Capítulo 12
Autora: ¡Aquí está el próximo capítulo! Supongo que debería dar una advertencia por un leve ataque a Dumbledore, pero para ser sincera, creo que es innegable decir que está en el personaje. Entonces, um, solo digo que Dumbledore canónicamente está más enfocado en entrenar soldados en una guerra que en proteger y cuidar a los niños. Espero que lo disfrutes :)
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Capítulo 12
Al día siguiente, James se encontró accidentalmente fuera de la oficina de Dumbledore por segunda vez. Volvió sobre sus pasos de la semana anterior y se desplomó en una silla sin hablar.
Dumbledore lo miró a través de sus anteojos.—Señor Potter. ¿Qué te trae a mi oficina esta hermosa mañana?
James se miró las manos. No había planeado venir aquí, así que no sabía cómo empezar. Levantando la cabeza, preguntó:—¿Por qué dejas que Lucius Malfoy entre en Hogwarts?
Dumbledore pareció divertido con la pregunta. James solo quería darle un puñetazo.—Él era un estudiante aquí, como seguro recordarás, y ahora es un miembro respetado de la sociedad. El profesor Slughorn lo invitó a tomar el té y no vi ninguna razón para rechazarlo.
—¡Pero es un Mortífago!
—¿Tienes alguna prueba?
James farfulló. Dumbledore había demostrado repetidamente que sabía todo lo que sucedía en este castillo. ¿Cómo se había perdido algo tan importante?—Prácticamente me lo confesó a la cara. Ya sabes, mientras sostenía una varita en mi garganta.—dijo James enfadado.
—Estoy bastante seguro de que no sé a qué te refieres.—Dumbledore sonrió.—Tienes que perdonarme, mi mente no es la que solía ser.
James gruñó, tirando de su cabello.—Simplemente no lo entiendo. Me pediste que ayudara a Severus a tomar la decisión correcta, pero sigues permitiendo que los Mortífagos entren a la escuela.
La mirada de Dumbledore se aclaró y se inclinó hacia delante, con los dedos juntos sobre su escritorio.—La parte más importante es que es una elección. El Sr. Snape es un joven talentoso y podría ser muy ventajoso para cualquier bando que elija en esta guerra. Sin embargo, no puedo confiar en él hasta que se enfrente a la oscuridad y decida alejarse de ella. De lo contrario, podría verse tentado a cambiar de bando en un momento en que tal traición podría costarnos todo.
James lo miró, incrédulo.—¿Has estado orquestando esto? Sev ni siquiera es mayor de edad todavía, y Regulus es aún más joven. ¿Cómo pudiste obligarlos a tomar una decisión como esa?
—La edad no nos exime de...
—Se merecen algo mejor que esto.—interrumpió James. No quería escuchar más malditas escusas. Quería gritar.—Nunca tratarías así a un Gryffindor.—Cuando Dumbledore permaneció en silencio, James se puso de pie, incapaz de pensar en nada que decir que no implique insultarlo. Finalmente, dijo:—Si alguno de ellos se une a los Mortífagos, será tu responsabilidad.
James no esperó una respuesta esta vez. Salió.
Al anochecer, la ira de James se había convertido en determinación. Si Dumbledore quería llevar la guerra a Hogwarts, James tendría que luchar. Era horrible imaginar al Director permitiendo que los Mortífagos ingresaran a la escuela, pero no lo habría hecho si no hubiera pensado que Sev podría ser arrastrado hacia la luz. Dependía de James arreglar el daño que Dumbledore había causado. Le dolía saber que el único curso de acción era seguir el retorcido plan de Dumbledore, pero trató de no pensar demasiado en ello. ¿Qué otra opción tenía sino continuar con lo que había comenzado y ayudar a Severus?
James encontró a Sev en otro salón de clases en las mazmorras. Aunque James había pasado una cantidad ridícula de tiempo midiendo cada pasillo y habitación del castillo para hacer el Mapa del Merodeador, todavía se sorprendía cada vez que Severus lograba elegir uno nuevo.
Sev había traído la comida esta noche, así que James tomó una manta y algunas almohadas de su dormitorio en lugar de hacer su viaje nocturno a las cocinas. Ahora, sin embargo, lamentaba profundamente esa decisión. Sev se veía tan malditamente acogedor. Estaba cómodamente metido en la pila de almohadas y prácticamente nadaba con su desaliñado suéter tejido a mano. El suéter no tenía color, como si lo hubieran lavado demasiadas veces y los tintes se hubieran desvanecido, pero no era negro como la túnica de Sev, por lo que contrastaba muy bien con su pelo y ojos oscuros. Era tan tierno que dolía. James pensó que podría morir si lo miraba un minuto más, así que puso su atención sobre la comida que Severus estaba desenvolviendo.
