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016 | azufre




× Horan.



Imagina esto: una sala llena de estudiantes universitarios, que huelen a cerveza y sudor. Chicos lo suficientemente viejos como para hablarle a chicas fuera de su liga. Los últimos éxitos sonando en una esquina del patio y música tecno en el otro, que se mezclan para hacer un sonido horrible.

Bienvenidos a la hoguera.

— ¡Horan! —alguien gritó y me giré para ver Reece venir a mi. Llevaba una camisa blanca y unos vaqueros descoloridos—. Este lugar está increíble, mucho mejor que el año pasado. ¿Acabas de llegar aquí?

—Si, —simplemente le dije, mirando alrededor.

Vi a muchas chicas en traje de baño y el sonido de salpicaduras de agua sonaba a través de la música. El fuego enorme no se había encendido todavía, pero solo era cuestión de tiempo.

Reece me agarró por el hombro y me empujó hacia adelante—. Tienes que venir conmigo y los muchachos junto a la piscina, aquí, toma esto, lo necesitas por tu día de práctica.

Tomé la lata y la miré mientras seguía a Reece hasta donde estaban los otros muchachos. Discutí si quería beber esta noche, pero tan pronto como una chica caminó delante de mi en el bikini más pequeño que había visto nunca, abrí la cerveza y empecé a beberla.

William, James, Thomas y Matt hacían sacado sillas de jardín para sentarse mientras veían a la piscina. Los demás chicos del equipo probablemente estarían mezclándose por la gente, en lugar de sentarse y babear por la piel húmeda de las mujeres.

La piscina era el patio trasero de la Aldersgate y Epworth Halls, lo que automáticamente hace un hotspot para fiestas al aire libre. Lo que significa que cada alguien recibe un chapuzón sorpresa por un idiota.

— ¿Donde está Jace? —le pregunté mientras tomaba otro trago de cerveza. La quemazón se sentía increíble bajando por mi garganta. La última vez que bebí fue en esa desafortunada fiesta en América.

James me miró desde su asiento—. No lo he visto todavía, ¿viene?

Antes de que pudiera contestar, sentí un toque suave en mi hombro y otro en mi cintura. Por un segundo pensé que sería Abby, pero no era. En realidad no tenía idea de quién era la chica, pero estaba como el infierno y eso era todo lo que importaba. Ella tenía el cabello negro y largo, y llevaba un pequeño bikini.

—Oye, Niall, —me zumbó en el oído mientras su mano bajaba a mi muñeca y ella tiro de ella, haciéndome un gesto para que la siguiera.

Dejé caer mi lata de cerveza en el suelo y obedecí de buena gana su petición, siguiéndola a donde la gente bailaba.

Los brazos de la muchacha rodearon mi cuello y mis manos cayeron hasta su cintura. Su piel estaba caliente bajo mi toque mientras nos balanceábamos al ritmo de una canción pop que sonaba a través de los altavoces. Ella se acercó y nuestros cuerpos se presionaron juntos, su aliento arrastrándose a lo largo de mi pecho que estaba expuesto por mi Henley negro.

Cuando la canción cambio a la siguiente, un destello de rojo apareció entre la gente.

Seguí el color con mis ojos para poder ver mejor quién era y vi que no era otra más que Lynn Mercury.

Estaba a solo unos metros de distancia, pero podía verla perfectamente bajo la débil luz de la noche. Estaba vestida tan modestamente comparada con la chica en mis brazos, pero tan increíblemente llamativa al mismo tiempo. No tenía más que una simple camisa color borgoña con botones y las mangas enrolladas en sus codos, con los dos primeros botones desabrochados revelando su cuello. Se ajustaba perfectamente a su cuerpo, revelando su cintura curveada. Llevaba unos vaqueros oscuros que estaban enrollados justo encima de sus tobillos, se encajaban perfectamente en sus piernas y su culo. Para completar, usaba unas vans negras y su cabello castaño caramelo estaba lejos de su cara por una trenza.

