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32. Un par de paganos

Ray

Cuando recobré la conciencia  me incorporé de golpe por puro instinto, listo para correr de nuevo...pero realmente no tenía a dónde ir.

- ¿Qué...? ¿Dónde estoy?

Después de recuperarme del mareo que me provoqué al sentarme tan bruscamente me puse de pie, parecía estar en una especie de cueva. Aparte de la cama improvisada sobre el suelo en la que supongo que quién me ayudó me dejó no había otra cosa cerca más que una gastada y rota mesita junto con una lámpara hecha con las flores brillantes de aquella trampa suterranea de árboles.

Tomé está última y examiné a mi alrededor, no había manera de saber si era de día o de noche por lo que sólo podía intentar adivinar cuánto tiempo estuve desmayado.
Parece tranquilo, ¿Será seguro estar aquí?...de cualquier forma, tengo que llegar a B 06-32 y encontrar a ______, Emma y los demás.

Me puse a caminar rápidamente en una dirección al azar, sólo tengo que encontrar la salida y buscar algún punto familiar allá afuera.

No había avanzado mucho cuando alcancé a ver una luz más adelante, me apresuré a ir hacia allá y en cuanto llegué frene de golpe, casi cayendome hacia atrás.

- ¡¿Emma?!

Me arrodille a su lado y la llamé para despertarla, parecía encontrarse mal pero al menos confirmé que estaba viva y conciente cuando abrió los ojos con lentitud.

- ¿Ray...? ¿Eres tú...?

Sonreí con alivio, si Emma está bien ______ y el resto seguro que también lo están, tal vez incluso estén cerca de aquí.
Emma pareció despertarse del todo y se sentó para abrazarme, le devolví el gesto con alegría.

- Aún estás con vida, ¡Estoy tan felíz!

- También estoy feliz de verte...

Nos separamos y ayudé a Emma a ponerse de pie, estaba a punto de preguntarle acerca de la ubicación de los demás, pero por desgracia ella me ganó la pregunta.

- Ray, ¿Qué es este lugar? ¿Dónde están los demás?

Sentí un peso desagradable en el pecho, entonces ella tampoco lo sabe, ¿Que sucedió?

- Así que tampoco lo sabes..., ¿Recuerdas algo antes de llegar aquí?

Emma me contó que antes de desmayarse le parecía recordar a una misteriosa chica encapuchada, según ella recuerda haber escuchado también que la chica les ofrecía ayuda.

- Apenas la recuerdo, pero estoy bastante segura de que tenía una voz amable y gentil...siento que ella nos ha estado cuidando

Le conté a Emma acerca de el hombre (a deducir por su voz y musculatura de su brazo) que me había rescatado, era fácil supones que tanto él como la chica encapuchada que Emma recordaba estaban juntos.

- ¿Realmente estarán de nuestro lado?

- ¿No podría ser esto acción de Minerva? Tiene sentido, ¿Verdad? Un humano que lucha contra la granja de niños

- Es posible. Incluso si el mismo Minerva no está aquí podría tratarse de sus aliados...

Un destello llamó nuestra atención y ambos volteamos en su dirección. La luz se aproximó y pronto la lámpara que la producía y su dueña fueron claramente visibles. A juzgar por lo que me contó Emma la chica encapuchada debía ser la misma frente a nosotros.
A pesar de la luz de ambas lámparas no logré ver claramente su rostro, la especie de vestido/túnica que llevaba le cubría los pies y sus mangas eran tan largas que a duras penas se podía ver un poco de las puntas de sus dedos.
Esto me da mala espina.

- Disculpa...

- ¡Estás mejor! Estoy tan feliz de que te hayas recuperado, ¿Cómo te sientes?

La chica se lanzó hacia Emma, me tensé pero me relajé un poco al ver que sólo le preguntó por su salud. Tenía una voz suave y gentil, tal y como mi amiga me había dicho.
Si bien al principio Emma pareció desconcertada no tardó en sonreír y responder alegremente a la chica.

- Ehm, bien, ¡Gracias!

- El sangrado se ha detenido y parece que la fiebre ha bajado también, ¡Las hierbas medicinales funcionaron a la perfección! Aún así, ustedes dos tienen totalmente prohibido realizar trabajo duro, ¡Si se enferman de nuevo sería peligroso!