—¿No hay sándwiches?—bromeó.
Severus resopló.—Obviamente no. Ambos hemos tenido suficientes para toda la vida.
James miró la comida con escepticismo.—¿Y es...?
—No te preocupes, Potter. Ningún animal resultó herido en la preparación de tu cena.
James se quedó boquiabierto.—¡Hay tanta variedad! ¿Cómo te las arreglaste para conseguir todo esto?
Severus le sonrió.—Encontré un libro de cocina vegana en la biblioteca e hice algunas sugerencias a los elfos domésticos.
James le miró asombrado por la consideración del gesto. No sabía cómo transmitir la avalancha de emociones que estaba sintiendo sin delatarse, así que se conformó con una sonrisa y un tranquilo.—Gracias, Severus.
Sev escondió la cara detrás de su cabello y se sirvió un plato.—No fue difícil. No sé por qué no lo hiciste antes.
James sonrió ante la forma en que Severus rechazó su gratitud antes de sumergirse en la comida.—Santo Merlín, esto es asombroso.—dijo James con la boca llena.
—Traga antes de hablar.
—Nunca había probado tanta delicia.—continuó James, ignorando la reprimenda de Sev.—Eres mi héroe. Mi caballero de brillante armadura, lanzándose sobre un valiente hipogrifo con un buffet lleno de deliciosa cocina vegana.
Severus arqueó las cejas.—Eso te convierte en la damisela en apuros.
—Un papel que estoy más que contento de interpretar, a diferencia de cierto amargado que conozco.—James se desmayó dramáticamente descansando su cabeza en una almohada al lado de la cadera de Severus con su mano sobre su frente.—Sálvame, querido príncipe, de la mediocridad de los tristes bocadillos.—Severus mantuvo su semblante estoico, por lo que James se desmayó de nuevo, esta vez apoyando su cabeza en el regazo de Severus.—Llévame a tu castillo donde tus sirvientes me puedan dar de comer a mano delicias veganas para luego hacer juntos cositas por la noche.
Sev abrió los ojos como platos y apartó la cabeza de James como si fuera una araña.—Olvídate de que dije algo.
James abrió los ojos en indignación con una mano en su pecho, conmocionado.—¡Hablaba de jugar al snap explosivo, Sev!—Uy sí, ni yo me lo creo, pensó, mientras por fuera rodaba los ojos y se cruzaba de brazos, aparentemente ofendido.—Sinceramente Severus, no pensé que tuvieras una mente tan perversa, a saber lo que imaginaste.—Sí, dímelo que lo anoto en una libreta para cuando estemos en nuestra luna de miel.
Ah, solo con pensar en eso se le formaba un nudo en el estómago que competía con los hipogrifos. Despertar a su lado en la misma cama, mirarle dormir y cómo sus labios harían leves pucheros, acariciarle el pelo, abrazarlo hasta que se quedase dormido y en las noches del frío invierno calentarlo con una manta... u otra cosa. Su rostro enrojece tanto que no se da cuenta de la mirada que Severus le da, repleta de reticencia y en el fondo curiosidad, tapando su cara con el pelo antes de que James le devolviera la mirada.
Negando con la cabeza, intentando despejar su mente de cosas tan improbables como hermosas se ríe y se sienta a regañadientes.—Sin embargo, de verdad, esto es increíble. Gracias.
James se compadeció de Severus y terminó su comida en silencio. Sin embargo, en el momento en que terminó, se frotó las manos y dijo:—Muy bien, estaba pensando que podíamos jugar un juego.
—Como digas Snap Explosivo me levanto y me voy, Potter.—Severus le lanzó una mirada cautelosa con la que James ahora estaba bastante familiarizado.—Pero estoy casi seguro de que mi respuesta será 'no'.
James negó con la cabeza, riendo por dentro.—Creo que te gustará este. Estaba pensando en cómo usas la Legemerancia conmigo porque no confías en mí.—Severus parecía que estaba a punto de hablar, pero James continuó antes de que pudiera.—Y por extraño que parezca, en realidad no me importa. Pero quiero que puedas confiar en mí sin que todo lo que diga tenga que pasar por un detector de mentiras.
Severus frunció los labios.—¿Cómo esperas lograr eso?
