Otro día de mierda se suma y me pregunto: qué es lo que sucederá hoy. Espero que no sea algo desagradable como lo que pasé en el fin de semana... O que se acerque a ese punto.

Salgo de casa con una sudadera negra, que al mirar al cielo gris me pongo el gorro. Tomo bien mi mochila y cierro la puerta de casa.

Está haciendo mucho frío, tanto, que el viento se adentra a mis ropas. Necesito entrar en calor, por lo que de mi bolsillo saco un cigarro y un encendedor. Me llevo a la boca esa mierda y me inclino un poco para encenderlo.

Guardo el encendedor y tomo una larga calada a mi adicción. Miro el cielo y lo suelto, viendo como frente a mis ojos se está yendo mi salud. Rio entre dientes al recordar aquello, recordar cuando mi pequeño me lo decía; siempre decía que esa porquería se llevaría mi vida... Y es por eso que lo dejé, lo dejé porque él me lo pidió.

Pero fui muy débil e idiota, que regresó mi adicción por ese tubo de nicotina cuando esa chica me lo ofrecía... Y que aún no he vuelto a superar. Esa perra es culpable de muchas cosas, pero yo soy de muchas otras más.

Dejo de mirar el cielo y camino a paso lento, mientras que tomo una nueva calda de cáncer. Lo saco poco después y doy vuelta en la esquina.

Estoy bien.

Sigo pensando en la palabras que le dije a Nam, cuando hablamos ayer en la noche. Es como un hermano para mí, y le preocupo, es muy lógico, es sólo que... No quiero que se preocupe más por mis propios problemas, él debe tener los suyos y debe de ser molesto lidiar con los de otros. Por lo que solo me limité a decirle que pronto estaría bien, para luego darle una sonrisa... Y ahora que lo pienso, debería haberme ganado un premio por mejor actor.

NamJoon no es estúpido, pero creyó en mis palabras, y en una parte de mí quiere que no sea una mentira lo que le prometí.

Y cuando menos me doy cuenta, ya estoy en la entrada de mi segundo infierno.

Le doy una última calada a mi cigarrillo, para ponerme de cuclillas y apagarlo en el suelo, me levanto y lo tiro en el basurero. Camino a la entrada y paso por ella, algunas personas se me quedan viendo, pero poco importancia es la que le tomo.

Arrastro los pies a lo largo del pasillo y subo las escaleras, pero antes de subirlas, veo de reojo el casillero de JungKook y lo veo ahí junto con Kim, quien le toma la mejilla. Me hierve la sangre de ver eso, causando que apriete mis puños y me haga más daño evitando hacer algo, porque ya suficientes estupideces he hecho como para hacer más.

Subo las escaleras, intentando quitar mi atención de ellos, mordiendo mi labios, controlando mi impulso de estupidez. Camino hacia mi salón de clases y me siento en una silla de al fondo al estar dentro.

Cierro los ojos y suspiro, estoy cansado de esto, de todo esto. Espero que pronto acabe.

♥

Las clases terminaron y yo sigo muy agobiado; todo el día sentí cansancio y dolor, además de que el clima no mejoraba.

Tomo mi mochila, mientras leía el ultima mensaje que me envió NamJoon. Casi todo el día nos estuvimos enviando mensajes, él preguntándome si estaba bien, a lo que yo siempre le respondía de la misma forma: estoy bien, ya no te preocupes.

Salgo del salón de clases y camino hacia las escaleras del lado derecho; iré a la azotea a tomar un poco de aire. Subo sin tanto ánimo y abro la puerta. Observo que está completamente solo y sonrío a mis adentros. Camino hasta un banca y me siento en ella.

Cierro los ojos y suspiro con cansancio, escuchando el murmullo del viento soplar.

Ya es tarde, por lo que supongo que casi ya no hay personas en este lugar, provocando un gran tranquilidad. Me concentro en el silencio y pienso en nada, dejando mi mente en blanco, evitando recordar todo.

Pero mi paz se rompe cuando escucho la puerta ser abierta, junto con pequeños susurros. Me asomo un poco y veo una cabellera castaña... Es mi pequeño. Al parecer está hablando por teléfono.

—Claro, hyung, lo espero aquí —le escucho decir, mientras que se da media vuelta y veo en sus labios una linda sonrisa junto con sus mejillas rosadas.

Al parecer terminó la llamada y guardó su teléfono. Le escucho suspirar y veo como camina hacia una banca del otro lado, donde el sol está casi por meterse.

Me levanto de la banca sin pensar y me detengo en bruto... ¿Qué estoy haciendo?