Lynn estaba... jodidamente caliente. Y odiaba el hecho de que admitirlo sin sentirme horrorizado.

La muchacha delante de mi tiró de mi cabello, trayéndome de nuevo hacia sí. Ella tenía el ceño fruncido en sus labios rechonchos casi en una manera Infantil, como si no le prestara la suficiente atención. Pero de repente he perdido el interés y he sacado mis brazos de su cintura sin decir una palabra y comencé a caminar hacia Lynn.

Estaba de espaldas a mí mientras miraba a todas las personas cuando me acerqué a ella.

—Realmente no deberías estar sola en las fiestas, Princesa, —dije en voz más baja de la que pensé. Ella giró y me miró con sus profundos y penetrantes ojos. Eran tan increíblemente azules, incluso a falta de luz—. Nunca sabes quién te pueda acosar.

Ella me sonrió irónicamente—. Hasta ahora la única persona que me ha molestado has sido tú, Irlandés, —ella se burló mientras levantaba el vaso rojo a sus labios—. Y no estoy sola, Jace fue a saludar a alguien.

—Jace, ¿eh? —pregunté, apoyándome en una mesa llena de malvaviscos y chocolates que casi desaparecían incluso con la ausencia del fuego—. Ustedes dos se han acercado bastante...

La sonrisa de Lynn se desvaneció y ella me miró extrañamente, inclinando ligeramente su cabeza hacia un lado—. No diría que estamos cerca, solo tenemos... algo en común.

— ¿Y que serias eso?

— ¿Por que te importa?

—No me importa, —dije, y de repente me enojé. Necesitaba otra cerveza.

Jace se acercó a nosotros entonces, asintiendo con la cabeza mientras miraba a Lynn, con una cerveza en su mano—. Están a punto de encender el fuego, deberíamos ver.

Observe como cambiaba toda la actitud de Lynn.  Se puso rígida y sus ojos se oscurecieron, casi como si estuvieran llenos de miedo. La observé de cerca para entender su cambio de humor, pero rápidamente volvió a su carácter relajado, aunque noté que era forzado.

—Está bien, —ella asintió y siguió a Jace a través de la multitud de personas que comenzaron a reunirse alrededor del agujero.

Caminé detrás de ella.

Jace se dirigió frente al agujero, Lynn de pie junto a él. La gente empezó a reunirse rápidamente y me vi obligado a estar detrás de ellos. Vi a Reece rodear el lugar con un palo encendido. Podía oler un indicio de gasolina por encima de la madera para hacer que se prendiera más rápido. Alguien había detenido la música así que el foco principal estaba en Reece.

—Antes de entender esto, ¡tengo que decir algo! —la voz de Reece resonó por el lugar, atrayendo la atención de todos—. Tengo una buena sensación sobre este año, ¡una sensación de que ganaremos el BUSA!

Hubo chillidos y algunos silbidos, mientras Reece caminaba alrededor.

— ¡Pero! —continuó, con su fuerte voz—. ¡No estaría diciendo esto si no fuese por Lynn Mercury! ¿Donde estás? —Jace agarró la muñeca de Lynn y la sostuvo sobre nuestras cabezas—. Compañeros, estarán sorprendidos por esta chica, tengo grandes esperanzas por ella. Ahora, solo creo que es apropiado si dejamos que Mercury haga los honores esta noche, ¿si? —gritó Reece, levantando la mano con el palo para enfatizar.

Hubo gritos en desacuerdo, pero vi a Lynn enderezarse. No podía ver su rostro, pero podía imaginar el pánico en sus ojos. Ella comenzó a sacudir la cabeza y agitaba sus manos en objeción.

—Vamos, Lynn, —Reece dijo, entregándole el palo—. ¡Haz los honores!

Pero Lynn no se movió cuando Reece seguía mostrándole las llamas resplandecientes frente a sus ojos.

—Oye, —me encontré gritando—. Ella no quiere hacerlo, idiota.

