El bosque por el que avanzabamos tardó pocos minutos en volverse completamente diferente, los árboles eran simplemente gigantescos, y había muchas flores y plantas que no se parecían en nada a las que había en todos los libros del orfanato.
Al poco tiempo de haber entrado en esa especie de bosque primitivo dejamos de correr y comenzamos a caminar, la mañana había avanzado lo suficiente como para que todo el extraño lugar estuviera claramente iluminado.

Después de ayudar a algunos de los más pequeños a cruzar unas enormes raíces noté que Ray miraba alrededor con inquietud.
Me acerqué a él despacio y lo tomé de la mano, habiamos acordado que iba a posponer mi enojo con él hasta que estuviéramos en un lugar más seguro.

- ¿Qué sucede?

Ray me miró con algo de sorpresa, echó un último vistazo sobre su hombro antes de negar con la cabeza.

- No es nada, sólo...me pareció ver algo moverse por allá

Miré en la dirección que Ray señaló, a los pies de un árbol crecía un ramillete de peculiares flores que se mecian ligeramente por una brisa que venía de alguna parte desconocida para mí.

- Tranquilo, probablemente sólo estés cansado

Y de hecho la gran mayoría lo está, unos están cansados de tanto corres y caminar por horas sin detenerse, la mayoría tenemos sueño...y TODOS estamos en ayunas.

Convenientemente para terminar de confirmar esto último mi estómago gruñó de una manera muy audible en medio del silencio que intentabamos mantener, los niños que caminaban cerca de nosotros me voltearon a ver de inmediato, provocando que mis mejillas se calentaran de vergüenza.

- Lo siento

-... probablemente ya hemos avanzado lo suficiente para una parada, ¿No crees Emma?

Me sorprendió el comentario de Don, quien volteó a ver a mi amiga al frente del grupo, ella asintió y anunció alegremente que tomaríamos un descanso para desayunar.
Caminamos un poco más para situarnos debajo de un enorme árbol que tenía una gran abertura en la base de su tronco, a modo de túnel a través de él.

Ayudé a Gilda y Don a sacar la suficiente comida para que todos desayunaramos sin afectar tanto las provisiones.

- Bien, todos vengan por acá

Reuní a la mayoría de los más pequeños en una sola zona para tenerlos más vigilados, en lo que Gilda se encargaba de la comida.

Miré alrededor, buscando a Ray para que comiera algo, pero no lo ví por ningún lado.

- ¿Y Ray?

- Creo que fue con Emma a revisar los alrededores

Un pequeño llamado Chris me respondió, estaba sentado en una de las raíces que parecían formar el suelo del bosque y tenía un pequeño pedazo de pan en las manos.

- Debería ir a buscarlos...

- ¡Yo iré!

El niño de inmediato se puso de pie animadamente, a pesar de que me negué el insistió diciendo en que había visto para dónde se fueron.

- No deberían estar lejos, ¡Además yo ya comí! y tú tienes hambre, ¿Verdad ______?

Me ofreció el pedazo de pan en su mano, lo pensé mucho pero finalmente cedí cuando Thoma y Lain dijeron que ellos irían con él.

- De acuerdo, si no los encuentran rápido regresen ¿Entendido?

- ¡Si!

Observé cómo los niños corrían hasta perderlos de vista detrás de un par de gruesos árboles, suspiré y me llevé el pedazo de pan a la boca. Tengo el presentimiento de que estarán bien mientras no se le alejen mucho...pero aún así, ¿Habrá sido buena idea dejarlos ir solos? Debí haber ido con ello, ¿Eh?

Había intentando dar otro paso para ir a dónde estaban Gilda y el resto, pero mi pie se había quedado atrapado entre las raíces, que parecían haberse hundido repentinamente.

- ¿Pero qué...? ¡Ah, diablos!

El corto tiempo en el que me detuve del todo para procesar lo que estaba pasando bastó para que las raíces se "abrieran" debajo de mí, dejándome caer rápidamente en una oscuridad total antes de golpear fuertemente contra una superficie irregular.

Entre el aturdimiento del golpe y la intensa oscuridad me costó un buen rato saber si estaba despierto o no.

- ¿Qué fue eso?

¿El suelo se abrió...? Genial, ahora ni siquiera en el maldito piso se puede confiar.
Estiré mi mano hasta tocar lo que parecía ser una pared de raíces o algo así, me recargué para ponerme de pie, una de mis piernas estaba un poco adolorida por la caída pero no era nada grave. También había perdido la venda que cubría el corte en mi mano, aunque afortunadamente ya no sangraba.

Supongo que debo de agradecer que no me de miedo la oscuridad, aunque eso no sirvió de mucho para tranquilizarme cuando mi cerebro procesó que estaba totalmente sólo aquí abajo...y que no tenía idea de si alguno de los demás me habían visto caer aquí.

- Mi mochila, ¿Dónde cayó?

Llevaba mal puesta mi mochila cuando me caí, así que está se me había zafado y aterrizado en alguna parte en medio de esta oscuridad.
Consideré muy seriamente gritar con la esperanza de que alguien me escuchara, pero considerando que no sé si haya alguna clase de peligro aquí abajo lo mejor será no averiguarlo de esa manera.

