Capítulo I
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Sábado, 2 de enero de 2021, 13:18
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Taehyung volteó a los lados, checando que nadie estuviese a su alrededor.
Aunque todos descansaban ese día y el local estaba cerrado, sabía que nunca podría librarse.
Suspiró. Ese día también era su día de descanso, pero su jefe le llamó diciéndole que necesitaba checar algunas cosas de la tienda.
Por "algunas cosas" se refería a todas las que debían atenderse y que se suponía que el jefe debía de hacerse cargo, pero eso no lo supo hasta después de aceptar.
Su estómago rugía, necesitaba tomarse un descanso para alimentarse o iba a morir de hambre. No desayunó ya que pensó que volvería rápido a casa. Y ahí se encontraba, luego de cinco horas de trabajo, sin haber probado más que agua.
Su jefe debía de estar ahora mismo haciendo una revisión de las áreas con el fin de saber si había algo estropeado (aunque lo hacía de forma tan superficial que Taehyung terminaba haciéndolo por segunda vez). Tenía tiempo para comerse un sándwich, ¿no?
En aquella oficina había un refrigerador con comida sencilla, ésta se solía comer cuando los empleados se quedaban horas extras por problemas con la mercancía o los proveedores. Aunque por una parte era bueno tener algo así, Taehyung sólo lo veía como una forma de mantener a los empleados ahí todo tiempo, sin dejarles salir aunque sea para almorzar.
Con rapidez, Taehyung tomó uno de los sándwiches y lo abrió, dispuesto a por fin darle una mordida a algo. Sin embargo antes de que pudiera hacerlo, la puerta se abrió.
-Parece que todo está bien, pero sería bueno que le echaras un segundo vistazo... -el hombre se quedó parado viendo el sándwich que tenía el menor entre sus manos-. Parece que vas a comer, ¿ya checaste cuándo van a entregar las manzanas verdes? Llegaron muy pocas. ¿Hablaste con los de la dulcería para decirles que casi todas las galletas venían rotas? ¿Ya le comunicaste a los de la panadería que esta vez sus panes salieron algo aplastados?
Taehyung tragó saliva, negando.
-Lo haré enseguida.
El señor asintió, satisfecho con la respuesta. Tomó su abrigo y dejó un juego de llaves delante de Taehyung.
-Me iré ya. Cuando termines con todo, hazme el favor de cerrar.
El pelirrojo no tuvo tiempo de decir nada, su jefe se había ido casi volando de la oficina.
Y suspirando, dejó de lado su sándwich para tomar después el teléfono.
-Mientras más rápido termine, más temprano me iré a casa.
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16:29
Se escuchó el sonido del código siendo ingresado, seguido del ruido casi silencioso de la puerta siendo abierta.
La mujer trotó hacia la entrada sólo para encontrarse a su hijo, viéndose exhausto.
-Pensé que sólo irías por un rato.
-Yo también.
La señora Kim frunció el ceño cuando Taehyung suspiró.
-¿Desayunaste? ¿Almorzaste?
-No y... no.
-Eso creí -la mujer regresó a la cocina para seguir preparando la comida de aquel día-. Estoy haciendo ramen, así que ayúdame a poner la mesa.
Taehyung asintió, comenzando a colocar los platos en sus respectivos lugares.
-Así que... ¿Ya hablaste con la señora Jeon para saber a qué hora irán a Tokio?
El pelirrojo volteó a ver a su madre para conseguir la respuesta, pero lo único que obtuvo fue una mirada desaprobatoria.
-No me gusta ese jefe tuyo. Siempre te hace trabajar de más y ni te da tiempo de comer.
-Soy su empleado...
-Tienes derecho al descanso y días libres, ¿no sabes que se puede demandar al patrón si éstos no son respetados?
-No quiero vivir algo tan problemático como eso, mamá -Taehyung le vio con ojos cansados y suplicantes, pero ni eso hizo que la mujer se calmara.
-No me gusta que te quedes de brazos cruzados. Eres mayor de edad y con tu propio departamento, no puedo estar siempre para ayudarte a que abras los ojos. No está para nada bien que te dejes usar de esa manera.
-Mamá...
