empresa exitosa de modelaje y Jimin sería el próximo sucesor de la institución de su padre. Park tenía un gran futuro por delante, o al menos eso creía su padre.
Jung lo sacó de sus pensamientos cuando uno de los semáforos se puso color rojo.
―Estaba diciéndote si querías acompañarme al lugar donde debo ir ahora o prefieres que te deje en casa, Min―terminó de decir el moreno mientras golpeaba sus dedos en el volante―Realmente necesitas un descanso de tu trabajo.
Jimin lo pensó unos segundos y anunció su respuesta afirmativa justo cuando el semáforo cambiaba a color verde.
Cuando pasaron el túnel, las luces neón al comienzo lastimaron a Jimin, delante de sus ojos se abría un espacio repleto de personas que reían y tomaban cervezas apoyadas en sus autos.
―Me trajiste a un auto-cine, Hoseok?―preguntó el menor mirando por la ventana.
―¿Realmente crees que soy de ese tipo de cosas?―Su amigo añadió riendo y siguió manejando a velocidad mínima esquivando a la gente. Jimin pudo ver como los autos iban desapareciendo para dar lugar a carros de comida o mejor conocidos como foodtrucks. Las personas trabajando en ellos movían sus manos agilmente y junto con sonrisas entregaban los pedidos.
No supo cuando Hoseok estacionó solo que al bajar del auto su mejor amigo estaba saludando y abrazando a un chico de cabellos morado y alto. No lo había visto nunca así que se propuso a analizarlo mientras Jung hablaba contento con él.
Si no fuera por su cabello totalmente morado Jimin no lo habría visto en la poca luz que los rodeaba porque iba vestido completamente de negro, jeans rotos en las rodillas, borceguíes acharolados, polera con cuello en v y un collar. Oh, y no olvidemos ese piercing en su labio que lo hacía lucir tremendamente sexy.
―Jimin―habló Hoseok sacándolo de su inspección―Él es Mars.
El más alto extendió su mano llena de anillos y Jimin timidamente la apretó, se sentía tan fuera de lugar allí. Miró a su amigo y se dió cuenta que no llevaba la ropa formal con la cual lo veía todos los días, vestía un suéter color beige medio roto, pantalones color blanco y cadenas al rededor de su cuello.
Diablos. ¿Era el único vestido de traje?
―Un gusto, me llamo Jimin―logró decir cuando dejó de sentirse un raro entre todas esas personas.
Mars lo observó detenidamente luego de soltar su mano, moviendo el piercing de su labio y los nudillos contra su mandíbula. Su mirada era penetrante, dos orbes color café oscuro centrándose en él hicieron que el menor temblara minimamente.
Sonó un golpe y luego una risa, Hoseok había golpeado el brazo del más alto: ―¡Yah, Mars! Lo estás intimidando.
―¡Lo siento, lo siento!―dijo riéndose y levantando sus brazos en señal de rendición―Solo pensaba en que tal vez querría cambiar sus ropas ya que aquí no se ven muchas personas en trajes.
Un suspiro de alivio salió de Park que minutos atrás había pensado en irse de allí. Hoseok asintió con su cabeza y lo arrastró hacía otro lado con Mars siguiendolos.
Miró a su amigo que saludaba a las personas que pasaban y lo reconocían, él siempre había sido alguien con quién es cómodo relacionarse y Jimin podía comprobarlo. A veces envidiaba a Hoseok, envidiaba su capacidad de ser tan abierto y divertido con los demás, de poder hacer lo que quisiese.
Caminaron entre los autos hasta llegar a lo que parecía una casa rodante, el más bajo tocó varias veces la puerta y esperó.
―¡Min!―gritó cuando nadie le abría―Tengo un trabajo para ti. Mi amigo aquí necesita un cambio de ropa.
Mars rió suave cuando los pasos seguidos de el sonido de un seguro siendo sacado se escucharon. Min no se resistía a todo lo relacionado con la moda, por ello era el estilista más codiciado allí.
