7. El espía
En base a lo que vieron en el juego de encantados, Emma y Norman decidieron que lo mejor sería que en los siguientes juegos jugáramos por equipos, ya que al parecer teníamos más chance de sobrevivir si a la hora de escapar lo hacíamos de esa manera.
- ¿Dónde están Norman y Emma?
- Ya deben estar esperándonos, será mejor que nos demos prisa
Ray y yo comenzamos a caminar en dirección al bosque, habíamos tardado un poco en salir de la casa ya que habíamos tenido que lavar los platos.
- ______, pequeño, necesito que vengas conmigo un segundo
La mano de Isabella me tomó suave pero firmemente del hombro cuando estábamos comenzando a alejarnos. Miré a Ray entre asustado y desconcertado, él parecía tan confundido como yo.
Levanté la mirada para observar a Isabella, ella me miraba con su típica sonrisa impasible.
- ...¡De acuerdo, mamá!
Le sonreí lo más relajadamente que pude, aunque por dentro estaba muy nervioso, preguntándome si esto era algo malo.
- Ray, supongo que jugaremos después, lo siento
- ...Sí, está bien
Aparentemente Ray lucía tan serio como siempre, pero cuando mamá me tomó de la mano y me hizo seguirla al interior de la casa pude ver cómo mi amigo apretaba el libro que llevaba en la mano.
- ¿No quieres una galleta, _____?
- Sí, muchas gracias
Tomé una galleta de color marrón claro del frasco que Isabella me ofreció antes de sentarse frente a mí. Me había llevado a su oficina, y una vez ahí me había ofrecido una taza de té, parece que quiere hablarme de algo.
- _______, eres un niño muy bueno, por eso estoy contenta de decirte que ya tienes fecha de adopción.
Casi me atraganto con el pedazo de galleta que tenía en la boca. Disimulé lo mejor que pude bebiendo un sorbo de té, aunque no pude evitar que me temblara la mano al dejar la taza en su pequeño plato.
- ¿De... de verdad?
- No pareces muy contento por ello
Miré a Isabella, ella debe de saber que al menos cuatro niños son los que saben el secreto, y que tres de ellos son Emma, Norman y Ray.... pero me pregunto si ya sabe que yo soy el cuarto.
Sólo por si acaso, será mejor que me comporte.
Sonreí alegremente antes de responderle a mamá con voz emocionada.
- Estoy muy emocionado, es sólo que... no sé, pensé que nadie me iba a adoptar ya. Además, supongo que voy a extrañar a Ray
La mirada de Isabella pareció estudiarme detenidamente por varios segundos, pero finalmente se relajó y me sonrió dulcemente.
- Bueno, es entendible. En verdad eres muy apegado a él, estoy segura de que Ray también te extrañará mucho, pero aún tienes bastante tiempo para convivir con él
- ¿De verdad?
- Sí, tu recogida está programada para el primero de enero, así que no tienes de que preocuparte. Tienes más de un mes para pasar tiempo con él
Sonreí, aunque en verdad tenía más ganas de llorar.
- Es bueno saberlo
Isabella dijo que aún no le daría la noticia a mis hermanos ya que faltaba bastante, y además quería que yo pasara lo que me quedaba de tiempo en el orfanato de manera normal y sin presiones.
Cuando abandoné su oficina no pude evitar pensar que casi preferiría que me hubiera dicho que sabía que yo conocía el secreto, aunque tal vez habría terminado igual.
- Me pregunto si debería decírselo a Emma y el resto...
Me disponía a bajar al jardín, pero a medio camino decidí que por esta vez me vendría mejor pasar un rato a solas en la biblioteca.
Más tarde, Ray se unió a mí en la biblioteca, me dijo que Norman había llegado a la conclusión de que había un "soplón" entre los niños, que le estaba pasando información a Isabella.
- Mmh... podría tener sentido, después de todo Isabella actúa muy confiada, ¿Norman ya tiene idea de quién puede ser?
- Bueno... él piensa que eres tú, y que precisamente estuvieras con Isabella durante todo el descanso no fue muy favorable
Apenas si me molesté en levantar la vista del libro entre mis manos para ver a Ray, él me miraba con atención mientras estaba sentado en una silla frente a mí.
- Sí, me descubrieron, soy el soplón. Hoy en la noche cuando tenga mi reunión de soplones le voy a decir a Isabella que te "olvidaste" de que hoy te tocaba el aseo de los baños
- ... ¿Estás bromeando?
- Por supuesto que sí, como si pudiera hacerla de soplón. Apenas entiendo la mitad de lo que dicen tu y Norman en sus estúpidas charlas de cerebritos
Apreté el libro entre mis manos.
Conque en enero... me parece tan poco tiempo...