-Trata de buscar otro trabajo, ¿sí? -ahora el tono de la señora era suave, tratando de que su hijo le escuchara debidamente-. No sólo lo digo para que te tomen en serio como empleado, sino también por tu salud. Estás muy delgado y te miras cansado todo el tiempo -las mujer se acercó a Taehyung, colocando sus palmas en las mejillas del más alto cuando éste hizo una mueca penosa-. Hazme caso esta vez, ¿está bien?
Taehyung se le quedó viendo, pensándolo por unos segundos hasta que soltó:
-Puedo buscar otro trabajo...
La señora Kim sonrió.
-¡Muy bien! -ella tomó la hoya en donde se encontraba el ramen y la llevó rápidamente a la mesa, pues estaba un poco pesada-. Seguro me salió riquísimo... -Taehyung la miró cuando notó que su mamá se había quedado totalmente callada-. ¡Ah, también tengo una noticia para ti!
Ambos se sentaron a la mesa, y el chico se preguntó por qué su madre se veía tan emocionada.
-¿Qué pasa?
-Se me olvidó decirte que cierta personita acompañará a la señora Jeon.
Taehyung frunció el ceño.
-¿Y?
-Necesito que le des techo hasta que nosotras volvamos del viaje -y soltó la bomba.
La pacífica expresión de Taehyung se convirtió poco a poco en una de reclamo.
-¿Qué? ¿Cómo no me habías dicho? ¡La señora Jeon viene mañana y yo no he limpiado la casa!
-Yo limpié casi todo, lo único que no he hecho es limpiar tu habitación... -las mujer se vio avergonzada-. Perdona por no habértelo comentado antes, es que apenas ayer me enteré que su hijo la acompañaría para poder ver a sus amigos de Seúl.
-¿Hijo?
-Se llama Jeongguk, y es dos años menor que tú -contó con una gran sonrisa-. ¿Sabes? Tiene un buen rostro...
-Mamá.
-¿Qué?
-No estés tratando de buscarme novio otra vez.
-Yo no dije nada -e ignorando la mirada acusadora de su hijo, comió una gran parte de ramen.
;;---;;
Taehyung pasó el resto del día limpiando su cuarto (aunque realmente no estaba sucio, lo único que hizo fue acomodarlo de forma más ordenada), y las horas pasaron volando.
"A las tres llegará la señora Jeon e iremos a pasear un rato antes de irnos, no olvides venir antes de las seis para despedirme" le había dicho su madre cuando él salió camino al trabajo al día siguiente.
Esta vez no podía dejar que su jefe le hiciera quedarse más tiempo del que debería.
Quedó en que, mientras buscaba un trabajo, seguiría en la tienda. No era un trabajo malo ni una mala paga, el malo era el jefe...
Gracias al cielo y lo que sea que esté en él, logró que su jefe le dejara ir a su hora correspondiente en el momento en que le dijo el viaje de su madre y que debía ir a verla antes de que se fuera.
Se encontraba en una cafetería, pues salió mucho antes de la hora y le apetecía algo de tomar. Era gracioso que tuviese que ir a un café y a él ni siquiera le gustaba.
-Quisiera un licuado de vainilla, por favor.
-¿Para tomar aquí o para llevar?
Taehyung checó su reloj un segundo.
-Para llevar, por favor.
La chica asintió al mismo tiempo en que anotaba el pedido para después soltar un "lo traeré enseguida".
Lo único que podía hacer era ver a su alrededor mientras esperaba su orden. La decoración era un estilo relajante y la música le hacía juego. Tonos cafés y uno que otro tono verde y blanco. A esa hora del día no había ni mucha ni poca gente, por lo que no se sentía incómodo en el lugar.
Lo único que le hacía sentir inquieto era la presencia de un grupito de amigos en una de las esquinas, quienes le volteaban a ver con mucha frecuencia. Específicamente un chico pelinegro. Parecían estar hablando de él, y eso no le gustaba en lo más mínimo.
-Aquí tiene, que lo disfrute -Taehyung alzó su vista hacia la chica y le dio el dinero mientras le respondía un "gracias", haciendo que la chica se fuera.
-Hola.
La voz desconocida le confundió, pues se escuchaba muy cercana. Volteando hacia enfrente, miró al azabache, ese que hace unos segundos no paraba de echarle miradas poco discretas.
"¿Cuándo llegó él?" fue lo primero que se preguntó cuando notó que el chico azabache ahora se encontraba sentado en el asiento delante suyo.
