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🎮 O1

Felix estaba demasiado metido en su idea de acostarse con un gamer.

Desde esa noche viendo tantos videos del mismo tipo, él de verdad necesitaba comprobarlo. Podríamos decir que nunca experimentó algo parecido, sus relaciones anteriores eran normales, el sexo no era algo del otro mundo pero lo disfrutaba. Ahora, ¿Tener sus piernas temblando? Era una fantasía.

Y él comenzó a fantasear con él único gamer que conocía, Bang Chan.

Aunque no tenía mucho por hacer en verdad, Chan no era un fanático de las redes sociales. Su Instagram tenía fotos de hace meses, su Twitter no lo conocía y definitivamente tampoco a su TikTok.

¿Qué clases de pensamientos tendría ese chico? ¿Sería otaku también?

Felix había salido con uno una vez, él lo llevó a su cuarto y enseguida notó los pósters de chicas semidesnudas, lo que hizo que se sintiera incomodo con alguien como ese chico.

Sí Chan tenía pósters iguales al momento de la acción, Felix se iría rápidamente porque en definitiva no querría estar tanto tiempo en compañía de alguien así. Aunque su "experimento" se vería arruinado y no conoce a otra persona apta para ello... Ugh, Felix tenía demasiados pensamientos juntos.

A pesar de conocer a Jeongin hace años, Felix nunca entró al cuarto de su hermano. La puerta tenía un típico cartel de "No entrar" y varios stickers de distintos dibujos o videojuegos. Demonios, Felix, ¿Qué estás haciendo?

Jeongin lo invitó a su casa el día de una fiesta, era normal entre ellos prepararse juntos y salir a divertirse. Felix comenzó su plan al momento de llegar, pues quien le abrió la puerta fue nada más y nada menos que Chan.

— ¿Tengo algo en la cara? — preguntó él chico. Bien, Felix, empezaste demasiado bien. No se había dado cuenta de que se quedó estático.

— Es que eres horrible — Jeongin apareció a su lado — Vamos, Lix.

— Oh, sí — asintió rápidamente —. Un gusto verte, Chan.

— No seas amable con él rarito — se burló él mayor, siendo mal visto por él aludido.

Chan rodó los ojos y fue divertido para Felix, quien escondió su risa detrás de su mano. Chan le guiñó un ojo antes de irse por el pasillo, probablemente a su cuarto.

— Eres muy duro con tu hermano — comentó Felix una vez que él chico desapareció.

— Sabes bien que soy del tipo que insulta para demostrar cariño.

— Sí, tienes razón.

Felix estaba sintiéndose un auténtico dios mientras esperaba a que Jeongin terminase de maquillarse.

Su traje rosa, sus botines blancos, sus mejillas sonrojadas y su delineado lo hacían sentirse seguro de sí mismo, esperaba pasar una buena noche. Sin embargo, sabía que su principal objetivo no estaría cumplido esa noche.

Maldita seas, Chan asocial.

— Voy al baño antes de irnos — murmuró a su amigo saliendo del cuarto.

Al abrir la puerta, gracias a que estaba viendo los mensajes de sus amigos, no notó que había alguien más pasando por allí. Chocó inmediato con esa persona.

Unas manos fuertes en su cintura y su teléfono apretado contra su pecho. Felix miró hacia arriba.

Tragó saliva.

— Qué raro estás hoy.

¿Otra vez quieto? ¡No seas obvio, Felix!

— Oh, yo, eh — al mirar como de cerca estaban, Chan creyó que lo estaba incomodando así que lo soltó poco a poco hasta estar a una distancia más considerable —. Lo siento.

— No te preocupes — sonrió tan amablemente que Felix se quedó mirando esos hoyuelos tan bonitos por un segundo. O dos — Otra vez.

— ¡Chan, deja de acosar a mi amigo! — se escuchó desde el cuarto, por lo que él pelinegro rodó los ojos una vez más y asintió a Felix, yéndose por las escaleras al piso de abajo.

Felix no miró hacia atrás, sino que fue rápidamente hasta el baño a hacer lo suyo de una vez.

Y tal vez quitarse el calor de las mejillas.


¿Dios lo estaba castigando o premiando?

Después de una larga discusión, Chan terminó por conducir el auto de su padre y llevarlos a su hermano y Felix a la fiesta. Según dijo el hombre, no permitiría que un extraño los trajera. Por lo que llegaron a ese acuerdo, Chan ni siquiera tendría que entrar a la fiesta sino estar afuera o dando vueltas hasta que ellos quisieran volver.

Felix miraba por la ventana, pero sentía una inmensa mirada sobre él cada vez que llegaban a un semáforo.

Al llegar a su destino, el lugar ya se veía repleto de gente.

— Diviértanse, niños — rió Felix.

Jeongin bufó —. Deja de burlarte, sólo estás aquí porque no conseguí mi licencia aún.

— Después de tres intentos sin lograrlo, yo ya me rendiría, Innie.

Felix soltó una carcajada.

— Oh, de acuerdo así que ahora están juntos contra mí — los señaló con los ojos entrecerrados —. Los odio pero quiero divertirme, nos vemos después.

Y cuando Felix bajó, puede que haya movido de más sus caderas para resaltar su caminata. También puede que Chan haya mirado.

5 laiks y público tres caps, ve

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