🎮 O9
Después de meses finalmente habían llegado a un acuerdo en cuanto a su piso.
Chan insistía en dos habitaciones y Felix no pudo hacerlo cambiar de opinión. Ahora estaba de vuelta a la universidad y Chan quería que tuviera su propio lugar de estudios.
Además, Chan también necesitaba donde hacer sus streams y Felix no podía seguir apareciendo de la nada. Sus seguidores rápidamente notaron que había algo entre ellos. Sakura no dejaba de repetirle en el chat que había perdido la virginidad con Felix y provocaba que los demas viewers también se unieran.
Cosa que Felix leyó varias veces porque se metía en los streams a ver qué hacía porque lo extrañaba. Así que le gustaba un virgen. Maldita sea.
No era un defecto, pero sus pensamientos de tener la mejor de las noches junto a él se veían afectados. ¿Tendría que enseñarle a hacerlo? ¡Todavía se sonrojaba con los besos en la mejilla!
— Estoy segura de que ve esos videos cuando no estás.
— ¿Qué videos?
— P.
— Oh.
Para suerte de ambas, Jeongin se tomó bien su mudanza y la relación extraña que tenían. Lo único de lo que se quejó es que Felix lo quisiera más a su hermano, pero él australiano se aseguró de que supiera que los amigos estaban primero antes de cualquier chica o chico.
— No lo creo, él es demasiado... Inocente. No se anima a abrazarme primero al dormir.
— Chan no es inocente. Simplemente te respeta demasiado, está pensando en tu comodidad primero.
— ¿De verdad?
— Es mi hermano, lo conozco desde que nació y te aseguro que estoy en lo correcto.
Ni siquiera podía concentrarse bien en las clases. Chan, Chan, Chan. Su mente estaba ocupada en la menor. Todo el tiempo. Quería comer con Chan, quería charlar con Chan, quería dormir con Chan, quería ver a Chan. Ugh, estaba sintiendo mariposas.
Le gustaba, le gustaba mucho. Tanto así que el pensamiento de que fuera virgen comenzó a ser menos, ya no le importaba si el sexo no era como pensaba. Él esperaría todo lo que Chan pidiera.
— Hueles rico.
— Es tu perfume.
— ¿Usas mi perfume?
— Chan.
— Me gusta como hueles y además esta camiseta la lavaste tú.
— ¿Por qué lavo tu ropa? No estamos casados.
— También lavé tu ropa, estamos a mano.
— Ugh, bien.
La conversación con Jeongin volvía a su mente. Está pensando en tu comodidad primero. Felix salió de su escondite en el cuello de Chan y se apoyó en su brazo mirándolo. Había una pequeña pizca de luz a través de la ventana abierta.
— Chan.
— ¿Sí?
— Yo te gusto, ¿No?
Chan frunció el seño — Sí.
— ¿Me quieres besar?
— Siempre.
— ¿Por qué no lo haces?
— Porque... Porque no sé si tú también quieres.
Fue el turno de Felix en hacer esa expresión — Siempre quiero.
— ¿De verdad?
— Sí. ¿De dónde sacas tanta inseguridad en esto? Sigues pensando que no me gustas tanto cuando la verdad es lo contrario. Me gustas mucho y nada de lo que hagas va a hacer que deje de hacerlo. Excepto que mates a alguien.
— No maté a nadie fuera de un videojuego.
— Bien, entonces no hay razón para que me dejes de gustar.
Chan se quedó callado un momento, uno que resultó ser bastante largo para Felix. Él quería que tuviera más confianza, no solo con él sino también en sí misma. Él mayor estaba dispuesto a hacer las cosas bien y a un ritmo que funcionara para las dos.
— Nunca le gusté a nadie — confesó sin querer mirarlo. Sentía un poco de pena por esto — En mi antiguo grupo de amigos fui él excluido, ellos salían con demás personas y siempre tenían ligues en las fiestas. Yo no soy así. A mí me gusta jugar en mi habitación y tener a pocas personas rodeándome.
» Sigue siendo raro para mí que te guste. No sé coquetear y no sé cómo tomar cumplidos, así que espero que no te canses de mí por eso.
Felix se agachó lo suficiente para dejar un pequeño beso en sus labios. Con su mano libre acarició su cabello, Chan era demasiado lindo.
— Te seré sincero. Al principio no tenía mucho interés en tí por eso, creía que eras raro. Pero sólo me hacía falta conocerte bien. Eres increíble, Chan. Eres chistoso, amable y maravilloso. Nadie hace lo que tú haces. No necesito que seas fiestero y estés rodeada de personas, necesito que te sientas cómodo siendo lo que eres.
» Me gustas así. Ni siquiera tengo que pensar en otra cosa, me divierte estar contigo. Siempre estás al pendiente de los demás, es momento que hagas lo que a tí te guste.
— Me gusta besarte.
— Bésame siempre.
— Me gusta dormir contigo.
— Duerme conmigo.
— ¿Puedo hacerlo sin preguntar?
— Conmigo puedes hacer lo que quieras, Chan.
— Bien.
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