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Día 26

Tres días después de mi primera visita a la "sala de recreación", asistí ahí de nuevo, pero no vi a Ly por ningún lado.

Me parece que hay un investigador diferente al resto, nos hace todo tipo de pruebas, pero hay una mirada curiosa en sus ojos. Lo vigilaré, tal vez me pueda servir en el plan de escape.

Aún sigo buscando más chicos o chicas que me puedan ayudar. Sin éxito.

No me esperaba otra visita a la de recreación en tan poco tiempo, pero no me quejo.
Sobretodo porque esta vez, apenas entré en la habitación, me di cuenta de que Ly ya estaba ahí, sentado en la misma mesa en la que se había situado la vez anterior.

De inmediato fui con él, me di cuenta de que en esta ocasión no se encontraba dibujando. En su lugar, frente a él había una especie de peculiar estuche rectangular de madera, no muy grande y con una especie de diseño a cuadros, algunos eran más oscuros que otros siguiendo un patrón. Además, también había un tazón pequeño lleno de galletas, y un pequeño frasco cerrado.

A pesar de esos tesoros frente a él, que supongo que fue lo que Ly consiguió hoy con los "secretos" de la habitación, Ly no parecía muy interesado en nada de eso, ya que estaba apoyado sobre la mesa, con la cara escondida entre sus brazos.
De hecho, solo lo reconocí por esas características "manchas" claras en su cabello y piel.

Me senté frente a él, y casi al instante Ly levantó la mirada.
Seguía sin poder ver sus ojos (además de que no estoy del todo seguro de que quiera verlos después de darme una idea de cómo son), ya que tal parece que el cubrirlos con su cabello es algo que hace siempre, pero aún así fue un tanto reconfortante ver una ligera sonrisa de su parte. De momento es el único apoyo que tengo en este lugar, he de admitir que me había preocupado la posibilidad de no volverlo a ver.

- Bueno, hola 22

- ¿22?

Ly volvió a una expresión más neutral mientras se incorporaba ligeramente para poder mirarme más cómodamente.

- Sí, me da algo de pereza llamarte por tu número completo

- En ese caso podrías llamarme por mi nombre...

- No lo creo

Bueno, lo intenté. Por alguna razón él insiste en que no quiere llamarme por mi nombre, estoy curioso acerca de eso pero antes de averiguar eso tengo que comprobar algunas cosas más.

- Como sea, estaba esperándote

Miré a Ly, auténticamente sorprendido. Él se había mostrado bastante receloso cuando me le acerqué la vez anterior, ¿Pero ahora me dice que me estaba esperando?

- ¿A mí?

- ¿A quién más? Hoy no encontré algún premio que me sirva para dibujar, en cambio encontré esto

El chico hizo un gesto abarcando las cosas frente a él. Después de obtener su permiso, me puse a curiosearlas un poco.

- Las galletas no tienen mucho sabor, para que no te emociones, pero el frasco tiene algo que parece miel. Si los mezclas no sabe tan mal... Ah, y eso, es por lo que te estaba esperando

Después de comer un pedacito de las galletas (que, efectivamente, estaban a nada de ser totalmente insípidas) y de probar esa peculiar miel, centré mi atención en el estuche de madera.
Le pregunté a Ly de qué se trataba, a lo que él reaccionó con sorpresa.

- Es un juego de ajedrez, ¿No lo has jugado antes? ¿Ni siquiera "digitalmente"?

Negué con la cabeza, no me sonaba de nada a excepción de algunas menciones en los libros que había en Grace Field.
Ly bufó y acercó el estuche a él, abriéndolo y comenzando a sacar piezas blancas y negras de su anterior. Estás parecían talladas en un material diferente, similar a la piedra, y tenían formas variadas.

- No puede ser, a mí me hacen jugarlo hasta el cansancio. Supongo que es de las pocas pruebas que aún... Agh, cómo sea. Pon atención

Ly abrió del todo el estuche, convirtiéndolo en una especie de "tablero" sobre el cual fue acomodando las curiosas piezas. Comenzó con las blancas, acomodandolas de su lado.

Mientras las iba organizando, me fue explicando la manera en que se movía cada pieza.
La reina, el rey, los peones, el caballo...

- Solo te voy a explicar lo básico para que podamos jugar, ¿Entendiste todo lo que te dije?

- Creo que sí. Entonces, ¿El rey es la pieza más importante del juego?

- Se podría decir que sí, aunque también es la pieza más inútil a mi parecer

Acomodé mis piezas, imitando a Ly. Él me hizo corregir la manera en que acomodé a mi rey y a mí reina, pero después de eso pudimos comenzar.