De alguna manera su tono de voz me recordó a Isabela cuando regañaba a alguno de nuestros hermanos después de lastimarse o enfermarse... sólo que la mezcla de preocupación y alivio en la voz de la chica sonaba más auténtica.

Me sobresalté ligeramente cuando su mano envuelta en la larga manga de tela tomó la mía, la miré a la cara, o al menos a lo más que se podía ver de ella. Tan solo la mitad inferior era más o menos visible, parecía sonreír.

- Todos hicieron un gran trabajo escapando de esa granja. Todo está bien ahora, están a salvó con nosotros

"Nosotros"..., entonces es más que seguro que aquel hombre está con ella, ¿Serán más o tan solo estos dos?

- Por favor relájense y descansen durante la noche, ¿Bien?

- De acuerdo, y perdón pero...¿Dónde están nuestros amigos? Los que estaban conmigo

Emma dijo lo que yo me llevaba preguntando desde que desperté aquí, espere ansiosamente la respuesta de la chica, quien no se tardó nada en responder.

- Justo aquí, acabamos de preparar la cena, ¡Vengan, vamos!

Si lo que ella dice es verdad entonces me desmayé el resto de la tarde, puede que unas cuatro o cinco horas.

Seguimos la chica a través de una camino de la cueva, por lo que había visto no parecía que ella tuviera intenciones ocultas, pero tomando en cuenta que incluso unas plantas habían intentando acabar con nosotros creo que no está de más desconfiar un poco.

- Disculpa, ¿Qué hay de aquel hombre que me salvó? ¿Es tu compañero?

- ¿Te refieres a Sung-Joo? Si, él también está aquí

- "Sung-Joo"...entonces no era Minerva

La chica reaccionó con confusión al comentario de Emma, no parece saber quién es Minerva así que no hay manera de que sean aliados.
Eso es malo, pero al menos sabemos que hay aunque sea un asentamiento humano ahí afuera.
Hay tanto que quiero preguntar, acerca del mundo, los demonios, los humanos que viven aquí afuera...

- Oye, escucha...

La chica se dió la vuelta al escuchar que la llamé, al hacerlo la lámpara que sostenía se balanceo ligeramente y la parte baja de su vestido que rozaba el suelo se recorrió lo suficiente como para dejar asomarse la punta de unos dedos huesudos con unas puntiagudas garras al final de cada uno. Son...son pies de demonio...

El corazón me dió un vuelco pero aún así mantuve la calma...de momento.

-...Gracias, en serio gracias por ayudarnos. Me sacaron de un auténtico problema diario yo, debo decir que estoy verdaderamente agradecido.

______, el resto...todos ellos estaban con Emma, ¿Qué les hicieron? ¿En verdad seguirán...vivos?
Cuando continúe hablando la voz me tembló ligeramente al mismo tiempo que tome a Emma de la muñeca y la hice situarse ligeramente detrás de mí.

- Sólo me gustaría preguntarte una cosa, ¿Por qué nos rescataron? Dime, ¿Por qué ustedes los demonios protegen ganado?

Emma me miró con confusión, mientras que la demonio se limitó a formar una diminuta sonrisa con sus labios.
Apreté los dientes, y pensar que por un momento llegando a pensar que podrían ser aliados de Minerva.

- Ustedes son dos demonios, tu y ese sujeto. ¿Podrías seguir adelante y explicárnoslo entonces... estimado demonio?

Si tan sólo se atrevieron a tocarle un pelo a ______...no me importa cómo pero voy a matarlos a ambos.

- Ray, cálmate estás soltando muchas fermon-...

- Emma, mira ahí abajo, esos son pies de demonio

Mi amiga bajó la mirada, sentí como se tensaba, ahora mismo debe de estar intentando procesar todo para encontrarle sentido. La chica de inmediato ocultó su piel bajo la tela, aunque ya no serviría de nada.

- ¿Y bien? ¿Por qué pasaron por todos estos problemas por simple ganado como nosotros...?

- Oye Musica, has ido demasiado lejos, siempre tomas el enfoque equivocado

Una voz grave a mis espaldas me hizo voltear un momento, el demonio encapuchado que me "salvó" estaba cortandonos el camino de regreso con una afilada lanza sobre sus hombros.
Maldición, tenía pensado correr de regreso en caso de que lo necesitáramos, pero ahora...