- Oye, ¿Qué te pasa? Estás bastante... Ay, maldita sea no, espera... Ah, diablos...
Ray maldijo y volteó a ambos lados buscando que hacer cuando se dió cuenta de que yo había comenzado a llorar. Me apresuré a secarme los ojos con la camiseta, pero mi amigo me detuvo.
- No lo hagas tan brusco, te vas a lastimar
- Así que piensan que soy un soplón
Tenía que poner alguna excusa del porqué lloraba, sino Ray haría preguntas y aún no sé si quiero contarle de lo de mi adopción, ¿De qué serviría?
- Ah, sólo dije que Norman pensaba eso, después me encargué de demostrarle lo estúpida que era la idea de que tú fueras un... traidor
Ray me acarició las mejillas, limpiando los rastros que mis lágrimas habían dejado en ellas.
- Ahora intenta calmarte un poco, ¿Si? En un rato van a venir Gilda y Don, no ayudaría mucho que te vieran llorando
- De acuerdo, ¿Acaso piensan decirles?
- En algún momento íbamos a tener que hacerlo, y a Norman y Emma les pareció adecuado hacerlo hoy
- Ah, no quiero ver eso. Seguramente Don se pondrá a gritar y Gilda llorará
Suspiré y me recargué en la mesa, Ray me miró unos segundos y se arrodilló a mi lado, no le dí mucha importancia a su gesto hasta que sentí que recargaba su cabeza en mi regazo. De inmediato me incorporé y miré hacia abajo.
- Ra-ray... eso es...
- Solo...un momento, ¿Te molesta si estoy así por un momento?
- ... Para nada, está bien
Levanté las manos sin saber bien dónde ponerlas, y finalmente me decidí a dejar una sobre la espalda de Ray y otra en un lado de la silla.
Esto era algo lindo, pero estaba lo suficientemente nervioso como para apenas poder disfrutar esto.
- Lo siento
- ¿Eh? ¿Lo sientes?
- ... Olvídalo, no era nada
Me animé a acariciar el cabello de Ray. Él pareció tensarse cuando comencé a hacerlo, pero no tardó en relajarse, lo cual tomé como seña de que no le molestaba que lo hiciera.
Habría podido estar así por horas, pero finalmente se hizo aún más tarde y me tuve que retirar al cuarto antes de que llegaran Don y Gilda, en verdad no tenía muchas ganas de ver eso, y bueno... me sentía un poco incómodo al saber que Norman había sospechado de mí.
De cualquier manera, aunque tenía pensado esperar a que Ray regresara antes de dormir, terminé quedándome dormido en lo que lo esperaba.
Al día siguiente, Emma me contó que Norman había decidido que el escape se llevaría a cabo dentro de diez días, lo cual de cierta manera fue un alivio. Al menos no estaría aquí para cuando llegara la fecha de mi recogida.
También me contó que anoche Norman le había puesto una "trampa" a Don y a Gilda para saber si alguno era el espía, para esto les había dicho la ubicación de algunas de las cuerdas con las que teníamos pensado escapar, si alguna desaparecía sería más que obvio que a quien le habían dicho ese escondite era el traidor.
No era un mal plan, y supongo que no me esperaba menos viniendo de Norman. Además, después de que él se disculpó por haber sospechado de mí me quedó claro que él parecía saber lo que hacía.
Realmente fue un día lindo, dentro de lo que cabe. Como Gilda y Don conocían una versión del secreto (les habían mentido ya que no sabían cómo se tomarían la verdad) me ví medio obligado a hablar con ellos. Nunca antes lo había hecho, si no contamos las veces en que hicimos tareas juntos, pero fue bastante agradable conversar un poco con ellos dos.
Durante la cena, estuve platicando animadamente con Emma, pero eso no me impidió notar que cuando todos terminamos Ray fue el primero en retirarse, seguido de Norman.
Me hubiera gustado seguirlos pero por desgracia me obligaron a quedarme a limpiar con Emma y Don.
- Emma, ¿En verdad crees que logremos escapar en sólo diez días?
- Seguro que sí, después de todo Norman lo cree así y ya sabes lo listo que es, además para ese día Ray ya tendrá lista una manera de destruir los transmisores
Ya veo, en ese caso... Supongo que tendré que hacerlo hoy. Decirle a Ray que quiero que él sea el alfa que me marque.
Una vez que estemos afuera de este maldito lugar no hay garantía de que vayamos a tener un momento de paz antes de que me llegue mi celo, no puedo esperar hasta entonces para decírselo o seré una carga.
Si se lo digo ahora... seguramente me rechace, y si así sucede aunque me pese tendré que pedirle a alguien más que me marque. Tal vez a Norman, con tal de que tenga una marca que evite que me llegue muy fuerte el primer celo todo estará bien.
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