-¿Puedo ayudarte con algo?
-Verás... -ahora él se veía avergonzado-, te me hiciste conocido, así que no paraba de verte, mis amigos se dieron cuenta, ahora creen que estoy interesado en ti y... quieren que coquetee contigo.
Taehyung frunció el ceño.
-¿Por qué no les dijiste que no?
-Porque creen que no lo hago por miedo.
-¿A qué?
-A fallar, pero sé que puedo ser bastante bueno si quiero.
Taehyung se cohibió un poco cuando miró la creciente sonrisa que el chico comenzó a mostrar. Sus dientes delanteros sobresalían en ese gesto, y aunque eso debería de darle ternura, la mirada juguetona que el contrario le regalaba hacía incapaz el sentir eso por él. Le ponía nervioso y a la defensiva.
-Imposible, no puedes.
-Tienes lindos ojos.
En cuestión de segundos, las mejillas del pelirrojo estaban tan carmines como su cabello, provocando que éste se cubriera la mitad de su rostro con su mano.
-¡Su-Suficiente!
Taehyung no era el único ruborizado, el contrario también se veía muy apenado y... hasta podría jurar que se le estaban sonrojando las orejas.
-B-Bueno, ya me voy.
Y como si no hubiera pasado nada, Taehyung se volvió a quedar solo, ni siquiera obtenía miradas de quien acababa de coquetearle.
Era un chico guapo, ¿cómo negarlo? Totalmente su tipo con ese porte relajado pero un tanto misterioso. Sin embargo, él no buscaba precisamente una relación cuando su estabilidad estaba por derrumbarse completamente.
-Idiota.
Tomó su licuado y dejó la cafetería.
;;---;;
El camino a su hogar fue lento, ya que estaba tratando de acabarse el licuado antes de volver a casa. Tardó cinco minutos más de lo habitual y cuando por fin estuvo en la calle correspondiente, miró a su madre con otra señora delante de su edificio.
-¡Taehyung llegó! -exclamó la señora Kim al verle-. Has llegado justo a tiempo, ya casi nos íbamos.
-Espero tengan un agradable viaje -Taehyung abrazó a su mamá y saludó con una reverencia a la mujer desconocida.
-¿Y Jeongguk? -cuestionó la señora Kim a la señora Jeon.
-Oh, él nos despedirá en el aeropuerto, debe de estar esperándonos ahora.
-¡Claro! -la mamá dio un beso en la mejilla a Taehyung y comenzó a caminar con sus maletas al auto que se encontraba delante de la casa-. No olvides la promesa que me hiciste -el pelirrojo asintió un tanto cohibido-. Descansa bien, ¡nos vemos, cariño!
-Taehyung, una última cosa -la señora Jeon se detuvo y habló tranquilamente-. Tenle paciencia a Jeongguk, es alguien extrovertido así que tal vez te haga sentir algo cansado a veces, pero no lo hace con malas intenciones, ¿de acuerdo?
Taehyung se sorprendió por la amabilidad de la mujer.
-E-Está bien.
;;---;;
Se dedicó a cambiarse de atuendo a uno más cómodo y a comer algo ligero mientras esperaba la llegada del chico.
¿Que si le gustaba la idea de vivir con un desconocido durante tres semanas, casi el mes? Pues no.
Es fácil de adivinar el hecho de que Taehyung no era el más social. Odiaba estar con muchas personas en un mismo lugar y el conocer gente nueva le era estresante.
Con Jimin y Yoongi tenía suficiente.
Siempre tuvo el pensamiento de que socializar era demasiado trabajo, sin embargo con alguien como Jimin que era realmente hablador, le era fácil entablar una conversación que no fuera aburrida. Encima, ese novio suyo también tenía temas de conversación muy interesantes, aunque Taehyung y Jimin apenas podían seguirle el ritmo.
Se conocieron hace unos tres años, antes de eso, Taehyung se la pasaba con su hermana mayor. Cuando ella se tuvo que ir a Tokio por trabajo (sí, por eso su madre iba a durar tanto tiempo allá), conoció a Jimin.
A veces pensaba que su hermana le había encargado a algún conocido suyo para que se juntara con él, pero ellos ni se conocían. La primera vez que se vieron fue demasiado, simplemente demasiado.
Se llevaron bien, en pocas palabras.