- Por eso has venido a ayudar, ¡Pero tú sincronización fue terrible! ¿Sabes?

- ¿Cuál es el problema con ellos? Se ven horribles...

Apuesto a que tú no te ves precisamente bien dejando de esa capucha, maldito monstruo.
El demonio se intentó acercar a mí pero me eché para atrás.

- ¿Por qué...nos ayudaron...?

La voz me comenzaba a temblar, tanto de la creciente ansiedad por no saber que había pasado con ______ como por la tranquilidad tan desesperante con la que el par de demonios actuaban.
La demonio me ignoró y contestó la pregunta de su compañero con una especie de regaño.

- Ellos de sienten así por qué te paseas con esa cosa frente a ellos, Sung-Joo, ¡Las pobres criaturas deben estar aterradas!

- Tonterías, ¿Qué hay del omega y el resto de pequeños por allá? Aunque, seguro, ¡te recomiendo tener cuidado de no tocarlos!

Tanto Emma como yo reaccionamos agresivamente en cuanto el demonio con la lanza mencionó a ______ y a los niños.

- ¡¿Dónde está ______?!

- ¡¿Dónde están los niños?!

Emma ni siquiera esperó un momento más y echó a correr, estaba indeciso sobre si seguirla o no pero la voz del demonio me hizo quedarme en mi lugar.

- Es mi culpa, chico, sobre tu pregunta, ¿Por qué los demonios te salvaríamos? Eh..."demonios"..., que nostálgico, sí, solían llamarnos así...

Me pareció escuchar un grito a lo lejos, no pude contenerme más y salí corriendo detrás de Emma, como con ella los demonios no hicieron nada para impedirmelo.
Por favor, que esté bien, que él esté...bien...

- ¡Ray! ¡Estás bien!

- ¡Despertaste!

Apenas llegué a esa especie de "cuarto" en la cueva, también iluminado por lámparas de flores, varios niños se lanzaron a abrazarme con alegría. Localicé a Emma unos metros más allá, rodeaba de varios niños más que gritaban su nombre y reían al verla mejor.
Todos parecen estar bien...pero _____, no lo veo por ningún lado.

Acaricié distraídamente la cabeza de los pequeños mientras continuaba mirando alrededor. Gilda, Don, Thoma, Ivet... están todos, menos ______, ¿Por qué es el único que no está? Definitivamente lo trajeron también, el demonio lo mencionó...

Escuché unos pasos y voltee hacía la entrada, pero tan sólo se trataban del par de demonios, que ya se habían quitado las capuchas.
La más pequeña, la "chica", tenía una especie de cabellera pálida de la que surgían dos diminutos cuernos, la parte superior de su cara estaba cubierta por alguna clase de máscara algo diferente a la de los otros demonios, dejando ver solamente sus dos ojos, uno unos pocos centímetros encima del otro.

- Soy Musica, y él es Sung-Joo

La chica se tocó el pecho antes de señalar al gran demonio a sus espaldas, el tenía una máscara con un cuerno en medio de la parte superior, sin más aberturas que un par de franjas final a lo ancho de esta. Dos largos y gruesos mechones de su cabello colgaban a los lados de su cara, llegándole a la mitad del del pecho, el resto de su cabello parecía estar corto y en puntas rebeldes.

- Nosotros no comemos humanos, así que relájense, no tenemos ninguna intención de dañarte a ti o a tus amigos

- ¡¿Entonces dónde está _______?!

Demonios que no comen humanos, ni siquiera me había planteado la posibilidad de que eso existiera.
"Musica" me sonrió con tranquilidad antes de responder.

- ¿Te refieres al omega? Él se encuentra bien, tuvo una pequeña fiebre así que ahora mismo está descansando

La demonio volteó a ver a Sung-Joo y le encargó que sirviera la cena en lo que ella iba a despertarlo.

- Supongo que entonces tú debes ser "Ray", él estuvo preguntando bastante acerca de cómo te encontrabas

No supe que responder al comentario que hizo la chica antes de irse.
.........

__________

Después de esa última dosis de medicina de hierbas que me había dado Musica caí dormido de nuevo.
La fiebre había sido realmente repentina, me dió apenas un par de horas después de que trajeron Ray, inconsciente.