- Yo tengo las piezas blancas, así que...

- Tú mueves primero

Ly me miró atentamente por unos instantes antes de esbozar una ligera sonrisa ladeada.

- Precisamente

Mientras comenzábamos a jugar, fui haciéndole preguntas a Ly.
En base a eso, descubrí varias cosas, como que el tiempo y días en que teníamos acceso a esta "sala recreativa" variaban bastante en cada persona.

- Yo he venido unas tres veces en la última semana, pero llevo un tiempo sin ver a Rosie...

- ¿"Rosie"?

Miré a Ly con confusión, ¿No se supone que tiene algo en contra de los nombres o una cosa así?
Ly ni siquiera levantó la vista del tablero, hizo su siguiente movimiento mientras me respondía.

- Es un apodo, le digo "Rosa" o "Rosie" por un mechón rosa que tiene en su cabello. Es otra chica con la que hablo de vez en cuando, aunque tiene historial de mala conducta así que rara vez coincidimos aquí...

- ¿Has hablado con otros?

Hice mi movimiento sin pensarlo demasiado. Él me contó muy vagamente que solo hablaba conmigo y con la tal "Rosie", aunque al parecer esta chica misteriosa le había contado de un grupo más de personas con las que solía reunirse en exámenes o a escondidas.

- Todos son los "criminales" de este lugar, así que rara vez les dan estos "premios" por buen comportamiento

Si son lo suficientemente hábiles para reunirse a escondidas de los guardias me podrían ser útiles, además, la rebeldía que insinúa Ly seguramente indica que estarán de acuerdo si les ofrezco escapar.

- ¿No te puedes reunir con ella de otra forma?

- Probablemente sí, por lo que me llegó a contar se suele escapar muy seguido para vagar por los niveles subterráneos

Bueno, esa información me sirve. De momento no sé si sea buena idea para mí intentar un escape pequeño de mi habitación, pero tal vez pueda encontrar alguna forma de dejar un mensaje, después de todo, un par de las pruebas que me han hecho recientemente son en estos "niveles subterráneos".

Fue una buena pesca de información, y si a cambio solo tengo que entretener a Ly lo suficiente para que hable en automático suena a un buen trato.

- Dices que "Rosie" es un apodo, ¿También tienes un apodo para mí"

- Ahora sí. "Bufón", por que la manera en que juegas solo puede ser una burla de mal gusto, jaque mate

Diciendo eso, movió uno de sus caballos.
Me quedé mirando atentamente el tablero por unos segundos hasta que caí en cuenta de que había perdido de una manera bastante estúpida. Supongo que no es del todo mi culpa, estaba más concentrado en la información que en el juego.

- Oh, lo siento, creo que me distraje...

Ly se quedó quieto unos segundos antes de recoger las piezas y volverlas a acomodar en el tablero mientras hablaba.

- No me importa que no te interese jugar conmigo, pero si quieres sacarme información mínimo deberías esforzarte más. Prácticamente todos los que estamos aquí somos unos malditos genios, deberías darme más nivel de dificultad si quieres que te dé mejor información

Miré a Ly, él bufó y se puso a mordisquear una galleta después de remojarla brevemente en miel.

- Entonces, ¿Sabes...?

- No soy idiota, ¿Por qué otra razón me hablarías "sutilmente" de cosas así? Dudo mucho que estés interesado en hacer amigos nada más porque sí en la situación en la que estamos

Tiene un carácter bastante curioso para ser un omega, pero por eso mismo creo que podremos llevarnos bastante bien. Aunque para eso mejor no lo hago enojar como ahora, se nota que está molesto.

- Entonces, ¿Yo seré tu diversión y tú mi fuente de información?

- Básicamente

Creo que suena bien, sobretodo porque no sé si se me presente una oportunidad así después, ya que esto es posible gracias a que en esta ocasión le tocó un juego como premio.

Mientras comenzábamos una nueva partida, volvimos a hablar, pero en esta ocasión intenté repartir más mi atención en el juego también.

Ly me dió una imágen más general del lugar en el que me encontraba. Hasta ahora, mi movimiento se había visto limitado por los lugares a dónde me llevaban a hacerme pruebas, y por lo general siempre seguían las mismas rutas y orden.
No sé si se deba al tipo de pruebas que le hacen a él, o a que lleva más tiempo aquí, pero tal parece que Ly conoce casi todo el sitio de memoria.

- Tengo memoria fotográfica, o algo muy parecido a eso, ya no es tan buena como antes. Además, me dejan dar paseos casi totalmente libres al menos una vez al mes

- ¿De verdad? Yo ni siquiera puedo poner un pie fuera de mi habitación sin permiso

- Beneficios, unos estúpidos beneficios de consolación de mierda...

