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El aire frío de la noche golpeó el rostro de Felix cuando salió del club. La calle estaba desierta, iluminada solo por un par de farolas parpadeantes y el neón agonizante de un cartel al otro lado de la avenida. Se subió la cremallera de su chaqueta, pero el frío no lograba disipar el calor inquietante que aún sentía en su interior desde el encuentro con Hyunjin.
"Es peligroso"
Esas palabras seguían dando vueltas en su cabeza. Había algo en Hyunjin que lo atraía de una manera que no podía explicar, como un imán al que no podía resistirse. Y, sin embargo, también había algo que le decía que debía correr en la dirección opuesta.
Pero Felix nunca había sido bueno huyendo de lo que sabía que podía lastimarlo.
Se metió las manos en los bolsillos y comenzó a caminar hacia su apartamento. Las calles estaban extrañamente silenciosas, como si la ciudad misma estuviera conteniendo el aliento. Fue entonces cuando lo escuchó: pasos detrás de él.
Se detuvo.
El sonido también se detuvo.
Un escalofrío recorrió su espalda. Giró la cabeza, pero no vio a nadie. La paranoia empezó a instalarse, pero continuó caminando, acelerando el paso. Los pasos detrás de él volvieron, esta vez más rápidos, más decididos.
-Felix.
La voz lo hizo girar bruscamente. Ahí estaba Hyunjin, de pie bajo la tenue luz de una farola, su silueta envuelta en sombras.
-¿Me estás siguiendo? -preguntó Felix, intentando sonar desafiante, aunque su corazón latía con fuerza.
-No exactamente -respondió Hyunjin mientras se acercaba, sus movimientos felinos, seguros-. Pero si vas a caminar solo por aquí, alguien debería hacerlo.
Felix frunció el ceño, confundido. -¿A qué te refieres?
Hyunjin suspiró, como si ya se hubiera cansado de explicar algo que él consideraba obvio. -No eres del tipo que frecuenta esos lugares. Hay personas ahí que te ven y piensan que eres un blanco fácil.
-No necesito un guardaespaldas.
-No estoy diciendo que lo necesites -replicó Hyunjin, inclinándose un poco hacia él-. Pero eso no significa que no te venga bien uno.
Felix sintió cómo su cuerpo se tensaba. Hyunjin estaba demasiado cerca, sus ojos clavados en los suyos como si intentaran leer cada pensamiento que pasaba por su cabeza. Era intimidante y, al mismo tiempo, extrañamente reconfortante.
-¿Y tú? -preguntó Felix, tratando de no apartar la mirada-. ¿Qué tipo de persona eres?
Hyunjin sonrió, pero no era una sonrisa cálida. Era fría, casi burlona.
-Soy del tipo que sabe cómo funcionan las sombras.
Felix se quedó en silencio, incapaz de responder. Había algo en esas palabras que era tanto una advertencia como una invitación.
-Ven conmigo -dijo Hyunjin de repente.
-¿Qué?
-Solo por esta vez. Déjame mostrarte algo.
Cada instinto de Felix le decía que debía decir que no, que debía dar media vuelta y regresar a casa. Pero algo en la mirada de Hyunjin le hizo dudar. Había una intensidad, una urgencia, que no podía ignorar.
-¿Adónde?
Hyunjin no respondió. Simplemente comenzó a caminar, y Felix, contra todo juicio lógico, lo siguió.
Cruzaron calles y callejones, alejándose del brillo tenue de las farolas hasta quedar envueltos en una penumbra casi total. Finalmente, Hyunjin se detuvo frente a un edificio abandonado, sus ventanas rotas y su fachada cubierta de grafitis.
-¿Qué es este lugar? -preguntó Felix, mirando a su alrededor con cautela.
-Un refugio. Para los que no tienen a dónde ir. -Hyunjin abrió la puerta con un movimiento rápido, dejándola crujir sobre sus bisagras oxidadas.
El interior estaba oscuro y olía a humedad, pero había algo sorprendentemente cálido en el lugar. Alfombras gastadas cubrían el suelo, y en una esquina había una pequeña fogata improvisada rodeada de un grupo de personas. Todos levantaron la mirada cuando Hyunjin entró, y hubo un momento de silencio antes de que asintieran y volvieran a sus conversaciones.
-Ellos no preguntan mucho. No les importa de dónde vienes o lo que has hecho -dijo Hyunjin mientras avanzaba hacia una de las esquinas vacías-. Solo quieren sobrevivir.
Felix lo siguió, todavía intentando entender por qué Hyunjin lo había traído ahí.
-¿Por qué me mostraste esto? -preguntó finalmente.
Hyunjin se sentó en el suelo, apoyando la espalda contra la pared.
-Porque tú también estás buscando algo, ¿no?
Felix sintió que su corazón se encogía.
-¿Qué te hace pensar eso?
Hyunjin lo miró fijamente, sus ojos oscuros perforando cualquier máscara que Felix intentara poner.
-Porque yo también lo busqué una vez.
El silencio que siguió fue pesado, pero no incómodo. Felix se sentó junto a él, sintiendo por primera vez en mucho tiempo que estaba donde debía estar, aunque no entendiera por qué.
Y así, en medio de ese refugio lleno de sombras y secretos, empezó algo que cambiaría sus vidas para siempre.
Read you soon...
-Mimi 🦋
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