James buscó en su bolsillo la otra cosa que había traído. Un frasco diminuto de Veritaserum. James había regresado a las Mazmorras y se lo había quitado de las existencias de Slughorn durante el almuerzo. Había visto la botella cuando estaba buscando Multijugos hace unos meses, por lo que sabía que estaría allí. Sev parecía aún más perturbado.—Entonces, el juego, si realmente puedes llamarlo así, es que puedes preguntarme lo que quieras hasta que el Veritaserum desaparezca y, a cambio, dejas de usar la Legemerancia conmigo todo el tiempo.
Severus frunció el ceño.—¿Cómo diablos tiene sentido eso?
James puso los ojos en blanco.—Porque de esta manera tendrás claro todo lo que quieras saber sobre mis intenciones o cualquier otra cosa, y en el futuro, podrás dejar de dudar de todo lo que salga de mi boca.
—¿Cómo sabrás si sigo usando Legemerancia en ti?
James se encogió de hombros.—Como dije, realmente no me molesta. Solo creo que cualquier cosa que estemos haciendo sería mucho más saludable si no tuvieras que afirmar mágicamente mis acciones todo el tiempo. Y como no sabré si mantienes tu parte del trato, realmente no tienes nada que perder. Es una oportunidad gratuita para preguntarme lo que quieras y obtener la verdad honesta, sin condiciones. Hacerme preguntas a las que tengo que responder honestamente será mucho más rápido y confiable que interpretar mis pensamientos usando Legemerancia de todos modos.
Severus lo miró fijamente durante mucho tiempo.—Es bastante engreído de tu parte suponer que quiero aprender más sobre ti.
James sonrió.—Lo sé. Pero no me equivoco, ¿verdad?—Cuando Severus no pudo ocultar la curiosidad en su mirada, James descorchó el frasco y bebió una dosis del líquido.
—El Veritaserum puede ser resistido.—señaló Severus.
James resopló.—Claro, si eres un maestro en Oclumancia, pero he demostrado repetidamente que no lo soy.—Hizo un gesto para que Severus comenzara.—Cuando estés listo, mi príncipe.
Severus entrecerró los ojos.—¿Sigues manteniendo a la damisela en peligro, o sabes que Prince es el apellido de mi madre?
James esbozó una sonrisa tonta.—No sabía que ese era el apellido de tu madre. Simplemente me gusta la idea de que seas mi príncipe.—Merlín, esta fue una idea terrible. James había intentado esto como un precursor de confesar sus sentimientos para que Severus confiara en que estaba diciendo la verdad. No había considerado el hecho de que podría hacerlo obvio incluso antes de las verdaderas preguntas.
Severus pareció desconcertado por la respuesta, pero asintió. No parecía saber qué preguntar a continuación.
James resopló afablemente.—Vamos, Sev. Pregúntame lo que sea. Obviamente, hay algunas cosas sobre las que te estás preguntando si tienes que recurrir a escarbar en mi cabeza todo el tiempo. Mi color favorito. Por qué el miércoles es mi día favorito de la semana.—Vaciló un poco, sabiendo que debía dar permiso para preguntar temas más serios, pero temiendo lo que pudiera decir.—Si todo esto ha sido una broma.
Severus lo miró con atención, la tensión era evidente en la postura de sus hombros.—Cuando te acercaste a mí en la biblioteca ese primer día, ¿realmente tenías la intención de disculparte?
—Sí.—dijo James.
—¿No estabas tratando de hacerme una broma?
—No.
—Y ahora,—continuó Severus,—¿no estás planeando ninguna broma?
James trató de decir "no", pero la palabra se le quedó en la boca. En cambio, dijo: —Bueno, estoy planeando una broma, pero no está dirigida a ti.
El labio de Sev se curvó, pero estaba más relajado de lo que James lo había visto, además de cuando estuvo dormido en la enfermería.—No creo que quiera saber.—dijo Sev. James le sonrió inocentemente, complacido de lo bien que estaba yendo hasta ahora.—¿Qué te hizo... el querer pasar página?—Severus empapó el modismo con un fuerte sarcasmo.
James trató de hacer una pausa para ordenar sus pensamientos en una respuesta coherente, pero las palabras ya estaban saliendo de su boca.—Me sentí culpable por lo que te había hecho. Creo que solía creer que no eras realmente humano, como si fueras una encarnación del mal o algo así. Pero luego vi lo roto que estabas, y cómo dejaste de comer en el Gran Comedor, y que casi siempre estabas solo, y quería arreglar lo que había hecho.
Sev se veía en conflicto cuando James terminó, pero rápidamente borró toda expresión de su rostro. Miró su plato antes de hacer la siguiente pregunta, su cabello ocultando sus rasgos.—¿Por qué estabas espiando a Lucius Malfoy anoche?