Reece me miró como si estuviese contemplando algo, pero asintió y nos dio la espalda. Lynn me miró, pero la ignoré mientas Reece hacia sus rondas alrededor del agujero.

— ¡Cambio de planes! —él gritó—. Solo para que esto empiece, lo haré yo, —Reece se giró y miró la gran pila de roncos empapados de gasolina—. ¡A la cuenta de tres, dos, uno...!

Lanzó el palo en la pila y tan pronto golpeó la madelaine, todo el asunto se envolvió en llamas, levantándose sobre las cabezas de todos. El calor se apoderó y llenó a todos con su calidez.

Tan pronto se encendió, Lynn retrocedió y chocó contra mi pecho. Ella apenas me miró antes de empezar a hacer su camino, y corrió lejos. Sin pensarlo, la seguí.

La encontré a solo unos cuantos metros de la multitud, mirando fijamente con los ojos abiertos el fuego que se elevaba. Sus brazos estaban a su alrededor, y la hacía parecer pequeña y vulnerable. Parecía que había visto un fantasma.

— ¿Estás bien? —le pregunté cuando me acerqué. Giró la cabeza rápidamente para mirarme, como si no supiera que yo estaba allí. Sus ojos estaban ligeramente vidriosos y pude ver el reflejo de las llamas en sus pupilas.

—Estoy bien, —dijo suavemente.

—Lynn, —dije con la misma suavidad. Agarré ligeramente sus brazos que estaban a su alrededor y arrastré mis dedos hacia abajo para mantener sus manos en las mías—. Estas temblando.

Ella me miró y nuestros ojos se cerraron. Sus manos eran tan suaves. Hubo una sensación de hormigueo -no, no hormigueo, más como estática, cuando nuestras manos se tocaron. Era extraño porque la toqué antes y no sentí nada, pero esto era... peculiar. Podía oír la música de nuevo, y la gente volviendo a la fiesta y a asar malvaviscos, así como saltas a la piscina también, pero no les presté atención. Lynn tenía mi atención por completo por segunda vez en la noche.

Su mirada casi hipnotizada. Había algo... no podía explicarlo, pero era casi como un tirón magnético en mi estómago. No estaba seguro de lo que sucedía y no estaba seguro de que si me gustaba, pero no podía apartar la mirada...

— ¡Detente! —Lynn gritó de repente. Ella sacó sus manos de las mías y se paró frente a mí. Cualquier rastro de horror y miedo se había ido. Ahora solo parecía molesta—. No se lo que tratas de hacer, pero tienes que parar todo este adelante y atrás, yo -no sé que pensar, pensé que me odiabas, pero luego haces esto. Yo solo--

— ¿Te odio? —pregunté acercándome a ella—. Yo no--

—Solo detente, —dijo calmadamente y miró hacia atrás—. Vine aquí para terminar mis estudios y tal vez vivir mi sueño. No pregunte por ti.

Me quedé allí mientras la veía salir. No sabía a dónde iba, pero realmente no me importaba, estaba demasiado atrapado en lo que mi cuerpo estaba haciendo. Estaba más que confundido. No la odio, pero estoy seguro como el infierno en que ella no me gusta. ¿Bien? No sé que sentí hace segundos, pero no fue nada natural para mí. No hago esa mierda de sostener manos o saber cuando alguien actúa raro. Eso solo es algo que no soy.

—Guau, —escuché alguien decir detrás de mi. Maldije entre dientes. Me giré y vi a Abby de pie, con los brazos cruzados sobre su pecho. Llevaba un traje de baño bajo un vestido gris muy suelto y revelador. Por supuesto. Ni siquiera podía usar bikini sin tener que usar un vestido de forma para llevarlo—. Ahora lo entiendo.

Rodé mis ojos—. ¿Entiendes qué?

—El por qué estás atraído hacia ella, —continuó mientras caminaba hacia mí.

Tener esta conversación era la última cosa que quería hacer, pero me quedé de todos modos para escuchar las observaciones que venían de esa cabecita.

— ¿Por qué entonces?

