-_____, ¿Ya terminaste de poner los platos?

- Ya casi, ¿Dónde se metieron Emma y Norman? Nos dejaron a nosotros cuatro arreglando todo para la comida

Me quejé mientras colocaba los último platos en las mesas, a pesar de que Gilda y Don nos habían ayudado tuvieron que irse pronto para avisar al resto de nuestros hermanos, quienes estaban jugando en el jardín.

- Deja de quejarte, es de las pocas veces que te toca ayudar

Ray pasó a mi lado y me golpeó suavemente la cabeza con el mango de la campana que usábamos para avisar cuando ya estaba listo todo.

Suspiré y me senté en una de las sillas.

- Iré a avisar a Isabella que ya está todo listo

- Iré yo

Le quité la campana de las manos a Ray después de ponerme de pie.

- Como quieras

Salí del comedor y moví un poco la campana mientras subía las escaleras.  Cuando iba por un pasillo cerca de nuestras habitaciones me pareció ver a Isabella, iba a avisarle hasta que noté que estaba hablando con Emma, aunque más que una charla alegre como las que solían tener parecía un interrogatorio. Hasta donde yo estaba se podía sentir la tensión.

Di un par de pasos/saltos alegres hasta donde estaba Isabella e hice sonar un par de veces la campana.
Puse una inocente y alegre sonrisa mientras sostenía la campana con ambas manos.

- Mamá, ya tenemos todo listo para la comida

Emma y nuestra "madre" me voltearon a ver con una expresión desconcertada por unos segundos, aunque esta última de inmediato sonrió y me acarició la cabeza con cariño.

- ¿De verdad? Bien ______, será mejor que vaya

Mantuve mi sonrisa mientras mamá se dirigía a las escaleras, pero en cuanto la perdí de vista deje de hacerlo. Miré a Emma unos segundos.

- ... también deberías bajar Emma, se va a enfriar

Caminé por el pasillo para ir por los que faltaban, pero en cuanto di un par de pasos grité por encima de mi hombro.

- ¡Tu también, Norman!

Mi amigo de cabello blanco surgió de la esquina contraria del pasillo, le sonreí y seguí con lo mío.

- Ya veo... ¿Estás seguro?

- Sipe, Isabella estaba hablando con ella cuando me asomé al piso de arriba, estoy seguro de que sospecha de Emma. No sé si de Norman también

Miré a Ray, él estaba sentado como siempre bajo el árbol mientras leía un libro. Por mí parte, yo estaba acostado a su lado, observando las nubes.

- ¿Qué hacemos?

- ¿Hacemos?

Ray estiró su mano hacía mi y deslizó su dedo por mi vientre, pasándolo por la altura de mi ombligo para detenerse después de eso. A pesar de que tenía, como siempre, la camiseta delgada debajo de la otra de botones, no pude evitar estremecerme y voltearme.

- Ugh, no hagas eso, se siente raro

- Lo sé, al igual que tú sabes que no debes hacer nada que haga sospechar a mamá de que sabes lo de los demonios

- ¿Qué tal si ella ya sabe que yo lo sé?

Me volví a acostar sobre el pasto, pero esta vez con un brazo recargado sobre mi vientre.

- Ella no lo sabe, y así debe de mantenerse

Ni me molesté en preguntar por qué estaba tan seguro de eso, algo me dice que no me responderá.

- Más importante, ¿Cuánto llevan Norman y Emma dentro del bosque?

Tomé el reloj de Ray de su bolsillo y le eché un breve vistazo.

- Dentro de quince segundos serán cinco minutos casi exactos

- Bien, vamos

Ray cerró su libro para después ponerse de pie, lo imité de inmediato.

Echamos a correr hacía el bosque, me límite a seguir a Ray a una distancia moderada. No tardamos en llegar a la pequeña valla, la cual cruzamos de un salto; seguimos corriendo pero a menos velocidad hasta que finalmente escuchamos un par de voces.

Emma y Norman estaban frente al imponente muro gris que rodeaba el orfanato, me detuve en cuanto llegué al límite de la distancia en que podrían percibir mi aroma.
Ray me miró pero siguió adelante, sentándose en una rama tras ellos y poniéndose a leer su libro como si nada.

Por mi parte, me subí a un árbol con facilidad y me acomodé en una de las ramas, esperando el momento adecuado para dar a conocer mi presencia.
Si es que llegaba el momento, claro está.

- ¿No crees que ya es tiempo de contarle a Ray?

Había comenzado a cabecear cuando al fin Emma dijo algo que llamó mi atención, miré a mi amigo de cabello negro pero él aún no levantaba la cabeza de su libro.
Y Emma y Norman aún no se percatan de su presencia.

- ... Yo hablaré con él después, deberías regresar por ahora.

- ¿Por qué? Puedes decírmelo ahora mismo sin problemas

Tuve que aguantar la risa al ver la expresión del par frente al muro cuando al fin Ray les hizo notar que estaba ahí.

- ¿¡Ray!?

- Lo siento, los seguí hasta aquí

Dijo "seguí", supongo que significa que aún debo permanecer escondido.

Después de que Ray abrazara  a ambos por los hombros, uno con cada brazo (lo cual me hizo ponerme ligeramente celoso hasta que noté que los estaba asfixiando) y les reclamara por los errores de esa noche, al fin Norman comenzó a contarle los demonios.