Cuando se abrió la puerta apareció un chico pelimenta rapado en lo costados y con dos pequeñas trenzas en la parte de atrás de su cabeza. Al bajar las escaleras que los separaban también reveló un corte en forma de cruz en una de sus cejas.
―¡Ah, Hoseok! Que alegría verte por aquí, pensé que ya me habías olvidado―dijo el nuevo mientras acomodaba su chaqueta color militar y formaba un tierno puchero con sus labios.
―Eso nunca, Min. Estos días mi agenda estuvo bastante llena y no pude venir muy seguido―sinceró Hoseok, realmente no había podido visitarlo.
Jimin no pudo evitar pensar en cuánto tiempo su amigo estuvo recurriendo a ese lugar para conocer a todos. Cuando la mirada del pelimenta se fijó en él sonrió y lo saludó.
―Debes ser quién necesita un cambio de atuendo, ven pasa conmigo―Min le hizo un movimiento de mano para que lo acompañara.
Estaba nervioso, no sabía que era ese lugar y podía sentir la duda invadir su cuerpo. Pero a su vez estaba fascinado por lo que había visto y por las personas que había conocido, además si Hoseok lo había llevado allí eso significaba que era seguro.
―Cuéntame de ti―le dijo Min mientras miraba entre la ropa buscando algo que le quedara al rubio delante suyo. Creía que Jimin era muy hermoso y quería resaltar eso.
―Eh, trabajo en las empresas Park.
―Ah, ¿Cómo asistente?―preguntó el pelimenta sosteniendo una musculosa en la cara del contrario y mandandolo al probador para que se cambie.
Jimin cerró la cortina y se desvistió para ponerse lo que el más bajo le había dado. Dudaba en si decirle la verdad pero al ver la personalidad del otro y pensando que probablemente no lo vería nunca más, lo dijo: ―No, trabajo junto a mi padre. Soy el proximo dueño y CEO de Park Corporation.
Una tos se escuchó del otro lado y supuso que Min se sorprendió con lo que había dicho, ya había causado esa impresión en otras personas y estaba acostumbrado, se podría decir que era alguien bastante conocido por su nombre.
―Mhm, veo―dijo Min tratando de ocultar el asombro porque tenía al hijo de uno de los hombres más adinerados en su tienda.
Jimin salió del probador y dio una vuelta frente al mayor haciendo que éste suelte un silbido de aprobación.
―Dios, realmente soy bueno en esto―susurró el estilista auto-aplaudiendose por el trabajo que había hecho.
―Esto es super cómodo―acotó Jimin mientras pasaba una mano sobre el abrigo blanco y negro que le habían dado―Eres genial en esto, Min.
El nombrado se sonrojó hasta las orejas al escuchar como elogiaban su trabajo, sobretodo viniendo de uno de los magnates más jóvenes de esa generación, pero se recompuso al instante.
Sonrió divertido y propuso que salieran.
―Es hora de que conozcas a fondo la Ciudadela.
La Ciudadela, como le había nombrado el más bajo, estaba pasando un túnel y entrando a una zona vacía dónde se erguía un estacionamiento de tres pisos abandonado. Alrededor del edificio principal habían otras construcciones como un taller mecánico y una especie de minimarket adornado con luces neones y carteles de promociones. Le habían explicado que el primer piso era una especie de continuación de lo que había visto antes, estaba ocupado con mesas y diferentes puestos de comida mientras que el segundo piso era ya un espacio de descanso dónde sonaba música y la gente se reunía a conversar.
―¿Y el tercer piso?―preguntó Jimin tímido y avergonzado de haber preguntado algo que a lo mejor no debía cuestionar.
―El tercer piso es el lugar dónde las personas que quieran demostrar que tienen lo necesario para ser un corredor de carreras se juntan―Mars lo miró con un brillo en sus ojos y Jimin dedujo que amaba hablar de ello―Lo único que debe hacer una persona para ser partícipe de una carrera era poner un montón de dinero o arriesgarse a perder su auto y apostarlo.
