—¿Te sentó mal algo?.—pregunté desde fuera del baño, Edgardo se metió allí hacia un rato y no salía además de eso se podía escuchar como vomitaba, mucho.—¿Me dejas pasar?

Cuando abrió la puerta lo pude ver lacándose la cara, apoyó sus brazos en el lavabo y giró un poco su cuello para verme.

—¿Tas' bien, Gardito?.—sonrió de forma breve.—¿Te sonrojaste?.—dejó de sonreír.

—Estoy bien.—susurró.

Me acerqué despacio deleitándome con la manera en la que él me miraba.—¿Y puedo hacer algo para que te sientas mejor?

—Podrías.

—¿Qué?

—Esa bata, podrías abrirla..

—¿Esta?.—me hice la distraída.—Creo que a Lyanno podría no gustarle.

—Lyanno sin cojones me tiene, Gardo dice que te desates ese condenado nudo que no le deja ver todo tu cuerpo.

—Si Edgardo lo dice, Oly lo hace...—tragó duro.

Coloqué mis manos en el nudo y lo deshice con toda la lentitud que pude, sus ojos oscuros me observaban con deleite, poco a poco dejé que la prenda cayera al suelo dejando al descubierto el babydoll de color rojo pasión que decidí ponerme para la ocasión.

—¿Qué es esto?.—lo acarició.—Que lindo, ¿tienes más?

—Ujum.

—¿Será que me los modela?.

—Vas a tener que pasar trabajo.

—¿Será?.—humedeció sus labios.—Yo no tengo problema.—inclinó su cabeza para ver mis nalgas.—Date una vueltita a ver.

—¿Hacia la derecha o hacia la izquierda?

Se quedó pensando hasta que pareció darse cuenta de que era indiferente.—Dale, quiero ver.

Giré sobre mi eje muy despacio, al poco tiempo sentí como se me pegó, su aliento chocó contra mi cuello segundos antes de que comenzara a repartir algunos besos por éste.

Nos hizo girar de nuevo y quedamos frente al espejo, sentí mis mejillas ardiendo debido a la situación, comenzó a mirarnos fijamente a través del reflejo, su siguiente paso fue desabrochar el babydoll dejándolo caer al suelo.—¿Te gusta lo que ves?

—Ya lo conozco demasiado.

—¿Y que quieres ver?

—Quítate el bóxer.

Me mordí el labio cuando lo hizo sin rechistar, observé detenidamente toda su desnudez y wow, que espectáculo.

—¿También viste mucho esto?.—antes de que pudiera preguntar a lo que se refería ya estaba acariciando mi zona más sensible.

—Caralho.—apoyé mis manos en el lavabo, tener su penetrante mirada sobre mi a través de le alejo me prendia mas, mis pensamientos se vieron interrumpidos por la introducción de un segundo dedo.—Más rápido..—susurré con la voz ronca.

Edgardo obedeció mi petición por unos minutos hasta que introdujo un tercer dedo, ahí decidió que sería mejor un ritmo moderado.

—Voy a...—en ese momento detuvo sus movimientos.—¿Qué?

—Sube.—me tomo por la cintura y me sentó al borde del lavabo, separó mis piernas y comenzó a mamar como si andaban premiando por ello.

—Mmm...—acaricié su corto cabello.—Sig...sigue...—para ese entonces era incapaz de reprimir los gemidos, en el cuarto de baño no se escuchaba otra cosa y esperaba que no salieran de ahí, pobres vecinos.

Miré con atención a Lyanno cuando no se despegó, limpió la comisura de sus labios para eliminar restos y después buscó mis labios, sentí el beso muy fogoso pero no me sorprendió ya que ambos estábamos excitados de por sí y el hecho de que me hiciera descubrir a qué sabía no hacían más que aumentar la temperatura.

—¿Tas bien?.—asentí con la respiración todavía algo agitada.

Me bajé de un salto y antes de que pudiera hacer nada ya sentía los labios de Lyanno otra vez devorando los míos, en esta ocasión el beso fue mas agresivo, nos mordimos par de veces y supe que tenia las de perder cuando me tomó por las mejillas, perdía el control sobre mi misma con ese simple gesto, sumado a su penetrante mirada sobre mi.

—¿Te gustan mis ojos?.—asintió.—Te van a gustar más.—me arrodillé frente a él, sentí su cuerpo tensarse cuando comencé a acariciar su miembro.—Deberías apoyarte en algo, créeme.—se mordió el labio pero me obedeció , ese lavabo iba a terminar traumatizado hoy.

Pasé mi lengua desde la base hasta la punta despacio, cuando fui plenamente consciente de cuánto abarcaba decidí ayudarme con mis manos, lo introduje en mi boca y lo mantuve unos pocos segundos antes de comenzar a sacarlo, era casi mecánico (subir-bajar y viceversa) tan solo había que jugar con la velocidad, Lyanno decidió tomar el control tomándome del pelo y encargándose de guiarme como si fuera un carro teledirigido, no pensé ay tenía tanta habilidad con el deepthroat hasta ahora.

—Me estás volviendo loco...—dijo con la voz ronca.—Esos ojitos...—echó la cabeza hacia atrás.—Pídemelo.

—Gardito, échamela aquí...—señalé mi boca.

Colocó su pulgar sobre mis labios, lo introdujo en mi boca.—Abre..—obedecí.—Acho' si no dejas de verme así te voy a preñar...—me reí.—Un poco más...—lo masturbé hasta que se vino, tragué la primera entrega-por llamarlo de algún modo- e igual con la segunda.

Me levanté, Gardo me besó con algo más de delicadeza, vi como agarraba la caña de preservativos y sacaba un par.

—Quiero verte...—me incliné un poco y separe mis piernas, gemí con sorpresa cuando sentí como lo entró, fue despacio para que pudiera acostumbrarme y finalmente comenzó a penetrar con menos tacto, ni siquiera protesté porque debía confesar que me encantaba, en un momento dado decidí mirar nuestro reflejo, mi pelo estaba revuelto y su esbelto cuerpo estaba todo sudado, ambos gemíamos sin pudor.

De esa pose terminamos cambiando, enredé mis piernas en su cintura y de ahí subía y bajaba despacio, nos mirábamos fijamente y eso no hacía más que ponernos peor, observé cada gesto de placer que hizo con orgullo, era obra mía y cualquiera diría que por fin dió con la mejor artista.

—Oly...—susurró antes de venirse.

—Ya..ya cas...—dejé caer mi cabeza sobre su hombro al sentir mis paredes contrayéndose, nos alejamos con cuidado.—No me dejes en el suelo.

—¿Por qué?

—No creo poder sostenerme.

—¿Otro round en la cama?

—Dale, Gardo , demuestra lo que cantas.
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JAJAJAJAJAJAAJAJJAJA Lyanno ni con una intoxicación alimentaria se queda sin cumplirle a Oly