Chan está sentado frente a él en el sillón del living, no quiere abrumarlo ni nada parecido así que se queda callado hasta que Felix hable.

Algo que toma varios segundos.

— Eres increíble, Channie.

Él pelinegro lo mira atentamente, Felix está haciendo un muy pequeño puchero que significa que está frustrado buscando las palabras.

— Yo no tenía idea de eso. De que me ibas a gustar, de que iba a quererte, de que estés en mi mente todo el tiempo y suspira, dándose ánimos para lo siguiente, no sabía que me enamoraría de ti y te amaría como lo hago.

Felix lo mira finalmente. Chan está serio y callado, pero sus ojos están en la pared detrás de Felix. Parece tener una lucha consigo mismo.

— Lo siento, es tonto. Y tú lo dijiste, no llevamos ni un año de relación y eso me hace enojar un poco, se supone que no debería tener sentimientos tan fuertes aún y los tengo. Y entiendo perfectamente que tú no-

— Felix — lo frena, él mencionado aprieta los labios —, está bien.

Por alguna razón desconocida, él  mayor siente que pronto llorará.

— Cada persona tiene sus tiempos, no existe una regla para enamorarse — toma su mano y comienza a acariciarla —, no es algo que controles tampoco. Y lo entiendo perfectamente, Felix, no tienes que pensar mal de eso, amar es hermoso. Pero — suspira lentamente —, yo no estoy listo para algo tan grande aún. Te quiero demasiado y espero que con el tiempo llegue a amarte, de verdad, quiero hacer las cosas bien contigo.

Lejos de sentirse mal, Felix asintió comprendiendo. Chan no era como él, Chan tomaba su tiempo para todo. Sabía que sus palabras eran sinceras, que buscaba lo mejor para los dos y que no quería arruinarlo. Chan no estaba enamorado, pero quería estarlo así que Felix no lo tomó como un rechazo.

Chan lo abrazó y dejó un beso en su cabello, Felix se dejó querer porque no había mejor lugar para él, Felix siempre encontraría su refugio en Chan.

— Sabes lo que necesito saber yo ahora, ¿Verdad?

Felix asintió y se separó de él con calma falsa, estaba nervioso ahora.

— Sólo promete que no te vas a enfadar.

— Siempre y cuando no sea por una apuesta como en esas películas de mierda...

— No es eso — negó lentamente —. Pero tampoco es algo totalmente inocente.

— Me estás asustando, Lix.

— Chan, yo... — tomó valentía y soltó —. Quería saber qué se sentiría hacerlo con un gamer porque vi un video tonto de eso y...

El celular de Chan sonó, él lo tomó y leyó el mensaje — Es Jungkook — dijo poniéndose de pie —, quiere verme, parece que peleó con Jimin.

— Pero estábamos hablando de-

— Ya escuché bastante, Felix — fue un poco brusco —. Vengo luego, no esperes despierto.

Felix dejó escapar una pequeña lágrima cuando la puerta se cerró.

*Llora en una esquina*