Ese día fue tan caótico para el tranquilo Taehyung, quien se sintió tan fuera de lugar y amenazado por la energía del ambiente.
Y de la nada el recuerdo de cierto pelinegro tratando de coquetearle con una frase tan cliché y sosa le llegó a su mente. También fue un momento que le tenía intranquilo. Pensar que iba a ser un día normal pero un azabache le había hablado así con el fin de ligar con él.
¡Lo más estúpido es que en serio causó efecto!
Jamás alguien se le había acercado con la mera meta de darle algún cumplido. Teniendo en cuenta lo poco disponible que estaba él para el amor, no esperaba que alguien se fijara en él, aunque fuera nada más por su físico. O eso dio a entender el desconocido...
Taehyung piensa que no podría ser cercano a alguien así. Se sentiría intimidado por su poco filtro.
Entonces su móvil comenzó a vibrar.
-¿Hola?
-Tae, hijo, Jeongguk está esperando en la puerta. Dice que ha estado tocando pero que nadie le abre. ¿Estás en casa?
-Ah, sí, no sé por qué no le escuché. Iré.
No tuvo la necesidad de colgarle a su madre, pero debió haberlo hecho.
-Mucho gusto, soy Jeongguk... -el pelinegro bajó su voz cuando vio al dueño de la casa.
-¿Verdad que es guapo, Taehyungie?
-Colgaré, buen viaje.
La vida se estaba burlando de Taehyung, qué pésima situación.
El aire se sintió tenso y de repente, los sonidos de fondo dejaron de escucharse claramente. Toda su atención estaba puesta en el visitante.
Delante de él, damas y caballeros, el chico de la cafetería.
-Oh, el chico de hoy -Taehyung hizo un rostro que podía estar entremedio de la sorpresa y la incomodidad-. Ooooh, ¡por eso te me hacías tan conocido! Mi madre me enseñó una foto tuya para saber con quién venía a quedarme.
Taehyung tomó su sien, algo irritado.
Más bien era para esconder su rostro lleno de vergüenza.
-Por qué no me enseñaron una foto a mí... -murmuró para sí, volviendo su mirada a Jeongguk-. Pasa.
El chico agarró con firmeza su mochila y maleta, adentrándose al hogar del pelirrojo.
-Así que viviremos juntos por casi un mes, ¿eh?
-Uhum.
-¡Será un mes lleno de diversión! -prorrumpió el menor, soltando su mochila sin cuidado.
-Yo trabajo.
-Sé que trabajas en las mañanas, así que podemos salir en las tardes.
Taehyung hizo una mueca de desacuerdo.
-No soy fan de salir...
Jeongguk volteó a verle, en su rostro una sonrisa juguetona y en sus ojos un brillo retador.
Bastante guapo.
-Creo que tu madre no te lo dijo -el mayor susurró un un "¿Qué cosa?", lo que por alguna razón provocó la risa del azabache-. Ella y yo hicimos un trato. Si tú me dabas techo, yo te haría salir un poco más.
La confusión no cabía dentro de Taehyung.
-¿Qué...?
-Sé que trabajas muy duro ya que tu jefe te da más trabajo por el mismo sueldo de una jornada normal, así que la señora Kim me dijo que te vigilara.
-¿Vi... gilarme?
-Primero -alzó su dedo índice, contando-, para que no trabajes en horarios que no son tuyos. Segundo, para que comas todas tus comidas y duermas correctamente. Y tercero -Jeon sonrió-, para que salgas un poco de estas paredes. Me imagino que no eres un chico muy social, ¿no?
-¿Q-Qué es esto? ¿Eres una niñera?
-Pff, obvio no -el pelirrojo sintió una oleada de nervios cuando, a pasos enormes, el contrario se acercó a él hasta tenerle a centímetros de su rostro-. Soy un niñero.
;;❁;;
¡He vuelto con algo nuevo!
Sé que lo más probable es que
nadie estuviera esperándome
como tal, pero igual sé que tardé
demasiado en actualizar (y ni
siquiera estoy subiendo nuevo
capítulo de mis fanfics ya hechos).
Últimamente estoy dudando
mucho sobre mi capacidad para
escribir, por lo que estoy con
la meta de mejorar cada día
más (lo cual no es nuevo, pero
es más fuerte recientemente).
En fin, disfruten esta historia corta.
♡
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