Ly murmuró eso último mientras mordisqueaba ligeramente la uña de su dedo índice, al mirarlo con más atención noté que tenía unas curiosas vendas en las puntas de dos de sus dedos.
El chico suspiró y movió su pieza antes de bostezar y levantar los brazos por encima de su cabeza, al hacer eso las mangas de su camisa se bajaron un poco y dejaron ver ciertas marcas familiares en sus brazos.

Yo empiezo a tener varias de esas, quedan después de una exposición prolongada a medicinas y demás cosas inyectadas, pero las mías son dos que apenas si se ven, mientras que las de Ly son muchas más claramente visibles.
Además, sigue ese tema tan curioso del color de su piel y cabello...

- Jaque mate, ¿Siquiera te estás esforzando? Aunque sea duraste más que antes pero aún así fue muy fácil

- Ly, ¿Por qué tú piel y tu cabello es así?

No sabía si se lo iba a tomar a mal o no, pero tenía mucha curiosidad acerca de eso.
Él me miró atentamente antes de responder con un tono molesto, aunque fue una respuesta un tanto inesperada.

- ¿Qué es eso de "Ly"?

Sentí las mejillas un poco calientes y desvíe la mirada, avergonzado de haberlo llamado así en voz alta.

- Uhm, l-lo lamento, es un apodo que te puse, pero era solo para mí mismo. Lo siento si te molesta

- Por supuesto que me molesta, qué apodo más feo y estúpido

Auch, eso dolió un poco.

"Ly" se cruzó de brazos y miró al tablero por unos instantes, antes de resoplar y arrojar las piezas a un lado.
El sonido de estas chocando contra el suelo resonó con fuerza en este lugar tan callado, aunque apenas si le llamó la atención a un par de los guardias que estaban afuera.
El otro par de chicos que estaba en el cuarto en este momento ni siquiera se inmutó.

Miré al chico, un tanto temeroso de haberlo hecho enojar.
Él solo se estaba cubriendo la boca con ambas manos mientras miraba fijamente en mi dirección, al menos eso me imagino ya que su cabello sigue cubriendo sus ojos.

Se hizo un instante de silencio bastante incómodo, estaba considerando disculparme hasta que finalmente su voz rompió el silencio.

- Vitiligo

- ¿Eh?

- Es lo que tiene mi piel y mi cabello, vitiligo. O al menos así le llamaron a esta estúpida decoloración en todo mi cuerpo

Ly suspiró con fastidio y descubrió su rostro para apoyarse contra la mesa, mientras lo hacía llevó una de sus manos a su cara para hacer a un lado su cabello por un momento, al menos parcialmente, permitiéndome ver uno de sus ojos de ese característico tono gris claro qué, además, estaba rodeado por una de esas zonas decoloradas de su piel, lo que quedaba como una gran mancha alrededor de su ojo.

Sentí un revoloteo en el estómago que me hizo apartar la vista antes de que Ly bajara su cabello a su lugar de nuevo.

- Sé que es desagradable, pero podría hacer un intento para disimular

- Ah, ¡L-lo siento! No dejé de mirar por eso, de hecho es algo lindo, a su manera...

Me rasqué la mejilla con nervios, Ly me miró un instante antes de inclinarse sobre la mesa. Me eché un poco hacia atrás instintivamente.

Se quedó unos prolongados segundos mirando fijamente mi rostro antes de volver a su lugar y tomar otra galleta.

- Hmm, quién lo diría, hablas en serio. Bueno, en ese caso... Deja de llamarme por ese estúpido apodo de Ly, me puedes decir "Manchas"

Se me escapó una breve risita, aunque me apresuré a callarme y disculparme.

- Lo siento, ¿Manchas...?

- Sí, así me dice Rosie. Suena como el nombre que le pondrías a una mascota, ¿No crees?

- Bueno, tal vez un poco sí

"Manchas". No era su nombre, pero era algo cercano y mínimamente importante para él. Es un avance, ¿No?

Un guardia abrió una de las puertas para anunciar que "Manchas" ya habían terminado su tiempo de recreación.
El chico se puso de pie sin siquiera despedirse de mí, aunque cuando iba a medio camino hacia la puerta se regresó rápidamente, llegando justo frente a mí y apoyando sus manos contra la mesa a mis espaldas, dejándome prácticamente acorralado.

- Por cierto, mi bufoncito. Estoy... Todos estamos muriendo, así que si vas a salir de aquí, hazlo pronto

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