Por suerte, tan repentinamente cómo llegó la fiebre se fue, aún así Musica insistió en que me quedara descansando hasta que estuviera lista la cena.
Claro que como me negué a quedarme sin hacer nada me animé a preguntarle a Sung-Joo si había una manera de moler el cráneo que había conseguido en la trampa de aquella planta.
Si bien me dió una respuesta afirmativa antes de enseñarme cómo hacerlo me preguntó por qué querría hacer eso.

- ¿Ocultar tu aroma? Bueno, tiene sentido, ahora mismo pareces tenerlo bajo control pero no estaría de más una precaución en caso de que tú...eh...¿Celo? llegué

Musica me dió algunas hierbas secas más que podría moler junto con los trozos de hueso (Sung-Joo rompió el cráneo en pedazos para hacérmelo más fácil) para que fuera algo más efectivo.

Creo que fue una buena idea confíar en ellos, después de confirmar que Musica a pesar de ser una demonio no parecía tener interés en comerme (a mi, un omega de clase premium con el aroma de su dulce sangre saliendo de heridas de su mano y su pierna) fue lo mejor a lo que pudimos apostar en el momento.

- ________, ¿Te encuentras mejor?

Moví un poco más la piedra redondeada que sostenía en mi mano contra la especie de mortero en la que me encontraba intentado moler los huesos, antes de finalmente rendirme por ahora y voltear a ver a Musica, quien había llegado en silencio.

- Si, creo que ya no tengo fiebre pero esto sigue siendo difícil de romper

Musica sonrió y caminó hacía mí, me puse de pie y tomé su mano cuando me la ofreció, tiene un tacto extraño pero una vez que te acostumbras no es del todo desagradable.

- Ray ya despertó

- ¡¿De verdad?! ¿Cómo se encuentra?

La demonio soltó una suave risa mientras me guiaba por un pasillo.

- Tus ojos brillaron, él está bien, aunque ni de lejos se lo tomó con tanta tranquilidad como tú

Sonreí avergonzado, diría que más que tranquilidad era aturdimiento por los nervios (y más tarde por la fiebre). Si bien ya confío lo suficiente en Musica y Sung-Joo, este último me sigue dando algo de miedo.

- ¿Tu pierna está mejor?

- Si, sólo era un raspón así que no me da problema

Una luz más adelante me indicó que debíamos estar llegando con los demás, después de caminar otro poco un tenue y añorado aroma familiar hizo que mi corazón latiera con fuerza contra mi pecho.

- Estamos de vuelta

Musica saludó en cuanto estuvimos en ese espacio con el resto de mis hermanos reunidos alrededor de una olla llena de alguna especie de estofado, mis ojos buscaron de inmediato entre todos ellos hasta que al fin localizaron a Ray.
Sonreí de alivio, está bien, de verdad está bien...

Ray me miró por apenas unos instantes antes de levantarse del suelo e ir conmigo, solté la mano de Musica y apenas si tuve que dar un par de paso antes de que mi alfa me alcanzará y me rodeada entre sus brazos.

- Estás bien,...no sabes cuánto me alegro

Solté una risa medio ahogada por mis lágrimas. No lo puedo evitar, su aroma, su presencia, todo de él es demasiado relajante para mí.

- Eso debería decirlo yo, ¿Qué tanto vas a insistir en matarte el día de tu cumpleaños?

- Te prometo que es la última vez por hoy

Nos separamos y me puse de puntillas para golpear su frente con mi dedo medio después de sostener este un momento con mi pulgar. Él se quejó un poco.

- ¿Cómo que por hoy? Si piensas hacer lo mismo otro día no lo voy a aguantar, y dudo que tú lo hagas

- Tranquilo, es broma

Puse mala cara pero Ray me tomó por las mejillas y juntó su frente con la mía, provocándome un sonrojo enorme.

- Te quiero

Tomé sus manos y las aparté con cuidado, evitando a toda costa mirar al resto de niños.

- Y-yo también te quiero, ¡Pero sigo molesto contigo!

Ray me miró desconcertado y me apresuré a alejarme de él para irme a sentar al lado de Emma.

- Espera, ¿De verdad piensas cumplir eso de "dejar tu enojo para después hasta que estemos en un lugar seguro"?

- Por supuesto

Alcancé a escuchar como mi alfa maldecía en voz baja y no pude evitar sonreír mientras recibía un plato de comida de manos de Ivet.

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