Jimin miraba asombrado sus alrededores a la vez que caminaba junto a los tres chicos. Habían dejado atrás la multitud tranquila que tomaba cerveza y comía menúes de los foodtrucks para subirse a un elevador que los llevó al último piso del establecimiento.
Definitivamente esto era nuevo para él.
─¿Hace cuánto tiempo que vienes a este lugar?─le preguntó en voz baja el rubio a Hoseok cuando Min y Mars se alejaron para hablar con otras personas apenas las puertas del elevador se abrieron. El mayor lo guió hacia una mesa donde un bartender mezclaba bebidas ágilmente, el líquido yendo y viniendo.
─No me acuerdo exactamente pero será aproximadamente hace un par de años─habló el moreno pidiendo una cerveza, su cabello brillando bajo las luces de colores―Lo encontré cuando tuve una pelea con mi padre, manejé sin rumbo desde la empresa y de alguna manera terminé aquí.
Jimin quiso volver a hablar y preguntarle más cosas pero Mars les gritó desde lejos para que se acercaran. Cuando llegaron encontraron al mayor apoyado en su auto, rodeado de otros tres chicos.
─Oh, cambiaste tu auto Mars─dijo entre curioso y asombrado Hoseok.
─En realidad lo gané─respondió sonriendo orgulloso el mayor─Es un Ford Gran Torino del 69'.
El menor pasó una mano sobre el capó color negro y sonrió:―Es precioso.
Mars de un movimiento rápido lo tomó de la cintura y le susurró al oído "No más que tú" haciendo que la cara del más bajo quedara del color del tomate. Una voz grave los sacó de su conversación y Min se acercó acompañado de un chico pelirrojo quien lo agarraba de la cintura y sonreía, más atrás los seguían otros dos.
Jimin se escogió al ver la altura de los chicos y se preguntó como Min iba tan tranquilo siendo casi pisado por esas dos torres.
─Hob, ¿no vas a presentarnos a tu nuevo amigo?―el pelirrojo habló mostrando una pequeña sonrisa y una ceja levantada.
─Ah, verdad―el nombrado se separó del auto (también de los brazos del mayor) y los presentó─Chicos, él es Jimin.
─Jimin, como el "Park Jimin" ¿Próximo CEO de Park Corporation?─volvió a hablar el de cabellos coloridos─Wow, es un honor amigo, soy G.
─G, no puedes preguntar cosas como esas de la nada─le regañó un pelinegro igual de alto que él─Perdón por eso, chico. Soy Golden, un placer.
Jimin asintió diciendo que no había problema, era obvio que iban a reconocerlo en algún momento. Se le acercó un último chico, castaño y con brazos bien ejercitados, una chaqueta de cuero con una serpiente adornaba su espalda, éste lo examinó de arriba a abajo. Park se sintió de nuevo temblar pero al parecer ese miedo no pasó desapercibido para el chico que solo rió mostrando una sonrisa con encías bastante tierna a los ojos del empresario.
─No voy a hacerte nada, tranquilo─dijo contento─Soy Jaw.
Jimin envolvió la mano del otro en un saludo y los miró, pensó que se veían como personas de una mafia callejera, eran intimidantes y eso le ponía los pelos de punta. O bueno, pensaba que eran intimidantes antes de que el pelinegro volviera a hablar.
─¡Y juntos somos los Power Rangers!─gritó riendo Golden apenas el menor había terminado de presentarse─Es broma, es broma. Pero si tenemos un nombre grupal.
Hoseok codeó a su mejor amigo con una sonrisa en su cara.
─Ellos son BTS.
Holiis, ¿qué os pareció el primer capítulo de Gasoline and fire? Espero haya gustado y nos vemos mañana con más. Se despide:
-almin♡
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