James parpadeó.—¿Te habló de eso?
Severus negó con la cabeza.—Te vi. Yo estaba...—Se encontró con los ojos de James.—Iba a encontrarme con él.—Parecía que estaba desafiando a James a comentar algo sobre eso. No lo hizo.—¿Qué estabas haciendo allí?
James le arrojó el frasco de Veritaserum.—Estaba en camino de robar esto. Simplemente se interpuso en mi camino.—James palideció.—Mierda, no te metí en problemas ni nada, ¿verdad? Ni siquiera pensé en eso. Si Malfoy cree que eres amigo de un 'traidor de sangre' como yo...
—Lo arreglé.—dijo Severus con facilidad.—Él sabe que me preocupo por Lily, así que le dije que te ha estado enviando para 'salvarme' de la oscuridad.
James asintió, tratando de no molestarse por el hecho de que Severus todavía estaba tratando de mantener cierta apariencia ante Mortífagos. Eso hacía más probable que Sev los eligiera al final, como si ya estuviera tratando de explicar lo que sea que James fuera para él.—Bueno, lamento haberte metido en un lío que tuviste que limpiar tú solo. Simplemente no podía soportar escucharlo hablar así.
Severus frunció el ceño como si no estuviera seguro de si quería continuar o cambiar de tema.—Le dijiste que no me uniría a él, aunque debes saber que lo estoy considerando. ¿Por qué?
James se encogió de hombros sin entusiasmo. Su estómago se retorció por lo casualmente que Sev podía hablar de convertirse en un Mortífago—¿Una ilusión?
Sev frunció los labios. Tocó su plato de comida durante unos segundos, pero no comió.—Dijiste que yo era más fuerte que él.
James ladeó la cabeza.—Eso no era una pregunta.
Severus abrió la boca como si fuera a hablar, pero negó con la cabeza. Tamborileó sus largos dedos sobre una almohada pensativo.—¿Cómo sabes siempre dónde encontrarme?
James estaba contento por el cambio de tema, pero esperaba que los Merodeadores lo perdonaran por esto.—Sirius, Remus, Peter y yo creamos un mapa de todo Hogwarts que muestra dónde están todos en todo momento.
Severus se quedó boquiabierto.—¿Tu que?—James se encogió de hombros.—Eso es...—Severus hizo varios sonidos incoherentes.—Eso es magia realmente avanzada.
James sonrió.—¿Eso te impresiona?—Recibió solo una mirada furiosa en respuesta.—Próxima pregunta.
Severus se movió incómodo mientras masticaba sus siguientes palabras.—¿Por qué eres tan... táctil todo el tiempo?
James se rió nerviosamente, esperando poder responder sin ser demasiado obvio.—¿Qué puedo decir? Me gusta tocarte. Me gusta la forma en que te sorprende al principio, como si no estuvieras seguro de qué hacer conmigo, pero luego te relajas y te permites disfrutarlo. Sé que probablemente no hayas tenido mucha experiencia con personas que te toquen de una manera positiva, y creo que eso es injusto porque te mereces cosas como abrazos y besos en la frente.
Severus estaba sonrojado de un rojo brillante cuando James terminó, y se aclaró la garganta con torpeza.—Realmente eres un idiota, Potter.
—Solo para ti, mi querido príncipe.—Salazar, esta fue la peor idea de James. Si Severus no sabía que estaba loco por él ahora, era más ajeno y ciego que Canuto.
El labio de Sev se crispó.—¿Realmente te vas a quedar con ese nombre?
—Oh, definitivamente.
El Slytherin inclinó la cabeza hacia un lado.—Tienes un apodo: ese Black, Lupin y Pettigrew te llaman, Cornamenta, ¿verdad?
—Sí.—respondió James, esperando que ese fuera el final de esa línea particular de preguntas.
—¿Por qué eligieron ese nombre ridículo?
James apretó los labios con fuerza. Cuando se le ocurrió este plan, revisó brevemente una lista de secretos que no deberían compartirse. Severus ya sabía sobre Moony, y James había imaginado que su estatus como animago no surgiría de forma natural. Claramente, estaba equivocado. Severus lo estudiaba con más y más interés cuanto más tiempo mantenía la boca cerrada. Finalmente, la presión se volvió demasiada y James soltó:—Soy un animago no registrado.—Se desplomó cuando las palabras lo abandonaron.—Me convierto en un ciervo, entonces, Cornamenta.—terminó sin convicción.
Severus palideció con los ojos muy abiertos.—¿Que acabas de decir?
—¿Soy un animago no registrado?