Me puse a gatas y avancé con cuidado por el suelo, buscando en todas direcciones hasta que finalmente rocé la correa de mi mochila.
Mis manos temblaban mientras rebuscaba en ella como pude hasta que encontré lo que buscaba, tuve que entrecerrar los ojos al encender la lámpara de repuesto que llevaba conmigo.

- Eso está mejor, espero que si hay algún animal aquí abajo no le guste mucho la luz

Miré alrededor, como había supuesto las paredes y el suelo parecían estar hechos de raíces...y lo poco que alcanzaba a ver del techo deducía que debía ser igual.

- No hay manera de que pueda subir...o al menos no por donde entré

¿Pero por dónde más se supone que suba? Unas lágrimas se asomaron por mis ojos cuando comencé a mirar alrededor, intentando contener mi desesperación que crecía conforme veía que no había nada que pudiera usar para trepar o escapar de alguna forma.

- Ray...alguien...

- ¡¿Quién es?!

Me callé de golpe y me giré al escuchar una voz familiar, de inmediato escuché unos pasos apresurados que se dirigían a mi posición.

- ¡______!

Thoma entró en el rango de luz de la lámpara y se lanzó a abrazarme mientras lagrimeaba, fue un alivio agridulce ver que no era el único que había caído aquí abajo.

- ¿Dónde estamos? E-estaba siguiendo a Lain y de repente no sentí el suelo, todo se puso muy oscuro y...y yo...

Por más extraño que pueda paracer los gimoteos asustados de mi hermano pequeño me hicieron ignorar mi propio miedo y adoptar una actitud más tranquila, al menos superficialmente.

Le acaricié el cabello a Thoma, el volteó a verme y aproveché para limpiar las lágrimas que se le habían escapado.

- Tranquilo, ambos estamos bien ¿No?, además, si nosotros dos caímos aquí es probable que muchos de los otros también lo hayan hecho

- ¿Tu crees...?

- Es lo más probable, si los encontramos podremos buscar juntos la manera de salir

- De-de acuerdo

Thoma asintió y me tomó de la mano, por suerte no tardé en encontrar la venda manchada de mi sangre, así que no fue difícil ubicar de nuevo el lugar donde originalmente había caído. Guíe a mi hermano hasta la pared de raíces y nos sentamos contra ella, en el suelo.
Dejé la lámpara alumbrando frente a nosotros, hace algo de frío, o tal vez sólo sean mis nervios.

- De momento lo mejor será quedarnos aquí, si los demás cayeron lo más seguro es que lo hayan hecho cerca de aquí

- ¿Pero qué tal si no viene nadie?

-...en ese caso nosotros iremos a buscarlos, ¿Me ayudarías con eso?

El pequeño asintió y se recargó contra mí, me llevé la mano a la boca para disimular el bostezo que solté. Estoy cansado, sin embargo debo mantenerme alerta en caso de que alguien venga...o tengamos que correr.

Intenté sacarle plática a Thoma, al menos así tendré algo en que distraerme para no dormir.

- Y dime, ¿El exterior se parece a lo que imaginabas?

El niño me miró desconcertado unos segundos antes de reírse un poco.

- ¡Para nada! Los árboles son enormes y hay insectos muy extraños

- ¿Insectos? Ah, no he visto ninguno, con lo mucho que me gustan...

- Los que Lain y yo vimos parecían unas libélulas muy grandes, de colores brillantes y con unas alas largas y transparentes

- ¿De verdad? Increíble

Thoma pareció animarse un poco más y me contó acerca de un par de plantas más que había visto en compañía de Lain.

- ...¿Crees que él esté molesto conmigo?

El pequeño repentinamente se había puesto algo triste, le pregunté que a quién se refería.

- Lain, él me dijo que no me alejara de él, si le hubiera hecho caso...

- No habrías caído aquí tan pronto y probablemente yo me hubiera perdido intentando desesperadamente de encontrar a alguien

- ¿Desesperadamente...? Pero si te ves muy tranquilo

Contuve una mueca de dolor al sentir otra punzada en la pierna, tal vez me hice un moretón, debería de checarlo más tarde.

- Bueno esto no da tanto miedo si lo comparo con lo molesto que se va a poner Ray conmigo, seguramente me dirá algo como que "no puede dejarme sólo un segundo sin que me pase nada"

Thoma sonrió y dijo que tal vez Lain le diría algo parecido.
Le devolví la sonrisa, pero cuando escuché unos pasos acercarse me distraje.

- ¡Mira _______, una luz! Creo...¡Creo que son Gilda y Emma!

La suposición de el niño se confirmó cuando escuchamos la voz de esa última llamandonos con alivio.

- Te dije que esperar serviría

Nos pusimos de pie y fuimos de inmediato al encuentro de Emma y el resto, Thoma se me adelantó fácilmente ya que yo al principio caminé algo despacio en caso de que si me hubiera lastimado la pierna.
Sin embargo, en cuanto la voz de Ray me llamó ansiosamente al tiempo que él se asomaba a dónde yo pudiera verlo me olvidé por completo de mi pierna y me apresuré a correr a su lado, dejando completamente de lado mi tranquilidad y dejando que el enorme alivio que sentía saliera a relucir en forma de lágrimas y temblores.