🎮 O8
Chan tenía las orejas totalmente rojas, sus mejillas estaban calientes y no quitaba la mirada del suelo.
Felix vio eso demasiado tierno, así que dejó un beso en su sien y volvió a lo suyo. La comida estaba en la mesa y él tenía hambre.
Chan a penas si habló, sólo asentía a los comentarios al aire que Felix hacía y de vez en cuando comía lentamente. Al terminar y haber pagado cada uno lo suyo, Felix le pidió acompañarlo al baño.
El lugar estaba bastante limpio y no había gente, solo se oía como pasaban de largo.
Mientras Felix entró al cubículo, Chan se lavó la cara. Mierda y mierda. Se sentía totalmente penoso, Felix estaba siendo bastante bueno en manejar la situación pero Chan no.
Tenía que admitirlo de una vez. Sí, a él le gustaba Felix desde hace mucho, incluso antes de la fiesta que lo inició todo. Por eso no podía hacer mucho más que ponerse como tomate.
Además conocía como era Felix, siempre fue coqueto y lindo con todos. Era imposible que estuviera haciendo esto seriamente, él sólo quería divertirse.
— Oí que si te miras tanto tiempo al espejo entonces alucinas — saltó en su lugar. Felix estaba a su lado ya secándose las manos, ¿Cómo pasó tan rápido? —. ¿Ya se te quitó la pena?
Chan se giró al espejo de nuevo — No.
— Bien, tómate tu tiempo — se apoyó en la pared y no dejó de mirar a Chan.
Malditos todos los santos. Chan sabía lucir esos pantalones negros tan anchos y esa camiseta blanca más grande que su talle ideal. Felix estaba usando un short rosa con un top blanco igual que sus botas. Sus estilos eran contrarios, sin embargo podían lucir bien juntos.
Juntos y tomados de las manos, juntos y caminando por la ciudad en la noche. Juntos. Sólo ellos dos.
— ¿Cuándo nos mudamos a nuestro piso? — bromeó tratando de molestarlo más, su mente estaba siendo un lío.
— Cuando quieras — murmuró aún en la misma posición de antes —. Encontré unos muy buenos por aquí.
— ¿De verdad? — de su bolso de Hello Kitty sacó su teléfono y buscó la cámara. Se acercó a Chan, pasó la mano por su cintura y se apoyó en su hombro.
— ¿Qué-
— Shh, es la primera salida de muchas, necesito recordarlo — y pronto su cámara sacó más fotos de las que debería. Fotos que iba a atesorar siempre — Dime más, ¿Qué tal esos lugares? ¿Crees que estén bien para nosotros?
Felix seguía junto a él, tocándolo y mirándolo de una forma linda e inocente. Chan tragó saliva.
— S-Sí, están genial. Hay uno bastante bonito que tiene vistas preciosas desde la sala, una cocina espaciosa y dos habitaciones que-
— ¿Dos? — levantó una ceja y su mano comenzó a acariciar la cintura que nunca dejó de sostener — Dormiremos juntos, a mí me gusta hacerlo.
— B-Bien, una habitación entonces.
— ¿No vas a poner resistencia?
— No, a mí también me gusta que durmamos juntos.
Felix giró a Chan para tenerlo frente a frente. Tenía que mirar un poquito arriba pero estaba bien. Usó sus dos manos para sostener la cintura tan pequeña que Chan tenía y sintió como él hacía lo mismo.
Se acercó peligrosamente a su rostro, estando ambos bastante emocionadas de eso. Felix fue él primero en mirar sus labios, Chan hizo lo mismo.
— ¿No vas a negar esto tampoco? — Felix estaba un poquito nervioso, solo un poco.
— No.
— ¿Y no te importa que suceda en el baño de un Centro Comercial?
— No.
Suficiente para Felix, quien de inmediato pegó sus labios a los de Chan.
Un beso tranquilo y sin prisas, sintiendo las mariposas en el estómago y fuegos artificiales en sus mentes. Parecía que habían cumplido una gran meta, ambos querían eso desde hace mucho y no querían perder el momento.
A Chan le gusta apretar sus mejillas, descubrió eso rápido cuando lo comenzó a acariciar ahí con las manos.
Pronto el beso se volvía más intenso y rudo, usando la lengua para jugar y pequeñas mordidas de labios. Felix se separó de él con un suspiro y dejó sus frentes apoyadas.
— Creo que me gustas — al diablo sus miles de preguntas y dudas. Felix tenía que decirlo, tenía que aceptar que le gustaba Chan de aquella manera.
— También me gustas.
Felix sonrió y se separó de él. Soltó una risa al ver todo el labial que usó antes ahora en los labios de Chan. Le resultó incluso lindo verlo así.
— Ven —de su bolso sacó unas toallitas desmaquillantes y se acercó a limpiar el desastre que había hecho — Mejor.
Y al final del día los dos sabían que se gustaban mucho, pero Felix aún quería continuar con su plan inicial.
Esperaba que lo lograra pronto.
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