Ray es sorprendentemente bueno finjiendo, aunque aún así "aceptó la cruel realidad" algo rápido, por lo que Emma sospechó un poco.

- ¡¿Por qué no estás dudando de nosotros?!

- Norman no se inventaría una mentira ridícula como esa, aunque tú por otro lado...

La expresión de Emma cuando escuchó eso fue muy divertida.

- Bueno, ¿Nos ayudarás con el plan de escape?

Norman se acercó a Ray para hablar con él, escuché atentamente lo que decían.

- Sobre eso, hay un problema con la cantidad de personas, es un grupo muy grande como para escapar todos...

- ¡Detente ahí! ¡Queremos escapar todos, tienes que ayudarnos con eso Ray!

Emma de inmediato salió a defender su disparatada idea de que todos los 37 niños del orfanato (la mayoría menores de 6 años e incluyendo bebés) escapáramos juntos y de día.

Y bueno, aquí me parece que es donde entro yo.

Me acosté boca arriba sobre la rama antes de aclararme la garganta.

- Es una broma, ¿Verdad?  Debe de serlo

- ¡¿Tu también _____?!

- ¿Qué esperaban? Sólo hablo con ustedes y con Ray, si él me iba a abandonar también en el descanso tenía que ver qué planeaban ustedes tres escapándose así

Me colgué de la rama y brinqué hacia el suelo, doblando ligeramente las rodillas al aterrizar para no romperme las piernas.

- Más importante, ¿Pensaban no contarme a mí? Sé que no soy tan listo como ustedes tres pero eso duele

Hice un puchero mientras caminaba hacia ellos, Emma se apresuró a ir hacia mí.

- Ahh, vamos _____, claro que íbamos a contarte...

- ¿Cuándo ya hubieran ideado un plan que nos matara todos?

La chica me miró aún con una sonrisa pero podía notar que mi comentario la había molestado.

- ¿De qué hablas?

- De que quieras llevar a todos contigo, el problema, como yo lo veo, no es sólo salir de aquí. A pesar de Isabella, el muro y los demonios estoy seg-...

- No te olvides de los rastreadores.

Suspiré cuando recordé que acaban de mencionar eso durante su conversación de hace poco.

- Bueno, a pesar de todo ustedes son muy listos, es seguro que van a encontrar una manera de escapar, tal vez con todos... pero, ¿Y después?

- ¿Después...?

- ¿No me digas que no se te ocurrió pensar que ahí afuera lo más seguro es que no tengamos lugar? Nos tratan como ganado, es... imposible que nos vayan a aceptar así como si nada

- Los demonios quieren nuestros cuerpos porque hay una especie de demanda por ellos, la prueba de ello es esta misma granja. Ahí afuera solo nos espera una nación de demonios, en el peor de los casos no habrá lugar para los humanos

Asentí ante las palabras de Ray, la mirada de Emma cambió y miró a Ray con desconcierto.

- Si intentamos llevarlos a todos es claro que no funcionará, tenemos que dejarlos atrás. Es la mejor solución por la que apostar

Emma intercambió su mirada entre Ray y yo antes de hablar como si nada.

- ¡De ninguna manera!

¿Eh? No pude evitar poner una sonrisa confundida, parecía que no había escuchado nada. Apreté la esquina de mi camiseta mientras Ray le reclamaba a Emma, quien lo ignoró por completo.

- No quiero que nadie más muera, quiero terminar eso con Conny. Si no hay lugar para los humanos, ¡Haremos uno por nuestra cuenta!

Me quedé sin palabras, no sabía si decir algo más valdría la pena.
Ray se llevó a Norman a un lado para hablar con él, probablemente acerca de la idea suicida de Emma.

- ¡Vamos ______! Quita esa cara, verás que saldrá todo bien.

- ...No sé ni para que me molesto, de cualquier forma aunque escapemos seguramente... seguramente yo... moriré ahí afuera...

Bajé mucho la voz al llegar a las últimas palabras, era algo que venía pensando desde hace un par de meses y no podía sacarmelo de la cabeza.

- ¿Qué dijiste? No te escuché bien al final...

Emma se interrumpió y dejó de hablar cuando escuchamos una vaga exclamación desde el lugar a donde Ray se había llevado a Norman, probablemente ya lo haya hecho desesperar.

- Espero que sepan lo que hacen

- ¿Tú tampoco confías en mí?

- Al contrario, confío más en ustedes que en mi mismo, y por eso mismo ruego no equivocarme

Acaricié mi cuello y el collar alrededor de él.
Los omegas tenemos nuestro primer celo alrededor de los doce o catorce años, y durante ese periodo somos inútiles.

El primer celo es el más duradero y más fuerte, ya que su propósito es atraer un alfa que te marque mordiendo tu cuello. De ahí pasaría un tiempo antes de que tuviera mi segundo celo, después comenzaría a llegarme más o menos cada par de meses.

Si la primera vez no conseguía que un alfa me marcara... Pues el celo se repetiría y repetiría una y otra vez cada pocas semanas o días, hasta que algún alfa lo hiciera.

Me da miedo, si en verdad logramos salir de aquí mi celo no tardará mucho en llegar. Sólo seré una carga a menos que alguien me marque, y el problema es que prefiero morir antes de que alguien que no sea Ray lo haga.