—No, la otra cosa.
—Me convierto en un ciervo. ¿Sabes, con cuernos?
Severus se puso de pie de repente, haciendo que su plato cayera al suelo y se hiciera añicos.—Tengo que irme.
—¿Qué?—Dijo James, la confusión y el pánico compitiendo por la prominencia en su cabeza.—¿Por qué?
—Acabo de recordar que se supone que debo encontrarme con Lily en la biblioteca para trabajar en un proyecto.—dijo con desdén, poniéndose el bolso sobre el hombro.
—Sev, eso es mentira, claramente.
—No te debo una explicación.—espetó.
—Te acabo de decir algo que hice que es increíblemente ilegal, y ahora te estás escapando con malas excusas, así que perdóname si estoy un poco preocupado.—dijo James a cambio, tirando de su cuello con frustración.
Sin embargo, Severus no estaba escuchando. Parecía que estaba tratando de procesar un diagnóstico terminal, y antes de que James pudiera captar su atención, salió por la puerta.
James miró el desorden de almohadas y platos a su alrededor con desconcierto. Quería creer que Severus no lo entregaría sin provocación, pero no sabía qué hacer con los eventos que acababan de suceder. Por un momento, consideró ponerse su capa de invisibilidad y seguirlo. Pero luego recordó que se suponía que esta noche se trataba de generar confianza, por lo que se conformó con sacar el Mapa del Merodeador. Cuando Severus fue a la biblioteca en lugar de a la oficina de Dumbledore, James dejó escapar un suspiro de alivio. Aunque realmente no lo creía, se permitió imaginar que Severus estaba haciendo un proyecto con Lily. Se repitió eso hasta que su corazón dejó de acelerarse, y luego guardó la comida, las mantas y los fragmentos de porcelana y se dirigió a la Torre de Gryffindor.
Pasaron los días y nadie vino a llevarse a James a Azkaban. Ni James ni Severus mencionaron el arrebato cuando se reunieron para cenar la noche siguiente, o la noche siguiente, y James comenzó a preguntarse si tal vez había soñado todo. Sin embargo, lo único que le impidió decidirse por esta explicación fue el hecho de que Severus había sido... diferente desde entonces. Era más confiado, como si las preguntas bajo Veritaserum hubieran aliviado su ansiedad, pero también se apagaba cuando James lo tocaba o coqueteaba con él. Lo cual no hubiera sido extraño si Severus se hubiera levantado y se hubiera ido durante su largo monólogo 'táctil'. Pero ese no era el caso. Se había ido cuando descubrió que James podía transformarse ilegalmente en un ciervo, y James no podía entender por qué eso haría que Severus se sintiera incómodo con él.
Cualquiera que fuese la razón, Severus no lo había entregado, así que James decidió olvidarlo lo mejor que pudiese. Cuanto más tiempo pasaba, más convencido estaba James de que el extraño comportamiento había estado en su cabeza. Volvió a concentrarse en encontrar el momento adecuado para confesar sus sentimientos. Severus tenía que tener una pista a estas alturas, pero James no se sentiría cómodo hasta que se lo dijera oficialmente. Se estaba volviendo cada vez más difícil mantenerlo en secreto, pero lo más importante, realmente ya no quería hacerlo.
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Autora:
¡Gracias por leer! No dudes en dejar tus pensamientos. <3
Traductora (Rain be pourin' Sky keep fallin Everyday oh na na na):
¿Por qué tanta gente hace teorías tan tristes? No es mi historia pero lpm, me da miedo que os decepcione el final.
Debo añadir que la cosa del Snap explosivo y los pensamientos de James lo escribí yo. Le pedí permiso a la autora (OwlsWithFins) de si me dejaba añadir algo a su historia, y me respondió con corazoncitos diciendo que le encantaría aunque no entendiera. Igualmente le pasé ese pequeño trocito traducido para que entendiera y le gustó mucho, so... SOlo quería decirlo porque me pareció una gran oportunidad para meter esa clase de comentarios. El resto es todo de la autora sin manipular nada en ningún capítulo.
¿¡EN SERIO POR QUÉ NADIE PRESTA ATENCIÓN A LOS NÚMEROS!? Pregunto.
(Recomendando esta canción porque estoy muy triste y mal de salud. Menos mal que ya tenía este capítulo traducido, sino tendrías que haber esperado mucho más; no me encuentro bien y cada vez me cuesta más traducir pero no pasa nada, en esta historia tengo todo hecho so... Disfrutar, y gracias por todo.)
https://youtu.be/ztx1x1L8ao0
Besitooss.
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