Abby se detuvo frente a mí con una sonrisa burlona—. Porque, —ronroneó mientras ella se alzaba y agarraba un trozo de pelusa que estaba en mi camisa y la sacó con su dedo—. Es algo que no puedes tener.

—No te entiendo.

Ella envolvió sus brazos alrededor de mi cuello y se apretó más cerca, balanceándose por la canción alegre que sonaba—. No es el hecho de que ella no te quiere que la hace tentadora, —Abby trazó mis labios con sus dedos—. Solo es porque no está bien. Ella es tu compañera de esquivo y es prácticamente prohibida. Esa es la regla número uno con ella, ¿no? No te envuelvas con la chica, no salgas con la chica, no--

—No la quiero, —me encontré diciendo.

—Bien, —ella dijo en voz baja cuando sus dedos salieron de mis labios y sus manos descendieron hasta la cintura de mis vaqueros. Tomé sus manos y las alejé de mí.

—Pero yo tampoco te quiero, —salí de ahí y la dejé enfurecida detrás de mi.

Decidí dar por terminada la noche e iba caminando hacia el estacionamiento cuando James me llamó.

— ¿Te vas? —preguntó.

James tenía el brazo alrededor de la cintura de una chica. Me sorprendía que pudiera incluso quedarse de pie. Aunque tal vez no pueda, por lo que James están sujetándola fuerte. Espero que no vaya a la habitación con ella. La última vez que llevó a una borracha terminó vomitando mis tareas de matemáticas.

—Si, —dije—. Ha sido un día largo. ¿Vas a ir al Hall esta noche?

James sacudió su cabeza—. No, no sé dónde voy a terminar, pero me aseguraré de no estar allí, pero venga, tomate otra cerveza antes de irte.

Discutí si debía regresar. La fiesta pintaba bien, y las posibilidades de encontrarme con Lynn o Abby eran de dos a casi quinientas. Además, solo había bebido una cerveza, una más no me dolía.

Así que estuve de acuerdo y lo seguí de vuelta y me encontré bebiendo de nuevo. James corrió con la chica hacia algún lugar dejándome solo una vez más, pero rápidamente estaba acompañado por dos chicas en las cuales no tenía interés alguno.

El fuego seguía ardiendo, iluminando todo el césped con un cálido resplandor mientras seguía a las chicas a la multitud de gente bailando, ya tenía casi la bebida vacía en mi mano. Nos detuvimos cerca de la piscina cuando la pelirroja puso sus manos en la cintura de mis pantalones vaqueros y tiró de ellos atrapándome contra ella. La otra chica estaba detrás de mí y pude sentir sus dedos resbalando en mis bolsillos traseros.

No sabía sus nombre y no me importaba conocerlos. No me molesté en saberlo porque una vez que sabía sus nombres, las cosas se volvían interesantes. Y cuando las cosas se vuelven interesantes, ahí es donde vengo yo a dibujar una línea.

Sobre los hombros de la pelirroja, pude ver a Abby con su amiga Chloe, hablando con una morena. La camisa roja de la morena me dijo inmediatamente quien era y sabía que algo no iba a tener un buen resultado si implicaba a Abby. Tenía esa expresión en la cara que me lo decía.

Observé como Abby daba un paso más, lo que hizo retroceder a Lynn, y supe inmediatamente lo que Abby había planeado. En un abrir y cerrado de ojos, antes de que pudiera apartarme de las muchachas, Abby entendió su mano y empujó a Lynn por los hombros, haciéndola tropezar. Pero fue suficiente como para que Lynn saliera del borde de la piscina y cayera al agua.

Apartándome completamente de las chicas, rodee la piscina justo cuando Lynn resurgió. La gente que estaba en el agua pudo salir del camino a tiempo, pero ahora la miraban con la boca abierta. Una multitud había empezado a reunirse para ver quién era la víctima del chapuzón no deseado de este año.