Frunzo el ceño y me quedo pensando.

Y me doy cuenta que mi parte irracional, estúpida e impulsiva, quiere ir con JungKook... Pero mi parte racional, inteligente y sensata me grita que me vaya de ese lugar lo antes posible.

Tomo con fuerza las correas de mi mochila y me dispongo a irme; será mucho más fácil irme que verlo a la cara.

Camino hacia la puerta, pero algo hace que me detenga y mire el suelo, aprieto los puños y cierro los ojos con fuerza. No hagas una estupidez, no lo hagas... Y comienzo a caminar hacia JungKook. ¿Por qué soy tan idiota?

Intento controlarme e irme antes que me vea, sin embargo, fallo al momento en que sus ojos y los míos se conectan. Él me empieza a mirar de una forma muy diferente a las otras.

—JungKook... —su nombre sale inconscientemente de mis labios.

—¿Qué haces aquí? —de sus labios salió muy brusco esa palabras. Lo entiendo, sé que está enojado conmigo.

—Quiero hablar contigo —un nudo se está formando en mi garganta y empuño mis manos cuando siento como mis ojos empieza a arder.

—Hablar... ¿Tú quieres hablar? —su voz salió sarcástica y una sonrisa rota se formo en su labios.

Me duele verlo de esa forma.

—Por favor, JungK...

—¡¿Por favor qué, YoonGi?! —su tono se elevó y sus ojos ardieron en llamas— Tú y yo no tenemos nada de que hablar.

—¿Qué no tenemos nada de que hablar? ¿Es en serio? —rio sin gracia y lo reto con la mirada.

Veo como JungKook le tiembla su labio y sus ojos adquieren un una ligera capa cristalina. Yo no estoy mejor que él.

—¿No crees que ya es un poco tarde para hablar? —cuestionó con un poco de burla al final, pero no le tomé importancia.

—No, no lo es.

—Eso es lo que tú crees, YoonGi —escucho como su voz empieza a romperse—, pero la verdad es que esto es una perdida de tiempo.

Doy una larga respiración y me llevo mis manos a la cara. Trato de que mis lágrimas no salgan y hablo:

—Solo... Solo hay que hablar lo que no hemos podido aclarar —le pido cuando poco a poco quito mis manos y le veo al rostro, él está viendo el suelo.

Le sigo viendo, esperando que dijera una respuesta, pero JungKook solo negó.

—N-no —ahora su voz está rota y se escucha en un susurro— No hay nada de que hablar; todo está más que claro —levantó su rostro y dejó relucir las lágrimas que poseía en sus mejillas— Tú sabes perfectamente el daño que me causaste; sabes perfectamente cuantas lágrimas derrame por ti y el amor que te tuve. ¿Y aún así quieres aclarar las cosas?

Me miró directo a los ojos, sus orbes ardiendo con fervor. Me quedé mudo, las palabras se quedan en mi nudo y mis sentimientos empiezan a desbordase por mis ojos.

—Además, si no te quedó claro: sufrí mucho por ti; lloraba solo mientras que tú te acostaba con esa perra, me destruía todas la veces que pasaba por mi mente dejarte —se limpió de forma brusca las lágrimas con el dorso de su mano, como si no quisiera que las viera— ¿Y sabes una cosa? Aún lo sigues haciendo.

Todo quedó en silencio.

Nos veíamos directo a los ojos y que me doy cuenta de cuánto lo he destruido. Perdón.

Quiero hablar, pero mis cuerdas vocales no quieren funcionar, me quema queriendo intentarlo.

Él fue el primero en apartar la mirada, sus ojos se perdieron y sus manos quitaron sus lágrimas.

Siento impotencia, no puedo hacer ni decir algo; esto es muy frustrante.

—Ya estoy cansado de esta mierda, para por favor. Ya no puedo seguir con esto.

Le escuchó decir, al momento que tomaba sus cosas y salía por la puerta. Intenté seguirlo, pero me detuve en la puerta al ver que se encontró con Kim. En ese momento Jin miró a mi dirección y su mandíbula se tenso. Veo como se separa de JungKook y camina rápido hacia mí.

Solo siento un dolor en el estómago, que yo ya estoy en el suelo.

Jin se toma de mi cabello y hace que nuestros ojos se conecten.

—Aléjate de él, porque solo lo que provocas es que derrame lágrimas, imbécil.

Me suelta y baja las escaleras. Me dejan solo y me permito llorar mientras sollozos salen de mi boca.

Perdí y ahora lo comprendo.

JungKook jamás me perdonará.