—Esto es bajo, incluso para ti, Abby, —le dije a ella mientras me arrodillaba y extendían mi mano para que Lynn la tomara. Lynn empujó su cabello mojado lejos de su cara y me miró fijamente, con fuego en sus ojos, (o quizás era el reflejo del fuego real a solo treinta metros de distancia, no estaba seguro).

—No necesito tu ayuda, —escupió mientras se agarraba del borde de la piscina y se ponía de pie. La gente había comenzado a alejarse de la multitud, pero todavía había algunos que seguían mirándola, probablemente esperando a ver si le seguía una pelea de gatas.

Lynn estaba goteando; su botón rojo se aferraba más a su piel, más de lo que estaba seco. Sus vaqueros parecían negros mientras se secaba el cabello trenzado.

Miré a Abby para preguntarle cuál era su maldito problema, pero vi que ya hablaba con Chloe a pocos metros.

— ¿Puedo al menos llevarte a casa? —le pregunté a Lynn.

Ella sacudió la cabeza—. Jace me trajo y quiero irme con él.

—Jace está pedido, —le dije, recordando que lo vi detrás de la mesa de comida haciendo cosas—. ¿De verdad quieres meterte en un auto con él?

—Has estado bebiendo, —dijo Lynn.

—Estoy un poco bebido, eso es todo, empezare a beber agua o algo así, por favor, déjame llevarte a casa, estas helada y mojada, me tomara solo dos minutos ir a tu edificio.

Podía observar su mente tratando de encontrar una forma de salir de todo esto y sabía que no podía—.  Bien, llévame a casa.



×××



Hubo un silencio entre nosotros cuando nos sentamos en mi coche, y no pude evitar notar su estremecimiento, su piel de gallina extendiéndose por sus brazos. Alargué mi mano y encendí la calefacción del auto.

— ¿Le tienes miedo al fuego? —pregunté suavemente.

Lynn se echó a reír, pero no había humor en ese sonido—. ¿Qué te hace pensar en eso?

— ¿Algo aparte del terror en tus ojos cuando la hoguera fue encendida?

Hubo silencio después de eso y desesperadamente necesitaba saber lo que pensaba, lo que sentía. Su rostro estaba oscurecido por las sombras de la noche, y parpadeaba por cada luz de la calle que se acercaba, pero podía ver su mente tambaleándose.

— ¿Qué te dijo Abby antes de lanzarte a la piscina?

Lynn se volvió para mirarme—. Ella dijo que estaba tratando mucho y que parecía patética. No se de lo que hablaba, pero realmente no me importa.

— ¿Eso?

—También dijo que me alejara de ti.

Sabía que dirá algo así.

— ¿Es ella tu novia?

Esta vez reí—. ¡Oh dios! No, —casi grité, apartando la mirada del camino y observándola furtivamente—. Dormí con ella una vez el año pasado y no me ha dejado en paz desde entonces.

— ¿Sabía que sería una noche? —preguntó Lynn.

—Si, le dejé claro que sería una noche y que no conduciría a algo más. Ella lo sabía. Estuvo de acuerdo.

Era la conversación más larga que habíamos tenido sin gritarnos, y sin ella tramitando de obtener información sobre mi, la obtenía si esforzarse. Odiaba como ella tenía la capacidad de hacer eso, sentía como si podría decirle todo sin siquiera pasar por mi filtro personal y eso me aterrorizó.

— ¿Abby no es la hermana de James?

—Si, —le dije, agresivamente—. Y no le dirás nada sobre esto, ni siquiera sé por qué te lo dije, si ni siquiera quiero tener algo que ver con ella.

Lynn rió amargamente, por segunda vez en la noche—. Esto es gracioso, porque Abby me dijo que le dijiste eso acerca de mí. Entonces, Niall, dime: ¿por qué te sales de tu camino para llenarme a casa después de todas las cosas insultantes que dijiste ¿Que está pasando contigo?

—No lo sé, ¡Joder! —grité frustrado. Golpee mi mano contra el volante y pasé mi mano por mi cabello. Después de tranquilizarme, volví a hablar—. No sé qué me está pasando.





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